La yerba mate se originó con los indios guaraníes en Misiones, Argentina. Crece en suelos rojos lateríticos con bajo pH y alto contenido de arcillas. Aunque es un cultivo importante para la economía de Misiones, en los últimos años los productores han descuidado aspectos como la fertilidad del suelo y el manejo de la planta. Para mantener altos niveles de productividad de manera sostenible, es fundamental promover cubiertas verdes y un buen manejo del suelo que evite la erosión y compactación.