1. Apuntes sexto básico
Ocupación territorial en el Chile del XIX
El territorio chileno a mediados del siglo XIX
Durante la Colonia, los mapas oficiales del siglo XVIII establecían que el territorio
chileno limitaba por el Norte con el despoblado de Atacama, al Oeste con el océano
Pacífico, al Sur con el Polo Sur y al Este con la cordillera de los Andes, hasta la
altura aproximada del volcán Maipo, donde se originaba una diagonal que seguía el
curso del río Diamante hasta el Atlántico, dejando a Chile en posesión de la
Patagonia completa.
Tras la independencia, las autoridades chilenas se abocaron a la tarea de redefinir
los límites nacionales y consolidar la soberanía sobre el territorio. En este proceso,
tuvieron que buscar soluciones para enfrentar distintos obstáculos, como la falta de
recursos económicos, la escasez de población y la resistencia de las comunidades
locales. Pese a estas dificultades, a mediados del siglo XIX el éxito de las acciones
desplegadas por el Estado era evidente y, a excepción de la Araucanía, el territorio
se encontraba sometido legal y efectivamente a la soberanía de la República. En
1833, Chile se extendía desde el desierto de Atacama hasta el cabo de Hornos y
desde la cordillera de los Andes hasta el océano Pacífico, incluyendo la Patagonia,
el archipiélago de Chiloé, el de Juan Fernández y todas las islas adyacentes.
2. Las acciones que durante la primera mitad del siglo XIX hicieron posible la
expansión del territorio fueron las siguientes:
Participación de la Escuadra Nacional en la independencia del
Perú. Aunque no significó la incorporación de territorios, esta acción puso de
manifiesto el interés de las autoridades chilenas por resguardar la soberanía
nacional.
Incorporación de Chiloé. Concretada bajo el gobierno de Ramón Freire,
significó la expulsión definitiva de las fuerzas realistas de Chile.
Participación en la guerra contra la Confederación Perú-
Boliviana. Demostró nuevamente la disposición de nuestro país a hacer frente a
cualquier amenaza contra la soberanía nacional. Aunque Chile no obtuvo territorios,
logró consolidar su ubicación en el Pacífico y consolidar a Valparaíso como punto
neurálgico de la ruta comercial del cabo de Hornos.
Toma de posesión del estrecho de Magallanes. Contribuyó a la
delimitación de la frontera austral y al control del estratégico paso entre el Atlántico
y el Pacífico.
Colonización de la zona de Llanquihue. La ocupación efectiva de este
territorio permitió incorporar ricas zonas agrícolas y asentar la presencia del Estado
chileno en territorios prácticamente deshabitados.
Nuestro país empleó distintos métodos para consolidar la soberanía sobre el
territorio: creación de ciudades y fuertes, colonización extranjera, participación en
conflictos armados y redacción de tratados, que en distinta medida contribuyeron a
la delimitación de las fronteras. Sin embargo, algunas de estas acciones alteraron
la relación de Chile con los países vecinos y, pese a que al finalizar la década de
1850 la situación internacional era tranquila, ya existían algunos conflictos latentes
con Perú y Bolivia. Además, la imprecisión de los límites en las zonas del
despoblado de Atacama y la Patagonia generó el escenario propicio para futuros
conflictos que no tardarían en materializarse.
La estabilidad lleva a la expansión
La consolidación económica lograda por nuestro país en el transcurso de la primera
mitad del siglo XIX favoreció el desarrollo de intereses territoriales en zonas, hasta
ese minuto, no contempladas. En este sentido, las motivaciones del Estado chileno
por fomentar el poblamiento de nuevos territorios ya no estuvieron ligadas
únicamente al objetivo de asentar la soberanía, sino también a la búsqueda de
nuevas oportunidades para la economía nacional.
3. Actividad portuaria en Valparaíso (siglo XIX)
Durante los años correspondientes a la República Liberal (1861-1891), el Estado
chileno desplegó una serie de acciones que permitieron expandir el territorio
nacional en forma considerable y redefinir los límites que mantenía desde la
Independencia.
Las ambiciones territoriales de nuestro país en esta etapa se dirigieron
fundamentalmente hacia cuatro frentes:
Frontera norte. El desarrollo minero de la zona de Copiapó favoreció un
progresivo proceso de poblamiento hacia los territorios desérticos de Atacama. En
forma espontánea, cateadores y pequeños comerciantes fueron adentrándose en
las zonas desérticas y generando asentamientos mineros. El Estado chileno,
interesado en el desarrollo de la minería nacional, avaló tácitamente este proceso,
contribuyendo con el mejoramiento material de las nuevas localidades.
Frontera interna. La ocupación de la Araucanía, tema pendiente desde los
tiempos de la Independencia, revistió especial interés a fines del siglo XIX, pues sus
fértiles suelos contribuirían al desarrollo de la actividad agrícola nacional.
Frontera austral. Durante todo este período, Chile trató de mantener la
delimitación establecida en los tiempos de la Independencia, incentivando la
colonización de la Patagonia desde Punta Arenas. Sin embargo, este proyecto no
produjo los resultados esperados y esta zona se mantuvo prácticamente
deshabitada hasta inicios del siglo XX.
4. Proyección hacia el Pacífico. El desarrollo de vínculos comerciales con
Australia y el posicionamiento del puerto de Valparaíso generaron interés en el
Estado chileno por incorporar territorios en Polinesia, puente natural con las
regiones del Pacífico.