La experiencia religiosa se define como la relación consciente del hombre con lo sagrado, implicando un contacto y entrega al Ser Divino o Misterio. Presenta rasgos comunes como la subjetividad, el carácter prerracional y la transformación personal. También tiene rasgos específicos como la vinculación con una realidad alterna que inspira temor y fascinación, la búsqueda de sentido y salvación, y la dimensión ética de valorar la vida y asumir compromisos morales.