El documento habla sobre la importancia de celebrar nuestra sabiduría. A menudo aparentamos saber más de lo que realmente sabemos. Esto nos priva del gozo que trae la sabiduría, la cual nos da la experiencia y razón para enfrentar los momentos difíciles de la vida. El autor pide sabiduría para escuchar, acompañar, infundir ternura y aceptar nuestros errores, así como para aceptar que el reino de Dios pertenece a los que trabajan por la justicia y la misericordia.

1. CELEBREMOS CON GOZO NUESTR SABIDURÍA.
Queridos amigos: En muchas ocasiones de nuestra vida aparentamos
ser más de lo que somos, y tener más de lo que tenemos.
Fanfarroneamos (como el joven del evangelio: (Mc. 10, 17-30) diciendo:
“que lo sabemos todo, que lo hemos dado todo, que ya lo hemos
hecho todo”.
Con una actitud así, nos estamos privando del gozo, del gusto y del
saboreo que nos proporciona la sabiduría. Esa sabiduría que nos
proporciona la experiencia, la razón y el corazón para “salir a flote en
los diversos momentos de la vida”. De los momentos de apuro, de
soledad, de angustia o situaciones embarazosas. (Sab.7, 7-11).
 Danos, Señor, sabiduría para saber acoger, escuchar, atender y
acompañar.
 Danos, Señor, sabiduría para poder infundir ternura, empatía, cordura y
alegría.
 Danos, Señor, sabiduría para saber respetar, proteger, aceptar y
socorrer.
 Infunde en nosotros, Señor, sabiduría en nuestras misiones, en nuestras
propuestas, en nuestras relaciones y en nuestras ofertas.
 Derrama, Señor, sabiduría sobre nosotros para saber escuchar
silencios, para respetar otras ideas, comprender otras opciones y
aceptar nuestros errores.
 Danos, Señor, sabiduría “para saber salir a flote” de las necesidades, de
los conflictos, de las dificultades y de los requisitos.
 Danos, Señor, sabiduría para poder aceptar que el reino de Dios es de
los que trabajan por la justicia y por la paz, de los limpios de corazón y
de los que son compasivos y misericordiosos consigo mismos y con los
demás.
“Sácianos de tu misericordia, Señor,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo”. (Sal. 89, 12- 17).
Gabriel.
28º. Domingo Ordinario. Ciclo. B. Madrid. 11 de Octubre de 2015.