2. El proceso por el cual las heridas llegan a
sanar es el fundamento primario de la cirugía,
puesto que el cirujano siempre espera una
cicatriz sana después de su intervención y los
tejidos vivos están expuestos a sufrir diversos
tipos de lesiones que son objeto de su
atención desde épocas inmemoriales, por
tanto, se estudia su evolución natural y se
señalan los mediadores químicos moleculares
que intervienen en la curación.
3. Las heridas son lesiones ocasionadas por
traumatismo mecánico en las que se observa
rotura o interrupción de la continuidad de los
tejidos blandos,3 y cuando el tejido lesionado
es rígido o semirrígido, a la solución de la
continuidad se le conoce como fractura.
4. Los medios mecánicos de agresión son
múltiples, y entre ellos se encuentra el corte
o incisión que hace el cirujano como parte del
procedimiento. Las heridas se clasifican de
acuerdo con la causa que las produce.
5. Aquellas causadas por un objeto de borde fi
loso (como un cuchillo) o de extremidad
aguda (como un clavo o punzón).
6. Son ocasionadas cuando un objeto plano o de
bordes redondeados golpea los tejidos
blandos o cuando el cuerpo del individuo es
proyectado con cierta velocidad sobre
superficies planas que detienen de manera
brusca su movimiento de aceleración.
7. Los proyectiles acelerados por armas de
fuego ocasionan lesiones complejas que
difieren según las características del arma y
de los propios proyectiles, los cuales pueden
ser de alta velocidad y expansivos.
9. Estas heridas se producen cuando los tejidos
son arrancados.
10. Difieren en sus características y dependen de
la especie animal que las produce. Entre las
más comunes están las ocasionadas por otro
humano, las cuales suelen inocularse con fl
ora bacteriana múltiple; las mordeduras por
cánidos suelen recibir cuidado especial por la
posible transmisión del virus rábico. Las
mordeduras por animales venenosos
producen agresiones biológicas complejas.
11. Las heridas se clasifi can y describen de
acuerdo a la profundidad de los tejidos
lesionados y los órganos que interesan.
Desde este punto de vista, el cirujano suele
usar la siguiente nomenclatura, la cual a
veces varía en función de la región y las
escuelas quirúrgicas.
12. Lesión superfi cial que afecta la epidermis y
en general cicatriza regenerando en forma
íntegra el epitelio, sin dejar huella visible.
13. Es aquella que involucra a la piel y al tejido
adiposo hasta la aponeurosis.
14. Afecta los planos superficiales, aponeurosis,
el músculo y puede lesionar vasos, nervios y
tendones.
15. Herida que lesiona los planos superficiales y
llega al interior de las grandes cavidades, se
les llama penetrante al abdomen, penetrante
al tórax y penetrante al cráneo. En ocasiones
hay dobles penetrantes, por ejemplo, al tórax
y al abdomen.
16. Las heridas se clasifican y se reconstruyen
según su probabilidad de infección: así fue
definido por un grupo de estudio cooperativo
(Ann Surg 1964; suppl 160:35) cuyas
conclusiones han sido adoptadas en los
textos y traducidas a todos los idiomas.
17. Es la herida donde no hay contaminación
exógena ni endógena, y en la que se supone
que no habrá infección. Un ejemplo es la
incisión que hace el cirujano en la sala de
operaciones para efectuar una cirugía
herniorrafia electiva.
18. Es una herida en la cual el cirujano sospecha
que puede haber sufrido contaminación
bacteriana, como donde hubo alguna
violación de la técnica estéril del quirófano, o
un tiempo quirúrgico controlado en que se
debió abrir el tubo digestivo, la vía biliar o el
aparato urinario, en los cuales se considera
que se introdujeron gérmenes viables.
19. En este tipo de heridas se produjo una
contaminación evidente, pero no están
infamadas ni tienen material purulento.
Algunos ejemplos son las heridas como
resultado de un traumatismo producido en la
vía pública o en las intervenciones
quirúrgicas donde ocurrió un derrame del
contenido del tubo digestivo en la cavidad
peritoneal, pero por ser recientes no tienen
signos de infección activa.
20. Es la herida que tiene franca infección
evolutiva, por ejemplo, las que son resultado
de un traumatismo con más de 12 h de haber
sucedido, o la presencia de una fuente
séptica muy bien identificada, como la
perforación de una úlcera péptica o del
apéndice ileocecal con peritonitis purulenta,
un absceso que se drena o un segmento de
intestino gangrenado.
21. Esta clasifi cación encuentra su aplicación
práctica en la conducta que ha de seguir el
cirujano:
22. 1) cuando se determina que el estado de la
herida corresponde al tipo I o II, se hace la
reconstrucción y el cierre de los planos
anatómicos en forma directa, y las
posibilidades de infección son de 1.5%
23. 2) en las heridas tipo III, la reconstrucción se
hace en forma parcial y hay grandes
controversias acerca de la conveniencia o
inconveniencia de instalar drenajes
quirúrgicos en ellas,
24. 3) por lo general, las heridas de tipo IV no se
suturan o sólo se unen de manera parcial
para permitir la libre salida de los detritos y
del material purulento, y se espera su cierre
más tarde o en lo que se llama segunda
intención (véase más adelante). En las heridas
tipos III y IV la frecuencia de infecciones es de
30%, en promedio.