1. ¿Qué es una herida?
Una herida es una falta de la continuidad de la piel
que puede estar originada por diferentes causas,
como un golpe, un corte con un objeto afilado o una
mordedura. Es importante conocer su origen, ya que
el tratamiento va a estar condicionado en gran
medida al agente que la provoca, si por ejemplo la
herida ha sido provocada por una mordedura de
animal habrá que vacunar a la persona, o para un
corte puede que sea necesario suturar.
2. Complicaciones de una herida
Las complicaciones más importantes que pueden
derivarse de una herida son:
Hemorragia: importante saber tratarla de
inmediato porque puede llevar a un shock.
Infección: si es leve enlentece el proceso de
curación y causa fiebre y dolor intenso. Si pasa a
ser grave puede conllevar la pérdida del miembro
afectado o incluso shock y muerte.
3. Tipos de heridas
Hay diferentes tipos de heridas, unas necesitan una atención más
urgente que otras. Su aspecto nos dará una idea de a qué tipo de
herida nos enfrentamos y cómo actuar ante ellas:
Abiertas: con separación de la piel. Debemos comprobar la
distancia que hay de un borde a otro de la herida, y la
profundidad. Si no es muy abierta, no será necesaria una sutura.
Cerradas: no se observa separación de la piel, pero generalmente
hay hematoma. Suelen estar producidas por golpes, y requieren
una atención rápida para descartar el compromiso de algún
órgano o de la circulación.
Simples: alcanzan solamente a la piel sin afectar ninguna función
del organismo. La persona solo manifiesta dolor local, no se queja
de dolor en órganos internos.
Complicadas: son extensas y profundas, con hemorragia
abundante, y generalmente conllevan lesiones de músculos,
nervios, vasos u órganos internos. Son muy llamativas y se
reconocen fácilmente.
4. Qué hacer ante una herida
Si te dispones a curar una herida, ya sea propia, de un familiar o una persona de
la calle, conviene que conozcas los pasos a seguir para hacerlo correctamente y
evitar infecciones u otras complicaciones:
Antes de actuar, es importante lavarse las manos con agua y jabón.
Hay que observar si hay dolor, hemorragia, el tipo de herida que es y su
extensión.
Conviene conocer la causa para saber qué hacer: por ejemplo, las mordeduras
necesitan atención médica no inmediata.
Observa la hemorragia: si la sangre es más oscura y sale a impulsos es sangre
arterial, más grave. En ese caso acude rápidamente a un centro de salud para ser
atendido.
Si existe hemorragia se debe presionar con una gasa estéril. En caso de no tener
una a mano, presiona con un paño.
Comprueba si hay objetos extraños en la herida (arena, cristal…), pero no los
extraigas.
Una vez que la hemorragia ha parado, cubre la herida prestando atención a que
no se adhiera, y vigilando que no vuelva a sangrar. Si dispones de algún gel
bacteriano a mano aplícalo.
5. Qué no hacer para curar una
herida
Nunca hay que hacer torniquetes, puede provocar
necrosis del miembro.
Dejar la herida al descubierto.
Sacar los objetos extraños de la herida. Puede que
el cuerpo extraño esté taponando una hemorragia
y es peor sacarlo que dejarlo.
Si se está aplicando presión a una hemorragia,
nunca quitar la gasa/paño que esté en contacto con
la herida, ya que podemos romper la capa que se
está creando para detener la hemorragia.