5. Anthropos
de papel
A nuestros estimados lectores y colaboradores:
Las páginas de Anthropos de papel están disponibles para compartir conocimientos
y experiencias que nutran nuestro saber y nuestro espíritu.
Enfocados en el objetivo de colaborar, desde la palestra que nos compete, con el
mejoramiento de la calidad de vida de los tachirenses, es nuestro deseo recibir los
artículos o trabajos que puedan contribuir al cumplimiento de tal fin.
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buena calidad para su publicación y es deseable que estén acompañados por sus
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6. Asesora-directora
Dra. Antrp. Reina
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Durán
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Msc. Anderson Jaimes
Museografía:
Dra. Antrp. Reina
Durán
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Aléxis Cáceres
Antonio Flores
José Remolina
Roberth Márquez
Willian Nieto
Luís Sanabria
Editorial
Anthropos
de papel
El Anthropos Nº 11, llega con retraso por razones ajenas
a nuestra voluntad, sin embargo esperamos compensar
a nuestros lectores con este número especial, dedicado a
destacar la importancia del patrimonio arqueológico y el
peligro de destrucción en el cual se encuentran algunos de
los yacimientos considerados de sumo interés por el
conocimiento que aportan en relación a las antiguas
culturas aborígenes que habitaron el territorio venezolano,
muchos años antes de la llegada de los invasores europeos.
En tal sentido, el artículo del Prof. Camilo Morón describe los
médanos de Coro como un gran yacimiento donde se
localizan frecuentemente vestigios cerámicos de los
antiguos grupos indígenas que vivieron allí, un ambiente
inhóspito, pero del cual supieron aprovechar los recursos del
medio para su sobrevivencia y crear cultura como lo
demuestra la belleza de la decoración cerámica que
corresponde al llamado estilo Dabajuroide. Para finalizar
resalta su preocupación por el abandono en que percibe se
encuentran los yacimientos del estado Falcón donde se han
encontrado muestras de material lítico asociado con
megafauna correspondiendo a sociedades que se remontan
a 10.000 a.C. , luego están los artículos de Frank Gustavo
Tovar/ José Rojas López, Anderson Jaimes y Reina Durán, que
se refieren, respectivamente a los páramos: la agricultura y
el hombre, los petroglifos de Colón y su simbología y el
yacimiento de Colinas de Queniquea, cuya destrucción es
eminente, a menos que se tomen medidas con carácter
urgente para controlar esta situación.
En las secciones fijas, se puede conocer el proceso de
elaboración de los diferentes tejidos blandos, actividades
que se han practicado desde la época indígena,
extendiéndose su práctica hasta la actualidad, igualmente es
posible estar al tanto, sobre las actividades desarrolladas
por el Museo del Táchira y el Departamento de Antropología
en el año 2013. De manera que les recomiendo su lectura,
esperando que lo disfruten y ayude a tomar conciencia sobre
la necesidad de resguardar y conservar los pocos testimonios
que persisten de nuestro legado cultural indígena.
R.D. San Cristóbal: 2014-05-10
7.
8. Anthropos
de papel
Yacimientos Arqueológicos en los Médanos de Coro:
07
Un Museo a Cielo Abierto
Msc. Camilo Morón
Profesor de la Universidad Nacional Experimental
Francisco de Miranda
Los Médanos de Coro son un ícono geográfico, histórico y simbólico
de la región coriana. Declarados Parque Nacional el 6 de febrero de
1974 por decreto N° 1.592, comprenden una superficie de 91.280
hectáreas, discriminadas en: 42.160 hectáreas terrestres y 42.120 de
superficie marina. El parque se extiende entre los municipios
Miranda, Colina y Falcón. La zona de mayor reclamo para la industria
turística es la región al Noroeste de la ciudad de Santa Ana de Coro –la
Curiana de los indígenas Caquetíos– y la carretera que, a través del
istmo, lleva a la península de Paraguaná.
De la Memoria a la Etnohistoria
Caquetíos, Jiraharas, Ayamanes, Chipas o Chiparotes, Ajaguas y
Caribes eran algunas de las naciones indígenas que poblaban en el s.
XVI el territorio de lo que hoy es Falcón. La presencia humana está
atestiguada en yacimientos del período Paleoindio, remontase a
15.000 años a. C.; en la bella cerámica policroma de estilo
Dabajuroide, según la terminología acuñada por Cruxent y Rouse en
Arqueología Cronológica de Venezuela (1958) y, cabalmente, de
forma palmaria e incontestable en el fenotipo y el genotipo de los
falconianos.
Un pionero del estudio de las antiguas sociedades falconianas fue
Pedro Manuel Arcaya. En carta fechada en Santa Ana de Coro, el 26 de
Febrero de 1906, Arcaya escribe a Lisandro Alvarado: “Hace mucho
tiempo que cruzamos varias cartas respecto de asuntos indígenas.
Después me he propuesto estudiar estas cuestiones detenidamente.
Al efecto me he propuesto reunir cuanto se haya publicado sobre
etnografía, historia primitiva y lingüística indígena en Venezuela.
Mucho tengo ya. He comenzado un trabajo sobre los Aborígenes del
Estado Falcón. Le remito los números de El Águila donde aparecen lo
hasta hoy publicado y le remitiré los demás que salgan.”
9. Anthropos
Estos estudios se fundirán en los primeros capítulos de Historia del
Estado Falcón, cuya edición príncipe data de 1920. En otra carta
fechada el 16 de Agosto de 1906, escribe a Alvarado, quien, haciendo
un alto en su erudito peregrinar, se encontraba en Tinaco: “…no he
sabido que se hayan encontrado en Coro grandes cementerios de
indios, pero sí que aún en esta ciudad se han encontrado sepulturas
aisladas, en tinajas llenas de huesos. Todavía no he comenzado a
reunir cráneos, pero me propongo hacerlo con los que aparezcan en
lo sucesivo. Sí tengo algunas figuras de barro y armas de piedra.”
Según Cruxent y Rouse, corresponde a Francisco Tamayo ser el primer
investigador de la Arqueología de esta área. En 1932, publica Ensayo
sobre el Arte Pictórico de los Caquetíos y Gayones, con un Bosquejo
de la Evolución del Arte. Boletín de la Sociedad Venezolana de
Ciencias Naturales, 1, nº 10: 398-405. Hacia fines del primer cuarto
del siglo XX, Tamayo excavó en la costa sudoccidental del Golfo de
Coro, donde rescató tiestos pintados con dibujos geométricos. Poco
después los geólogos que estudiaban la región en busca de petróleo
08
de papel
Médanos de Coro
10. Anthropos
de papel
comenzaron a realizar colecciones de material lítico y cerámico
aflorado que fueron entregadas a Gladys Nomland, en el Museo de
Antropología de la Universidad de California, en Berkeley. Nomland
publicó estudios de estas colecciones en 1933 y 1953 a partir de los
materiales colectados en El Mamón, Hato Viejo, La Maravilla y Coro.
En 1941, Osgood y Howard excavaron en el yacimiento de Cayerua,
península de Paraguaná, e hicieron colecciones de otros yacimientos
en Moruy y en la playa de Amuay. En 1957, Paranhos da Silva publicó
un estudio sobre una pequeña colección de esta zona. A partir de
1949, J. M. Cruxent realizó una serie de viajes a Coro en los que visitó
las estaciones descritas por Nomland y descubrió otra cerca de Coro.
Las investigaciones de J. M. Cruxent (considerado el Padre de la
Arqueología en Venezuela) se prologarán en el tiempo y en la
geografía falconiana hasta finales de la década de 1980, siendo con
mucho las más trascendentales para el conocimiento de los pueblos
originarios de esta región.
09
Vista panorámica de los Médanos de Coro
11. Anthropos
Un Museo entre las Dunas
En Arqueología Cronológica de Venezuela, Cruxent y Rouse definen
el Área Arqueológica de Coro en estos términos: “Los límites del área
de Coro coinciden arbitrariamente con los del estado Falcón, si se
exceptúa la parte oriental extrema del estado, que va del río Tocuyo a
la frontera del Estado Yaracuy y que se considera como área
diferenciada, la de Tucacas. Tanto la tierra firme de Falcón como la
península de Paraguaná, que se proyecta hasta llegar a unos treinta
kilómetros de la isla holandesa de Aruba, se estudian en esta área que
en su mayor parte consiste en tierras bajas y planas, aunque en el
interior posee amplios valles separados por filas de montañas de
poca altura. El clima es seco y la tierra está muy erosionada, siendo la
vegetación xerófila en general, salvo en algunos valles interiores.”
