1. TECNOLOGÍAS Y PEDAGOGÍAS EMERGENTES
Yeni Blanco, Beatriz Laguna,Washington Meneses, Federico Riguetti
Introducción
El análisis de los planteos de Howard Gardner y de Jordi Adell, invita a pensar que la
inclusión de las tecnologías en el aula, también promueve la aplicación de nuevas
pedagogías que fomenten la construcción de una educación colectiva, personalizada e
interconectada, donde cada persona descubra sus pasiones con autonomía,
independencia y responsabilidad.
Las pedagogías emergentes
Desde su estimulante propuesta relativa a las Inteligencias Múltiples, Gardner sostiene la
posibilidad (y la necesidad) de que el docente dedique espacio en su planificación para
adecuar las propuestas de enseñanza, con la perspectiva de que contemplen la
diversidad de inteligencias e intereses de los estudiantes. Para ello es fundamental usar
la variedad de recursos que otorgan las tecnologías, en pro de las necesidades de cada
uno de los alumnos. Esta concepción se repite y se potencia en el planteo de Goleman, a
través de su tesis sobre la Inteligencia Emocional. Entonces, al aceptar estos planteos de
la psicología del aprendizaje, y tras reconocer la irrupción imparable de las nuevas
tecnologías, el sistema educativo necesita trazar una nueva perspectiva que conlleve a
una forma renovada y personalizada de enseñar.
Es un sentir unánime que estos cambios se están iniciando justamente ahora. Según
Adell, nos encontramos ante una pedagogía emergente que acompaña y se deriva de las
tecnologías (también emergentes) aplicadas a la educación.
¿Cuál es la ventaja de incluir las tecnologías en la enseñanza y en el aprendizaje? Debido
a su carácter adaptativo, interactivo y lúdico, las recursos tecnológicos permiten motivar e
interesar realmente a los estudiantes. Hay que destacar que, por primera vez en la
historia de la educación formal, se puede reducir el aislamiento académico respetando la
libertad de cátedra, porque es posible brindar a los docentes un conjunto de herramientas
que se interconectan globalmente y se adaptan efectivamente a la diversidad humana
existente en el salón de clase. Justamente, como esos recursos funcionan en red, sus
posibilidades no se ven limitadas por las cuatro paredes tangibles, o sea, se pueden
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2. extender para cubrir la vida fuera del aula y se consagran al establecer ambientes
virtuales de aprendizaje flexible y permanente, impensables hasta una generación en el
pasado. Por lo tanto, las tecnologías aplicadas pedagógicamente, en especial los
Recursos Digitales Educativos Abiertos (REA), construidos y regulados en conjunto por
docentes y estudiantes, auguran amplias perspectivas e innovadoras posibilidades de
construir aprendizajes significativos.
Para que todo esto se asuma como una empresa colectiva exitosa, resulta fundamental
que el “acto educativo”, ese proceso complejo, se modifique por completo, en todos sus
aspectos. Estas “pedagogíastecnologías emergentes” demostrarán sus muchas
bondades cuando se comprenda, y se piense constantemente, cuál es el papel que deben
jugar las tecnologías en la planificación y en la gestión educativa, o sea, en las decisiones
didácticas del docente.
El rol de las nuevas tecnologías en el aula
La nueva realidad contemporánea fomenta que las tecnologías se establezcan en la
educación, actuando a modo de herramientas imprescindibles para favorecer el
aprendizaje de los estudiantes. Entonces, se impone la necesidad de que el docente
invierta tiempo y esfuerzo en capacitación y actualización. Que también él aprenda nuevas
habilidades y fortalezca antiguas destrezas. Porque, en la docencia, se necesita ser
conceptualmente solvente y profundamente sensible, para identificar el momento
adecuado en el que hay que utilizar las diversas aplicaciones y recursos de la tecnología;
combinando la adecuada presentación y la inclusión formativa de este nuevo tipo de
recursos. Reconfigurando, de esta forma, objetivos de aprendizaje para que su inclusión
sea tan relevante e indispensable como el contenido que se necesita y desea trabajar.
