SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 31
1
La constitución del concepto freudiano de psicosis: Bercherie
En la cultura psiquiátrica alemana no aparecen netamente distinguidos los conceptos de psicosis y neurosis, fácilmente
se superponen como sucede con la melancolía, una misma entidad puede ser a la vez una psicosis y una
neurosis. Ambos términos existen desde hace ya largos años en el vocabulario nosológico.
Psicosis significa simplemente ENFERMEDAD MENTAL, AFECCIÓN PSIQUIÁTRICA: sustituye el viejo
término de locura. Toma una extensión tal que abarca problemas mentales de origen orgánico, afecciones
funcionales, los delirios y alteraciones mentales limitadas que se designa hoy en día como neurosis (―psicosis
obsesivas/histéricas‖)
Neurosis no designa una noción clínica, sino un concepto etiológico y nosológico: afecciones funcionales del
sistema nervioso; LAS PSICOSIS SIN BASE ORGÁNICA OBJETIVABLE que no se basan en una lesión
cerebral o en un proceso tóxico infeccioso tienden a ser consideradas como neurosis.
La oposición conceptual neurosis-psicosis, es decir, el concepto de PSICOSIS, es algo puramente freudiano.
La primer clínica, la clínica sincrónica inicia con Pinel para quién la locura es un género unitario donde los síndromes
se agrupan alrededor de la manifestación más central. Es una ciencia de la pura observación, en su método no incluye
hipótesis etiopatogénicas ni consideraciones prácticas o terapéuticas.
De Pinel a Baillarger y Delasiauve, se opone los estados de excitación (manía), los estados de depresión (lipomanía), los
estados delirantes (monomanía), los estados estuporosos (estupidez), los estados de incoherencia (demencia), los
estados impulsivos (locura o monomanía instintiva). Estas forman se suceden, se combinan, se asocian, su etiología son
impensadas y son tipos de reacciones psico-cerebrales y no enfermedades anátomo-clínico (sentido moderno) como
lo pensó Bichat.
Desde 1882 el descubrimiento fortuito de la parálisis general por Bayle prepara el trastorno conceptual metodológico que
teorizará Falret. La parálisis general se despliega en un ciclo diacrónico con una secuencia de estados mórbidos; el
diagnóstico se basa en pequeños signos secundarios (no en la parte central del cuadro). Presentan una patogenia
particular y típica: la meningo.encefalitis. De allí Falret realiza una crítica radical a la clínica sincrónica y nace la clínica
diacrónica: estudio de la evolución de la enfermedad, del pasado y el porvenir del enfermo, búsqueda de una
patogenia específica, compilación de signos negativos, atención a los pequeños signos secundarios que permiten la
diferenciación entre entidades hasta entonces confundidas. Morel, discípulo de Falret, agrega el interés por la etiología
(patogenia). Las bases de ésta segunda clínica de la observación y discriminación: la noción de entidades clínico-
evolutivas como una secuencia de cuadros clínicos en un ciclo típico, la oposición entre perturbaciones mentales
adquiridas, de causa patológica específica, y las perturbaciones mentales constitucionales.
Los autores alemanes son hombres de sistema, aspiran en el plano dogmático. En los alemanes existe el
espíritu POSITIVISTA donde ante todo es necesario describir e intentar señalar algunos rasgos generales,
interpretan fisiológicamente los estados patológicos y el nexo entre los síntomas. Los autores franceses
desconfían de los dogmas y sistemas, toman la importancia del DETALLE, la observación clínica y los puntos
fisiológicos gana en autonomía en los estados patológicos.
Griegsinger no concebía a la locura como género único, sino como UN GRAN CICLO: psicosis única. Opone formas
primarias: trastorno emocional factor principal de la alteración mental de formas secundarias: en la que este trastorno
emocional está embotada, integrándose al yo del sujeto que deja disociado. En estas últimas, distingue el delirio
sistematizado, aislando las psicosis delirantes de las psicosis afectivas.
Kraepelin impondrá la nueva clínica en Alemania, que Freud conocerá tardíamente por la mediación deformante de la
escuela de Zurich. Retoma de Kahlbaum el concepto de entidad mórbida clínico-evolutiva con una etiopatogenia
específica, como así también el acento sobre la especificidad de los estados terminales. Intentará desarrollar una
nosología etiopatogénica en la que se basará en el asilamiento de psicosis adquiridas con una causa somática
evidente, y de las formas “degenerativas” en las que la disposición patológica de la personalidad está en primer plano.
El termino de Psicosis en Freud va a inspirarse de Kahlbaunm para oponer: -delirios crónicos sistematizados no
alucinatorios (personalidad, afecto y juicio se conservan), Paranoia como constitucional. -los estados agudos que
evolucionan de manera periódica pero que dejan en su decrecimiento un psiquismo intacto, no se daña profundamente
la personalidad, Psicosis maníaco-depresiva. -estados agudos o crónicos que evolucionan indefectiblemente hacia el
deterioro mental, inteligencia, memoria, orientación temporo.espacial están intactas, afectada la voluntad, el afecto, la
atención, disgregación de la enfermedad.
Freud tomara del plano nosológico el concepto de Paranoia, concepto clave para la escuela alemana. Plantea un
problema en dos cuadros clínicos: neurosis obsesiva (paranoia abortiva, criticada, invasión en la ccia de neo-
formaciones alucinatorias o ideicas siguiendo a Westphall y tomada como resultado entre la base de una neurastenia y
la paranoia, para Krafft-Ebing) y la Confusión mental (Meynert incluye en las partes de la forma estuporosa, una forma
delirante que recubre tanto el onirismo como las psicosis delirantes agudas, cuya noción Freud tomara).
2
También tomará del modelo patogénico retomado de Morel por la clínica alemana la idea de un estado neurótico basal,
una perturbación funcional difusa del sistema nervioso que preexsitirá a la eclosión por la acción de diversas causas. Por
otra parte, Freud estará muy influenciado por la concepción de Griegsinger, por la idea de que las manifestaciones
patológicas se repartan en dos grupos distintos: el primero son las formas primarias que corresponde al proceso
mórbido, donde la personalidad padece una invasión y lucha contra los fenómenos sintomáticos; el segundo son las
formas secundarias como resultado de una suerte de adaptación terminal al nuevo mundo y al nuevo yo que creó la
enfermedad: es el trabajo de compromiso, de la asimilación de elementos delirantes.
Freud estuvo impresionado por el modelo propuesto por Griesinger de psicosis única.
Fundamentos de la clínica: Bercherie
La clínica psiquiátrica es esencialmente la observación ―morfológica‖ (Charcot), la descripción formal de las
perturbaciones psicopatológicas. La Mirada (el modo de observación que habitualmente se reserva a las cosas) no
dejaba de plantear algunos problemas (participar en la alienación de aquellos cuyas perturbaciones se pretende
describir, analizar objetivamente y clasificar racionalmente), y obstaculizó el desarrollo de caminos diferentes. Hoy ha
pasado tiempo suficiente, y es posible retornar a esos grandes textos, la ―Tabla de Orientación‖ (Jaspers) que constituye
el diagnóstico psiquiátrico (y la clínica y la nosología en el sentido clásico).
Para que un nuevo marco conceptual se establezca, es necesario, evidentemente, la acumulación de conocimientos
nuevos, fundados en desarrollos diferentes; en este punto, el desarrollo de la práctica y de la teoría psicoanalítica
constituye, sin duda, el comienzo de una nueva era. El desarrollo del psicoanálisis aunque incuestionablemente ha
asumido el relevo de la investigación psicopatológica, está todavía lejos de poder abarcar el campo inmenso que
dominaba, con sorprendente perfección a su nivel, la clínica clásica. Por otra, un gesto de exorcismo no bastaría para
borrar algo tan coherente como la psiquiatría clásica. Al no querer conocerla, o al no hacer su análisis histórico o
epistemológico, se corre el riesgo de retomar, sin querer o sin darse cuenta, los mismos impasses que determinaron su
relativa declinación. El conocimiento de la historia es indispensable para la justa aprehensión del desarrollo pasado, así
como de los problemas presentes.
Es indispensable una visión de la clínica lo más precisa y global posible, histórica y espacialmente. Espacialmente: las
escuelas, como las dos grandes: el espacio franco-alemán (frente a las menos importantes: anglosajona e italiana, no
parecen haber gustado nunca de la clínica, su pragmatismo natural y su desconfianza por los conocimientos sin
consecuencias prácticas inmediatas los alejaron, sin duda, de esta disciplina, en la que siempre tomaron de los
franceses y alemanes los rudimentos indispensables). Históricamente: el desarrollo por rupturas, mutaciones, escalones
ampliados con métodos y conceptos nuevos. El punto de partida de la clínica es Pinel.
1) Clínica se refiere por defecto a la psiquiatría; para clínica psicoanalítica se usan siempre los dos términos juntos. Se
puede entonces hablar de clínica psicoanalítica con la condición de no olvidar que, en esta expresión compuesta, el
adjetivo es más importante que el sustantivo y que los dos términos son inseparables.
2) Calificar a la clínica de ciencia no es exacto, porque el proceso no es siempre científico. Es posible encontrar siempre
en el origen de un saber, de un conjunto sistematizado de conocimientos, un recorrido metodológico particular fundado
en un sistema conceptual más o menos elaborado, pero evidentemente que lo guía. El hecho es que, en el uso
sistemático de ese acceso a lo real que abre una dirección particular, pasada una fase de extensión en todas
direcciones, en la que se opera la primera recolección de "datos" concretos así como las primeras generalizaciones
sistematizadas, termina por acumularse toda una masa de observaciones fortuitas, de hechos difíciles de encuadrar en
las doctrinas surgidas en la fase de expansión; entonces comienza una fase de gestación en que se prepara una
mutación conceptual que, integrando los hechos irreductibles a las síntesis precedentes que una frecuentación
sistemática de la realidad en causa había suministrado, abre direcciones nuevas y una nueva etapa de ese proceso
cíclico que una espiral ilustraría mejor que un círculo. Así se opera un ajuste progresivo, asintomático, del conocimiento
con lo real, marcado por rupturas, mutaciones y largas fases de progresos lineales: si la realidad permanece allí,
constantemente inalcanzable en su esencia, puede también decirse que ella es allí constantemente aprehendida, en
función de los medios y también de las necesidades de una época. Un proceso dialéctico como el que acaba de
describirse inspira en todo caso la historia de la clínica. Que este movimiento esté ahora cerrado no indica más que una
cosa: la mutación conceptual que prepara la etapa siguiente está todavía en curso y es suficientemente profunda y
fundamental como para demandar una larga gestación. No es difícil, por lo demás, saber de qué lado es necesario
esperarla: desde hace tres cuartos de siglo el desarrollo del movimiento psicoanalítico acumula en desorden sus
materiales.
3) Hay que situar el contexto histórico: para cada etapa se debe intentar encontrar lo que parecía logrado y en qué
sentido, lo que parecía plantear problemas y exigir investigaciones. Es necesario, tomar conocimiento del desarrollo
histórico en su conjunto para poder situar los trabajos de la clínica correctamente. Por lo tanto, la importancia de una
lectura como un todo que no logra su sentido más que en su globalidad.
3
Capítulo I Pinel: Bercherie
Pinel no agrega nada esencial en el plano clínico, ni en el nosológico ni en el institucional y terapéutico. En cambio en el
plano del método funda la tradición de la Clínica, como camino consciente y sistemático.
Pinel se vincula con el grupo de los Ideólogos, corrientes de pensamientos renovadores y radicalizantes, comparte con
ellos sus principios metodológicos, base de todo trabajo científico. Continúan la tradición nominalista, consideraban que
el conocimiento es un proceso cuya base es la observación empírica de los fenómenos; debe clasificar estos fenómenos
evitando la propia subjetividad. En la cima del edificio, las categorías obtenidas de la experiencia recibirán finalmente el
nombre que les da existencia en la ciencia. Este es el sentido del aforismo de Condillac: "la Ciencia no es más que una
lengua bien hecha". En efecto, una lengua que funcionase correctamente nombraría a lo real, la clínica debe crearse un
lenguaje, palabras nuevas, de sentido preciso que, a diferencia de las palabras imprecisas y demasiado sometidas al
deslizamiento de sentido de la lengua vulgar, evocarán inmediatamente los fenómenos que engloban.
La historia natural es la disciplina que sirve de modelo y de ideal a la investigación.
La filosofía utilizada es el análisis tal como lo reciben los Ideólogos desde Locke Y Condillac, y a través de ellos también
recibe Pinel la confianza en la observación y la desconfianza en la teoría; creen que no se puede conocer
verdaderamente lo real (sólo Dios lo conoce) pero se puede conocer suficientemente lo que se presenta de lo real para
obtener conocimientos pragmáticos eficaces, por eso es inútil desarrollar vanos sistemas explicativos. Se trata de una
frecuentación asidua del campo del saber, de la clínica, pero una observación simplemente empírica sigue siendo
intuitiva y no adquiere ningún estatuto en la ciencia, por eso, la clínica debe crearse un lenguaje de sentido preciso.
Pinel abre la exploración sistemática de un campo y el ordenamiento de los fenómenos que lo constituyen. Este camino
ha sido el fundamento sobre el cual se constituyó después el saber realmente positivo de la psiquiatría, una vez que,
como a menudo en el nacimiento de las ciencias, un hallazgo inesperado habrá suministrado un método nuevo para
explorar y clasificar los fenómenos.
El postulado sobre el que se basa la doctrina de Pinel se muestra sistemáticamente erróneo frente al avance del
conocimiento científico: la incognoscibilidad de la esencia real de los fenómenos; lo que parecía inaccesible a Pinel
fundará un conocimiento concreto en la segunda mitad del Siglo XIX.
Pinel constituyó la clínica médica como observación y análisis sistemático de los fenómenos perceptibles de la
enfermedad, así nace su Nosografía, donde la anatomía patológica tiene un papel secundario, ignorando su nivel
causal.
Falret y su descendencia desbordaron y conmocionaron la clínica de Pinel y de Esquirol. Sin embargo la observación
pura sigue siendo la condición necesaria, sino la finalidad última, del conocimiento.
Pinel considera la alienación mental como una enfermedad orgánica, una perturbación de las funciones
intelectuales (funciones superiores del sistema nervioso). Por eso las ubica en la clase de las neurosis: afecciones del
sistema nervioso sin inflamación ni lesión de órgano. Considera que puede haber lesiones causales, pero como no son
constantes son contingentes
Las neurosis cerebrales son de dos tipos: -Afecciones comatosas: abolición de la función; -Vesanías: perturbación de
la función. Las vesanias comprenden la alienación mental, la locura, y otras ―enfermedades mentales‖ que no hacen del
sujeto un alienado en sentido estricto:
- la hipocondría: cuya perturbación no supera la interpretación permanente e inquieta de las sensaciones
viscerales que Pinel considera como suficientemente reales, atribuyéndoles frecuentemente un fundamento orgánico.
- el sonambulismo: que es una locura corta, una locura limitada al período del sueño; Pinel, por otra parte, incluye
en él a la pesadilla.
- la hidrofobia: es decir la rabia, que en la primera edición había incluido dentro de las neurosis espasmódicas a
causa del espasmo laríngeo, y que termina clasificando dentro de las vesanias, a causa de los trastornos psíquicos
excitados y depresivos que constata en la misma.
La alienación mental no forma una clase en la nosografía, se encuentran las cuatros especies que la constituyen en las
vesanias, grandes clases en las que se reparten las manifestaciones mórbidas: la manía, la melancolía, la demencia y
el idiotismo.
1) La manía propiamente dicha, en la que el delirio es general, es decir, que concierne a todos los objetos,
estando lesionadas muchas de las "funciones del entendimiento" (percepción, memoria, juicio, afectividad, imaginación,
etc.) y que se acompaña de una viva agitación.
Pinel distingue, no obstante, una subvariedad que será la prenda de importantes batallas futuras: la "manía sin delirio" o
"manía razonante", en la que las funciones del entendimiento están intactas y en la que no subsisten más que la
alteración de la afectividad y la excitación, a menudo furiosa.
2) La melancolía, en la que el delirio está limitado a un objeto o a una serie particular de objetos, las facultades
mentales permanecen intactas fuera de ese "núcleo" delirante y el comportamiento sigue siendo coherente y
comprensible, si se tiene en cuenta las ideas delirantes. El estado afectivo y el tema del delirio pueden ser de naturaleza
triste o de naturaleza alegre y exaltada.
3) La demencia o abolición del pensamiento, y Pinel precisa que alude como tal al pensamiento en el sentido de
Condillac, es decir, el juicio. La demencia es entonces la incoherencia en la manifestación de las facultades mentales, el
desorden y la movilidad, la existencia "automática"; la destrucción de la función de síntesis, se habría dicho un poco más
adelante.
4
4) El idiotismo u obliteración de las facultades intelectuales y afectivas, es decir, la supresión más o menos
completa de la actividad mental, quedando el sujeto reducido a una existencia vegetativa, con restos esporádicos de
actividad psíquica (ensoñaciones dulces, sonidos semiarticulados, crisis de excitación). Puede ser congénita o adquirida,
y entonces a menudo transitoria.
Su nosología apunta a crear grandes clases fenoménicas, de comportamientos, persuadido como está de que esas
grandes divisiones recubren algo de la esencia de lo real. La Nosografía clasifica las enfermedades mentales en grandes
categorías, sirviéndose para ello de los síntomas más notorios; es entonces con las fiebres (primera de las cinco clases)
en parte y sobre todo con las flegmasías (inflamaciones: segunda clase) donde es clasificado el delirio febril agudo,
siendo allí el delirio un síntoma y no el fenómeno esencial. Por lo tanto, sin que el problema esté bien explicitado, Pinel
mismo comienza el trabajo de separación de las locuras sintomáticas y de las locuras idiopáticas o esenciales que
continuará como veremos a lo largo de todo el siglo XIX a través de Georget, Baillarger, Magnan y finalmente Kraepelin.
Es partidario de una concepción materialista psicofisiologista: la mente es una manifestación del funcionamiento del
cerebro y las ―relaciones de lo físico y lo moral en el hombre‖ le parecen fundamentales y permanentes. La locura la
concibe como un desarreglo de las facultades cerebrales, propone las causas:
1) Físicas primero: directamente cerebrales (trastornos) o simpáticas (alcanzan el cerebro como consecuencia de sus
lazos con los otros órganos). Con las causas físicas se relacionan las causas fisiológicas y el hábito de la ebriedad
2) Herencia
3) Causas morales: pasiones muy intensas, contrariadas o prolongadas; excesos de todo tipo, irregularidades en las
costumbres, del modo de vida y la educación viciosa (mala educación de las pasiones). Las morales son las más
numerosas y las más importantes en la producción de la alienación mental: les atribuye más de la mitad de los casos.
Las pasiones (alegría, cólera, miedo, tristeza) perturban las vísceras y las funciones corporales, y el cerebro se altera por
vía de causas simpáticas. La perturbación parte de la región del estómago y desde ahí se propaga la perturbación del
entendimiento. Así, las perturbaciones afectivas o del carácter constituyen uno de los síntomas más importantes de la
locura, que tiene frecuentemente los rasgos de una exaltación pasional.
Estas causas no son específicas para los distintos tipos de locura, y la forma del acceso está relacionada más a la
―constitución‖ del individuo, al tipo físico (sexo, color de cabellos u ojos, etc.)
Retoma de Hipócrates la idead de que la enfermedad es una reacción saludable del organismo contra las causas que
perturban su equilibrio, cuya terminación natural es la cura. El médico debe abstenerse al máximo de toda intervención
que perturbe el desarrollo del ciclo natural de la enfermedad.
El tratamiento moral, en cambio, cuenta con todo su apoyo. En la alienación mental la mente alterada puede ser
conducida a la razón con ayuda de la institución curativa. De nuevo, la Ideología funda la teoría, los contenidos de la
mente dependen de las percepciones y sensaciones, y si se modifican éstas, por medio de las pasiones/afectividad, se
modifica todo el estado mental. Es necesario aislar al alienado en una institución especial, retirarlo de sus percepciones
habituales; se controlan completamente sus condiciones de vida y se lo somete a una disciplina severa y paternal, se le
demuestra simultáneamente un gran cuidado y una gran firmeza. Se establece una ―transferencia paterna‖, se suscita el
respeto del alienado y su confianza, el objetivo es dominarlo poniéndolo en estrecha dependencia de un hombre que
pueda ejercer sobre él un poder irresistible y para cambiar sus ideas; no se emplea la violencia ni métodos degradantes.
Todo esto implica cierto número de recomendaciones institucionales: la proscripción de la violencia y de las vejaciones
inútiles (cadenas, visitas de extraños) ciertamente, pero también la existencia de un personal numeroso y bien
entrenado, habituado a observar y a comprender a los enfermos, un supervisor jefe que controle perfectamente a sus
hombres y que esté totalmente consagrado al médico, locales que permitan aislar las diferentes variedades de alienados
entre sí, sustraer a los idiotas de la mirada, espacio, posibilidades de trabajo para los enfermos.
El asilo debe ser un centro de reeducación modelo y “panóptico” en el que la sumisión es el primer paso hacia la cura
(vemos las posiciones éticas de los Ideólogos, apunta a una reforma de la costumbres, a una sociedad sana y reglada)
La posición de Pinel en relación a la anatomía patológica está determinada por su desconfianza hacia los sistemas
explicativos. Rechaza las teorías que dan cuenta de la locura por un daño material en el cerebro, más bien rechaza la
extensión a todo caso de locura de algunas constataciones aisladas, la mayoría de las veces no encontraba ninguna
lesión perceptible en la locura. Pinel se yergue así contra el dogma de la incurabilidad de la locura, ya que el cerebro no
está dañado y se trata de que la mente funciona alterada entonces es posible un tratamiento moral.
Es importante ubicar la suerte de hiato que se introduce entre Pinel y su escuela psiquiátrica por un lado y el resto de la
medicina de la época por otro. Puede ser atribuido en gran medida a la especificidad de los problemas que plantea el
campo psiquiátrico y que es el factor dinámico de su organización en saber.
Pinel introduce UNA DISTANCIA entre la observación de los fenómenos y el ensayo de presentar una teoría explicativa
sobre los mismos. Esa distancia fundamental y la jerarquía que se introduce así entre observación y explicación es la
que funda la clínica y la que constituye la ruptura que opera, con una consciencia aguda de su originalidad. Rompe así,
en efecto, con esa suerte de unidad sincrética que hacía interpenetrarse sin límite neto la forma mórbida y el concepto
que daba cuenta de ella.
5
Capítulo 12 Kraepelin antes de 1900: Bercherie
En 1883 aparece el Compendio de psiquiatría de Emil Kraepelin; en 30 años conoce ocho ediciones, que pasa de 380
páginas a 2500. Ninguna edición deja de tener una modificación nosológica. Nada puede ilustrar mejor el inmenso
trabajo cumplido por su autor para poner en orden el campo de las enfermedades mentales, en el curso de una labor
cuestionada sin cesar y sin cesar retocada: ninguna edición deja de tener una modificación nosológica, a veces
secundaria, cuatro veces al menos, capital.
La primera clasificación de Kraepelin es una clasificación puramente sindromática, y está estructurado por cierto
análisis psicológico; como Pinel cree que es indispensable la investigación psicológica para la comprensión de las
enfermedades mentales, y que ésta puede suministrar herramientas conceptuales para el análisis clínico. Esta
clasificación sigue siendo una de las más clásicas. Distingue:
1 — Estados depresivos: melancolía simple y delirante;
2 — Estados crepusculares:
