El documento critica cómo el servicio social actualmente beneficia más a las clases dominantes que a la sociedad. Argumenta que el trabajo voluntario debería usarse para mejorar las comunidades y empoderar a la gente, no para que sirvan a los intereses de otros. Finalmente, propone que los estudiantes deberían participar más en el trabajo voluntario para adquirir experiencia, conocer mejor las necesidades de la gente, y obligar a las instituciones a servir mejor a la sociedad.