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LOS APORTES DE THEODOR ADORNO Y MAX HORKHEIMER A LA
       ESCUELA DE FRANKFURT Y A LA TEORÍA CRÍTICA1
Antes de hacer énfasis en cuál fue el aporte                             Por otra parte, para el desarrollo del pensa-
de Horkheimer y Adorno en este ámbito, es                                miento del Instituto es primordial mencionar
necesario dar cuenta del contexto en el cual                             la vinculación de Theodor Adorno. Adorno era
surgieron estos estudios, en primer lugar Ale-                           hijo de un comerciante de vino de origen judío
mania estaba atravesando por un periodo                                  y de una cantante, cuyo ejercicio profesional
difícil, es decir, se estaban configurando los                            estuvo enmarcado por el éxito. Cuando esta-
antecedentes de la Segunda Guerra Mundial                                ba cursando sus estudios secundarios conoce
y, es precisamente en esta época en don-                                 a Siegfried Kracauer, “quien lo introduce en la
de varios intelectuales daban cuenta de re-                              filosofía alemana y (...) despierta en Adorno el
flexiones críticas sobre el devenir de Alemania.                          interés por los enfoques sociológicos y por la
                                                                         crítica artística”3.
De manera que en Frankfurt, en el año de
1923, se funda oficialmente el Instituto para                             En 1922 conoce a Max Horkheimer en un semi-
la Investigación Social que permite la inclu-                            nario sobre Husserl, con quien inicia una estre-
sión de estas visiones críticas y cuyos “fondos                          cha relación de amistad y con quien compar-
provenían de un adinerado emigrante judío                                teintereses estéticos; pero en este sentido es
que hacia 1890 había abandonado Alema-                                   preciso señalar que la incursión de Adorno al
nia para radicarse en Argentina, en donde se                             Instituto se produjo después, en 1938, porque él
había convertido en un próspero exportador                               en el estadio de los desarrollos iniciales del Ins-
de granos”2 y, dentro del cual es importan-                              tituto se encontraba más interesado en su for-
te situar a Max Horkheimer -intelectual judío-,                          mación musical, dada por herencia materna.
quien en la década de los treinta estuvo a                               Ya en 1947 Horkheimer y Adorno publicarían
cargo de la dirección del Instituto; al respec-                          “su obra conjunta Dialéctica de la Ilustración,
to es necesario mencionar que la existencia                              en la cual, todavía bajo el efecto traumático
del Instituto fue marcada por el exilio, como                            del fascismo, los dos amigos someterían a una
consecuencia de las persecuciones desarro-                               crítica implacable el ciego destino de la razón
lladas durante la Segunda Guerra Mundial.                                burguesa”4.

Puede decirse que si en los años iniciales de
su historia el Instituto se interesó básicamen-
te en el análisis de la infraestructura econó-
mica de la sociedad burguesa, en los años
posteriores a 1930 su interés primordial radi-
có en su superestructura cultural. En verdad,
como se verá, la fórmula marxista tradicional
relativa a la relación entre las dos fue cues-
tionada por la Teoría crítica. Jay (1974, 53)

1. ADORNO, Theodor y HORKHEIMER, Max. Caps. Cultura y administración, Teoría de la seudocultura, Sociología del arte y de la música, Ilumi-
nismo como mistificación de masas, Para una teoría de la obra de arte, Sobre Walter Benjamín, La crítica de la cultura y la sociedad.
2. JARAMILLO VÉLEZ, Rubén. Presentación de la teoría crítica de la sociedad. Bogotá: Fundación Editorial Argumentos, 1991. p. 17.
3. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura (editora). La Escuela de Frankfurt. Teoría crítica de la sociedad, ensayos y textos. México: UNAM – Escuela Nacio-
nal de Estudios Profesionales Campus Acatlán, 2001. p. 402.
