MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
Los que vieron y creyeron - Herbert Edgar Douglass
1. Relatos de personas que fueron testigos
del don profético de Elena de White.
Compilado y redactado por
Herbert Edgar Douglass
•••
2. LOS
QUE VIERON...
Y CREYERON
Vieron a Elena de White.
La escucharon hablar.
¿Por qué son importantes sus historias para nosotros, hoy?
* Un pastor con dos esposas.
*Una mujer evangelista con un secreto oscuro en su vida.
*Un hombre cuya mera presencia impedía que Elena de White hablara.
Estos son solamente algunos de los 24 relatos fascinantes que encontrarás
en este libro. Los adventistas que escucharon predicar a Elena de White o la
vieron en visión eran hombres y mujeres muy parecidos a nosotros. Al igual
que nos sucede ahora, tenían interrogantes, problemas y ansiedades al tra-
tar de vivir su fe mientras llevaban a cabo sus actividades diarias de trabajo,
familia e iglesia. Pero, a diferencia de nosotros, muchos de ellos tuvieron la
oportunidad de ver personalmente el don profético en acción.
Cada uno de los individuos involucrados en estas historias fue afectado
directamente por Elena de White y sus visiones. Estuvieron allí, y vieron por sí
mismos el poder de Dios que acompañó la labor de Elena de White mientras li-
diaba con situaciones desconcertantes. Algunos continuaron resistiéndose; pero,
para muchos, el resultado fue una confirmación poderosa de su fe en la vida y el
ministerio de la mensajera del Señor. En cada caso, Elena de White, la constante
ganadora de almas, apeló a las personas a caminar más cerca del Señor.
Atesorarás este libro como un recurso, un lugar donde encontrar algunas
de las historias más fascinantes sobre Elena de White. Pero también descu-
brirás que es un libro de "buena lectura". Al leerlo, te convencerás de que 2
Crónicas 20:20 es tan aplicable hoy como en cualquier otro momento de la
historia: "Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profe-
tas, y seréis prosperados".
El Dr. Herbert E. Douglass ha escrito más de 16 libros. Ha disfrutado
de una trayectoria distinguida como profesor universitario en el Pacific
Union College, como vicerrector académico y rector del Atlantic Union
College, como editor asociado de la Adventist Review [Revista Adventista
en inglés], como vicepresidente de la Pacific Press Publishing Association
y presidente del Instituto Weimar. Actualmente, ya jubilado, vive con su
esposa, Norma, en Lincoln Hills, California, EE.UU.
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3. Los que vieron...
y creyeron
Relatos de personas que fueron testigos
del don profético de Elena de White.
Compilado y redactado por
Herbert E. Douglass
ASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANA
Av. San Martín 4555, Bl604CDG Florida Oeste
Buenos Aires, Rep. Argentina
DIGITALIZADO POR
IMERMERA
5. Dedicatoria
A diez preciosos nietos, candidatos para la vida eterna:
Vanessa, Vivyan, Emily, Cady, Clijf, Candi,
Britney, Ryan, Randy, Kelli
IMERMERA
6. Índice
Prefacio ............................................................................................................................ 5
Introducción.................................................................................................................... 7
Primera parte
Personas que nunca más fueron las mismas
1. Huevo en jugo de uva: cómo se salvó elDr. Daniel Kress .................................12
2. La visión que dio inicio a un movimiento: el camino angosto......................... 14
3. La visión más larga y esa Biblia pesada: Randolph, Massachusetts ...................25
4. La lección de astronomía: Bates se convenció....................................................29
5. "iEsperen un mes!": Hiram Patch ........................................................................32
6. "iSe entregó otro rebelde!": Stephen Smith ........................................................ 34
7. "iDios conoce mi corazón!": la evangelista mentirosa......................................37
8. La incursión de Waukon: la recuperación de dos predicadores cansados..... 41
9. Joven predicador finalmente satisfecho: Daniel Bourdeaus...........................47
10. Tierna carta a un joven con adicciones: Victory Jones .................................... 50
11. Ningún derecho a estar en el púlpito: elpredicador bígamo...........................52
12. Una carta justo a tiempo: cómo se salvó elpastor Cornell ...............................54
13. El barco fantasma: Dudley Canright .................................................................58
14. Señales masónicas secretas: N. D. Faulkhead....................................................62
15. Vaya, ¿en la plataforma conmigo?: Nathaniel Davis........................................68
Segunda parte
Intervenciones que mantuvieron el rumbo de la iglesia
16. Votación en sábado: Des Moines, Iowa ................................................................76
J7. "iAnoche! iAnoche!": la visión de Salamanca y Battle Creek .........................78
18. Una rival potencial: la visión de Salamanca y Battle Creek............................83
19. Enfrentar el iceberg: la crisis delpanteísmo, 1903...........................................86
20. Sentido común para abrir una escuela:
Elmshaven, 14 de enero de 1904....:..,:,.,.........,..................................................... 91
21. Dos damas compran un sanatorio: origen del Sanatorio Paradise Valley... 96
22. ''Actuar de inmediato": el milagro de Loma Linda..'...................................... lOO
23. "El Señor prohíbe...": la conservación del Sanatorio Boulder ...................... 114
24. El testimonio más escueto: cómo se salvó el templo de Battle Creek .................. 119
Fuentes .........................................................................................................................123
7. Prefacio
La Bibliaestállena de historias maravillosas que describen la relación
de Dios con las personas. A veces él daba consejos mediante sus profetas.
Otras veces daba advertencias. Si las advertencias eran atendidas, como
resultado caían bendiciones; pero si eran ignoradas, se obtenían conse-
cuencias nefastas. Es evidente que nuestro Creador no quiere más que lo
mejor para sus criaturas. Sin embargo, la obstinación humana y la falta
de fe con frecuencia frustran los propósitos de Dios. Afortunadamente,
a lo largo de los siglos hubo gente como Josué, Daniel, Pablo, Noemí,
David y muchos otros que proveyeron pruebas positivas de que seguir la
dirección de Dios siempre es lo mejor.
En 1903, Elena de White instó a que se reimpriman las historias
que narran la conducción de Dios en los primeros días del movimiento
adventista. En las siguientes páginas, el Dr. Herbert E. Douglass hace
exactamente eso: no solo comparte las historias sino también revelaciones
significativas sobre la importancia de los eventos de antaño que narra.
Como hizo Dios en los tiempos bíblicos, así también en los tiempos
modernos envió a una profetisa para guiar y advertir a los que escuchen.
Este libro está lleno de relatos, a veces asombrosos pero otras veces trá-
gicos, de cómo reaccionaron los fundadores de la Iglesia Adventista del
Séptimo Día a los consejos de Dios dados a través de Elena de White. A
menudo les prestaban atención, y ellos y el movimiento del que eran parte
prosperaban. Lamentablemente, otras veces se negaron a escuchar y a ser
guiados, ylos resultados nos advierten que, si ignoramos las instrucciones
de Dios hoy, lo hacemos por cuenta y riesgo propios.
Cada persona o acontecimiento descripto en este libro se vio directa-
mente afectado por una o más visiones de Elena deWhite. Los nombres de
personajes casi olvidados, como Daniel Kress, Hiram Patch y Nathaniel
Faulkhead, entre otros, cobranvida a medidaque sus fascinantes historias
se desarrollan para el lector. En cadacaso, Elena de White, una constante
ganadora de almas, es vista en su mejor momento, exhortando a la gente
a cambiar de dirección y así evitar la ruina espiritual. En otras historias
podemos alcanzar a ver de qué modo Dios obra a través de Elena de White
para salvar a la iglesia en su conjunto.
Así como podemos aprender del estudio de las personas y los aconte-
cimientos de los tiempos bíblicos, también podemos aprender del estudio
de las personas y los acontecimientos de la historia del movimiento ad-
ventista. Tal como las historias de este libro lo demuestran sobradamente,
8. 6 - Los que vieron... y creyeron -
la amonestación del reyJosafat que encontramos en 2 Crónicas 20:20 es
tan aplicable hoy como cuando fue pronunciada por primera vez: "Creed
en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis
prosperados".
James R. Nix, director del
Centro de Investigación White
IMERMERA
9. Introducción
Las 24 historias incluidas en este libro son una muestra de los setenta
años de servicio de Elena de White al mundo. Sin embargo, estas historias
se centran solo en un aspecto de su extenso ministerio: su contribución
directa a hombres y mujeres que tenían ansiedades, dudas y problemas
como los que todos tenemos de tanto en tanto.
Los lectores modernos tienen poco o ningún acceso a estos momentos
especiales que cambiaron vidas para siempre. No obstante, hoy podemos
revivir esos acontecimientos e identificarnos con los protagonistas de
las historias registradas en las páginas siguientes. Aun en el siglo XXI,
podemos identificarnos con sus circunstancias y regocijarnos igual que
ellos cuando de pronto se dieron cuenta de cuánto pensaba Dios en ellos,
tanto como para interesarse en su vida personal, ya sea para consolarlos
o a modo de advertencia.
Los años pasaron, pero no la condición humana: tenemos los mis-
mos sueños, esperanzas y debilidades que los jóvenes y los ancianos que
vuelven a vivir en estas páginas.
Traté de relacionar estas historias con la edad de Elena de White y
sus circunstancias personales para mostrar de qué manera cumplió su
rol como la mensajera del Señor a los veinte años, a los treinta, etc. Mu-
chas de estas historias también se encuentran en mi libro Mensajera del
Señor, pero sin muchos de los detalles fascinantes que he podido incluir
en el presente libro.
Estas historias pueden ser usadas eficazmente en el culto familiar, en
la Escuela Sabática y en sermones. Cada una puede ser fuente de mucha
reflexión al revivir cada circunstancia. La mayoría de estas situaciones
se repiten vez tras vez. Los principios dados en el pasado son tan actuales
como el rocío de esta mañana.
Ninguno de nosotros ha tenido el privilegio de conocer personal-
mente a esta intrépida dirigente de la iglesia. Nunca hemos escucha-
do a esta mujer de 1,57 metros de altura hablando en público, donde
podían escucharla veinte mil personas sin la ayuda de un sistema de
amplificación. Solo podemos leer de su devoción hacia sus cuatro hijos
y su amado esposo, y de la devoción que ellos le tenían a ella. Pero estas
historias nos dicen mucho acerca de la mujer que ayudó a formar un
movimiento mundial.
Esperamos que en estas 24 historias podamos revivir algunas de las
contribuciones extraordinarias de Elena de White que han cambiado la
10. 8 - Los que vieron... y creyeron -
vida de millones de personas en el mundo, que se sienten cercanos a ella
como la mensajera del Señor, en aquel entonces y ahora.
HerbertE. Douglass
LincolnHills, EE.UU.
IMERMERA
14. 1
Huevo en jugo de uva
Cómo se salvó el Dr. Daniel Kress
En la lejana Australia, el Dr. Daniel H. Kress estaba agonizando, y
apenas tenía cuarenta años.
Después de unirse a la IglesiaAdventista, Kress ysu esposa, Lauretta,
hicieron juntos la carrera de Medicina en la Universidad de Míchigan.
Trabajaron durante tres años con el Dr. John Harvey Kellogg en el Sana-
torio de Battle Creek antes de recibir un llamado en 1898 para establecer
la obra médica en Inglaterra.
En 1900 fueron enviados a Australia para fomentar la obra médica
allí. Un año después, Kress se estaba muriendo. El problema: Kress de-
fendía fervientemente la dieta vegetariana estricta. Anteriormente, en
Battle Creek, había sido un fiel seguidor del Dr. John Harvey Kellog y sus
colegas. En Inglaterra, y ahora en Australia, Kress enseñaba sistemáti-
camente que la manteca, la leche y los huevos deberían ser omitidos de
la dieta. Posteriormente escribió: ''Aspiraba a practicar lo que enseñaba.
Se me hacía difícil conseguir alimentos apropiados al viajar de un lugar
a otro y, como resultado, mi alimentación carecía de algunos elementos
esenciales. Mi salud se debilitó casi hasta el punto de morir".
Ahora de regreso en California después de sus nueve años en Austra-
lia, Elena de White vio en visión que el Dr. Kress estaba en los umbrales
de la muerte. Con su acostumbrada franqueza, le ordenó que "hiciese
cambios inmediatamente. Incorpore a su dieta algo que ha excluido".
Ella le dijo: "Por el hecho de que hay quienes están muy rezagados,
usted no debe, a fin de servir de ejerp.plo para ellos, ser extremista. [...]
