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INDICE
INTRODUCCION………………………………………………………………………………………………….2
EL CINE DE WONG KAR-WAI………………………………………………………….……………………3
WONG KAR-WAI COMO GUIONISTA……………………………………………………………………4
PELICULAS……………………………………………………………………………………………………………5
PERSONAJES DE WONG KAR-WAI………………………………………………………………………..6
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………………..…………….7
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INTRODUCCIÓN
De acuerdo a la realización de este trabajo teórico dirigido a un tema de
interés audiovisual y a la misma vez en relación con nuestro proyecto
práctico, el cortometraje, he visto la oportunidad de hablar sobre uno de
los directores que desde hace poco he podido conocerlo a través de una
clase de la asignatura de audiovisuales. La profesora Noemí de
audiovisuales mostró un fragmento de una película dirigida por wong kar
wai, titulada In the mood for love, desde ese momento me despertó la
curiosidad de investigar y conocer el trabajo de este gran cineasta.
Además, como mas adelante explicaremos los códigos que utiliza Wong es
el silencio, y es un elemento que posteriormente me ha servido para
aplicarlo al proyecto de mi compañera Inés y mío, como otros muchos
más.
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Dentro de la industria hongkonesa, entre un cine mayoritariamente comercial, el
director Wong Kar-wai (n. Shanghái; 17 de julio de 1958) ha conseguido alzarse, con
una visión poética de la vida, un llamado "poeta de la imagen" que, junto con su
inseparable director de fotografía, el australiano Christopher Doyle, ha devuelto al
panorama cinematográfico una revisión posmoderna y oriental de aquel estilo de cine
que ya practicó en los sesenta la nouvelle vague francesa, lo que naturalmente ha
hecho que sea encumbrado por Cahiers du Cinéma, una de las revistas de cine más
prestigiosas del mundo.
EL CINE DE WONG KAR-WAI
La mayoría de películas de Wong tienen un aire etéreo y delicado; parecen ancladas en
una profunda sensación de melancolía y de pérdida que viene más de las imágenes
que de la trama. Sus películas son al mismo tiempo misteriosas, frágiles y
conmovedoras.
La vida de Wong Kar-Wai a través de sus imágenes. Este cineasta, como muchos otros,
tiende a introducir vivencias personales en su cine. En algunas ocasiones por medio de
simbolismos, en otras de forma explícita. Tanto sus personajes y los lugares que estos
frecuentan como lo que sienten y lo que viven, nacen de las experiencias de su
director.
Por otra parte, dice Wong Kar-Wai que su cine es un viaje en tren que, como todo
viaje, consta de origen, paradas intermedias y destino. La mutación natural de ese
esquema, de esa ortodoxa relación causa-efecto, es el kilómetro 0 a partir del cual
brotan en cascada sus películas. Siguiendo con la metáfora del tren, las películas
de Wong nunca llegan a destino, rara vez se avienen a seguir la hoja de ruta y, muy de
vez en cuando, respetan el orden natural de paradas intermedias preestablecido.
Su cine es un cine enteramente orgánico, un ente con vida propia y, aparentemente,
con capacidad de decisión al margen de la voluntad de su autor. Hay un sustrato
poético detrás de toda esa mitología de la imagen autosuficiente, pero romanticismos
aparte, no es menos cierto que el anárquico esquema de trabajo del director
hongkonés exige una capacidad de adaptación al medio fuera de serie. El tren de
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Wong propone mil quiebros en el camino y, por regla general, la estación de destino
no es, ni remotamente, aquélla inicialmente prevista, y es que trabajar con
presupuestos exiguos y en rodajes que a veces se prolongan ad infinitum exige instinto
natural para la improvisación, para la reconversión y, si exagerar, para filmar, si es
preciso, una película que absolutamente nada tiene que ver con la que emerge del
tratamiento escrito.
El cine de Wong Kar-Wai es flexible, maleable, dúctil y con una extraordinaria
suficiencia para la regeneración. Lo habitual es que las películas se rebelen e impongan
su propia ley y decidan, sin consultar con nadie, cómo y dónde quieren llegar; Wong es
un artista antes que un surtidor de películas, su dilema es el del pintor delante del
lienzo en blanco, incapaz de codificar las formas que emergen agresivas desde el
pincel. Su cine es cine de andamios y su significado último, aún y siempre inédito
mientras siga en activo, es una equis gigantesca, inasible desde la observación
individualizada de las partes, hostil desde la consideración independiente de las piezas.
