Los bloqueantes neuromusculares son medicamentos utilizados en anestesia y cuidados intensivos para producir relajación muscular. Funcionan bloqueando la transmisión de señales entre los nervios y los músculos, lo que resulta en una parálisis temporal y reversible de los músculos esqueléticos. Esta parálisis es útil durante procedimientos quirúrgicos que requieren inmovilidad total, como la intubación endotraqueal o la cirugía abdominal. Existen dos tipos principales de bloqueantes neuromusculares: los despolarizantes y los no despolarizantes. Los bloqueantes despolarizantes, como la succinilcolina, actúan inicialmente al unirse a los receptores de acetilcolina en la placa motora, causando despolarización y contracción muscular breve antes de una parálisis sostenida. Por otro lado, los bloqueantes no despolarizantes, como el rocuronio o el vecuronio, se unen a los receptores de acetilcolina pero no desencadenan una contracción muscular, lo que resulta en una parálisis prolongada. Es importante administrar estos medicamentos con precaución, ya que pueden tener efectos secundarios como hipotensión, bradicardia y parálisis residual. Por lo tanto, su uso debe ser monitoreado cuidadosamente por personal médico experimentado, y la dosificación debe ajustarse según las necesidades individuales del paciente y el tipo de procedimiento.