Los caramelos se originaron como un alimento ligero para los viajeros, hecho de pulpa de fruta, cereales y miel. En la antigüedad, los egipcios y viajeros indios preparaban pasteles dulces con estos ingredientes. Más tarde, los descubrimientos del azúcar de caña permitieron nuevas técnicas para elaborar caramelos de forma más eficiente, aunque durante siglos fueron un lujo reservado para pocos.