(1958: 72)
10
de papel
Exploraciones arqueológicas en Parque Nacional Medanos de Coro
12. Anthropos
de papel
El más conspicuo de los yacimientos arqueológicos en el perímetro
del Parque Nacional Médanos de Coro es el Cementerio Indígena. En
breve nota escrita por el presbítero Octavio R. Petit, leemos: “A unos
seis kilómetros al Noroeste de la cuidad de Coro se ha descubierto un
importante cementerio precolombino. Concretamente al Norte del
Parque de Exposiciones o Feria, como le dice el pueblo, una zona
medanal desplazada hacia el Oeste, ha dejado al descubierto el suelo
natural en varios puntos. En ellos aparece un yacimiento de cerámica
provenientes de sepulcros rotos de entierros secundarios y utensilios
de nuestros antepasados aborígenes.” (1970: 56, 57). Y a renglón
seguido: “El que esto escribe, presentó al profesor José María
Cruxent varias muestras de esos materiales antiguos. El eminente
científico y notable arqueólogo, sometió a exámenes en el
Laboratorio Geocronológico de Carbono Catorce (C-14) del IVIC
dichos materiales. De los cálculos realizados en el Laboratorio se
concluyó que los indios Caquetíos habitaron el mencionado sitio
entre los años 1410 al 1830” (Ibídem). Destaca Petit que la primera
fecha es 88 años antes de la llegada a tierra americana del Almirante
Cristóbal Colón.
11
Yacimientos arqueológicos en Parque Nacional Medanos de Coro
13. Anthropos
de papel
El caminante sobre la duna puede apreciar a escasos pasos del límite
de los Médanos los afloramientos de cerámica indígena e indo-hispánica;
12
estos fragmentos de cerámica tienen poco o ningún valor
comercial (lo decimos como una advertencia dirigida a los
huaqueros), pero su valor científico es inestimable. Quienes hemos
leído las páginas de Arqueología Cronológica de Venezuela, publicada
por vez primera en inglés por Cruxent y Rouse en 1958, sabemos que
esta obra maestra está hecha con fragmentos de cerámica tales y
como las que afloran entre las dunas de los médanos. Cada vez que un
fragmento de cerámica es triturado por la rueda de la moto o el
vehículo deportivo es una línea de nuestra historia antigua la que se
borra para siempre; subrayamos: para siempre (Morón: 2010).
Un documento arqueológico, como un fragmento de budare o un
trozo de cerámica arqueológica, pese a su aparente modestia, puede
ser muy elocuente si se le sabe interrogar, y el progreso de la Ciencia
pone en nuestras manos instrumentos y técnicas que nos permiten
Yacimientos arqueológicos en los Medanos de Coro
14. Anthropos
de papel
recabar datos desconocidos e impensables para los investigadores de
hace apenas unas pocas décadas; pero toda técnica es estéril si el
documento arqueológico ha sido deteriorado o destruido, ya sea por
impericia de parte de los investigadores o por el vandalismo culposo
o intencionado (Morón, 2010).
La definición más sencilla y lacónica de un conchero es: un valioso
basurero arqueológico. En la línea de la costa que se extiende desde
La Vela de Coro hasta la península de Paraguaná es posible
distinguirlos como si un Dios arqueólogo hubiese querido simplificar
el trabajo a sus colegas terrenales, haciéndoles particularmente
visibles bajo el resplandor de la Luna. En efecto, un conchero es tan
conspicuamente notable bajo la luz de la Luna como si lo hubiesen
barnizado con una pátina plateada. Los concheros de Médanos de
Coro encierran un enigma arqueológico y paleoambiental: los más
grandes están casi exclusivamente formados por una sola especie de
Ostrea, en estos concheros sólo se encuentra cerámica indígena y
herramientas de piedra. Luego, le suceden en tamaño otros cocheros
donde es posible observar más de una especie de moluscos.
Finalmente, los concheros más pequeños están constituidos casi en
su mayoría por conchas de “chipi-chipi” (Donax sp.) y una que otra
captura eventual de Melongena y Strombus. Los concheros
exclusivamente formados de “corubos” (Strombus gigas) son menos
frecuentes y están constituidos en un alto porcentaje por ejemplares
juveniles. Aún se requieren dataciones y estudios matemáticos y
estadísticos que expliquen este patrón arqueológico.
Adrián Hernández Baño y José Manuel Trujillo publican Secretos de
Los Médanos de Coro (1986) en una sencilla edición. Era el primer
volumen de la Serie Historia Regional, auspiciada por el Instituto de
Cultura del Estado Falcón (INCUDEF) y el Instituto Nacional de
Parques (INPARQUES). La obra de apenas unas ochenta páginas está
bellamente dedicada “a la juventud falconiana, heredera y defensora
de nuestras raíces”. En el Prólogo, escribe D´Angelo Pietri: “He tenido
el privilegio de acompañar a los autores a lo largo de sus numerosas
caminatas, por el difícil tránsito de las arenas movientes. En estos
recorridos apreciamos, con inmensa satisfacción y gozo, cómo ante
13
15. Anthropos
de papel
nuestros sentidos iban aflorando cada uno de sus secretos, desde los
abundantes restos de cerámica hasta las polémicas estructuras que
simplemente hemos denominado las Calzadas de los Médanos.”
En nuestras investigaciones de campo en los Médanos de Coro, desde
2005 hasta 2012, hemos encontrado numerosas piezas de cerámica
indígena de estilo Dabajuroide (vide supra) asociada a las estructuras
de tierra apisonada y la disposición misma de las estructuras parece
sugerir cierta intencionalidad.
La arqueología, la historia, la lingüística y al etnología han puesto en
evidencia las muchas relaciones que existen entre los pobladores de
la antigua Curiana y los Llanos centrales, así pues podríamos explorar
la posibilidad de que los constructores de las estructuras de tierra
apisonada en los Llanos tuviesen una misma matriz cultural que los
constructores de estructuras de tierra apisonada en los Médanos.
Desde luego, eso no puede establecerse desde el escritorio, y mucho
menos si ese escritorio está en una oficina capitalina. La respuesta
está, sencillamente, en los Médanos de Coro y para encontrarla
hemos de recurrir al trabajo de campo, gabinete y laboratorio: la
historia, la arqueología, la paleontología, la palinología, la geología, la
cartografía georeferenciada, la microscopía son las disciplinas que
habrán de darnos los argumentos para explicar la existencia de estas
estructuras. Conjuntamente con el Instituto Nacional de Parques
(INPARQUES) desarrollamos desde 2010 un levantamiento
cartográfico detallado de estas estructuras de tierra y otros
yacimientos arqueológicos en Médanos de Coro.
Conclusión y Advertencia
Consideramos criminal guardar silencio ante la destrucción del
patrimonio arqueológico en los Médanos de Coro y criminal es
también no tomar las acciones firmes y oportunas para preservar y
documentar nuestro patrimonio ancestral (Morón: 2010). La Alcaldía
Bolivariana del Municipio Miranda, el Instituto Municipal de
Patrimonio (IMP), el Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), Instituto
de Cultura del Estado Falcón (INCUDEF), el Instituto Nacional de
Parques (INPARQUES), las instituciones científicas y académicas
como la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda
14
16. Anthropos
de papel
(UNEFM), el Centro de Investigaciones Antropológicas,
Arqueológicas y Paleontológicas (CIAAP) deben ser agentes decisivos
en el estudio científico y en el resguardo del Patrimonio Cultural que
los Médanos de Coro han preservado, pero más señaladamente es un
derecho y un deber de todos los corianos, a través de las
comunidades organizadas, tal y como está consagrado en la Ley
Orgánica de los Consejos Comunales (Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela, n° 39.335, 2009) velar , cuidar y conocer su
herencia ancestral entre las doradas arenas de los Médanos.
Referencias Documentales
Arcaya, Pedro Manuel (1995): Obra Inédita y Dispersa. Centro de Investigaciones
Históricas Pedro Manuel Arcaya (CIHPMA). Universidad Nacional Experimental
Francisco de Miranda, Coro.
Cruxent J. M. e Irving Rouse [1958] (1985): Arqueología Cronológica de Venezuela.
II Volúmenes. Publicado con la autorización de la Secretaría General de la
Organización de Estados Americanos. Armitano Editor, Caracas.
