2. Beber: es un acto que hace eventualmente,
acceder al consumidor al rango de conocedor,
de persona refinada.
3. El discurso sobre el gusto es el resultado de
una experiencia colectiva basada en el
lenguaje que se aprende y se adquiere a
través de la experiencia de los otros,
conversando con los otros.
El acto de beber un vino con denominación de
origen controlado genera así un sistema de
representaciones y permiten producir
imágenes sociales.
5. Beber tal o cual vino está en parte
determinado desde antes por el hecho de ser
tocado por tal o cual símbolo puesto en escena
por el vendedor.
6. Cuando el consumidor compra una botella
compra igualmente una imagen elaborada por
el productor y que reenvía con frecuencia
hacia la tradición, a lo auténtico, a la
identidad, al terruño.
7. Es un “producto de memoria” capaz de
beneficiarse con el tiempo.
Produce él mismo una historia, al mismo tiempo
que participa de ella.
Cuando alcanza cierta edad toma una cierta
identidad.
Una cosecha, una época se vuelve objeto de
colección
Se presenta el vino a los clientes como un producto
que encarna un tiempo idealizado y momificado.
Para ello se emplean diferentes símbolos como el
llamado a un cierto pasado familiar y colectivo, a
la historia y a la imagen de la tradición.
8.
9. La familia perpetúa la tradición vitícola desde
decenas de años atrás
Los viticultores utilizan la historia de su propia
explotación para valorizar su producción.
Se vende así un producto elaborado según las
“recetas” transmitidas de generación en
generación.
La autenticidad va ligada a la tradición
familiar, a través del autor mismo, en sus
cualidades en tanto miembro de la familia.
10. Los viticultores hacen la promoción de su
producción usando varios elementos que
tienen su origen en su historia colectiva y en su
patrimonio local: los personajes ilustres
constituyen así una garantía cultural para el
mundo vinícola.
11. También se usan otras referencias simbólicas
que dan la impresión de profundidad histórica.
Se pueden usar: determinadas caligrafías,
escudos de armas, etc.
12.
13.
14. Las herramientas manuales (tijeras, cestos,
carretas, toneles, prensas manuales, viejos aparatos
de vinificación).
Se valorizan las antiguas técnicas y sirven además
como materiales publicitarios
Enfatizan las técnicas de recolección
“tradicionales” empleadas en la vendimia.
Se sitúan en el marco de tradición de lo “hecho a
mano”
Las herramientas simbolizan al mismo tiempo un
saber-hacer, un saber transmitido que dan al
producto una imagen de inmovilidad, de
“autenticidad”.
15.
16. Constituye la denominación a un país, a una
región o a una localidad que sirve para designar el
producto del que se es originario y cuya calidad o
características se deben al medio geográfico que
comprende factores naturales y factores humanos.
Permite designar un vino que es originario de un
territorio y cuyas cualidades dependen
directamente del medio geográfico debidas a
factores naturales y humanos, subentendido que es
imposible reproducir de la misma manera en un
espacio distinto.
17.
18. La DOC es reivindicada por la comunidad en
su conjunto y es objeto de manifestaciones y
producciones culturales.
Devienen así vectores de identidad,
marcadores identitarios que depasan la simple
comunidad de los profesionales.
19. Contrariamente a lo que se cree, la
denominación de origen no garantiza la calidad
de un vino.
Sólo certifica la autenticidad del producto. Esta
autentificación es una fuente de confianza,
aporta seguridad y le da valor a una región.
20. La denominación de origen proporciona una
imagen de excepción, de anti-estandarización,
pero también la imagen de un producto a
escala humana, separado de los productos
industriales.
21. Las referencias a la localidad a veces son directas y
figuran en la publicidad.
Las características locales del terreno y la identidad
que otorgan los vinos con denominación de origen
son así subrayadas y constituyen un argumento de
venta usado por los viticultores para hacer
comprar y beber su producción.
Los agentes comerciales utilizan entonces el
tiempo y el espacio para construir simbólicamente
un producto y presentarlo “bueno para beber” a
los consumidores.