Planificacion Anual 4to Grado Educacion Primaria 2024 Ccesa007.pdf
El primer intérprete de la tradición
1. EL PRIMER INTÉRPRETE DE LA TRADICIÓN
CRISTIAN CAMILO CÁRDENAS AGUIRRE
JUAN PABLO MARTÍNEZ MORALES
Seminaristas
OMAR JULIÁN ALVÁREZ TABAREZ
Docente
SEMINARIO MISIONERO DEL ESPIRITU SANTO
HERMENÉUTICA TEOLÓGICA
LA CEJA – ANTIOQUIA
2012
2. EL PRIMER INTÉRPRETE DE LA TRADICIÓN
Interpretar la Tradición, es un tema transversal en el magisterio de la Iglesia, ya que
distintas corrientes de pensamiento aceptan su interpretación, otras se oponen; por
ejemplo: el iluminismo, se opone a su progreso. Se ha de decir que no sólo se
opone, sino que es condición de posibilidad de la dimensión histórica de la
existencia humana.
La Tradición se refiere a la autocomprensión y autorrealización humana: la
autocomprensión confirma las propias realidades o las discute; se separa de ellas o
las acepta. Por tanto, Tradición es un concepto hermenéutico que da y favorece las
condiciones para la propia comprensión; la autorrealización, para Heidegger es la
apreciación de la vida de los grandes personajes de la historia a los que nos abre un
camino para la propia realización. En cierto sentido, la tradición plantea también un
interrogante a nuestro presente. El mirar al pasado es fuente de posibilidades para
el futuro.
Para el cristianismo la tradición es elemento de interacción, pues responde a la
propia estructura antropológica. Por eso puede ser objeto de análisis y de valoración
antropológica e histórica por encaminarse a la autocomprensión cristiana. No es
sólo un fenómeno, pues su base es la revelación de Dios a Israel y de modo
definitivo en Jesucristo con miras a la salvación del hombre. De ahí deriva la
necesidad de transmitir la noticia de este acontecimiento junto con su fuerza
redentora, la necesidad de la mediación que transmite el evento.
Jesús transmitió a los discípulos su enseñanza para que la mantuvieran íntegra y
comunicaran a cuantos creyeran en su predicación: "Me ha sido dado todo
poder...Id y haced discípulos enseñándoles a observar lo que os he transmitido"
(Cfr. Mt 28,18-20). Es por eso que la Iglesia ha tomado conciencia de su tarea y
misión de transmitir siempre la palabra del Señor como Él la recibió de su Padre. A
la transmisión que ejerce la Iglesia de esa palabra acompaña la presencia del
Espíritu Santo a fin de mantener puro e íntegro la Tradición al ser interpretada. Y
3. esta Tradición se transmite en su contexto actual, utilizando elementos "creativos"
para hacerla más comprensible, pero sin perder la fidelidad que la contiene.
Es Jesús quien también interpreta críticamente el pasado (la tradición que existía en
su tiempo) proclamando la voluntad de Dios: el Reino está cerca (Cfr. Mc 1,15), es
pues necesaria la conversión en vistas a la salvación.
Jesús además de hacer una crítica; re-interpreta la tradición. No se opone, va al
corazón de las tradiciones: en tiempos de Jesús hay una tradición de la ley mosaica.
Y esa tradición tenía la misma validez e importancia que la misma ley. Los saduceos
negaban por su parte toda autoridad de la tradición. Surge entonces una pregunta:
¿Jesús se opuso a la tradición de su tiempo? Casi siempre que aparece la palabra
tradición en el evangelio, parecer ser que Jesús tiene una actitud negativa ante ella.
Se ha de aclarar que Jesús impugna la doctrina y la práctica, no se justifica sino que
ataca la interpretación y la intención de los fariseos, pues ve que su tradición es muy
diversa de la voluntad del Padre. Jesús dice que son doctrinas meramente
humanas, pues coartan la libertad, sobrepasando la ostentación de los doctores de
la ley.
