En la época precolonial, los pueblos indígenas no tenían un régimen impositivo formal ya que no existía un Estado consolidado. En las primeras épocas de caza y recolección no había jerarquías de poder ni tributos. Posteriormente, con el desarrollo agrícola surgieron cacicazgos que ejercían poder regional de forma incipiente. Finalmente, el Imperio Inca estableció un sistema basado en la redistribución de la tierra y el trabajo forzado como forma de contribución al Estado.