La resistencia a los antibióticos se refiere a la capacidad de ciertas bacterias de resistir los efectos de los antibióticos diseñados para eliminarlas o detener su crecimiento. Este fenómeno se ha convertido en una preocupación global debido al uso excesivo e inapropiado de antibióticos en la medicina humana y veterinaria, así como en la agricultura. Cuando se utilizan antibióticos de manera excesiva o incorrecta, las bacterias pueden desarrollar mecanismos para resistirlos. Estos mecanismos pueden incluir la producción de enzimas que descomponen el antibiótico, cambios en la estructura de la membrana celular que impiden que el antibiótico ingrese a la célula bacteriana, o la capacidad de expulsar el antibiótico fuera de la célula antes de que pueda causar daño. La resistencia a los antibióticos puede tener graves consecuencias para la salud humana, ya que puede hacer que las infecciones bacterianas sean más difíciles de tratar, prolongar la enfermedad, aumentar el riesgo de complicaciones y, en algunos casos, incluso llevar a la muerte. Es crucial tomar medidas para combatir la resistencia a los antibióticos, como el uso prudente de estos medicamentos, la promoción de la higiene y el saneamiento, y el desarrollo de nuevos antibióticos y estrategias terapéuticas.