a — estados de sueño patológico (hipnosis, sonambulismo, ebriedad comatosa),
b — estados crepusculares histéricos y epilépticos,
c — estupor y éxtasis,
d — demencia aguda;
3 — Estados de excitación:
a — melancolía agitada,
b — manía,
c — estados de excitación de los delirium (febril o alcohólico);
4 — Psicosis periódica:
a — manía periódica,
b — melancolía periódica,
c — locura circular;
5 — Delirio sistematizado (VerrücktheitJ primitivo;
6 — Demencia paralítica;
7 — Estados de debilidad psíquica:
a — anomalías evolutivas (idiotez, imbecilidad, debilidad, inversión sexual),
b — locura moral y delirio de querulancia,
c — estado neurasténico (obsesiones),
d — estados de debilidad psíquica secundaria (Verrücktheit y Blódsinn secundarios).
Se observará inmediatamente que se trata de una clasificación sindromática, a su distinción de los estados agudos (tres
primeras clases), periódicos (clase 4), crónicos (clase 5) y deteriorativos (clases 6 y 7), y por lo tanto a la utilización del
parámetro diacrónico- próxima a la de Griesinger. Esto es lo que explica:
— la clase de los estados de excitación, reunidos sobre la base de este único síntoma.
— el lugar de la parálisis general entre los delirios sistematizados y los estados de debilitamiento, ya que se trata de un
delirio demencial.
— la gran clase de los "estados de debilidad psíquica" que subsume formas primitivas, secundarias o involutivas (se
recuerda que también Guislain agrupaba idiotez y demencia en la misma categoría).
Tomando el modelo de la psicología experimental de Wundt, se preocupará por hacer experimentaciones psicológicas
en psiquiatría (es decir, diversas medidas psicométricas en los diferentes estados mórbidos). En la segunda edición es
notorio el afán de precisión. Se encuentran:
1 — Melancolía: simple, agitada, con estupor;
2 — Manía;
3 — Delirium:
a — febril,
b — tóxico,
c — transitorio;
4 — Estados de agotamiento agudo:
a — delirio agudo,
b — delirium del colapso,
c — confusión (Verwirrtheit) asténica,
d — demencia aguda;
5 — Wahnsinn:
a — depresivo,
b — expansivo,
c — alucinatorio;
6 — Locuras periódica y circular:
a -— locura periódica (manía, melancolía, Wahnsinn),
6
b — locura circular
7— Delirio sistematizado (Verrücktheit):
a — formas depresivas,
— delirio de persecución alucinatorio,
— delirio de persecución combinatorio,
— delirio hipocondríaco,
— delirio de querulancia,
b — formas expansivas: delirio de grandeza alucinatorio, combinatorio y Vernicktheit originaria;
8 — Neurosis generales:
a - locura neurasténica (obsesión),
b - locura histérica (incluyendo Vernicktheit histérica),
c - locura epiléptica;
9 — Intoxicaciones crónicas: alcoholismo, morfinismo, cocainismo;
10 — Demencia paralítica;
11 — Estados de debilitamiento:
a - demencia senil,
b - lesiones cerebrales,
c - estados de debilitamiento secundario;
12 — Retardo del desarrollo psíquico:
a - idiotez,
b - cretinismo,
c - debilidad mental constitucional (con locura moral y locura impulsiva).
d - inversión sexual.
Debe primero señalarse la acrecentada preocupación por la precisión que testimonia esta nueva clasificación, pero,
sobre todo, puede notarse un neto alineamiento con las posiciones de Krafft-Ebing:
* Las psiconeurosis (melancolía, manía, delirium, agotamiento agudo)
* Degeneraciones psíquicas (locuras periódicas, delirios sistematizados)
* Psicosis orgánicas (intoxicación, alcoholismo; lesiones cerebrales, demencia senil)
* Retardos (idiotez, cretinismo, inversión sexual)
La tercera edición reproduce prácticamente la segunda, con algunas modificaciones menores: la confusión alucinatoria
cambia su lugar con el delirio agudo, la catatonía pasa de la clase de las Vernicktheit a la de los Wahnsinn, conforme a
las ideas de Schule.
La cuarta edición simplifica algunos detalles, pero lo esencial es que intercala entre las paranoias y las neurosis a los
procesos psíquicos degenerativos, con tres formas:
* Dementia praecox: forma ligera y forma grave (hebefrenia)
* Catatonía
* Dementia paranoides: ―después de un período depresivo inicial, se instalan rápidamente ideas delirantes, con
interpretaciones e ilusiones de la memoria. Luego de esto, no se constata evolución de la enfermedad. La claridad de la
conciencia y el comportamiento no cambia por décadas, pese a las ideas delirantes‖. No hay signos catatónicos, y el
debilitamiento es leve.
Paranoia y demencia secundaria desaparecen de la clasificación, y pasan al nuevo grupo (influenciado por Kahlbaum: el
proceso terminal caracteriza un proceso mórbido y puede preverse a través de pequeños signos). Se recordará que
Krafft-Ebing mantenía como criterio nosológico tres parámetros: la anatomía patológica, la etiología y en último grado la
clínica, pero consideraba esta última a la manera de Pinel o de Griesinger. Kraepelin, que retoma casi término a término
el razonamiento, modificará esencialmente esta concepción de la clínica, apoyándose en Kahlbaum, es decir en Falret;
para él de allí en más se tratará de la entidad clínico-evolutiva, y lo veremos rechazar, como Kahlbaum, en la quinta
edición de 1896, todo el grupo de las "psico-neurosis", simples síndromes clínicos que pueden pertenecer a diversas
entidades evolutivas, por ende a diversas enfermedades, únicas dignas de figurar en la nosología. Así se completará en
Alemania la eliminación de los últimos rastros de las concepciones surgidas de Pinel y de Esquirol; la forma específica
que toma esta enunciación se debe a la persistencia, a través de Kahlbaum, de la influencia de Griesinger.
La quinta edición tiene (1896):
A - Enfermedades mentales adquiridas:
1 — Estados de agotamiento:
a — delirio del colapso,
b — Amentia (confusión aguda),
c — demencia aguda,
d — agotamiento nervioso crónico (neurastenia e hipocondría adquiridas);
2 — Intoxicaciones:
7
a — agudas (delirium febril y tóxico),
b — crónicas (alcoholismo, morfinismo, cocainismo);
3 — Enfermedades de la nutrición:
a — locura mixedematosa,
b — cretinismo,
c — procesos demeciales (Verblodung processe): dementia precox, catatonía, demencia paranoide,
d — demencia paralítica;
4 — Locuras de las lesiones del cerebro;
5 — Locuras de involución:
a — melancolía,
b — demencia senil;
B - Enfermedades mentales congénitas:
1 — Enfermedades mentales constitucionales:
a — locura periódica: maníaca, melancólica, circular,
b — paranoia: formas combinatorias (incluyendo el delirio de querulancia), formas fantásticas (incluyendo el
Delirio Crónico de evolución sistemática);
3 — Neurosis generales:
a — locura epiléptica,
b — locura histérica,
c — neurosis por susto (neurosis traumática);
4 — Estados psicopáticos (degeneración):
a — desequilibrio constitucional,
b — locura obsesionante,
c — locura impulsiva,
d — inversión sexual;
4 — Detenciones del desarrollo psíquico.
Diversos puntos merecen comentarios:
* Nuevamente dos grandes clases de psicosis adquirida
* La audaz (y efímera) categoría de las enfermedades de la nutrición reagrupa las psicosis tiróideas, parálisis general y
procesos demenciales concebidos como debidos a una auto-intoxicación.
* Las psiconeurosis desaparecen y se reparten entre las psicosis maníaco-depresivas, la paranoia y los procesos
demenciales. El diagnóstico se hace a partir de su evolución y su estructura clínica.
* La locura obsesionante, que vuelve a integrar las degeneraciones constitucionales y la neurastenia, también simple
síndrome desaparecen del grupo de las neurosis. Por el contrario, la neurosis por susto {Schreckneurose: neurosis
traumática de Openheim) hace su entrada; los psiquiatras alemanes, cuestionaban su asimilación por Charcot a la
histeria.
* La paranoia se encuentra dividida en formas combinatorias (interpretativas) y fantásticas (alucinatorias).
La sexta edición es la clásica, la que da la vuelta al mundo y se impone:
1 - Locuras infecciosas (delirium febril e infeccioso, debilitamiento infeccioso),
2 - Locuras de agotamiento (delirio agudo, amentia, neurastenia adquirida),
3 - Intoxicaciones,
4 - Locuras tiróideas,
5 - Dementia praecox,
6 - Demencia paralítica,
7 - Locuras de las lesiones del cerebro,
8 - Locuras de involución (melancolía, delirio de perjuicio presenil, demencia senil),
9 - Locura maníaco-depresiva,
10- Paranoia,
11 - Neurosis generales,
12 - Estados psicopáticos (locura degenerativa),
13 - Detenciones del desarrollo psíquico.
Opone las enfermedades mentales adquiridas (exógenas) a las congénitas (endógenas). Cree que la terminación
deficitaria de la demencia precoz se debe a lesiones cerebrales todavía desconocidas. El segundo grupo comprende las
psicosis degenerativas (clases 9 a 13) que se pueden encontrar en todos los autores de la época. El primer grupo se
divide en dos subgrupos:
1- El primero es la consecuencia de los factores tóxico-infecciosos (clase 1 a 3) o auto-tóxicos (clase 4);
2- El segundo depende de supuestas lesiones del cerebro (clase 6 a 8).
Queda la Dementia praecox: su terminación deficitaria hace sospechar la existencia de lesiones cerebrales, sin duda
todavía desconocidas, pero muy verosímiles. El terreno en general intacto en que aparece, sus formas de inicio
(neurasténicas, confuso-alucinatorias) hacen probable un factor tóxico, sin duda auto-tóxico (metabólico). A eso se debe
su situación intermedia, al lado del cretinismo que también reposa sobre una perturbación metabólica y tiende a producir
8
lesiones cerebrales irreversibles; al lado también de la parálisis general, con sus delirios demenciales absurdos e
incoherentes. Todo esto era efectivamente muy racional: en lugar de condenar el pensamiento de una época, puede ser
interesante ensayar comprenderlo, es decir comprender qué intentaba pensar, y con qué medios.
Las tres entidades problemáticas son:
* La paranoia: sólo comprende los delirios sistematizados combinatorios de la clasificación anterior: ―desarrollo insidioso,
evolución continua, sistema delirante imposible de romper, conservación completa de la claridad en el pensamiento, la
voluntad y la acción‖. Como no conducen a estados de debilitamiento intelectual, se la separa de las formas paranoides
de la demencia precoz. Reposa sobre dos mecanismos fundamentales: el delirio de referencia (delirio de significación
personal) y las ilusiones de la memoria (confabulaciones), que producen los diferentes temas de persecución, de celos,
de grandeza (profetas, inventores, reformadores, grandes hombres), de erotomanía y la forma especial del delirio de
querulancia (perseguidos-perseguidores de los franceses). Se trata de una enfermedad crónica.
* La locura maníaco-depresiva agrupa todos los estados agudos no confusionales que no son sindrómicos de la
demencia precoz. Kraepelin rechaza, en efecto, la existencia de manía o de melancolía simples con el argumento de que
se observa siempre, tarde o temprano, recidivas y que un examen más cuidadoso revela la existencia de fases
depresivas o expansivas de débil intensidad a lo largo de la vida del enfermo; por una parte, el acceso es siempre bipolar
a pesar de que las variaciones alternativas sean a veces suficientemente ligeras como para pasar desapercibidas;
finalmente, la dimensión clínica es siempre idéntica, ya se trate de locura circular, intermitente o de accesos aislados. La
melancolía de involución debe su autonomía (provisoria: en 1913 Kraepelin se decidirá a incluirla en la maníaco-
depresiva) a la ausencia de episodios de excitación en curso o su terminación, o de antecedentes depresivos o
excitativos. Kraepelin agrega a la descripción de las formas fundamentales unipolares, los estados mixtos. Parte de la
idea de que los accesos maníaco-depresivos están constituidos por tres tipos de perturbaciones fundamentales:
perturbación del humor (emotividad), de la ideación, de la voluntad (psicomotores); por ejemplo, depresión del humor,
lentificación ideica, inhibición psicomotriz (depresión pura) o exaltación del humor, fuga de ideas, excitación psicomotriz
(manía pura). Pero, en diferentes circunstancias, se podría observar diferentes asociaciones de estas perturbaciones
fundamentales:
• En el paso de un polo al otro del acceso bipolar, la inversión de los síntomas puede no ser sincrónica; se obtiene
entonces diferentes mezclas de síntomas de las dos fases.
• Existen casos en que todo el acceso es mixto. Algunos son conocidos desde hace mucho Tiempo: melancolía agitada,
manía confusa, donde el curso de las ideas está netamente perturbado; manía colérica, donde un humor depresivo se
une a la excitación general.
• Junto a estas formas delimitadas, la noción misma tiene otra utilidad, determinada por su flexibilidad. Se tratará
esencialmente de hacerle recubrir el resto de los estados que los alemanes incluían hasta entonces en las locuras
intermitentes periódicas. En sus ediciones precedentes, Kraepelin describía en ese marco los Wahnsim periódicos
(1887) o los delirium periódicos, encontrando un lugar para los estados delirantes y alucinatorios agudos que no
desembocan en un delirio crónico o en un estado deficitario. De manera característica el criterio evolutivo y un análisis
psicológico cuyo carácter atomista se señalará de pasada (wundtien) permiten agrupar síndromes clínicamente
heterogéneos en una "entidad mórbida‖.
* La demencia precoz: es el nuevo nombre para el grupo de los procesos demenciales, incluyendo la segunda forma
paranoide (paranoias alucinatorias, delirios sistematizados fantásticos), y la demencia paranoide. Todas desembocan en
estados terminales muy parecidos, con síntomas fundamentales idénticos. La naturaleza especial de la demencia es
claramente percibida por Kraepelin: la inteligencia, la orientación, la memoria, están intactas; la afectividad, la voluntad,
el razonamiento (en síntesis, la personalidad) están afectadas primaria y profundamente; cada función especialmente en
cada forma: hebefrenia, catatonia, demencia paranoide. Ellas desembocan principalmente en estados terminales muy
parecidos pero también que se encuentra en ellas nuevamente síntomas fundamentales idénticos (reagrupamiento en
base a un análisis psicológico):
- la distinción de los síntomas fundamentales (repliegue afectivo, indiferencia, afección consecutiva de la
voluntad: falta de voluntad, perturbación del curso del pensamiento y del razonamiento, "pérdida de la unidad
interior") y de los síntomas accesorios (alucinaciones, ideas delirantes, automatismos gestuales
catatónicos, accesos depresivos o excitativos, impulsiones).
- en la demencia precoz se incluyen los estados agudos (psiconeurosis) de los antiguos autores que
terminan en un estado disociativo secundario, pero también todos aquellos que parecen curar pero cuya
presentación clínica es homóloga a las formas cardinales de la enfermedad (síntomas catatónicos, síndrome
de influencia, delirio de persecución física, perturbaciones afectivas, perturbaciones del curso del
pensamiento). Son considerados entonces como brotes mórbidos resolutivos, que no dejan más que un
déficit muy ligero para ser manifiesto, lo que representa más una manera de ocultar el problema que una
solución satisfactoria.
- la inteligencia, la memoria, la orientación, están intactas; la afectividad, la voluntad, el razonamiento y en
consecuencia la personalidad, están por el contrario afectadas primaria y profundamente, cada una de esas
tres funciones especialmente en cada una de las tres grandes formas.
- el carácter nuclear de la hebefrenia, donde esta demencia predomina y donde los síntomas accesorios
son móviles, polimorfos y fugaces.
Este análisis se aplica perfectamente al primer grupo que Kraepelin constituyó así (hebefrenia, catatonía, demencia
paranoide; pero a partir de esta sexta edición agrega una segunda "forma paranoide", las paranoias (Verrückthertí)
fantásticas, en base a la similitud de los estados terminales (demencia vesánica: autismo, neologismos, delirio
9
hermético y estereotipado) y de los síntomas iniciales que le parecen manifestar la misma afección de las funciones
psicológicas que están en la base de la integridad de la personalidad. Sin embargo Kraepelin hará siempre, a nivel
clínico, la diferencia.
El plano de la terminación, los delirios fantásticos conservan cierta autonomía: sus formas terminales más frecuentes
se distinguen netamente de las de la hebefreno-catatonía. Este rasgo las acerca a la paranoia en sentido estricto
como, por otra parte, su edad de aparición, netamente más tardía que para el resto de la demencia precoz
Los caracteres generales de la psiquiatría alemana están en Kraepelin: lo elevado de su visión, sus tentaciones a las
síntesis y a la estrechez. Los puntos débiles:
* La dimensión etiológica: debilidad de la constitución del grupo endógeno
* La dimensión evolutiva: pone más importancia al estado terminal, en vez de una secuencia clínica.
* El análisis psicopatológico: importante en la demencia precoz; la vasta síntesis de muchas formas que no fue
aceptada fácilmente, a la que el mismo Kraepelin termina renunciando.
Kraepelin anuncia las tendencias y dificultades de la psiquiatría moderna.
Demencia precoz, o el grupo de las esquizofrenias: Bleuler
La idea de demencia precoz deriva en su totalidad de Kraepelin, como también el agrupamiento y descripción de los
distintos síntomas. Un aspecto importante del intento de perfeccionar y ampliar los conceptos de la psicopatología es
precisamente la aplicación de las ideas de Freud a la dementia praecox.
La observación de que una enfermedad aguda puede tener por resultado un daño permanente del órgano afectado ha
tenido en la psiquiatría una importancia mucho mayor que en cualquier otro campo de la medicina. Se ha convertido en
una cuestión vital saber cuáles de las formas agudas de la enfermedad culminan en estados incurables y cuáles no.
Kraepelin consiguió aislar un cierto número de síntomas presentes en afecciones con prognosis muy pobres, y ausentes
en otros grupos de enfermedades. Las psicosis caracterizadas por la presencia de estos síntomas fueron reunidas bajo
el término Dementia praecox. Cierto grupo de síntomas indica una tendencia al deterioro (demencia). Otras afecciones
agudas donde faltaban estos síntomas no parecían culminar nunca en daños secundarios (psicosis maníaco-
depresivas). La presencia del complejo de síntomas así seleccionado y definido, se caracteriza como una unidad al
amplio grupo de la demencia precoz. Pese a las múltiples manifestaciones clínicas externas, todos estos casos tienen
mucho en común, y son claramente distinguibles de otros tipos de enfermedad mental. Pese a que no siempre esta
afección tiene por resultado un completo deterioro, algunos importantes síntomas residuales son comunes a todos.
Además de una idéntica sintomatología, encontramos también los mismos resultados finales (cualitativamente, no
cuantitativamente), es decir, la misma dirección de la enfermedad. Otras psicosis no muestran ni la misma
sintomatología ni el mismo desenlace.
Se ha fracasado hasta ahora en hacer subdivisiones según cuadros clínicos externos; bajo el término demencia precoz o
esquizofrenia incluimos entonces a un grupo de enfermedades que pueden distinguirse claramente de todos los otros
tipos patológicos en el sistema de Kraepelin. Tienen síntomas comunes y prognosis semejantes, pero cuadros clínicos
extraordinariamente diversos. El desarrollo de este concepto (nacido en la quinta edición de la Psiquiatría de Kraepelin)
constituye una parte considerable de toda la evolución de la psiquiatría teórica.
El significado original del nombre ―demencia precoz‖ debería ser considerado irrelevante (ya no se lo considera un
―síntoma precoz‖, ni está relacionado solamente con las psicosis de la gente joven). Bleuler acuña un nuevo término para
la enfermedad porque dice que: demencia precoz solo designa a la enfermedad y no al enfermo; sostiene que no en
todos los casos aparece precozmente, y no siempre termina en demencia. Hay que darle un nuevo nombre que no
genere malentendidos, y se propone llamarlo ―esquizofrenia‖, porque el desdoblamiento de las distintas funciones
psíquicas es una de sus características más importantes.
Con el término “demencia precoz” o “esquizofrenia” designamos a un grupo de psicosis cuyo curso es a veces
crónico, y a veces está marcado por ataques intermitentes, y que puede detenerse o retroceder en cualquier etapa, pero
que no permite una completa restitutio ad integrum. Se caracteriza por un tipo específico de alteración del pensamiento,
los sentimientos, y la relación con el mundo exterior, que en ninguna otra parte aparece bajo esta forma particular.
En todos los casos se trata de un desdoblamiento más o menos nítido de las funciones psíquicas. Si la enfermedad es
pronunciada, la personalidad pierde su unidad; en diferentes momentos, diferentes complejos psíquicos parecen
representarla, y estos complejos no se combinan con un resultado unificado (como en una persona sana), sino que un
subconjunto de éstos domina la personalidad por un tiempo, y otros son segregados o impotentes. Las ideas son
elaboradas parcialmente, los conceptos dejan de ser completos, parecen prescindir de uno o más de sus componentes
esenciales, o sólo están representados por unas pocas nociones truncadas. El proceso de asociación será considerada
extraño o incorrecto por individuos normales. Con frecuencia el proceso del pensar se detiene en medio de un
pensamiento, o afloran nuevas ideas que ni el paciente ni el observador pueden relaciona con la anterior corriente de
pensamiento. El proceso de asociación opera con fragmentos de ideas y conceptos: da por resultado asociaciones que
individuos normales considerarían incorrectas, extrañas e imprevisibles.
10
No se puede demostrar trastornos primarios de la percepción, la orientación o la memoria. En los casos más graves,
parecen faltar expresiones emocionales y afectivas, o ser inadecuadas a los procesos intelectuales involucrados (otros
síntomas presentes: alucinaciones, ideas delirantes, confusión, estupor, manía y fluctuaciones afectivas melancólicas, y
síntomas catatónicos).
La demencia precoz puede ser dividida en cuatro subgrupos:
1) Paranoide (alucinaciones o ideas delirantes)
2) Catatonia (síntomas catatónicos dominantes)
3) Hebefrenia (mínimas accesorios no dominantes)
4) Esquizofrenia simple (síntomas básicos específicos)
LOS SINTOMAS FUNDAMENTALES
Los síntomas fundamentales consisten en trastornos de la asociación y la afectividad, la predilección por la fantasía en
oposición a la realidad, y la inclinación a divorciarse de la realidad (autismo).
Funciones simples alteradas:
* Asociación: Las asociaciones pierden su continuidad. Esta afección interrumpe a veces hilos aislados de
pensamiento, a veces grupos o grandes segmentos de ellos. El pensamiento se hace ilógico y extravagante.
Tienen importancia las asociaciones por el sonido, donde la semejanza sonora no es suficiente, y las
asociaciones indirectas. Dos o más ideas son condensadas en una sola. La estereotipia produce la tendencia a
aferrarse una idea que el paciente repite. Hay una escasez de ideas. Alguna idea domina la cadena de
pensamientos. Estos trastornos de asociación tienen por resultado estados de confusión. Existe la prisa en el
pensar, en el que la sucesión de pensamientos se incrementa patológicamente (flujo acelerado). También
aparece el fenómeno de obstrucción: como si la actividad hiciera un alto brusco y completo; cuando se reanuda
nuevamente surgen ideas que tienen escasa o ninguna relación con lo anterior. No son estados permanentes,
sino episodios aislados. La obstrucción puede extenderse sobre la psique, y el paciente se queda en silencio y
no se mueve. La obstrucción se puede encontrar en la esfera motriz, en las acciones, los recuerdos y las
percepciones. Este concepto lo acuñó Kraepelin. En su mayoría, los pacientes encuentran la obstrucción como
un estado desagradable. Pueden volverse ineficaces imágenes aisladas o combinaciones enteras de una
manera aparentemente fortuita. El pensamiento opera con ideas y conceptos que no tienen relación o tienen una
relación insuficiente con la idea principal. Solo en estados de estupor se detiene por completo el pensar. Las
asociaciones por sonido son muy frecuentes, no son siempre obvias (no es suficiente sólo el sonido), y tienen el
sello esquizofrénico de lo extravagante. A veces la asociación no es directa, sino que se relaciona con palabras
intermedias de igual sonido. Otra posibilidad es completar frases comunes por componentes comunes pero
inadecuados (una paciente enumera su familia: padre, hijo, y completa ―y espíritu santo‖). En algunos casos los
pacientes retornan a determinadas estructuras en la oración, una y otra vez. Aparecen nuevas conexiones
después de una ruptura total en el curso de los pensamientos; relaciones con ideas que han surgido
