Existen cinco técnicas principales para incrementar la dureza de un material: endurecimiento por límite de grano, deformación, solución sólida, precipitación y transformaciones martensíticas. Todas estas técnicas, excepto las transformaciones martensíticas, introducen defectos en la estructura cristalina que actúan como barreras para el movimiento de las dislocaciones y hacen que el material sea más duro.