Entrevista prequirurgica al paciente inmigrante con barreras de comunicacion
Convivencia intercultural en el Parque Cerro Almodóvar
1. ASIMILACIÓN, MULTICULTURALIDAD DE INTERCULTURALIDAD, EL CASO
DEL PARQUE CERRO ALMODÓVAR DE MADRID
Nombre: Elisa González Galán
Institución: Universidad Camilo José Cela
En el presente trabajo se presentan los resultados de una investigación realizada en el Parque
Cerro Almodóvar de Madrid donde se observaban los diferentes tipos de relaciones culturales
existentes en un espacio público.
La técnica utilizada fue la de la observación y la herramienta de recogida de información fue
una ficha en la que se registraba (entre otros datos) el género, edad, y posible procedencia de cada
una de las personas que se encontraban en el parque. Se registraron un total de 6160 personas en 10
días.De cada una de las personas se anotaba si estaban solas o en grupo, y con estos datos se creó
otra matriz de resultados que arrojó la composición por edad, género y posible procedencia de 1238
grupos.
Se utilizó el programa estadístico SPSS para la tabulación de resultados.
1. CONVIVENCIA ENTRE CULTURAS
“Generalizando, la historia de la humanidad es la historia de los intercambios entre sus
componentes, cosa que es particularmente visible en el campo de la cultura. Las costumbres,
las lenguas, las religiones, las artes, las técnicas han sido, históricamente, objeto de un notable
trasiego de una parte a otra del Planeta ocupado por una especie, una en genoma, pero plural
en culturas1” (TORTOSA J.M. citado en SÁNCHEZ, P. : 2004, p. 465)
El siglo XXI tiene entre uno de sus principales retos la convivencia entre personas
provenientes de culturas diferentes. Cada vez será más difícil que un individuo no entre en contacto
a lo largo de su vida, y a veces de manera constante, con personas con códigos culturales diferentes
y a veces contrapuestos a los propios.
Pero una cosa es un contacto casual con un turista (al que no vas a volver a ver) y otra bien
distinta la convivencia con un vecino que ha llegado de fuera (punto de vista del autóctono) o con
un vecino que es nacional (punto de vista del alóctono)
En general podemos referirnos a tres modelos de relación entre autóctonos y foráneos:
1 TORTOSA, J. M. (2001) El largo camino. De la violencia a la paz Alicante: Universidad.
2. asimilación, multiculturalismo e interculturalidad. Pero tan sólo el modelo intercultural propone una
convivencia igualitaria:
El modelo asimilacionista supone la pérdida de valores culturales propios por una de las partes,
por tanto no existe igualdad entre culturas (aunque sí pueda darse dicha igualdad entre
personas)
El modelo multicultural se permite mantener los propios valores a las dos partes, pero cada
grupo en su gueto, por tanto no existe la convivencia como tal.
El modelo intercultural es una forma de convivencia caracterizada por el contacto cotidiano
entre diversas culturas, donde éstas no sólo se respetan entre sí (diferencia con la asimilación),
sino que además se influyen las unas a las otras (diferencia de la multiculturalidad)
Es probable que mientras que todos sigan la regla de oro de “No hagas lo que no te gustaría
que te hicieran” la convivencia pueda ir a buen término. Sin embargo, las pautas culturales pueden
ser tan absolutamente diversas que a veces chocan unas con otras. Existen cuestiones que los
autóctonos no transigen de los inmigrantes y que éstos no transigen de aquéllos: la contaminación
acústica, falta de cortesía-educación, hablar muy alto o de una manera determinada, horarios
diferentes, el intento de regateo, una determinada forma de tratar a las mujeres, observar como los
jóvenes fuman y beben, contenidos de ciertas asignaturas, hablar de sexo… y un largo etcétera.
Frente al asimilacionismo y la multiculturalidad, la interculturalidad parece la solución más
digna para todos: para que nadie pierda y todos ganen. Pero es necesario que tanto la sociedad
receptora como los grupos culturales que llegan intenten asumir los principios básicos que plantea
esta nueva filosofía de convivencia.