Entonces, ¿Jesús rechaza la tradición como opuesta a la voluntad de Dios?, su
respuesta es; si la tradición contradice la voluntad de Dios, ha de rechazarse.
Por otro lado, es claro que Jesús observaba las prescripciones de la tradición; y no
sólo se atiene a ella, sino que da órdenes de que se observe (Cfr. Lucas 17, 11-19)
Lo que sí ha de inferirse de esto es que Jesús es contrario a los abusos de la
tradición. Quiere ir al fundamento moral y religioso de las costumbres rituales,
profundiza la tradición; pone en el amor a Dios y al prójimo en el centro de los
mandamientos. La tradición ha de ser instrumento y no obstáculo para la realización
del hombre.
La palabra de Jesús es sobre todo una rehabilitación de la entraña misma de la
tradición. Por eso trata con los pecadores y les ofrece la condonación divina y la
reconciliación con Dios (Cfr. Lc 7, 36,50). Por eso con Él empieza a realizarse el
Reino de Dios: "Si echo demonios, es porque el Reino de Dios ha venido a vosotros"
(Cfr. Mt 12,28). Jesús no solo proclama la salvación sino que la trae.
4. La tradición es el corazón del "evento" Cristo (Cfr. Mc 9,31): "El Hijo del hombre será
entregado (transmitir) a manos de los hombres y ellos lo matarán. En este texto
Jesús se ha de entregar como víctima al Padre, para ser transmitido como anuncio
viviente, esta enseñanza es un evento propio de la tradición cristiana: “entregó el
espíritu" (Cfr. Jn 19,30). La muerte de Jesús es el momento de la entrega de su
espíritu. Es esto mismo que San Pablo ha de transmitir y que se ha de convertir en
Tradición divina, con una interpretación actual (en el contexto de Pablo): "Jesús fue
entregado a la muerte, pero ha sido resucitado para nuestra justificación..." "Dios no
perdonó a su Hijo, sino que por nosotros lo entregó a la muerte..." (Cfr. Rom 8,32).
Vivo en la fe del Hijo del hombre que me amó y se entregó por mí (Cfr. Gál. 2,20).
Por lo tanto, Jesús es el punto de referencia de la tradición cristiana. Jesús critica la
tradición de sus contemporáneos y la interpreta yendo al corazón mismo de esa
realidad. Igualmente los Apóstoles han continuado la Tradición cristiana "Dios, con
suma benignidad, quiso que lo que había revelado para salvación de todos los
pueblos se conservara por siempre íntegro y fuera transmitido a todas las edades.
Por eso Cristo nuestro Señor, plenitud de la revelación (Cfr. 2 Co 1, 20; 3,16;
4,6), mandó a los Apóstoles predicar a todos los hombres el Evangelio como
fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles
así los bienes divinos" (Cfr. Dei Verbum #7).
Como corolario, Benedicto XVI, afirma “la Tradición es la historia del Espíritu que
actúa en la historia de la Iglesia a través de la mediación de los Apóstoles y de
sus sucesores, en fiel continuidad con la experiencia de los orígenes. Es lo que
precisa el Papa san Clemente Romano hacia finales del siglo I: "Los Apóstoles —
escribe— nos predicaron el Evangelio enviados por nuestro Señor Jesucristo;
Jesucristo fue enviado por Dios. En resumen, Cristo viene de Dios, y los
Apóstoles de Cristo: una y otra cosa, por tanto, sucedieron ordenadamente por
voluntad de Dios. (...)." (Ad Corinthios I, 42. 44: PG 1, 292. 296).
5. Bibliografía
BENEDICTO XVI. (Miércoles 3 de mayo de 2006). Audiencia General:
La Tradición apostólica. Recuperado el 21 de noviembre de 2012 de
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2006/documen
ts/hf_ben-xvi_aud_20060503_sp.html
BIBLIA DE JERUSALÉN (1998). Barcelona: Ed. Desclée De Brouwer
CONCILIO VATICANO II. (2006). Bogotá: San Pablo
HENN, William. (1995). La tradición como fuente de la Teología.
Pontifica Universidad Gregoriana: Facultad de Teología.