Rouse, Irving y José María Cruxent. [1963] (1968): Arqueología Venezolana. Edición
española realizada bajo los auspicios del Instituto Venezolano de Investigaciones
Científicas (IVIC), a partir de la versión original en inglés publicada por Yale
University Press, New Haven y London.
Hernández Baño, Adrián y Manuel Trujillo (1986): Secretos de los Médanos de Coro.
Instituto Nacional de Parques. Instituto de Cultura del Estado Falcón. Coro.
Morón, Camilo (2010): Informe Técnico sobre los Yacimientos Arqueológicos en el
parque Nacional Médanos de Coro. Descripción, Cartografía Georeferenciada y
Amenazas. Centro de Investigaciones Antropológicas, Arqueológicas y
Paleontológicas (CIAAP). Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda.
Coro
Petit, Octavio R. [1970] (1999): Cementerio Indígena. Descubrimiento del
Cementerio de los Indios Caquetíos, Ascendientes del Gran Cacique Manaure. En:
Rafael Sánchez: Curiana. Coro, Edición facsímil, Instituto de Cultura del Estado
Falcón, (INCUDEF), Coro.
Tamayo, Francisco [1968] (en imprenta): Caminos de Agua, Caminos de Arena,
Caminos de Viento. (Trino Borges y Camilo Morón. Comp.) Universidad Nacional
Experimental Francisco de Miranda. Coro.
15
17. Anthropos
de papel
Antropología y Agro-ecología: articulación necesaria para la
16
agricultura alto-andina merideña.
Frank Gustavo Tovar Zerpa*
José Jesús Rojas López**
En las últimas décadas la agricultura alto-andina, ha sido considerada
por los especialistas como una de las principales causas, y al mismo
tiempo víctima, de los problemas ambientales originados por las
tecnologías utilizadas en monocultivos hortícolas (papa, hortalizas,
flores) en los valles alto-andinos merideños. Si bien la horticultura y la
floricultura son sistemas productivos económicamente exitosos,
también son de muy bajo desempeño ambiental por las
externalidades que producen. Incluso algunos ecólogos lo ubican en
los umbrales de un colapso socio-ambiental.
En consecuencia, la agricultura alto-andina debe re-pensarse en el
marco de un proceso de sustentabilidad que privilegie la
interculturalidad como matriz local para la inserción de innovaciones
agroecológicas y organizativas. En este sentido, la aplicación de
conocimientos antropológicos y agro-ecológicos se erige como una
articulación especial para lograr una relación armoniosa entre
agricultura y naturaleza.
Mérida tiene innegables ventajas comparativas para diseñar un
modelo de nueva ruralidad alto-andina, anclado en un proyecto de
desarrollo territorial rural, que maximice la sinergia del "pentágono"
de la sustentabilidad: ecológicamente sostenible, económicamente
rentable, socialmente justa, culturalmente apropiada y éticamente
responsable (Rojas López y Tovar, 2012). Entre las más conspicuas
ventajas, vale la pena mencionar:
Investigación y posgrados de la Universidad de Los Andes:
Etnología (mención Etnohistoria), Antropología, Ecología Tropical,
Ordenación del Territorio y Ambiente, Gestión de Recursos
Naturales Renovables, Desarrollo Agrario, entre otros. Estos
conocimientos comienzan a ser integrados en el nuevo enfoque
del desarrollo territorial rural.
18. Anthropos
de papel
Un sistema regional de áreas protegidas: 75 % del territorio
merideño se encuentra bajo figuras de administración especial
(parques nacionales y zonas protectoras de cuencas hidrográficas).
Un patrimonio que no sólo amplía las oportunidades del turismo
rural, sino que es también la principal fuente de agua y
biodiversidad de la región.
Organización y cultura rural en la sociedad alto-andina: una
histórica cultura agraria, cuya base organizativa puede originar
modelos exitosos de convivencia sustentable entre la producción y
el ambiente.
Valiosas experiencias agroecológicas: actualmente aplicadas
puntualmente en el rediseño de agro-ecosistemas biodiversos y
complejos para la obtención de alimentos sanos y de alta calidad.
La articulación de Antropología y Agro-ecología en el marco de esta
reflexión, posibilita entender e interpretar los problemas ambientales
ya no sólo como desequilibrios de los ecosistemas naturales, sino
como producto de una relación particular de los seres humanos con la
naturaleza. Por ello, la Antropología considera cómo las distintas
culturas, definen su relación con el entorno natural y los problemas
ambientales derivados de tal relación (Durand, 2002).
Por su parte la Agro-ecología, como paradigma de aproximación entre
las prácticas agrícolas y los principio ecológicos, procura la necesaria y
posible articulación entre los conocimientos técnicos-científicos y los
conocimientos locales indígenas y campesinos. En tal razón, debe ser
tomada como un referente aplicado para la sustentabilidad de los
procesos agro-productivos.
El binomio de ambas disciplinas contribuye a la valoración de los
diálogos de saberes entre conocimientos locales e innovaciones
sustentables, de significativa importancia en la cultura territorial de la
nueva ruralidad. Así, en este entramado se encuentran las bases de
una agricultura andina sustentable, pues incorpora las directrices del
pentágono de la sustentabilidad. Por tanto, cualquier política pública
o iniciativa privada de asistencia técnica y extensión rural debería
estar condicionada a la interpretación, comprensión y valoración de la
realidad sociocultural de las comunidades campesinas alto-andinas.
17
19. Anthropos
de papel
Agricultura alto-andina***
En definitiva, el reto de la transición agroecológica con base en la
articulación Antropología y Agro-ecología, está orientado hacia el
rescate y la preservación del conocimiento local propio de la cultura
campesina alto-andina, como estrategia fundamental para construir
de manera participativa un nuevo modelo de ruralidad anclado en los
actores y recursos locales, innovaciones agroecológicas y
revaloración de los territorios de los valles altos andinos merideños.
_______________________________________________
*Ingeniero Forestal, Magister Scientiae en Gestión de Recursos Naturales
Renovables y Ambiente. Doctorante en Antropología. Universidad de Los Andes. e-mail:
frankt@ula.ve
**Geógrafo, Magister Scientiae en Geografía y Planeamiento Rural. Profesor
Titular. Universidad de Los Andes.
e-mail: jrojaslopez34@gmail.com
Bibliografía:
Durand, L. (2002). La relación ambiente-cultura en Antropología: recuento y
perspectivas. México: Nueva Antropología, septiembre, vol. XVIII, No.61, pp. 169-
184.
Rojas López, J. y Tovar, F. (2012). Retos de la agricultura sustentable en el alto-andino
venezolano. Conferencia en las XII Jornadas de Ambiente y Desarrollo. 31 de
mayo de 2012. Mérida, Venezuela.
*** Fuente: http://diariovea.com.ve/wp-content/uploads/2013/04/
ministrodeagriculturaytierrasjuancarlosloyo1328128526-314x160.jpg
18
20. Anthropos
de papel
19
La piedra del mapa
las voces silenciadas de un mito
Mcs. Anderson Jaimes R.
Investigador del Museo de Táchira
Entre la gran cantidad de petroglifos que se encuentran esparcidos sobre
la meseta inclinada que actualmente ocupa la población de San Juan de
Colón, en el estado Táchira, el conocido como “La piedra del mapa”
siempre ha tenido una relación afectuosa con los habitantes de esta
población. Se trata de un bloque de una longitud de 3,78 metros, con una
la latitud máxima de 1,80 mtrs., y una altura máxima de 1,80 mtrs., y
mínima de 1,50 mts. Sus grabados forman una posible cosmogonía
donde destacan cuatro figuras adornadas con atributos de poder y
autoridad. Una de ellas con un penacho de plumas, otra con la
representación de un collar y una especie de bastón de mando. Una
mujer en estado de gravidez y otra cuyo tronco la forma una línea,
ataviada con algún tipo de maquillaje. Alrededor de todas estas huellas
de plantígrados (osos) y felinos (tigres), serpientes enchicadas o
preparadas para atacar y huellas humanas. Todas estas figuras muy bien
hechas y de esmerada fabricación.