accidentalmente, condensaciones (palabras percha), asociaciones por el sonido, asociaciones intermedias y
persistencia de ideas (estereotipia). Estas conexiones son normales en las personas sanas, pero en la
esquizofrenia se encuentran exageradas. Los pacientes son aprisionados por un círculo de ideas al cual quedan
fijos: estereotipia. La estereotipia puede fijarse durante largo tiempo. La tendencia a la estereotipia combinada
con la carencia de propósito en el pensamiento conduce al pensamiento pegajoso: cierto tipo de persistencia y
un empobrecimiento general del pensar. Los pacientes hablan siempre de lo mismo y no se interesan por nada
más. Hay un desbordamiento de pensamientos porque no pueden retener nada en sus mentes, una urgencia de
pensar, acumulación de pensamientos. Los pacientes se sienten forzados a pensar. Estos fenómenos pueden
aparecer en el mismo paciente que en otro momento sufre de obstrucción. El contenido de los pensamientos
apremiantes es siempre el mismo. Hay que diferenciar la obstrucción (detención brusca de pensamiento,
movimiento, etc.) de la inhibición (proceso lento o dificultoso).
* Afectividad: La deterioración emocional es muy importante. En los casos más graves los enfermos dejan de
manifestar emociones. La indiferencia ante todo es el signo exterior de su condición. El instinto de conservación
es nulo. En los casos más leves la indiferencia puede estar disimulada. Al comienzo de la enfermedad hay una
hipersensibilidad, de modo que los pacientes se aíslan conciente y deliberadamente a modo de evitar todo lo que
pueda suscitarles emociones. Pero sus emociones carecen de profundidad. Hay una indiferencia parcial ante
intereses pasados. Se observan estados de ánimos básicos significativos. El estado puede ser de euforia,
tristeza o ansiedad. Los pacientes mezclan exteriorizaciones de diferentes estados de ánimo. Pasan de un
segundo a otro a exteriorizaciones de diferentes estados de ánimo, sin modificar el estado de ánimo básico.
Rápida alteración y rigidez emocional. Las peculiaridades emocionales de la esquizofrenia incluyen la
displicencia, la indiferencia, la irritabilidad, la gran labilidad afectiva (movilidad de humor, versatilidad), la
aparición caprichosa de emociones. Pueden surgir todos los matices emocionales, con su fuerza intensa, cuando
11
recuerdan el pasado. La capacidad psíquica de presentar emociones no ha desaparecido en la esquizofrenia.
Con frecuencia se descubren impulsos eróticos. En vez de interés se encuentra curiosidad. En la esfera de la
irritabilidad es donde mejor se conservan las emociones. Se puede conservar el amor maternal o paternal.
También se hallan rezagos de sentimiento de simpatía por los demás. No se les reconoce ni modestia ni
vergüenza. Son inaccesibles a las influencias y caprichosos. El énfasis emotivo en los procesos corporales están
menos afectados. Son impermeables a las necesidades dolencias físicas. La mayoría no es conciente de sus
trastornos afectivos y considera normal su reacción.
* Ambivalencia: Tendencia a otorgar a los psiquismos más diversos un índice positivo y uno negativo al mismo
tiempo. Siempre está presente, y es una consecuencia de los trastornos de la asociación. En la ambivalencia
afectiva el mismo suceso está acompañado de sentimientos agradables y desagradables. En la ambivalencia de
voluntad el paciente quiere y no quiere hacer algo. En la ambivalencia intelectual el paciente afirma y niega lo
mismo (―soy X; no soy X‖). Los pacientes no notan sus contradicciones. Piensan simultáneamente una cosa y su
inversa. Las tres formas de ambivalencia no se distinguen fácilmente. La ambivalencia manifiesta todas las
graduaciones hasta llegar al negativismo.
Las funciones simples intactas:
En contraste con las psicosis orgánicas, en la esquizofrenia la sensación, la memoria, la conciencia y la movilidad no
están afectadas directamente: si aparecen, son síntomas accesorios, fenómenos accidentales, alteraciones secundarias.
Las funciones compuestas
Las funciones complejas que resultan de las operaciones coordinadas de las funciones discutidas anteriormente, tales
como la atención, la inteligencia, la voluntad y la acción, están perturbadas en la medida que lo estén las funciones
simples de las que dependen. Sólo se considera aquí la asociación y la afectividad. La esquizofrenia se caracteriza por
una peculiar alteración de la relación entre la vida interior y el mundo exterior. La vida interior asume una preponderancia
patológica (autismo).
a) Relación con la realidad: Autismo
Los esquizofrénicos más graves, que no tienen más contacto con el mundo externo, viven en un mundo propio. Se
han encerrado en sus deseos (que consideran cumplidos), o se ocupan de sus ideas persecutorias; se han apartado
en todo lo posible del contacto con el mundo exterior. A este desapego de la realidad, junto con la predominancia de
la vida interior, se lo denomina autismo.
No es totalmente impermeable con el entorno el paciente. En los casos menos graves, todavía hay desenvolvimiento
con el mundo externo, pero lo que está en contradicción con sus complejos no existe para sus pensamientos o
sentimientos. Ejemplos: un paciente anhela la libertad, pero permanece indiferente cuando se produce. Otro intenta
cada día abrir una puerta mil veces; cuando se la deja sin cerrar, se turba y no sabe qué hacer. Otro pide una llave o
la presencia del doctor, y cuando se lo conceden, no sabe para qué lo ha pedido. Muchas veces el complejo del
autista no es notable desde afuera.
El autismo exterior es cuando el paciente trata de evitar la percepción de la realidad (mirando una pared vacía,
tapándose la cabeza con ropa). También ocurre que el autista tome la realidad por una ilusión, y su mundo fantástico
(o los estados alucinatorios) por real. Ya no creen en sus sentidos, y transforman la realidad por ilusiones y
alucinaciones. Sin embargo los pacientes siguen actuando de acuerdo a la realidad.
b) Atención
La atención es un fenómeno parcial de la afectividad, y se ve afectada cuando esta última se deteriora. Cuando falta
afectividad, no habrá atención activa. Mientras siga existiendo el interés, la atención será normal; pero cuando falta
la disposición afectiva falta también el impulso a seguir los procesos externos e internos, a dirigir la marcha de las
sensaciones y los pensamientos: no hay atención activa.
c) Voluntad
La voluntad es resultante de los diversos procesos afectivos asociativos, y se altera sobre todo por la postración
emocional. Se evidencia la pereza y la negligencia; en los casos moderados donde hay deseos, no se hará nada
para cumplirlos, o lo contrario: todo deseo se lleva a la práctica (debilidad volitiva) a cualquier precio. Se puede
presentar la abulia, o su opuesto (hiperbulia): ejecutan con la mayor energía lo que se las ha metido en la cabeza,
con una perseverancia extraordinaria. También sufren de lo opuesto: la incapacidad del paciente para resistir a los
impulsos que vienen de su interior. Llevan a la práctica cualquier deseo o fantasía inmediatamente. Evidencian
displicencia, volubilidad y vacilación. En la esfera de la volición, la obstrucción es particularmente notable; si es
persistente, es una forma del estupor catatónico.
12
d) La persona
Los pacientes saben quiénes son (siempre que el delirio no falsifique la personalidad), pero el ego nunca está totalmente
intacto: hay modificaciones, desdoblamientos.
e) “Demencia” esquizofrénica
El trastorno esquizofrénico de la inteligencia está caracterizado con la mayor claridad por el estado de las asociaciones y
de la afectividad. Es inadecuado designar con ―demencia‖ o ―imbecilidad‖ a la perturbación de la inteligencia en la
esquizofrenia. No hay pérdida de las imágenes de la memoria. Ni siquiera los esquizofrénicos más graves son dementes,
en el sentido de las psicosis orgánicas.
1) Actividad y comportamiento
La conducta esquizofrénica se caracteriza por la falta de interés, de iniciativa, y de una meta definida, por la adaptación
inadecuada al medio ambiente, por no considerar muchos factores de la realidad, por la confusión, por las repentinas
fantasías. Los casos leves viven esencialmente como personas normales, pero tienen una sensibilidad diferente, o una
particularidad. Limitan sus contactos con el mundo externo en un grado más o menos importante. Se vuelven
extravagantes. Los pacientes se apartan más y más de lo normal en su comportamiento. Tienen tendencia a la bufonería
y a coleccionar cosas.
LOS SINTOMAS ACCESORIOS
Los síntomas fundamentales no se manifiestan, en un comienzo, con la suficiente fuerza como para la internación; sino
que son los síntomas accesorios los que llevan a consultar. Estos síntomas accesorios pueden presentarse durante todo
el curso de la enfermedad, o solamente en períodos arbitrarios de ella. Estos síntomas pueden ser transitorios o de larga
duración. Son ellos los que proporcionan el sello exterior al cuadro patológico. Ellos incluyen: las alucinaciones e ideas
delirantes, las perturbaciones de la función de la memoria y los cambios de la personalidad, el habla, escritura y varias
funciones físicas modificadas, síntomas catatónicos.
a) Alucinaciones, ideas delirantes e ilusiones
En los esquizofrénicos hospitalizados, las ideas delirantes, y en particular las alucinaciones, ocupan el primer plano del
cuadro clínico. Las alucinaciones suelen preferir la esfera auditiva (escuchar voces, o en menor medida otros sonidos) o
las sensaciones corporales: táctiles, y en último lugar visuales, en estados de obnubilación o excitación alucinatoria
aguda. No es habitual que la alucinación involucre hechos cotidianos (porque no tienen significado especial) o
demasiado complejos (porque los pacientes están perimidos intelectualmente). Lo habitual es que las voces amenacen,
critiquen y consuelen en frases breves o bruscas, formulando todos sus impulsos y temores. Suelen dar órdenes y
contraórdenes, aprobaciones y rechazos simultáneos, prohibiciones, o simples comentarios y descripciones de la
realidad, o repiten el pensamiento o el discurso del paciente. Las voces pueden provenir de cualquier órgano del cuerpo,
o de objetos externos.
Las sensaciones físicas (amor, dolor, tortura) pueden darse en cualquier órgano. También un paciente puede creer
firmemente que está ejecutando cierta acción, cuando en realidad está quieto. Entre las alucinaciones corporales
esquizofrénicas, las sexuales son con mucho las más frecuentes y las más importantes. Estos pacientes experimentan
todos los goces y arrobamientos de las gratificaciones sexuales normales y anormales, pero más frecuentemente aún,
toda práctica obscena y repugnante que pueda concebir la fantasía más extravagante: erecciones dolorosas, extracción
de semen, violaciones, cópula con animales, daños a los órganos genitales, dolores, voces relacionadas con los
genitales. Las alucinaciones corporales tienen una tendencia especial a aparecer como alucinaciones reflejas (ataques,
muy a menudo de carácter sexual).
Las alucinaciones visuales son comparativamente raras. Pueden presentarse escenas completas, complementadas con
alucinaciones de los otros sentidos. Las alucinaciones táctiles también son raras, y suelen estar relacionadas con el
contacto de animales/insectos. Las alucinaciones en los esquizofrénicos tienen cuatro características independientes
entre sí:
1. Intensidad: La intensidad no tiene relación con la atención obsesiva. La intensidad puede
aumentar o disminuir con frecuencia según las oscilaciones de la enfermedad. La intensidad puede
variar. Admite un gran rango de valores, desde un susurro a una voz atronadora, desde un roce a una
tortura extrema
2. Claridad: La claridad puede aumentar o disminuir con frecuencia según las oscilaciones de la
enfermedad. Suelen ser vagas, pero no perturban en absoluto el efecto subjetivo de la experiencia
alucinatoria. La alucinación puede ser muy clara o muy vaga; en este último caso no perturba el efecto
subjetivo de la experiencia
3. Proyección: La proyección puede aumentar o disminuir con frecuencia según las oscilaciones
de la enfermedad. Muchas alucinaciones son proyectadas al exterior como percepciones reales, y no se
las puede distinguir subjetivamente. Las alucinaciones de las sensaciones orgánicas ocupan u lugar
13
especial: el cuerpo se convierte en el mundo exterior. a veces la alucinación aparece como externa, y
otras como interna: la voz que escuchan, ¿habla al oído desde afuera, o se percibe como un
pensamiento interno?
4. Valor de la realidad: Atribuyen realidad al contenido de las alucinaciones. Los pacientes no
están seguros de escuchar realmente voces, o de obligarse a pensarlas. Por lo general las voces
interiores no hablan, pero se sabe que dicen algo. Hay pacientes que ignoran las alucinaciones y hay
pacientes que actúan como si ellas fuesen más reales que la realidad misma. En su mayoría las
alucinaciones tienen el mismo valor de realidad que las percepciones reales, o mayor. Cuando ambas se
contradicen, se suele dar prioridad a las percepciones alucinatorias. Los pacientes no tienen una actitud
crítica hacia las alucinaciones
La actitud del paciente hacia las alucinaciones puede variar desde la indiferencia a la reacción más extrema. Algunos
pelean contra la alucinación (con cábalas, o tapándose los oídos, por ejemplo), y otros se abandonan a ella, si es
placentera.
b) Ideas delirantes
En las ideas delirantes puede encontrar expresión todo lo que se desea y teme; quizás todo lo que pueda ser
experimentado o concebido. La idea más frecuente es el delirio de persecución: imaginan que se los calumnia, son
víctimas de robos, les gritan cosas, los persiguen para esclavizarlos, torturarlos, envenenarlos, asesinarlos. Las fuerzas
hostiles están en todas partes: escondidos en las paredes, en otra habitación, en el aire, en su propio cuerpo. Son los
que provocan las voces y otras alucinaciones corporales. Los pacientes no están interesados en saber cómo hacen
estas cosas sus enemigos; les interesa más saber por qué lo persiguen.
El delirio de grandeza, que suele estar combinado con el delirio de persecución: enemigos que quieren robarle obras o
poder. Los delirios eróticos consisten en su mayoría de una mezcla de ideas grandiosas y de persecución. El
componente sexual rara vez está ausente en los delirios, aunque a veces puede estar oculto. Las ideas hipocondríacas,
en muchos casos, dominan el cuadro clínico: dolencias, debilidad, ideas de transformaciones o pérdidas corporales.
La duración de las ideas delirantes puede variar desde unos pocos segundos a toda la vida (ideas fijas). En algunos
casos duran sólo lo que dura el ataque, en otros casos crónicos las duraciones son largas. Es muy dudoso que las ideas
delirantes se corrijan (antes bien se olvidan por aburrimiento o repetición), en contraste con los errores de una psique
normal o con los delirios de una psicosis maníaco-depresiva. Muchas ideas delirantes retroceden cuando pierden su
valencia emocional por haber sido monótonamente repetidas. Los pacientes no corrigen sus ideas, sino que no piensan
más en ellas.
Las psicosis pasionales: Clérambault
Un sustrato afectivo se observa en los delirios maníacos, obsesiones y fobias, anomalías sexuales, delirios de
persecución, etc.
El paranoico delira con su carácter. El carácter es el total de emociones cotidianas mínimas convertidas en hábito y
cuya cualidad está prefijada para cada día. En los pasionales, por el contrario, se produce un nudo ideo afectivo inicial,
en el que el elemento afectivo está constituido por una emoción vehemente, profunda, destinada a perpetuarse sin cesar
y que acapara todas las fuerzas del espíritu desde el primer día. El inicio del delirio no está marcada en el pasado: tiene
una fecha precisa de comienzo. La desconfianza del paranoico rige las relaciones del yo con la totalidad de lo que lo
rodea y cambia la concepción de su yo; la pasión de los pasionales no la concepción que tienen de sí mismos, ni sus
relaciones con el entorno.
El pasional, ya sea erotomaníaco, reivindicativo o celoso, tiene desde el inicio de su delirio una meta precisa, y su
voluntad está dominada por el delirio. Su delirio pone en juego de entrada su voluntad, y eso es un rasgo diferencial: el
delirante interpretativo vive en un estado de expectación, el delirante pasional vive en un estado de esfuerzo. El delirante
interpretativo vive en el misterio, pasivo, quieto, observando, razonando, buscando explicaciones en el pasado, mientras
que el pasional, apurado, vive exigiéndose hacia una meta en el futuro, no delira más que en el dominio de su deseo:
sus razonamientos y su voluntad están polarizados. Todo el trabajo interpretativo queda reducido al espacio que se
extiende entre el objeto y el sujeto, el desarrollo de las concepciones no se hará circularmente sino en sector: si los
puntos de vista se alargan en el tiempo, será permaneciendo en el mismo sector, cuyo ángulo de abertura no cambia.
Contrariamente a este proceso, las concepciones en el interpretador irradian constantemente en todos los sentidos. La
conclusión es que su personalidad completa está amenazada o exaltada, la circunda una conspiración general, o bien es
rey de los mundos.
El interpretativo tiene a menudo puntos de vista retrospectivos, va a buscar explicaciones en el pasado. El pasional, que
está apresurado, mira siempre hacia el futuro. Las primeras y principales convicciones del pasional se obtienen por
deducción del postulado (en este autor el postulado reemplaza a la idea prevalente de Serieux y Capgras). El delirante
interpretativo no tiene una cadena de ideas subordinada a una idea madre (o directiva o prevalente), las ideas surgen de
todas partes; el pasional tiene una idea fija: muerta la idea, muere el delirio. En el núcleo ideo-afectivo que constituye el
postulado, el primero cronológicamente es la pasión. El mecanismo pasional de la erotomanía explica la presentación
hipomaníaca tan frecuente: el erotomaníaco y el reivindicativo son un excitable excitado. En razón de la noción de meta
dominante desde el origen, el erotomaníaco es desde antes del despecho un reivindicativo, pero condescendiente.
14
Comparte las ideas de Serieux y Capgras, pero añade que los dos cuadros de delirio proceden de un dato único: la
patogenia pasional. Es decir, los reivindicativos se separan de los interpretativos, aunque todos proceden de este dato
único. De rasgos pasionales tales como la animación inicial, el objetivo único y conciente de entrada, el olvido de
cualquier cosa menos de la pasión, es de donde deriva la limitación de las ideas de persecución y de grandeza, al
servicio de los intereses únicos de esta pasión, y la ausencia habitual de exceso en las concepciones terminales.
Si bien los delirios pasionales son en gran medida interpretativos, la interpretación es constante en los estados
emocionales, y en los delirios pasionales es secundaria. Hay casos mixtos (interpretación, delirio pasional), pero
infrecuente. Otro caso mixto: síndromes pasionales asociados a delirios alucinatorios, con o sin demencia.
Diferencia entre pasionales normales y perseguidos-perseguidores no enamorados: el pasional normal no cree ser
amado más que él ama, no pretende conocer el verdadero pensamiento del Objeto mejor que el Objeto mismo, no dice
que la conducta del Objeto hacia él es paradójica (contradictoria), no niega que el Objeto esté casado, todos sus
esfuerzos parte de la idea de que podrá y puede hacerse amar. Un diagnóstico no se puede establecer con un solo
signo. No hay un cuadro completo de la erotomanía, sólo hay descripciones sin criterio.
Paranoia (Lección 15): Kraepelin
Los delirios y las alucinaciones con frecuencia se pueden encontrar en estados psíquicos diferentes. Kraepelin sostiene
que la naturaleza del delirio es de poca ayuda para el encargado de formular un diagnóstico de un síndrome mórbido. El
enfermo desarrolla con tranquilidad y sin conmoverse todo un relato, que en sus trazos principales responde
efectivamente a la realidad. Lo que llama la atención desde las primeras frases es el contento de sí mismo, la pedantería
con que se jacta de su inteligencia y de su capacidad. Si uno les objeta a estos enfermos cuan lejos está la realidad de
sus deseos ellos suelen responder con indiferencia que son demasiado brillantez para ser comprendidos.
En este texto da el ejemplo del hombre de mundo que es acechado constantemente por la señora bulldog. Este hombre
relataba que la señora bulldog viene persiguiéndolo hace más de veinte años con proyecto de matrimonio; y le atribuye a
ella la culpa de que el vaya de fracaso en fracaso. En todas partes, comenta el paciente, nota las trampas de la señora
bulldog. Ella es la encargada de que nada le salga bien al paciente (perder su fortuna, no encontrar trabajo, estar
encerrado en el asilo). Vaya donde vaya ella lo encontraba. El enfermo suele escuchar con aire incrédulo de entendido
todos los argumentos que se intenta oponérsele: pero estos siquiera rozan su convicción. Y permanece igualmente
inquebrantable.
Los síntomas principales de la paranoia son las ideas de persecución y la estima excesiva de su persona.
Por otra parte, la comprensión la memoria y el conjunto de comportamiento son de lo más normales.
A las ideas de persecución, a pesar de que estén en contradicción con todo sentido común, el enfermo no siente la
necesidad de darles bases más sólidas, y las mantiene tenazmente. Estas ideas pueden existir muchos años bajo la
misma forma, y todos los acontecimientos de la vida diaria son interpretados en el sentido del delirio. Ve el mundo
entero a través de su delirio y las persecuciones que sufre se vuelven cada día más inverosímiles. Las alucinaciones
sensoriales no tienen parte alguna en el desarrollo de su delirio.
Es difícil de decir si lo que estos enfermos tienen alucinaciones o interpretaciones delirantes. Pero ocurre que
frecuentemente sus ideas persecutorias se relacionan con cualquier tipo de incidentes, interpretados de modo totalmente
especial. Se observa en la particular disposición a delirar de los enfermos una gran flaqueza de juicio; aún cuando se
toma el profesional la labor de hacerle entender toda la absurdidad de su delirio, el paciente no llega a rendirse a la
evidencia. La alta estima que tienen los pacientes de sí mismos es otra prueba de esta flaqueza de juicio: un fracaso
nunca reduce sus pretensiones. No manifiestan ningún trastorno en el terreno de la voluntad ni de la emotividad. Se
nota cierta susceptibilidad cuando uno discute con el sujeto de sus ideas delirantes o su supuesta superioridad. El resto
del tiempo encara a los acontecimientos y a la gente con la mayor naturalidad. La conducta de estos pacientes suele ser
irreprochable ya que no hay negativismo, manierismo, ni impulsividad. El enfermo no tiene la sensación que obedece
voces interiores, su acción esta causada por el delirio.
Kraepelin define a la paranoia como la afección en la cual la autofilia y las ideas de persecución se
desarrollan con la mayor lentitud, sin que la voluntad o la emotividad sean transformadas. En esta
Paranoia = Interpretadores Pasionales  - Erotomaníacos - Reivindicadotes -
Celosos
Delira con su carácter Núcleo Ideo-Afectivo inicial
No hay inicio preciso Fecha precisa de inicio
Cambia la concepción del mundo y del yo Afectado el terreno de la pasión
Concepciones irradian como una red
circular infinita
La interpretación crece en sectores
Coordinadas en un sistema Ideas no coordinadas, sino subordinadas. El
postulado se deduce de la idea-madre
15
enfermedad se instala un sistema que es a la vez producido por un delirio o por una manera especial de interpretarlo
todo por medio del delirio. Se instala una manera particular de ver las cosas que el enfermo adapta a cada
acontecimiento cuya presión le toca vivir. Su ritmo es esencialmente crónico y lento. Los pacientes comienzan por tener
sospechas, las que pronto se tornan en certezas, para dar lugar, finalmente, a una inquebrantable convicción. Las ideas
delirantes se injertan en hechos que son sometidos a una interpretación patológica. No se constatan jamás alucinaciones
sensitivas, salvo excepcionalmente; pero de tanto en tanto se constatan errores de la memoria. Como estos enfermos no
llaman demasiado la atención, su afección puede prolongarse durante largo años sin que se la perciba, y solo raramente
se halla en los asilos. Por lo general, al cabo de unos diez años de comenzado el delirio aparece un relajamiento
demencial bastante pronunciado. Es difícil que acepten el tratamiento en el asilo debido a la autofilia; luchan por
conseguir la libertad.
En este escrito Kraepelin da el ejemplo de un sastre que tuvo un problema con un oficial de justicia que lo quiso