Como ya se había mencionado antes, el de-                                 a partir de la publicación de la obra de Ador-
sarrollo de los estudios del Instituto se dieron en                       no y Horkheimer Dialéctica de la Ilustración
el exilio, ya que su objetivo principal continuar                         que vendría a configurar la nueva visión que
con la tradición revolucionaria del marxismo                              ahora se dirigiría a:
no podía llevarse a cabo bajo la opresión nazi,
además, la mayor parte de los miembros del                                       Una visión totalizadora que se impone
Instituto tenían ascendencia judía, lo cual con-                          una ampliación de su marco de reflexión teó-
dujo a que el Instituto se instalara en 1934 en                           rico y analítico, abarcando otros campos de
Nueva York y se asociara a la Universidad de                              conocimiento, resaltando así su carácter cog-
Columbia. Así que “la voluntad de mantener                                noscitivo y crítico. Una de las consecuencias
viva la tradición humanística de la cultura y la                          de este proceder es que junto con el cuestio-
lengua alemana, que los nazis habían degra-                               namiento de un marxismo que había degene-
dado, fue uno de los propósitos expresos del                              rado en ideología se cuestiona también la ilus-
Instituto durante su exilio”5.                                            tración... Asimismo, desde la nueva perspectiva
                                                                          asumida, resulta claro que la tendencia al do-
Es gracias a Horkheimer y a Theodor Adorno                                minio de una administración totalitaria impone
que los estudios del Instituto se enfocan hacia                           como alternativa la necesidad de conservar
la filosofía social, ya que el primero estaba a                            la autonomía del individuo por encima de la
cargo de la dirección del Instituto y enfocaba                            insistencia en la defensa de la revolución... Se
su interés por seguir con los estudios marxistas;                         trata, por lo tanto, de una radicalización de la
pero con un cambio de orientación en ellos,                               propia Teoría crítica, que viene dada también
dirigiéndolos hacia la “formulación filosófica                              por la forma como se concibe el vínculo entre
de los problemas sociales. Es decir, la filosofía                          razón e historia... La necesidad de reflexionar
social tiene por objetivo realizar la filosofía. La                        sobre la razón misma conduce a una revalora-
filosofía social debe realizarse a sí misma con-                           ción de la subjetividad histórica y de la propia
virtiéndose en investigación social”6 y el segun-                         historia. Lo que termina finalmente por plan-
do, tendía a la reflexión social por medio de la                           tearse, en consecuencia, es el futuro de la cul-
filosofía y la sensibilidad estética.                                      tura y las condiciones que hicieron posible que
                                                                          la razón terminara enfrentada consigo misma.
Luego en 1949 Horkheimer y Adorno se dedican                              Ortiz (2001, 25)
a la reorganización del Instituto y en 1950 éste
adquiere el nombre de Escuela de Frankfurt,                               Lo cual permitió el surgimiento de espacios
denominación a la cual actualmente se acu-                                que preservaban la libertad como el arte, la
ñan los estudios de los pensadores que hicie-                             cultura y la religión. En este sentido, la Teoría
ron parte del Instituto.                                                  crítica se enfocó hacia el cuestionamiento
                                                                          sobre el sentido de la historia e intentó acla-
Los aportes de Horkheimer a la Teoría crítica son                         rar los fenómenos de la realidad tanto his-
fundamentales porque se consideran como los                               tórica como social y se planteó la búsque-
fundadores de este proyecto, el pensamiento                               da de articularla con la objetividad social.
crítico “se trata, en este sentido, de un pro-
grama racional con proyección histórica cuyo                              Por otra parte, es necesario reconocer que la
interés está orientado a la transformación de                             fuerte formación filosófica que tenían los pen-
la sociedad, es decir, de una elaboración teó-                            sadores de la Escuela de Frankfurt permitió el
rica racional y crítica a la vez, [así] la Teoría crí-                    abordaje de temáticas como “la crisis de la
tica se asume como un momento del proceso                                 ilustración, el psicoanálisis, la industria cultural,
histórico mediado por la praxis social” . Luego,                          el papel de la teoría y praxis, la expresión esté-
este planteamiento inicial se ve modificado                                tica, el fascismo, etc”8.
4. JARAMILLO VÉLEZ. Op. cit., p. 24.
5. Ibíd., p. 34.
6. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura. Op. cit., p. 296.
7. ORTIZ, Luis Ángel. El proyecto de la Teoría Crítica. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura. Op. cit., p. 22.
