2. La descripción
DESCRIBIR es explicar cómo es una persona, un
paisaje, un objeto o cualquier otro aspecto de la
realidad.
La descripción trata de reproducir por medio de
palabras aquello que vemos o imaginamos.
La descripción se puede llevar a cabo desde un
punto de vista objetivo o subjetivo.
3. Y si en vez de leer…
¿escuchamos y vemos una
descripción?
httpshttps://www.youtube.com/watch?v=srZRNfgFc74://www.youtube.com/
watch?v=srZRNfgFc74
4. Descripción y punto de vista
La descripción objetiva es la que tiene como
finalidad principal informar acerca de cómo es el
objeto descrito, sin incorporar las impresiones
personales de quien escribe.
En la descripción subjetiva, el autor o la autora,
además de explicar cómo es el objeto descrito,
refleja sus sentimientos y opiniones sobre lo que
describe y dice lo que le sugiere.
5. Características lingüísticas de la
descripción
En un texto descriptivo, abundan los sustantivos y
los adjetivos calificativos, que se emplean para
nombrar y decir cómo son las cosas que
describimos.
Los tiempos verbales propios de la descripción son
el presente de indicativo y también el pretérito
imperfecto.
Los recursos expresivos más utilizados son la
metáfora y la comparación.
6. Pasos a seguir para la elaboración de
una descripción:
Observar con detenimiento aquello que vamos a describir y anotar los elementos que lo
componen.
Seleccionar los aspectos más relevantes del objeto descrito.
Ordenar los aspectos seleccionados. Debemos determinar por dónde vamos a
empezar a describir y cómo vamos a continuar.
Dar primero una visión general y, después, una visión más detallada.
Expresar primero lo más importante y después lo secundario.
Seguir un orden en la descripción (primero el físico –de arriba a bajo-, depués lo
psicológico, por ejemplo).
Redactar la descripción a partir de las anotaciones tomadas.
7. TIPOS DE DESCRIPCIÓN
PROSOPOGRAFÍA: Descripción del físico de una persona.
ETOPEYA: Descripción del carácter y de los sentimientos de una persona.
RETRATO: Descripción completa de un personaje (incluye rasgos físicos y de
carácter).
AUTORRETRATO: Descripción de una persona realizada por ella misma.
CARICATURA: Descripción en la que se exageran o se deforman los rasgos
del físico o del carácter de una persona.
TOPOGRAFÍA: Descripción de lugares, paisajes y ambientes.
PRAGMATOGRAFÍA: Descripción de objetos.
CRONOGRAFÍA: Descripción de un período o época determinada en el tiempo.
Esta información
no está en el libro
9. Tu curva humilde, forma silenciosa, le pone un triste anillo a la basura.
En ti se hizo redonda la ternura, se hizo redonda, suave y dolorosa.
(…)
Aquí de una manzana verde y fría
Un resto llora zumo delicado
Entre un polvo que nubla su agonía.
Oh, viejo cubo sucio y resignado,
Desde tu corazón la pena envía
el llanto de lo humilde y olvidado.
“Cántico doloroso al cubo de la basura” Rafael Morales.
10. Era su color de un blanco amarillento con cierto fondo oscuro,
su ancha frente se veía cubierta con mechones desiguales de
un pelo negro y lustroso como las alas del cuervo; su nariz era
aguileña pero sus labios gruesos y amoratados denotaban su
procedencia africana, tenía la barba un poco prominente y
triangular, los ojos negros, grandes, rasgados, bajo cejas
horizontales, brillando en ellos el fuego de la primera juventud,
no obstante que surcaban su rostro con ligeras arrugas.
Gertrudis Gómez de Avellaneda.
11. Soy regularmente apacible, de trato sosegado, humilde con los
superiores, afable con los pequeños, y, las más veces,
desahogado con los iguales. En las conversaciones hablo
gracioso, aunque he sentido bullir en mi cabeza los equívocos,
los apodos y otras sales en que sazonan los más políticos sus
pláticas. Hállome felizmente gustoso entre toda especie, sexo y
destino de personas; sólo me enfadan los embusteros, los
presumidos y los porfiados; huyo de ellos luego que los descubro;
con que paso generalmente la vida dichosamente entretenido.
Vida de Torres y Villarroel. Torres y Villarroel.
12. Mira, Paula, tengo aquí el retrato de Tata. Este hombre de
facciones severas, pupila clara, lentes sin montura y boina
negra, es tu bisabuelo. En la fotografía aparece sentado
empuñando su bastón, (…) Se ve al viejo de frente y se
aprecia su gesto altivo, esa dignidad sin aspavientos de quien
se ha formado solo, ha recorrido su camino derechamente y
ya no espera más de la vida. Lo recuerdo siempre anciano,
aunque casi sin arrugas, salvo dos surcos profundos en las
comisuras de su boca, con una blanda melena de león y una
risa brusca de dientes amarillos.
