4. La pintura italiana se prestó magníficamente a las intenciones barrocas de
persuasión y teatralidad escénica.
Para ello utilizó un fuerte realismo: figuras lo más cercanas posible a la
realidad.
Así, frente a la idealización renacentista, el lenguaje barroco fue muy
realista: la Iglesia, como cliente, exigía modelos realistas, y para que
sirvieran de ejemplo al pueblo habían de parecérsele = en muchas
ocasiones los temas religiosos se trataron como escenas costumbristas).
Igualmente buscó la expresividad y el movimiento (con el uso de
diagonales, que transmiten la sensación de inestabilidad y movimiento).
Las pinceladas serán más sueltas y el tratamiento del color más fluido (con
contornos poco definidos), con lo que el dibujo fue perdiendo importancia
frente al color.
5. Si en el Renacimiento el dibujo y la composición tuvieron gran importancia,
ahora la luz y el color se anteponen a ello = la pintura barroca fue el arte de
plasmar la luz y las sombras.
Con la representación de la luz se consiguió aparentar la profundidad en las
composiciones: la pintura barroca degradó la luz y las formas hasta
conseguir el dominio en la representación de la tercera dimensión (la
PERSPECTIVA AÉREA).
Se puede decir que la pintura barroca es asimétrica, en el sentido de que se
abandonó la tendencia instintiva de colocar las figuras principales en el
centro y a partir de ahí realizar dos mitades similares (simetría).
Igualmente, en muchas obras se sugiere que la escena representada en el
marco continua más allá (lo que se denomina composición tectónica).
Respecto a las técnicas utilizadas, el óleo sobre lienzo se impuso sobre las
demás, aunque también fue importante la pintura decorativa al fresco.
6. La temática también fue variada, aunque con un predominio de la temática
religiosa:
se exaltó el poder religioso, tratando de mostrar al fiel las verdades de
la fe (recordar contexto de la Contrarreforma).
la iconografía más destacada fueron los temas más atacados por los
protestantes: la Virgen, la exaltación de la Eucaristía, la exaltación de
los santos,…
Junto a la temática religiosa, también siguieron realizándose:
la temática mitológica.
los paisajes.
y se introdujeron nuevos temas como la naturaleza muerta
(BODEGÓN).
7. Dentro de la pintura barroca italiana se pueden distinguir tres corrientes
distintas:
el naturalismo barroco: caracterizado por un realismo exacerbado y por
el TENEBRISMO.
el clasicismo barroco: caracterizado por el naturalismo en las
representaciones pero con una cierta idealización (no se representan
las cosas tal como son en la naturaleza, sino tal como se querría que
fuera: se escogen entre lo más bello).
el barroco decorativo: caracterizado por el colorido, una gran efectividad
teatral y el sentimiento de alegría.
9. El máximo exponente de esta corriente pictórica fue Michelangelo Merisi,
conocido como CARAVAGGIO (1573 – 1610).
A Caravaggio se le puede considerar como el creador del lenguaje barroco.
Sus primeras obras (hasta finales del siglo XVI) siguieron una estética
manierista hasta ir creando (a partir del 1600) un estilo caracterizado por:
Un realismo exacerbado.
El TENEBRISMO (técnica pictórica, inventada por Caravaggio, que
consiste en los fuertes contrastes de luces y sombras).
10. El realismo de sus obras le llevó a representar a los personajes religiosos y
mitológicos sin ningún tipo de idealización, como personas comunes y en
escenas de la vida cotidiana.
Se adaptó así a los principios de la Contrarreforma, que avalaba el uso del
arte para explicar los principios de la religión católica.
Fue tanto su realismo, que recibió críticas por parte de la Iglesia por la
apariencia a veces demasiado vulgar de los personajes.
Sus primeras obras, a finales del siglo XVI, mostraron influencias
manieristas, representando una serie de muchachos jóvenes de aspecto
casi femenino, pintados de medio cuerpo y sobre un fondo neutro.
En esas obras, el volumen de los cuerpos y objetos ya estaba modulado por
la luz.
