El documento describe la cultura juvenil y cómo ha sido influenciada por la postmodernidad. Explica que la cultura juvenil surgió en los años 1950 como resultado de la industrialización y el aislamiento de los jóvenes del mundo adulto. Luego describe las características de la postmodernidad que afectan a los jóvenes, incluyendo el pluralismo, individualismo, consumismo y desilusión. Finalmente, discute cómo el contexto postmoderno ha impactado al cristianismo.
1. 1.2 Sumergiéndonos en nuestra cultura juvenil1.
Hablar de cultura juvenil es posible, ya que es un gran grupo de personas que
debido a diversas causas -entre las que se encuentra la edad- van definiendo su propia
forma de ser. Podemos ver con gran asombro como los valores de la cultura juvenil han
ido cambiando con una velocidad vertiginosa en los últimos diez años; y esto es lo más
normal si pensamos que toda una generación puede poseer (y de hecho posee) una serie
de sentimientos que mueven de diferente manera la forma de vivir de esos individuos:
“Gracias a los escritores sabemos que los sentimientos son fenómenos históricos. Ni
todas las épocas han sentido los mismos sentimientos, ni los han valorado de la misma
manera”2. Y el caso es que concretamente, la actual generación juvenil va surgiendo
como una cultura con rasgos definidos: estamos ante la juventud de la postmodernidad.
1.2.1 Descripción del origen y determinantes de la cultura juvenil.
La cultura juvenil nace hacia los años cincuenta de este siglo como resultado de la
industrialización. Anteriormente, los jóvenes pasaban mayor tiempo con su familia u otros
adultos, pero al hacerse cada vez más complejo el proceso de aprendizaje, surgió como
respuesta a una necesidad, la aglomeración cada vez mayor de los jóvenes en escuelas y
universidades. A medida que avanzaba la tecnología, se prolongaba el tiempo de
estudios. Así que nunca antes como ahora, ha habido tantas muchedumbres de jóvenes
que pasen tanto tiempo juntos. Prácticamente se hallan aislados del mundo adulto, por lo
que van formando su propia cultura.
Como determinante de la expresión de esta cultura juvenil surgió la música, que es
diferente a la de los adultos y sirve para sentirse parte de este conglomerado juvenil. Es a
través de la música, de sus ídolos y de sus rasgos como podemos conocer en
profundidad muchos de los valores juveniles.
Para la juventud de los sesenta y setenta, la protesta política se convirtió en una
vía de participación de los jóvenes en la sociedad. Surgieron grandes ideales de
liberación y transformación. Pero a mediados de los ochenta surgió un fenómeno de
1 Extracto del trabajo de N. BRICEÑO LUGO, Los Pobres como Criterio Fundamental para la
Formación Moral de los Jóvenes, Material Mimeografiado, Caracas, 1997.
2 MARINA, J.A. El laberinto sentimental, Anagrama, Barcelona, 19966, pp. 19.
2. desilusión por la participación en lo político, lo cual se ve agravado actualmente al
participar del poder real hoy quienes hace treinta años participaron de la lucha utópica; la
desilusión e incoherencia de estos últimos ha logrado la real separación de los jóvenes de
los noventa de la política.
Otra característica determinante de la cultura juvenil es que se puede hablar de
unos ciertos rasgos universales. Se trata de la moda, lenguaje, valores, símbolos... El
consumismo se ha convertido en la característica principal del joven, y ello gracias a los
medios de comunicación social, en especial la televisión. Se puede decir que el joven de
hoy se ha uniformado en ciertos valores ya que cuenta con medios, como lo son la radio y
la televisión, que les transmiten rápidamente los patrones impuestos desde otras latitudes.
De muestra un botón: ¡la serie televisiva "Baywatch" es vista en todos los países del
mundo menos en tres!
1.2.2 El joven postmoderno
El mundo vive una nueva etapa de su historia llamada "postmodernidad". Y junto a
los cambios políticos, sociales y económicos por los que pasa este hombre de hoy,
también ha surgido un redescubrimiento y un preguntarse sobre la presencia y existencia
de un Ser Supremo, de Dios (si es que así se le quiere llamar).
El hombre es un todo y, como hemos visto, la cultura se ve afectada por ese todo.