desalojar de su local. Instantáneamente después de este episodio el enfermo comenzó querellas legales contra distintas
personas que relacionaba a lo que el sintió como una injusticia. Terminó en la cárcel por encerrar en la casa a algunos
acreedores; los diarios se burlaron repetidamente de su caso, y el hombre, para lograr la rectificación de la difamación,
recurrió a todas las instancias posibles. En las largas cartas - que contienen y repiten las mismas incoherencias - que
escribe a las autoridades (en creciente jerarquía a medida que lo ignoran) se puede ver la excitación del autor, las
interpretaciones absurdas de la ley, su precipitación. El sastre sigue trabajando, y los clientes, fuera de sus peticiones,
no notan nada de su afección. Al contar su historia, el paciente se da cuenta de su situación y no confunde los hechos
del pasado. Como en sus cartas, oralmente usa siempre los mismos giros gramaticales. Culpa de todos sus males al
primer abogado que lo demandó, pese a que hace seis años que ya no está relacionado con la causa. Cree que hay una
alianza secreta, una conjura de todos en su contra. Niega todos los argumentos en su contra, no quiere reconocer que
se pudo haber equivocado; desconfía de quien lo contradice y lo hace parte de la conjura.
Haciendo abstracción de sus peticiones, no se nota nada anormal. Los enfermos se dan cuenta de su situación y no
confunde los hechos del pasado. Cuentan sus altercados con la justicia con la mayor volubilidad y encuentran en ello
cierta satisfacción. Al enfermo no le resulta embarazoso ninguna observación que se le haga; acumula detalles y
detalles. Al cabo de cierto tiempo se agrega cierta tendencia a saltar de una idea a otra y a utilizar siempre los mimos
giros gramaticales en sus frases. El sastre que se cita como ejemplo, culpa al abogado que lo había demandado de
todas sus desgracias, aunque hacía varios años que no tenía relación: atribuye todos los contratiempos que luego se
produjeron a aquella situación primera. A todos los sinsabores judiciales, estos pacientes le atribuyen un único y mismo
origen. Poco a poco los pacientes incriminan a varias personas, que agrupan en una asociación que trabaja en su
contra. Se trata de fenómenos reales, pero visto e interpretados de manera especial. El enfermo es absolutamente
ineducable, es imposible hacerle entender nada de nada. No reconoce que se haya equivocado o que ha exagerado la
importancia de los hechos. En cuanto se aborda el tema, el paciente se vuelve desconfiado; y si se lo contradice
comienza a pensar que uno forma parte de sus adversarios. Algunas de las líneas que caracterizan el cuadro son: ideas
de persecución, que están referidas a un punto bien determinado y que adquiere cada vez mayor extensión;
ningún razonamiento sería susceptible de infringirlo. Esto habla de un delirio profundamente enraizado en el
individuo psíquico, donde ha alcanzado a formar un sistema. Además existe en el paciente un indudable
empobrecimiento intelectual que se traduce en la monotonía y la pobreza ideativa y sobre todo en la poca influencia que
las más sensatas objeciones tienen sobre él. La memoria general de estos pacientes es fiel, pero no está intacta. En lo
emocional se puede observar que su opinión de sí mismo es de lo más exagerada: se muestra como pareciendo
superior, le gusta darse brillo con sus conocimientos jurídicos y, a pesar de sus continuos fracasos, espera con total
confianza que su asunto termine exitosamente. Consideran que su caso es de la mayor importancia. A pesar de todos
los infortunios que trae para sus seres queridos su delirio, el paciente acusa de su mala suerte a sus enemigos y a la
justicia. Los reclamos se multiplican y son cada vez mayores.
Esta odisea muestra el estado de los alienados querulantes, consiste en encarar los hechos a través de una
interpretación delirante, está presente el mismo empobrecimiento mental, primero poco notorio, pero que avanza
LENTAMENTE. En su conjunto es la misma subordinación de la conducta al delirio, en tanto que la memoria y la
actividad psiquica se hallan muy poco modificadas. En el caso de los dos enfermos se trata de casos INCURABLES.
El delirio de querulancia representa una variedad ligeramente diferente de la paranoia. La afección comienza
normalmente promediando la edad media de la vida, cuando el sujeto viene de ser víctima de una injusticia a veces
imaginaria o a veces seria; es en torno a esta que se desarrolla y todo el conjunto complejo y confuso de
representaciones mentales y de actos delirantes. Los querulantes no son siempre querellantes: fuera del delirio se
comportan como gente suave y tranquila. Representa un fenómeno degenerativo; esta hipótesis se ve confirmada por la
lentitud de su desarrollo, por la cronicidad, por la incurabilidad del mal, y la escasa importancia que las influencias
objetivas engendran.
16
La locura sistemática o Paranoia: Kraepelin
Kraepelin comienza el artículo haciendo un poco de historia. Comenta que un gran número de psiquíatras alemanes
designan con el término de paranoia a todas las enfermedades mentales funcionales en el curso de las cuales el
trastorno exclusivo concierne a la capacidad de juicio. Es la instalación de ideas delirantes o de ilusiones sensoriales que
caracteriza a la enfermedad. Esto lo diferencia de la manía o la melancolía, donde los trastornos son sobre todo de
orden afectivo. Kraepelin sostiene que la aparición de trastornos del juicio en el curso de las enfermedades afectivas es
una consecuencia de un trastorno primitivo del humor, que puede ser triste o alegre. La paranoia no es cualquier
psicosis en la que dominan los trastornos del juicio. No existe la "paranoia aguda": si la paranoia es una enfermedad,
sólo puede ser aguda o crónica.
Hay casos en que se instalan paralelamente ideas delirantes (extravagantes y ricas o muy pobres desde el principio,
para luego modificarse y sucederse hasta pasar a segundo plano) y una declinación de las facultades mentales. Son
cuadros hechos sobre el modelo del ataque hebefrénico, catatónico o senil, y se puede prever la significación secundaria
del delirio por un lado, y el aspecto de su resultado terminal por el otro. En otros casos hay un desarrollo precoz y
progresivo de un sistema delirante permanente e inconmovible, con una total conservación de las facultades mentales.
Para estas formas se reserva el término "paranoia": conducen al sujeto a un trastorno total y a una mutación de sus
opiniones respecto a las personas y los acontecimientos que lo rodean.
Entonces, para el diagnóstico de algunos estados, era más importante saber si los trastornos del humor o del juicio
habían aparecido desde el comienzo, o, por el contrario, durante la evolución de la enfermedad. Kraepelin crítica a esta
nosografía porque sostiene que solo se basaban en síntomas superficiales. Así, como la evolución de la enfermedad no
era determinante, solo persistían como signos característicos los trastornos del juicio, las ideas delirantes, las ilusiones
sensoriales. Kraepelin considera errónea toda evolución que haya tenido hasta ese momento el concepto de paranoia.
La ve como un trato de los principales errores de la psiquiatría alemana, que se basa únicamente en los síntomas y que
delimita entidades nosográficas a partir de hipótesis sofisticadas.
La hipótesis de base que consiste en oponer los trastornos del juicio a los trastornos afectivos, es únicamente de orden
psicológico y no de orden clínico.
Kraepelin afirma que hasta ese momento todo intento de delimitación del grupo de la paranoia, y de distinción de esta
respecto de otro grupo de enfermedades mentales, llegó regularmente a la conclusión que habían numerosas formas
mixtas o de transición, lo cual dejaba sin aire a la noción misma de paranoia. Por estas razones Kraepelin descarta la
diferencia entre enfermedades del juicio y enfermedades afectivas.
Kraepelin no considera que las ilusiones sensoriales y las ideas delirantes no sean útiles para prever la evolución de una
enfermedad, ya que estas aparecen en muchas formas de enfermedad distintas.
El mejor medio de apreciar las características de una enfermedad, establece Kraepelin, es observar su evolución y
desenlace. A través de este planteo Kraepelin reestructura el concepto de paranoia.
Este planteo asegura que ante un grupo de casos que tengan el mismo resultado final se esta en condiciones de
distinguir particularidades clínicas en el interior de cada caso y se podrá apreciar más finamente el pronóstico de otros
casos análogos.
Por esta razón el profesional es capaz de distinguir entre manifestaciones parecidas de cuadros muy distintos, de
establecer un diagnóstico evolutivo a partir de signos característicos y de apreciar exactamente la significación
pronóstica de determinados estados.
Kraepelin también reestructura la forma de diagnosticar. Kraepelin combate contra los diagnósticos que solo
etiquetan, sin rescatar nada para casos futuros. A estos médicos nunca un diagnóstico los decepcionará, ya que están
vacíos, pero tampoco les aportará nada. Los únicos estados patológicos que Kraepelin asemeja a la paranoia son
aquellos que evolucionan globalmente del mismo modo que ella. No cree en la noción de paranoia aguda.
Kraepelin define a la paranoia como un estado en el curso del cual se desarrolla, precoz y progresivamente, un
sistema delirante, de entrada característico permanente e inconmovible, pero con una total conservación de las
facultades mentales y del orden de los pensamientos. Son ellas las que conducen al sujeto a un trastorno total de
toda la concepción de su existencia y a una mutación de sus opiniones respecto de las personas y los acontecimientos
que lo rodean.
La progresión de esta enfermedad es de manera muy lenta. Durante la fase inicial, que a menudo se extiende por
muchos años, aparecen una cierta depresión y una cierta desconfianza, así como quejas corporales vagas y temores
hipocondríacos, El enfermo está insatisfecho de su suerte: se siente dejado de lado. Es así que el enfermo, en secreto y
de manera progresiva, va abriéndose un abismo cada vez mayor entre él y su entorno. Se mantiene apartado de su
entono y se muestra distante, busca la soledad a fin de no ser molestado. El enfermo conserva en él la terrible nostalgia
de algo grande y elevado, la necesidad secreta de un proyecto grandioso.
Poco a poco se refuerza en el paciente la idea de haber nacido para una gran causa. Poco a poco sus concepciones y
sus pensamientos patológicos comienzan a influenciar sus percepciones. Luego su hipersensibilidad y su desconfianza
crecen. Comienza a atribuir significaciones ocultas o una intención deliberada de ofenderlo. Sienten que en todas partes
la atención está dirigida a ellos.
El enfermo ve demasiado bien que todo está fabricado con refinada malicia y que se trata simplemente de un arreglo
artificial de coincidencia detrás del cual se disimula una oscura maquinación y golpes bajos. Toda esta organizado para
engañarlo e impedirle defenderse ante los ataques. Habitualmente, en forma paralela al delirio de persecución se
desarrollan ideas de grandeza, que pueden ser ubicadas como una estima de sí muy alta.
17
Las ideas de grandeza incluyen que el enfermo se vea a sí mismo como particularmente dotado, después de algunos
años de evolución de la enfermedad, puede comenzar a sospechar que no es hijo de sus padres, sino que su origen es
mucho más ilustre y glorioso. Todas estas experiencias y concepciones realizan una extensa red de relaciones
misteriosas de las cuales el enfermo es el centro.
Hay un subtipo, la paranoia erótica, donde el enfermo observa que una persona excepcional por su situación muy
elevada, pero del otro sexo, real o imaginaria, le quiere bien y le concede una atención muy particular que no pasa
desapercibida. Pero el enfermo solo se entera por una mirada apenas esbozada, de las alusiones disimuladas, del diario
o a través de rodeos de su amor.
Los signos de persecución se incrementan con el progreso de la enfermedad. Toda la tonalidad de este amor es la de un
apasionamiento romántico, platónico, mientras que el enfermo no tiene relaciones sexuales, sino solamente practican el
onanismo. Después de todo este período de exaltación aparece una profunda contrición, un sentimiento de imposibilidad
frente al ideal aureolado de tantas ventajas, una decepción frente a los rechazos que no comprende, así como un delirio
impreciso de decepción y de culpa. La aparición de todas las ideas delirantes se hace sobre la base de interpretaciones
patológicas de acontecimientos reales. Un poco más tarde se establecen relaciones de causa a efecto entre dos
acontecimientos fortuitos pero sucesivos. Las ilusiones sensoriales son mucho más raras que las interpretaciones
delirantes de acontecimientos reales. Solo se encuentran aisladamente ilusiones auditivas. Un trastorno que juega un rol
importante en la aparición del delirio son las ilusiones de la memoria. A través de ellas el enfermo desfigura las
experiencias del pasado: las ilusiones de la memoria nublan su vista. El carácter común de todos estos enfermos es su
inquebrantabilidad: aunque a veces el enfermo reconoce que es incapaz de aportar una prueba formal de la validez
de sus concepciones, toda tentativa de mostrarle el aspecto delirante de estas choca contra un muro. No tienen en
absoluto conciencia de su enfermedad, y todo reproche lo toman como obra de sus perseguidores. El humor del enfermo
está estrechamente ligado a su delirio. Vive sus persecuciones imaginarias como una suerte de tortura psíquica y se
siente continuamente inquietado y supliciado; deviene suspicaz, huraño, irritable. Por el contrario, permanece satisfecho
de sí mismo, pretencioso de tener siempre la razón. A menudo el humor varía por razones delirantes. Las actividades y
el comportamiento del enfermo pueden permanecer durante mucho tiempo casi inalterados. Aunque se considera muy
dotado, el enfermo nunca realiza algo positivo y solo tiene sinsabores en todas partes. A fin de evitar todas las
persecuciones, el enfermo cambia de trabajo y de vivienda constantemente; pero este método solo le dura un coto lapso,
hasta que se da cuenta que vaya donde vaya están sus perseguidores. A veces intenta llamar la atención sobre su
persona y su pobre condición por medio de comportamientos extravagantes; pueden existir tentativas de suicidio. Las
ideas de grandeza pueden convencer al enfermo de acercarse a sus ilustres padres. Son por lo general los
comportamientos peligrosos los que conducen al enfermo al asilo. Cuando ingresan al asilo, los enfermos se resignan
creyendo que pronto será descubierto el error. En estos momentos el enfermo oculta sus ideas delirantes. Poco a poco
se le vuelve claro que el sistema secreto de las persecuciones tiene prolongaciones en el interior del asilo. En otros
casos considera el estadio en el asilo como una prueba que debe soportar antes de llegar a su misión grandiosa; esto no
lo deprime, por el contrario, le confirma su misión importante. La evolución posterior de la enfermedad es habitualmente
muy lenta: se extiende por muchos años de manera casi inalterada. Solo tras la evolución de varias décadas se
manifiesta un debilitamiento psíquico creciente a vivacidad de espíritu mientras todo el sistema delirante no cesa de
enriquecerse. La frecuencia de la paranoia no es muy grande: no alcanza el uno por ciento. Los hombres parecen más
frecuentemente afectados que las mujeres. Una disposición hereditaria a los trastornos mentales juega un rol importante.
Las adversidades del destino, las decepciones, la soledad, la lucha contra la miseria y las privaciones son causas de
esta enfermedad. Pero también debe tenerse en cuenta que los sin sabores son consecuencia del comportamiento del
enfermo, perturbado tiempo atrás. En general la enfermedad se inicia entre los veinticinco y cuarenta años.
Kraepelin sostiene que con una observación atenta no es difícil el diagnóstico de esta enfermedad. Se debe prestar
atención a la lentitud de la evolución, el carácter particular de las ideas delirantes que se enlazan unas a otras, la
conservación de la inteligencia, los pensamientos y el comportamiento. La paranoia existe desde muchos años antes de
ser reconocida. Ulteriormente, todos los pensamientos y todas las acciones del enfermo están totalmente bajo la
influencia del delirio, donde no escuchará razones y defenderá sus ideas obstinadamente. El tratamiento de estos
enfermos no tiene más que un fin: evitar, merced de ocupaciones y distracciones, que se hundan en sus ideas
delirantes. En algunos casos los enfermos son capaces de vivir en libertad sin dificultades graves, a pesar de la
enormidad de su delirio. Hay otros casos (demencia precoz, parálisis general, demencia senil o locura maníaco
depresiva) que pueden presentar transitoriamente un cuadro análogo.
El delirio de querulancia representa una forma evolutiva bien particular de los delirios sistematizados. El postulado de
base en este cuadro clínico está representado por la convicción de un perjuicio real y de la necesidad imperiosa para el
enfermo de pelear hasta el fin por la reparación de esta injusticia que está persuadido de haber sufrido. Esta convicción
se injerta sobre una desventaja cualquiera de la que el enfermo fue víctima de muy buena fe, en el curso de un proceso.
Es incapaz de reconocer sus errores, de evaluar la situación objetivamente, de tener en cuenta el punto de vista
opuesto, y busca únicamente que se tomen en cuenta sus concepciones y sus deseos personales de manera total. Lo
que caracteriza al querulante es su incapacidad de comprender la verdadera justicia, por una parte, y el acento que pone
sobre sus propios intereses por otra.
El punto de partida del delirio está constituido por un desarrollo de una concepción errónea que arranca en el momento
en que tiene lugar el juicio, que es siempre insuficiente. Aún las pruebas más convincentes no tienen efecto sobre ellos,
pues no reconocen el valor de la investigación de los hechos. Es decir, El punto de partida del delirio es un juicio
―insuficiente‖: aún las pruebas más flagrantes no tienen efecto sobre ellos.
18
La naturaleza patológica del curso de pensamiento deviene evidente poco a poco: ante las derrotas, los testigos pasan a
ser perjuros, los abogados y magistrados, malhechores. Cree que las declaraciones se deforman, se falsifican las actas
e informes, llegan a creer que se tiene algo contra su propia vida (envenenamiento).
Por su inquebrantabilidad, esta convicción absoluta de un prejuicio judicial, se revela delirante desde el inicio. Todas las
proposiciones que van al encuentro de sus concepciones son concebidas por el enfermo como mentiras: todos los
demás son locos o mentirosos. La inteligencia y la memoria de los querulantes parecen, al comienzo, intactas. Un
examen profundo permite, sin embargo, demostrar que el enfermo no comprendió por completo el sentido de su
exposición, y que deforma las frases más simples. Su relato se deforma en el sentido de su delirio cada vez que lo
repite. Todo el interés y charla del querulante se reduce a su asunto. Todo pensamiento y diálogo es conducido a su
único tema de interés. Una muy alta estima de sí es un signo que acompaña constantemente al delirio del querulante. Se
encuentra también en los querulantes una irascibilidad netamente superior a la media, y la incapacidad para reflexionar
con tranquilidad. Con el paso del tiempo, la obstinación y la exaltación apasionada no hacen más que acrecentarse.
Suelen escribir interminables cartas y declaraciones. Todo lo demás es sacrificado en beneficio del andar patológico, y
todas sus relaciones se perturban. La inteligencia está intacta a lo largo de toda la evolución y el orden del pensamiento
está conservado. Se descubre siempre una completa coherencia de los contenidos del delirio. Cualquiera sea el punto
de partida de una conversación, sus pensamientos lo llevan a su delirio, retornando sin cesar un su discurso, repetido e
irreprimible. Por más que pase el tiempo, nunca toma conciencia del estado mórbido. Después de un cierto tiempo de
evolución de la enfermedad, se instala constantemente un debilitamiento psíquico. Los discursos y declaraciones del
enfermo devienen cada vez más pobres, monótonos e incoherentes. La irascibilidad se disminuye, el enfermo deviene
apático, inofensivo e indiferente; comienza a dejar de esperar respuestas. Pero no modifica en absoluto sus convicciones
delirantes. Kraepelin sostiene que este diagnóstico presenta dificultades al comienzo, por confundirse con otros cuadros
clínicos. Para el diagnóstico del delirio de querulancia es preciso retener en particular: ante todo la constitución de un
sistema de ideas delirantes, la total incapacidad de aprender de la experiencia, la continua extensión de las ideas de
persecución que conciernen a un número cada vez mayor de personas, el desarrollo del todo el sistema delirante a partir
de un punto único que permanece siempre en primer plano y que viene de intrincarse siempre con todos los
pensamientos del enfermo. El conflicto primitivo nunca encuentra fin: no c esa de amplificarse desmesuradamente y solo
halla la salida aparentemente por la fuerza. Las verdaderas causas del delirio de querulancia se ubican en una
predisposición mórbida, en general hereditaria. La enfermedad se desencadena entre los treinta y cinco y cuarenta y
cinco años, o más tarde. La evolución de la enfermedad comporta un debilitamiento psíquico más o menos pronunciado
así como ideas delirantes persistentes. Pueden observarse períodos de mejoramiento notable, donde los enfermos
esconden bien sus puntos de vista. El tratamiento de estos enfermos tiene por fin sustraerlos de su entorno durante lago
tiempo, puesto que este los excita. El asilo puede transitoriamente modificar las cosas, como una mudanza puede
modificarlas de manera durable, siempre que el enfermo no sea un peligro público.
Síntomas del Delirio de interpretación: Serieux y Capgras
- Síntomas positivos: A- Concepciones delirantes: variedades, grados de verosimilitud y sistematización, disimulación.
B- Interpretaciones delirantes: 1 exógenas o tomadas del mundo exterior. 2 endógenas tomadas: a) del estado orgánico;
b) del estado mental; interpretación de los recuerdos: delirio retrospectivos. Transformación del mundo exterior: falsos
reconocimientos.
- Síntomas negativos: A- Estado mental: persistencia de la integridad de las facultades intelectuales y de los sistemas
afectivos. Lenguaje, escritos, conducta. B- Ausencia de trastornos sensoriales: a veces alucinaciones episódicas
(síntoma accesorio y transitorio).
El delirio de interpretación se caracteriza por la existencia de dos órdenes de fenómenos en apariencia contradictorios:
por un lado los trastornos delirantes manifiestos, por el otro una conservación increíble de la actividad mental.
Síntomas positivos: Las manifestaciones mórbidas del delirio de interpretación residen en las concepciones e
interpretaciones delirantes.
1. Concepciones delirantes: aparece como el síntoma principal y llama la atención el tema novelesco. Se
encuentran ideas de persecución y de grandeza, aisladas, combinadas o sucesivas. Las ideas de celos,
místicas o eróticas son frecuentes. A veces se observan ideas hipocondríacas. Nunca hay ideas de
negación. Saben defender sus ficciones a través de argumentos tomados de la realidad. Por lo general
se mantienen dentro del dominio de lo posible, lo verosímil. La coordinación de estas concepciones en
un sistema se realiza de un modo muy variable. La falta de sistematización proviene tanto de la
abundancia de las interpretaciones que desorientan al enfermo, como el carácter dubitativo de este
último. En algunos casos surgen, en vez de convicciones, dudas delirantes: el hecho delirante es
considerado no como seguro, sino como posible. Estas concepciones delirantes permanecen de manera
secreta. La disimulación es tan frecuente que casi podría considerarse un síntoma. Como la conducta
permanece correcta, esta disimulación se convierte para el médico en una fuente de enormes
dificultades, ya que puede durar mucho tiempo. La disimulación de ideas de grandeza es particularmente
frecuente. A veces el paciente se calla, no por disimular, sino porque tiene conciencia de lo inverosímil
de su delirio.
2. Interpretaciones delirantes: Los interpretadores no inventan completamente los hechos imaginarios; no
se trata de ficciones sin fundamento o ensueños de una fantasía enfermiza. Se conforman con
desvirtuar, disfrazar o amplificar hechos reales: su delirio se apoya más o menos exclusivamente en los
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria
Psiquiatria