En esos primeros años introdujo un nuevo tema, el bodegón, que tendría
gran éxito en la pintura barroca.
11. Baco enfermo.
1593 – 1594.
Óleo sobre lienzo.
En la Galería Borghese
(Roma).
12. Muchacho con cesto de frutas.
1593 – 1594.
Óleo sobre lienzo.
En la Galería Borghese
(Roma).
13. Cesto de frutas.
1597.
Óleo sobre lienzo.
Fondo monocromo.
Cesto representado
a nivel del espectador
(todo se centra en la
naturaleza muerta).
En la Pinacoteca
Ambrosiana (Milán).
15. Narciso.
1598 – 1599.
Óleo sobre lienzo.
Composición circular.
En la Galería Nacional
de Arte Antiguo (Roma).
16. Hacia el 1600 Caravaggio cambió su estilo de influencia manierista por un
estilo con más contrastes de luces y sombras hasta llegar al tenebrismo.
La vocación de San Mateo.
1599 -1600.
Óleo sobre lienzo.
Considerada el inicio del
tenebrismo.
Realismo (tema religioso
como escena costumbrista)
En la iglesia de San Luis
de los Franceses (Roma).
17. Judith cortando la cabeza de Holefernes.
1599.
Óleo sobre lienzo.
En la Galería de
Arte Barberini
(Roma).
18. Martirio de San Mateo.
1600.
Óleo sobre lienzo.
En la iglesia de San
Luis de los Franceses
(Roma).
19. La cena de Emaús.
1601.
Óleo sobre lienzo.
En la National
Galery
(Londres).
20. Crucifixión de San Pedro.
1601.
Óleo sobre lienzo.
En la iglesia de
Santa María del
Poppolo (Roma).
21. Conversión de San Pablo.
1601.
Óleo sobre lienzo.
En la iglesia de
Santa María del
Poppolo (Roma).
22. El sacrificio de Isaac.
1603.
Óleo sobre lienzo.
En la Galería Uffizi
(Florencia).
23. Muerte de la Virgen.
1605 – 1606.
Óleo sobre lienzo.
En el Louvre
(París).
24. La flagelación de Cristo.
1607.
Óleo sobre lienzo.
En la Galería Nazionale
de Capodimonte (Nápoles).
25. David con la cabeza de Goliath.
1610.
Óleo sobre lienzo.
En la Galería Borghese
(Roma).
27. Esta corriente pictórica tuvo su centro en la ciudad de Bolonia, de la mano
de la familia CARRACCI (los hermanos Agustín y Aníbal y su primo
Ludovico).
En esta corriente se tendió al naturalismo pero con una cierta idealización,
tomando de la naturaleza los elementos más bellos y entremezclándolos
arbitrariamente para lograr el paisaje ideal.
En ese paisaje, figuras ubicadas para representar escenas religiosas o
mitológicas.
De esta escuela destacó, sobre todo, Aníbal Carracci, con un estilo influido
por el dibujo de Miguel Ángel, la composición de Rafael y el color de los
venecianos.
33. Esta tendencia pictórica se desarrolló a partir de la segunda mitad del siglo
XVIII.
Fue un estilo decorativo, alegre y de gran efectividad teatral.
Caracterizado por un uso del color inspirado en los pintores venecianos del
siglo XVI.
Se realizaron obras al óleo sobre lienzo, pero este estilo destacó sobre todo
por sus frescos.
Con esta técnica se decoraron las grandes bóvedas de las iglesias con
temas religiosos y las de los palacios con temas mitológicos.
El barroco decorativo utilizó el trampantojo, esto es, el engaño al ojo
humano pintando formas arquitectónicas en perspectiva o una masa de
nubes, que hacen creer al espectador que el edificio se prolonga más allá
de la arquitectura.
34. El escorzo se convirtió en un recurso habitual para potenciar el efecto de
profundidad.
El principal representante de esta tendencia pictórica fue
Pietro da Cortona.
