La personalidad se va formando a lo largo del desarrollo de una persona mediante la interacción con el ambiente y la internalización de experiencias. En la niñez es importante que los niños reconozcan sus emociones para desarrollar su autoconcepto. Los primeros años son cruciales para la autoestima, la cual depende de cómo los demás y el niño mismo se perciben. Los padres juegan un papel importante al valorar positivamente al niño y darle oportunidades para crecer.