La dictadura de Fulgencio Batista en Cuba estuvo marcada por la corrupción, desigualdad y represión. Fidel Castro lideró un movimiento revolucionario para derrocar a Batista, iniciando con un fallido asalto a un cuartel en 1953. Castro entrenó guerrilleros en la Sierra Maestra y derrocó a Batista el 1 de enero de 1959. Al asumir el poder, Castro nacionalizó empresas estadounidenses y estableció relaciones con la Unión Soviética, lo que generó tensiones con Estados Unidos