Otros autores importantes fueron:
Luca Giordano.
Giambattista Tiépolo.
Antonio Canal, Il Canaleto.
35. Alegoría de la Divina Providencia.
1633 – 1639.
PIETRO DA CORTONA.
Pintura al fresco.
En el palacio Barberini (Roma).
36. Decoración del Palacio Pitti.
1637 – 1647.
PIETRO
DA CORTONA.
Pintura al fresco.
En Florencia.
37. Decoración del palacio Medici Ricardi.
1684 – 1686.
LUCA GIORDIANO.
Pintura al fresco.
En Florencia.
38. Decoración bóvedas de El Escorial.
1693 – 1694.
LUCA GIORDIANO.
Pintura al fresco.
En Madrid.
39. La apoteosis de Santa Teresa.
1722 – 1724. GIAMBATTISTA TIÉPOLO.
Pintura al fresco. En la iglesia de Santa María de Nazaret (Venecia).
40. La grandeza de la Monarquía española.
1762 – 1766.
GIAMBATTISTA
TIÉPOLO.
Pintura al fresco.
En el Palacio Real
de Madrid.
41. Plaza de San Marco con la Basílica.
1730. IL CANALETTO. Óleo sobre lienzo. En Venecia .
42. El Gran Canal.
1730 – 1733. IL CANALETTO. Óleo sobre lienzo. En Venecia
43. El Gran Canal.
1730 – 1733. IL CANALETTO. Óleo sobre lienzo. En Venecia
45. En Francia también se desarrollaron tres tendencias diferenciadas a lo largo
del siglo XVII:
una corriente oficial, que se centró en la exaltación de la monarquía y
de los poderosos (destacó el pintor Rigaud).
una corriente más realista, muy influenciada por el tenebrismo
caravaggista (destacó Georges de La Tour).
una corriente más clasicista, donde se plasmaron paisajes idílicos,
serenos, caracterizados por un fuerte sentido racional (destacaron los
pintores Nicolás Poussin y Claudio de Lorena).
46. Retrato del duque de Chartres.
1689.
RIGAUD.
Óleo sobre lienzo.
En el Museo Rigaud
(Perpiñán).
47. “Le Gran Dauphin de France”.
1697.
RIGAUD.
Óleo sobre lienzo.
En Patrimonio Nacional
(Madrid).
48. Retrato de Luís XIV.
1701.
RIGAUD.
Óleo sobre lienzo.
En el Louvre.
49. El pensamiento de San José
1640.
GEORGES
DE LA TOUR.
Óleo sobre lienzo.
En el Louvre.
62. La zona de las actuales Bélgica y Holanda había sido especialmente
fructífera en el campo de la pintura desde el siglo XV.
Con las guerras de religión a causa de la expansión de la Reforma luterana,
se produjo una separación entre los territorios de Flandes (al sur) y las
Provincias Unidas (al norte): Flandes permaneció fiel a la corona española y
al catolicismo; las Provincias Unidas se independizaron y adoptaron el
luteranismo.
Este hecho afectó a su producción artística
en general y a la pintura en particular.
63. En Flandes, actual Bélgica, los principales temas de su pintura fueron:
los temas religiosos (para decorar las iglesias; con especial atención a
los asuntos más atacados por los luteranos: la Virgen, los santos,… y
siguiendo el lenguaje persuasivo típico del Barroco en los países
católicos).
los temas mitológicos (para decorar los palacios; con un sentido
sensual).
los retratos áulicos (retratos de personajes poderosos: de la corte y de
la aristocracia).
los bodegones (sus naturalezas muertas se caracterizaron por la
opulencia de las mesas; llenas de manjares, piezas de caza,…
= mostrarán un culto a la comida).
La técnica más utilizada fue el óleo sobre lienzo (lienzos en general de gran
tamaño).
64. En las Provincias Unidas, actual Países Bajos / Holanda, la sociedad
burguesa tenía una importante relevancia política, social y económica, lo
que tuvo su influencia en la producción artística en general y en la pintura
en particular.