Su devoción a los buenos principios lo induce a someterse a un régimen
que lo hace pasar por una experiencia que contraríala reforma pro salud".
Esta es la prescripción de Elena de White, basadaen unavisión, para
que Kress recuperara la salud:
15. - Huevo enjugo de uva -
Obtenga huevos de aves sanas. Consúmalos cocinados
o crudos. Mézclelos con el mejorjugo de uva sin.fermentar
que pueda obtener. Esto suplirá lo que es necesario para su
organismo. Ni por un instantepiense usted que este proce-
der no sería correcto...
Apreciamos su experiencia como médico, y sin embargo
digo que la leche y los huevos deben incluirse en su menú.
13
Luego añadió: "Vendrá el momento cuando no se podrá usar la leche
con tanta abundancia como se la emplea ahora; pero actualmente no es el
momento para suprimirla. Ylos huevos contienen propiedades curativas
que contrarrestan venenos".
Lo que Elena no sabía en ese entonces -pero nosotros sí lo sabemos
ahora- es que el Dr. Kress se estaba muriendo de anemia perniciosa, una
enfermedad a menudo fatal. Su dieta, sin una ampliavariedad de verduras
y frutas, carecía de ácido fólico y de las vitaminas B6
y B12
•
El Dr. Kress siguió inmediatamente el consejo de Elena de White
de comer huevos y jugo de uva, y en pocas semanas logró una rápida
recuperación. Vivió 55 años más, y falleció a los 94 años de edad. Re-
gresó a Norteamérica con su esposa en 1907 para pasar a ser el primer
director médico del Sanatorio y Hospital de Wáshington, en Takoma
Park, Maryland.
Vivió 55 años más porque Elena de White intervino en su vida con
un mensaje de Dios.
Kress fue uno de los tantos hombres y mujeres a quienes Dios dio
consejos, ánimo o amonestaciones individuales a través de su mensajera,
Elena de White. Antes de leer las historias de las demás personas que
recibieron consejos personales específicos de la mensajera de Dios, re-
pasaremos el hecho -una visión- que inició las siete décadas de servicio
de Elena como mensajera de Dios.
16. 2
La visión que dio inicio a
un movimiento
El camino angosto
i1844! iQué año! Samuel F. B. Morse transmite el primer mensaje
telegráfico ("Lo que ha hecho Dios"). Se inventa el proceso de pasta de
celulosa a partir de la madera, con lo que se reduce el precio del papel
prensa. Un odontólogo de Boston, pionero de la anestesiología con óxido
nitroso, se extrae su propia muela. BrighamYoung es elegido paraliderar
a los mormones después de que Smith es asesinado en Carthage, Illinois.
Karl Marx, de 26 años, escribe: "La religión es el suspiro de la criatura
oprimida... el opio de los pueblos".
YDios se inclina para hablar con Elena Harmon, de 17 años, con una
invalidez casi total, en Portland, Maine, durante la primera semana de
diciembre.
Pocas semanas antes, Elena y aproximadamente otros cien mil meto-
distas, bautistas y presbiterianos sufrieron un triste chasco cuando, el 22
de octubre de 1844, Jesús no regresó como ellos esperaban. Ella recordó:
Fue un chasco muy amargo que sobrecogió alpequeño
grupo cuya.fo había sido tan.fuertey cuya esperanza había
sido tan elevada. Pero quedamos sorprendidos al ver que
nos sentíamos tan libres en elSeñor y que éramos tan pode-
rosamente sostenidosporsufortaleza y su gracia...
Aunque estábamos chasqueados no nos sentíamos
desanimados.
Lasalud precaria de Elenaempeoró rápidamente. Como apenas podía
hablar con susurros, se le hacía difícil respirar acostada y a menudo se
despertaba por la tos y las hemorragias pulmonares. Agonizante por la
17. - La visión que dio inicio a un movimiento 15
tuberculosis, Elena estaba tan debilitada que tenía que ser transportada
en silla de ruedas y con frecuencia era alimentada por otros.
En esta condición, respondió a una invitación de una amiga íntima,
la Sra. Elizabeth Raines, para que ella y otras tres mujeres la visitaran en
su casa en Portland del Sur para una reunión de oración. Estas mujeres
también estaban confundidas y desanimadas. Habían abandonado su
confianza en lavalidez de lafecha de octubre, pero todavía esperaban que
Jesús regresara en algún momento del futuro cercano.
Hoy podemos recordar un chasco amargo similar que afligió a los
discípulos después de la crucifixión de su Señor. Cuán oprimido tenían
el corazón cuando Jesús se les apareció a dos de ellos en el camino a
Emaús, pocas horas después de su crucifixión. iQué diferencia significó
su presencia! iQué manera totalmente nueva de ver el futuro!
Así es que, aquella mañana de diciembre de 1844, nuestro Señorvisitó
a esas creyentes turbadas con la misma clase de alimento que necesitaron
aquellos turbados creyentes 18 siglos antes.
Más adelante, Elena recordó: "No había excitación... Mientras yo
oraba, el poder de Dios descendió sobre mí como nunca lo había sentido.
Quedé arrobada en una visión de la gloria de Dios. Me parecía estar
elevándome cada vez más lejos de la Tierra, y se me mostró algo de la
peregrinación del pueblo adventista hacia la Santa Ciudad".1
Aunque Elena relató esta experiencia y la visión en forma oral, no
la registró por escrito hasta más de un año después, porque no podía
mantener la mano firme para sostener una pluma.
¿cuál fue lavisión que inició su ministerio de setentaaños, unavisión
que se volvió más significativa a medida que pasaban los años?
Mientras estaba orando ante el altar de lafamilia, el
Espíritu Santo descendió sobre mí, y mepareció que me
elevaba más y más, muypor encima del tenebroso mundo.
Miré hacia la Tierrapara buscar alpueblo adventista,
pero no lo halléen parte alguna, y entonces una voz me
dijo: 'Vuelve a mirar un poco más arriba".
El sendero recto y angost.o
Alcé los ojos y vi un sendero recto y angosto trazado
muypor encima del mundo. Elpueblo adventista anda-
ba por ese sendero, en dirección a la ciudad que se veía en
su último extremo. En el comienzo del sendero, detrás de
los que ya andaban, había una brillante luz, que, según
18. 16 - Los que vieron... y creyeron -
me dijo un ángel, era el "clamor de media noche."Esta luz
brillaba a todo lo largo del sendero, y alumbraba los pies
de los caminantes para que no tropezaran.
La vista fija en Jesús
Delante de ellos iba Jesús guiándolos hacia la ciudad, y si
no apartaban los ojos de él iban seguros. Pero no tardaron
algunos en cansarse, diciendo que la ciudad estaba todavía
muy lejos, y que contaban con haber llegado máspronto
a ella. Entonces Jesús los alentaba levantando su glorioso
brazo derecho, del cual dimanaba una luz que ondeaba
sobre la hueste adventista, y exclamaban: "iAleluya!"
Algunos negaron la luz que brillaba tras ellos
Otros negaron temerariamente la luz que brillaba tras
ellos, diciendo que no era Dios quien los había guiado
hasta allí. Pero entonces se extinguió para ellos la luz
que estaba detrás y dejó sus pies en tinieblas, de modo
que tropezaron y, perdiendo de vista el blanco y a Jesús,
cayeronfuera del sendero abajo, en el mundo sombrío
y perverso. Pronto oímos la voz de Dios, semejante al
ruido de muchas aguas, que nos anunció el día y la
hora de la venida de Jesús. Los 144.000 santos vivientes
reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados
sefiguraron que erafragor de truenos y de terremoto.
Cuando Dios señaló el tiempo, derramó sobre nosotros
el Espíritu Santo, y nuestros semblantes se iluminaron
refulgentemente con la gloria de Dios, como le sucedió a
Moisés al bajar del Sinaí.
Los 144.000 estaban todos sellados y peifectamente uni-
dos. En su.frente llevaban escritas estaspalabras: "Dios,
Nueva Jerusalén': y además una brillante estrella con el
nuevo nombre de Jesús.
Los impíos se enfurecieron al vernos en aquel santo y
feliz estado, y querían apoderarse de nosotros para encar-
celarnos, cuando extendimos la mano en el nombre del
Señor y cayeron rendidos en el suelo. Entonces conoció la
sinagoga de Satanás que Dios nos había amado, a noso-
tros quepodíamos lavarnos los pies unos a otros y salu-
19. - Lavisión que dio inicio a un movimiento -
darnosfraternalmente con ósculo santo, y ellos adoraron a
nuestrasplantas.
La nube en el este
Pronto se volvieron nuestros ojos hacia el oriente, don-
de había aparecido una nubecilla negra del tamaño de
la mitad de la mano de un hombre, que era, según todos
comprendían, la señal del Hijo del Hombre. En solem-
ne silencio, contemplábamos cómo iba acercándose la
nubecilla, volviéndose cada vez más esplendorosa hasta
que se convirtió en una gran nube blanca cuya parte
inferior parecíafuego. Sobre la nube lucía el arco iris y
en torno de ella aleteaban diez mil ángeles cantando un
hermosísimo himno.
En la nube estaba sentado elHijo del Hombre. Sus
cabellos, blancos y rizados, le caían sobre los hombros; y
llevaba muchas coronas en la cabeza. Sus pies parecían de
fuego; en la mano derecha tenía una hoz aguda y en la iz-
quierda llevaba una trompeta de plata. Sus ojos eran como
llama defuego, y escudriñaban de par en par a sus hijos.
¿Quién podrá permanecer?
Palidecieron entonces todos los semblantes y se tor-
naron negros los de aquellos a quienes Dios había
rechazado. Todos nosotros exclamamos: "¿Quién podrá
permanecer? ¿Está mi vestidura sin manchas?"Después
cesaron de cantar los ángeles, y por un rato quedó todo
en pavoroso silencio cuando Jesús dijo: "Quienes tengan
las manos limpias ypuro el corazón podrán subsistir.
Bástaos mi gracia". Al escuchar estaspalabras, se ilumi-
naron nuestros rostros y elgozo llenó todos los corazones.
Los ángeles pulsaron una nota más alta y volvieron a
cantar, mientras la nube se acercaba a la Tierra.
Luego resonó la argentina trompeta de Jesús, a medida
que él iba descendiendo en la nube, rodeado de llamas de
fuego. Miró las tumbas de sus santos dormidos. Después
alzó los ojos y las manos hacia el cielo, y exclamó: "iDes-
17
20. 18 - Los que vieron... y creyeron -
pertad! iDespertad! iDespertad los que dormís en elpolvo,
y levantaos!"Hubo entonces unformidable terremoto. Se
abrieron los sepulcros y resucitaron los muertos revestidos
de inmortalidad. Los 144.000 exclamaron: "iAleluya!"al
reconocer a los amigos que la muerte había arrebatado de su
lado, y en el mismo instante nosotrosfuimos tranifiJrmados
y nos reunimos con ellospara encontrar alSeñor en elaire.2
¿Por qué Dios dio esta extraordinaria visión a una adolescente ago-
nizante que apenas podía susurrar y que guardaba el domingo?
Podemos pensar en varias razones que nos dirían algo acerca de Dios
mismo y de lo que piensa sobre los creyentes fieles dondequiera que estén
en su experiencia espiritual.
Dios no está lejos de sus fieles
Así como él comprendía el amargo chasco de esos dos discípulos en
camino a Emaús, entendía el pesar vacío de aquellas cinco mujeres de
Portland, Maine. Y él no está lejos de los lectores de estas páginas que
han sufrido una gran desilusión y quizás abandono.
Dios sabe cómo consolar
Aquellas primeras creyentes adventistas necesitaban ser consoladas.
Estaban confundidas en cuanto a lo que parecían ser claras verdades
bíblicas; la experiencia cristianade ellas parecíaser auténtica. No habían
abandonado su confianza en Dios; pero, aun así, estaban confundidas.
Esta visión les dio a esas cinco mujeres, y luego a un creciente grupo
que posteriormente percibió los detalles de la visión, el consuelo intelec-
tual y emocional de que los años de preparación para el regreso de Jesús
en 1844 no habían sido desperdiciados en ardides teológicos. No habían
sido engañados, solo estaban confundidos con respecto a lo que debía
ocurrir el 22 de octubre. Y esta certidumbre de que el Señor los había
estado guiando en su experiencia pasada los pudo ayudar a enfrentar
mejor el ridículo de sus ex amigos.
Estavisión también les dio la seguridad de que, si eran fieles, un día
verían a su Señor cara a cara. No importaba qué clase de dificultades pu-
dieran surgir, si continuaban siguiendo la luz, ellos también terminarían
en el mar de vidrio y caminarían por las calles de oro.