El hecho de que estas representaciones, en su conjunto sean recurrentes
en otros petroglifos, parece evidenciar que se trata de una simbología
sobre un conocimiento de carácter religioso, cultural e histórico. Es muy
factible que se trate de la representación de seres sobrenaturales, de
relaciones cósmicas, en un intento de expresar una forma de
comunicación con el mundo espiritual y con la naturaleza. Se trata
entonces de un evento comunicativo, ligado al lenguaje y a la escritura,
directamente relacionado con la mitología y con la organización social de
los grupos humanos que lo elaboraron.
Se trata de “Mitogramas” y “sociogramas” que buscan representar
ciertas ideas mediante signos abstractos y figurativos, cargados de
simbolismos y con cierta independencia en relación al lenguaje. Y es que
la “imagen posee una libertad dimensional que faltará siempre a la
escritura; puede desencadenar el proceso verbal que llega a la recitación
de un mito pero no está ligada a ella y su contexto desaparece con el
recitante” (Leroi Gourhan, 1971:193).
21. Anthropos
de papel
Por este motivo muchos investigadores han asociado los petroglifos
con espacios sagrados donde era común la práctica de rituales
presididos por la figura del mohan o chaman, sitios de enseñanza y
transmisión de conocimientos.
En las figuras humanas representadas en la piedra del mapa se puede
apreciar otra de las características del pensamiento andino, ligada
con una categoría propia de los pueblos indígenas prehispánicos, el
dualismo. (Clarac, 2003:33). Hombres y mujeres claramente
definidos en roles muy específicos encarnan esta cosmovisión que
permanece presente en la psiquis de los contemporáneos. La misma
parece remitir a la pareja mítica de los dioses cósmicos caídos en
tierra, creadores de las montañas y las lagunas, héroes civilizadores
que permitieron el paso del estado natural al real particular del
hombre de los andes.
Son formas simbólicas que parecen remitir, aunque en una doble
representación, a la pareja original y originaria de los ritos
20
Primera fotografía conocida de la piedra del mapa tomada en 1906.
22. Anthropos
de papel
americanos: “juya – pulowi” dentro de los Arawak. En la cordillera
andina de Venezuela y Colombia “shuu – ches – arco”, para el Dios
masculino y “shía – jamashía – arca” para lo femenino. A ellos aun se
refiere y se les llama “encantos”, “espantos”, “momoes”, etc. Son
viejos y viejas que aparecen y desaparecen, hombres y mujeres
catires de ojos como de tigre, animales míticos sobrenaturales que
habitan en los espacios sagrados de las montañas y lagunas, como la
culebra representada en los petroglifos.
En la mitología andina la culebra es símbolo de fertilidad y muerte.
Está asociada con las lagunas y los ríos: laguna real en la Aldea Los
Vegones, pozo azul en la Aldea La arenosa, donde se dice habitan
estos seres. Las representaciones felinas del tigre o jaguar en sus
huellas, asociado con el mohan, chamán o faraute, quien asume su
forma. Los sapos y las ranas asociados a la fertilidad y resurrección así
como a la feminidad y su poder agresivo (Clarac, 1985). Así pues, todo
un libro abierto de una rica y compleja concepción religiosa y
totémica de seres, animales, círculos, espirales, soles, huellas
humanas, etc. Punto de encuentro entre dos realidades que lejos de
ser excluyentes entre sí conviven y se encuentran en estos objetos de
poder que son en sí mismos símbolos de resistencia, eternidad y
especie de entraña protectora que constituye y refiere a lo que el
hombre nunca llegará a ser: un sujeto inmortal.
Estos dos mundos el de lo sagrado y el de lo profano, solo se
definen rigurosamente el uno por el otro. Entre ambos se
excluyen y se suponen recíprocamente. En vano se intentaría
reducir su oposición a cualquier otra: se ofrece como un
verdadero dato inmediato de la conciencia (Caillois, 1994.12).
Con la llegada de los europeos en el siglo XVI, con su superioridad bélica
y sus imposiciones religiosas y culturales, se originaron los
enfrentamientos y genocidios que tiñeron de sangre estas tierras
trayendo consigo la exterminación de la población autóctona. Los
pocos que se escaparon buscaron la forma de esconderse en lo más
profundo de las selvas y de las más altas de las montañas (Durán, 1998).
21
23. Anthropos
de papel
Esta “huida” a las montañas se encuentran presente en la tradición
oral colonense se recoge el dato del retiro de los indígenas
sobrevivientes a la montaña llamada La Urbina, un territorio de muy
difícil acceso incluso hoy día. Estas tradiciones hablan de que esta
montaña es habitada por una “tribu indígena” que es gobernada por
“la viuda del Cacique Urbina”, una “poderosa mohan” que desata
formidables tempestades “cuando algunos cazadores van a buscar
osos, venados, cachicamos y esos animales que son muchos de los
que viven allá”. Con “truenos y relámpagos”, con “senderos que
aparecen y desaparecen”, con “cascadas muy bonitas que cuando
uno va ir a mirarlas se pierden”, con “neblinas que lo pierden a uno” y
“venados” que se aparecen de repente y si uno los persigue lo hacen
perder a uno en el monte”, así La Urbina defiende “sus tierras
encantadas”.
La persistencia de una especial significación
Dentro de la particular forma que tienen las comunidades andinas
para relacionarse con su medio ambiente vital, entra en juego un
esquema de oposición entre la razón segunda, representada por el
logos de la ciencia y la razón primera. Esta última se refieren a toda
una serie de esquemas explicativos de la realidad, basados en las
creencias fuertemente arraigadas de una comunidad (Briceño, 1993).
Dichas creencias se mueven en lo terreno de lo simbólico y en la
trasmisión que de ella han realizado los grupos humanos. Así muchos
de los elementos extraídos desde esa mirada etnográfica a la piedra
del mapa, recoge esa transmisión del contenido simbólico que
proviene de las comunidades indígenas que habitaron estos
territorios desde muchísimo antes de la invasión española y europea.
Esta transmisión de saberes es considerada como una forma de
resistencia ante los profundos cambios que representó la imposición
de una cultura dominante exógena, proceso ha continuado hasta hoy
y se ve reflejado en la asociación de estos elementos simbólicos con
una serie de arquetipos que llenan al mundo y la vida de significación
y sus imágenes hoy se expresan a través de una mitología
reformulada dentro de la llamada tradición oral.
22
25. Anthropos
de papel
En el caso particular del petroglifo conocido como la piedra del mapa,
esta capacidad simbólica ha sido atestiguada por los sucesivos
habitantes de este territorio conocido hoy como San Juan de Colón.
Estas creencias relacionadas con la piedra del mapa han sido
testificadas tanto por fuentes escritas como por una tradición oral
continua, a la que ya se ha hecho referencia. Así luís Felipe Ramón y
Rivera (1972) hace referencia a estas “creencias simbólicas” que aun
permanecen en el colectivo colonense. Estas hablan de un “encanto
especial de la piedra” que hace que “quien la toca o se suba en la
piedra no abandone a Colón y si lo hace más temprano que tarde
regresará a esta tierra”.
Para el siglo XIX Ana María Vivas de Pacheco reseña en unas de sus
cartas que alrededor de la piedra “se veían en las noches, las almas de
los indios danzando alrededor de ésta”. (Ramírez, 2008). Esta
creencia es recurrente a otros petroglifos colonenses, como el
llamado “La piedra del caimán” (Alviárez, 2005), el ubicado en los
alrededores del mercado Municipal – conocido como la piedra de
tarzán – y los que se encuentran en las inmediaciones de la
urbanización Santa Marta.
Otros “fenómenos” relacionado con el carácter sagrado de la piedra
del mapa se refiere a los “extraños ruidos que ésta produce” y a la
sensación de que “alguien nos ve”. (Ramírez, 2002). Esto se hace
recurrente en muchos sitios sagrados del Municipio, como se pudo
recoger en los datos etnográficos recabados durante la excavación de
un posible sitio ceremonial indígena ubicado en las inmediaciones de
la quebrada La Urbina en su desembocadura en la quebrada La
Blanca. (Durán, 2007). Así como en el abrigo rocoso trabajado
arqueológicamente en la Aldea Vegones. (Salamanca, 2009).
Igualmente la aparición de “duendes” alrededor de ésta. Los duendes
provienen de la incorporación mítica europea pre cristiana a la nueva
cultura mestiza de América, incluye a los sumilis de Asturias, los
trasgos de Cataluña, sidh de Irlanda y poltergeit de Alemania;
transmutados en los aluxes de la Península de Yucatán, en los
novendes de Bolivia, thraucos de Chile y nuestros duendes. Son la
explicación española de los llamados “encantos”, nombre con que se
24
26. Anthropos
de papel
designa “el poder de los indios, misterioso y cerrado que continua
activo y vigente aun”. (Morales, 2002).