8. PAYÁ, Víctor Alejandro. Industria cultural y sociedad de masas. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura. Op. cit., p. 93
A partir de aquí, se pueden empezar a tratar                           aletarga la capacidad crítica y prepara el
las concepciones sobre industria cultural que                          campo social para cualquier forma de dicta-
trabajan Horkheimer y Adorno; pero antes de                            dura y totalitarismo... y así la Teoría crítica se
avanzar se debe tener en cuenta que la Teo-                            desliza de la crítica de la cultura a la crítica
ría crítica aborda la problemática de la socie-                        del arte; y de la crítica del arte a la crítica de
dad industrial avanzada y su relación con las                          la cultura, en donde la denominada industria
masas desde diversas perspectivas analíticas y                         cultural viene a ser una instancia burocrático-
una de ellas, se relaciona con la idea que de-                         política que subsume el arte y la producción
sarrollaba la Escuela de Frankfurt sobre la ca-                        artística al consumo de una masa mediocre y
racterización de la sociedad actual, asocián-                          trivial cuya conciencia se encuentra enajena-
dola con una fuerte burocratización y al mismo                         da. Páez Díaz de León (2001, 137).
tiempo destacando que ésta se encontraba
sometida bajo el dominio del capitalismo tec-                          Por otra parte, los aspectos que trata Adorno
nológico que frecuentemente ofrecía falsas                             sobre la crítica de la cultura y la sociedad y,
promesas, generaba la conceptualización del                            cultura y administración se refieren a una críti-
entretenimiento y trataba de homogeneizar la                           ca dirigida tanto hacia el marxismo ortodoxo
realidad.                                                              como a las teorías sociológicas, su crítica de
                                                                       las teorías marxistas se concentra en la con-
Todo lo anterior daba lugar a una degenera-                            cepción de ideología y, la crítica hacia la so-
ción de la participación crítica y racional de                         ciología se dirige a evaluar algunas ideas que
los individuos de aquella época, lo cual permi-                        desarrolla Max Weber en Economía y sociedad.
te las reflexiones que realizan los dos autores y
que es acuñada a través de la denominación                                    La cultura, ubicada por la tradición mar-
de industria cultural y, siguiendo esta línea de                       xista en el lugar de los fenómenos superestruc-
reflexión, Adorno y Horkheimer argumentan                               turales, había quedado confinada,igual que
que “la industria cultural está interesada en los                      lo hicieran las teorías positivistas, al ámbito de
hombres sólo como sus propios clientes y em-                           la mercancía. Ya sea como “bienes cultura-
pleados y, en efecto, ha reducido la humani-                           les” para la revolución, premisa del realismo
dad en conjunto, así como a cada uno de sus                            socialista; ya sea como “bienes culturales”
elementos, a esta fórmula agotadora”9.                                 para el entrenimiento y la diversión. Por ello,
                                                                       dice Adorno, ”en nombre de la dependencia
Así, la industria cultural programa y da cuen-                         de la superestructura respecto de la estructura
ta de las necesidades de las masas para que                            se vigila la utilización de las ideologías, en vez
así mismo ellas las satisfagan y consecuente-                          de criticarlas” Páez Díaz de León (2001, 314)
mente encuentren un vínculo de alineación,
teniendo gran validez lo que Adorno y Hor-                             Así también con respecto a los fundamentos
kheimer afirman, cuando se refieren a que la                             de su crítica a la cultura y la sociedad, Adorno
sociedad moderna convierte a sus pobladores                            argurnenta que la teoría crítica no puede per-
en una masa amorfa adecuada para ser ma-                               mitirse poner en tela de juicio todo lo referido
nipulada de acuerdo a intereses mercantiles.                           a cultura, ni tampoco analizarla desde fuera
                                                                       y mucho menos mirarla bajo preceptos ideo-
       Entonces, la industria cultural como ad-                        lógicos y colocarla en confrontación con las
ministradora de la diversión masiva constriñe                          normas que ella misma ha cristalizado. Así, la
toda posibilidad de acción. El problema de                             relación entre la crítica cultural y la cultura no
la cultura de masas no sólo se reduce a que                            se fundamenta en la ideología del crítico, por
la industria cultural promueva “bienes cultu-                          el contrario es el resultado de “la relación del
rales” cuya producción en serie degrada la                             crítico con la cosa que trata”10 , es decir, el crí-
estética o el gusto, sino que la industria cul-                        tico no supone el objeto a estudiar como algo
tural, promotora de una cultura de masas,                              exterior a él.
9. ADORNO, Theodor y HORKHEIMER, Max. Dialéctica del iluminismo. La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas. Buenos Aires:
Sudamericana, 1969. p. 207.
