Este documento analiza las ilusiones y metáforas presentes en la obra arquitectónica de Le Corbusier. Algunas de las ilusiones más destacadas son la casa sobre pilotes que simula la desaparición de la gravedad, el espejismo acuático que representa la autonomía del edificio respecto al terreno, y los suelos y patios elevados que crean espacios ilusorios. Otras metáforas incluyen la Villa Saboya que combina la casa patio y la villa, y los lagos geométricos en Chand

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En las ilusiones también se vive. Inspiración ilusoria en la arquitectura corbuseriana.
Las ilusiones más interesantes en la obra de Le Corbusier son complejas, profundas y enigmáticas, desplazándose
del campo escenográfico para incorporarse al concepto. Esta traslación es la más avanzada en el movimiento moderno.
Gravedad ligera. Casi todos los “cinco puntos para una arquitectura nueva”, quizá a excepción de la terraza
jardín, eran referentes a la ilusión gravitatoria, es decir, al aprovechamiento espacial y figurativo de la aparente
desaparición de la gravedad. Había desaparecido la gravedad pesada de las antiguas fábricas para convertirse en mínima y
abstracta y la arquitectura podía manifestarse libre de esta servidumbre. Es el primero de ellos, “casa sobre pilotes”
radicalmente significativo. La idea de un volumen que queda sujeto por ligeras columnas es una idea que tiene como
referente el manierismo pero que además es el resultado de un proceso máximo de abstracción: desaparece cualquier
elemento, capitel, entablamento, éntasis que haga alusión de cómo el volumen hace llegar al soporte el peso. En esta idea
desempeña un papel fundamental Perret, del que LeCorbusier aprendería el nuevo lenguaje formal que proporcionó el
empleo del hormigón armado. Le Corbusier quiso dar un paso más, propuso eliminar los pórticos de los forjados, es
decir, inventó el concepto de losa, si bien la resolución técnica de esta idea no llegaría hasta años más tarde. La idea de la
Casa Dominó, de una casa compuesta de plataformas planas, rígidas simples sobre pilares fue una idea corbuseriana poco
tectónica y completamente ilusoria, casi naíz pero que finalmente la técnica ha hecho realidad.
Espejismo acuático. La inspiración ilusoria del espejismo acuático no es sino la expresión de la autonomía entre
la arquitectura y lugar. Le Corbusier no era orgánico, sus edificios no colaboraban con el terreno sino que la obra se
apropiaba del lugar como de un sitio abstracto, de un plano. En este sentido es conveniente pensar en la Tourette 1956-
59, donde en un mecanismo compositivo propio de LeCorbusier superpone plantas de carácter y planimetrías diferentes
sobre un estrato inclinado, el terreno, absolutamente ignorado llegando al punto de la sustitución del tradicional patio
claustral por un cruce de caminos en el aire. Quizá una completa autonomía del edificio con respecto al terreno sólo podía
ser pensada como si de un palafito se tratase (metáfora que Le Corbusier utilizó), donde el terreno se convierte en agua.
La casa sobre el agua evocaría así la autonomía máxima de la obra. Pero si de desmentir la condición inmueble de la
arquitectura se trataba las embarcaciones supusieron para Le Corbusier el paradigma, llegando incluso a diseñar un barco.
Utilizó la idea del Trasatlántico como metáfora de la ciudad en la Unidad de habitación de Marsella, proyecto que no es
sino una concatenación de metáforas que constituyen la alegoría del edificio como barco, lo que sustenta la evidente
paradoja de que siendo la naturaleza de la arquitectura inmueble se asimile a un vehículo concebido para moverse.
Suelos en el techo y patios en el aire. La idea del techo jardín o jardín suspendido como ilusión de suelo
mágicamente elevado fue utilizada por Le Corbusier de forma velada en muchas ocasiones. Pero en ocasiones se utilizó
esta idea como auténtica escenografía, en la vivienda en ático de Champs Elysées 1930-31, vivienda con tres techos jardín,
dos de los cuales se dispusieron a la manera de jardín del suelo y en otra haciendo gala de una ironía chocante, y próxima
al surrealismo imitando un interior, incluso con chimenea barroca.
Villa Saboya. Le Corbusier.
Planta.Convento de la Tourette. Le Corbusier
Fotomontaje La. Unitée sobre el agua.
Ático en los Campos Elíseos. Le Corbusier.

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Alegoría y paradoja en la Villa Saboya. La Villa Saboya representa una alegoría o metáfora continuada
constituyendo la terraza principal la metáfora más importante. Se trata de la traslación de un patio clásico a la cubierta de
una villa. Con lo que consigue una intensa y lograda paradoja: la mezcla de dos arquetipos en realidad contrarios, la casa
patio, relacionada con el lugar y vuelta sobre sí misma, y la villa, casi autónoma con respecto a su enclave y abierta hacia el
exterior, cuyas vistas domina con su altura. Al mismo tiempo permanece la metáfora acuática en el estrato del suelo. La
rampa une alambicadamente los tres estratos suelo, vivienda, techo tan opuestos como complementarios, de ahí la
importancia del acceso lento e inclinado, lugar ilusorio por excelencia.
Casas en el cielo. La idea de las casas en el cielo es incluso anterior a la de suelos en el techo o patios en el aire.
De la observación de las celdas en L de los cartujos en Pavía nacieron los Inmuebles Villa de los que sólo se construyó
una unidad como Pabellón para el Spring Noveau. Las viviendas se apilan en el aire pero fingiendo ser suelo mediante la
gran terraza de doble altura que hace las veces de patio. El fantástico atractivo ilusorio de esta disposición radica en la
traslación de las virtudes de la vivienda unifamiliar de la villa, a las viviendas colectivas, como también intentó Wright,
movido por el romanticismo de pensar que la casa perfecta es la casa en el campo.
Lagos duros. Juega también Le Corbusier con representaciones alegóricas y abstractas de otros elementos como
el lago en Chandigarh. El lago es un estanque de geometría casi pura creado al prolongar el Boulevard de las aguas. Esta
lámina acuática se presenta en su geometría como un estanque pero aspira a ser entendida como un lago, al revestirse los
paños inclinados que lo limitan de grandes cantos rodados, como si se disfrazara de naturaleza como la máscara
caracteriza al personaje del teatro clásico. Otro ejemplo distinto es el del estanque oblongo frente al Museo de Arte, este
se disfraza de naturaleza mediante su geometría y su revestimiento de cantos rodados, pero su condición de artificial
subyace en la exagerada separación de los cantos. Es por tanto una elipsis donde el estanque es una representación de sí
mismo porque está proyectado para no tener agua. Es una representación abstracta de sí mismo.
Teatro Sacro. El templo del convento de la Tourette se presenta ascético, tan frío y desnudo que no parece
católico. LeCorbusier propone un camino iniciático hacia la representación teatral y figurativa. Comunica la sacristía con la
cripta por un pasaje subterráneo donde recrea un espectáculo insólito. Paredes mixtilíneas y suelo en pendiente con
guijarros que culmina en siete altares sobre plataformas bajo lucernario curvilíneos, pasando de una representación
naturalista del camino que simbólicamente podríamos ver como el Gólgota a los altares encadenados, en una imagen
donde conviven lo representativo y lo abstracto sin poder separar o distinguirse ambos términos.
Villa Saboya. Le Corbusier.
Inmuebles Villa. Le Corbusier.
Lago en Chandigarh. Le Corbusier.
Cripta..La Tourette. Le Corbusier.