Sin embargo el discurso más recurrente en la actualidad es aquel que
dice “si mueven la piedra del mapa se inunda Colón”, esto “no es
mentira porque ya sucedió, hace muchos años movieron la piedra y
comenzó a caer los aguaceros más terribles sobre Colón”, esto como
consecuencia de haber enterrado la piedra del mapa. “Entonces
apareció un viejo de pelo largo y descalzo que comenzó a gritar por
todas partes que no dejaría de llover hasta que desenterraran la
piedra y así mismo fue”.
La historia y la reactualización del mito
Esta construcción mítica sobre la piedra del mapa proveniente de un
hecho histórico reseñado y recordado por la población de San Juan de
Colón (Calderón, 1962) y que puede sintetizarse de la siguiente
manera:
La codicia de los hombres de todos los tiempos ha hecho imaginar
que tras las piedras talladas por los indígenas se encuentran
grandes y fabulosos tesoros. El 5 de febrero de 1920 la piedra del
mapa fue movida del puesto que ocupaba y enterrada unos
metros más allá. Fueron muchos los esfuerzos realizados por los
habitantes del pueblo, pero la autorización para este crimen ya
estaba refrendada por el presidente del Táchira Eustoquio Gómez
(1868-1935) y por el jefe civil del Distrito Ayacucho Robinson
Morantes. Con la ayuda del jefe militar Domingo Romero,
procedieron con unos soldados acantonados a realizar este
hecho. A pesar de indicar que esto se hacía para abrir una calle,
todos sabían que buscaban un tesoro que nunca encontraron.
Llenos de rabia quisieron romper la piedra. Retando el miedo que
produce las autoridades de la oscura dictadura, los vecinos
organizan una junta de salvamento el 10 de febrero. Hacen
diligencias, Ceferino Chacón, Juan Guglielmi, el Pbro. Juan de la
Rosa Zambrano, Carlos Pagnini, Ernesto Croce, entre otros,
encabezan dicha junta. Eustoquio parte a falcón a recuperarse de
25
27. Anthropos
de papel
los achaque dejados por el atentado del año anterior y queda
encargado de la presidencia del Estado el Dr. Pedro León Arellano,
quien ordena dejar quieto el monumento, nombra como jefe civil
al Coronel Enrique Garabán quien cumple la orden. Se recoge
dinero para desenterrar la piedra con los aparatos del gran
ferrocarril del Táchira bajo la dirección del Ing. Alberto Roncajolo
(+ 1940). El 26 de marzo la piedra se desenterró y dicen que ese
día dejó de caer la lluvia que desde febrero azotaba el poblado. En
1950 la piedra es trasladada hasta los jardines del grupo escolar
Francisco de Paula Reina, el sitio que hoy ocupa (Jaimes, 2006:4).
La lluvia “que amenazaba con terminar con todo” y la aparición de un
misterioso anciano que gritaba “si no desentierran la piedra del mapa
toda la ciudad se morirá ahogada”, forman parte del relato mítico
reactualizado y proyectado en este acontecimiento. Se trata
entonces de la reconstrucción simbólica de un mito anterior asociado
con claros elementos de las religiones andinas de los grupos
aborígenes que habitaron estos territorios antes de la invasión
europea.
Por un lado el viejo, personificación del dos creador arco, mito andino
que se encuentra a lo largo de toda la cordillera de los andes. Por otra
parte el agua, con un rico simbolismo dentro de las culturas andinas
autóctonas, “el agua sirve, sin duda, de intercambio entre el cielo y la
tierra a los que une o desune y que participa de su naturaleza”.
(Clarac, 2003: 299).
El agua es entonces el elemento intermediario entre lo sagrado y lo
profano. Es la lluvia que castiga y purifica, en referencia universal al
diluvio presente en casi la totalidad de las religiones. El agua sagrada
y misteriosa de los correlatos míticos de encantos, presentes en las
lagunas que rodea a la población especialmente a la llamada “laguna
real” que “si se desborda puede destruir a Colón”. En estas lagunas,
ríos y quebradas – fuentes de agua – vive también la culebra ancestral
de los mitos americanos, como en “pozo azul” donde este ser “se ha
comido a muchos que han ido a bañarse allí y le han faltado el respeto
al pozo.
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28. Anthropos
de papel
Existe también una relación muy material de algunas quebradas, ríos
y lagunas con los petroglifos. En la aldea Helechales, sector El Moral,
se encuentra un petroglifo en la orilla de una antigua laguna. En el río
Guaramito, en su paso por el sector Riecito de la Aldea La Arenosa se
encuentran petroglifos incluso dentro del cauce del mismo.
Igualmente un número considerable de petroglifos ubicados en la
meseta inclinada donde se encuentra actualmente la ciudad de San
Juan de Colón está curiosamente muy cerca de fuentes de agua,
destacándose la quebrada de Los Curos donde se encuentra con
mayor profusión. Estas son solo algunas posibles relaciones de los
petroglifos con el agua.
Conclusión
La piedra del mapa parece representar una posible cosmogonía que
es recurrente en otros petroglifos. Se trata de un elemento de
poderosos simbolismo comunicativo que remite a las creencias de las
religiones de los pueblos originarios que aun persisten de forma
consciente e inconsciente en las comunidades del presente. En la
piedra del mapa se puede encontrar esa persistencia de significados
los cuales fueron reactualizados y reformulados a partir del hecho
histórico de su “entierro” en 1920.
Estos datos parecen sugerir la presencia de un complejo religioso
ancestral que se manifiesta en dos planos. Un plano mental
consciente, inconsciente y/o subconsciente, que supone toda una
estructura de pensamiento donde aparecen correlatos míticos
indígenas. Y un plano material en donde las comprobaciones
etnológicas y arqueológicas comienzan a insinuar una particular
distribución de petroglifos y espacios sagrados alrededor y en
asociación con fuentes de agua (petroglifos alrededor de la quebrada
los curos, sitios ceremoniales en medio de dos quebradas, petroglifos
dentro de ríos, petroglifos al lado de lagunas como en la aldea
Helechales y la aldea Naranjales).
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29. Anthropos
de papel
Referencias bibliográficas
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petroglifos”. En: Valencia. El diseño de los petroglifos en
Venezuela. Fundación Pampero, Caracas.
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interétnicas”. En: Boletín Museo del Oro, Nº 50, Banco de la
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civilización pasada”. En: Sinopsis, Nº 10, Fundación galería de Arte
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Ramón y Rivera (1972) Memorias de un andino. BATT, Caracas.
Salamanca y otros (2009) “Estación rupestre Plan de Vegones”. En:
Sinopsis, Nº 14 Fundación galería de Arte El Punto, San Juan de
Colón.
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30. Anthropos
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Informantes
Alviárez, Jorge. Cronista del Municipio Ayacucho.
Chacón, Juanita. Rezandera, secreteadora. 82 años de edad.
Mora, Pascual. Campesino. 103 años de edad.
Morales, Virgilio. Dirigente campesino. 83 años de edad.
Ramírez, Hernán. Cronista popular colonense.
Rosales, José María. Sobandero, rezandero. 84 años de edad.
Salamanca, Miguel Ángel. Investigador de las manifestaciones
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rupestres en Venezuela y Colombia.
Zambrano Arminda. Maestra. 91 años de edad.
- Fotografías enviadas por Msc. Anderson Jaimes.
31. Anthropos
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La destrucción anunciada
del Yacimiento Arqueológico Colinas de Queniquea
Dra. Antrp. Reina Duran L.
Asesora Jefe del departamento de Antropología
y directora del Museo del Táchira
Características Generales
La investigación arqueológica realizada en el Táchira desde 1976, ha
permitido reconstruir un periodo de la historia de los antiguos
aborígenes que habitaron este territorio, el cual abarca unos 5.000
años antes del presente. Los yacimientos más antiguos se han
localizado hacia el norte y oeste del estado, son producto del esfuerzo
realizado por grupos y/o sociedades que manejaban una tecnología
simple pero diversificada y de costumbres seminómadas,
representantes del modo de vida apropiador y cazador cuya
cronología se remonta desde 5.000 a.C. – 1.000 a. C., periodo que
Cruxent (1963) denomina Mesoindio en la Arqueología Venezolana.
