1. I.U.P. “Santiago Mariño”.
Extensión Porlamar
Arquitectura
Semiótica de la Arquitectura
Semiótica y Arquitectura
Ronaylis Osorio
C.I. 26625132
Sección 1A
Porlamar, 11 de diciembre de 2016.
2. Semiótica y Arquitectura.
La Semiótica se conoce como la disciplina encargada del estudio de
los signos, es decir, aquello que se emplea para representar una idea o un
objeto diferente de sí mismo. La semiótica incluye a todas las demás
ciencias, que se dedican al estudio de los signos en determinados campos
del conocimiento; es decir, que la ven como una ciencia orientada a estudiar
cómo funciona el pensamiento para explicar las maneras de interpretación
del entorno y de creación y difusión de conocimiento que tienen las
personas.
En sus orígenes la Semiótica parte de la corriente de dos
pensadores: Ferdinand de Saussure y Charles Sanders; donde Saussure lo
plantea como un sistema de signos que expresan ideas, de igual manera
como la ciencia que estudia el origen de los signos en el marco de la vida
social; en cambio para Sander era la doctrina de la naturaleza esencial y de
las variedades fundamentales de cualquier clase posible de semiósis.
La arquitectura puede ser considerada como un sistema de signos, es
necesario ante todo caracterizar estos signos. La caracterización de un signo
arquitectónico se hace sobre la base de un significado codificado que un
contexto cultural dado atribuye a un signo. A su vez también el signo
arquitectónico reconoce de la presencia de un significante cuyo significado
es la función que lo hace posible. Pueden haber significantes denotativos y
connotativos que se aplican a los significados sobre la base de códigos.
De esta manera el objeto arquitectónico, visto desde el ángulo de la
comunicación, es el significante de lo significado exacta y convencionalmente
denotado por su función; es decir, la función es la primera clave de lectura de
cualquier objeto arquitectónico; aquello para lo cual fue concebido en su
aspecto utilitario evidente. La denotación seria el lenguaje de base o lenguaje
primero, y la connotación seria un lenguaje derivado o segundo, montado
parasitariamente sobre el primero. Por otro lado hay ocasiones en que las
connotaciones simbólicas llegan a ser tan útiles como las denotaciones
3. funcionales, y esto porque la vida colectiva da valores simbólicos de mucha
vitalidad; es decir, la denotación es funcional, mientras que la connotación es
simbolica. De igual manera la función en arquitectura se funda en una
necesidad antropológica sentida, y expresada por el arquitecto creador en
una nueva forma.
Según la historia, se equivocan los que creen que el significado
arquitectónico, por su misma naturaleza, ha de denotar una función primaria
estable, variando las funciones secundarias en el transcurso de la historia. El
ejemplo de la crucería de ojiva nos ha demostrado que incluso la función
primaria puede estar sujeta a curiosas disidencias entre la función denotada
y la función efectiva, lo que nos hace pensar que, con el transcurso del
tiempo, algunas funciones primarias pierden su eficacia y ni siquiera son
denotadas por sus destinatarios, que no disponen de un código adecuado.
Por ello, en el transcurso de la historia, las funciones primarias y
secundarias están sujetas a pérdidas, recuperaciones y sustituciones de
todas clases: pérdidas, recuperaciones y sustituciones que en general son
corrientes en la vida de las formas y constituyen la norma de lectura de las
obras de arte propiamente dichas, pero que resultan más evidentes (y
paradójicas] en el ámbito de las formas arquitectónicas, en el que la opinión
común cree que se trata de objetos funcionales con indicaciones
inequívocas, y por lo tanto, unívocamente comunicativas.