Las principales características / diferencias de la pintura holandesa
frente a la flamenca fueron:
fue en general, una pintura destinada a la burguesía y alejada del
lenguaje persuasivo del Barroco en los países católicos.
las escenas religiosas, de gran relevancia en Flandes, perdieron
importancia (no se destinaban a decorar iglesias, pues el luteranismo
defendía la austeridad en la representación de imágenes; se realizaban
para las viviendas).
las escenas mitológicas tenían una función más moralizante que en
Flandes.
65. la representación de escenas de la vida cotidiana tuvo mucha
importancia: se representaba actividades en el interior de las viviendas
(este tema no tuvo nada de relevancia en Flandes).
los paisajes fueron un tema en sí mismo (calles de ciudades, paisajes
rurales,…).
los bodegones trataron de reflejar la calidad de los objetos
representados, en especial atención a los floreros.
El retrato fue un tema habitual, pero a diferencia de Flandes, fue de
carácter austero y centrándose en personajes de la calle (recordar que
en Flandes se representaba a los poderosos y mostrando su autoridad).
Se hizo frecuente el retrato corporativo, donde se retrataban los
miembros de alguna corporación de manera conjunta (tema inexistente
en Flandes).
La técnica más utilizada también fue el óleo sobre lienzo, pero con
lienzos de menor tamaño que en Flandes.
66. En Flandes destacaron:
por encima de todos, Peter Paul RUBENS (1577 – 1640).
Otros pintores importantes fueron Anthony VAN DYCK y Jacobo
JORDAENS.
En Holanda destacaron:
por encima de todos, REMBRANDT (1606 – 1669).
Otros pintores importantes fueron Frans HALS y Johannes VERMEER.
68. Es uno de los pintores más prolíficos de la Historia del Arte.
Su estilo se puede resumir en tres exaltaciones:
el color (un color vivo, cálido y de gran intensidad, de influencia
veneciana, especialmente de Tiziano).
el movimiento (determinado por la utilización de líneas diagonales en
las composiciones, árboles que se retuercen, músculos en tensión,…).
la ampulosidad de las figuras (las figuras masculinas son musculosas
y de piel morena, mientras que las femeninas son gruesas y sensuales,
de piel clara).
Su técnica se caracterizó por la pincelada suelta (característica del
Barroco).
69. Su viaje a Italia en 1600 le permitió estudiar a los maestros italianos.
Al ejercer de diplomático viajó por toda Europa, lo que le permitió difundir su
pintura por las principales cortes europeas (España, Francia, Inglaterra).
Trató todos los temas.
En los temas religiosos siguió los ideales de la Contrarreforma en cuanto a
la temática, pero con una opulencia más propia de las cortes barrocas que
de los principios de austeridad emanados del Concilio de Trento.
70. La Adoración de los pastores.
1607.
Óleo sobre lienzo.
En la Iglesia de San
Felipe Neri (Fermo).
71. La Adoración de los Magos.
1608. Óleo sobre lienzo. En el Museo del Prado.
72. La elevación de la Cruz.
1610.
Óleo sobre lienzo.
En la catedral de
Nuestra Señora
de Amberes.
73. Descendimiento de la Cruz.
1611 – 1614.
Óleo sobre lienzo.
En la catedral de
Nuestra Señora
de Amberes.
74. Sus escenas mitológicas se caracterizaron por la sensualidad: se
desarrollan en paisajes fríos donde las diosas de la mitología grecorromana
son encarnadas por mujeres gruesas, absolutamente ajenas a la
idealización.
75. Sansón y Dalila.
1609 – 1610.
Óleo sobre lienzo.
En la National
Gallery (Londres).
76. El rapto de la hijas de Leucipo.
1616 – 1618.
Óleo sobre lienzo.
En la Pinacoteca
de Munich.
77. Las Tres Gracias.
1625 – 1630.
Óleo sobre lienzo.
En el Museo
del Prado.
78. El Juicio de Paris.
Hacia 1635. Óleo sobre lienzo. En la National Gallery (Londres).