21. - La visión que dio inicio a un movimiento - 19
Dios sabe cómo instruir a los fieles
Durante varios años, estas cinco jóvenes habían creído que Jesús re-
gresaría en 1843, yluego en 1844, basadas en una cuidadosainvestigación
bíblica. Pero, después del 22 de octubre, se habían hundido cadavez más
en el desánimo porque Jesús no habíavenido. Su fe comenzó a vacilar, no
en su experiencia cristiana sino en su confianza en el estudio de la Biblia.
Para diciembre, la mayoría de los creyentes adventistas habían aban-
donado su sólida creencia en que el 22 de octubre tenía importancia.
En otras palabras, ellos creían que la profecía de los 2.300 días-años
no había terminado; peor aún, algunos ahora creían que todo el cuadro
profético había estado equivocado. Según escribió Elena en 1847: "En el
momento en que tuve la visión del clamor de medianoche [diciembre de
1844], había abandonado la idea de que [el cumplimiento de la profecía]
fuera en el pasado y la esperaba para el futuro, y también le pasaba lo
mismo a casi todo el grupo".3
Pero estavisión de diciembreles dio un panoramatotalmente diferente
a estos entristecidos creyentes adventistas. iDios habíaestado guiando a su
pueblo! El inolvidable "clamor de medianoche" del verano de 1844 ahora
debía brillar como una luz sobre el sendero de quienes se dirigían gozosos
hacia la Canaán celestial. La promesa: Si seguían confiando en esa luz y
mantenían la vista fija en Jesús, entrarían a salvo en su recompensa.
iQué promesa! iQué consuelo!
¿Qué nos dice esta visión a nosotros hoy?
Recuerdo el día cuando leí estavisión por primeravez. Estaba entran-
do en la adolescencia y me acababa de bautizar. Alguien pensó que me
sería útil leer Primeros escritos. Ese sábado de tarde es tan vívido como
ayer. Estaba atravesado en mi cama leyendo esas páginas asombrosas,
página tras página, capítulo tras capítulo.
No supe hasta más adelante que me estabaintroduciendo en el tema
del gran conflicto, y de cómo piensa Dios llevar a su conclusiónla historia
del pecado y de este mundo. Mi lectura aquel sábado de tarde se convir-
tió en mis primeros pasos para captar la historia general de por qué se
desarrolló el pecado y de qué manera Dios hace lo mejor de su parte para
contar su versión de la historia.
"Mira un poco más arriba"
La instrucción de "mirar un poco más arriba" se convirtió en una de
las frases que me ha ayudado a salir de la oscuridad y el desánimo desde
22. 20 - Los que vieron... y creyeron -
entonces. Cuando las preguntas obvias parecían no tener respuestas fáciles,
cuando mis amigos de confianza me decepcionaban, lavoz tranquilizadora
me hacía elevar la vista: "iMira un poco más arriba!"
"El sendero recto y angosto"
Las palabras "rectoy angosto" traen a la mente las palabras de nuestro
Señor en Mateo 7:13 y 14, donde nos recuerda que la vida ofrece eleccio-
nes. Tenemos un viaje que terminar, pero uno puede elegir la dirección.
Todos sabemos que no transitamos automáticamente por el sendero recto
y angosto. Por alguna razón, comenzamos a caminar por el sendero fácil,
el camino ancho, con bastante compañía. De hecho, en realidad no sabe-
mos que existe un camino mejor hasta que Jesús y el Espíritu Santo nos
dan vuelta: el giro en U que llamamos conversión. Pero ese giro de 180
grados nos coloca en un sendero más angosto, un sendero que requiere
elecciones y decisiones mientras caminamos.
Lamentablemente, algunas traducciones españolas sustituyen lapa-
labra difícil por angosto. Jesús no se contradice a sí mismo. Cuando dice
que su "yugo es fácil" y su carga es "ligera" (Mat. 11:30), nos está diciendo
que el Espíritu Santo suaviza nuestro sendero, ilumina nuestra mente y
potencia nuestras decisiones, y ¿qué enemigo puede igualar esa promesa?
iLa dificultad en la vida cristiana se da cuando la persona trata de andar
por ambos caminos al mismo tiempo!
"La luz que brillaba tras ellos"
La referencia a la luz que brillaba tras ellos estremeció a las cinco
mujeres y luego al creciente grupo de adventistas al ver la gran impor-
tancia de los acontecimientos del 22 de octubre de 1844. Sin esa "luz
brillante" llamada"el clamor de medianoche", aquellos primeros adven-
tistas desanimados habrían cavado sus propias tumbas en desespera-
ción. El clamor de medianoche había sido el tema de reunión durante
el verano de 1844, una frase tomada de la parábola de Mateo 25. Había
unido a muchos, muchos miles al centrarse en el 22 de octubre. En otras
palabras, Dios estaba respaldando la confianza y el compromiso incon-
dicional de ellos en la profecía de tiempo de Daniel 8:14. iQué alivio!
Qué motivo ahora para reunirse y comenzar el viaje en ese "sendero
angosto", buscando más luz a lo largo del camino.
23. - Lavisión que dio inieio a un movimiento - 21
"La vista fija en Jesús"
A los primeros adventistas no se les dio el cuadro completo de inme-
diato. Ese nuncaha sido el plan de Dios. A lo largo del ministerio terrenal
de nuestro Señor, este guiaba a sus discípulos paso a paso: "Aún tengo
muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar" (Juan
16:12). La gente no puede asimilar demasiada información o cambios
simultáneamente. Pero lo que podemos hacer con toda seguridad es
mantener la vista "fija en Jesús".
Al aceptar esta sencilla instrucción, todos podemos encaminarnos
por el sendero angosto. El Espíritu Santo nos conduce a diferentes velo-
cidades, dependiendo del contexto intelectual, los hábitos sociales y las
conexiones familiares. Incluso las esposas y los esposos devotos no están
exactamente en el mismo lugar del sendero angosto. El secreto manifiesto
es continuar leyendo la Palabra escrita, seguir relacionándose con los
demás en ese sendero angosto y nunca retroceder.
"Iban seguros"
iPreciosa promesa! Sigamos la luz que brilla a lo largo del sendero, la
luz que fue afirmada en los acontecimientos de 1844, la luz de adelante
que nos guía constantemente a la ciudad; iy estaremos seguros durante
todo el camino! Quizá no vivamos lo suficiente como para entrar cami-
nando por la puerta de la ciudad antes de descansar en la tumba, pero si
hemos estado caminando constantemente en la luz brillante, iestamos
seguros de que recibiremos la vida eterna!
La seguridad cristiana descansa en esta sencilla verdad: los que ca-
minan en la luz que tienen, no siempre en la luz que puede estar guiando
a otros, los que siempre confían y obedecen la luz, a medida que entien-
den cada vez más, estos tienen la tranquila fortaleza de la seguridad de
la salvación.
"No tardaron algunos en cansarse"
Los primeros creyentes adventistas tenían la esperanza de que Cristo
regresaríapronto. El mensaje de los últimos días paratodo el mundo les fue
revelado lentamente, paso a paso. Algunos no percibieron rápidamente que
lacalidadde laiglesiade los últimos días, como sela describe enApocalipsis
(2:17; 14:12; 19:7-9), llevaría tiempo para desarrollarse y que el desarrollo
tenía que ver absolutamente con el tiempo del advenimiento. Lamentable-
mente, algunos realmente secansaron,ypusieronsus esperanzasen caminos
más cortos. Otros, a lalarga, entendieron los planes de Dios para el tiempo
24. 22 - Los que vieron... y creyeron -
del fin, juntaron fuerzas y escogieron pertenecer a los que seguían "la luz
de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto" (Prov. 4:18).
Eso es lo que ocurre cuando las personas fieles a Dios fijan lavista en Jesús.
"Negaron temerariamente la luz que brillaba tras ellos"
¿Que podría significar esto? Cualquiera que fuera la razón, algunos
rechazaban el pensamiento de que Dios había estado guiando a los cre-
yentes adventistas. Perdieronla confianzaen la profecía de los 2.300 días
de Daniel 8:14, y su fe ardiente se convirtió en amargura, al pensar que
habían sido engañados. La luz se apagó y regresaron a los encantos que
se desvanecen rápidamente en este mundo actual.
"Los impíos se enfurecieron"
La realidad se repite. Así como los primeros adventistas soportaron
el ridículo y cierto grado de enojo por parte de los que rechazaban a los
adventistas antes del22 de octubre, también los adventistas de los últimos
días afrontarán la misma ira al fin de la historia de este mundo, justo an-
tes del regreso de Jesús. Estavez la confrontación será espantosay a nivel
mundial; la única defensa de ellos serán las promesas de Jesús ylaluz que
los ha estado guiando. En el momento más desapacible de estos últimos
días, recibirán señales celestiales de que la ayuda viene en camino. Los
arcos iris, las nubes blancas, los coros angelicales: itodo valdrá la pena!
"Solemne silencio"
¿podría haber un momento más cargado de sobrecogimiento en la
historia del planeta Tierra? Los malvados están conmocionados y se
quedan sin palabras; los justos se hacen una humilde pregunta: "¿Quién
serádigno?" Nadie, ni siquiera el más fiel de los creyentes, sabe si es digno
de encontrarse con Jesús cara a cara. Entonces esa voz reconfortante,
que han "oído" muchas veces en su caminar por el sendero angosto, les
recuerda: "Bástate mi gracia". El simple evangelio, pleno y completo, ha
alcanzado su tremendo objetivo: la buena nueva del perdón y del poder
finalmente los ha conducido a los pies de su amante y fiel Señor.
"Trompeta de plata"
Los primeros adventistas queescucharon estavisión reveladainmedia-
tamente recordaron la trompeta de 1Tesalonicenses 4, cuando las tumbas
25. - La visión que dio inicio a un movimiento 23
se abren yse reúnenlos viejos amigos. Posiblemente hoyno existan palabras
en la Tierra que puedan abarcar todo lo que los creyentes leales de todas
las edades oirán, verán y pensarán. iNuestra única respuesta a esta visión
es reconsagrar nuestra vida para estar allí!
Durante sus setenta años de ministerio, Elena de White se refirió
a la metáfora del sendero angosto al menos 135 veces. En el fragmento
siguiente de una carta a un joven que estaba en peligro de desviarse del
camino, Elena muestra su claridad mental y moral:
Se me han mostrado los peligros que acechan a los
jóvenes. Sus corazones están llenos de altas aspiraciones
y ven la carretera descendente sembrada de tentadores
placeres de aspecto atractivo, pero la muerte es sufinal.
La estrecha senda hacia la vida quizá les parezca despro-
vista de atractivos, llena de cardos y espinas, pero no es
así. Es la senda que requiere la negación de los placeres
pecaminosos; es estrecha, para que aquellos a quienes
el Señor rescató puedan andar por ella. Nadie puede
andar por esa senda y cargar con elfardo del orgullo, la
obstinación, el engaño, lafalsedad, la deshonestidad, las
pasiones y las concupiscencias carnales. La senda es tan
estrecha que quienes anden por ella deberán dejar esas
cosas. Sin embargo, la carretera ancha y cómoda tiene
la suficiente amplitudpara que los pecadores viajen por
ella con todas sus tendencias pecaminosas.
Joven, si rechazas a Satanás y todas sus tentaciones,
podrás andar sobre las huellas del Redentor, y gozar la
paz del cielo y elgozo de Cristo. La concupiscencia del
pecado no traerá consigo laftlicidad. Podrás engañarte
y creer que eresftliz, pero no podrás conocer la verdadera
ftlicidad. El carácter se diforma con la complacencia en
elpecado. Elpeligro está al acecho en cada escalón que se
desciende y los quepodrían ayudar a losjóvenes no se dan
cuenta de ello. No se manifiesta el tierno y amable interés
que debiera mostrarsepor losjóvenes. Muchos podrían
serprotegidos de influenciaspecaminosas si estuvieran
rodeados de buenas amistades y escucharan palabras
amables y amorosas.4
Estaprimeravisión de unas dos mil que vendrían durante los siguien-
tes setenta años fija el rumbo para millones de creyentes adventistas. Su
26. 24 - Los que vieron... y creyeron -
claridad gráfica es difícil de olvidar. Nadie puede leerla cuidadosamente
y alegar desconocimiento en la segunda venida.
