Motivación y aprendizaje en la enseñanza secundaria
1. Motivación y aprendizaje en la Enseñanza Secundaria.
Introducción
El siguiente ensayo es acerca de la motivación presente en las escuelas, de cómo
se manifiesta en los alumnos y de cómo aspectos como las habilidades y actitudes
de los alumnos e incluso la clase y forma de ser del maestro también repercute en
la motivación y en el desarrollo del alumno.
El texto será una combinación de mis ideas y opiniones acerca de este tema, junto
con algunas aportaciones de Jesús Alonso Tapia, de su texto “Motivación y
aprendizaje”
1. La falta de motivación e interés por aprender
En la escuela siempre está la presencia de algunos alumnos que no demuestran
algun interés o motivación, estos son los alumnos que tienden a perjudicar tanto el
trabajo académico como su desarrollo personal ya que no ven lo que les podría
dejar la escuela o las consecuencias de su negativa al trabajo.
Pero con respecto a ¿Qué hacer con estos alumnos?, pues nos menciona Alonso
Tapia (1999) “no es infrecuente que muchos profesores, piensen que no se puede
hacer nada y que estos alumnos deberían ir directamente a los programas de
diversificación.” Esto corresponde a los profesores que piensan que todo el
problema radica en el alumno, pero nunca nos detenemos a pensar que quizás un
factor de desmotivación seamos nosotros, los docentes.
Siempre existirán estas diferentes posturas con respecto a lo que origina la
desmotivación y el desinterés pero aun así hay que buscar en esos alumnos
principalmente la integración en el trabajo y en la dinámica escolar, generando
2. condiciones que le favorezcan, donde él o ella pueda mostrar sus capacidades y
sus habilidades.
Pero si uno como maestro quiere conseguir esto en sus alumnos, requerimos de
dos tipos de conocimiento, el primero lo busca todo profesor, me refiero al
conocimiento teórico acerca de las diferentes materias que imparte, pero por si
solo no es suficiente para lograr la motivación; el segundo conocimiento es el de
los alumnos, como docente hay tener conocimiento de las características de
nuestros alumnos: ¿para qué son hábiles? ¿En qué materias son buenos y cuales
les cuestan trabajo? Conocer aspectos como estos llega a volverse significativo,
en especial porque planeamos para ellos, ya que escuchan, trabajan y aprenden
de las clases, esto afirma que solo en la práctica docente la motivación se puede
trabajar, ya sea para beneficiarse o perjudicarse.
2.- ¿Qué significan las actividades escolares para nuestros alumnos y
alumnas de secundaria?
Hoy en día los alumnos no demuestran gran interés por la materia y muchas veces
somos nosotros quienes lo provocamos en lugar de evitarlo, esto por medio de las
actitudes manifestadas en clase, por ejemplo si un alumno participa, se equivoca y
lo terminamos evidenciando que provocamos, pues simple y sencillamente una
desmotivación, ya que preferirá no participar que arriesgarse a otra humillación o
ser puesto en ridículo.
Alonso Tapia (1999) A todos los profesores nos gustaría que nuestros alumnos
afrontasen las clases y el estudio. El alumno descubre el lado bueno de cada
asignatura y disfruta aprendiendo. Su motivación por el aprendizaje es de tipo
intrínseco, esto es, lo que le emociona y le hace disfrutar es la experiencia de
aprender y descubrir, enfrentándose a los desafíos y retos que pueden conducirles a
estos resultados.
3. Ese tipo de motivación intrínseca que nos menciona Alonso Tapia es lo que
desearíamos que todo alumno tuviera cuando entramos a dar clases, pero
ciertamente eso nunca se dará porque no todos van a la escuela con ese interés
por aprender algo nuevo, para que se la motivación intrínseca existen una serie de
metas a cumplir que son los siguientes:
aprender, sentirse competente y disfrutar con ello;
aprender algo que sea útil;
conseguir notas aceptables;
mantener e incrementar la autoestima;
sentir que se actúa con autonomía y no obligado;
sentirse aceptado de modo incondicional.
Todos y cada una de estas metas tienen una importancia en el papel del
aprendizaje del alumno.
Lo de sentirse competente es que el alumno observe que hay un conocimiento
adquirido, que cada vez él se vaya fijando metas más altas y son esos retos lo que
lo motivan a seguir, a estar en un desafío constante contra sí mismo y superarse
una y otra vez.
Así como ver el conocimiento que va adquiriendo también debe verle una utilidad
a lo que aprende, donde lo puedo aplicar y como, de lo contrario puede sentir que
son palabras, ideas, formulas y demás que le obligan a conocer pero que no
sirven para nada en su vida diaria.
Otra realidad de la escuela son las calificaciones, si los alumnos tienen buenas
calificaciones, estas mismas pueden ser un revulsivo para que se sigan
esforzando en sus estudios, pero el buscar esa “calificación aprobatoria” puede
generar un estudio enfocado en la memorización, esto también derivado de la
aplicación de exámenes bimestrales o parciales para los que se requiere de un
estudio previo y la retención del conocimiento para un día, haces el examen y listo
4. ya aprobaste, después de ahí puedes olvidar lo que tanto buscaste memorizar,
entonces donde queda el conocimiento. La calificación es en mi opinión un arma
de doble filo que nos esta puede terminar perjudicando el desarrollo de los
alumnos.
Ahora toca el turno a la autoestima, esa confianza que tenemos en nosotros
mismos, que tan importante es, pues déjenme decirles que es muy importante por
el hecho de que simboliza ese valor de seguir adelante ante los retos que te pone
la vida, la escuela y las mismas personas que te rodean. Ahora sin una buena
autoestima, dudas de tu capacidad como alumno y como persona, puedes pensar
que no encajas entre tus compañeros y que no puedes con el reto de la escuela;
en este punto el profesor puede ser determinante por lo ya mencionado antes,
puede ser el revulsivo o quien termine por perjudicar al alumno ya que a la vez de
que te da la confianza para avanzar o no, puede generar el ambiente para que
puedas desarrollar actitudes hacia las relaciones sociales y hacia el trabajo
colaborativo.
Por ultimo debemos tener en cuenta la obligatoriedad, ya que cuando carecemos
de una motivación o de un gusto por lo que hacemos, llega a ser aburrido, tedioso
y terminamos por hacerlo más a fuerza que por ganas, la educación no es la
excepción, si el alumno no encuentra motivación en las clases de su docente
puede terminar por no interesarle la escuela y hacer los trabajos por una
calificación como mencionamos antes, para que, pues para salir con un título que
le permita seguir adelante con lo que quería, ya sea una continuación de los
estudios o bien integrarse al campo laboral.
Conclusión:
Para concluir solo puedo decir que la enseñanza en la escuela es más que solo la
transmisión de conocimientos del maestro hacia los alumnos, es también una
combinación de aspectos sociales, emocionales que junto con los académicos
5. tienen que ser trabajados simultáneamente para lograr que los alumnos
desarrollen un interés por lo que se les enseña, además esa motivación puede ser
determinante para el logro de un aprendizaje significativo, en lugar de un
conocimiento frágil que termine por ser olvidado o desechado por los alumnos en
un momento determinado, y esto puede ocurrir cuando una de esas metas no se
cumplan o lleven a cabo en la práctica educativa.
Bibliografía:
Alonso Tapia, Jesús (1999), en César Coll (coord.), Psicología de la
instrucción: la enseñanza y el aprendizaje en la educación secundaria, Barcelona,
ICE/Horsori (Cuadernos de formación del profesorado. Educación secundaria, 15),
pp. 105-140.