Isabel Allende.
13. Mi criado tiene de mesa lo cuadrado y el estar en talla
al alcance de la mano. Por tanto es un mueble cómodo;
su color es el que indica su ausencia completa de
aquello con que se piensa, es decir, que es bueno; las
manos se confundirían con los pies, si no fuera por los
zapatos y porque anda casualmente sobre los últimos;
a imitación de la mayor parte de los hombres, tiene
orejas que están a uno y otro lado de la cabeza como
los floreros en una consola, de adorno, o como los
balcones figurados, por donde no entra ni sale nada;
también tiene dos ojos en la cara; él cree ver con ellos,
¡Qué chasco se lleva!.
La nochebuena de 1836. Mariano José de Larra.
14. Los huertos de naranjos extendían sus rectas filas de copas verdes
y redondas en ambas riberas del río; brillaba el sol en las barnizadas
hojas; sonaban como zumbidos de lejanos insectos los engranajes
de las máquinas del riego; la humedad de las acequias, unida a las
tenues nubecillas de las chimeneas de los motores, formaba en el
espacio una neblina sutilísima que transparentaba la dorada luz de
la tarde con reflejos de nácar.
A un lado alzábase la colina de San Salvador, con su ermita en la
cumbre rodeada de pinos, cipreses y chumberas. El tosco
monumento de la piedad popular parecía hablarle como un amigo
indiscreto, revelando el motivo que le hacía abandonar a los
partidarios y desobedecer a su madre.
Entre naranjos. Blasco Ibáñez.
15. Era el mejor de los tiempos y también el peor; la
época de la sensatez y de la tontería; era la época de
las creencias y, de igual modo, de la incredulidad; era
la estación de la Luz, y al mismo tiempo de la
Oscuridad, era la primavera de la esperanza y el
invierno de la desesperación; ante nosotros teníamos
cuanto se pudiera apetecer, pero tampoco había
nada; todos nos encaminábamos directamente al
Cielo y, asimismo, seguíamos el camino opuesto.
Charles Dickens.
16. La magdalena de Proust
“[…] abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva
de otro tan melancólico por venir, me llevé a los labios una cucharada
de té en el que había echado un trozo de magdalena. Pero en el
mismo instante en que aquel trago, con las migas de bollo, tocó mi
paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que
ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin
noción de lo que le causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de la vida
en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en
ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una
esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera
en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y
mortal. ¿De dónde podría venirme aquella alegría tan fuerte? Me daba
cuenta de que iba unida al sabor del té y del bollo, pero le excedía en
mucho, y no debía de ser de la misma naturaleza […]”
17. La magdalena de Proust
[…] Y de pronto el recuerdo surge. Ese sabor es el que tenía el
pedazo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de
mojado en su infusión de té o de tila, los domingos por la mañana en
Combray (porque los domingos yo no salía hasta la hora de misa)
cuando iba a darle los buenos días a su cuarto. Ver la magdalena no
me había recordado nada, antes de que la probara; quizá porque
como había visto muchas, sin comerlas, en las pastelerías, su imagen
se había separado de aquellos días de Combray para enlazarse a
otros más recientes, ¡quizá porque de esos recuerdos por tanto tiempo
abandonados fuera de la memoria, no sobrevive nada y todo se va
disgregando! […]
[…] convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y
cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del
parque del señor Swann y las ninfeas del Vivonne y las buenas gentes
del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y
sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y
consistencia, sale de mi taza de té.
19. Los pronombres
Los pronombres son una clase de palabras que sirven para sustituir
al sustantivo (lo utilizamos para designar cosas, personas o ideas).
Los pronombres tienen morfemas de género (masculino, femenino o
neutro) y de número (singular o plural).
Los pronombres se refieren al sustantivo al que sustituyen. No tienen
un significado fijo, pues este varía según el contexto y la situación en
que se usen.
Los pronombres evitan repeticiones innecesarias y hacen más sencilla
y ágil la expresión.
Sacó el libro de su mochila, cuando me lo enseñó estaba nervioso.
21. Los pronombres NO personales
Demostrativos
Posesivos
Cuantificadores
Numerales
Interrogativos y exclamativos
No confundir con los DETERMINANTES Los determinantes
siempre van acompañando a un sustantivo, mientras que los
pronombres sustituyen al sustantivo y nunca lo acompañan.