Hoy podemos agradecer a Dios, al igual que aquellos primeros ad-
ventistas, porque él se inclina hasta los creyentes confundidos incluso de
la actualidad, y enciende una luz en la senda de cada persona. Ycontinúa
demostrándonos hoy cómo permanecer en ese sendero angosto. La luz se
vuelve más fuerte y laseguridad se profundiza mientras anhelamos escu-
char las trompetas y el sonido silbante de las alas de los ángeles cuando
reúnan a los que estuvieron separados durante tanto tiempo, para aquel
viaje a la Ciudad Santa.
1
Primeros escritos, p. 13.
2
Ibíd., pp. 14-16.
3
Carta 3,1847.
4
Testimonios para la iglesia, t. 4, pp. 357, 358.
27. La visión más larga
y esa Biblia pesada
Bandolph, Massachusetts
La visión más larga de Elena de White (cuatro horas) ocurrió en
1845, un año antes de su casamiento con Jaime. Una de las acusaciones
que se le hacían era que no podía tener una visión si Jaime White y Sara,
hermana de Elena (ambos acompañaban a Elena en sus primeros viajes),
no estuvieran presentes.
Otis Nichols, de Boston, con la esperanza de desenmascarar la acusa-
ción, "invitó a Elenay a Sara a su casa, dejando a Jaime en Portland. Entre
los que se hallaban en el área de Boston que impugnaban la validez de la
experiencia de Elena Harmon estaban dirigentes fanáticos, incluyendo a
Sargent y a Robbins, que también sostenían que era un pecado trabajar".
El mensaje de Sargenty Robbins a los adventistas milleritas era: "Ven-
dan lo que tienen, y den limosnas", queriendo decir, por supuesto, que les
paguen sus gastos de mantenimiento. Sostenían que ahora estaban en el
"jubileo, la tierra debía descansar y los pObres debían ser mantenidos sin
trabajar". Denunciaron las primeras visiones de Elena Harmon diciendo:
"son del diablo", porque ella había estado exponiendo los errores suyos.
Pocos días después de que Elena y Sara habían llegado a la casa de
Nichols, Sargent y Robbins fueron invitados a ir y compartir estudios
bíblicos, y a orar. Cuando llegaron y se enteraron de que ambas her-
manas estaban en la casa, salieron a toda prisa en medio de un aluvión
de excusas.
Pero, antes de irse, Nichols les dijo a ambos que Elena quería asistir
a la reunión de su grupo de "No trabajar" en Boston el siguiente domin-
go. Cuando preguntó si los dos dirigentes tenían objeciones para oír el
testimonio de ella, respondieron: "Ninguna en absoluto. Que venga el
próximo domingo".
28. 26 - Los que vieron... y creyeron -
Así que, se hicieron arreglos para que Elena y Sara Harmon asistie-
ran a la reunión de este grupo para el domingo siguiente. "Pero la noche
previa a la reunión propuesta, se le mostró en visión a Elena que esos
hombres no tenían planes de encontrarse con ella; habían alertado a sus
seguidores para reunirse en Randolph, veinte kilómetros al sur de Boston.
En esa visión también se le dijo que debía encontrarse con este grupo en
Randolph, que Dios le daría un mensaje que convencería a 'los honestos
y libres de prejuicios si sus visiones eran del Señor o de Satanás' ".
Cuando Elena, Sara y la familia Nichols llegaron al día siguiente a
Randolph, encontraron un gran salón lleno de gente en la casa de Thayer.
Elena escribió posteriormente: "Cuando entramos, Robbins y Sargent se
miraron sorprendidos y comenzaron a refunfuñar. Me habían prometido
que se encontrarían conmigo en Boston, pero pensaron que nos decepcio-
narían yendo a Randolph, y mientras nosotros estuviéramos en Boston,
advertirían a los hermanos contra nosotros".
Durante la reunión matinal, i"Robbins le dijo a Sarah [...] que Elena
no podría tener una visión si él estaba presente"! En la reunión de la
tarde, Elena tuvo la visión que supuestamente no podría haber ocurrido.
Más tarde informó:
La bendición del Señor seposó sobre mí, y.fui arrebatada
en visión. Se me volvieron a mostrar los errores de estos
hombres malvados y de otros que estaban unidos a ellos.
Vi que nopodríanprosperar, sus errores confundirían y
distraerían; algunos serían engañados por ellos; pero que la
verdad triunfaríafinalmente, y el error sería abatido.
Se me mostró que ellos no eran honestos, y luegofui
llevada alfuturo y se me mostró que continuarían
despreciando las enseñanzas del Señor, despreciando la
amonestación y que serían dejados en oscuridad total,
para resistir al Espíritu de Dios hasta que su capricho
se hiciese manifiesto ante todos. Mefue presentada una
cadena de verdad de las Escrituras, en contraste con los
errores de ellos.
Cuando salíde la visión, las velas ardían. Había estado
en visión casi cuatro horas.
Otis Nichols registró que cuando Elena comenzó a orar, pronto fue
"arrebatada en visión... y continuó hablando en visión con unavoz aguda
que todos los presentes podían entender claramente, hasta alrededor de
la puesta del sol".
29. - La visión más larga y esaBibliapesada 27
Es fácil comprender la consternación y la exasperación de Sargent,
Robbins y los demás. ¿cómo respondieron? Nichols dijo que estos diri-
gentes avergonzados "agotaron toda su influencia y sus fuerzas físicas
para destruir el efecto de la visión. Se unieron para cantar en voz muy
alta, y luego hablaban y leían de la Biblia alternadamente en alta voz a
fin de que Elena no pudiera ser oída, hasta que se les agotó la fuerza y les
temblaban las manos, de modo que no podían leer de la Biblia".
Algunos delos seguidores de estos dirigentes humillados los reprendían,
pidiéndoles que acabaran con su interferencia. Robbins respondió: "Ustedes
están inclinados ante un ídolo. Están adorando a un becerro de oro".
El señor Thayer, el dueño de casa, tuvo su propiaforma de satisfacer-
se en cuanto a si la visión era del diablo. Había oído que al colocar una
Biblia abierta sobre la persona en visión se podía detener a la gente bajo
influencia satánica. Thayer le pidió a Sargent que colocara una Biblia
sobre Elena, pero él se negó.
Thayer fue más allá. "Tomó una pesaday enorme Biblia familiar que
estaba sobre la mesa y casi nunca se la usaba, la abrió y la colocó abierta
sobre el pecho de Elena mientras esta estaba en visión, inclinada hacia
atrás contrala pared en un rincón de la habitación". Esto es lo que ocurrió
a continuación:
Inmediatamente después de que la Bibliafue coloca-
da sobre ella, sepuso de pie y caminó hasta el medio de
la sala, con la Biblia abierta en una mano y la levantó
lo más alto quepudo, y con la vistafija mirando hacia
arriba, declaró con solemnidad: "El testimonio inspirado
de Dios': opalabras de la misma importancia, y luego
continuó durante mucho tiempo, mientras la Biblia era
extendida en una mano y sus ojos miraban hacia arriba
y no a la Biblia, dando vuelta las hojas con la otra mano
y colocando el dedo sobre determinados pasajes y pronun-
ciando correctamente las palabras con una voz solemne.
Si usted hubiese estado en esa habitación, ¿qué habría hecho? iExac-
tamente lo que muchos hicieron! iSe pusieron de pie y observaron aquellos
textos bíblicos que Elena estaba señalando mientras mantenía la vista fija
hacia arriba! Parael asombro detodos,ellacitabaperfectamente esos textos.
¿cuáles fueron algunos de esos textos? Nichols dijo que "algunos de
los pasajes mencionados eranjuicios contralos malvados y los blasfemos;
y otras eran amonestaciones e instrucciones relacionadas con nuestra
condición actual. ·
30. 28 - Los que vieron... y creyeron -
"En este estado continuó toda la tarde hasta casi la puesta del sol,
cuando salió de la visión".
Cuando Elena salió de la visión, Sargent, Robbins y su grupo estaban
callados. Por el resto del tiempo estuvieron inquietos aunque desafiantes,
y se negaban a reconocer laimportanciade lo que habían experimentado.
¿Qué ocurrió con Sargent, Robbins y su grupo de "No trabajar"?
Nichols informó que, pocas semanas después, Elena Harmon visitó Ran-
dolph por última vez y le dijo al grupo que mediante las visiones se había
enterado de que la "maldición de Dios pronto seguiría su curso".
iY así fue! En pocas semanas, el grupo se disolvió cuando algunos
confesaron "actos de lo más vergonzosos" y los de corazón honesto se
separaron para siempre. Unos veinte siguieron a Sargent y a Robbins, y
continuaron denunciando las visiones de Elena Harmon y a los que se
oponían a sus doctrinas de "No trabajar". Un año después, incluso este
grupo se desintegró, y muchos "ise declaraban libres de todo pecado!"
Para Elena, de 18 años, era toda una responsabilidad enfrentarse
con hombres tenaces, no solo de a uno por vez sino icon una sala llena
de adultos desafiantes que la ridiculizaban! Pero, cuando una persona,
sin importar la edad, ha visto la luz de la verdad, ninguna persona mala
o terca puede desplazar esa luz.
¿Qué ocurrió con los pocos que se mantuvieron de parte de Elena
aquel largo día observando su "visión más larga"? ¿Usted cree que alguna
vez se olvidaron de Elena y de esa Biblia de entre ocho y nueve kilos sos-
tenida en alto durante tanto tiempo? ¿o de sus descripciones perspicaces
de la clase de oposición que la denunciaba a ella tan hipócritamente?
¿o su predicción enérgica de que este grupo de "No trabajar" pronto se
desintegraría en sus propios pecados?
Pronto aprendieron que siempre es más seguro "cree[r] a sus profetas"
(2 Crón. 20:20).
31. 4
La lección de astronomía
Bates se convenció
José Bates, un capitán de barco convertido, gastó su fortuna promo-
viendo el mensaje millerita. Se convirtió en uno de los primeros adventis-
tas sabatarios (1845) y el primero en imprimir un folleto sobre el verdade-
ro día de reposo, The Seventh-day Sabbath,A Perpetua[Sign [El séptimo
día sábado, una señal perpetua] (1846). Este folleto se convirtió en una
confirmación importante para Jaime y Elena de White, recientemente
casados, de que el sábado, no el domingo, es el día de reposo cristiano.
Sin embargo, el capitán Bates al principio no estaba convencido de
que las visiones de Elena de White "fuesen de Dios". Las visiones, en
ese entonces, se confundían con sesiones espiritistas o el mesmerismo.
Bates pensaba que las visiones eran resultado de la mala salud de Elena:
"nada 'más que lo que produjo un prolongado estado de debilidad de
su cuerpo' ". Pero cambió de parecer después de observarla en varias
experiencias de visiones.
"Una visión, en particular, lo impresionó. En noviembre de 1846, en
el hogar de Stockbridge Howland, en Topsham, Maine, se había reunido
un pequeño grupo de observadores del sábado. Entre ellos estaban José
Bates y los White. Elena de White fue arrebatada en visión y 'por prime-
ra vez tuvo una visión de otros planetas'. Después de la visión, relató lo
que había visto" durante ella. J. N. Loughborough narró por impreso la
descripción de la reunión según se la contó Bates:
La señora de ~ite, mientras estaba en visión, comenzó
a hablar sobre Zas estrellas, dando una descripción de cin-
turones de color rosado que veía a lo largo de la superficie
de algún planeta, y añadió:
-Veo cuatro lunas.
-iAh! -dijo elpastorBates-, iestá viendo Júpiter!
Luego de hacergestos como si estuviera viajando a
32. 30 - Los que vieron... y creyeron -
través del espacio, comenzó a describir unos cinturones y
anillos con diversidad de belleza, y dijo:
-Veo siete lunas.
ElpastorBates exclamó:
-Está describiendo Saturno.
Después vino la descripción de Urano, con sus seis
lunas; luego una maravillosa descripción de los "cielos
abiertos': con su gloria, que describió como una abertura
a una región más iluminada. ElpastorBates dijo que su
descripción sobrepasaba en mucho cualquier relato de los
cielos abiertos que alguna vez hubiese leído de algún autor.
Mientras ella hablaba y todavía estaba en visión, él se
puso de pie y exclamó:
-iOh, cuánto desearía queLordJohnRosse estuviera
aquí esta noche!
Elpastor VVhite preguntó:
-¿Quién es LordJohn Rosse?
-Ah -dijo el pastor Bates-, es un extraordinario astró-
nomo inglés. Desearía que estuviese aquípara escuchar a
esta mujer hablar de astronomía, y oír la descripción de
los "cielos abiertos". Es más avanzado que todo lo que leí
sobre el tema.
