Este documento discute el valor de la narrativa interpretativa como estrategia para la reconstrucción histórica. Argumenta que la narrativa es una forma natural de entender y darle sentido a la realidad cotidiana y a la experiencia humana. También sugiere que la narrativa configura nuestra identidad y nos permite comprender eventos del pasado dotándolos de significado. Finalmente, propone que la narrativa puede servir como conocimiento histórico al permitir dar sentido a las experiencias vividas por los seres humanos.