Desglosar su obra, deconstruirla en fragmentos para volver a construirla en pos de un
análisis global coherente, depende enteramente de la capacidad del crítico para leer la
obra en perspectiva y entender cada pieza como eslabón de una cadena infinita, como
las notas (autosuficientes, bien es cierto) de una suite indescifrable fuera del
contexto esclarecedor de la sinfonía. La filmografía de Wong Kar-Wai es una sola
película desmenuzada en capítulos, policromías de un gran mosaico en construcción, y
ése es el gran activo del cine de Wong, no se ruborizan de sus socavones, de su
andamiaje y de sus paisajes sentimentales.
WONG KAR-WAI COMO GUIONISTA
Wong Kar-Wai no gusta de trabajar con guiones cerrados, sus películas emergen del
contratiempo y, desde luego, la formulación literaria de la trama (palabra incómoda en
el contexto de una filmografía esculpida alrededor de anhelos audiovisuales), es un
trámite ejecutado para no intimidar a los actores, necesitados de red a la hora de
saltar al vacío. Tarde o temprano en los rodajes de las películas de Wong el guión, o la
sombra del mismo, acaba reciclado como posavasos de café o improvisado.
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PELÍCULAS
Por otro lado, personalmente me llama la atención el número de películas,
colaboraciones que ha hecho Wong, teniendo un éxito en cada una de ellas:
Películas: As Tears go By (1988), Days of Being Wild (1990), Chungking Express (1994),
Ashes of Time (1994), Fallen Angels (1995), Happy Together (1997), In the Mood for
Love (2000), 2046 (2004), My Blueberry Nights (2007), The Grandmaster (2013).
Unas de mis favoritas es 2046 donde la interpretación y relación de los personajes
principales es manifestada por una atracción carnal y sexual, y con ello consiguen
despertar la interpretación no solo gestual sino corporal, con la ayuda de la
escenografía y planos magníficos que hacen introducir al espectador en la película.
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PERSONAJES DE WONG KAR-WAI
La obsesión del autor por convertir el efímero tiempo en eternidad. Wong Kar-Wai
dota de flexibilidad al tiempo, ralentizándolo, volviendo atrás, saltando adelante,
deteniéndolo, observándolo al detalle; siendo consciente en todo momento de la
imposibilidad de controlarlo en la realidad (solo en los recuerdos). Gracias a ese
característico uso del tiempo, hace partícipe al espectador de lo que sienten los
personajes, situándole en el centro del universo ficcional. Así, a través de este recurso
retrata ese deseo porque un instante dure una eternidad, la necesidad que sienten en
ocasiones los personajes por retener o deshacerse de los recuerdos, o la sensación de
que la rutina ha pasado a formar parte de cada uno de ellos.
El mundo interior de los personajes de Wong Kar-Wai. Prestar especial atención a su
complejidad, caracterizados todos ellos por la soledad y el aislamiento. Son individuos
que, siendo conscientes o no, tienden a encerrarse en sí mismos, algo que acaba por
entorpecer sus relaciones. Asimismo, se presentan como personajes confusos, sin un
rumbo fijo, contradictorios y, sobre todo, frustrados.
"El silencio de Wong kar-Wai": el silencio es como acto comunicativo en el cine de
Wong Kar-Wai. Los personajes del cineasta hongkonés adoran los silencios. Prefieren
una caricia antes que un "te quiero" o una simple mirada antes que un "márchate de
mi vida". Al prescindir de las palabras, la mirada del espectador se ve atrapada por el
resto de elementos de la escena, como las imágenes o la música. El director crea su
propio lenguaje, un lenguaje que el espectador hace suyo. Aunque este silencio motiva
el esplendor de ciertos recursos narrativos y estéticos, también tiende a motivar la
frustración de los personajes. Todo aquello que no se dicen acaba por hundirles
(característica relacionada con la idea anterior).
Finalmente, este elemento del silencio que utiliza Wong es uno de los referentes más
relacionados con nuestro proyecto. Pues, en nuestro cortometraje, Pasajeros es muy
frecuente el uso del silencio en los personajes que se encuentran en la trama. Además,
se muestran desolados, confusos y triste como por ejemplo el personaje de Jaime o
Silvia, que apenas utilizan el dialogo en una dos escenas y en la demás, priman el
silencio o la música, por ello he encontrado un gran referente en Wong Kar-Wai.