El rol del docente
Ante lo expresado hasta ahora, se entiende que el rol docente empieza a cambiar de
manera efectiva, producto de la explosión de la información disponible en la red. En
primer lugar, porque se retira de manera progresiva ( e irreversible) el poder de las manos
del docente y lo distribuye en el grupo, en la familia y en la sociedad que acceden a un
mundo digital, repleto de un cúmulo casi infinito de información instantánea, y
constantemente actualizada. Como educadores, este hecho nos toca especialmente,
desde el momento en que este trabajo ha estado vinculado (tradicionalmente) a la
transmisión del conocimiento. En este contexto, las tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC), no pueden soslayarse del ámbito educativo, en cualquiera de sus
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3. niveles académicos, porque como son más confiables que la memoria humana, hemos
confiado a Internet el resguardo de nuestra cultura y comunicación. Por lo tanto, el rol del
docente ante las nuevas tecnologías se aproxima a lo planteado por las pedagogías
vinculadas a la postura constructivista: el de acompañante pedagógico.
Vinculado a este tema, Vera Rexach plantea un ejercicio de automemoria: “Cuando tenían
10, 11 años y la maestra mandaba a investigar un tema, ¿cuál era la estrategia? En mi
caso, preguntarle a mi mamá y después fijarme en cuál de las enciclopedias que había
en casa podía estar el tema. Pero hoy en día, en las casas se usa internet, el gran
respondedor es Google. Sólo en el día de hoy, ¿cuántos chicos creen que le preguntaron
a un adulto y cuántos a Google”.
Pero, si los recursos tecnológicos amplían las posibilidades de la enseñanza, también
tienen inconvenientes. Es recomendable ser críticos a la hora de visualizar una mejora
educativa desde el momento que las incorporamos las tecnologías en el aula. El
paradigma tecnocrático, no se muestra suficiente ni adecuado porque tiende a reforzar
prácticas tradicionales y vetustas. Si bien no hay que despojarse de todas las vestiduras,
un mix entre la innovación y la práctica tradicional exitosa sería lo ideal. Un ejemplo de
esto, es que las personas se pueden sentir agobiados por la enorme cantidad de
información a la que tiene acceso. Hay un término que se utiliza para definir esa
sensación de ansiedad y frustración, que se siente por la incapacidad de abarcar una
masa de información que nos parece valiosa o pertinente a nuestro entorno pero, por su
cantidad, excede nuestra capacidad de decodificación y comprensión, El término al que
nos referimos es “infoxicación”.
En esta realidad, el docente cobra un rol fundamental porque debe asumir la
responsabilidad de aproximar al estudiante a cuestiones como la lectoescritura o el
cálculo, entre otros, ya que estos serán las puertas de entrada a muchos otros
conocimientos. El compromiso de su profesión le demanda la incorporación de
herramientas que permitan gestionar nuevos acercamientos a las maneras de aprender y
generar nuevos conocimientos, así como propender a la investigación continua.
Por otro lado, hay que citar el tema de la democratización en el acceso a las nuevas
tecnologías. A las que no se debe aplicar, de inmediato y sin meditar, el calificativo de
“democráticas”. Internet no es naturalmente democrática porque la democracia se
construye hasta aprender las destrezas y valores que permitan manejarse de forma
eficiente y respetuosa en la red. Este es un punto importante a incluir entre qué cosas
enseñar para el futuro. Se hace cada vez más indispensable aprender a seleccionar, a
buscar con criterios adecuados y a respetar la opinión y los espacios (reales o virtuales)
de cada persona.
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4. Esta situación se relaciona, asimismo, con la crisis de los modelos clásicos de consulta y
validación del saber. En este punto los docentes, y también los formadores de
formadores, necesitan incorporar mecanismos y habilidades para ejercer buenas
búsquedas, buenas selecciones, buenas validaciones.
Al respecto, la investigadora Emilia Ferreira, propone sensatamente que las nuevas
posibilidades tecnológicas que ofrece Internet “están introduciendo cambios profundos y
acelerados en la manera de comunicarnos y de recibir información (…) Pero esos
instrumentos no son “democráticos” por sí mismos (tanto como el alfabeto no es
democrático en sí mismo)”.