Las comunidades sedentarias en el Táchira, probablemente se
gestaron a partir de 1.000 antes de Cristo, cuando se observa un
avance económico, social y cultural, logrando abastecerse mediante
la autogestión y producción de recursos, subsanando los faltantes al
negociar sus excedentes con los grupos vecinos. A partir de allí, se
fueron ramificando y extendiendo su dominio territorial, en la medida
que el grupo social rebasaba el número permisible de individuos que
podían ser sustentados en base a la producción de cada comunidad.
Un crecimiento demográfico que se puede comparar con una especie
de mitosis, como lo sugiere el Dr. Mario Sanoja “…la comunidad se
fragmentaba dando nacimiento a un nuevo grupo familiar idéntico al
anterior…”. Proceso que se repetía cuantas veces era necesario, como
es el caso del grupo que habito en Zorca, cuya cronología se remonta a
2.795 antes de Cristo. (4.745+-245, antes del presente), el cual se
bifurca en varios grupos, fundadores de nuevos poblados como: El
Ceibal y Colinas de Queniquea, presentando características culturales
similares, razón por la cual se infiere lazos de parentesco y de
intercambio prolongado.
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32. Anthropos
de papel
Colinas de Queniquea
La aldea Colinas de Queniquea, cuyos orígenes se remontan a 300 a.C.
(2.360+-14% antes del presente), es probablemente producto de este
proceso de ramificación. El yacimiento recibe el nombre del Cerrete y
en términos de distancia está a unos cinco minutos del pueblo de
Queniquea. Su altitud es de 1.800 m.s.n.m. y su temperatura media es
de 16ºC., por el oeste colinda con Queniquea, hacia el este la
carretera de Mesa de Tigre, por el sur con la Quebrada Las Talas y por
el norte con el páramo las Coloradas.
El yacimiento tiene una extensión de aproximadamente 5.5 hectáreas
y esta esparcido a todo lo largo del cerro, presentando menor declive
en relación a los otros. Su pendiente esta calculada en unos 20 – 25º.
Las treinta terrazas de habitación detectadas en la excavación (1991-
1994), constituyen cortes artificiales que practicaron en las
pendientes de las lomas, las cuales diseñaron siguiendo el relieve
natural del cerro y están alineadas horizontal y verticalmente. Entre
ellas se observan caminerías de piedras naturales que quizás
acomodaron para facilitar el ascenso, descenso y también como
desagües de las corrientes de agua que en época de invierno bajan a
lo largo del cerro. Cercanas a las terrazas se pueden apreciar especies
de franjas circulares que probablemente utilizaron como eras de
cultivo y también siguen el declive natural del cerro.
Todas las terrazas tienen muro de contención en forma ovalada,
reforzados en la parte superior e inferior por hileras de piedras en
disposición escalonada, los muros traseros tienen alturas de 1 - 4
metros que oscilan según la ubicación de la terraza en las lomas del
cerro. Construyeron pisos de piedra pequeña como una continuidad
del muro trasero, los cuales se prolongan en algunas de ellas hasta la
mitad. Y en su borde externo como protección a los deslizamientos de
tierra, una hilera de piedras grandes de canto.
Sin lugar a dudas, el yacimiento constituye una aldea en toda su
extensión, con una población que según el número de terrazas,
posiblemente sobrepaso el ciento de habitantes. Los tamaños y
formas de las viviendas no son homogéneos, pues las terrazas varían
en su dimensión, prevaleciendo las de forma circular, es posible que
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33. Anthropos
de papel
las más pequeñas fuesen usadas como silos o almacenes.
En ninguna parte de Venezuela hasta el presente, existe una
concentración similar de terrazas de habitación como la de Colinas de
Queniquea, constituyendo la primera evidencia de un pueblo
anterior a la invasión de los europeos.
Los terrenos son patrimonio Histórico Cultural del Municipio, según
decreto nº 14 del 27 de mayo de 1992 y Bien de Interés Cultural de la
Nación por resolución nº 009-99 del 28 de junio de 1999, publicado
en Gaceta Oficial de la República de Venezuela nº 36.798 del 30 de
septiembre de 1999. Lo cual significa que están declarados área de
resguardo o protección bajo la tutela de las autoridades Nacionales,
Estadales y Municipales y deben sujetarse a lo establecido en la Ley de
Protección y Defensa del Patrimonio Cultural.
Por su “excepcionalidad y connotación histórico – cultural”, es que el
instituto de Patrimonio Cultural (I.P.C.) mediante la resolución antes
mencionada declaró el yacimiento “Bien de interés Cultural de la
Nación”. De ahí de la importancia de musealizarlo con el fin de
conservar, investigar, coleccionar y difundirlo a nivel nacional, ya que
constituye un yacimiento pionero en su género.
La Destrucción
El día jueves 22 de agosto del presente año, efectuando prospección
arqueológica por el municipio, reconocimos el terreno a fin de ver su
estado actual y pudimos constatar el proceso de destrucción que
vienen realizando los propietarios actuales, quienes se han dedicado
a construir viviendas (4) sobre las terrazas de origen indígena
detectadas en la zona.
El propietario del tercer terreno decidió construir tres casas de
habitación en las terrazas nº 4, 5 y 9, también observamos un rancho
en el segundo terreno propiedad de otra familia, donde se encuentra
la terraza nº 2 - una de las más grandes - y donde al parecer tienen
planeado construir otra vivienda. En la construcción de las casas
removieron los pisos de las terrazas, tumbaron los muros que
circundaban las mismas y abrieron una vía destruyendo parte de un
antiguo camino real.
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34. Anthropos
de papel
Anteriormente, sólo lo usaban como potrero pero los antiguos
propietarios lo vendieron, decidiendo el actual propietario cambiar el
uso, aún cuando saben de la importancia arqueológica del sitio, por
conocer los resultados de las excavaciones, la existencia de los
decretos donde se declara Bien de Interés Cultural Nacional y
Municipal, haber visto audiovisuales que se han proyectado en
diferentes oportunidades en la comunidad y publicaciones que se les
han entregado, además de saber sobre el proyecto de parque
arqueológico, el cual se encuentra expuesto en el Museo de
Queniquea con los textos y maqueta correspondientes.
De manera que todas estas acciones que conllevan a la destrucción
del yacimiento las han realizado a sabiendas de la importancia del
sitio y con la anuencia de las autoridades municipales, pues al
parecer, es el ente que otorga los permisos para construcción y
además son los que proveen la maquinaria para efectuar los
movimientos de tierra.
Desde que realizamos la excavación (1991-1994), nos hemos
ocupado de enviar a diferentes instituciones correspondencia,
participándoles la existencia e importancia del yacimiento, los
decretos de protección, especialmente nos hemos dirigido por
escrito a la Alcaldía de Sucre y participado en sesiones de la misma.
En el 2003, presentamos el proyecto de Parque Arqueológico Colinas
de Queniquea, al CONAC. Dirección de Museos, para la solicitud de
recursos pero a pesar de interesarles, manifestaron que sólo podían
apoyarlo, si la Municipalidad o la Gobernación compraban los
terrenos, ya que ellos no les correspondía hacer la transacción, por tal
motivo iniciamos, una campaña de promoción del parque
Arqueológico, presentando audiovisuales, exposiciones, artículos en
diarios y revistas sobre la importancia de preservar el yacimiento, ya
que además de crear conciencia ciudadana, tratábamos de interesar
a la Municipalidad o la Gobernación en la adquisición de los terrenos.
En el período de gobierno del Capitán Ronald Blanco, se otorgó un
recurso a la municipalidad para la compra de los terrenos, pero no
realizaron la negociación porque al parecer no llegaron a un acuerdo
con uno de los dueños y después, no hicieron más nada al respecto.
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35. Anthropos
de papel
De manera que en los siguientes años se olvidaron del yacimiento y de
su importancia, por tal motivo es que los propietarios están
construyendo y destruyendo: la única aldea indígena en Venezuela
que puede o podía ser observada a simple vista en su configuración
total, constituyendo un testimonio del desarrollo cultural de los
antiguos aborígenes que habitaron en el estado Táchira. Por los
motivos expuestos solicitamos se incluya en las conclusiones del III
Congreso Nacional de Antropología y en el II Encuentro Nacional de
Arqueólogos y Arqueólogas de Venezuela, un exhorto al estado
venezolano y a las instituciones competentes para que se tomen las
acciones correspondientes, manifestando además, la solidaridad de
esta asamblea con la conservación del yacimiento Colinas de
Queniquea, como una manera de denunciar ante la opinión pública
nacional el rechazo a la destrucción de este patrimonio arqueológico,
propiedad colectiva e invalorable por el conocimiento que aporta
sobre el pasado común de todos los venezolanos, fuente primigenia
de la identidad nacional.
