El documento describe el desarrollo inicial de la Congregación de la Misión fundada por Vicente de Paúl, incluyendo la realización de misiones, el establecimiento de reglas y estructuras, y el comienzo de nuevos ministerios como los ejercicios para ordenandos. También discute los desafíos del clero en ese tiempo y la visión de Vicente para reformar la formación eclesiástica.
2. Las tierras de los Gondi esperaban.
Apenas constituida la nueva
comunidad, se lanzó al trabajo para lo
cual había sido fundada.
"El medio con que nuestro Señor se ganó y
dirigió a los apóstoles”
-140 misiones se predicaron en los 6 años de su
historia en Bons Enfants.
-Total de sacerdotes no pasó de siete hasta 1631.
- equipos de misioneros que podían formarse, ello
significa unos doscientos noventa días de trabajo
al año. Vicente era un operario de tantos..
3. Reglamento que regulaba los
actos comunitarios.
• Tiempo a la oración, al
estudio, a ejercitarse en la
controversia
• Se utilizaba un manual muy
de moda: el del jesuita belga
Martin Bécan. Vicente
cuidaba de que el orden del
día se observara incluso
durante sus ausencias.
En Bons Enfants la vida se organizaba.
Los misioneros llevaban consigo
pertenencias más necesarias.
•Un pequeño carricoche,un caballo
transportaba incluso las camas
portátiles o a pie; pero, a medida que se
cansaban, los misioneros subían, por
turno, al único caballo de que
disponían.
•Vicente se preocupaba de esos
pequeños detalles. La vida en la misión
se atenía al mismo reglamento que en
París. En él estaban previstas las horas
de levantarse, de acostarse, de la
oración, del rezo del oficio divino, de
entrada y salida de la iglesia para los
actos misionales.
4. Vicente sabía que la comunidad se compone de hombres, con sus
pequeños defectos, con sus respectivos temperamentos. les
infundía en sus colaboradores las virtudes más necesarias para la
vida en comunidad: La prudencia, la previsión, la mansedumbre.
Recomendaba la lucha contra la contra la
sensualidad, el egoísmo, la vanidad en las
predicaciones. Por eso tenía que limar
asperezas, apaciguar pequeños conflictos.
Otras veces era necesario
animar, felicitar. Vicente lo hacía
con discreción,
Al mismo Portail, un tímido que
hasta 1630, ¡al cabo de veinte
años al lado de Vicente!, no se
había atrevido a predicar desde
un púlpito, le felicitaba por
haberlo hecho al fin, pidiendo
para él la gracia de ser ejemplar
en la compañía, en la que faltan
modestia, mansedumbre y
respeto mutuo en las
conversaciones.
5. "Creía que las puertas de París se me iban a
caer encima”
preocupaba comunicar el celo, es decir, la quemazón interior por las
almas que se pierden, el ardor infatigable por el trabajo, el hambre y la
sed de la gloria de Dios.
Vicente que sólo diez años antes
reducía sus aspiraciones a lograr
un buen beneficio y una vida
sosegada y plácida de buen
canónigo o de respetable abad.
6. Para estructurar sólidamente la
compañía impulsó a Vicente a
proponer una práctica común a la
mayoría de las comunidades: la
emisión de votos
Sin prisa, pero sin pausa, fue
delineando las líneas maestras
del nuevo Instituto.
A Vicente le importaba mucho
dejar bien asentados los
cimientos. Simultáneamente fue
creando un estilo - un espíritu,
decía él, con palabra predilecta
de su siglo -,
Fue forjando apóstoles, fue trazando el
marco institucional. La Congregación de la
Misión es su primera obra y, en cierto
sentido, la que servirá de apoyo a todas
las demás.
7. El desarrollo de la nueva Congregación iba a abrirle un
nuevo campo de apostolado:
los ejercicios a ordenandos.
"La depresión del estado eclesiástico es la causa de
la ruina de la Iglesia”
•En los círculos de la reforma católica
•La mejora del clero era una preocupación
fundamental
•Las raíces del mal eran tres:
En primer lugar el sistema de colación de
beneficios, confiada, en buena parte, a patronos
laicos, llamáranse Corona, Parlamento o señores
feudales.
segundo, la encomienda, que permitía conceder a
seglares, incluso niños, la titularidad de abadías,
prioratos y hasta obispados; por último, la carencia
de centros de formación.