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Guia deestudio 1º parcial
Guia deestudio 1º parcialGuia deestudio 1º parcial
Guia deestudio 1º parcial
Maria Domé
 
Resumen 3º conjunto
Resumen 3º conjuntoResumen 3º conjunto
Resumen 3º conjunto
Maria Domé
 
Psicopatologia038 20072
Psicopatologia038 20072Psicopatologia038 20072
Psicopatologia038 20072
Maria Domé
 
Psicopatologia037 20072
Psicopatologia037 20072Psicopatologia037 20072
Psicopatologia037 20072
Maria Domé
 
Psicosis irreversibles k
Psicosis irreversibles kPsicosis irreversibles k
Psicosis irreversibles k
Maria Domé
 
Neuropsicosis o psiconeurosis de defensa
Neuropsicosis o psiconeurosis de defensaNeuropsicosis o psiconeurosis de defensa
Neuropsicosis o psiconeurosis de defensa
Alvaro Alvite
 
Psicopatologia (autoguardado)
Psicopatologia (autoguardado)Psicopatologia (autoguardado)
Psicopatologia (autoguardado)
Johnsem
 

La actualidad más candente (20)

Guia deestudio 1º parcial
Guia deestudio 1º parcialGuia deestudio 1º parcial
Guia deestudio 1º parcial
 
Resumen 3º conjunto
Resumen 3º conjuntoResumen 3º conjunto
Resumen 3º conjunto
 
Teorico 4
Teorico 4Teorico 4
Teorico 4
 
Psicopatologia038 20072
Psicopatologia038 20072Psicopatologia038 20072
Psicopatologia038 20072
 
Psicopatologia037 20072
Psicopatologia037 20072Psicopatologia037 20072
Psicopatologia037 20072
 
Teorico 3
Teorico 3Teorico 3
Teorico 3
 
Resumen freud
Resumen freudResumen freud
Resumen freud
 
Psicosis irreversibles k
Psicosis irreversibles kPsicosis irreversibles k
Psicosis irreversibles k
 
Neurosis2
Neurosis2Neurosis2
Neurosis2
 
Neuropsicosis o psiconeurosis de defensa
Neuropsicosis o psiconeurosis de defensaNeuropsicosis o psiconeurosis de defensa
Neuropsicosis o psiconeurosis de defensa
 
Enfermedad mental y personalidad
Enfermedad mental y personalidadEnfermedad mental y personalidad
Enfermedad mental y personalidad
 
Bleger, jose psicologia de la conducta
Bleger, jose   psicologia de la conductaBleger, jose   psicologia de la conducta
Bleger, jose psicologia de la conducta
 
Trabajo final metodo psicoanalitico enero
Trabajo final metodo psicoanalitico eneroTrabajo final metodo psicoanalitico enero
Trabajo final metodo psicoanalitico enero
 
Introducción al Psicoanálisis
Introducción al PsicoanálisisIntroducción al Psicoanálisis
Introducción al Psicoanálisis
 
Psicopatologia clinica
Psicopatologia clinicaPsicopatologia clinica
Psicopatologia clinica
 
Histeria - 2 nov 2011
Histeria -  2 nov 2011Histeria -  2 nov 2011
Histeria - 2 nov 2011
 
Introducción al Psicoanálisis
Introducción al Psicoanálisis Introducción al Psicoanálisis
Introducción al Psicoanálisis
 
Conferencia 16
Conferencia 16Conferencia 16
Conferencia 16
 
Neurosis actuales 2
Neurosis actuales 2Neurosis actuales 2
Neurosis actuales 2
 
Psicopatologia (autoguardado)
Psicopatologia (autoguardado)Psicopatologia (autoguardado)
Psicopatologia (autoguardado)
 

Similar a Psiquiatria

La constitución del concepto freudiano de psicosis
La constitución del concepto freudiano de psicosisLa constitución del concepto freudiano de psicosis
La constitución del concepto freudiano de psicosis
Maria Domé
 
34 lacan - otros trabajos de jacques lacan
34   lacan -  otros trabajos de jacques lacan34   lacan -  otros trabajos de jacques lacan
34 lacan - otros trabajos de jacques lacan
Djalma Argollo
 
34 otros-trabajos-de-jacques-lacan
34 otros-trabajos-de-jacques-lacan34 otros-trabajos-de-jacques-lacan
34 otros-trabajos-de-jacques-lacan
godoy guillermo
 
El establecimiento de la psicología científica
El establecimiento de la psicología científicaEl establecimiento de la psicología científica
El establecimiento de la psicología científica
Jaqueline Estrada Gonzalez
 
Psicoterapia clase 1 ugm 2023 aproximación histórica mirada psicoanalisis
Psicoterapia clase 1 ugm 2023 aproximación histórica mirada psicoanalisisPsicoterapia clase 1 ugm 2023 aproximación histórica mirada psicoanalisis
Psicoterapia clase 1 ugm 2023 aproximación histórica mirada psicoanalisis
ssuserefa1bd
 
Historia clinica y entrevista psiquiatrica
Historia clinica y entrevista psiquiatricaHistoria clinica y entrevista psiquiatrica
Historia clinica y entrevista psiquiatrica
Bobtk6
 
Trastornos del estado de animo 2 teorias
Trastornos del estado de animo 2   teoriasTrastornos del estado de animo 2   teorias
Trastornos del estado de animo 2 teorias
pslorena
 

Similar a Psiquiatria (20)

La constitución del concepto freudiano de psicosis
La constitución del concepto freudiano de psicosisLa constitución del concepto freudiano de psicosis
La constitución del concepto freudiano de psicosis
 
34 lacan - otros trabajos de jacques lacan
34   lacan -  otros trabajos de jacques lacan34   lacan -  otros trabajos de jacques lacan
34 lacan - otros trabajos de jacques lacan
 
34 otros-trabajos-de-jacques-lacan
34 otros-trabajos-de-jacques-lacan34 otros-trabajos-de-jacques-lacan
34 otros-trabajos-de-jacques-lacan
 
Fenomenología COMPLETO
Fenomenología COMPLETOFenomenología COMPLETO
Fenomenología COMPLETO
 
Psiconalisis_y_Psiquiatria.doc
Psiconalisis_y_Psiquiatria.docPsiconalisis_y_Psiquiatria.doc
Psiconalisis_y_Psiquiatria.doc
 
Psiquiatria200
Psiquiatria200Psiquiatria200
Psiquiatria200
 
Psiquiatria200
Psiquiatria200Psiquiatria200
Psiquiatria200
 
El psicoanalsis
El psicoanalsisEl psicoanalsis
El psicoanalsis
 
El campo de la psicoptaología
El campo de la psicoptaologíaEl campo de la psicoptaología
El campo de la psicoptaología
 
El establecimiento de la psicología científica
El establecimiento de la psicología científicaEl establecimiento de la psicología científica
El establecimiento de la psicología científica
 
Psicoterapia clase 1 ugm 2023 aproximación histórica mirada psicoanalisis
Psicoterapia clase 1 ugm 2023 aproximación histórica mirada psicoanalisisPsicoterapia clase 1 ugm 2023 aproximación histórica mirada psicoanalisis
Psicoterapia clase 1 ugm 2023 aproximación histórica mirada psicoanalisis
 
Historia de la psicologia
Historia de la psicologiaHistoria de la psicologia
Historia de la psicologia
 
Historia clinica y entrevista psiquiatrica
Historia clinica y entrevista psiquiatricaHistoria clinica y entrevista psiquiatrica
Historia clinica y entrevista psiquiatrica
 
356093301-Ellenberger-El-descubrimiento-del-inconsciente-pdf.pdf
356093301-Ellenberger-El-descubrimiento-del-inconsciente-pdf.pdf356093301-Ellenberger-El-descubrimiento-del-inconsciente-pdf.pdf
356093301-Ellenberger-El-descubrimiento-del-inconsciente-pdf.pdf
 
jfelipe148,+v33n4a2.pdf
jfelipe148,+v33n4a2.pdfjfelipe148,+v33n4a2.pdf
jfelipe148,+v33n4a2.pdf
 
jfelipe148,+v33n4a2.pdf
jfelipe148,+v33n4a2.pdfjfelipe148,+v33n4a2.pdf
jfelipe148,+v33n4a2.pdf
 
jfelipe148,+v33n4a2.pdf
jfelipe148,+v33n4a2.pdfjfelipe148,+v33n4a2.pdf
jfelipe148,+v33n4a2.pdf
 
Trastornos del estado de animo 2 teorias
Trastornos del estado de animo 2   teoriasTrastornos del estado de animo 2   teorias
Trastornos del estado de animo 2 teorias
 
Psicopatología.pdf
Psicopatología.pdfPsicopatología.pdf
Psicopatología.pdf
 
Conductismo y neo
Conductismo y neoConductismo y neo
Conductismo y neo
 

Más de Maria Domé

Teorico 08 06 2 do freud y elaboración lacaniana psis-parte1
Teorico 08 06  2 do freud  y elaboración lacaniana psis-parte1Teorico 08 06  2 do freud  y elaboración lacaniana psis-parte1
Teorico 08 06 2 do freud y elaboración lacaniana psis-parte1
Maria Domé
 
Resumen conferencia 23
Resumen conferencia 23Resumen conferencia 23
Resumen conferencia 23
Maria Domé
 
Psicopatologia freud
Psicopatologia freudPsicopatologia freud
Psicopatologia freud
Maria Domé
 
Lección iii kraepelin
Lección iii  kraepelinLección iii  kraepelin
Lección iii kraepelin
Maria Domé
 
Las psicosis pasionales de clerembault
Las psicosis pasionales de clerembaultLas psicosis pasionales de clerembault
Las psicosis pasionales de clerembault
Maria Domé
 
La relacion de objeto 1956
La relacion de objeto 1956La relacion de objeto 1956
La relacion de objeto 1956
Maria Domé
 
La locura sistematica k
La locura sistematica kLa locura sistematica k
La locura sistematica k
Maria Domé
 
Fundamentos de la clínica
Fundamentos de la clínicaFundamentos de la clínica
Fundamentos de la clínica
Maria Domé
 

Más de Maria Domé (13)

Teorico 08 06 2 do freud y elaboración lacaniana psis-parte1
Teorico 08 06  2 do freud  y elaboración lacaniana psis-parte1Teorico 08 06  2 do freud  y elaboración lacaniana psis-parte1
Teorico 08 06 2 do freud y elaboración lacaniana psis-parte1
 
Resumen conferencia 23
Resumen conferencia 23Resumen conferencia 23
Resumen conferencia 23
 
Psicopatologia freud
Psicopatologia freudPsicopatologia freud
Psicopatologia freud
 
Paranoia
ParanoiaParanoia
Paranoia
 
Parafrenia k
Parafrenia  kParafrenia  k
Parafrenia k
 
Lección iii kraepelin
Lección iii  kraepelinLección iii  kraepelin
Lección iii kraepelin
 
Las psicosis pasionales de clerembault
Las psicosis pasionales de clerembaultLas psicosis pasionales de clerembault
Las psicosis pasionales de clerembault
 
Lacan
LacanLacan
Lacan
 
La relacion de objeto 1956
La relacion de objeto 1956La relacion de objeto 1956
La relacion de objeto 1956
 
La locura sistematica k
La locura sistematica kLa locura sistematica k
La locura sistematica k
 
Introduccion
IntroduccionIntroduccion
Introduccion
 
Fundamentos de la clínica
Fundamentos de la clínicaFundamentos de la clínica
Fundamentos de la clínica
 
Freud
FreudFreud
Freud
 

Último

(2024-04-29)Actualización en profilaxis PrEP frente a VIH. (DOC)
(2024-04-29)Actualización en profilaxis PrEP frente a VIH. (DOC)(2024-04-29)Actualización en profilaxis PrEP frente a VIH. (DOC)
(2024-04-29)Actualización en profilaxis PrEP frente a VIH. (DOC)
UDMAFyC SECTOR ZARAGOZA II
 
Relacion final de ingresantes 23.11.2020 (2).pdf
Relacion final de ingresantes 23.11.2020 (2).pdfRelacion final de ingresantes 23.11.2020 (2).pdf
Relacion final de ingresantes 23.11.2020 (2).pdf
AlvaroLeiva18
 
(2024-04-30). ACTUALIZACIÓN EN PREP FRENTE A VIH (PPT)
(2024-04-30). ACTUALIZACIÓN EN PREP FRENTE A VIH (PPT)(2024-04-30). ACTUALIZACIÓN EN PREP FRENTE A VIH (PPT)
(2024-04-30). ACTUALIZACIÓN EN PREP FRENTE A VIH (PPT)
UDMAFyC SECTOR ZARAGOZA II
 
seminario patología de los pares craneales 2024.pptx
seminario patología de los pares craneales 2024.pptxseminario patología de los pares craneales 2024.pptx
seminario patología de los pares craneales 2024.pptx
ScarletMedina4
 
LIBRO LA MEJOR PSICOTERAPIA, PROLOGO - copia.pdf
LIBRO LA MEJOR PSICOTERAPIA, PROLOGO - copia.pdfLIBRO LA MEJOR PSICOTERAPIA, PROLOGO - copia.pdf
LIBRO LA MEJOR PSICOTERAPIA, PROLOGO - copia.pdf
Franc.J. Vasquez.M
 
Cuadro-comparativo-Aparato-Reproductor-Masculino-y-Femenino.pptx
Cuadro-comparativo-Aparato-Reproductor-Masculino-y-Femenino.pptxCuadro-comparativo-Aparato-Reproductor-Masculino-y-Femenino.pptx
Cuadro-comparativo-Aparato-Reproductor-Masculino-y-Femenino.pptx
guadalupedejesusrios
 
Sistema Nervioso Periférico (1).pdf
Sistema Nervioso Periférico      (1).pdfSistema Nervioso Periférico      (1).pdf
Sistema Nervioso Periférico (1).pdf
NjeraMatas
 

Último (20)

indicadores para el proceso de esterilización de ceye .pdf
indicadores para el proceso de esterilización de ceye .pdfindicadores para el proceso de esterilización de ceye .pdf
indicadores para el proceso de esterilización de ceye .pdf
 
(2024-04-29)Actualización en profilaxis PrEP frente a VIH. (DOC)
(2024-04-29)Actualización en profilaxis PrEP frente a VIH. (DOC)(2024-04-29)Actualización en profilaxis PrEP frente a VIH. (DOC)
(2024-04-29)Actualización en profilaxis PrEP frente a VIH. (DOC)
 
Relacion final de ingresantes 23.11.2020 (2).pdf
Relacion final de ingresantes 23.11.2020 (2).pdfRelacion final de ingresantes 23.11.2020 (2).pdf
Relacion final de ingresantes 23.11.2020 (2).pdf
 
FARMCOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA DE LOS MEDICAMENTOS TÓPICOS
FARMCOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA DE LOS MEDICAMENTOS TÓPICOSFARMCOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA DE LOS MEDICAMENTOS TÓPICOS
FARMCOCINÉTICA Y FARMACODINAMIA DE LOS MEDICAMENTOS TÓPICOS
 
Clase 15 Artrologia mmii 1 de 3 (Cintura Pelvica y Cadera) 2024.pdf
Clase 15 Artrologia mmii 1 de 3 (Cintura Pelvica y Cadera) 2024.pdfClase 15 Artrologia mmii 1 de 3 (Cintura Pelvica y Cadera) 2024.pdf
Clase 15 Artrologia mmii 1 de 3 (Cintura Pelvica y Cadera) 2024.pdf
 
(2024-04-30). ACTUALIZACIÓN EN PREP FRENTE A VIH (PPT)
(2024-04-30). ACTUALIZACIÓN EN PREP FRENTE A VIH (PPT)(2024-04-30). ACTUALIZACIÓN EN PREP FRENTE A VIH (PPT)
(2024-04-30). ACTUALIZACIÓN EN PREP FRENTE A VIH (PPT)
 
1. HISTORIA DE LA FISIOTERAPIA EN EL MUNDO.pptx
1. HISTORIA DE LA FISIOTERAPIA EN EL MUNDO.pptx1. HISTORIA DE LA FISIOTERAPIA EN EL MUNDO.pptx
1. HISTORIA DE LA FISIOTERAPIA EN EL MUNDO.pptx
 
Histologia del sistema respiratorio y sus funciones
Histologia del sistema respiratorio y sus funcionesHistologia del sistema respiratorio y sus funciones
Histologia del sistema respiratorio y sus funciones
 
ACRONIMO TIMERS TRATAMIENTO DE HERIDAS AVANZADAS
ACRONIMO TIMERS TRATAMIENTO DE HERIDAS AVANZADASACRONIMO TIMERS TRATAMIENTO DE HERIDAS AVANZADAS
ACRONIMO TIMERS TRATAMIENTO DE HERIDAS AVANZADAS
 
Dermis, Hipodermis y receptores sensoriales de la piel-Histología.pptx
Dermis, Hipodermis y receptores sensoriales de la piel-Histología.pptxDermis, Hipodermis y receptores sensoriales de la piel-Histología.pptx
Dermis, Hipodermis y receptores sensoriales de la piel-Histología.pptx
 
LA MEDICINA GRECORROMANA HIPOCRATES, HEROFILO Y GALENO
LA MEDICINA GRECORROMANA HIPOCRATES, HEROFILO Y GALENOLA MEDICINA GRECORROMANA HIPOCRATES, HEROFILO Y GALENO
LA MEDICINA GRECORROMANA HIPOCRATES, HEROFILO Y GALENO
 
seminario patología de los pares craneales 2024.pptx
seminario patología de los pares craneales 2024.pptxseminario patología de los pares craneales 2024.pptx
seminario patología de los pares craneales 2024.pptx
 
Anticoncepcion actualización 2024 según la OMS
Anticoncepcion actualización 2024 según la OMSAnticoncepcion actualización 2024 según la OMS
Anticoncepcion actualización 2024 según la OMS
 
TEXTO PRN 8VA ESPAÑOL.pdf reanimacion neonatal
TEXTO PRN 8VA ESPAÑOL.pdf reanimacion neonatalTEXTO PRN 8VA ESPAÑOL.pdf reanimacion neonatal
TEXTO PRN 8VA ESPAÑOL.pdf reanimacion neonatal
 
Historia Clínica y Consentimiento Informado en Odontología
Historia Clínica y Consentimiento Informado en OdontologíaHistoria Clínica y Consentimiento Informado en Odontología
Historia Clínica y Consentimiento Informado en Odontología
 
LIBRO LA MEJOR PSICOTERAPIA, PROLOGO - copia.pdf
LIBRO LA MEJOR PSICOTERAPIA, PROLOGO - copia.pdfLIBRO LA MEJOR PSICOTERAPIA, PROLOGO - copia.pdf
LIBRO LA MEJOR PSICOTERAPIA, PROLOGO - copia.pdf
 
Cuadro-comparativo-Aparato-Reproductor-Masculino-y-Femenino.pptx
Cuadro-comparativo-Aparato-Reproductor-Masculino-y-Femenino.pptxCuadro-comparativo-Aparato-Reproductor-Masculino-y-Femenino.pptx
Cuadro-comparativo-Aparato-Reproductor-Masculino-y-Femenino.pptx
 
Sistema Nervioso Periférico (1).pdf
Sistema Nervioso Periférico      (1).pdfSistema Nervioso Periférico      (1).pdf
Sistema Nervioso Periférico (1).pdf
 
Cuadro comparativo de las biomoléculas.pptx
Cuadro comparativo de las biomoléculas.pptxCuadro comparativo de las biomoléculas.pptx
Cuadro comparativo de las biomoléculas.pptx
 
1. Anatomía funcional de los organos reproductivos en animales menores
1. Anatomía funcional de los organos reproductivos en animales menores1. Anatomía funcional de los organos reproductivos en animales menores
1. Anatomía funcional de los organos reproductivos en animales menores
 