79. Ninfas perseguidos por los sátiros.
1636 – 1640.
Óleo sobre lienzo.
En el Museo del Prado.
80. En sus retratos reflejó fielmente el aspecto físico del retratado, al tiempo que
captó su personalidad.
Retrato ecuestre del duque de Lerma.
1603.
Óleo sobre lienzo.
En el Museo del Prado.
81. Autorretrato con su esposa Isable Brant.
1609 – 1610.
Óleo sobre lienzo.
En la Pinacoteca
de Munich.
95. Otro de los grandes genios de la pintura universal.
Desarrolló un estilo en el que se aprecia la influencia del tenebrismo,
aunque alejado de los fuertes contrastes de luz y sombra de Caravaggio.
En las obras de Rembrandt, el tránsito entre las zonas luminosas y las
oscuras se hace de forma paulatina.
Su pincelada, gruesa y suelta, se alejó del detallismo minucioso de otros
pintores.
Su obra se puede dividir en dos grandes etapas:
una primera etapa donde predominó más el dibujo y de
composiciones grandiosas, amable y colorista.
una segunda etapa (a raíz de la muerte de su esposa, el 1642 y de
su progresivo rechazo hacia el puritanismo de su sociedad), con
composiciones más sencillas que manifestarán una gran serenidad
espiritual, con tonos broncíneos.
96. Al igual que Rubens, cultivó todos los géneros, incluso los menos
frecuentes en la pintura holandesa: así, a pesar de que la pintura holandesa
se alejó de las obras religiosas de gran formato, Rembrandt se sintió atraído
por este género.
En ellas mostró la sobriedad luterana, plasmando los temas bíblicos con un
aspecto cercano al de las escenas de género.
97. El descendimiento de la Cruz.
1633.
Óleo sobre tabla.
En la Pinacoteca de Munich.
98. La cena de Emaús.
1648.
Óleo sobre lienzo.
En el Louvre.
99. También realizó escenas de género y paisajes.
Pero su género preferido fue el retrato.
En ellos fue capaz de captar con intensidad la personalidad de sus
personajes (gran realismo).
En sus numerosos autorretratos captó su evolución personal, tanto física
como anímica.
111. Abordó también los retratos colectivos, donde realizó algunas de sus obras
más destacadas y en las que combinó el retrato individual de los personajes
con unas composiciones que refuerzan el carácter corporativo.
112. Lección de anatomía del doctor Tulp.
1632. Óleo sobre lienzo. En el Museo Mauritshuis (La Haya).
113. La ronda de noche.
1642. Retrato corporativo en movimiento.
Óleo sobre lienzo. En el Rijksmuseum (Ámsterdam).
114. Los síndicos de los pañeros.
1662. Óleo sobre lienzo. En el Rijksmuseum (Ámsterdam).
115. Por último, no hay que olvidar que fue un magnífico grabador, consiguiendo
con rayas y tinta los efectos de luz y de expresividad que caracterizaron
toda su obras.
133. El siglo XVII fue el momento más fecundo en la historia de la pintura
española.
Este Siglo de Oro coincidió con el declive del imperio de los Austrias.
Recodar que el siglo XVII en España fue un siglo de crisis:
crisis política:
poco a poco se fueron perdiendo territorios en Europa debido a las
constantes derrotas.
los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II vieron cómo
progresivamente la hegemonía en el continente pasaba a Francia.
los sucesivos reyes fueron dejando las tareas de gobierno en
manos de personas de confianza = LOS VALIDOS.
134. crisis económica:
la expulsión de los moriscos en 1609 provocó una fuerte crisis
económica, especialmente en los territorios de la Corona de Aragón
(los campos quedaron deshabitados y sin cultivar).
a ello se le unieron sucesivas malas cosechas.
la bajada de la producción agrícola favoreció el aumento de las
epidemias y la de la mortalidad.
además esta situación se agravó con las continuas derrotas en
Europa.
crisis social:
ante las dificultades, creció el malestar en la sociedad.
ese malestar se vio acrecentado por la actitud de una parte de la
nobleza, que a pesar de haberse empobrecido, no producía nada.
las malas condiciones favorecieron la emigración hacia América.