Vista de terraza Nº4. Archivo fotográfico del Museo del Táchira.
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36. Sección Fija: Cultura Tradicional del Táchira
Tejidos Blandos
Pequeñas Industrias I
II parte
Anthropos
de papel
Antrp. Reina Durán
Asesora Jefe del Departamento de Antropología
y directora del Museo del Táchira
ARTESANOS
TEJIDO DE LANA
A pesar de ser muy pocos los artesanos que actualmente trabajan la
lana, fue posible entrevistar a una señora en Queniquea. Municipio
Sucre y a través del Archivo de Folklore, dirigido por la Antrp. Fanny
Zulay Rojas, presentar un testimonio y algunas imágenes de una
anciana, que aún trabaja en ocasiones la lana.
La señora Rosa, vive en las afueras de Queniquea y nos cuenta
“Aprendí de mi mamá, pero hasta hace tres años trabaje la lana, deje
de hacerlo porque estoy enferma. Primero se escarmena la lana,
luego se lava, se seca, se hacen los copos y se sacan los hilos. Tengo un
telar vertical con varios peines que aprietan la lana, pero no está
funcionando, porque ya no hago mas cobijas y además que la gente
ya no las usa porque pican mucho”
Doña Margarita Mejía de Castellanos tiene 81 años y vive en San
Vicente de la Revancha, aunque ya no trabaja como antes, recuerda
todo el proceso: “una vez que el ovejo tiene la lana larguita, para eso
uno deja más o menos 8 o 10 meses, se puede tusar o cortar la lana
del ovejo, siempre y cuando sea en creciente para que le pueda volver
a crecer enseguidita. Esa lana se lava con agua tibia y ceniza para
dejarla sin grasa y luego se pone a secar. Ahí empieza uno a
escarmenarla, luego hace la chinchurria y se va hilando en el huso.
Después se va al torcido, en otro huso y se hace la madeja.
Al final se tiñe.” Algunos datos adicionales sobre el tejido de lana, nos
los facilita la Antrp. Rojas: “Una de las fibras trabajadas
tradicionalmente en el Táchira es la lana de oveja. Luego de tusar al
animal, preferiblemente en creciente, se limpia la lana y se procede a
escarmenarla, es decir, a emparejar las hebras, a sacar el mechón y
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37. Anthropos
de papel
Escarmenando la lana
dejar el copo listo para hilarlo en el huso. Al hilarlo, se agarra un poco
de lana y se hace amarre en la punta de la hebra que se enreda en la
naricita del huso. Ahí se comienza a rotar con los dedos pulgar e
índice de la mano, mientras se va elaborando el hilo que se enrolla en
el cabo.
Una vez que el huso esté lleno, se retira la lana y se hace una madeja
que se colorea si se desea. Para pintar la lana se toma una penca de
sábila y se tritura hasta sacarle el zumo que se vierte en una olla de
agua junto al jugo de una naranja agria, una cucharada de sal, una
cucharada de vinagre y dos sobres de anilina del color que se desee.
Allí se deposita la lana y luego de hervir el contenido, se saca y se seca
al aire libre.”
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38. Sra. María Sánchez
Sacando la Hebra
Anthropos
de papel
TEJIDO DE ALGODÓN
En Queniquea, municipio Sucre, entrevistamos a la señora María
Sánchez, quien aprendió a tejer el algodón desde niña con su abuelo,
que sacaba hilos para remendar la ropa.
Tiene plantas de algodón sembradas en su patio de las cuales recoge
cosecha varias veces al año, antes cultivaban mucho, pero
actualmente son pocas. Recoge la mota, le saca las semillas, lo abre y
hace el copo. De allí saca una hebra que une a un hilo que ya tiene en
el huso y va dándole vueltas para sacar la hebra, luego la saca en dos y
la tuerce, pegándola al huso de nuevo para que el hilo quede más
grueso y fuerte. Dice “que al huso hay que darle suave para que la
hebra salga pareja y no reviente, lo que interesa es mantener
derechito la tabla y el palito”. El color natural del algodón es beige
para que quede blanco tiene que pintarlo.
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39. Anthropos
de papel
Actualmente casi no trabaja porque no ve bien y la hebra le queda
ordinaria, en diciembre hace el pabilo para amarrar las hallacas.
Todos en la familia parecen saber el oficio de tejer, su esposo sabe
hacer cuerdas y teje también esteras de eneas y la hija teje carpetas,
tapetes de diferentes tamaños.
TELARES DE LA FAMILIA VIVAS
Los telares que visitamos se encuentran en el sector Santo Cristo de
Independencia, en la parte Baja, son dos pequeños talleres que
funcionan en las casas de familia del Sr. Jesús María Vivas Navarro y de
su sobrino Antonio Vivas.
El Sr. Jesús Vivas, aprendió a tejer en los años cincuenta, en el Taller
Escuela Santa Teresita, fundado por el Padre Ángel Ramón Parada.
Anteriormente su oficio era la carpintería, pero ya no la practíca por
los costos del material, especialmente la madera, que están muy
caros. Hace más de veinte años decidió dedicarse a tejer las hamacas,
hizo los telares el mismo y describe el procedimiento para hacer las
hamacas de la siguiente manera:
“Estas bandas se agarran todas, esta banda se une con ésta, uno por
uno, todos, cada uno de los hilos y así se siguen hasta terminar. Uno
giren, el dos giren, toda la hilera que va ahí la unen, una por una, hilo
con hilo, la unen y luego que ya se hacen todos los nuditos, es decir
se amarran, todo esto, se pasa un poco de manera que pasen los
nudos por los huequitos, al pasar, entonces, ya queda en éste sector
y luego, ya ahí empieza uno a tejer.
Esa primera parte, se pierde, donde van los nudos se pierde, ésta es
la parte que queda ahí, sirve para muchas cosas como fleco, para
muchas cosas. Entonces ya después que tiene listo eso, es cuando ya
empieza, a tejer y se hace entonces el primer tramo que va a doblar
aquí adelante.
El tipo de hilo que se va a utilizar para la trama es el pabilo que uno
escoge de un color determinado, generalmente es el blanco, por el
motivo del billete, es más económico, el blanco es más económico, si
se mete a color, el color casi es el doble. Los hilos los compro en los
telares de aquí, los venden de todos colores.
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40. Anthropos
de papel
De ese rollo, salen 70 hamacas, generalmente, como yo trabajo sólo,
las hamacas que alcanzo a hacer o lo máximo que puedo hacer es
unas 3 ó 4 al día. Después que se termina de tejer la hamaca se hace
la costura final, para dejarle las trenzas, últimamente Antonia que es
sobrina, se encarga de las trenzas y de la costura una nieta, el
encabuyado lo hago yo. El encabuyado lleva, otro tipo de hilo, es un
cordel o guaral que es lo mismo, eso lleva más o menos 20 metros, ya
viene trenzado, lo hacen con el mismo hilo.
Yo inventé hacer un aparato de madera para hacer el cordel y
funcionó, pero ya no, porque se me daño y no he tenido tiempo de
arreglarlo. Da vueltas, va envolviendo el hilo, las hebras van de tres
por tres, después se reúne todo y se vuelve a pasar en uno solo, es
cuando ya queda listo. Algunos llevan más hebras, como este que
tiene cinco.
Ahorita, tengo bastantes hamacas hechas, tengo como cuatro
docenas hechas y las tengo ahí, de acuerdo a la clientela, se han
vendido, las voy haciendo, y así en el pueblo las llevo para esos
kioscos que hay de vender artesanía en la entrada, en estos días lleve
para allá, para los kioscos aquellos del mirador abajo, esos los pagan
de una vez porque ya llegamos a un tiempo en que hay que recibir los
riales antes del tiempo.
Sr. Jesús Vivas en el telar
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41. Las hamacas que yo hago son de este tamaño, tamaño gigante: 2,80
por 1,90 metros, normalmente son del mismo tamaño, pero se
pueden hacer más pequeñas en el mismo telar. Se toman las
medidas y la mete según el tamaño que usted quiera, en vez de poner,
19 bandas, se ponen 15, normalmente son 3 los tamaños de las
hamacas, pero la grande es la más cómoda”.
