Este nematodo puede causar una variedad de infecciones, desde leves hasta graves y potencialmente mortales en pacientes inmunodeprimidos. Tiene un ciclo de vida complejo que incluye etapas de vida libre y parasitaria, y es capaz de autoinfección permanente en humanos. Los síntomas pueden incluir erupciones cutáneas, dolor abdominal, tos y eosinofilia. El diagnóstico se realiza a través de pruebas en heces y sangre. La prevención se centra en medidas de saneamiento básico.