La pregunta es cuáles son los lugares en los que unos y otros puedan llegar a conocerse y
establecer relaciones de convivencia igualitarias. Pumares apunta que “Los ámbitos más
susceptibles de que se llegue a producir relación inmigrantes-españoles son el trabajo, el vecindario
y la escuela, puesto que en cierto modo fuerzan un contacto diario que debería desembocar en algún
tipo de relación” (PUMARES, P. : 1995-6, p.77). Veamos cada uno de ellos:
El trabajo:
Una gran parte de la vida de los adultos se desarrolla en el trabajo. Es un entorno en el que,
en la mayoría de las ocasiones, el individuo no sólo debe desarrollar su labor sino también
relacionarse con el resto de las personas que comprenden la empresa.
El que entre los compañeros haya un inmigrante puede dar lugar a confusión al principio
3. (por cuestiones tales como el idioma o la forma de desempeñar el puesto). Según va pasando el
tiempo nos encontraremos con diferentes relaciones y reacciones: curiosidad según pasa el tiempo
(por las causas que le decidieron a iniciar el periplo, por cómo es su país); interés cuando la
confianza llega a cierto grado (dónde se encuentra su familia o cuáles son sus proyectos vitales);
cierta camaradería (ayudar al compañero, protegerle de algún modo); e incluso amistad (quedar
después del trabajo).
De este modo unos van aprendiendo de otros, y todos, autóctonos y alóctonos, pueden darse
cuenta de que el otro no es tan diferente a como uno había pensado, se pueden eliminar estereotipos
y basar el juicio en la experiencia, se pueden adoptar costumbres diferentes.
Sin embargo, para que ese proyecto de convivencia llegue a buen puerto es necesario
tiempo, de hecho: mucho tiempo. El gran problema con el que nos encontramos es, por un lado la
inestabilidad laboral que la mayoría de los inmigrantes se encuentran en el mercado de trabajo y,
por otro, el que en ciertos sectores la mayoría de los trabajadores sean inmigrantes sin compañeros
autóctonos.
Contacto vecinal:
De los tres lugares que estamos viendo probablemente es el que mayores dificultades tiene
para que se produzca una convivencia intercultural. Mientras que el entorno laboral y el escolar son
lugares en los que al individuo, en cierto modo, no le queda más remedio que estar y antes o
después tiene que relacionarse con “el otro”, en el caso de los vecinos esto no tiene por qué ser así.
Tener un vecino que es extranjero no significa que vayas a tener algún tipo de relación con él, aquí
la voluntad de querer conocer a “el otro” es fundamental.
El gran problema se encontraría en la guetización, que anula completamente el contacto
vecinal que puede llevar a la convivencia intercultural: “Una de las pautas habituales de los
inmigrantes es la de concentrarse en determinados barrios y lugares (…) La segregación espacial de
grupos minoritarios como una forma de que dichos grupos minoritarios en el conjunto de la
sociedad puedan ser mayoritarios dentro de un entorno local, lo que les permitiría mantener sus
costumbres y reforzar su cohesión como grupo, rasgo que afectaría de manera decisiva a su
capacidad para ejercer presión en el conjunto de la sociedad” (PUMARES, P. : 1995-6, p.80-81)
La escuela:
Se trata del lugar en el que la mayoría de los expertos tienen puestas sus esperanzas para
4. poder llegar a un futuro en el que la interculturalidad sea un hecho. Cambiar los esquemas
culturales de los adultos es una tarea excesivamente difícil que exige a todos (población receptora e
inmigrantes) un esfuerzo. La escuela tiene la virtud de encontrarse en la etapa en la que el individuo
conforma su esquema de valores. No se trata, entonces, de cambiar dichos valores, sino de
construirlos. El esfuerzo es el que todo niño debe hacer para aprender y aprehender los esquemas
culturales de la sociedad que le ve crecer y en la que va a desarrollarse.
Pero aunque parezca que la escuela es el entorno más idóneo para crear una convivencia
intercultural el hecho es que “Los estereotipos de los padres son trasladados rápidamente a los hijos,
lo que les hace afrontar con prejuicios la relación con los niños de las otras culturas, y también los
padres inmigrantes manifiestan su temor de que sus hijos vayan a perder sus costumbres”
(PUMARES, P. : 1995-6, p.79).
La escuela muchas veces encuentra que su caballo de batalla no está en las aulas, sino en los
despachos. Una tarea ímproba, pues los maestros observan como lo que se trata de construir en
clase, en casa se echa por la borda: la interculturalidad en la escuela es difícil si en el hogar se
tiende hacia el asimilacionismo o la multiculturalidad.