8. Ordenaciones irregulares
(recuérdese la del propio
Vicente), el permiso de
obispados, abadías y
canonicatos a individuos
carentes de vocación o sin
más vocación
- El gran número de diócesis
vacantes o cuyos pastores no
observaban la obligación de
la residencia
los escándalos - juego,
concubinato, bebida
de numerosos eclesiásticos,
la ignorancia generalizada de
las ceremonias y ritos
litúrgicos y hasta de las
verdades elementales de la fe.
El concilio de Trento, como
remedio y estado de cosas:
creación en todas las
diócesis de seminarios en
que los aspirantes al
sacerdocio fueran instruidos
y educados desde la infancia
en las materias necesarias
para el ejercicio de las
sagradas órdenes.
9. Trento no fue aceptado en Francia hasta 1615.
•En siglo XVI las asambleas del clero y los concilios provinciales
dictaron numerosas disposiciones encaminadas a la rigidez de
seminarios y, en general, a la reforma del estado clerical.
•Fruto de esa legislación fueron varios seminarios de tipo tridentino.
Pero todos ellos llevaron una vida debilitada.
•En 1624, la situación había mejorado muy poco. Las disposiciones
conciliares seguían siendo letra muerta.
10. En los tres episodios fundamentales
que determinan la vocación de
Vicente, esa idea juega un papel
decisivo.
•En casa de los Gondi había sido el
confesor que no se sabía la fórmula
de la absolución.
•En Chatillon, los seis capellanes que
escandalizaban a los fieles con su
conducta desordenada.
•En Marchais, la acusación del
hereje contra una Iglesia que
acumulaba en las grandes ciudades
miles de sacerdotes ociosos y
confiaba el pobre pueblo a pastores
indignos, ignorantes de las verdades
elementales.
11. Los ordenandos, el depósito más rico y más
precioso”
habían lamentado más de una vez de la triste situación del clero de la diócesis. Vicente había expuesto con claridad su visión del problema: era inútil intentar la reforma de los sace
eclesiástico a los aspirantes y negar el acceso a las órdenes a los que no lo poseyeran o fueran incapaces de asumir sus deberes.
an juntos en la carroza del segundo. El obispo parecía dormitar. Los acompañantes guardaron un silencio respetuoso. Pero Potier no dormía. Al cabo de un rato entreabrió los ojos
•Con Agustín Potier, obispo de Beauvais ( 1650).
Juntos se habían lamentado por clero de la
diócesis. Vicente había expuesto con claridad su
visión del problema: la reforma de los sacerdotes
ancianos, habituados a una larga vida de desorden.
•El remedio había que aplicarlo a la raíz: imbuir de
espíritu eclesiástico a los aspirantes
entreabrió los ojos y murmuró:
12. "Una cofradía especial llamada de la Caridad”
Todas las misiones se cerraban con la
fundación de la cofradía. Bien pronto hubo
caridades en todas las poblaciones de las
tierras de los Gondi. De allí irradiaron a
territorios vecinos. París mismo empezó a tener
caridades en 1629.
• San Salvador y San Nicolás de Chardonnet. San Eustaquio, San
Benito, San Sulpicio y San Mederico. San Pablo, San Germán
l'Auxerrois y San Andrés, hasta que poco a poco no quedó en
toda la capital ni una sola parroquia sin su cofradía
correspondiente.
13. Luisa era viuda de Antonio Le Gras, había
muerto, después de su larga y penosa
enfermedad, en medio de grandes
sufrimientos - la última noche tuvo siete
vómitos de sangre -, pero con una gran paz
de espíritu. Pocos días antes había hecho
la resolución de entregarse por entero al
servicio de Dios todo el resto de su vida.
"Reza por mí; yo ya no puedo", fueron sus
últimas palabras. En cuanto llegó el día,
Luisa, que había pasado enteramente sola
aquella noche terrible, acudió a la iglesia
para confesarse y comulgar y consagrarse
a Jesús como al único esposo de su alma.