1. 148590640715Tengo una amiga que vive felizmente en concubinato con su novio, en Quito. Todo el mundo sabe que viven juntos, con excepción de los papás de ella que residen en Guayaquil, y que aún piensan que su bebé de 30 años no tiene novio, ni sexo ni mucho menos genitales. Cada vez que la madre de ella quiere venir a visitarla, ella le inventa mil excusas y le miente a sus padres para no herirlos, o más bien para no matarlos de un infarto, porque para ellos es pecado mortal que un hombre y una mujer vivan juntos sin haberse casado.<br />Al igual que ella todos mentimos por alguna razón; no por maldad, sino por bondad, para no herir a otra gente, para evitar confrontaciones e impedir que se desate el Apocalipsis. Pero tal vez, no nos damos cuenta de que así como nosotros repartimos mentiritas como canapés con las mejores intenciones, nos tragamos a la par las mentiras que los demás nos brindan; en otras palabras, uno ya no sabe a quien creerle porque en el fondo todos somos algo mitómanos.<br />Las mentiras piadosas siguen un principio básico: decir lo que la gente quiere escuchar para no alterar el statu quo. Si nos dieran una silla por cada mentira que hemos dicho, seguramente cada uno podría tener su propio maracaná. Cuántas veces hemos dicho: “¡mmm, delicioso!” aunque la comida no sea apta ni para ratas de callejón. Cuántas veces hemos fingido cara de emoción, aunque el regalo que nos hayan dado sea un estropajo con forma de un espín. O No es hipocresía, es lubricante social que hace que nuestro mundo sea un poco más amable y menos cruel. <br />LUNES MARTES MIERCOLESJUEVESVIERNESDespertardespertarDespertardespertarDespertarIr a trabajarIr a trabajarIr a trabajarTrabajarTrabajarCocinarCocinarCocinarCocinarDiligenciasIr a trabajarIr atrabajarIr a reuniónDar una vueltaCasaDormirDormirdormirDormirdormir<br />23(6*5+2)=23+(30+2)=235=70<br />