10. ADORNO, Theodor. Crítica cultural y sociedad. Madrid: Sarpe, 1984, p. 229.
La relación cultura – administración, el autor                            BIBLIOGRAFÍA
la condensa en la siguiente expresión “cultura
administrada” refiriéndose más precisamen-                                 ADORNO, Theodor y HORKHEIMER, Max. Dia-
te a establecer el medio por el cual la razón                             léctica del iluminismo. La industria cultural. Ilu-
administrativa se aleja y termina en un grado                             minismo como mistificación de masas. Buenos
superior que la cultura y de esta manera apa-                             Aires: Sudamericana, 1969. p. 207.
rece la cultura que se quiere administra. Por lo
tanto dice Adorno, “la administración es extrín-                          ADORNO, Theodor. Crítica cultural y sociedad.
seca a lo administrado, lo subsume en lugar de                            Madrid: Sarpe, 1984, p. 229.
comprenderlo. Esta es la esencia mimas de la
racionalidad administrativa”11 .                                          -------------------------. Teoría Estética. Para una
                                                                          teoría de la obra de arte. Barcelona: Orbis,
Finalmente, Adorno gracias a su influencia so-                             1983. p. 241.
ciológica y a su formación artística, se interesa
no sólo por las implicaciones que acarreaba                               JARAMILLO VÉLEZ, Rubén. Presentación de la
las visiones de la sociedad moderna sobre la                              teoría crítica de la sociedad. Bogotá: Funda-
cultura, sino que también se concentra en la                              ción Editorial Argumentos, 1991.
reflexión o crítica estética, lo cual le permite
dar cuenta de la teoría estética y dentro de                              PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura (editora). La Escuela
ésta se dirige al planteamiento de una pro-                               de Frankfurt. Teoría crítica de la sociedad, en-
puesta teórica para la obra de arte, en don-                              sayos y textos. México: UNAM – Escuela Nacio-
de revindica su importancia y hace referencia                             nal de Estudios Profesionales Campus Acatlán,
a que la interpretación artística trae consigo                            2001. p. 402.
la ormulación de un problema y como tal
éste debe conceptualizarse, es decir, debe
ser estudiado; pero no exterior y alejado al
tiempo en que se produce la obra de arte
como en la errónea “concepción burguesa
del arte [que] está cegada por la ideología
al suponer que las obras de arte suficiente-
mente alejadas del tiempo pueden ser mejor
comprendidas que las del propio periodo”12 .




11. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN. Op. cit.., p. 314.
12. ADORNO Op. cit. Teoría Estética. Para una teoría de la obra de arte. Barcelona: Orbis, 1983. p. 241.

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  • 1. LOS APORTES DE THEODOR ADORNO Y MAX HORKHEIMER A LA ESCUELA DE FRANKFURT Y A LA TEORÍA CRÍTICA1 Antes de hacer énfasis en cuál fue el aporte Por otra parte, para el desarrollo del pensa- de Horkheimer y Adorno en este ámbito, es miento del Instituto es primordial mencionar necesario dar cuenta del contexto en el cual la vinculación de Theodor Adorno. Adorno era surgieron estos estudios, en primer lugar Ale- hijo de un comerciante de vino de origen judío mania estaba atravesando por un periodo y de una cantante, cuyo ejercicio profesional difícil, es decir, se estaban configurando los estuvo enmarcado por el éxito. Cuando esta- antecedentes de la Segunda Guerra Mundial ba cursando sus estudios secundarios conoce y, es precisamente en esta época en don- a Siegfried Kracauer, “quien lo introduce en la de varios intelectuales daban cuenta de re- filosofía alemana y (...) despierta en Adorno el flexiones críticas sobre el devenir de Alemania. interés por los enfoques sociológicos y por la crítica artística”3. De manera que en Frankfurt, en el año de 1923, se funda oficialmente el Instituto para En 1922 conoce a Max Horkheimer en un semi- la Investigación Social que permite la inclu- nario sobre Husserl, con quien inicia una estre- sión de estas visiones críticas y cuyos “fondos cha relación de amistad y con quien compar- provenían de un