El documento proporciona recomendaciones para mejorar las sesiones de estudio y repasos. Sugiera realizar ciclos de estudio de 20-30 minutos seguidos de descansos cortos, en lugar de largas sesiones de estudio. También recomienda realizar repasos regularmente después de estudiar para asentar mejor la información. Además, enfatiza la importancia de usar imágenes mentales para mejorar la memoria y la comprensión.
Se describe una forma de lectura basada en la intuición y en el manejo de la totalidad del sistema nervioso, que permite que la lectura sea rápida, efectiva y creativa.
Se describe una forma de lectura basada en la intuición y en el manejo de la totalidad del sistema nervioso, que permite que la lectura sea rápida, efectiva y creativa.
Resumen del MOOC (curso online masivo abierto) más popular “LEARNING HOW TO LEARN: POWERFUL MENTAL TOOLS TO HELP YOU MASTER TOUGH SUBJECTS” (Aprender a aprender: poderosas herramientas mentales para ayudarle a dominar temas difíciles).
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE 1ER. GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024”. Esta actividad de aprendizaje propone retos de cálculo algebraico mediante ecuaciones de 1er. grado, y viso-espacialidad, lo cual dará la oportunidad de formar un rompecabezas. La intención didáctica de esta actividad de aprendizaje es, promover los pensamientos lógicos (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia, viso-espacialidad. Esta actividad de aprendizaje es de enfoques lúdico y transversal, ya que integra diversas áreas del conocimiento, entre ellas: matemático, artístico, lenguaje, historia, y las neurociencias.
IMÁGENES SUBLIMINALES EN LAS PUBLICACIONES DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁClaude LaCombe
Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de las imágenes subliminales de los Testigos de Jehová. Fue en los primeros años del foro de religión “Yahoo respuestas” (que, por cierto, desapareció definitivamente el 30 de junio de 2021). El tema del debate era el “arte religioso”. Todos compartíamos nuestros puntos de vista sobre cuadros como “La Mona Lisa” o el arte apocalíptico de los adventistas, cuando repentinamente uno de los participantes dijo que en las publicaciones de los Testigos de Jehová se ocultaban imágenes subliminales demoniacas.
Lo que pasó después se halla plasmado en la presente obra.
Presentación de la conferencia sobre la basílica de San Pedro en el Vaticano realizada en el Ateneo Cultural y Mercantil de Onda el jueves 2 de mayo de 2024.
Ponencia en I SEMINARIO SOBRE LA APLICABILIDAD DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA. 3 de junio de 2024. Facultad de Estudios Sociales y Trabajo, Universidad de Málaga.
1. Sesiones de estudio y repasos
Las sesiones de estudio que duran horas deberíamos desecharlas. Antes de un
examen suelen ocuparse más de 8 horas seguidas en el estudio y eso no es tan
productivo como trabajar con los materiales en ciclos de 20' a 30' como máximo;
dejando un espacio de 5' a 15' como descanso entre ciclos. De esa manera
recuperamos la capacidad para prestar atención y asentamos mejor la
información. Además, podemos trabajar tantos ciclos como queramos y no
sentiremos tanto cansancio.
Repasos:
Saber cómo repasar lo estudiado sirve para asimilar la información de manera tal
que esté disponible toda vez que desees utilizarla. Para repasar deberás seguir
esta rutina:
Primer repaso: A los 10' o 15' de haber trabajado con los materiales.
Segundo repaso: Antes de que transcurran 8 horas.
Tercer repaso: Antes de que transcurran 24 horas.
Cuarto repaso: Antes de que transcurran 72 horas.
Quinto repaso: Antes de que transcurra una semana (opcional).
Sexto repaso: Antes de que transcurra un mes (opcional).
Séptimo repaso: Antes de que transcurra un trimestre (opcional)
De todos estos repasos, los fundamentales son los primeros.
La sesión de estudio:
Hay que acostumbrarse a seguir siempre un orden. Sugerimos el siguiente:
Comenzar a estudiar con decisión (tan pronto como uno se siente en la
silla). En cuanto uno se sienta a estudiar, debe desencadenarse en el
cerebro el reflejo de que comienza ya la sesión de estudio, sin más
2. preámbulos. Así, la actividad intelectual se pondrá en marcha de forma
automática, sin esfuerzo.
Es aconsejable comenzar a estudiar un tema por su aspecto más fácil y
agradable o que ofrezca más interés. A medida que se va profundizando en
los contenidos, será más fácil acceder a lo que entraña una mayor
dificultad.
Los puntos más difíciles deben abordarse cuando el nivel de atención y
concentración sea máximo.
Dejar los trabajos sencillos que no necesitan mucha atención para cuando
se esté más cansado: dibujar, pasar apuntes en limpio, hacer trabajos
manuales...
Descansar periódicamente. El estudiante normal necesita descansar cada
cincuenta o sesenta minutos.
