2. Prudencia hábito que posibilita a la razón juzgar rectamente y determinar aquello que se debe hacer. No es una virtud negativa o pasiva, sino activa: no es prudente el que no actúa, el que no hace nada, sino el que hace lo que debe hacer. Es la “regla recta de la acción”
3. Prudencia Orienta y dirige las demás virtudes (“auriga virtutum”): les indica qué, cuándo y cómo se debe o no actuar. La persona prudente, antes de actuar, pondera los pros y los contra que conlleva aquella acción, elección u omisión. Pero tal “ponderación” intelectualno es suficiente, sino que la prudencia aporta también a la voluntad la fuerza y el coraje para llevar a término lo que se debe hacer.
4. Prudencia 1) formar un juicio adecuado sobre lo que es mejor entre las diversas opciones; 2) una vez formado el juicio recto, entra en acción el ejercicio de la libertad Para formar el juicio correcto y para decidir llevarlo a término, frecuentemente será preciso pedir consejo. Para el hábito de la prudencia se requieren tres cosas: juzgar rectamente, decidir y pedir consejo.
5. Prudencia “Es la prudencia quien guía directamente el juicio de conciencia. El hombre prudente decide y ordena su conducta según este juicio. Gracias a esta virtud aplicamos sin error los principios morales a los casos particulares y superamos las dudas sobre el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar”.
6. La prudencia no es (1) El simple no hacer: se trata de una virtud activa. Quien no ejerce sus derechos, por ejemplo, es “imprudente”. a Actuar precipitadamente: no basta la “buena voluntad”. Se requiere conocer las circunstancias que concurren y las consecuencias que se seguirán, y considerar los medios necesarios para llevar la acción a la práctica. b Esperar para no correr riesgos: hay momentos y materias en los que es preciso actuar de inmediato, “aquí y ahora”. c d Optar por lo más fácil o menosarriesgado.
7. La prudencia no es (2) e No actuar por miedo a equivocarse. El recurso al “exagerado realismo”: el que tiene a la vista sólo las dificultades sin considerar otros factores como, por ejemplo, los imperativos de la caridad o de la justicia o el cumplimiento costoso de la voluntad de Dios. f La falsa “prudencia de la carne”: la que no tiene en con- sideración datos sobrenaturales que son necesarios para el creyente si quiere emitir un juicio verdadero y tomar la decisión adecuada, como son apoyarse en la ayuda divina y confiar en la Providencia. g h Confundirla con la astucia o la picardía o la timidez.
8. La Fortaleza virtud cardinal que potencia la voluntad para que se decida por el bien difícil con el fin de alcanzarlo, empleando para ello todas las fuerzas, incluso con riesgo de la propia vida corporal. Fortaleza natural = firmeza de carácter y energía de la voluntad. Fortaleza virtud = origen en el auxilio de la gracia para sobrellevar las dificultades
9. La Fortaleza La fortaleza equivale al imperativo cristiano de cumplir en todo, también en lo arduo, la voluntad de Dios. No es fácil que en la vida de los cristianos se les presente la ocasión de hacer grandes cosas por Dios, pero a diario pueden vivir la fortaleza en las circunstancias normales y cotidianas de su vida. Fuerte no es el que no teme, sino quien, a pesar del miedo, se mantiene firme en la defensa del bien, aunque en el empeño tenga que exponer su vida
10. La Templanza Consiste en el dominio del gusto y del tacto que impone la razón, de forma que el hombre y la mujer se guíen por la moderación y no sean esclavos de los placeres sensibles. se precisa dominar y orientar las pasiones y los instintos (aspecto positivo de la templanza).
11. La templanza La tendencia natural hacia el placer que se obtiene en la comida, bebida y deleite sexual es la forma de manifestarse de las fuerzas naturales más potentes que actúan en la conservacióndel hombre. El estímulo fundamental para vivir la templanza: el amor a Dios. Gracia de Dios y entrega amorosa del hombre a Dios suponen el gobierno de las pasiones
12. Templanza por defecto contra la templanza: la insensibilidad: Es el rechazo total del placer, incluso de los placeres necesarios para la conservación del individuo o de la especie, por un afán de puritanismo o con el deseo de no mezclarse con lo que, despectivamente, se considera un mal. por exceso contra la templanza: la intemperancia: la concupiscencia puede suscitar un desorden, de forma que uno conscientemente se extralimite en la medida a causa del placer
13. La Justicia Virtud que consiste en la constante y firme voluntad de dar a cada uno lo que le es debido referida a Dios se denomina “virtud de la religión”, que no cumple propiamente una de las características esencial de la justicia, a saber la equidad, porque la criatura no puede devolver a Dios lo que de El ha recibido. => referida a los hombres contempla las relaciones de los hombres en la convivencia, en orden a alcanzar el bien común.