El documento discute el tema de la lengua catalana y su estado actual. Sostiene que el catalán no está perseguido y que, de hecho, ha avanzado mucho en los últimos años gracias al apoyo del gobierno. Sin embargo, también argumenta que dar prioridad exclusiva al catalán puede ser excluyente para los que hablan castellano y que, en un mundo globalizado, es importante fomentar ambas lenguas para aprovechar las oportunidades que ofrece cada una.