Posteriormente, Elena de White informó de esta experiencia... en el
hogar de Curtís.
Después de salir de la visión, describí lo que había visto.
El hermano Bates mepreguntó si yo había estudiado as-
tronomía. Le dije que no tenía memoria de haber investi-
gado sobre astronomía alguna vez.
-Esto es delSeñor -dijo él.
Nunca antes lo vi tan libre yftliz. Su semblante brillaba
con la luz del cielo, y exhortó a la iglesia con poder.
Pocos meses después, Jaime White escribió lo que recordaba de esta
"visión de astronomía":
En nuestro congreso de Topsham, Maine, en noviembre
pasado, Elena tuvo una visión de las obras de Dios. Ellafue
guiada a los planetas Júpiter, Saturno y creo que uno más.
Después de salir de visión, ellapudo dar una nítida des-
33. - La lección de astronomía -
cripción de sus lunas, etc. Es bien sabido que ella no sabía
nada de astronomía, y nopodía responder ni una pregunta
con relación a losplanetas, antes de tener esta visión.
31
Al repasar esta visión a partir de los informes de John Loughborough
y Jaime White, debemos reconocer al menos siete hechos:
l. Elena de White nunca puso por escrito esta"visión de astronomía''.
2. Nunca identificó por nombre los planetas que vio.
3.Nuncamencionólacantidaddelunas que algúnplanetapudieratener.
4. Bates atribuyó los nombres de los planetas a lo que élpensaba que
Elena de White estaba describiendo.
5. Loughborough y Jaime White informaron lo que Bates pareció
haber entendido a partir de sus breves comentarios.
6. Los telescopios actuales revelan mucho más acerca de los planetas,
la cantidad de lunas que tienen y otros fenómenos celestiales que lo que
Bates podría haber soñado alguna vez.
7. Lo que realmente dejó atónito a Bates no fue la descripción de los
"planetas" sino la descripción de laseñoraWhite de los "cielos abiertos", una
referencia al denominado "espacio abierto de Orión" que, para Bates, "so-
brepasaba'' cualquier descripción hechapor astrónomos contemporáneos.
Pues bien, ¿cuál es el propósito de esta visión? Esta "visión de astro-
nomía'' no era una lección sobre astronomía que posteriormente sería
verificada por el telescopio Hubble.
Pero, "si Elena deWhitehubiese dado un anticipo de lo que eltelescopio
Hubble reveló en los años noventa, José Bates por cierto se hubiese conven-
cido de que Elena de White era una impostora, una fanática desorientada.
Sus dudas se hubiesen confirmado. Probablemente no se hubiese identifi-
cado más con los adventistas del séptimo día''.
En otras palabras, esta interesante "visión de astronomía'' correspon-
día al conocimiento que tenía Bates sobre lo que mostraban los telescopios
en 1846. Lo más probable es que esta visión haya sido dada en presencia
de Bates para darle confianza en el ministerio de Elena de White.
Ylavisión fue otro ejemplo de cómo Dios guía a su pueblo "paso a paso".
Era el método de Jesús: '~ún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora
no las podéis sobrellevar" (Juan 16:12). La gente no puede identificarse con
demasiados cambios simultáneamente. El principio de paso a paso se aplica
a una amplia variedad de temas, incluyendo la reforma pro salud, el desa-
rrollo gradual de la verdad, como por ejemplo cuándo comienza el día de
reposo, y la creación del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda.
34. 5
"¡Esperen un mes1"
HiramPatch
Era a fines del invierno de 1850. Elena, que acababa de cumplir 23
años, era madre de dos varones: Henry, de tres años y medio, y Edson,
de seis meses.
Jaime White, ahora con unos 29 años, estaba dirigiendo reuniones
en Oswego, NuevaYork, mientras redactaba la copiadel primer periódico
misionero adventista del séptimo día. Su obra había incomodado a los
metodistas de la ciudad, que ahora estaban celebrando sus propias reu-
niones. El orador de ellos, el tesorero del condado, también servía como
predicador laico metodista.
Durante este período, dos jóvenes no creyentes, Hiram Patch, de 21
años, y su novia, asistían a ambas series de reuniones. Con el tiempo, se
acercaron a los White, confundidos, sin saber a quién creerle. Durante
esa consulta, Elena de White tuvo una visión que ellos presenciaron. Re-
mitió a la pareja a Oseas 5:6 y 7: "Con sus ovejas y con sus vacas andarán
buscando a Jehová, mas no lo hallarán: iSe ha apartado de ellos! Contra
Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos de extraños; ahora
serán consumidos en un solo mes ellos y sus heredades".
Entonces le dijo a lajoven pareja:
-Esperen yvean el resultado del asunto. Esperen un mes, y sabrán por
ustedes mismos el carácter de las personas que están participando de este
reavivamiento y que profesan tener un peso tan grande por los pecadores.
-Esperaré -dijo Hiram.
Dos semanas después, al tesorero se le rompió un vaso sanguíneo
del estómago mientras gritaba en una de sus oraciones. Fue llevado a
su casa y confinado a guardar reposo. El jefe de policía del condado y el
alguacil asumieron el control de las finanzas del condado y descubrieron
un faltante de exactamente mil dólares. Fueron a la casa del tesorero, con
35. - "iEsperen un mes!" - 33
la esperanza de obtener alguna ayuda. Pero él y su esposa levantaron las
manos hacia el cielo, poniendo a Dios por testigo de que ellos no sabían
nada del dinero que faltaba.
No obstante, cuando eljefe de policía entró por lapuerta del frente, el
alguacil se había ido por detrás de la casa y se escondió en un cobertizo.
De repente se abrió la puerta de atrás, y la esposa rápidamente enterró
un costal en un montículo de nieve. Momentos después, mientras el jefe
de policía y el tesorero estaban conversando sobre la discrepancia, el al-
guacil entró en el dormitorio con el dinero que faltaba. El reavivamiento
evangelizador del tesorero se desplomó de repente, e Hiram Patch y su
futura esposa escogieron unirse a los adventistas que guardaban el sá-
bado. Fueron miembros fieles hasta su muerte.
¿Qué aprendemos de este pequeño incidente? iElena de White era
una constante ganadora de almas! Dios le dio una visión que ayudó a
traer a dos jóvenes a la seguridad de la verdad bíblica. Al mismo tiempo,
Dios les dio a dos hipócritas la oportunidad de hacer las cosas bien, pero
rechazaron la oportunidad de confesar la verdad.
36. 6
"¡Se entregó otro rebeldeI"
Stephen Smith
En noviembre de 1851, aunque Elena de White todavía no había
cumplido los 24 años, ya participaba activamente en ayudar a resolver
opiniones divergentes de hombres decididos. La naciente IglesiaAdven-
tista del Séptimo Día estaba ganando miembros, y la necesidad de que
la iglesia se organizara era obvia.
Una de las razones de este énfasis temprano en el orden eclesiástico
fue una reacción a la obra destructiva de Stephen Smith, de Unity, Nueva
Hampshire (a pocos kilómetros de Wáshington, Nueva Hampshire, donde
todavía existe el primer templo adventista del séptimo día). Smith recha-
zaba el consejo de que creer en una fecha profética parala segundavenida
de Cristo ya no era un prerrequisito para ser miembro de iglesia. Smith
recogió otras ideas que no eran bíblicas y luego se unió a la oposición a
los White y a otros dirigentes de la iglesia.
Elena tuvo una visión en relación con el descontento, y vio que la
iglesiadebía actuar paralimitar los errores y la disensión, desmembrando
a Stephen Smith y a otros que promovían enseñanzas erróneas. Jaime
White informó en su carta general delll de noviembre: "En Wáshington
conocimos al hermano Smith, duro, duro, lleno de errores". "Fue una lu-
cha... El domingo, el hermano Smithestuvo presente. Duro como siempre.
Hablamos claramente. Finalmente, la asamblea votó apartarse de él".
"Casi un año después de ser desglosado, Stephen Smith llegó a ver sus
errores, los confesó, y fue reintegrado como miembro". Pero pronto "nue-
vamente participó de creencias erróneas y fue desglosado de nuevo. En
1857 volvió a encontrar el camino de regreso, pero solo por poco tiempo.
"En algún momento de la década de 1850, después de uno de los lapsos
de Smith, Elena de White le escribió un testimonio en el que describía
cómo sería su vida si persistía en el rumbo que estaba siguiendo. Cuando
recibió la carta, temió que fuese un testimonio de reproche [...] así que
[...] la guardó bien al fondo de un baúl, sin abrirla ni leerla".
37. - "iSe entregó otro rebelde!" - 35
Durante casi treinta años, Stephen Smith continuó oponiéndose a su
confesión religiosa anterior con críticas alevosas e hirientes. "La señora
de Smith siguió siendo fiel, y la Review and Herald, el periódico de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día, llegaba semanalmente a la casa de
ellos. Entonces, un día Smithlatomó yleyó un artículo de Elena de White.
Siguió leyendo sus artículos semanalmente y descubrió que le hablaban
al corazón". Finalmente, su actitud comenzó a suavizarse.
En 1885, E. W. Farnsworth regresó a Wáshington, Nueva Hamp-
shire, para celebrar reuniones de reavivamiento. El padre de Eugene era
William Farnsworth, miembro fundador de la primera iglesia adventista
de Wáshington, Nueva Hampshire. Stephen Smith había conocido a
Eugene de muchacho, y ahora caminó casi veinte kilómetros para es-
cuchar su sermón sabático. Farnsworth predicó sobre el surgimiento
y el desarrollo de la Iglesia Adventista. "Una vez concluido el sermón,
Smith se puso de pie y pidió que se le concediera el privilegio de hablar.
La audiencia, que lo conocía bien, esperaba una... embestida de críticas
y maldades.
"-No quiero que me tengan miedo, hermanos -comenzó Smith-. No
he venido para criticarlos. Abandoné esa clase de asuntos.
"Entonces repasó el pasado, su odio por la organización de la iglesia,
su asociación con un grupo opositor tras otro, los cuales había visto caer
y sus simpatizantes quedaban desconcertados.
"-Los hechos -dijo- son contumaces, pero la realidad es que los que
se han opuesto a esta obra terminaron en nada, mientras que los que
han estado en simpatía con ella han prosperado, han mejorado, se han
vuelto más devotos y piadosos. Los que se oponían a ella solo aprendieron
a luchar y a debatir. Han perdido toda su religión.
"-Ningún hombre honesto puede dejar de ver que Dios está con ellos
y contra nosotros. Quiero estar en comunión con este pueblo, de corazón
y en la iglesia.
"Smith tenía intenciones de permanecer un tiempo en Wáshington
para la reunión del sábado siguiente, pero el miércoles recordó la carta
de Elena de White que estaba en el baúl de su casa. Al sentir que no podía
esperar a leerla, inició el viaje de regreso el jueves de mañana y recorrió
los casi veinte kilómetros hasta su casa y pronto tuvo el sobre cerrado en
sus manos. Lo rompió para abrirlo y leyó su contenido.
"De regreso en Wáshington el sábado siguiente, escuchó a Farnsworth
predicar sobre el Espíritu de Profecía en la iglesia remanente. Al concluir
el sermón, se puso de pie nuevamente. Esto es lo que dijo:
"-Yo mismo recibí un testimonio hace 28 años. Lo llevé a casa y lo
guardé en mi baúl, y nunca lo leí hasta el jueves pasado".
38. 36 - Los que vieron... y creyeron -
Explicó que todos esos años no lo habíaleído, "portemor a volverse loco.
"-Pero -dijo-, en realidad estuve loco todo el tiempo.
"Finalmente, dijo:
Hermanos, cada palabra del testimonio para mí es
cierta, y lo acepto. Y he llegado hasta ese lugar donde
finalmente creo que todos ellos [los testimonios] son de
Dios, y si hubiese tenido en cuenta el que Dios me envió
a mí, al igual que el resto, habría cambiado todo el rum-
bo de mi vida, y hubiese sido un hombre muy diferente.
Cualquier hombre que es honesto debe decir que los tes-
timonios siempre conducen a un hombre hacia Dios y la
Biblia. Si es honesto, dirá eso; si no dice eso, no es honesto.