En este aspecto, Wikipedia es un caso paradigmático porque demuestra que el modelo
2.0 en la Web es una tendencia irrefrenable, y puede dar como resultado un producto de
inteligencia colectiva visible. Es probablemente uno de los emprendimientos más
impresionantes de los últimos tiempos. Es un espléndido ámbito para construir
conocimiento de forma colectiva ( inteligencia colectiva), por lo que resulta fundamental
tomar conciencia de nuestra posibilidad de ser partícipes de esta generación de
contenidos. De otra manera, se corre el riesgo de que los mismos expongan una
perspectiva sesgada de la realidad, basada únicamente en la opinión del autor inicial.
Esto es una muestra de los desafíos que representa la “ciudadanía digital” y es un
exponente de la magnitud de esta revolución tecnológica y social.
¿Cuántos trabajos interesantes de nuestros alumnos se han perdido en carpetas
archivadas en estantes olvidados? Ahora pueden formar parte del conocimiento colectivo
que se comparte en la red.
Otro aspecto fundamental del nuevo rol del docente lo plantea David Perkins cuando
menciona la necesidad no sólo de preguntarnos cómo debemos enseñar sino también
qué debemos enseñar. Reflexionar sobre aquellos temas que sirvan al alumno para la
comprensión de un mundo cambiante al que estarán sujetos durante toda su vida y que
no sean meros espectadores del mismo. Sin olvidar que debemos seleccionar o
jerarquizar en base a un programa que no podemos modificar ,pero podemos potenciar
los medios con los que contamos.
Muchos contenidos son adecuados para aprender, pero en todos los casos hay que incluir
la reflexión sobre la acción , en caso contrario hay automatización sin un verdadero
aprendizaje, la función principal de las actividades es, o debería ser, ayudar a pensar,
estimular los procesos de reflexión tal como lo plantea Perkins(1995).
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5. Puntos básicos de la agenda digital
La verdadera riqueza de las nuevas tecnologías es la conectividad. Hace una década ya
existía software adecuado para utilizar como apoyo en las clases de matemática, pero
ahora se pueden usar para generar conocimiento y compartirlo casi al instante. Por esto,
si los contenidos que se generan no se utilizan en forma colaborativa, para que puedan
ser usados por otros docentes y estudiantes, sería desperdiciar una magnífica
oportunidad educativa.
Educación para la diversidad
La Educación debe apostar a una enseñanza personalizada, atendiendo a los intereses
de cada individuo y respetando las diferentes potencialidades. Pero ¿cómo se logra esto
a nivel de aula? Para empezar, es necesario cambiar el concepto manejado hasta ahora
sobre la relación entre la enseñanza y el aprendizaje. Por supuesto que es inviable que se
diseñe un curso para cada uno de los estudiantes. Parece que la solución más saludable
es trabajar con los estudiantes para que aprendan a construir su propio camino. Alentarlos
a que busquen recursos, fuentes de información, técnicas de estudio o cualquier otro
elemento que los ayude a un aprendizaje. Además, al mismo tiempo ayudarles a
reconocerse a ellos mismos, a conocer cuales son sus fortalezas y debilidades para
apoyarse en las primeras y vencer a las segundas. Por último, parte fundamental en este
proceso sería ayudarles a comprender cuánto saben, cuánto han aprendido y cuánto les
falta para llegar al objetivo que se ha fijado.
La educación, por tanto, es un proceso que se debe generar en forma permanente,
porque todo individuo, tanto el docente como el estudiante, no está totalmente formado
sino que ha de actualizarse siempre. Se hace fundamental entonces, el aprender a
aprender. Las tecnologías potencian una nueva manera de aprender. Ejemplo de ello son
los tutoriales. a su vez, el nuevo paradigma de la educación a distancia gestiona
modalidades de este tipo, con el agregado de lo colaborativo. El fin de la educación ha
de ser por tanto, enseñar a aprender. Las personas que lo logren serán verdaderamente
libres para construir su futuro.
Bibliografía
BÁEZ, M., GARCÍA, J., RABAJOLI, G.(comp.)(2011). El modelo Ceibal. Nuevas
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6. tendencias para el aprendizaje. AnepCeibal, Montevideo.
DELORS J., (Comp) (1996). Los cuatro pilares de la educación. En La educación
encierra un tesoro (pp. 89103). México: UNESCO.
NEGROPONTE, N.(1995) Ser digital. Buenos Aires:Editorial Atlántida.
REXACH,Vera. Las Tics, los educadores, la educación(repartido2010OEI).
TEDESCO, Juan Carlos. La Educación y las nuevas tecnologías de la información.En
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