Psiquiatria

  • 1. 1 La constitución del concepto freudiano de psicosis: Bercherie En la cultura psiquiátrica alemana no aparecen netamente distinguidos los conceptos de psicosis y neurosis, fácilmente se superponen como sucede con la melancolía, una misma entidad puede ser a la vez una psicosis y una neurosis. Ambos términos existen desde hace ya largos años en el vocabulario nosológico. Psicosis significa simplemente ENFERMEDAD MENTAL, AFECCIÓN PSIQUIÁTRICA: sustituye el viejo término de locura. Toma una extensión tal que abarca problemas mentales de origen orgánico, afecciones funcionales, los delirios y alteraciones mentales limitadas que se designa hoy en día como neurosis (―psicosis obsesivas/histéricas‖) Neurosis no designa una noción clínica, sino un concepto etiológico y nosológico: afecciones funcionales del sistema nervioso; LAS PSICOSIS SIN BASE ORGÁNICA OBJETIVABLE que no se basan en una lesión cerebral o en un proceso tóxico infeccioso tienden a ser consideradas como neurosis. La oposición conceptual neurosis-psicosis, es decir, el concepto de PSICOSIS, es algo puramente freudiano. La primer clínica, la clínica sincrónica inicia con Pinel para quién la locura es un género unitario donde los síndromes se agrupan alrededor de la manifestación más central. Es una ciencia de la pura observación, en su método no incluye hipótesis etiopatogénicas ni consideraciones prácticas o terapéuticas. De Pinel a Baillarger y Delasiauve, se opone los estados de excitación (manía), los estados de depresión (lipomanía), los estados delirantes (monomanía), los estados estuporosos (estupidez), los estados de incoherencia (demencia), los estados impulsivos (locura o monomanía instintiva). Estas forman se suceden, se combinan, se asocian, su etiología son impensadas y son tipos de reacciones psico-cerebrales y no enfermedades anátomo-clínico (sentido moderno) como lo pensó Bichat. Desde 1882 el descubrimiento fortuito de la parálisis general por Bayle prepara el trastorno conceptual metodológico que teorizará Falret. La parálisis general se despliega en un ciclo diacrónico con una secuencia de estados mórbidos; el diagnóstico se basa en pequeños signos secundarios (no en la parte central del cuadro). Presentan una patogenia particular y típica: la meningo.encefalitis. De allí Falret realiza una crítica radical a la clínica sincrónica y nace la clínica diacrónica: estudio de la evolución de la enfermedad, del pasado y el porvenir del enfermo, búsqueda de una patogenia específica, compilación de signos negativos, atención a los pequeños signos secundarios que permiten la diferenciación entre entidades hasta entonces confundidas. Morel, discípulo de Falret, agrega el interés por la etiología (patogenia). Las bases de ésta segunda clínica de la observación y discriminación: la noción de entidades clínico- evolutivas como una secuencia de cuadros clínicos en un ciclo típico, la oposición entre perturbaciones mentales adquiridas, de causa patológica específica, y las perturbaciones mentales constitucionales. Los autores alemanes son hombres de sistema, aspiran en el plano dogmático. En los alemanes existe el espíritu POSITIVISTA donde ante todo es necesario describir e intentar señalar algunos rasgos generales, interpretan fisiológicamente los estados patológicos y el nexo entre los síntomas. Los autores franceses desconfían de los dogmas y sistemas, toman la importancia del DETALLE, la observación clínica y los puntos fisiológicos gana en autonomía en los estados patológicos. Griegsinger no concebía a la locura como género único, sino como UN GRAN CICLO: psicosis única. Opone formas primarias: trastorno emocional factor principal de la alteración mental de formas secundarias: en la que este trastorno emocional está embotada, integrándose al yo del sujeto que deja disociado. En estas últimas, distingue el delirio sistematizado, aislando las psicosis delirantes de las psicosis afectivas. Kraepelin impondrá la nueva clínica en Alemania, que Freud conocerá tardíamente por la mediación deformante de la escuela de Zurich. Retoma de Kahlbaum el concepto de entidad mórbida clínico-evolutiva con una etiopatogenia específica, como así también el acento sobre la especificidad de los estados terminales. Intentará desarrollar una nosología etiopatogénica en la que se basará en el asilamiento de psicosis adquiridas con una causa somática evidente, y de las formas “degenerativas” en las que la disposición patológica de la personalidad está en primer plano. El termino de Psicosis en Freud va a inspirarse de Kahlbaunm para oponer: -delirios crónicos sistematizados no alucinatorios (personalidad, afecto y juicio se conservan), Paranoia como constitucional. -los estados agudos que evolucionan de manera periódica pero que dejan en su decrecimiento un psiquismo intacto, no se daña profundamente la personalidad, Psicosis maníaco-depresiva. -estados agudos o crónicos que evolucionan indefectiblemente hacia el deterioro mental, inteligencia, memoria, orientación temporo.espacial están intactas, afectada la voluntad, el afecto, la atención, disgregación de la enfermedad. Freud tomara del plano nosológico el concepto de Paranoia, concepto clave para la escuela alemana. Plantea un problema en dos cuadros clínicos: neurosis obsesiva (paranoia abortiva, criticada, invasión en la ccia de neo- formaciones alucinatorias o ideicas siguiendo a Westphall y tomada como resultado entre la base de una neurastenia y la paranoia, para Krafft-Ebing) y la Confusión mental (Meynert incluye en las partes de la forma estuporosa, una forma delirante que recubre tanto el onirismo como las psicosis delirantes agudas, cuya noción Freud tomara).
  • 2. 2 También tomará del modelo patogénico retomado de Morel por la clínica alemana la idea de un estado neurótico basal, una perturbación funcional difusa del sistema nervioso que preexsitirá a la eclosión por la acción de diversas causas. Por otra parte, Freud estará muy influenciado por la concepción de Griegsinger, por la idea de que las manifestaciones patológicas se repartan en dos grupos distintos: el primero son las formas primarias que corresponde al proceso mórbido, donde la personalidad padece una invasión y lucha contra los fenómenos sintomáticos; el segundo son las formas secundarias como resultado de una suerte de adaptación terminal al nuevo mundo y al nuevo yo que creó la enfermedad: es el trabajo de compromiso, de la asimilación de elementos delirantes. Freud estuvo impresionado por el modelo propuesto por Griesinger de psicosis única. Fundamentos de la clínica: Bercherie La clínica psiquiátrica es esencialmente la observación ―morfológica‖ (Charcot), la descripción formal de las perturbaciones psicopatológicas. La Mirada (el modo de observación que habitualmente se reserva a las cosas) no dejaba de plantear algunos problemas (participar en la alienación de aquellos cuyas perturbaciones se pretende describir, analizar objetivamente y clasificar racionalmente), y obstaculizó el desarrollo de caminos diferentes. Hoy ha pasado tiempo suficiente, y es posible retornar a esos grandes textos, la ―Tabla de Orientación‖ (Jaspers) que constituye el diagnóstico psiquiátrico (y la clínica y la nosología en el sentido clásico). Para que un nuevo marco conceptual se establezca, es necesario, evidentemente, la acumulación de conocimientos nuevos, fundados en desarrollos diferentes; en este punto, el desarrollo de la práctica y de la teoría psicoanalítica constituye, sin duda, el comienzo de una nueva era. El desarrollo del psicoanálisis aunque incuestionablemente ha asumido el relevo de la investigación psicopatológica, está todavía lejos de poder abarcar el campo inmenso que dominaba, con sorprendente perfección a su nivel, la clínica clásica. Por otra, un gesto de exorcismo no bastaría para borrar algo tan coherente como la psiquiatría clásica. Al no querer conocerla, o al no hacer su análisis histórico o epistemológico, se corre el riesgo de retomar, sin querer o sin darse cuenta, los mismos impasses que determinaron su relativa declinación. El conocimiento de la historia es indispensable para la justa aprehensión del desarrollo pasado, así como de los problemas presentes. Es indispensable una visión de la clínica lo más precisa y global posible, histórica y espacialmente. Espacialmente: las escuelas, como las dos grandes: el espacio franco-alemán (frente a las menos importantes: anglosajona e italiana, no parecen haber gustado nunca de la clínica, su pragmatismo natural y su desconfianza por los conocimientos sin consecuencias prácticas inmediatas los alejaron, sin duda, de esta disciplina, en la que siempre tomaron de los franceses y alemanes los rudimentos indispensables). Históricamente: el desarrollo por rupturas, mutaciones, escalones ampliados con métodos y conceptos nuevos. El punto de partida de la clínica es Pinel. 1) Clínica se refiere por defecto a la psiquiatría; para clínica psicoanalítica se usan siempre los dos términos juntos. Se puede entonces hablar de clínica psicoanalítica con la condición de no olvidar que, en esta expresión compuesta, el adjetivo es más importante que el sustantivo y que los dos términos son inseparables. 2) Calificar a la clínica de ciencia no es exacto, porque el proceso no es siempre científico. Es posible encontrar siempre en el origen de un saber, de un conjunto sistematizado de conocimientos, un recorrido metodológico particular fundado en un sistema conceptual más o menos elaborado, pero evidentemente que lo guía. El hecho es que, en el uso sistemático de ese acceso a lo real que abre una dirección particular, pasada una fase de extensión en todas direcciones, en la que se opera la primera recolección de "datos" concretos así como las primeras generalizaciones sistematizadas, termina por acumularse toda una masa de observaciones fortuitas, de hechos difíciles de encuadrar en las doctrinas surgidas en la fase de expansión; entonces comienza una fase de gestación en que se prepara una mutación conceptual que, integrando los hechos irreductibles a las síntesis precedentes que una frecuentación sistemática de la realidad en causa había suministrado, abre direcciones nuevas y una nueva etapa de ese proceso cíclico que una espiral ilustraría mejor que un círculo. Así se opera un ajuste progresivo, asintomático, del conocimiento con lo real, marcado por rupturas, mutaciones y largas fases de progresos lineales: si la realidad permanece allí, constantemente inalcanzable en su esencia, puede también decirse que ella es allí constantemente aprehendida, en función de los medios y también de las necesidades de una época. Un proceso dialéctico como el que acaba de describirse inspira en todo caso la historia de la clínica. Que este movimiento esté ahora cerrado no indica más que una cosa: la mutación conceptual que prepara la etapa siguiente está todavía en curso y es suficientemente profunda y fundamental como para demandar una larga gestación. No es difícil, por lo demás, saber de qué lado es necesario esperarla: desde hace tres cuartos de siglo el desarrollo del movimiento psicoanalítico acumula en desorden sus materiales. 3) Hay que situar el contexto histórico: para cada etapa se debe intentar encontrar lo que parecía logrado y en qué sentido, lo que parecía plantear problemas y exigir investigaciones. Es necesario, tomar conocimiento del desarrollo histórico en su conjunto para poder situar los trabajos de la clínica correctamente. Por lo tanto, la importancia de una lectura como un todo que no logra su sentido más que en su globalidad.
  • 3. 3 Capítulo I Pinel: Bercherie Pinel no agrega nada esencial en el plano clínico, ni en el nosológico ni en el institucional y terapéutico. En cambio en el plano del método funda la tradición de la Clínica, como camino consciente y sistemático. Pinel se vincula con el grupo de los Ideólogos, corrientes de pensamientos renovadores y radicalizantes, comparte con ellos sus principios metodológicos, base de todo trabajo científico. Continúan la tradición nominalista, consideraban que el conocimiento es un proceso cuya base es la observación empírica de los fenómenos; debe clasificar estos fenómenos evitando la propia subjetividad. En la cima del edificio, las categorías obtenidas de la experiencia recibirán finalmente el nombre que les da existencia en la ciencia. Este es el sentido del aforismo de Condillac: "la Ciencia no es más que una lengua bien hecha". En efecto, una lengua que funcionase correctamente nombraría a lo real, la clínica debe crearse un lenguaje, palabras nuevas, de sentido preciso que, a diferencia de las palabras imprecisas y demasiado sometidas al deslizamiento de sentido de la lengua vulgar, evocarán inmediatamente los fenómenos que engloban. La historia natural es la disciplina que sirve de modelo y de ideal a la investigación. La filosofía utilizada es el análisis tal como lo reciben los Ideólogos desde Locke Y Condillac, y a través de ellos también recibe Pinel la confianza en la observación y la desconfianza en la teoría; creen que no se puede conocer verdaderamente lo real (sólo Dios lo conoce) pero se puede conocer suficientemente lo que se presenta de lo real para obtener conocimientos pragmáticos eficaces, por eso es inútil desarrollar vanos sistemas explicativos. Se trata de una frecuentación asidua del campo del saber, de la clínica, pero una observación simplemente empírica sigue siendo intuitiva y no adquiere ningún estatuto en la ciencia, por eso, la clínica debe crearse un lenguaje de sentido preciso. Pinel abre la exploración sistemática de un campo y el ordenamiento de los fenómenos que lo constituyen. Este camino ha sido el fundamento sobre el cual se constituyó después el saber realmente positivo de la psiquiatría, una vez que, como a menudo en el nacimiento de las ciencias, un hallazgo inesperado habrá suministrado un método nuevo para explorar y clasificar los fenómenos. El postulado sobre el que se basa la doctrina de Pinel se muestra sistemáticamente erróneo frente al avance del conocimiento científico: la incognoscibilidad de la esencia real de los fenómenos; lo que parecía inaccesible a Pinel fundará un conocimiento concreto en la segunda mitad del Siglo XIX. Pinel constituyó la clínica médica como observación y análisis sistemático de los fenómenos perceptibles de la enfermedad, así nace su Nosografía, donde la anatomía patológica tiene un papel secundario, ignorando su nivel causal. Falret y su descendencia desbordaron y conmocionaron la clínica de Pinel y de Esquirol. Sin embargo la observación pura sigue siendo la condición necesaria, sino la finalidad última, del conocimiento. Pinel considera la alienación mental como una enfermedad orgánica, una perturbación de las funciones intelectuales (funciones superiores del sistema nervioso). Por eso las ubica en la clase de las neurosis: afecciones del sistema nervioso sin inflamación ni lesión de órgano. Considera que puede haber lesiones causales, pero como no son constantes son contingentes Las neurosis cerebrales son de dos tipos: -Afecciones comatosas: abolición de la función; -Vesanías: perturbación de la función. Las vesanias comprenden la alienación mental, la locura, y otras ―enfermedades mentales‖ que no hacen del sujeto un alienado en sentido estricto: - la hipocondría: cuya perturbación no supera la interpretación permanente e inquieta de las sensaciones viscerales que Pinel considera como suficientemente reales, atribuyéndoles frecuentemente un fundamento orgánico. - el sonambulismo: que es una locura corta, una locura limitada al período del sueño; Pinel, por otra parte, incluye en él a la pesadilla. - la hidrofobia: es decir la rabia, que en la primera edición había incluido dentro de las neurosis espasmódicas a causa del espasmo laríngeo, y que termina clasificando dentro de las vesanias, a causa de los trastornos psíquicos excitados y depresivos que constata en la misma. La alienación mental no forma una clase en la nosografía, se encuentran las cuatros especies que la constituyen en las vesanias, grandes clases en las que se reparten las manifestaciones mórbidas: la manía, la melancolía, la demencia y el idiotismo. 1) La manía propiamente dicha, en la que el delirio es general, es decir, que concierne a todos los objetos, estando lesionadas muchas de las "funciones del entendimiento" (percepción, memoria, juicio, afectividad, imaginación, etc.) y que se acompaña de una viva agitación. Pinel distingue, no obstante, una subvariedad que será la prenda de importantes batallas futuras: la "manía sin delirio" o "manía razonante", en la que las funciones del entendimiento están intactas y en la que no subsisten más que la alteración de la afectividad y la excitación, a menudo furiosa. 2) La melancolía, en la que el delirio está limitado a un objeto o a una serie particular de objetos, las facultades mentales permanecen intactas fuera de ese "núcleo" delirante y el comportamiento sigue siendo coherente y comprensible, si se tiene en cuenta las ideas delirantes. El estado afectivo y el tema del delirio pueden ser de naturaleza triste o de naturaleza alegre y exaltada. 3) La demencia o abolición del pensamiento, y Pinel precisa que alude como tal al pensamiento en el sentido de Condillac, es decir, el juicio. La demencia es entonces la incoherencia en la manifestación de las facultades mentales, el desorden y la movilidad, la existencia "automática"; la destrucción de la función de síntesis, se habría dicho un poco más adelante.
  • 4. 4 4) El idiotismo u obliteración de las facultades intelectuales y afectivas, es decir, la supresión más o menos completa de la actividad mental, quedando el sujeto reducido a una existencia vegetativa, con restos esporádicos de actividad psíquica (ensoñaciones dulces, sonidos semiarticulados, crisis de excitación). Puede ser congénita o adquirida, y entonces a menudo transitoria. Su nosología apunta a crear grandes clases fenoménicas, de comportamientos, persuadido como está de que esas grandes divisiones recubren algo de la esencia de lo real. La Nosografía clasifica las enfermedades mentales en grandes categorías, sirviéndose para ello de los síntomas más notorios; es entonces con las fiebres (primera de las cinco clases) en parte y sobre todo con las flegmasías (inflamaciones: segunda clase) donde es clasificado el delirio febril agudo, siendo allí el delirio un síntoma y no el fenómeno esencial. Por lo tanto, sin que el problema esté bien explicitado, Pinel mismo comienza el trabajo de separación de las locuras sintomáticas y de las locuras idiopáticas o esenciales que continuará como veremos a lo largo de todo el siglo XIX a través de Georget, Baillarger, Magnan y finalmente Kraepelin. Es partidario de una concepción materialista psicofisiologista: la mente es una manifestación del funcionamiento del cerebro y las ―relaciones de lo físico y lo moral en el hombre‖ le parecen fundamentales y permanentes. La locura la concibe como un desarreglo de las facultades cerebrales, propone las causas: 1) Físicas primero: directamente cerebrales (trastornos) o simpáticas (alcanzan el cerebro como consecuencia de sus lazos con los otros órganos). Con las causas físicas se relacionan las causas fisiológicas y el hábito de la ebriedad 2) Herencia 3) Causas morales: pasiones muy intensas, contrariadas o prolongadas; excesos de todo tipo, irregularidades en las costumbres, del modo de vida y la educación viciosa (mala educación de las pasiones). Las morales son las más numerosas y las más importantes en la producción de la alienación mental: les atribuye más de la mitad de los casos. Las pasiones (alegría, cólera, miedo, tristeza) perturban las vísceras y las funciones corporales, y el cerebro se altera por vía de causas simpáticas. La perturbación parte de la región del estómago y desde ahí se propaga la perturbación del entendimiento. Así, las perturbaciones afectivas o del carácter constituyen uno de los síntomas más importantes de la locura, que tiene frecuentemente los rasgos de una exaltación pasional. Estas causas no son específicas para los distintos tipos de locura, y la forma del acceso está relacionada más a la ―constitución‖ del individuo, al tipo físico (sexo, color de cabellos u ojos, etc.) Retoma de Hipócrates la idead de que la enfermedad es una reacción saludable del organismo contra las causas que perturban su equilibrio, cuya terminación natural es la cura. El médico debe abstenerse al máximo de toda intervención que perturbe el desarrollo del ciclo natural de la enfermedad. El tratamiento moral, en cambio, cuenta con todo su apoyo. En la alienación mental la mente alterada puede ser conducida a la razón con ayuda de la institución curativa. De nuevo, la Ideología funda la teoría, los contenidos de la mente dependen de las percepciones y sensaciones, y si se modifican éstas, por medio de las pasiones/afectividad, se modifica todo el estado mental. Es necesario aislar al alienado en una institución especial, retirarlo de sus percepciones habituales; se controlan completamente sus condiciones de vida y se lo somete a una disciplina severa y paternal, se le demuestra simultáneamente un gran cuidado y una gran firmeza. Se establece una ―transferencia paterna‖, se suscita el respeto del alienado y su confianza, el objetivo es dominarlo poniéndolo en estrecha dependencia de un hombre que pueda ejercer sobre él un poder irresistible y para cambiar sus ideas; no se emplea la violencia ni métodos degradantes. Todo esto implica cierto número de recomendaciones institucionales: la proscripción de la violencia y de las vejaciones inútiles (cadenas, visitas de extraños) ciertamente, pero también la existencia de un personal numeroso y bien entrenado, habituado a observar y a comprender a los enfermos, un supervisor jefe que controle perfectamente a sus hombres y que esté totalmente consagrado al médico, locales que permitan aislar las diferentes variedades de alienados entre sí, sustraer a los idiotas de la mirada, espacio, posibilidades de trabajo para los enfermos. El asilo debe ser un centro de reeducación modelo y “panóptico” en el que la sumisión es el primer paso hacia la cura (vemos las posiciones éticas de los Ideólogos, apunta a una reforma de la costumbres, a una sociedad sana y reglada) La posición de Pinel en relación a la anatomía patológica está determinada por su desconfianza hacia los sistemas explicativos. Rechaza las teorías que dan cuenta de la locura por un daño material en el cerebro, más bien rechaza la extensión a todo caso de locura de algunas constataciones aisladas, la mayoría de las veces no encontraba ninguna lesión perceptible en la locura. Pinel se yergue así contra el dogma de la incurabilidad de la locura, ya que el cerebro no está dañado y se trata de que la mente funciona alterada entonces es posible un tratamiento moral. Es importante ubicar la suerte de hiato que se introduce entre Pinel y su escuela psiquiátrica por un lado y el resto de la medicina de la época por otro. Puede ser atribuido en gran medida a la especificidad de los problemas que plantea el campo psiquiátrico y que es el factor dinámico de su organización en saber. Pinel introduce UNA DISTANCIA entre la observación de los fenómenos y el ensayo de presentar una teoría explicativa sobre los mismos. Esa distancia fundamental y la jerarquía que se introduce así entre observación y explicación es la que funda la clínica y la que constituye la ruptura que opera, con una consciencia aguda de su originalidad. Rompe así, en efecto, con esa suerte de unidad sincrética que hacía interpenetrarse sin límite neto la forma mórbida y el concepto que daba cuenta de ella.