Si yo los hubiese tenido en cuenta, me habría aho-
rrado un montón de problemas. Los testimonios decían
que no debía predicarse más ningún "tiempo difinido"
después del movimiento del '44, pero pensé que sabía
tanto como las visiones de una anciana, como solía cali-
ficarla. iQue Dios me perdone! Para mi pesar, descubrí
que las visiones eran correctas, y el hombre quepensaba
que se las sabía todas estaba equivocado, porque yo pre-
diqué el tiempo en 1854 y gasté todo lo que tenía, cuando,
si hubiese tenido esto en cuenta, me habría ahorrado todo
eso y mucho más. Los testimonios son correctos y yo estoy
equivocado.
"Después de hablar por algún tiempo, concluyó:
"-Hermanos, soy demasiado viejo como para desandar todo lo que
hice. Estoy demasiado débil como para ir a nuestras reuniones con gran
concurrencia, pero quiero que le digan a nuestro pueblo en todas partes
que se ha entregado otro rebelde.
"Ocurrió un verdadero cambio en la vida y en la experiencia de Ste-
phen Smith, y fue recordado en sus últimos años como un adventista del
séptimo día amable, dulce e incondicional".
Por muchas razones, no vale la pena ignorar un mensaje claro del
Señor, ni en la década de 1850 ni en el siglo XXI.
39. 7
"¡Dios conoce mi corazón!"
La evangelista mentirosa
El lugar: Vergennes, Míchigan. Elena de White tenía 26 años; Jaime,
32. Afines de mayo de 1853, los White hacían su primer viaje a Míchigan;
su hogar todavía estaba en Rochester, Nueva York. Battle Creek aún no
era un centro adventista. En Tyrone, Míchigan, Elena tuvo una visión
relacionada con varias empresas de observadores del sábado que ella,
por supuesto, todavía no había conocido.
Una porción de la visión tenía que ver con una mujer que profesaba
una santidad extraordinaria y que se estaba esforzando por darse a co-
nocer a los nuevos creyentes de Míchigan. Todo lo que Elena sabía sobre
ella le fue revelado en esa visión de Tyrone justo después de que ella y
Jaime acababan de llegar al Estado. M. E. Cornell, unjoven que recien-
temente había aceptado el mensaje del tercer ángel, había conocido a
la mujer pocos días antes de que los White llegaran a Míchigan, pero
no hizo mención de ella frente a los White. Cuando se enteró de lo que
Elena había escrito sobre la situación, le dijo al pastor Loughborough,
con quien estaba realizando reuniones de evangelización:
"-Ahora observaremos y veremos cómo salen Zas cosas".
No le dijo a Loughborough dónde vivía la mujer.
Cuando Elena de White le preguntó a Cornell sobre el
asunto, él respondió:
"-Si existe una mujer así, probablemente tú la hallarás,
ya que tienes conftrencias donde podrás ver a la mayoría,
si no a todos, los observadores del sábado del Estado".
Loughborough escribió posteriormente:
En la descripción escrita acerca de la mujerporparte de
la hermana White, no solo contó elproceder de la mujer,
sino también que, cuandofuese reprendida, pondría un
40. 38 - Los que vieron... y creyeron -
gesto santurrón, y diría: "Dios... conoce... mi... corazón".
Ella dijo que esta mujer estaba viajando por elpaís con un
joven, mientras que su esposo, un anciano, estaba en casa
trabajando para sustentarlos en su malproceder. La señora
de rvhite dijo que elSeñor le había mostrado que 'apesar
de todas las pretensiones de santidad de la mujer, ella y el
joven eran culpables de violar elséptimoMandamiento':
Con esta descripción de la mujer en el bolsillo, Loughborough esperó
con curiosidad para ver cuál sería el resultado del caso.
El 11 de junio llegaron a la casa donde debían ser recibidos en Ver-
gennes. Loughborough recordó lo que ocurrió:
Cuando nos apeamos del carruaje, y estábamos parados
bajo un gran manzanofrente a la casa, la hermana rvhite
le dijo a su esposo:
-Jaime, tenemos que ir a la iglesia a la que asiste esa
mujer que vi en la visión de Tyrone.
-¿Por qué? -dijo el hermano rvhite-. Esta no es la casa
donde vive ella, ¿verdad?
-No -dijo la hermana rvhite-, pero vi a este hombre y a
esta mujer en conexión con el caso. La mujer de esta casa
no tiene confianza en esa mujer, pero el hombre de aquí
piensa que ella tiene razón.
Loughborough continuó:
Pensé que se corría un riesgo muy grande en el asunto,
ya que no había habido intercambio de palabras sobre el
tema entre la hermana rvhite y estas personas.
Mientras aún estábamos debajo del árbol, elpastor
Cornell habló y d'ljo:
-El hermano Brigham está viniendo.
La hermana rvhite alzó la vista, mientras todavía esta-
ban a unos cincuenta metros de distancia, y dijo:
-iOh! Los veo en conexión con este caso. Ninguno de
todos ellos tiene confianza en las ínfulas de esa mujer.
Luego llegó otro carruaje. Al observarlos, ella dijo:
-Estegrupo está dividido con respecto alcaso. Los del
asiento de adelante no tienen ninguna confianza en la mujer;
los del asiento trasero piensan que ella está en lo correcto.
41. - "iDios conoce mi corazón!" -
Entonces apareció un tercer carruaje. Ella dijo:
-Todos ellos están bajo la influencia de la mujer.
Luego dijo:
-Esta debe ser la iglesia donde vive esa mujer, porque he
visto a todas estas personas en conexión con ese asunto.
39
"El sábado de mañana, la reunión se llevó a cabo en un amplio gra-
nero a casi cinco kilómetros de distancia de donde estaban alojadas las
visitas". Loughborough recuerda:
Mientras el hermano Ulhite predicaba, entraron un
anciano, unjoven y una mujer. Los dos primeros sesenta-
ron adelante, directamente alfrente del hermano Ulhite,
mientras que la mujer tomó asiento cerca de la puerta del
granero. Después de un breve sermón del hermano Ulhite,
la hermana Ulhite sepuso de pie para hablar. Presentó sus
comentarios hablando del cuidado que deberían tener los
pastores para no arruinar la obra que se les asignó. Dijo
que Dios no podía llamar a una mujer a viajarpor todo el
país con algún otro hombre que nofuese su esposo.
Finalmente, dijo:
-Aquella mujer que se acaba de sentar cerca de la puerta
afirma que Dios la ha llamado a predicar. Está viajando
con estejoven que se acaba de sentarfrente alpúlpito,
mientras que este anciano, su esposo ODios tenga piedad
de él!) se esfuerza grandemente trabajando en su casa para
ganar los medios que ellos utilizanpara continuar con su
iniquidad. Ella profesa ser muy santa; estar santificada.
Con todas sus pretensiones y discursos sobre la santidad,
Dios me ha mostrado que ella y estejoven han violado el
séptimo Mandamiento.
Todos en ese granero sabían que la hermana Ulhite
nunca había visto personalmente a estas personas hasta
que entraron en ese granero. La distinción que hizo de
las personas y su difinición del caso pesaron enfavor de
su visión.
Ahora, todas las miradas se volvieron hacia la mujer
en cuestión, una tal Sra. Alcott. ¿cuál sería su reacción a
esta descripción explícita de su testimonio extraño y de
su adulterio?
42. 40 - Los que vieron... y creyeron -
Loughborough continuó:
Después de quedarse sentada durante un minuto, lenta-
mente sepuso de pie, puso una cara de santurrona, y dijo:
-Dios... conoce... mi... corazón.
Esofue todo lo que dijo, y se sentó. Esofuejustamente lo
que elSeñor mostró (el28 de mayo) que diría la mujer. El
11 dejunio hizo exactamente lo quefue dicho que haría, y
pronunció las mismaspalabraspredichas que diría cuan-
dofuese reprendida, y nada más.
"Durante las semanas siguientes, creció la oposición, lo que llevó al
joven implicado a regresar a Canadá. Antes de irse, uno de los adventistas
le preguntó si la visión de Elena de White relacionada con él era cierta.
Él respondió:
"-Esa visión era muy cierta''.
Cuando un profeta está en nuestro medio, "vuestro pecado os alcan-
zará". ¿Qué sucedería en cualquiera de nuestras iglesias hoy si Elena de
White llegara, pasara a la plataforma y echara una mirada alrededor?
43. 8
La incursión de Waukon
La recuperación de dos predicadores cansados
¿se podía cruzar el río Mississippi? Algunos decían que no y otros
decían quizá, ipero nadie dijo que sí! Una visión marcó la diferencia.
El primer fin de semana de diciembre de 1856, Elena, ahora de 29
años, yJaime, con 35, estaban en Round Grove, Illinois, para encontrarse
con creyentes adventistas, algunos de los cuales habían conocidoen Nueva
Inglaterra. "Era una época en la que 'el Oeste' se estaba abriendo paralos
colonos". En comparación con Nueva Inglaterra, la tierra fértil a ambos
lados del río Mississippi parecía el cielo. Muchos adventistas les habían
dicho adiós a lasfincas pedregosas deNueva Inglaterra, donde lapobreza
era generalizada, y habían seguido el llamado de las ricas praderas. Entre
los que se habían dirigido hacia el oeste estaban las familias Andrews,
Stevens y Loughborough: algunos de los fuertes líderes adventistas.
Por ejemplo, el matrimonio Loughborough, a los 25 años de edad,
dedicó el año 1856 a realizar reuniones en carpas durante las noches y a
trabajar durante el día en tareas tales como cultivar heno y cosechar, y se
esforzaban por ganar un promedio de cuatro o cinco dólares por semana.
Después de asentarse durante el otoño, Mary Loughborough dijo: .
-Esto es demasiado; ya no podemos vivir más así.
John había sido carpintero, y le dijo a Mary que irían a Waukon y se
reencontrarían con John Andrews y su familia, que ya estaban en Iowa.
En Iowa, descubrieron que Andrews, ya el mejor teólogo adventista
a los 28 años de edad, estaba muy enfermo. John Loughborough, de-
sanimado y cansado después de un año de realizar reuniones en carpa,
tenía poca energía para ayudar a reintegrar a las familias titubeantes
que se estaban comprando toda la tierra y trabajaban duro, siguiendo el
atractivo de la prosperidad.
Ahora, regresemos a Round Grove, Illinois: El9 de diciembre, Elena
de White tuvo una visión: "Se me mostró que un grupo de hermanos de
Waukon, Iowa, necesitaba ayuda; que la trampa de Satanás debía ser
44. 42 - Los que vieron... y creyeron -
quebrada, y que estas preciosas almas debían ser rescatadas. Mi mente
no se pudo tranquilizar hasta que decidí visitarlos".
Pero el invierno había comenzado, y "había que cruzar el río Missi-
ssippi, en barco o por sobre el hielo". Los White se hospedaban en casa
de los Hart ylos Everts, otras de las familias que habían venido de Nueva
Inglaterra. Estos dos hombres habían aprendido a confiar en las convic-
ciones de Elena, y fueron impresionados a llevar a los White a Waukon
en trineo.
Elena de White relata la historia:
En ese momento era adecuado viajar en trineo, ehicimos
los preparativospara ir con dos caballos y un trineo; pero
como llovió durante 24 horas, y la nieve estaba desapa-
reciendo rápidamente, mi esposo pensó que el viaje debía
suspenderse. Sin embargo, mi mente no podía descansar;
estaba inquieta con respecto a Waukon.
El hermano Hart me dijo:
-Hermana White, ¿y Waukon?
-Iremos -le dije.
-Sí -respondió-, si el Señor obra un milagro.
Muchas veces aquella noche me acerquéa la ventana
a observar el clima, y casi al despuntar el alba hubo un
cambio, y comenzó a nevar. A la tarde siguiente, a las 5 en
punto, nospusimos en marcha en dirección a Waukon...
Al llegar a Green Vale, fllinois, tuvimos reuniones con los
hermanos allí.
Pero en Green Vale "se desató [otra] nevada, que demoró el viaje
casi una semana. El lunes 15 de diciembre, Jaime White informó [en el
periódico de la iglesia]: 'Esperamos poder abrirnos camino y proseguir
nuestro viaje... en pocos días'.1
En su informe siguiente habló dela con-
tinuación del viaje cuando se abrieron las rutas, y que cuando paraban
en hoteles hacían reuniones para presentar el mensaje del tercer ángel.
Pero tuvieron que rechazar invitaciones para realizar reuniones en los
poblados. La misión de ellos, escribió, era 'visitar a los hermanos y las
hermanas que se habían mudado de Maine, Massachusetts, Vermont y
Nueva York, unos treinta en total'...
