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CONCLUSIONES
El juego como estrategia de aprendizaje en el aula y en edades tan tempranas,
ha permitido crear un ambiente discernido, en el que los alumnos se sienten
seguros y en el que la estimulación es constante. Son actividades con
trasfondo pedagógico que generan un aprendizaje significativo ajustándose a
las necesidades, debilidades y evolución diaria del alumno, permitiendo
aprender sin estrés ni control, y de una manera divertida que les produce placer
y satisfacción personal. A lo largo de estos tres meses se han observado los
cambios gestuales, conceptuales y actitudinales en todos los alumnos y el
entusiasmo que han demostrado en cada actividad, ya que a esta edad,
siempre se debería de aprender a través del juego y las actividades lúdicas. El
juego cumple su función de enlazar contenidos conceptuales, procedimentales
y actitudinales y fomentar los valores del compañerismo, la socialización y el
respeto mutuo. Al incluir el juego en las actividades diarias, se les enseña a los
niños, que aprender es fácil, divertido y que tiene un refuerzo positivo que nos
sobre estimula a seguir jugando y aprendiendo.
RECOMENDACIONES
Contribuye al desarrollo psicomotor, de las funciones cognitivas,
Sociales, emocionales y en el proceso de formación de la
personalidad.
Es importante para el aprendizaje en todas las edades, pero
especialmente en los primeros años de la vida donde el desarrollo
de los niños es más acelerado, por lo que cobra un papel
fundamental para potenciar sus habilidades y adquirir otras acorde
a su edad.
Es una actividad que se realiza por esparcimiento, pero el niño
incorpora muchos conocimientos que servirán en las siguientes
etapas de su vida.
El espacio para el juego es un espacio para el desarrollo del niño.
ANEXOS