  • 5. 5 Capítulo 12 Kraepelin antes de 1900: Bercherie En 1883 aparece el Compendio de psiquiatría de Emil Kraepelin; en 30 años conoce ocho ediciones, que pasa de 380 páginas a 2500. Ninguna edición deja de tener una modificación nosológica. Nada puede ilustrar mejor el inmenso trabajo cumplido por su autor para poner en orden el campo de las enfermedades mentales, en el curso de una labor cuestionada sin cesar y sin cesar retocada: ninguna edición deja de tener una modificación nosológica, a veces secundaria, cuatro veces al menos, capital. La primera clasificación de Kraepelin es una clasificación puramente sindromática, y está estructurado por cierto análisis psicológico; como Pinel cree que es indispensable la investigación psicológica para la comprensión de las enfermedades mentales, y que ésta puede suministrar herramientas conceptuales para el análisis clínico. Esta clasificación sigue siendo una de las más clásicas. Distingue: 1 — Estados depresivos: melancolía simple y delirante; 2 — Estados crepusculares: a — estados de sueño patológico (hipnosis, sonambulismo, ebriedad comatosa), b — estados crepusculares histéricos y epilépticos, c — estupor y éxtasis, d — demencia aguda; 3 — Estados de excitación: a — melancolía agitada, b — manía, c — estados de excitación de los delirium (febril o alcohólico); 4 — Psicosis periódica: a — manía periódica, b — melancolía periódica, c — locura circular; 5 — Delirio sistematizado (VerrücktheitJ primitivo; 6 — Demencia paralítica; 7 — Estados de debilidad psíquica: a — anomalías evolutivas (idiotez, imbecilidad, debilidad, inversión sexual), b — locura moral y delirio de querulancia, c — estado neurasténico (obsesiones), d — estados de debilidad psíquica secundaria (Verrücktheit y Blódsinn secundarios). Se observará inmediatamente que se trata de una clasificación sindromática, a su distinción de los estados agudos (tres primeras clases), periódicos (clase 4), crónicos (clase 5) y deteriorativos (clases 6 y 7), y por lo tanto a la utilización del parámetro diacrónico- próxima a la de Griesinger. Esto es lo que explica: — la clase de los estados de excitación, reunidos sobre la base de este único síntoma. — el lugar de la parálisis general entre los delirios sistematizados y los estados de debilitamiento, ya que se trata de un delirio demencial. — la gran clase de los "estados de debilidad psíquica" que subsume formas primitivas, secundarias o involutivas (se recuerda que también Guislain agrupaba idiotez y demencia en la misma categoría). Tomando el modelo de la psicología experimental de Wundt, se preocupará por hacer experimentaciones psicológicas en psiquiatría (es decir, diversas medidas psicométricas en los diferentes estados mórbidos). En la segunda edición es notorio el afán de precisión. Se encuentran: 1 — Melancolía: simple, agitada, con estupor; 2 — Manía; 3 — Delirium: a — febril, b — tóxico, c — transitorio; 4 — Estados de agotamiento agudo: a — delirio agudo, b — delirium del colapso, c — confusión (Verwirrtheit) asténica, d — demencia aguda; 5 — Wahnsinn: a — depresivo, b — expansivo, c — alucinatorio; 6 — Locuras periódica y circular: a -— locura periódica (manía, melancolía, Wahnsinn),
  • 6. 6 b — locura circular 7— Delirio sistematizado (Verrücktheit): a — formas depresivas, — delirio de persecución alucinatorio, — delirio de persecución combinatorio, — delirio hipocondríaco, — delirio de querulancia, b — formas expansivas: delirio de grandeza alucinatorio, combinatorio y Vernicktheit originaria; 8 — Neurosis generales: a - locura neurasténica (obsesión), b - locura histérica (incluyendo Vernicktheit histérica), c - locura epiléptica; 9 — Intoxicaciones crónicas: alcoholismo, morfinismo, cocainismo; 10 — Demencia paralítica; 11 — Estados de debilitamiento: a - demencia senil, b - lesiones cerebrales, c - estados de debilitamiento secundario; 12 — Retardo del desarrollo psíquico: a - idiotez, b - cretinismo, c - debilidad mental constitucional (con locura moral y locura impulsiva). d - inversión sexual. Debe primero señalarse la acrecentada preocupación por la precisión que testimonia esta nueva clasificación, pero, sobre todo, puede notarse un neto alineamiento con las posiciones de Krafft-Ebing: * Las psiconeurosis (melancolía, manía, delirium, agotamiento agudo) * Degeneraciones psíquicas (locuras periódicas, delirios sistematizados) * Psicosis orgánicas (intoxicación, alcoholismo; lesiones cerebrales, demencia senil) * Retardos (idiotez, cretinismo, inversión sexual) La tercera edición reproduce prácticamente la segunda, con algunas modificaciones menores: la confusión alucinatoria cambia su lugar con el delirio agudo, la catatonía pasa de la clase de las Vernicktheit a la de los Wahnsinn, conforme a las ideas de Schule. La cuarta edición simplifica algunos detalles, pero lo esencial es que intercala entre las paranoias y las neurosis a los procesos psíquicos degenerativos, con tres formas: * Dementia praecox: forma ligera y forma grave (hebefrenia) * Catatonía * Dementia paranoides: ―después de un período depresivo inicial, se instalan rápidamente ideas delirantes, con interpretaciones e ilusiones de la memoria. Luego de esto, no se constata evolución de la enfermedad. La claridad de la conciencia y el comportamiento no cambia por décadas, pese a las ideas delirantes‖. No hay signos catatónicos, y el debilitamiento es leve. Paranoia y demencia secundaria desaparecen de la clasificación, y pasan al nuevo grupo (influenciado por Kahlbaum: el proceso terminal caracteriza un proceso mórbido y puede preverse a través de pequeños signos). Se recordará que Krafft-Ebing mantenía como criterio nosológico tres parámetros: la anatomía patológica, la etiología y en último grado la clínica, pero consideraba esta última a la manera de Pinel o de Griesinger. Kraepelin, que retoma casi término a término el razonamiento, modificará esencialmente esta concepción de la clínica, apoyándose en Kahlbaum, es decir en Falret; para él de allí en más se tratará de la entidad clínico-evolutiva, y lo veremos rechazar, como Kahlbaum, en la quinta edición de 1896, todo el grupo de las "psico-neurosis", simples síndromes clínicos que pueden pertenecer a diversas entidades evolutivas, por ende a diversas enfermedades, únicas dignas de figurar en la nosología. Así se completará en Alemania la eliminación de los últimos rastros de las concepciones surgidas de Pinel y de Esquirol; la forma específica que toma esta enunciación se debe a la persistencia, a través de Kahlbaum, de la influencia de Griesinger. La quinta edición tiene (1896): A - Enfermedades mentales adquiridas: 1 — Estados de agotamiento: a — delirio del colapso, b — Amentia (confusión aguda), c — demencia aguda, d — agotamiento nervioso crónico (neurastenia e hipocondría adquiridas); 2 — Intoxicaciones:
  • 7. 7 a — agudas (delirium febril y tóxico), b — crónicas (alcoholismo, morfinismo, cocainismo); 3 — Enfermedades de la nutrición: a — locura mixedematosa, b — cretinismo, c — procesos demeciales (Verblodung processe): dementia precox, catatonía, demencia paranoide, d — demencia paralítica; 4 — Locuras de las lesiones del cerebro; 5 — Locuras de involución: a — melancolía, b — demencia senil; B - Enfermedades mentales congénitas: 1 — Enfermedades mentales constitucionales: a — locura periódica: maníaca, melancólica, circular, b — paranoia: formas combinatorias (incluyendo el delirio de querulancia), formas fantásticas (incluyendo el Delirio Crónico de evolución sistemática); 3 — Neurosis generales: a — locura epiléptica, b — locura histérica, c — neurosis por susto (neurosis traumática); 4 — Estados psicopáticos (degeneración): a — desequilibrio constitucional, b — locura obsesionante, c — locura impulsiva, d — inversión sexual; 4 — Detenciones del desarrollo psíquico. Diversos puntos merecen comentarios: * Nuevamente dos grandes clases de psicosis adquirida * La audaz (y efímera) categoría de las enfermedades de la nutrición reagrupa las psicosis tiróideas, parálisis general y procesos demenciales concebidos como debidos a una auto-intoxicación. * Las psiconeurosis desaparecen y se reparten entre las psicosis maníaco-depresivas, la paranoia y los procesos demenciales. El diagnóstico se hace a partir de su evolución y su estructura clínica. * La locura obsesionante, que vuelve a integrar las degeneraciones constitucionales y la neurastenia, también simple síndrome desaparecen del grupo de las neurosis. Por el contrario, la neurosis por susto {Schreckneurose: neurosis traumática de Openheim) hace su entrada; los psiquiatras alemanes, cuestionaban su asimilación por Charcot a la histeria. * La paranoia se encuentra dividida en formas combinatorias (interpretativas) y fantásticas (alucinatorias). La sexta edición es la clásica, la que da la vuelta al mundo y se impone: 1 - Locuras infecciosas (delirium febril e infeccioso, debilitamiento infeccioso), 2 - Locuras de agotamiento (delirio agudo, amentia, neurastenia adquirida), 3 - Intoxicaciones, 4 - Locuras tiróideas, 5 - Dementia praecox, 6 - Demencia paralítica, 7 - Locuras de las lesiones del cerebro, 8 - Locuras de involución (melancolía, delirio de perjuicio presenil, demencia senil), 9 - Locura maníaco-depresiva, 10- Paranoia, 11 - Neurosis generales, 12 - Estados psicopáticos (locura degenerativa), 13 - Detenciones del desarrollo psíquico. Opone las enfermedades mentales adquiridas (exógenas) a las congénitas (endógenas). Cree que la terminación deficitaria de la demencia precoz se debe a lesiones cerebrales todavía desconocidas. El segundo grupo comprende las psicosis degenerativas (clases 9 a 13) que se pueden encontrar en todos los autores de la época. El primer grupo se divide en dos subgrupos: 1- El primero es la consecuencia de los factores tóxico-infecciosos (clase 1 a 3) o auto-tóxicos (clase 4); 2- El segundo depende de supuestas lesiones del cerebro (clase 6 a 8). Queda la Dementia praecox: su terminación deficitaria hace sospechar la existencia de lesiones cerebrales, sin duda todavía desconocidas, pero muy verosímiles. El terreno en general intacto en que aparece, sus formas de inicio (neurasténicas, confuso-alucinatorias) hacen probable un factor tóxico, sin duda auto-tóxico (metabólico). A eso se debe su situación intermedia, al lado del cretinismo que también reposa sobre una perturbación metabólica y tiende a producir
  • 8. 8 lesiones cerebrales irreversibles; al lado también de la parálisis general, con sus delirios demenciales absurdos e incoherentes. Todo esto era efectivamente muy racional: en lugar de condenar el pensamiento de una época, puede ser interesante ensayar comprenderlo, es decir comprender qué intentaba pensar, y con qué medios. Las tres entidades problemáticas son: * La paranoia: sólo comprende los delirios sistematizados combinatorios de la clasificación anterior: ―desarrollo insidioso, evolución continua, sistema delirante imposible de romper, conservación completa de la claridad en el pensamiento, la voluntad y la acción‖. Como no conducen a estados de debilitamiento intelectual, se la separa de las formas paranoides de la demencia precoz. Reposa sobre dos mecanismos fundamentales: el delirio de referencia (delirio de significación personal) y las ilusiones de la memoria (confabulaciones), que producen los diferentes temas de persecución, de celos, de grandeza (profetas, inventores, reformadores, grandes hombres), de erotomanía y la forma especial del delirio de querulancia (perseguidos-perseguidores de los franceses). Se trata de una enfermedad crónica. * La locura maníaco-depresiva agrupa todos los estados agudos no confusionales que no son sindrómicos de la demencia precoz. Kraepelin rechaza, en efecto, la existencia de manía o de melancolía simples con el argumento de que se observa siempre, tarde o temprano, recidivas y que un examen más cuidadoso revela la existencia de fases depresivas o expansivas de débil intensidad a lo largo de la vida del enfermo; por una parte, el acceso es siempre bipolar a pesar de que las variaciones alternativas sean a veces suficientemente ligeras como para pasar desapercibidas; finalmente, la dimensión clínica es siempre idéntica, ya se trate de locura circular, intermitente o de accesos aislados. La melancolía de involución debe su autonomía (provisoria: en 1913 Kraepelin se decidirá a incluirla en la maníaco- depresiva) a la ausencia de episodios de excitación en curso o su terminación, o de antecedentes depresivos o excitativos. Kraepelin agrega a la descripción de las formas fundamentales unipolares, los estados mixtos. Parte de la idea de que los accesos maníaco-depresivos están constituidos por tres tipos de perturbaciones fundamentales: perturbación del humor (emotividad), de la ideación, de la voluntad (psicomotores); por ejemplo, depresión del humor, lentificación ideica, inhibición psicomotriz (depresión pura) o exaltación del humor, fuga de ideas, excitación psicomotriz (manía pura). Pero, en diferentes circunstancias, se podría observar diferentes asociaciones de estas perturbaciones fundamentales: • En el paso de un polo al otro del acceso bipolar, la inversión de los síntomas puede no ser sincrónica; se obtiene entonces diferentes mezclas de síntomas de las dos fases. • Existen casos en que todo el acceso es mixto. Algunos son conocidos desde hace mucho Tiempo: melancolía agitada, manía confusa, donde el curso de las ideas está netamente perturbado; manía colérica, donde un humor depresivo se une a la excitación general. • Junto a estas formas delimitadas, la noción misma tiene otra utilidad, determinada por su flexibilidad. Se tratará esencialmente de hacerle recubrir el resto de los estados que los alemanes incluían hasta entonces en las locuras intermitentes periódicas. En sus ediciones precedentes, Kraepelin describía en ese marco los Wahnsim periódicos (1887) o los delirium periódicos, encontrando un lugar para los estados delirantes y alucinatorios agudos que no desembocan en un delirio crónico o en un estado deficitario. De manera característica el criterio evolutivo y un análisis psicológico cuyo carácter atomista se señalará de pasada (wundtien) permiten agrupar síndromes clínicamente heterogéneos en una "entidad mórbida‖. * La demencia precoz: es el nuevo nombre para el grupo de los procesos demenciales, incluyendo la segunda forma paranoide (paranoias alucinatorias, delirios sistematizados fantásticos), y la demencia paranoide. Todas desembocan en estados terminales muy parecidos, con síntomas fundamentales idénticos. La naturaleza especial de la demencia es claramente percibida por Kraepelin: la inteligencia, la orientación, la memoria, están intactas; la afectividad, la voluntad, el razonamiento (en síntesis, la personalidad) están afectadas primaria y profundamente; cada función especialmente en cada forma: hebefrenia, catatonia, demencia paranoide. Ellas desembocan principalmente en estados terminales muy parecidos pero también que se encuentra en ellas nuevamente síntomas fundamentales idénticos (reagrupamiento en base a un análisis psicológico): - la distinción de los síntomas fundamentales (repliegue afectivo, indiferencia, afección consecutiva de la voluntad: falta de voluntad, perturbación del curso del pensamiento y del razonamiento, "pérdida de la unidad interior") y de los síntomas accesorios (alucinaciones, ideas delirantes, automatismos gestuales catatónicos, accesos depresivos o excitativos, impulsiones). - en la demencia precoz se incluyen los estados agudos (psiconeurosis) de los antiguos autores que terminan en un estado disociativo secundario, pero también todos aquellos que parecen curar pero cuya presentación clínica es homóloga a las formas cardinales de la enfermedad (síntomas catatónicos, síndrome de influencia, delirio de persecución física, perturbaciones afectivas, perturbaciones del curso del pensamiento). Son considerados entonces como brotes mórbidos resolutivos, que no dejan más que un déficit muy ligero para ser manifiesto, lo que representa más una manera de ocultar el problema que una solución satisfactoria. - la inteligencia, la memoria, la orientación, están intactas; la afectividad, la voluntad, el razonamiento y en consecuencia la personalidad, están por el contrario afectadas primaria y profundamente, cada una de esas tres funciones especialmente en cada una de las tres grandes formas. - el carácter nuclear de la hebefrenia, donde esta demencia predomina y donde los síntomas accesorios son móviles, polimorfos y fugaces. Este análisis se aplica perfectamente al primer grupo que Kraepelin constituyó así (hebefrenia, catatonía, demencia paranoide; pero a partir de esta sexta edición agrega una segunda "forma paranoide", las paranoias (Verrückthertí) fantásticas, en base a la similitud de los estados terminales (demencia vesánica: autismo, neologismos, delirio
  • 9. 9 hermético y estereotipado) y de los síntomas iniciales que le parecen manifestar la misma afección de las funciones psicológicas que están en la base de la integridad de la personalidad. Sin embargo Kraepelin hará siempre, a nivel clínico, la diferencia. El plano de la terminación, los delirios fantásticos conservan cierta autonomía: sus formas terminales más frecuentes se distinguen netamente de las de la hebefreno-catatonía. Este rasgo las acerca a la paranoia en sentido estricto como, por otra parte, su edad de aparición, netamente más tardía que para el resto de la demencia precoz Los caracteres generales de la psiquiatría alemana están en Kraepelin: lo elevado de su visión, sus tentaciones a las síntesis y a la estrechez. Los puntos débiles: * La dimensión etiológica: debilidad de la constitución del grupo endógeno * La dimensión evolutiva: pone más importancia al estado terminal, en vez de una secuencia clínica. * El análisis psicopatológico: importante en la demencia precoz; la vasta síntesis de muchas formas que no fue aceptada fácilmente, a la que el mismo Kraepelin termina renunciando. Kraepelin anuncia las tendencias y dificultades de la psiquiatría moderna. Demencia precoz, o el grupo de las esquizofrenias: Bleuler La idea de demencia precoz deriva en su totalidad de Kraepelin, como también el agrupamiento y descripción de los distintos síntomas. Un aspecto importante del intento de perfeccionar y ampliar los conceptos de la psicopatología es precisamente la aplicación de las ideas de Freud a la dementia praecox. La observación de que una enfermedad aguda puede tener por resultado un daño permanente del órgano afectado ha tenido en la psiquiatría una importancia mucho mayor que en cualquier otro campo de la medicina. Se ha convertido en una cuestión vital saber cuáles de las formas agudas de la enfermedad culminan en estados incurables y cuáles no. Kraepelin consiguió aislar un cierto número de síntomas presentes en afecciones con prognosis muy pobres, y ausentes en otros grupos de enfermedades. Las psicosis caracterizadas por la presencia de estos síntomas fueron reunidas bajo el término Dementia praecox. Cierto grupo de síntomas indica una tendencia al deterioro (demencia). Otras afecciones agudas donde faltaban estos síntomas no parecían culminar nunca en daños secundarios (psicosis maníaco- depresivas). La presencia del complejo de síntomas así seleccionado y definido, se caracteriza como una unidad al amplio grupo de la demencia precoz. Pese a las múltiples manifestaciones clínicas externas, todos estos casos tienen mucho en común, y son claramente distinguibles de otros tipos de enfermedad mental. Pese a que no siempre esta afección tiene por resultado un completo deterioro, algunos importantes síntomas residuales son comunes a todos. Además de una idéntica sintomatología, encontramos también los mismos resultados finales (cualitativamente, no cuantitativamente), es decir, la misma dirección de la enfermedad. Otras psicosis no muestran ni la misma sintomatología ni el mismo desenlace. Se ha fracasado hasta ahora en hacer subdivisiones según cuadros clínicos externos; bajo el término demencia precoz o esquizofrenia incluimos entonces a un grupo de enfermedades que pueden distinguirse claramente de todos los otros tipos patológicos en el sistema de Kraepelin. Tienen síntomas comunes y prognosis semejantes, pero cuadros clínicos extraordinariamente diversos. El desarrollo de este concepto (nacido en la quinta edición de la Psiquiatría de Kraepelin) constituye una parte considerable de toda la evolución de la psiquiatría teórica. El significado original del nombre ―demencia precoz‖ debería ser considerado irrelevante (ya no se lo considera un ―síntoma precoz‖, ni está relacionado solamente con las psicosis de la gente joven). Bleuler acuña un nuevo término para la enfermedad porque dice que: demencia precoz solo designa a la enfermedad y no al enfermo; sostiene que no en todos los casos aparece precozmente, y no siempre termina en demencia. Hay que darle un nuevo nombre que no genere malentendidos, y se propone llamarlo ―esquizofrenia‖, porque el desdoblamiento de las distintas funciones psíquicas es una de sus características más importantes. Con el término “demencia precoz” o “esquizofrenia” designamos a un grupo de psicosis cuyo curso es a veces crónico, y a veces está marcado por ataques intermitentes, y que puede detenerse o retroceder en cualquier etapa, pero que no permite una completa restitutio ad integrum. Se caracteriza por un tipo específico de alteración del pensamiento, los sentimientos, y la relación con el mundo exterior, que en ninguna otra parte aparece bajo esta forma particular. En todos los casos se trata de un desdoblamiento más o menos nítido de las funciones psíquicas. Si la enfermedad es pronunciada, la personalidad pierde su unidad; en diferentes momentos, diferentes complejos psíquicos parecen representarla, y estos complejos no se combinan con un resultado unificado (como en una persona sana), sino que un subconjunto de éstos domina la personalidad por un tiempo, y otros son segregados o impotentes. Las ideas son elaboradas parcialmente, los conceptos dejan de ser completos, parecen prescindir de uno o más de sus componentes esenciales, o sólo están representados por unas pocas nociones truncadas. El proceso de asociación será considerada extraño o incorrecto por individuos normales. Con frecuencia el proceso del pensar se detiene en medio de un pensamiento, o afloran nuevas ideas que ni el paciente ni el observador pueden relaciona con la anterior corriente de pensamiento. El proceso de asociación opera con fragmentos de ideas y conceptos: da por resultado asociaciones que individuos normales considerarían incorrectas, extrañas e imprevisibles.