135. Toda esta situación de crisis culminó con la llegada de los borbones al trono
español en el 1700, en la persona de Felipe V.
Como ya se ha dicho, pesar de esta complicada situación, las Artes
españolas vivieron su período de esplendor a lo largo del siglo XVII.
El desarrollo de la pintura tuvo dos centros fundamentales: Madrid (sede de
la Corte) y Sevilla (ciudad enriquecida donde se centralizaba el comercio
con América).
Se caracterizó por su carácter naturalista (realista) y tenebrista (las
corrientes clasicista y decorativa que se dieron en otros territorios no
tuvieron difusión en España).
La técnica más utilizada fue el óleo sobre lienzo.
Apenas trató el tema mitológico y (recordar el contexto de la Contrarreforma
y que la Iglesia fue el principal cliente de los pintores).
136. El principal tema de la pintura española fue la temática religiosa.
En esa pintura religiosa, los personajes se representaron de manera muy
realista (incluso los milagros se representaron como algo normal, sin nada
extraordinario que indicara que allí se producía un acto divino).
Otro tema importante fue el retrato.
En ambos casos, se observa una total ausencia de sensualidad,
Por último, destacó también el bodegón: con un carácter muy diferente al
flamenco y e holandés. Frente a la riqueza de éstos, el bodegón español:
fue muy austero (con unos pocos frutos o utensilios de cocina
colocados en fila ante un fondo oscuro).
se caracterizó por la inclusión de elementos de carácter simbólico.
137. Muchos fueron los pintores a destacar:
Francisco RIBALTA.
Francisco de ZURBARÁN.
Alonso CANO.
Bartolomé Esteban MURILLO.
Juan VALDÉS LEAL.
Pero por encima de todos ellos, cabe destacar a dos:
José de RIBERA “el Españoleto”.
Diego Rodríguez de Silva y VELÁZQUEZ.
138. Su etapa de madurez se caracterizó
por un fuerte naturalismo y por los
fuertes contrastes entre zonas
luminosas y oscuras.
Visión de san Francisco del ángel
músico.
Hacia 1620.
Museo del
Prado.
139. Cristo abrazando a san Bernardo.
Hacia 1620.
En el Museo
del Prado.
140. Su estilo se caracterizó por un dibujo muy preciso y por un sentido realista.
Sus pinturas religiosas son un testimonio de la vida monástica y conventual
del siglo XVII.
En sus retratos prestó atención a la representación de las telas, a las
posturas y a la interioridad personal expresada en los rostros.
Por último, destacó por sus bodegones (de gran austeridad).
141. Aparición del apóstol san Pedro a san Pedro Nolasco.
1629.
En el Museo
del Prado.
150. Como pintor, se formó en la estética tenebrista aunque fue dulcificando su
estilo hasta volverse más luminoso y agradable.
Su principal tema fue el religioso.
San Francisco de Borja.
Hacia 1620 – 1630.
En el Museo de Bellas Artes
Sevilla.
151. El milagro del pozo.
1638 – 1640.
En el Museo del Prado.
154. Fue un pintor realista que abandonó la estética tenebrista.
Sus cuadros se caracterizaron por una atmósfera vaporosa, con personajes
elegantes y frágiles.
En sus temas religiosos, sus personajes se representaban como personas
populares tratados con una gran elegancia.
Representó en muchas obras a niños de la calle: relacionados con la novela
picaresca, aparecen descalzos, visten harapos, se deduce que tienen que
robar para subsistir,…
155. Sagrada Familia del pajarito.
Hacia 1649 – 1650.
En el Museo
del Prado.
162. Su obra se caracterizó por la búsqueda de la expresividad por encima de la
belleza.
Destacó por sus obras de carácter tétrico.
En ese sentido destacaron las pinturas para decorar la Iglesia del Hospital
de la Caridad, en Sevilla.
