La regulación genética permite a los organismos controlar la expresión de sus genes en respuesta a cambios ambientales, permitiendo la adaptación y manteniendo la homeostasis. En procariontes como las bacterias, la regulación suele ocurrir a nivel de la transcripción, mediante interruptores OFF como los represores y ON como los activadores que se unen a secuencias reguladoras como promotores u operadores, controlando el inicio de la transcripción. Por ejemplo, el operón lactosa en E. coli contiene genes para metabolizar la lactosa y está regulado por un represor