Sin embargo, en el paradigma antropológico emergente, el hombre ha dividido las
diversas áreas de su vida. Así vemos que hoy se le ha dado nombre a los tres aspectos
fundamentales que rigen nuestras vidas. Al aspecto filosófico cultural le decimos
postmodernidad, a la corriente económica neoliberalismo, y al resurgimiento religioso
nueva era (o new age). No es el lugar de ahondar en ninguno de éstos3, pero daremos
algunas pinceladas que, pienso, influyen en el aspecto cultural el joven venezolano.
1.2.2.1 Breve descripción de la Postmodernidad
3 Si se desea profundizar en el debate neoliberalismo-cristianismo en sus aspectos filosóficos que
afectan nuestro país: Cfr. BRICEÑO L., Néstor. Neoliberalismo y Cristianismo: Un intento de
confrontación filosófica basado en la libertad del hombre actual. Tesina de Filosofía presentada al
Instituto de Teología para Religiosos, Caracas, junio de 1994.
3. La modernidad ha sido catalogada por Max Weber como un proceso de
racionalización, la cual utiliza la razón humana como medio para el conocimiento del
mundo. Karl Marx utiliza este medio para presentar el trabajo social como fuente de
desarrollo del hombre, constituyendo como único centro de la vida humana el progreso
social obtenido por la contribución de las diversas partes al todo; ya desde entonces se
busca la ruptura con Dios (llamando a la religión el opio del pueblo) e instaurando en su
lugar la figura del hombre socialista. Friederick Nietzche ve cómo el hombre puede
sustituir la figura de Dios, planteando al llamado "Superhombre" y la relatividad de los
valores, teniendo siempre presente que para llegar a superarse la especie, deberá ejercer
lo que él mismo llama la voluntad del poder, o sea, la supervivencia de los poderosos
sobre la voluntad débil. El hombre moderno puso su confianza en la ciencia y en la
racionalidad funcional, colocando en ellas su esperanza para la propia realización. Para el
buen funcionamiento de la sociedad, se pensaba que solamente bastaría con poner a
funcionar los diferentes modelos socioeconómicos, en los cuales el hombre era un
mecanismo más; de esta forma se convierten las relaciones económicas en el agente
productor de relaciones sociales, dejando de lado la religión, la cual había ocupado
tradicionalmente este papel.4
Pero al sucederse dos guerras mundiales, con la gran devastación de las bombas
atómicas de Nagasaki y Hiroshima; al palpar el fracaso real del socialismo y el
capitalismo; el fenómeno cada día más creciente del llamado "Japonismo"; la polución y
las violaciones ecológicas que están acabando con el planeta; y el haber arribado la
ciencia a confrontar cualquier disposición de tipo ético o moral, el hombre a perdido la fe
en la razón, entrando en la etapa del postmodernismo.
A pesar que en Venezuela encontremos una variedad tan grande entre
poblaciones que no han llegado ni siquiera a la edad moderna (recordemos las etnias
indígenas del Amazonas), otras que a duras penas han aceptado parte del modernismo, y
las ciudades que van creciendo cada vez más en un ambiente postmoderno en el aspecto
cultural; a pesar de todo esto, las manifestaciones de cambio postmoderno se van
sintiendo.
4 Cfr. MARDONES, José M. Postmodernidad y Cristianismo. El desafío fragmentario. Editorial Sal
Terrae, Santander, 1988.
4. De esta manera se toma conciencia de la relación entre el hombre y la naturaleza,
surgiendo grupos ecologistas y naturistas. Ocurre un cambio con respecto a la relación
con la sociedad, transformándose el micromundo local en un receptor de pensamiento
universal, lo que se traduce en un proceso de transculturación que lucha con pequeños
focos de "neonacionalismos" o mejor conocidos en nuestro país como "neofolklor", tal y
como lo ha denominado una revista dominical. Y lo más fundamental son los cambios
respecto a la relación con Dios, los cuales serán planteados a continuación.5
1.2.2.2 Características de la cultura postmoderna que influyen en el joven
venezolano
A continuación se enumerarán algunas características que influyen directamente
en el comportamiento del joven venezolano, haciendo énfasis en aquellas que van
configurando la vivencia religiosa.