No se trata sólo de que los niños de diversas culturas jueguen juntos en el patio, sino sobre
todo de que cada profesor observe de qué manera puede enfocar su programa para que los niños
aprendan la importancia que las diversas culturas han tenido en el desarrollo de los conocimientos.
Así se lleva la interculturalidad a las aulas, así la interculturalidad se asume como un valor
(algo que vale), así los chavales ya no observan a los “otros” como alguien extraño, sino a un
compañero que tiene una multitud de cosas que enseñarme y que yo tengo un montón de cosas que
le pueden interesar
2. EL PARQUE: TRASLADANDO LA ESCUELA AL CONTACTO VECINAL
Los datos recogidos en el Parque Cerro Almodóvar nos pueden ayudar a vislumbrar cómo
son las relaciones vecinales y hasta qué punto aquello que sucede dentro de la escuela puede llegar
a tener un reflejo fuera de ella
Lo primero, entonces, sería observar cómo era la composición de los grupos observados a
partir del número2y características de sus componentes3
2Pareja: grupos compuestos por dos personas; Grupo Pequeño: grupos compuestos por entre tres y cinco miembros; Grupo
Mediano: grupos compuestos por entre seis y diez personas; Grupo Grande: grupos compuestos por más de 10 personas
3Tipo:
Género: H, Hombre; M, Mujer; Mix: Mixto
5. TABLA 1.1: COMPOSICIÓN DE LOS DIFERENTES TIPOS DE GRUPO POR GÉNERO, EDAD Y PROCEDENCIA (%)
GÉNERO EDAD
TIPO
H M Mixto N/I NÑ AD ADU ANC JOV MAY INTERG N/I
Pareja 45,3 59,8 55,8 0,0 55,2 36,9 76,8 52,2 44,4 54,2 34,1 4,2
Grupo
27,7 35,2 28,5 33,3 27,6 38,5 19,6 27,1 33,3 36,4 39,4 33,3
Pequeño
Grupo
22,0 5,0 10,7 55,6 10,3 21,5 2,2 18,2 22,2 6,8 13,9 54,2
Mediano
Grupo
5,0 0,0 5,0 11,1 6,9 3,1 1,3 2,5 0,0 2,5 12,5 8,3
Grande
422,0 219,0 579,0 18,0 29,0 65,0 224,0 561,0 9,0 118,0 208,0 24,0
TRC
Base: Total columnas
TABLA 1.2 COMPOSICIÓN DE LOS DIFERENTES TIPOS DE GRUPO POR
GÉNERO, EDAD Y PROCEDENCIA (%)
PROCEDENCIA
TIPO TOTAL
ESP EXTR MULTIC N/I
Pareja 54,0 56,4 22,7 40,0 52,1
Grupo Pequeño 29,0 38,6 25,3 25,0 29,5
Grupo Mediano 14,1 4,0 25,3 30,0 14,2
Grupo Grande 2,9 1,0 26,7 5,0 4,2
1042,0 101,0 75,0 20,0 1238,0
TRC
Base: Total columnas
Tal y como podemos ver en la columna del total de filas de la Tabla 1.2, la manera más
común de acudir acompañado al parque es en pareja (52,1%).
Es una constante que se repite tanto por edad, como por género, como por procedencia.
Aunque existirían algunos detalles dignos de interés.
Los grupos con mixtura de edad o de procedencia (intergeneracionales o multiculturales)
son los que menos repiten el esquema de pareja, siendo más común que este tipo de grupos estén
compuestos, al menos, por tres personas.
En el caso de los grupos multiculturales, además, observamos que la mayor parte de estos
grupos están compuestos por más de cinco personas: el 25,3% son grupos medianos y el 26,7% son
grupos grandes. Así, son los grupos grandes los que cuentan con más posibilidades de crear un
grupo multicultural. Parece que la cercanía asusta: cuando el grupo se compone de varias personas
las relaciones entre los miembros pueden ser cercanas pero la relación entre los miembros no resulta
tan concentrada como cuando el grupo es pequeño.
Edad: Adol., adolescente; Anc, anciano; Jóv, Jóvenes (Niños+Adolescentes); May, Mayores (Adultos+Ancianos); Interg, Intergeneracional
(Jóvenes+Mayores)
Procedencia: Esp., españoles; Extr., extranjeros; Multicul, multicultural (españoles+extranjeros)
N/I: No Identificados (individuos a los que la lejanía o el tipo de actividad que estaban realizando hacía imposible un registro certero)
6. El individuo que se encuentra en un grupo pequeño tiene capacidad para controlar,
comprender y profundizar en la relación con cada miembro del grupo. Según aumenta el tamaño del
grupo la relación tiende a diluirse y el individuo no puede tener la misma atención hacia dos o tres
personas que hacia seis o siete personas más.