Obras que aluden a la banalidad de la vida y a la universalidad de la
muerte.
166. Nació en Xàtiva en 1591 y murió en Nápoles en 1652.
La mayor parte de su obra la realizó en Nápoles (en esa época formaba
parte de la corona española), donde fue conocido como “el Españoleto”.
Trabajó para la corte virreinal, lo que le hizo desarrollar una temática más
amplia que la de sus contemporáneos españoles (temas religiosos, temas
mitológicos, retratos,…).
En su producción se perciben tres etapas:
en la primera (1620 – 1635):
adoptó la estética tenebrista (disponiendo un foco de luz
externo al lienzo que incide de forma diagonal sobre las figuras,
iluminándolas fuertemente ante un fondo oscuro).
empleó una pasta espesa y rugosa.
167. en la segunda (1635 – 1640):
mostró una mayor influencia de la pintura veneciana y una
disminución de los efectos tenebristas.
empleó colores más claros y más variados, con fondos azules y
mostrando un mayor interés por el paisaje y la atmósfera y todo
ello, con una pincelada más suelta.
en la tercera (1640 – 1652):
volvió al tenebrismo, pero con rasgos de la etapa anterior
(contrastes de luz y sombra no tan fuertes como en la primera
etapa).
mantuvo la pincelada suelta y el sentido colorista.
182. Velázquez es una de las figuras cumbre de la pintura universal.
Nació en Sevilla en 1599 y murió en Madrid en 1660.
Uno de sus rasgos más importantes es que durante casi toda su vida
trabajó para el rey Felipe IV (1621 – 1665), lo que le permitió liberarse de la
clientela religiosa y así poder abordar temas mitológicos (recordar que esta
temática fue poco habitual en la pintura barroca española).
Ese cargo le facilitó el contacto directo con sus propios cuadros y que
pudiera retocarlos cuando la composición ya no le parecía correcta.
Por eso una de las características de la pintura de Velázquez fueron los
constantes retoques de sus obras (recibe el nombre de arrepentimiento).
183. Diego Velázquez se formó en Sevilla de la mano de Francisco Pacheco.
En su etapa de formación (1610 – 1623) su pintura se caracterizó por:
la influencia del tenebrismo .
los colores ocres de tonos madera.
un fuerte realismo, tanto en los personajes como en los detalles.
En cuanto a la temática tratada, esta etapa realizó:
obras de carácter religioso.
retratos (donde ya mostró su capacidad para reflejar el rostro y la
psicología del personaje).
y sobre todo, obras de género (mostrando escenas de la vida
cotidiana) donde pudo combinar el retrato, el tema religioso y el
bodegón (de manera muy realista).
185. La adoración de los Magos.
1619.
Combina tema religioso y retrato
(el Niño Jesús sería su hija
Francisca, la Virgen su esposa
Juana, Melchor su suegro Pacheco
y Gaspar el propio Velázquez).
En el Museo del Prado.
186. Jerónima de la Fuente.
1620.
En el Museo del Prado.
189. El aguador de Sevilla.
1620.
Se ha interpretado como
una alegoría de las edades
del Hombre.
En el Museo Wellington
(Londres).
190. Cristo en la casa de Marta y María.
1618.
En la National Gallery de Londres.
191. En 1622 realizó un viaje a Madrid y el 1623 fue nombrado retratista real,
iniciando así la que se conoce como primera etapa madrileña
(1623 – 1629).
En esta etapa, la tonalidad madera típica de su etapa sevillana fue dando
paso a tonalidades más claras (tonalidades más rosadas y blanquecinas).
En esta etapa su principal ocupación fue la de retratista: sus retratos se
centraron en el personaje (destacan en el fondo y aparecen prácticamente
aislados).
No sólo retrató al Rey (lo hizo en todas sus edades), sino que también
empezó a retratar a los bufones de la corte, donde realizó todo tipo de
ensayos sobre la composición, la luz y la expresividad del rostro y de las
manos.