Tras la primera hora de estudio, cinco minutos son suficientes para hacer unas
cuantas respiraciones profundas frente a la ventana, desentumecer los músculos,
estirar las extremidades, hacer algunas flexiones, beber una vaso de agua....
A partir de la segunda hora de estudio, el tiempo de descanso deberá ampliarse a
quince, veinte, o treinta minutos.
No conviene dejar la sesión de estudio cuando haya una cuestión muy difícil que
no se ha logrado resolver, sino en algún aspecto de interés y agrado que haga
fácil la reanudación del estudio.
Dividir el tiempo de la sesión en 4 etapas:
Exploración.
Adquisición.
Fijación y Repaso.
Autoevaluación.
Podemos también mejorar nuestra memoria sobre nueva información con
interrupciones en nuestras sesiones de aprendizaje. Si lo hacemos así, nos
aprovecharemos de los siguientes „efectos especiales‟ descubiertos por los
psicólogos:
Recordamos más de la primera parte de una sesión de estudio. Esto se
conoce como EFECTO DE PRIMACÍA.
El material aprendido durante el final de una sesión de aprendizaje
también se recuerda mejor después. Esto se denomina EFECTO
RECIENTE.
Si interrumpimos un período de aprendizaje, automáticamente
aumentamos nuestra memoria. A esto se le llama EFECTO ZEIGARNIK.
3. Unos pocos minutos después de aprender algo nuevo, la memoria a
menudo aumenta durante un corto período de tiempo. Esto se conoce
como EFECTO DE REMINISCENCIA.
Si intentamos aprenderlo todo en una sola sesión larga, sólo nos
beneficiaremos del efecto de primacía y del reciente, de ninguna manera de los
otros dos. Si la sesión se divide en algunos períodos más pequeños, con
interrupciones entre ellos, conseguimos aprovecharnos de los cuatro
fenómenos naturales.
Imagen es la clave del recuerdo
No se requiere ser pintor o frecuentador de las artes plásticas. Todos tenemos
esta propensión biológica. Las imágenes nos llaman y nos seducen, luego es
lógico que sean recordadas mejor que las palabras, los sonidos o los olores. El
truco, en lo que se refiere al estudio, es traducir los conceptos abstractos a
imágenes. Algunos lo hacen con facilidad, a otros les cuesta horrores. Pero en
todos se puede incrementar esta facultad natural.
Acostúmbrate a usar esquemas (palabras unidas con flechas). Acostúmbrate a
imaginar situaciones donde se aplican los conceptos que aprendes. Imagina que
eres un director de cine y que tienes que dar forma visual a lo que lees o piensas.
El esfuerzo deliberado en este sentido se verá recompensando por recuerdos más
fiables (aquellos que nos salvan a la hora de un examen, o de una pregunta
comprometida).
Rompamos con el mito de que sólo se olvida lo que se aprendió con la
memoria del loro: ¡hasta la comprensión también se olvida!
La comprensión de un texto, de una clase o de una conferencia, es
una condición necesaria para el recuerdo... pero no una condición suficiente.
"¿Recuerdas lo que dijo?". "No", contesta la mayoría, “pero era muy
interesante”. Solemos recordar nuestras sensaciones y emociones con mayor
prolijidad; las ideas -sobre todo si son complejas- se van con quien las
enunció (hablando o por escrito).
No se requiere ser pintor o frecuentador de las artes plásticas. Todos tenemos
esta propensión biológica. Las imágenes nos llaman y nos seducen, luego es
lógico que sean mejor recordadas que las palabras, los sonidos o los olores. El
truco, en lo que se refiere al mayor nivel de recordación posible, es:
Traducir los conceptos abstractos a imágenes.
Un antiguo aforismo chino lo ilustró con toda la fuerza del énfasis:
„Una imagen vale por mil palabras‟.
4. Traduciendo conceptos con imágenes:
Algunas personas lo hacen con facilidad, a otras le cuesta horrores. Pero en
todos nosotros se puede incrementar esta facultad natural.
Procura adquirir el hábito de imaginar situaciones donde se aplican los
conceptos que aprendes.
Imagina que eres un director de cine y que debes darle forma visual a lo que
lees o piensas. El esfuerzo deliberado en este sentido se verá recompensando
por recuerdos más fiables, y lo que es más importante aún, recuerdos en un
contexto de verdadera comprensión.
No olvides que tu sentido de la vista es el que forma las impresiones más
duraderas.
Ninguno de sus otros sentidos puede compararse con la vista, en lo referente
a intensidad y permanencia de las impresiones que ella registra en su cerebro.
Por lo tanto, es lógico deducir que si deseas perfeccionar tu memoria, el mejor
camino es pensar con imágenes mentales.
Convierte en imagen viva todo lo que desees o necesites recordar.
Las imágenes que construyas en tu mente deben contener únicamente los
elementos que deseas recordar, debiendo existir asociación o
conexión entre dichos elementos y las imágenes-clave para la memorización.