adinerado emigrante judío teintereses estéticos; pero en este sentido es que hacia 1890 había abandonado Alema- preciso señalar que la incursión de Adorno al nia para radicarse en Argentina, en donde se Instituto se produjo después, en 1938, porque él había convertido en un próspero exportador en el estadio de los desarrollos iniciales del Ins- de granos”2 y, dentro del cual es importan- tituto se encontraba más interesado en su for- te situar a Max Horkheimer -intelectual judío-, mación musical, dada por herencia materna. quien en la década de los treinta estuvo a Ya en 1947 Horkheimer y Adorno publicarían cargo de la dirección del Instituto; al respec- “su obra conjunta Dialéctica de la Ilustración, to es necesario mencionar que la existencia en la cual, todavía bajo el efecto traumático del Instituto fue marcada por el exilio, como del fascismo, los dos amigos someterían a una consecuencia de las persecuciones desarro- crítica implacable el ciego destino de la razón lladas durante la Segunda Guerra Mundial. burguesa”4. Puede decirse que si en los años iniciales de su historia el Instituto se interesó básicamen- te en el análisis de la infraestructura econó- mica de la sociedad burguesa, en los años posteriores a 1930 su interés primordial radi- có en su superestructura cultural. En verdad, como se verá, la fórmula marxista tradicional relativa a la relación entre las dos fue cues- tionada por la Teoría crítica. Jay (1974, 53) 1. ADORNO, Theodor y HORKHEIMER, Max. Caps. Cultura y administración, Teoría de la seudocultura, Sociología del arte y de la música, Ilumi- nismo como mistificación de masas, Para una teoría de la obra de arte, Sobre Walter Benjamín, La crítica de la cultura y la sociedad. 2. JARAMILLO VÉLEZ, Rubén. Presentación de la teoría crítica de la sociedad. Bogotá: Fundación Editorial Argumentos, 1991. p. 17. 3. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura (editora). La Escuela de Frankfurt. Teoría crítica de la sociedad, ensayos y textos. México: UNAM – Escuela Nacio- nal de Estudios Profesionales Campus Acatlán, 2001. p. 402.
  • 2. Como ya se había mencionado antes, el de- a partir de la publicación de la obra de Ador- sarrollo de los estudios del Instituto se dieron en no y Horkheimer Dialéctica de la Ilustración el exilio, ya que su objetivo principal continuar que vendría a configurar la nueva visión que con la tradición revolucionaria del marxismo ahora se dirigiría a: no podía llevarse a cabo bajo la opresión nazi, además, la mayor parte de los miembros del Una visión totalizadora que se impone Instituto tenían ascendencia judía, lo cual con- una ampliación de su marco de reflexión teó- dujo a que el Instituto se instalara en 1934 en rico y analítico, abarcando otros campos de Nueva York y se asociara a la Universidad de conocimiento, resaltando así su carácter cog- Columbia. Así que “la voluntad de mantener noscitivo y crítico. Una de las consecuencias viva la tradición humanística de la cultura y la de este proceder es que junto con el cuestio- lengua alemana, que los nazis habían degra- namiento de un marxismo que había degene- dado, fue uno de los propósitos expresos del rado en ideología se cuestiona también la ilus- Instituto durante su exilio”5. tración... Asimismo, desde la nueva perspectiva asumida, resulta claro que la tendencia al do- Es gracias a Horkheimer y a Theodor Adorno minio de una administración totalitaria impone que los estudios del Instituto se enfocan hacia como alternativa la necesidad de conservar la filosofía social, ya que el primero estaba a la autonomía del individuo por encima de la cargo de la dirección del Instituto y enfocaba insistencia en la defensa de la revolución... Se su interés por seguir con los estudios marxistas; trata, por lo tanto, de una radicalización de la pero con un cambio de orientación en ellos, propia Teoría crítica, que viene dada también dirigiéndolos hacia la “formulación filosófica por la forma como se concibe el vínculo entre de los problemas sociales. Es decir, la filosofía razón e historia... La necesidad de reflexionar social tiene por objetivo realizar la filosofía. La sobre la razón misma conduce a una revalora- filosofía social debe realizarse a sí misma con- ción de la subjetividad histórica y de la propia virtiéndose en investigación social”6 y el segun- historia. Lo que termina finalmente