Este documento discute los conceptos que afectan la administración occidental tradicional como el espíritu capitalista, la libertad y el utilitarismo. Argumenta que la alta gerencia ha interiorizado el capital en las organizaciones de hoy y que la administración occidental parece justificar el comportamiento humano en las organizaciones apelando a lo biológico. Concluye que las prácticas administrativas actuales no satisfacen totalmente las necesidades humanas y que los empleados sienten que son utilizados para maximizar los intereses de las empresas.