1. Una sociedad pluralista. "El pluralismo es una situación en la que concurren diversos
universos simbólicos o significantes globales de la realidad y sus instituciones, cada
uno de los cuales pretende dar sentido y estructurar la vida cotidiana de la gente"6El
individuo tiene varios roles sociales que debe cumplir, lo que en sociedades
tradicionales no ocurre puesto que únicamente hay un papel social que cumplir que se
complementa con diferentes tareas. Por lo tanto, en esta situación de pluralidad en el
mismo individuo surgen conflictos entre los valores y las normas propias de cada
sector. "Por eso la dificultad para conseguir que nuestros contemporáneos acepten la
visión religiosa del mundo como fundamental y estructuradora de todas las demás. Y
por eso también la coexistencia de diversas religiones o sucedáneos que cumplen su
función"7.
5 Cfr. SILVA SOLER, Joaquín. Los Jóvenes y la espiritualidad en un contexto de cambio cultural. Ponencia
del X Encuentro Latinoamericano de Pastoral Juvenil, Octubre de 1994.
6 DE VIANA, Mikel. Contexto socio-cultural y vivencia de la fe cristiana entre la juventud
venezolana. Material mimeografiado por el autor.
6 DE VIANA, Mikel. Contexto socio-cultural y vivencia de la fe cristiana entre la juventud
venezolana. Material mimeografiado por el autor.
7 Idem.
8 Idem.
9 Idem.
10 Cfr. RUBIO, Miguel. "Cristianos a las puertas del siglo XXI" en Misión Joven, 220 (abril 1995). pp 17-
26.
5. 2. Una sociedad individualista. El individualismo se presenta como la característica más
resaltante de la postmodernidad. Al crearse una propia escala de valores, el individuo
se va formando su propia visión del mundo, y ya no serán los patrones dados por la
sociedad los válidos para él. Dios, que se presentaba como el patrón que organizaba la
vida del hombre, perderá ese papel ya que las relaciones con Dios son individuales;
por esto no es raro escuchar expresiones como: "yo tengo mi dios", "mi confesión es
directa con Dios"... Existen dos tipos de individualismo: el utilitario y el expresivo. El
utilitario consiste en conseguir el mayor provecho para mí (esto implica relaciones
comerciales con Dios), mientras que el expresivo será aquella actitud en la cual
prevalezca el "sentirse bien", la propia satisfacción, el placer hedonista... (Si Dios me
hace sentir bien, chévere, pero eso de cruces... qué va!).
3. Sociedad a lo light. En el afán de aparentar, y el placer narcisista, al individuo le
importa más la forma del otro que el fondo. Así todo aquello que realce la figura del
cuerpo será tenido como un gran valor, como lo son los productos "light" o bajos en
calorías. Para qué tanto esfuerzo? Muy sencillo: el placer sexual será la mayor
gratificación que pueda recibir la persona, olvidando que el placer sexual no es un fin
en sí, sino un medio de expresión de la plenitud del amor al otro.
4. Una sociedad orientada hacia la economía. Las teorías neoliberales han invadido todo
el mundo postmoderno, así el criterio de realización de una escala de valores vendrá
dado de acuerdo con la utilidad que reporte dicho objeto. "Lo que importa es el valor de
cambio, poco importa el sentido último de las cosas, que puede ser cualquiera, a placer
del individuo".8 Esto lleva a un consumismo desmedido que no podrá llenar las
ansiedades de "tener" del postmoderno. A esta realidad contribuyen los medios de
comunicación social, los cuales, mediante sus propagandas, crean necesidades
innecesarias para poder así mantener a flote el mercado.
11 GERVILLA CASTILLO, Enrique. "Cultura postmoderna y educación en la fe", en Revista Ciencias de la
Educación, 158, abril-junio 1994.
12 DE VIANA, Mikel. "Postmodernidad y fe cristiana", en ITER Revista de Teología, 11, enero-junio
1995. pp. 67.
8 Idem.
9 Idem.
10 Cfr. RUBIO, Miguel. "Cristianos a las puertas del siglo XXI" en Misión Joven, 220 (abril 1995). pp 17-
26.
11 GERVILLA CASTILLO, Enrique. "Cultura postmoderna y educación en la fe", en Revista Ciencias de la
Educación, 158, abril-junio 1994.
12 DE VIANA, Mikel. "Postmodernidad y fe cristiana", en ITER Revista de Teología, 11, enero-junio
1995. pp. 67.