Las conexiones entre las imágenes básicas de tu sistema mnemotécnico y
los datos que desees recordar deben ser, a la vez, fundamentales y lo más
sencillas posibles:
Hacer chocar unos elementos con otros;
Pegar unos elementos a otros;
Poner unos elementos encima de otros;
Colocar unos elementos debajo de otros,
Introducir unos elementos en otros,
Sustituir unos elementos por otros;
Situar los elementos en situaciones nuevas o muy extrañas.
5. Escribir para pensar mejor
Si alguien quiere aprender... hay que escribir. Cuando se realiza la operación tan
sencilla como poco practicada de volcar al papel nuestro pensamiento, algo
sucede. Uno se permite decir muchas tonterías cuando habla; al leerlas
generalmente "saltan" a la vista.
Al hablar, las frases quedan inconclusas y el interlocutor también entiende. Al
escribir tenemos que terminar lo dicho; no valen gestos que ilustran mejor que mil
palabras. Hay que ajustarse a una disciplina: poner una palabra detrás de la otra.
Una sugerencia: lleven un diario. Un cuaderno anónimo donde puedan escribir los
diversos sucesos de la vida cotidiana. No se trata de hacer literatura. Escribir
sencillo para pensar con claridad.
Escribir es "regar" la planta del pensamiento reflexivo. Una herramienta esencial,
si se desea "aprender" toda la vida.
Pensar es más difícil que escribir:
Pensando cuidadosamente, se tiene ya la base para escribir bien. Si
pensamos con corrección encontramos:
COHERENCIA
CLARIDAD
ÉNFASIS
La coherencia es lo que da unidad y sentido a todo el texto.
La claridad hace que lo que se comunica sea perfectamente
comprensible, no haya ambigüedades ni puntos oscuros.
El énfasis es aquello que deseamos destacar en lo que
transmitimos. (Puede ser un punto en particular o el propio núcleo del
mensaje).
6. Consejos importantes para cualquier escrito
Usa oraciones cortas y separadas.
Utiliza palabras coloridas.
Si no se justifica el cambio de esta norma, conviene seguir el
orden sintáctico (sujeto, verbo, complemento) y el orden lógico.
La lógica implica hacer aparecer las ideas según el orden del
pensamiento, destacando siempre la idea principal.
Comienza con un borrador, tratando de „ver‟ el tema con la
mayor claridad posible.
Vigila las repeticiones malsonantes, asonancias, consonancias
y cacofonías.
Alterna frases cortas y largas según el sentido del párrafo y la
musicalidad del período.
Trata de „fundir‟ con habilidad las transiciones entre los distintos
párrafos.
Escapa de las frases hechas y lugares comunes.
La puntuación es un detalle crucial. Una frase mal puntuada
puede perder claridad.
Repetir es válido cuando no hay sino un sinónimo rebuscado, o
cuando se quiere fijar la atención sobre una idea y esa
repetición no suena mal.
Una vez que se completó el texto, deben realizarse dos tareas
importantes:
La toma de distancia.
Tomar distancia al leer el texto implica crear en uno mismo la
impresión de que lo ha escrito otra persona, lo que permite
alcanzar la máxima objetividad posible para encontrar errores,
lagunas, parcialidades, etc., y poder así mejorar el escrito y
enriquecerlo.
La poda.
Luego de una o varias relecturas, se advierte que la poda se hace
casi siempre necesaria, en función de pulir el texto eliminando
partes flojas hasta considerar que ha quedado sólo lo esencial, de
acuerdo al consejo de Garciá:‘lo bueno, si breve, dos veces
bueno’.
Emplear la voz activa
La voz activa mantiene atento al lector. Es descriptiva, relata. Aunque
se esté hablando de asuntos mundanos, la combinación de la voz
7. activa con palabras coloridas produce un buen efecto. Para ilustrar
mejor este punto, examinemos el siguiente enunciado:
Voz pasiva: ‘Los ingresos de la Compañía de Alimentos Nutritivos
ABC serán aumentados en un 20%, mediante el lanzamiento de un
nuevo cereal para adultos’.
Ahora compáralo con la siguiente oración:
Voz activa: ‘Mediante el lanzamiento de un nuevo cereal para adultos,
la Compañía de Alimentos Nutritivos ABC aumentará en un 20% sus
ingresos’.
La oración en voz activa, con un verbo fuerte y una meta mensurable,
definitivamente captará mucho más rápido y con mucha
mayor firmeza la atención que la oración en voz pasiva.
En los últimos años se han hecho investigaciones con el fin de determinar las
causas que impiden que los estudiantes (luego profesionales) egresen de la
universidad con un nivel aceptable en el uso de la lengua escrita. Los principales
resultados de esas investigaciones son éstos:
Los estudiantes no escriben lo suficiente.
A muchos no les gusta escribir.
A la mayoría no se les pide que escriban con frecuencia. Sólo a un
porcentaje muy bajo (18%) se le pidió que escribieran un artículo de tres o
más páginas.
No reciben suficiente asesoramiento en sus estudios.