Durante la época colonial en Buenos Aires, llegaban muchos barcos de Europa con mercaderías como medias, sombreros y hierro para intercambiar por productos locales como cueros, carne seca y lana. Descargar la mercadería era complicado debido a que el río era poco profundo, por lo que usaban técnicas como el porteo corporal para moverla a cubierta y luego deslizarla por tablas a las barcazas, las cuales la llevaban más cerca de la costa donde carretas rodaban para transportarla a tierra.