por plan- do, tendía a la reflexión social por medio de la tearse, en consecuencia, es el futuro de la cul- filosofía y la sensibilidad estética. tura y las condiciones que hicieron posible que la razón terminara enfrentada consigo misma. Luego en 1949 Horkheimer y Adorno se dedican Ortiz (2001, 25) a la reorganización del Instituto y en 1950 éste adquiere el nombre de Escuela de Frankfurt, Lo cual permitió el surgimiento de espacios denominación a la cual actualmente se acu- que preservaban la libertad como el arte, la ñan los estudios de los pensadores que hicie- cultura y la religión. En este sentido, la Teoría ron parte del Instituto. crítica se enfocó hacia el cuestionamiento sobre el sentido de la historia e intentó acla- Los aportes de Horkheimer a la Teoría crítica son rar los fenómenos de la realidad tanto his- fundamentales porque se consideran como los tórica como social y se planteó la búsque- fundadores de este proyecto, el pensamiento da de articularla con la objetividad social. crítico “se trata, en este sentido, de un pro- grama racional con proyección histórica cuyo Por otra parte, es necesario reconocer que la interés está orientado a la transformación de fuerte formación filosófica que tenían los pen- la sociedad, es decir, de una elaboración teó- sadores de la Escuela de Frankfurt permitió el rica racional y crítica a la vez, [así] la Teoría crí- abordaje de temáticas como “la crisis de la tica se asume como un momento del proceso ilustración, el psicoanálisis, la industria cultural, histórico mediado por la praxis social” . Luego, el papel de la teoría y praxis, la expresión esté- este planteamiento inicial se ve modificado tica, el fascismo, etc”8. 4. JARAMILLO VÉLEZ. Op. cit., p. 24. 5. Ibíd., p. 34. 6. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura. Op. cit., p. 296. 7. ORTIZ, Luis Ángel. El proyecto de la Teoría Crítica. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura. Op. cit., p. 22. 8. PAYÁ, Víctor Alejandro. Industria cultural y sociedad de masas. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura. Op. cit., p. 93
  • 3. A partir de aquí, se pueden empezar a tratar aletarga la capacidad crítica y prepara el las concepciones sobre industria cultural que campo social para cualquier forma de dicta- trabajan Horkheimer y Adorno; pero antes de dura y totalitarismo... y así la Teoría crítica se avanzar se debe tener en cuenta que la Teo- desliza de la crítica de la cultura a la crítica ría crítica aborda la problemática de la socie- del arte; y de la crítica del arte a la crítica de dad industrial avanzada y su relación con las la cultura, en donde la denominada industria masas desde diversas perspectivas analíticas y cultural viene a ser una instancia burocrático- una de ellas, se relaciona con la idea que de- política que subsume el arte y la producción sarrollaba la Escuela de Frankfurt sobre la ca- artística al consumo de una masa mediocre y racterización de la sociedad actual, asocián- trivial cuya conciencia se encuentra enajena- dola con una fuerte burocratización y al mismo da. Páez Díaz de León (2001, 137). tiempo destacando que ésta se encontraba sometida bajo el dominio del capitalismo tec- Por otra parte, los aspectos que trata Adorno nológico que frecuentemente ofrecía falsas sobre la crítica de la cultura y la sociedad y, promesas, generaba la conceptualización del cultura y administración se refieren a una críti- entretenimiento y trataba de homogeneizar la ca dirigida tanto hacia el marxismo ortodoxo realidad. como a las teorías sociológicas, su crítica de las teorías marxistas se concentra en la con- Todo lo anterior daba lugar a una degenera- cepción de ideología y, la crítica hacia la so- ción de la participación crítica y racional de ciología se dirige a evaluar algunas ideas que los individuos de aquella época, lo cual permi- desarrolla Max Weber en Economía y sociedad. te las reflexiones que realizan los dos autores y que es acuñada a través de la denominación La cultura, ubicada por la tradición mar- de industria cultural y, siguiendo esta línea de xista en el lugar de los fenómenos superestruc- reflexión, Adorno y Horkheimer argumentan turales, había quedado confinada,igual que que “la industria cultural está interesada en los lo hicieran las teorías positivistas, al ámbito de hombres sólo como sus propios clientes