Antonio Vivas
El siguiente taller es propiedad de
Antonio Vivas, sobrino del señor
Jesús, están situados uno al lado del
otro. Antonio aprendió a tejer, cuando
tenía 11 años, en un taller que se
llamaba “Tejidos Libertad” situado en
la avenida de capacho, pero ya no
existe. Actualmente tiene 44 años y
montó su telar propio, a los 25 años, es
decir, que tiene dieciocho años
trabajando los telares, fabricando
hamacas y las sillas con toldo. Tiene
incorporado un telar eléctrico, pero la
Sr. Antonio Vivas
forma de hacer las hamacas, es similar al anterior, proceso
que explica a continuación:
“Primero se separan en la rinconera los hilos de a 10 centímetros,
hasta que está todo aquí, luego se pasa al carreto, se mete y se
enrolla, luego se pasa y lo anudo como lo llevo, hebra por hebra,
hebra por hebra, después sí se pone el que va metido en la lanzadera
y así, se hace la parte baja, se pone el hilo de diferentes colores o
blanco, según la hamaca que este haciendo. Esta es tejido plano y
toda del mismo color porque hicieron un pedido de puras hamacas
blancas. Entonces, sí quiero hacer dibujitos a la hamaca, puedo
hacerlo, pero tengo que ponerle cuatro pedales porque no tengo la
maquinilla, ese es otro tipo de telar, ese ya es otro tejido, con figuritas
son necesarios cuatro marcos, cuatro filas, las hamacas con dibujos
son un poquito más costosas.
Anthropos
de papel
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42. Todos los aparatos son hechos aquí, menos esa maquinita que es la
enconadora, sirve para pasar una hebra y sacarla, es sumamente útil,
encona aquí y ella lo enrolla ahí, los saca y enseguida ve tejiendo los
palos de la mansalla. Estas hamacas son pequeñas, queda más o
menos de 1.50 por 2.40, también se hacen cobijas y cestas de silla.”
ALFOMBRAS Y TAPICES
Guillermo Castro, tiene su telar en San Cristóbal, en la azotea de su
casa. Es Ingeniero y artesano en su tiempo libre, aprendió a tejer
durante los años 1986- 1987 con el profesor José Aliso de la
Universidad de Los andes. Con unos planos que le proporcionó el
profesor mandó a construir los telares, de los cuales tiene dos: uno
vertical y otro horizontal con cuatro pedales. El explica que “para
hacer una alfombra monta la base del tejido en el telar vertical sobre
el palo transversal superior que tiene una serie de puntillas en forma
de triángulos, a lo largo del mismo y une el hilo al palo inferior, donde
tiene un madero o tubo atornillado a los palos laterales que puede
mover, para incorporar una serie de aditamentos y controlar el largo
del tapíz, alfombra o tapete que este haciendo: 1 metro o 1,50
metros, según lo que el cliente desee. Después de colocar la
urdimbre, empieza con la trama que es manual, hilo por hilo.
Haciendo la trama
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de papel
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43. Anthropos
de papel
El telar horizontal es de madera con 4 pedales y cuatro cuadros con
las agujas, de acuerdo al movimiento de los pedales, suben o bajan
los cuadros y se obtienen diferentes puntadas. Los pedales tienen
una secuencia, puedo usar dos pedales a la vez, la trama pasa en la
lanzadera y la puntada es diferente, logrando más dibujos o motivos.
La diferencia entre ambos telares es en el manejo y en la
configuración del tejido. El vertical es más estático y menos rápido
que el horizontal, aunque el rendimiento de ambos, es parecido.
La diferencia entre una alfombra y un tapíz, es que el hilo de la
alfombra debe ser más resistente, la puntada y el nudo es diferente,
deben ser menos complicados por la pisada, menos protuberantes,
para que no se enreden los tacones de las damas y los dibujos
también son diferentes.
La materia prima que utilizo es lana, sisal o hilo. Pabilo no se consigue,
parece que por escasez de mano de obra y se debe buscar en otros
Estados. El tejer para mi, es un hobby, me entretiene y relaja,
actualmente estoy trabajando con lana porque tengo existencia y
también puedo usar las telas de blue jeans, es decir las tiras.”
Telar horizontal Telar vertical
- Fotografías tomadas del libro Pequeñas Industrias I, Tejidos Blandos.
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46. Exposiciones temporales
“De que vuelan, vuelan,” sobre las
aves del Táchira y Venezuela.
“Postales y Fotografías antiguas,”
en los 452 años de la ciudad.
“Etnias indígenas de Venezuela” rasgos
de las culturas autóctonas.
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Rehabilitación del Museo,
Casa Natal de Cipriano Castro
“Bicentenario de la Campaña
Admirable”
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“Al Árbol debemos...”, exposición
temporal en la Salas de Ciencias.
47. Anthropos
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“5 de julio de 1811", firma
del acta de la independencia
“Recuerdos de un bosque”
de la Artista Annie Vázques (Ave)
MACHIRÍ: entropía a orillas
del río - por: Oscuraldo
Megafauna 10.000 años a.C. Rebaños: víctimas de la
experimentación. De la artista
Annie Vázques (Ave)
Oleusbus, una mirada a las entrañas
de la Matria por el artista
Osvaldo Barreto (Oscuraldo)
48. Anthropos
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Retrospectiva Aniversaria, exposiciones temporales en celebración
de los aniversarios del Museo del Táchira y Dpto. de Antropología.
Exposiciones Itinerantes
Cartelera Institucional Itinerante,
expuesta en instituciones públicas
y privadas de la ciudad.
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El Gran Ferrocarril del Táchira
“100 años de historia de la estación”
Exposición Itinerante: Bicentenario
de la Campaña Admirable
49. Anthropos
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Talleres
Talleres de sensibilización sobre el
Patrimonio Cultural
Entrega de reconocimientos por la Dra.
Reina Durán en Taller de dulces típicos
Taller de tejidos
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Taller de máscaras de carnaval
Talleres de pintacaritas
y pintura sobre tela
Talleres de Cine, organizados por
la fundación cultural Bordes
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Diversas Actividades
Museo del Táchira, presente en
la FISS 2014
Actividad recreativa, en conjunto con
ANICAN y Dirección de Cultura dirigida
a los niños con cáncer del Táchira.
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Bautizo del libro “Dios es mi laberinto”
del reconocido escritor Jonuel Brigué
Charla sobre la situación actual
de la Etnia Mapuche de Chile, por
parte de miembros de la misma.
Plan Vacacional
51. Anthropos
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Desarrollo del programa
“El Museo visita la escuela”
Programa informativo con el Gobernador
José G. Vielma Mora desde el Museo del Táchira
Celebración de la Fiesta de carnaval Fiesta para los niños en su día
Charla sobre el patrimonio arqueológico
por la Dra. Reina Duran a miembros
de Fundacite
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Almuerzo por el día del
empleado público
Mantenimiento y limpieza del
circuito de exposición permanente
Charla en el marco del la celebración
del día del libro
52. Anthropos
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Cena navideña
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Visitas guiadas
Prospecciones Arqueológicas
Colinas de Queniquea Colinas de Queniquea
Delicias, Mpio. Rafael Urdantea Delicias, Mpio. Rafael Urdantea
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Mantenimiento de la Red de Museos Municipales
Excavación 2013
Aldea Aguaditas, Delicias. Municipio Rafael Urdaneta
Con la participación de los estudiantes de la Comunidad de Aprendizaje,
Arqueología Táchira
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54. Te invitamos a conocer el Museo del Táchira
Horario de atención al
público:
Martes a Viernes: de
8:00a.m a 5:30 p.m
Sabádo/domingo y días
feriados
de 10: 00 a.m a 5:00 p.m
Lunes: cerrado por
mantenimiento
Final de la Av. Universidad-
Paramillo
Créditos de Fotografías:
Portada: Mayra Becerra
Contraportada: Gregorio Aparicio
Excavación: Jesús Porras/Anderson Jaimes
Actividades y exposiciones: Zulay Pernía
Archivo fotográfico del Museo del Táchira
Fachada del Museo: Gregorio Aparicio
Fachada Salas de Ciencias: Zulay Pernía
Museo del Táchira
@museopotencia
museodeltachira@yahoo.com
(0276)3532986