En este período realizó su primera obra de tema mitológico (como fue típico
en Velázquez, tratado como una escena vulgar, muy realista y mezclando el
tema mitológico con la pintura de género).
192. Retrato del infante don Carlos de Austria.
1627 – 1628 .
En el Museo del Prado.
193. Busto de Felipe IV con coraza.
1626 – 1628.
En el Museo del Prado.
194. Retrato de Felipe IV de pie.
1625 – 1626.
En el Museo del Prado.
195. El triunfo de Baco (Los borrachos.
1628 – 1629.
En el Museo del Prado.
196. En 1628 Rubens estuvo en Madrid y se piensa que debió de ser él el que
aconsejó a Velázquez la conveniencia de viajar a Italia para completar su
formación.
Su primer viaje a Italia (1629 – 1630) supuso un cambio radical en su arte.
Su paleta se transformó con este viaje: variaron sus preferencias
cromáticas (desaparecieron las tonalidades marrones y negruzcas) y su
pincelada adquirió mayor fluidez.
Igualmente amplió su temática: empezó a preocuparse por el desnudo y el
paisaje).
Igualmente, en este viaje empezó a preocuparse por la perspectiva aérea
(la forma de simular el efecto atmosférico que la luz ejerce sobre los
objetos).
De esta etapa destaca una obra de carácter mitológico.
197. La Fragua de Vulcano.
1630. En el Museo del Prado.
198. La túnica de José.
1630. En el Museo de El Escorial.
199. En su segunda estancia en Madrid (1631 – 1649) Velázquez se afianzó
como el gran retratista de la Corte.
En esta etapa su pincelada se volvió muy suelta, sin definición de
contornos.
Son muy numerosos los retratos que realizó durante esta etapa, tanto de
miembros de la familia real como de personajes importantes de la Corte y
de bufones.
En muchos de los retratos combinó esa temática con la preocupación del
paisaje (con tonalidades azuladas, que evitan los contrastes y llenan las
obras de luz que dan profundidad y una agradable sensación de paz).
También realizó cuadros históricos, en los que sus escenas inventadas se
convirtieron en aparente testimonio de la realidad.
En esta etapa volverá a pintar obras de temática religiosa.
200. Retrato del príncipe Baltasar Carlos con un enano.
1631.
En el Museo de Bellas
Artes de Boston.
201. Retrato de Felipe IV de castaño y plata.
1632 – 1636.
En el Museo del Prado.
202. Felipe IV a caballo.
1634.
En el Museo del Prado.
203. Retrato ecuestre del príncipe Baltasar Carlos.
1635.
En el Museo del Prado.
204. Felipe IV de caza.
1636.
En el Museo del Prado.
205. Retrato ecuestre de Gaspar de Guzmán, el conde – duque de Olivares.
1638.
En el Museo del Prado.
206. San Antonio Abad y san Pablo, primer hermitaño.
1634.
En el Museo del Prado.
212. El bufón don Sebastián de Morra.
1645.
En el Museo del Prado.
213. El motivo del segundo viaje a Italia (1649 – 1650) fue la compra de
cuadros destinados a la colección real.
El encargo real de comprar cuadros para la decoración del Alcázar no le
impidió realizar importantes trabajos.
Su paleta suelta y la utilización de tonos rojizos dieron a su pintura nuevos
efectos.
De este viaje destacan los retratos, los paisajes y el desnudo (era algo
totalmente ajeno a la pintura española de la época).
En los paisajes de la Villa Médicis utilizó un tratamiento muy moderno de la
luz, al analizar la forma en que ella y las sombras inciden en los distintos
elementos que aparecen en el cuadro (de esta manera se anticipaba a lo
que hicieron los impresionistas ya a finales del siglo XIX).
219. En su etapa final en Madrid (1651 – 1660) logró las obras más
extraordinarias.
Su pincelada se hizo más suelta y en algunos puntos acumulaba la pasta
alcanzando efectos sorprendentes.
En esta etapa mostró el pleno dominio de la luz y de la representación de la
perspectiva aérea.