"Al acercarse al río Mississippi, hicieron muchas averiguaciones para
cruzar. Nadie pensaba que pudiera hacerse tal cosa. Los caballos se en-
terraban en la nieve endurecida a cada paso. El hielo sobre el río ma-
yormente estaba compuesto de nieve, y había aproximadamente treinta
45. - La incursión de Waukon - 43
centímetros de agua que se extendían sobre ella. Elena de White relató
la impresionante experiencia:
Cuando llegamos al río, el hermano Hart se incorporó en
el trineo y dijo:
-¿Es Iowa o regresamos a fllinois?...
-Sigue adelante, confiando en el Dios de Israel.
Nos aventuramos sobre el hielo, orando a medida que
avanzábamos, y fuimos transportados a salvo de un
lado al otro. Al ascenderpor la margen del río del lado de
Iowa, nos unimos en alabanza alSeñor. Una cantidad de
personas nos dijo, después de que hubimos cruzado, que
ninguna cantidad de dinero los hubiese tentado a aventu-
rarse sobre elhielo, y que varios equipos habían penetrado
el hielo, y los conductores apenas escaparon con vida.
Después de pasar el sábado conlos miembros de iglesiaen Dubuque, a
diez kilómetros del cruce, continuaron haciaWaukon, que todavía estaba
a cuatro días de distancia en trineo.
Elena escribió: "Nunca presencié un clima tan frío. Los hermanos
se miraban entre sí para ver si se estaban congelando; y a menudo escu-
chábamos: 'Hermano, su cara se está congelando, será mejor que se frote
la escarcha lo antes posible'. 'Su oreja se está congelando'; o 'Su nariz se
está congelando' ".
Obviamente, Elena encontraba poco tiempo para escribir, pero el
miércoles, al aproximarse a Waukon, despachó unapequeña nota dirigida
a los 'Queridos amigos de casa':
Aquíestamos, a 22 kilómetros del otro lado de Waukon.
Todos estamos bastante bien. Hemos tenido un tiempo más
bien tedioso para llegar hasta aquí. Ayerpor kilómetros no
había huellas. Nuestros caballos tenían que abrirse cami-
no por la nieve, muyprofunda, pero salimos adelante.
Oh, a quéprecio hemos hecho este viaje. El lunes pasa-
do no pudimos conseguir comida decente y no probamos
ni un bocado más que una manzanita de la mañana
hasta la noche. La mayorparte del tiempo nos hemos
sentido cómodos, pero este es el climafrío más amargo
que hayamos experimentado alguna vez.
46. 44 - Los que vieron... y creyeron -
Después de llegar a Waukon, "Elena escribió:
Llegamos a Waukon el miércoles de noche y descu-
brimos que casi todos los observadores del sábado se
lamentaban de que hubiéramos llegado. Existía mucho
prejuicio con respecto a nosotros, porque se habían dicho
muchas cosas que tendían a perjudicar nuestra influen-
cia. (En Iowa en ese entonces, The Messenger Party [El
grupo del mensajero], dirigido por los expastores J. M.
Stephenson y D. P. Hall, habían planteado muchas ar-
gumentaciones contra los White.) Sabíamos que el Señor
nos había enviado, y que allí tomaría la obra en sus
propias manos.
'~ños después, Loughborough dio una descripción vívida de la reu-
nión de los viajeros con los creyentes de Waukon:
Mientras el hermano Hosea Mead y yo estábamos
trabajando en un almacén de Waukon, un hombre que
levantó la vista me vio y me preguntó:
-¿conoce a un carpintero por aquí llamado Hosea
Mead?
-Sí, señor, está aquí trabajando conmigo -respondí.
El hermano Mead d'ljo:
-Esa es la voz de Elon Everts.
Entonces se acercó y miró hacia abajo, y el hermano
Everts dijo:
-Baja; el hermano y la hermana White y el hermano
Hart están aquí afuera en el trineo.
Cuando llegamos al trineo, la hermana White me salu-
dó con la pregunta:
-¿Qué haces tú aquí, Elías?
Asombrado por tremenda pregunta, respondí:
-Estoy trabajando con el hermano Mead en obras de
carpintería.
Por segunda vez ella repitió:
-¿Quéhaces tú aquí, Elías?
Ahora me sentía tan avergonzado con esapregunta, y
la asociación de mi vida con Elías, que no supe qué decir.
Era evidente que había algo detrás de todo esto, y que
debía oír más al respecto.
47. - La incursión de Waukon -
Por tercera vez repitió la pregunta:
-¿Qué haces aquí, Elías?
Fui llevado por estas preguntas escuetas a considerar
muy seriamente el caso de Elías, lejos de la obra directa
del Señor, escondido en una cueva... El saludo me conven-
ció completamente de que iba a haber un cambio, y una
'vuelta' del trabajo en el que estaba ocupado".
45
Jaime y Elena de White dedicaron el sábado y el domingo a reunirse
con los creyentes desanimados y a analizar la aplicación del mensaje lao-
dicense. Durante "unade las reuniones, Elena de White fue arrebatada en
visión, y en visión repitió solemnemente las palabras 'iVolveos a mí y yo
me volveré a vosotros!, ha dicho Jehová'. Estas palabras trajeron consuelo
y esperanza... [para] Mary Loughborough, que... se había quedado sola
en casa mientras su esposo salía a predicar, y fue tentada a murmurar".
En un testimonio poderoso, "ella confesó su amargura de espíritu [...] y
exhortó a su esposo a regresar al ministerio.
"En otra reunión, John Andrews renovó su consagración a Dios y al
servicio en la causa del Señor". Cada miembro del grupo aceptó el ánimo
y la reprensión, y se restableció su concentración para servir al Señor, en
vez de fijarla en alcanzar la prosperidad.
El largo y peligroso viaje invernal de Jaime y Elena en un trineo
abierto para pasar algunos días en Waukon fue de lo más provechoso.
iPensemos en esto! Además de restablecer una iglesia creciente en Iowa,
dos líderes especiales en el desarrollo de la Iglesia Adventista fueron
recuperados. John Andrews, después de recuperar la salud, regresó aBa-
ttle Creek. Se convirtió en un notable estudioso de la Biblia e historiador,
y fue el primer misionero de ultramar.enviado por la Iglesia Adventista
del Séptimo Día. Hoy recordamos a este,hombre que le dio la espalda
a la posibilidad de amasar una fortuna en Io~a cuando pensamos en
la Universidad Andrews. John Loughborbugh regresó con su valiente
esposa e ingresó en una destacada carrera como presidente de cinco
asociaciones, tesorero de la Asociación General, sembrador de iglesias
en muchos campos y autor de varios libros que son muy valorados en
la actualidad.
Nunca más vacilaron estos dos hombres. Todavía les esperaban prue-
bas y bendiciones, perplejidades y providencias, pero nunca volvieron
atrás. En una de las reuniones de Waukon, el joven Loughborough se
levantó y dijo:
-iGuardé el martillo! iClavé el último clavo! De ahora en adelante
mi mano sostendrá la espada del Espíritu, y nunca la abandonará. iLo
48. 46 - Los que vieron... y creyeron -
prometo ante Dios!
Elena de White sabía del valor de los hombres y las mujeres. El viaje
invernal a Waukon fue solo un ejemplo del peligro y la incomodidad que
debió soportar para alentar a creyentes cansados y descorazonados, en
este caso a dos predicadores jóvenes con gran potencial. iPeligro que
hasta incluyó cruzar el río Mississippi en trineo en medio del invierno!
1
Review and Herald, 1° de enero de 1857.
49. 9
Joven predicador finalmente
satisfecho
Daniel Bourdeau
Mientras todavía era adolescente, Daniel Bourdeau hacía obra mi-
sionera en Canadá para los bautistas cuando se enteró de que sus padres
y su hermano mayor (Augustin C.) se habían unido a los adventistas
sabatarios en el norte de Vermont.
Aunque Daniel hizo todo lo posible para disuadir a su familia de
seguir a los adventistas, ellos terminaron persuadiéndolo a él en cuanto
al sábado y otras doctrinas. Pero Daniel seguía siendo "incrédulo en
las visiones". Esa incredulidad se convirtió en certeza el 21 de junio
de 1857, cuando observó a Elena de White en visión en Buck's Bridge,
Nueva York. Se le dio permiso a Daniel para examinar a Elena durante
la visión. Este es su informe:
Para satisfacer mi mente en cuanto a si respiraba o no,
primero puse la mano sobre su pecho lo suficiente como
para saber que no había más exhalación de los pulmo"
nes de la que habría habido si hubiese sido un cadáver.
Entonces tomé mi mano y la coloqué sobre su boca, apre-
tando susfosas nasales con el índice y elpulgar, de modo
que era imposible que ella exhalara o inhalara aire, aun
si ella lo hubiese querido. La sostuve así con mi mano
unos diez minutos, tiempo suficiente como para sofocarla
en circunstancias normales; ella no se vio afectada en lo
más mínimo por esta prueba.
50. 48 - Los que vieron... y creyeron -
Desde que presencié esteftnómeno maravilloso, ni
una vez me sentí inclinado a dudar del origen divino de
sus visiones.*
Un año después, Daniel fue ordenado. Siempre manteniendo las
prioridades en orden, dedicó los siguientes tres años a buscar esposa. En
1861 se casó con Mariqn Saxby en Bakersfield, Vermont. La ceremonia
tuvo lugar en una casa particular en la que ofició Jaime White.
"Como el servicio se realizó tarde en el día, los recién casados acep-
taron la invitación de su anfitrión de pasar la noche de bodas en su casa.
Los White también se quedaron como huéspedes.
"Cuando Elena de White subió las escaleras para descansar, vio a un
joven muy nervioso yendo y viniendo frente a la puertacerrada de un dor-
mitorio. Ellasospechó que había un problema. Dulcementele dijo aljoven
novio (según la novia citó la narración de su esposo sobre el incidente):
"-Daniel, dentro de la habitación hay unajoven asustada en la cama,
petrificada de miedo. Ahora entrahasta donde estáellainmediatamente,
ámalay confórtala. Y, Daniel, trátala con dulzura, y trátala con ternura,
y trátala con amor. Eso le hará bien.
"Entonces agregó:
"-Daniel, itambién te hará bien a ti!
''Aquí tenemos a una mujervictoriana que tenía sus prioridades en or-
den; y esaparejajoven" estuvo inmensamente agradecida desde entonces.
Daniel tenía buenas razones para confiar en Elena de White. Un año
después, en1862, escribió un artículo parael periódico dela iglesia, Review
andHerald, que respondía algunas de las preguntas básicas que la gente a
veces formulaba contralas mujeres que recibían visiones, así comotambién
contra mujeres que hablaban en la iglesia. Terminó su estudio con este
llamado: "Tenemos estas producciones que consideramos sagradas y, antes
de consentir en rechazarlas, nuestros oponentes tendrán que presentar
pruebas palpables de que son espurias".
En 1868, Daniel partió para California con J. N. Loughborough, res-
pondiendo a unapetición de un grupo de adventistas de San Francisco. Los
dos comenzaron la obra organizada de la Iglesia Adventista del Séptimo
Día en California. En 1870 regresó al Este, retomando la obra entre las
audiencias de habla francesa e inglesa. Organizóiglesias en Wisconsin y
* Bourdeau no basó su confianza en Elena de White solo en los fenómenos fisicos, y
nadie deberíahacerlo. Después de todo, Satanás tienepoderes sobrenaturales, yélpuede
falsificar todos los fenómenos fisicos que generalmentese asocian con los profetas, tanto
en la Biblia como en la vida de Elena de White. La Iglesia Adventista del Séptimo Día
siempre ha sostenido que los fenómenos fisicos pueden ser evidencia del don profético,
pero no necesariamente prueba de que cualquier fenómeno en particular es del Señor.
51. - Joven predicadorfinalmente satitifecho 49
en Illinois. Luego, en 1882, él y su hermano, A. C., partieron hacia Europa,
donde estuvieron siete años, realizando obra evangélica en lugares como
Francia, Suiza, Córcega, Italia, Alsacia y Lorena.
Daniel concluyó su carrera ministerial como un notable predicador y
escritor, siempre consciente de sus experiencias personales con la mensa-
jera de Dios, que iluminó la Biblia de una manera totalmente nueva. Un
testigo de primera mano es la mejor evidencia de la verdad, y la reacción
en cadena de ese testimonio sigue su curso para siempre.
1
1
52. Tierna carta a un joven con
adicciones
Victory Jones
Elena de White hablaba ante audiencias grandes y pequeñas, muchas
veces a líderes de iglesia, agobiados por las preocupaciones, que estaban
lidiando con importantes problemas administrativos o de personal. Pero
también hacíatiempo para escribir cientos de cartas ajóvenes individua-
les que luchaban con problemas personales.
