La segunda parte del franquismo se caracterizó por la consolidación del régimen a través de reformas económicas impulsadas por tecnócratas del Opus Dei y nuevas leyes. Hubo un fuerte crecimiento económico pero la sociedad no se desarrolló totalmente, surgieron oposición y disidencia a pesar de la represión. En los últimos años, el régimen entró en agonía con fracturas internas y sin capacidad de evolución, muriendo Franco en 1975.