La interculturalidad parece que se está produciendo, pero en unas condiciones que no
parecen las más propicias para un acercamiento pormenorizado entre unos (españoles) y otros
(extranjeros).
En la Tabla 2 podemos observar que se produce primero una mixtura de género (grupos
mixtos 46,20%), después la mixtura de edad (grupos intergeneracionales 16,88%) y, por último, la
mixtura cultural (grupos interculturales 5,98%). Estos datos podrían dar a entender que las
sociedades en las que vivimos existe una tendencia clara a tratar con el otro género, pero no es tan
claro que los individuos quieran tratar con las otras generaciones y, muchísimos menos, tratar
conlas otras culturas. Esto no quiere decir que existan menos conflictos de género que
intergeneracionales o interculturales, pero probablemente el hecho de que no se produzca mixtura
entre los grupos a nivel de edad y cultura pueda ser indicativo de que el diálogo entre generaciones
y entre culturas, hoy en día en Madrid, es más difícil que entre sexos.
TABLA 3: COMPOSICIÓN DE LOS GRUPOS POR GÉNERO, EDAD Y PROCEDENCIA (%)
JÓVENES ADULTOS INTERG Total
Procedencia
Españoles 2,50 25,28 0,97 28,76
HOMBRES Extranjeros 0,40 1,78 1,78 3,96
Multicultural 0,40 0,32 0,00 0,73
Total Hombres 3,31 27,38 2,75
Españoles 0,57 13,41 1,62 15,59
MUJERES Extranjeros 0,24 0,65 0,40 1,29
Multicultural 0,24 0,32 0,24 0,81
Total Mujeres 1,05 14,38 2,26
Españoles 2,02 28,03 7,03 37,08
MIXTO Extranjeros 0,89 2,10 1,70 4,68
Multicultural 0,89 0,40 3,15 4,44
Total Mixto 3,80 30,53 11,87
Base: Total Muestra (1238)
Poniendo nuestro punto de atención en los grupos multiculturales nos encontramos con:
Grupos Intergeneracionales mixtos (3,15% del total de grupos observados) estos grupos estaban
7. compuestos principalmente por alóctonos que cuidaban de autóctonos (tanto niños como
ancianos). En este caso no podemos hablar de convivencia igualitaria pues nos encontramos
con relacione de poder (jefe-empleado)
Grupos Jóvenes mixtos (0,89% del total de grupos observados): estos grupos estaban
compuestos principalmente por niños y niñas que jugaban juntos en las zonas infantiles
(toboganes, balancines, etc.)
Resto de grupos interculturales (1,92% del total de grupos observados): estos grupos estaban
compuestos por adolescentes o adultos, siendo poco común la mixtura de sexo (sólo un 0,4%
del total de grupos observados).
Son en estos últimos donde podemos empezar a vislumbrar la convivencia intercultural; son estos
grupos que juegan, hablan, ríen, intercambian pareceres y experiencias. Pero, por lo que podemos
ver, son experiencias anecdóticas
Así, podemos concluir con Pumares en que “A una escala más local el espacio debería
desempeñar un papel más activo y favorecer la relación entre los grupos sociales que utilizan el
mismo espacio. Sin embargo, el problema reside en que los espacios de los inmigrantes y de la
sociedad receptora se cruzan, pero apenas se toca. Cuando se produce el contacto, este suele ser de
tipo visual” (PUMARES, P. : 1995-6, p.77).
Es decir: se utilizan los mismos espacios, pero el contacto entre foráneos y autóctonos sigue
siendo residual y superficial, lo que puede llevar, además, a que los estereotipos de unos y otros
estén más marcados y justificados: “no conozco al „otro‟, pero observo como se comporta, por lo
que puedo hacerme una idea aproximada de cómo es”: únicamente se observan las consecuencias de
una conducta, sin tener en cuenta las causas que la originaron, por lo que unos y otros saben cómo
es el “otro” pero no por qué es así: saben lo que hacen pero no entienden por qué lo hacen.
Llegar a estos niveles más profundos permitiría la comprensión entre los diferentes
colectivos lo que llevaría, ahora sí, a una convivencia pacífica y multicultural.
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