El documento discute los programas y enfoques efectivos para promover la salud sexual y el desarrollo de adolescentes y jóvenes. Los programas deben tener un enfoque de desarrollo que involucre a familias y comunidades, y debe ver a los adolescentes como participantes activos. Un marco conceptual nuevo debe incluir un enfoque centrado en el desarrollo humano dentro del contexto familiar y cultural. La salud sexual es un derecho fundamental que requiere educación, privacidad e igualdad.