La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
Salmos 2
1.
2. Que te agraden Señor
las palabras de mi boca.
Y los pensamientos y deseos de mi
corazón,
¡Oh Dios, refugio y redentor mío!.
Salmo 19, 14
3. ¡Cuán hermoso es tu santuario,
Señor todopoderoso!
¡Con qué ansia y fervor
deseo estar en los atrios de tu templo!
¡Con todo el corazón
canto alegre al Dios de la vida!
!Felices los que viven en tu templo
y te alaban sin cesar!
Salmo 84
4. Señor tú eres mi fuerza;
¡yo te amo!
Tú eres mi protector,
mi lugar de refugio,
mi libertador,
mi Dios,
la roca que me protege,
mi escudo,
el poder que me salva,
mi más alto escondite.
Tú, Señor, eres digo de alabanza:
Cuando te llamo, me salvas de mis enemigos.
Sal 18, 1-3
5. Canten ustedes a Dios,
canten himnos a su nombre;
alaben al que cabalga sobre las nubes.
¡Alégrense en el Señor!
¡Alégrense en su presencia!
Dios, que habita en su santo templo.
Es padre de los huérfanos
y defensor de las viudas;
Dios da a los solitarios un hogar a donde vivir,
libera a los prisioneros y les da prosperidad;
pero los rebeldes vivirán en tierra estéril.
Sal 68, 4-6
6. ¡Cuan preciosos me son,
Oh Dios, tus pensamientos!
Cuan grande
es la suma de ellos!
Si los enumero, se multiplican
más que la arena;
despierto, y aún estoy contigo.
Sal 139, 17-18
7. Los cielos
Cuentan la gloria de Dios,
y el firmamento anuncia
la obra de sus manos.
Cada día le pasa este mensaje al
día siguiente,
y cada noche lleva a la otra noche
esta bella voz.
Sal 19, 1-2
8. La ley y las enseñanzas del Señor son perfectas.
Son descanso del alma e instruyen al ignorante.
Los mandatos del Señor son justos y alegran el
corazón.
Los mandatos del Señor son puros y dan luz a los
ojos.
La voluntad del Señor es santa y eternamente
firme.
Sal 19, 8-9
9. Señor,
Acuérdate del amor y la ternura
que siempre nos has manifestado,
pero no te acuerdes de mis pecados
ni del mal que hice en mi juventud.
Señor, acuérdate de mí,
por tu gran amor y bondad.
Sal 25, 6-7
10. ¡Bendito sea el Señor, que ha escuchado mis
ruegos!
El Señor es mi poderoso protector,
en él confié plenamente, y él me ayudó.
Mi corazón está alegre;
cantaré y daré gracias al Señor.