Victory Jones fue uno.de esos jóvenes que recibieron un mensaje de
la mensajera de Dios. En 1861, Elena de White tenía 34 años y estaba
muy ocupada con viajes extensos: Pero tuvo tiempo para Victory Jones,
miembro de la iglesia de Monterey, Míchigan, que era adicto al tabaco
y al alcohol.
Victory recibió una carta que incluía estas palabras: "Si hubieses
abandonado el tabaco completamente y nunca hubieses tocado esa mala
hierba asquerosa después de empezarla últímavez, podrías habervencido
muy fácilmente tu apetito por la bebida fuerte".
Después de otros consejos, concluyó la cartacon este sincerollamado,
haciendo un juego de palabras con su nombre:
He tratado de escribirte lo que mefue mostrado. Ahora,
querido amigo, te suplico, ¿te aferrarás a este aliciente
que el Señor te presenta ahora? ¿Echarás mano de la
esperanza que el Señor te da ahora?Sentimos profunda-
mentepor ti. No podemos dejar queperezcas. Queremos
que vayas con nosotros.
Oraremos por ti. Ora y vela por tu cuenta. Busca el
poder de la verdad en el alma. Una mera teoría de la
verdad nunca tefortalecerá para vencer tusfuertes há-
53. - Tierna carta a unjoven con adicciones -
bitos. La vida eterna está delante de ti. Por gratificar un
apetito depravado, no hagas que tufamilia sea desdicha-
da, no alejes toda lafelicidad de ellos y no seas miserable
contigo mismo, porque alfinal recibirás la paga del
pecado, que es la muerte...
Debo terminar. Mi oración es que demuestres ser digno
de tu nombre. Sé un vencedor y camina con Jesús en la
luz, porque serás hallado digno, lavado y emblanquecido
en su sangre.1
51
¿Te gustaría recibir una carta similar de aliento cuando enfrentas
una tentación abrumadora? Puedes recibir la misma ayuda que recibió
Victory; tan solo coloca tu nombre en esta carta.
1
Carta 1, 1861.
54. ll
Ningún derecho a estar
en el púlpito
El predicador bígamo
No todos los mensajes de Elena de White fueron dados en forma pri-
vada, personalmente. A veces, tenían que hacerse en público para el bien
de todos los involucrados. Pero no tanto para el predicador traicionero
y tramposo en el púlpito de la reunión campestre de Wisconsin en 1870.
El predicador "ya había comenzado [su sermón] cuando llegaron los
White [alacarpa]. Elenay Jaime se detuvieronpor unmomentomientras
ellale decía algo a Jaime. [:..] Los que estaban más cerca oyeron que Jaime
dijo: 'iDe acuerdo!' Fueron hasta el pasillo central pero Elena de White
no se sentó. Miró al predicador, lo señaló con el dedo y dijo:
-Hermano, he oído su voz en visión y, cuando esta mañana entré en
esta carpa, reconocí esavoz y el Señor me dijo que sin vacilar, cuando oye-
ra esavoz, le diera el mensaje que me dio para usted, ytendré que hacerlo.
"El predicador se detuvo. Elena de White continuó:
"-Hermano, conozco a una mujer en Pennsylvania con dos niñitos.
Esa mujer le dice a usted esposo y esos niños lo llaman a usted papá, y
lo están buscando por todas partes y no pueden encontrarlo. No saben
dónde está. Aquí hay otra mujer con seis hijos que se aferran a sus faldas,
y ellalo llama esposo y ellos le dicen papá. Hermano, usted no tiene nada
que hacer detrás de ese púlpito.
"El predicador se lanzó hacia el pliegue de la carpa y desapareció.
Su hermano, que estaba sentado entre la concurrencia, se levantó de un
salto y les dijo a los oyentes estupefactos:
"-Hermanos, lo peor de esto es que es totalmente cierto".
"El pastor Armitage contó esta historia en la iglesia de Redlands,
California, a comienzos de 1931, donde G. B. Starr era pastor". Pero hay
más. "Cuando el pastor Armitage contó esto en Redlands, también dijo
55. - Ningún derecho a estar en elpúlpito 53
que cuando su madre murió, su padre se casó con la hermana de esa
mujer de Wisconsin con los seis hijos. Los seis eran miembros de iglesia
y uno de ellos 'ocupaba un lugar muy importante en el Hospital de Loma
Linda' ". Y ahora eran sus primos.
Entonces, el hermano Armitage hizo que la historia fuese aún más
dramática. "Señaló a la madre que había sido engañada por su esposo
bígamo [que ahora era su tía]; ella estaba en la iglesia ese día visitando a
su hija, uno de los seis hijos".
56. Una carta justo a tiempo
Cómo se salvó el pastor Cornell
El pastor Merritt E. Cornell nació en 1827, el mismo año que Elena
de White. Fue guiado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día por José
Bates en 1852 e inmediatamente se dispuso vigorosamente a proclamar su
nueva fe. Él y el pastor Loughborough condujeron las primeras reuniones
adventistas en carpa en Battle Creek en 1854, un año antes de que los
dirigentes de la iglesiatrasladaran la casaeditoraysus casas de Rochester,
Nueva York, a Battle Creek. Él y Loughborough, desde luego, lideraban.
En junio de 1871, en ese entonces con 44 años, Cornell se sumó a
Loughborough en las reuniones de evangelización llevadas a cabo en San
Francisco, California. Se bavtizaron más de cincuenta personas y se orga-
nizó una iglesia. La esposa deCornell, Angeline, había estado trabajando
con él como la primera instructora bíblica adventista del séptimo día y
a veces se quedaba para enseñarles a los nuevos conversos los principios
fundamentales del mensaje adventista.Y quizás eso creó un incidente en
San Francisco que probablemente salvó su matrimonio.
No obstante, a medida que las reuniones progresaban, Cornell se
volvió descuidado en su conducta, especialmente con las damas. Lough-
borough, con la dulzura de Pablo, amonestó a Cornell a evitar toda apa-
riencia de mal. Para gran sorpresa de Loughborough, Cornell asumió
una actitud atrevida y desafiante, al declarar que tenía derecho a hacer
lo que quisiera.
Loughborough regresó al condado de Sonoma para supervisar unas
cinco iglesias que había organizado con D. T. Bourdeau. Cuando Lough-
borough regresó a San Francisco, inmediatamente vio que la iglesia era
un hervidero. Cornell tenía amigos que simpatizaban totalmente con él,
pero un grupo mayorveía la crisis que se avecinaba. La situación empeoró
rápidamente. Cornell era una mariposa a punto de ser consumida por las
llamas. Muchos antes y después de él no pudieron resistir la atracción fatal.
El sábado 27de enero de 1872, la iglesia decidió que era necesaria una
57. - Una cartajusto a tiempo - 55
investigación. Había que hacer algo decisivo para salvarla reputación de
lajoven iglesia. El momento se fijó parala mañana siguiente, el domingo
28 de enero, a las 9 en punto.
El domingo de mañana, cuando Loughborough iba de camino a la
reunión, se encontró con Cornellllorando y diciendo que no iba a ir a la
reunión. Loughborough respondió:
"-¿No irás a la reunión? iLa reunión tiene que ver con tu caso!
"-Yalo sé -dijo Cornell-, peroestoytotalmente equivocado. Tú tienes
razón con la postura que has tomado con respecto a mí. Aquí hay una
carta de confesión que escribí parala iglesia; llévalay léesela. Será mejor
para ustedes, y mejor para los que podrían estar inclinados a simpatizar
conmigo, si yo no estoy allí".
Loughborough, totalmente sorprendido, preguntó:
"-¿Qué ocasionó este gran cambio en ti desde ayer?"
Cornell respondió:
"-Fui a la oficina de correos anoche, después del sábado, y recibí
una carta de la hermana White, desde Battle Creek, Míchigan. Es un
testimonio que escribió para mí.
"Me la entregó y me dijo:
"-Léela, y verás cómo ve mi caso el Señor".
Este es el mensaje de Elena de White:
Battle Creek, Míchigan, 27de diciembre de 1871. Apre-
ciado pastor Cornell: ~ntes que Ud. reciba esta carta,
podrá notar que elSeñor ha visitado una vez más a su
pueblo dándome un testimonio. En la visión mefue mos-
trado que Ud. no estaba parado debajo de una luz clara, y
corría elpeligro de causar oprobio a la causa de Dios por
conducirse de la manera como cree quepuede conducirse.
El designio de Satanás es causar su ruina...
Se me mostró queprecisamente ahora Ud. debería ser
muy circunspecto en su comportamiento y en sus pala-
bras. Está siendo observadopor enemigos. Es muy débil,
aunque aparenta ser un hombre muyfuerte cuando mueiJe
las multitudes. [.J Si no es cuidadoso, acarreará un opro-
bio sobre la causa de Dios que después no podrá borrar.1
"Cornellle pidió a Loughborough que le dijera a la iglesia que ha-
bía recibido un testimonio de la hermana White, amonestándolo por su
conducta, y que él lo aceptaba, ya que era cierto. La iglesia se salvó de la
división. Para todos fue evidente que hubo sincronización divina en esta
58. 56 - Los que vieron... y creyeron -
experiencia única. Loughborough hizo algunas verificaciones, y escribió:
Estofue parte de una visión dada a la señora de White
en Bordoville, Vermont, ellO de diciembre de 1871. Ella
comenzó a redactar la parte relacionada con el caso de
este hermano el27de diciembre de 1871pero, por alguna
razón, la conclusión del documento se demoró hasta el18
de enero de 1872,jecha en que.fue terminado y despachado
desde Battle Creek. Luego se requerían nueve días para
recibir cartas por tierra desde Míchigan hasta California...
Al momento de la visión [a principios de diciembre], no
había más que una sombra de lo que realmente sucedía
cuando el testimonio llegó a San Francisco. Se verá, a
partir de una comparación de.fechas, que el clímax del
caso de San Francisco se dio después de que el testimonio
escrito partiera del lugar de origen. Nuestros hermanos
de San Francisco vieron inmediatamente que ninguna
persona podría haber escrito a Battle Creek para comu-
nicarle la información a la señora de White a tiempo
para que ella escribiera esta carta, porque la situación no
f existía entonces.
"Loughborough [...] naturalmente sintió curiosidad en cuanto al mo-
mento exacto del mensaje. Esto es lo que descubrió con su investigación:
A una hora muy temprana de la mañana del18 de
enero de 1872, la señora de Whitefue despertada con el
testimonio antes mencionado vívidamente impreso en
su mente. La impresiónfue tan marcada como si hu-
biese sido expresada enforma audible: ''Escribe inme-
diatamente ese testimonio para California, y envíalo en
elpróximo correo; es necesario". Cuando esto se repitió
por segunda vez, ella se levantó, se vistió a toda prisa y
terminó el escrito.
Justo antes del desayuno se la entregó a su hijo, Guiller-
mo, diciendo:
-Lleva esta carta a la oficina de correos, pero no la
pongas dentro del buzón. Entrégasela aljife de correos, y
asegúrate de que la ponga en la bolsa del correo que sale
esta mañana.
Después él dijo quepensaba que las instrucciones de
59. - Una cartajusto a tiempo -
ella eran un tanto extrañas, pero no hizo preguntas e hizo
como se le pidió y "me aseguréde que la carta.fuese coloca-
da en la bolsa del correo".
57
¿Qué hemos aprendido? Que si Elena de White hubiese escrito la
visión en diciembre de 1871 y la hubiese despachado como era su cos-
tumbre, el mensaje habría tenido poca aplicación. Si la carta llegaba el
lunes siguiente, un día después de la reunión del domingo en la iglesia, la
iglesia se habría dividido y hubiese quedado con sentimientos amargos.
Esa cartale llegó al pastor Cornell precisamente en el momento indicado.
El pastor Cornell aceptó la amonestación, dejó su conducta inapro-
piada y continuó su ministerio evangélico con el pastor Loughborough.
Pocos años después, Elena de White escribió: "He sido despertada de
mi sueño con una sensación vívida de asuntos previamente presentados a
mi mente; y he escrito a medianoche cartas que han cruzado el continente,
y, llegando en un momento de crisis, han evitado gran desastre a la causa
de Dios. Esta ha sido mi obra durante muchos años".2
1
Carta 23, 1871, publicadaen Testimonios acerca de conducta sexual,
adulterio y divorcio, pp. 189, 190.
2
Consejos para la iglesia, p. 166.