6. 5. Una sociedad que se globaliza. Los medios de comunicación social lo invaden todo,
llevando en un instante y a cualquier parte todos los sucesos mundiales al momento. El
mundo es una gran aldea que nos une a todos en nuestras relaciones sociales. Lo
local pierde cierto valor, y las expectativas de vida son dadas desde las potencias que
dominan económicamente el resto del mundo. Por lo tanto, lo que pretenda hacer
contacto con la realidad tercer mundista inmediata creará un rechazo.
6. Una sociedad que produce perplejidad. Al producirse el desencanto con la técnica, la
política y la economía, el joven busca nuevos valores que no encuentra por ninguna
parte.
7. Una sociedad desilusionada. Este es el aspecto más grave. La sociedad ha perdido la
ilusión y sus expectativas para el futuro; la historia ya no existe, por lo tanto no hay
sentido de trascendencia social. "La estética está reemplazando a la ética. Se busca
belleza y no la bondad. El trote y los aerobics han venido a sustituir la reflexión
personal. Los gimnasios son como nuevas escuelas y templos. Se intenta desarrollar
los músculos, no las virtudes. La vida sana ocupa el lugar de la justicia y lo ecológico y
natural reemplaza a lo histórico"9. La pregunta que surge es qué sucederá luego de
que estos jóvenes se desilusionen de la misma desilusión actual.
1.2.2.3 El impacto del contexto socio-cultural sobre el cristianismo. Características
de la Nueva Era que afectan a nuestros jóvenes.
Hay autores que plantean que ya estamos viviendo en una sociedad "post-cristiana"
10. Este término no quiere significar que el cristianismo haya muerto, sino que se
encuentra bajo una transformación que se va alejando del verdadero seguimiento a
Jesucristo.
9 Idem.
10 Cfr. RUBIO, Miguel. "Cristianos a las puertas del siglo XXI" en Misión Joven, 220 (abril 1995). pp 17-
26.
11 GERVILLA CASTILLO, Enrique. "Cultura postmoderna y educación en la fe", en Revista Ciencias de la
Educación, 158, abril-junio 1994.
12 DE VIANA, Mikel. "Postmodernidad y fe cristiana", en ITER Revista de Teología, 11, enero-junio
1995. pp. 67.
10 Cfr. RUBIO, Miguel. "Cristianos a las puertas del siglo XXI" en Misión Joven, 220 (abril 1995). pp 17-
26.
11 GERVILLA CASTILLO, Enrique. "Cultura postmoderna y educación en la fe", en Revista Ciencias de la
Educación, 158, abril-junio 1994.
12 DE VIANA, Mikel. "Postmodernidad y fe cristiana", en ITER Revista de Teología, 11, enero-junio
1995. pp. 67.
7. Esto se hace palpable si tomamos en cuenta que en nuestro país hemos tenido
últimamente una invasión de eventos relacionados con la Nueva Era. Pensemos por
ejemplo en la recién inaugurada "era del acuario", o en la llegada del Espíritu de la
Navidad el pasado 21 de diciembre. Así que, al contrario de lo que podría pensarse, la
Nueva Era es una realidad que ya se ha ido criollizando.
La Nueva Era no se presenta como una religión, sin embargo, partiendo de las
características dadas anteriormente, se va “revelando” como una vía para lograr la
felicidad integral. De esta forma, se desplaza la misma presencia de Dios como el único
ente que plenifica al hombre por una cierta energía diluida en el mundo. He aquí sus
características más resaltantes:
1. El individualismo lleva a subjetivización en la conciencia del cristiano de los contenidos
y prácticas religiosas. Si antes el individuo recibía todos los valores cristianos como
verdades heredadas, ahora todo lo somete a su juicio crítico, según su propia escala,
convirtiendo las realidades objetivas evidentes en subjetividades. Por lo tanto la religión
es un asunto privado que únicamente interesa al individuo; pero a la vez requiere de lo
simbólico colectivo, y al no tener esa comunidad de fe donde compartir, se encuentra
en la soledad que desanima. Así, la religión triunfal, como se pudo pensar de la
Católica, está siendo desplazadas por sectas y dioses personales que crean una
verdadera sociedad politeísta. "Fragmentado el monoteísmo y la unidad de la fe
(mandamientos, sacramentos y práctica), el hombre postmoderno puede elegir un
elemento con independencia de los otros: se puede ser creyente y no practicante,
divorciado y recibir los sacramentos, ateo y casarse por la Iglesia, o creyente y vivir un
relativismo moral"11.
