Sentada en el linde de la ventana, observa el paisaje que se encuentra delante, las montaña, que tanto bien le hace inspirara el aire puro que envuelve el ambiente llevándola a los recuerdos de los años vividos en esa casa. Se da la vuelta, con una sonrisa, mira al cuerpo de la mujer que se encuentra todavía durmiendo semi cubierta con la sabana de seda roja, arrugada.