y em- la mercancía. Ya sea como “bienes cultura- pleados y, en efecto, ha reducido la humani- les” para la revolución, premisa del realismo dad en conjunto, así como a cada uno de sus socialista; ya sea como “bienes culturales” elementos, a esta fórmula agotadora”9. para el entrenimiento y la diversión. Por ello, dice Adorno, ”en nombre de la dependencia Así, la industria cultural programa y da cuen- de la superestructura respecto de la estructura ta de las necesidades de las masas para que se vigila la utilización de las ideologías, en vez así mismo ellas las satisfagan y consecuente- de criticarlas” Páez Díaz de León (2001, 314) mente encuentren un vínculo de alineación, teniendo gran validez lo que Adorno y Hor- Así también con respecto a los fundamentos kheimer afirman, cuando se refieren a que la de su crítica a la cultura y la sociedad, Adorno sociedad moderna convierte a sus pobladores argurnenta que la teoría crítica no puede per- en una masa amorfa adecuada para ser ma- mitirse poner en tela de juicio todo lo referido nipulada de acuerdo a intereses mercantiles. a cultura, ni tampoco analizarla desde fuera y mucho menos mirarla bajo preceptos ideo- Entonces, la industria cultural como ad- lógicos y colocarla en confrontación con las ministradora de la diversión masiva constriñe normas que ella misma ha cristalizado. Así, la toda posibilidad de acción. El problema de relación entre la crítica cultural y la cultura no la cultura de masas no sólo se reduce a que se fundamenta en la ideología del crítico, por la industria cultural promueva “bienes cultu- el contrario es el resultado de “la relación del rales” cuya producción en serie degrada la crítico con la cosa que trata”10 , es decir, el crí- estética o el gusto, sino que la industria cul- tico no supone el objeto a estudiar como algo tural, promotora de una cultura de masas, exterior a él. 9. ADORNO, Theodor y HORKHEIMER, Max. Dialéctica del iluminismo. La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masas. Buenos Aires: Sudamericana, 1969. p. 207. 10. ADORNO, Theodor. Crítica cultural y sociedad. Madrid: Sarpe, 1984, p. 229.
  • 4. La relación cultura – administración, el autor BIBLIOGRAFÍA la condensa en la siguiente expresión “cultura administrada” refiriéndose más precisamen- ADORNO, Theodor y HORKHEIMER, Max. Dia- te a establecer el medio por el cual la razón léctica del iluminismo. La industria cultural. Ilu- administrativa se aleja y termina en un grado minismo como mistificación de masas. Buenos superior que la cultura y de esta manera apa- Aires: Sudamericana, 1969. p. 207. rece la cultura que se quiere administra. Por lo tanto dice Adorno, “la administración es extrín- ADORNO, Theodor. Crítica cultural y sociedad. seca a lo administrado, lo subsume en lugar de Madrid: Sarpe, 1984, p. 229. comprenderlo. Esta es la esencia mimas de la racionalidad administrativa”11 . -------------------------. Teoría Estética. Para una teoría de la obra de arte. Barcelona: Orbis, Finalmente, Adorno gracias a su influencia so- 1983. p. 241. ciológica y a su formación artística, se interesa no sólo por las implicaciones que acarreaba JARAMILLO VÉLEZ, Rubén. Presentación de la las visiones de la sociedad moderna sobre la teoría crítica de la sociedad. Bogotá: Funda- cultura, sino que también se concentra en la ción Editorial Argumentos, 1991. reflexión o crítica estética, lo cual le permite dar cuenta de la teoría estética y dentro de PÁEZ DÍAZ DE LEÓN, Laura (editora). La Escuela ésta se dirige al planteamiento de una pro- de Frankfurt. Teoría crítica de la sociedad, en- puesta teórica para la obra de arte, en don- sayos y textos. México: UNAM – Escuela Nacio- de revindica su importancia y hace referencia nal de Estudios Profesionales Campus Acatlán, a que la interpretación artística trae consigo 2001. p. 402. la ormulación de un problema y como tal éste debe conceptualizarse, es decir, debe ser estudiado; pero no exterior y alejado al tiempo en que se produce la obra de arte como en la errónea “concepción burguesa del arte [que] está cegada por la ideología al suponer que las obras de arte suficiente- mente alejadas del tiempo pueden ser mejor comprendidas que las del propio periodo”12 . 11. PÁEZ DÍAZ DE LEÓN. Op. cit.., p. 314. 12. ADORNO Op. cit. Teoría Estética. Para una teoría de la obra de arte. Barcelona: Orbis, 1983. p. 241.