2. El empobrecimiento del universo simbólico cristiano. El joven de hoy requiere símbolos
sensibles que sean significantes para la fe. Pero estos símbolos son dados por los
medios de comunicación, y a los propuestos por la Iglesia (que han perdido en muchos
casos significados para el joven) se oponen marcas o jingles. La batalla,
11 GERVILLA CASTILLO, Enrique. "Cultura postmoderna y educación en la fe", en Revista Ciencias de la
Educación, 158, abril-junio 1994.
12 DE VIANA, Mikel. "Postmodernidad y fe cristiana", en ITER Revista de Teología, 11, enero-junio
1995. pp. 67.
8. lamentablemente, en la mayoría de los casos la gana la propuesta no cristiana. Incluso
el lenguaje utilizado en muchas liturgias ha perdido fuerza para los jóvenes...
3. Las dificultades del católico con la Iglesia jerárquica. En sus ansias de libertad (que en
la mayoría de las ocasiones se traduce en libertinaje), el individuo de hoy rechaza
cualquier tipo de autoridad. Así aunque la confianza en la institución Iglesia sea alta, el
juicio crítico tiende a una desautorización de lo jerárquico, invitando a un verdadero
diálogo. Sin embargo, algunos sectores de la Iglesia jerárquica han reaccionado con
una "neo-ortodoxia" católica mediante orientaciones legalistas, que cada vez se aleja
más de presentar una verdadera moral autónoma.
4. El desarrollo de una religiosidad no eclesial. Consiste en una religión personal, alejada
de toda comunidad de referencia, creándose -como ya se ha dicho anteriormente- un
Dios a la medida del hombre y no un hombre a la medida de Dios.
5. El regreso a lo sagrado. En Venezuela siempre hemos tenido una mezcla en cuanto a
lo sagrado se refiere, confluyendo en una misma creencia la religiosidad india, la
africana y la católica europea. "La Venezuela de los próximos años será más religiosa
que los últimos dos siglos"12. Pero este regreso a lo sagrado será hacia las religiones
"naturales", que desentienden al hombre con lo que sucede a su al rededor, en lugar
de las tradicionales religiones "históricas".
1.2.2.4 Unas pocas cifras
Una agencia de publicidad al realizar un estudio sobre el joven venezolano y
preguntar sobre la participación de éstos en grupos de acción por los demás, determinó
que la respuesta afirmativa fue del cuatro por ciento. Con este número se encuentra la
afirmación de lo dicho en cuanto a la poca participación política de los jóvenes.
Otros datos interesantes los encontramos en la encuesta realizada por el
Ministerio de la Familia en 1993, con el nombre de Encuesta Juvenil Venezolana
(ENJUVE). De los jóvenes encuestados (conedades comprendidas entre los 15 y 24
años), en cuanto a su situación en la fuerza de trabajo: el 51,25% se encuentra inactivo, el
40,28% ocupado y el 8,47 % desocupado. Se puede observar la existencia de una gran
cantidad de jóvenes que no disfrutan de su derecho al trabajo.
12 DE VIANA, Mikel. "Postmodernidad y fe cristiana", en ITER Revista de Teología, 11, enero-junio 1995.
pp. 67.
9. En el aspecto educativo, se tiene que de 4.024.406 de jóvenes encuestados,
3.905.926 son alfabetas, 103.675 son analfabetas y 14.805 no declararon su condición.
Es preocupante la cantidad de los analfabetas, ya que en ellos no se encuentra la gran
cantidad de analfabetas funcionales (aquellos que leen pero no interpretan lo leído) los
cuales cuentan como alfabetas. Otro índice en este sentido educativo es el referido a la
asistencia a centros de enseñanzas: del mismo total anterior, 1.631.396 asisten;
2.320.966 no asisten; 64.753 nunca ha asistido; y 7.291 no ha declarado.
Las cifras anteriores no son determinantes, sin embargo son indicativas de la
realidad que vive el joven venezolano de hoy. Surge una pregunta que parece esencial y
refleja el centro del problema moral de nuestros jóvenes: si éstos no reciben una
formación adecuada, ni sus derechos se hacen valer en esta sociedad, ¿cómo podrán
tener un comportamiento moral adecuada?