  • 10. 10 No se puede demostrar trastornos primarios de la percepción, la orientación o la memoria. En los casos más graves, parecen faltar expresiones emocionales y afectivas, o ser inadecuadas a los procesos intelectuales involucrados (otros síntomas presentes: alucinaciones, ideas delirantes, confusión, estupor, manía y fluctuaciones afectivas melancólicas, y síntomas catatónicos). La demencia precoz puede ser dividida en cuatro subgrupos: 1) Paranoide (alucinaciones o ideas delirantes) 2) Catatonia (síntomas catatónicos dominantes) 3) Hebefrenia (mínimas accesorios no dominantes) 4) Esquizofrenia simple (síntomas básicos específicos) LOS SINTOMAS FUNDAMENTALES Los síntomas fundamentales consisten en trastornos de la asociación y la afectividad, la predilección por la fantasía en oposición a la realidad, y la inclinación a divorciarse de la realidad (autismo). Funciones simples alteradas: * Asociación: Las asociaciones pierden su continuidad. Esta afección interrumpe a veces hilos aislados de pensamiento, a veces grupos o grandes segmentos de ellos. El pensamiento se hace ilógico y extravagante. Tienen importancia las asociaciones por el sonido, donde la semejanza sonora no es suficiente, y las asociaciones indirectas. Dos o más ideas son condensadas en una sola. La estereotipia produce la tendencia a aferrarse una idea que el paciente repite. Hay una escasez de ideas. Alguna idea domina la cadena de pensamientos. Estos trastornos de asociación tienen por resultado estados de confusión. Existe la prisa en el pensar, en el que la sucesión de pensamientos se incrementa patológicamente (flujo acelerado). También aparece el fenómeno de obstrucción: como si la actividad hiciera un alto brusco y completo; cuando se reanuda nuevamente surgen ideas que tienen escasa o ninguna relación con lo anterior. No son estados permanentes, sino episodios aislados. La obstrucción puede extenderse sobre la psique, y el paciente se queda en silencio y no se mueve. La obstrucción se puede encontrar en la esfera motriz, en las acciones, los recuerdos y las percepciones. Este concepto lo acuñó Kraepelin. En su mayoría, los pacientes encuentran la obstrucción como un estado desagradable. Pueden volverse ineficaces imágenes aisladas o combinaciones enteras de una manera aparentemente fortuita. El pensamiento opera con ideas y conceptos que no tienen relación o tienen una relación insuficiente con la idea principal. Solo en estados de estupor se detiene por completo el pensar. Las asociaciones por sonido son muy frecuentes, no son siempre obvias (no es suficiente sólo el sonido), y tienen el sello esquizofrénico de lo extravagante. A veces la asociación no es directa, sino que se relaciona con palabras intermedias de igual sonido. Otra posibilidad es completar frases comunes por componentes comunes pero inadecuados (una paciente enumera su familia: padre, hijo, y completa ―y espíritu santo‖). En algunos casos los pacientes retornan a determinadas estructuras en la oración, una y otra vez. Aparecen nuevas conexiones después de una ruptura total en el curso de los pensamientos; relaciones con ideas que han surgido accidentalmente, condensaciones (palabras percha), asociaciones por el sonido, asociaciones intermedias y persistencia de ideas (estereotipia). Estas conexiones son normales en las personas sanas, pero en la esquizofrenia se encuentran exageradas. Los pacientes son aprisionados por un círculo de ideas al cual quedan fijos: estereotipia. La estereotipia puede fijarse durante largo tiempo. La tendencia a la estereotipia combinada con la carencia de propósito en el pensamiento conduce al pensamiento pegajoso: cierto tipo de persistencia y un empobrecimiento general del pensar. Los pacientes hablan siempre de lo mismo y no se interesan por nada más. Hay un desbordamiento de pensamientos porque no pueden retener nada en sus mentes, una urgencia de pensar, acumulación de pensamientos. Los pacientes se sienten forzados a pensar. Estos fenómenos pueden aparecer en el mismo paciente que en otro momento sufre de obstrucción. El contenido de los pensamientos apremiantes es siempre el mismo. Hay que diferenciar la obstrucción (detención brusca de pensamiento, movimiento, etc.) de la inhibición (proceso lento o dificultoso). * Afectividad: La deterioración emocional es muy importante. En los casos más graves los enfermos dejan de manifestar emociones. La indiferencia ante todo es el signo exterior de su condición. El instinto de conservación es nulo. En los casos más leves la indiferencia puede estar disimulada. Al comienzo de la enfermedad hay una hipersensibilidad, de modo que los pacientes se aíslan conciente y deliberadamente a modo de evitar todo lo que pueda suscitarles emociones. Pero sus emociones carecen de profundidad. Hay una indiferencia parcial ante intereses pasados. Se observan estados de ánimos básicos significativos. El estado puede ser de euforia, tristeza o ansiedad. Los pacientes mezclan exteriorizaciones de diferentes estados de ánimo. Pasan de un segundo a otro a exteriorizaciones de diferentes estados de ánimo, sin modificar el estado de ánimo básico. Rápida alteración y rigidez emocional. Las peculiaridades emocionales de la esquizofrenia incluyen la displicencia, la indiferencia, la irritabilidad, la gran labilidad afectiva (movilidad de humor, versatilidad), la aparición caprichosa de emociones. Pueden surgir todos los matices emocionales, con su fuerza intensa, cuando
  • 11. 11 recuerdan el pasado. La capacidad psíquica de presentar emociones no ha desaparecido en la esquizofrenia. Con frecuencia se descubren impulsos eróticos. En vez de interés se encuentra curiosidad. En la esfera de la irritabilidad es donde mejor se conservan las emociones. Se puede conservar el amor maternal o paternal. También se hallan rezagos de sentimiento de simpatía por los demás. No se les reconoce ni modestia ni vergüenza. Son inaccesibles a las influencias y caprichosos. El énfasis emotivo en los procesos corporales están menos afectados. Son impermeables a las necesidades dolencias físicas. La mayoría no es conciente de sus trastornos afectivos y considera normal su reacción. * Ambivalencia: Tendencia a otorgar a los psiquismos más diversos un índice positivo y uno negativo al mismo tiempo. Siempre está presente, y es una consecuencia de los trastornos de la asociación. En la ambivalencia afectiva el mismo suceso está acompañado de sentimientos agradables y desagradables. En la ambivalencia de voluntad el paciente quiere y no quiere hacer algo. En la ambivalencia intelectual el paciente afirma y niega lo mismo (―soy X; no soy X‖). Los pacientes no notan sus contradicciones. Piensan simultáneamente una cosa y su inversa. Las tres formas de ambivalencia no se distinguen fácilmente. La ambivalencia manifiesta todas las graduaciones hasta llegar al negativismo. Las funciones simples intactas: En contraste con las psicosis orgánicas, en la esquizofrenia la sensación, la memoria, la conciencia y la movilidad no están afectadas directamente: si aparecen, son síntomas accesorios, fenómenos accidentales, alteraciones secundarias. Las funciones compuestas Las funciones complejas que resultan de las operaciones coordinadas de las funciones discutidas anteriormente, tales como la atención, la inteligencia, la voluntad y la acción, están perturbadas en la medida que lo estén las funciones simples de las que dependen. Sólo se considera aquí la asociación y la afectividad. La esquizofrenia se caracteriza por una peculiar alteración de la relación entre la vida interior y el mundo exterior. La vida interior asume una preponderancia patológica (autismo). a) Relación con la realidad: Autismo Los esquizofrénicos más graves, que no tienen más contacto con el mundo externo, viven en un mundo propio. Se han encerrado en sus deseos (que consideran cumplidos), o se ocupan de sus ideas persecutorias; se han apartado en todo lo posible del contacto con el mundo exterior. A este desapego de la realidad, junto con la predominancia de la vida interior, se lo denomina autismo. No es totalmente impermeable con el entorno el paciente. En los casos menos graves, todavía hay desenvolvimiento con el mundo externo, pero lo que está en contradicción con sus complejos no existe para sus pensamientos o sentimientos. Ejemplos: un paciente anhela la libertad, pero permanece indiferente cuando se produce. Otro intenta cada día abrir una puerta mil veces; cuando se la deja sin cerrar, se turba y no sabe qué hacer. Otro pide una llave o la presencia del doctor, y cuando se lo conceden, no sabe para qué lo ha pedido. Muchas veces el complejo del autista no es notable desde afuera. El autismo exterior es cuando el paciente trata de evitar la percepción de la realidad (mirando una pared vacía, tapándose la cabeza con ropa). También ocurre que el autista tome la realidad por una ilusión, y su mundo fantástico (o los estados alucinatorios) por real. Ya no creen en sus sentidos, y transforman la realidad por ilusiones y alucinaciones. Sin embargo los pacientes siguen actuando de acuerdo a la realidad. b) Atención La atención es un fenómeno parcial de la afectividad, y se ve afectada cuando esta última se deteriora. Cuando falta afectividad, no habrá atención activa. Mientras siga existiendo el interés, la atención será normal; pero cuando falta la disposición afectiva falta también el impulso a seguir los procesos externos e internos, a dirigir la marcha de las sensaciones y los pensamientos: no hay atención activa. c) Voluntad La voluntad es resultante de los diversos procesos afectivos asociativos, y se altera sobre todo por la postración emocional. Se evidencia la pereza y la negligencia; en los casos moderados donde hay deseos, no se hará nada para cumplirlos, o lo contrario: todo deseo se lleva a la práctica (debilidad volitiva) a cualquier precio. Se puede presentar la abulia, o su opuesto (hiperbulia): ejecutan con la mayor energía lo que se las ha metido en la cabeza, con una perseverancia extraordinaria. También sufren de lo opuesto: la incapacidad del paciente para resistir a los impulsos que vienen de su interior. Llevan a la práctica cualquier deseo o fantasía inmediatamente. Evidencian displicencia, volubilidad y vacilación. En la esfera de la volición, la obstrucción es particularmente notable; si es persistente, es una forma del estupor catatónico.
  • 12. 12 d) La persona Los pacientes saben quiénes son (siempre que el delirio no falsifique la personalidad), pero el ego nunca está totalmente intacto: hay modificaciones, desdoblamientos. e) “Demencia” esquizofrénica El trastorno esquizofrénico de la inteligencia está caracterizado con la mayor claridad por el estado de las asociaciones y de la afectividad. Es inadecuado designar con ―demencia‖ o ―imbecilidad‖ a la perturbación de la inteligencia en la esquizofrenia. No hay pérdida de las imágenes de la memoria. Ni siquiera los esquizofrénicos más graves son dementes, en el sentido de las psicosis orgánicas. 1) Actividad y comportamiento La conducta esquizofrénica se caracteriza por la falta de interés, de iniciativa, y de una meta definida, por la adaptación inadecuada al medio ambiente, por no considerar muchos factores de la realidad, por la confusión, por las repentinas fantasías. Los casos leves viven esencialmente como personas normales, pero tienen una sensibilidad diferente, o una particularidad. Limitan sus contactos con el mundo externo en un grado más o menos importante. Se vuelven extravagantes. Los pacientes se apartan más y más de lo normal en su comportamiento. Tienen tendencia a la bufonería y a coleccionar cosas. LOS SINTOMAS ACCESORIOS Los síntomas fundamentales no se manifiestan, en un comienzo, con la suficiente fuerza como para la internación; sino que son los síntomas accesorios los que llevan a consultar. Estos síntomas accesorios pueden presentarse durante todo el curso de la enfermedad, o solamente en períodos arbitrarios de ella. Estos síntomas pueden ser transitorios o de larga duración. Son ellos los que proporcionan el sello exterior al cuadro patológico. Ellos incluyen: las alucinaciones e ideas delirantes, las perturbaciones de la función de la memoria y los cambios de la personalidad, el habla, escritura y varias funciones físicas modificadas, síntomas catatónicos. a) Alucinaciones, ideas delirantes e ilusiones En los esquizofrénicos hospitalizados, las ideas delirantes, y en particular las alucinaciones, ocupan el primer plano del cuadro clínico. Las alucinaciones suelen preferir la esfera auditiva (escuchar voces, o en menor medida otros sonidos) o las sensaciones corporales: táctiles, y en último lugar visuales, en estados de obnubilación o excitación alucinatoria aguda. No es habitual que la alucinación involucre hechos cotidianos (porque no tienen significado especial) o demasiado complejos (porque los pacientes están perimidos intelectualmente). Lo habitual es que las voces amenacen, critiquen y consuelen en frases breves o bruscas, formulando todos sus impulsos y temores. Suelen dar órdenes y contraórdenes, aprobaciones y rechazos simultáneos, prohibiciones, o simples comentarios y descripciones de la realidad, o repiten el pensamiento o el discurso del paciente. Las voces pueden provenir de cualquier órgano del cuerpo, o de objetos externos. Las sensaciones físicas (amor, dolor, tortura) pueden darse en cualquier órgano. También un paciente puede creer firmemente que está ejecutando cierta acción, cuando en realidad está quieto. Entre las alucinaciones corporales esquizofrénicas, las sexuales son con mucho las más frecuentes y las más importantes. Estos pacientes experimentan todos los goces y arrobamientos de las gratificaciones sexuales normales y anormales, pero más frecuentemente aún, toda práctica obscena y repugnante que pueda concebir la fantasía más extravagante: erecciones dolorosas, extracción de semen, violaciones, cópula con animales, daños a los órganos genitales, dolores, voces relacionadas con los genitales. Las alucinaciones corporales tienen una tendencia especial a aparecer como alucinaciones reflejas (ataques, muy a menudo de carácter sexual). Las alucinaciones visuales son comparativamente raras. Pueden presentarse escenas completas, complementadas con alucinaciones de los otros sentidos. Las alucinaciones táctiles también son raras, y suelen estar relacionadas con el contacto de animales/insectos. Las alucinaciones en los esquizofrénicos tienen cuatro características independientes entre sí: 1. Intensidad: La intensidad no tiene relación con la atención obsesiva. La intensidad puede aumentar o disminuir con frecuencia según las oscilaciones de la enfermedad. La intensidad puede variar. Admite un gran rango de valores, desde un susurro a una voz atronadora, desde un roce a una tortura extrema 2. Claridad: La claridad puede aumentar o disminuir con frecuencia según las oscilaciones de la enfermedad. Suelen ser vagas, pero no perturban en absoluto el efecto subjetivo de la experiencia alucinatoria. La alucinación puede ser muy clara o muy vaga; en este último caso no perturba el efecto subjetivo de la experiencia 3. Proyección: La proyección puede aumentar o disminuir con frecuencia según las oscilaciones de la enfermedad. Muchas alucinaciones son proyectadas al exterior como percepciones reales, y no se las puede distinguir subjetivamente. Las alucinaciones de las sensaciones orgánicas ocupan u lugar
  • 13. 13 especial: el cuerpo se convierte en el mundo exterior. a veces la alucinación aparece como externa, y otras como interna: la voz que escuchan, ¿habla al oído desde afuera, o se percibe como un pensamiento interno? 4. Valor de la realidad: Atribuyen realidad al contenido de las alucinaciones. Los pacientes no están seguros de escuchar realmente voces, o de obligarse a pensarlas. Por lo general las voces interiores no hablan, pero se sabe que dicen algo. Hay pacientes que ignoran las alucinaciones y hay pacientes que actúan como si ellas fuesen más reales que la realidad misma. En su mayoría las alucinaciones tienen el mismo valor de realidad que las percepciones reales, o mayor. Cuando ambas se contradicen, se suele dar prioridad a las percepciones alucinatorias. Los pacientes no tienen una actitud crítica hacia las alucinaciones La actitud del paciente hacia las alucinaciones puede variar desde la indiferencia a la reacción más extrema. Algunos pelean contra la alucinación (con cábalas, o tapándose los oídos, por ejemplo), y otros se abandonan a ella, si es placentera. b) Ideas delirantes En las ideas delirantes puede encontrar expresión todo lo que se desea y teme; quizás todo lo que pueda ser experimentado o concebido. La idea más frecuente es el delirio de persecución: imaginan que se los calumnia, son víctimas de robos, les gritan cosas, los persiguen para esclavizarlos, torturarlos, envenenarlos, asesinarlos. Las fuerzas hostiles están en todas partes: escondidos en las paredes, en otra habitación, en el aire, en su propio cuerpo. Son los que provocan las voces y otras alucinaciones corporales. Los pacientes no están interesados en saber cómo hacen estas cosas sus enemigos; les interesa más saber por qué lo persiguen. El delirio de grandeza, que suele estar combinado con el delirio de persecución: enemigos que quieren robarle obras o poder. Los delirios eróticos consisten en su mayoría de una mezcla de ideas grandiosas y de persecución. El componente sexual rara vez está ausente en los delirios, aunque a veces puede estar oculto. Las ideas hipocondríacas, en muchos casos, dominan el cuadro clínico: dolencias, debilidad, ideas de transformaciones o pérdidas corporales. La duración de las ideas delirantes puede variar desde unos pocos segundos a toda la vida (ideas fijas). En algunos casos duran sólo lo que dura el ataque, en otros casos crónicos las duraciones son largas. Es muy dudoso que las ideas delirantes se corrijan (antes bien se olvidan por aburrimiento o repetición), en contraste con los errores de una psique normal o con los delirios de una psicosis maníaco-depresiva. Muchas ideas delirantes retroceden cuando pierden su valencia emocional por haber sido monótonamente repetidas. Los pacientes no corrigen sus ideas, sino que no piensan más en ellas. Las psicosis pasionales: Clérambault Un sustrato afectivo se observa en los delirios maníacos, obsesiones y fobias, anomalías sexuales, delirios de persecución, etc. El paranoico delira con su carácter. El carácter es el total de emociones cotidianas mínimas convertidas en hábito y cuya cualidad está prefijada para cada día. En los pasionales, por el contrario, se produce un nudo ideo afectivo inicial, en el que el elemento afectivo está constituido por una emoción vehemente, profunda, destinada a perpetuarse sin cesar y que acapara todas las fuerzas del espíritu desde el primer día. El inicio del delirio no está marcada en el pasado: tiene una fecha precisa de comienzo. La desconfianza del paranoico rige las relaciones del yo con la totalidad de lo que lo rodea y cambia la concepción de su yo; la pasión de los pasionales no la concepción que tienen de sí mismos, ni sus relaciones con el entorno. El pasional, ya sea erotomaníaco, reivindicativo o celoso, tiene desde el inicio de su delirio una meta precisa, y su voluntad está dominada por el delirio. Su delirio pone en juego de entrada su voluntad, y eso es un rasgo diferencial: el delirante interpretativo vive en un estado de expectación, el delirante pasional vive en un estado de esfuerzo. El delirante interpretativo vive en el misterio, pasivo, quieto, observando, razonando, buscando explicaciones en el pasado, mientras que el pasional, apurado, vive exigiéndose hacia una meta en el futuro, no delira más que en el dominio de su deseo: sus razonamientos y su voluntad están polarizados. Todo el trabajo interpretativo queda reducido al espacio que se extiende entre el objeto y el sujeto, el desarrollo de las concepciones no se hará circularmente sino en sector: si los puntos de vista se alargan en el tiempo, será permaneciendo en el mismo sector, cuyo ángulo de abertura no cambia. Contrariamente a este proceso, las concepciones en el interpretador irradian constantemente en todos los sentidos. La conclusión es que su personalidad completa está amenazada o exaltada, la circunda una conspiración general, o bien es rey de los mundos. El interpretativo tiene a menudo puntos de vista retrospectivos, va a buscar explicaciones en el pasado. El pasional, que está apresurado, mira siempre hacia el futuro. Las primeras y principales convicciones del pasional se obtienen por deducción del postulado (en este autor el postulado reemplaza a la idea prevalente de Serieux y Capgras). El delirante interpretativo no tiene una cadena de ideas subordinada a una idea madre (o directiva o prevalente), las ideas surgen de todas partes; el pasional tiene una idea fija: muerta la idea, muere el delirio. En el núcleo ideo-afectivo que constituye el postulado, el primero cronológicamente es la pasión. El mecanismo pasional de la erotomanía explica la presentación hipomaníaca tan frecuente: el erotomaníaco y el reivindicativo son un excitable excitado. En razón de la noción de meta dominante desde el origen, el erotomaníaco es desde antes del despecho un reivindicativo, pero condescendiente.
  • 14. 14 Comparte las ideas de Serieux y Capgras, pero añade que los dos cuadros de delirio proceden de un dato único: la patogenia pasional. Es decir, los reivindicativos se separan de los interpretativos, aunque todos proceden de este dato único. De rasgos pasionales tales como la animación inicial, el objetivo único y conciente de entrada, el olvido de cualquier cosa menos de la pasión, es de donde deriva la limitación de las ideas de persecución y de grandeza, al servicio de los intereses únicos de esta pasión, y la ausencia habitual de exceso en las concepciones terminales. Si bien los delirios pasionales son en gran medida interpretativos, la interpretación es constante en los estados emocionales, y en los delirios pasionales es secundaria. Hay casos mixtos (interpretación, delirio pasional), pero infrecuente. Otro caso mixto: síndromes pasionales asociados a delirios alucinatorios, con o sin demencia. Diferencia entre pasionales normales y perseguidos-perseguidores no enamorados: el pasional normal no cree ser amado más que él ama, no pretende conocer el verdadero pensamiento del Objeto mejor que el Objeto mismo, no dice que la conducta del Objeto hacia él es paradójica (contradictoria), no niega que el Objeto esté casado, todos sus esfuerzos parte de la idea de que podrá y puede hacerse amar. Un diagnóstico no se puede establecer con un solo signo. No hay un cuadro completo de la erotomanía, sólo hay descripciones sin criterio. Paranoia (Lección 15): Kraepelin Los delirios y las alucinaciones con frecuencia se pueden encontrar en estados psíquicos diferentes. Kraepelin sostiene que la naturaleza del delirio es de poca ayuda para el encargado de formular un diagnóstico de un síndrome mórbido. El enfermo desarrolla con tranquilidad y sin conmoverse todo un relato, que en sus trazos principales responde efectivamente a la realidad. Lo que llama la atención desde las primeras frases es el contento de sí mismo, la pedantería con que se jacta de su inteligencia y de su capacidad. Si uno les objeta a estos enfermos cuan lejos está la realidad de sus deseos ellos suelen responder con indiferencia que son demasiado brillantez para ser comprendidos. En este texto da el ejemplo del hombre de mundo que es acechado constantemente por la señora bulldog. Este hombre relataba que la señora bulldog viene persiguiéndolo hace más de veinte años con proyecto de matrimonio; y le atribuye a ella la culpa de que el vaya de fracaso en fracaso. En todas partes, comenta el paciente, nota las trampas de la señora bulldog. Ella es la encargada de que nada le salga bien al paciente (perder su fortuna, no encontrar trabajo, estar encerrado en el asilo). Vaya donde vaya ella lo encontraba. El enfermo suele escuchar con aire incrédulo de entendido todos los argumentos que se intenta oponérsele: pero estos siquiera rozan su convicción. Y permanece igualmente inquebrantable. Los síntomas principales de la paranoia son las ideas de persecución y la estima excesiva de su persona. Por otra parte, la comprensión la memoria y el conjunto de comportamiento son de lo más normales. A las ideas de persecución, a pesar de que estén en contradicción con todo sentido común, el enfermo no siente la necesidad de darles bases más sólidas, y las mantiene tenazmente. Estas ideas pueden existir muchos años bajo la misma forma, y todos los acontecimientos de la vida diaria son interpretados en el sentido del delirio. Ve el mundo entero a través de su delirio y las persecuciones que sufre se vuelven cada día más inverosímiles. Las alucinaciones sensoriales no tienen parte alguna en el desarrollo de su delirio. Es difícil de decir si lo que estos enfermos tienen alucinaciones o interpretaciones delirantes. Pero ocurre que frecuentemente sus ideas persecutorias se relacionan con cualquier tipo de incidentes, interpretados de modo totalmente especial. Se observa en la particular disposición a delirar de los enfermos una gran flaqueza de juicio; aún cuando se toma el profesional la labor de hacerle entender toda la absurdidad de su delirio, el paciente no llega a rendirse a la evidencia. La alta estima que tienen los pacientes de sí mismos es otra prueba de esta flaqueza de juicio: un fracaso nunca reduce sus pretensiones. No manifiestan ningún trastorno en el terreno de la voluntad ni de la emotividad. Se nota cierta susceptibilidad cuando uno discute con el sujeto de sus ideas delirantes o su supuesta superioridad. El resto del tiempo encara a los acontecimientos y a la gente con la mayor naturalidad. La conducta de estos pacientes suele ser irreprochable ya que no hay negativismo, manierismo, ni impulsividad. El enfermo no tiene la sensación que obedece voces interiores, su acción esta causada por el delirio. Kraepelin define a la paranoia como la afección en la cual la autofilia y las ideas de persecución se desarrollan con la mayor lentitud, sin que la voluntad o la emotividad sean transformadas. En esta Paranoia = Interpretadores Pasionales  - Erotomaníacos - Reivindicadotes - Celosos Delira con su carácter Núcleo Ideo-Afectivo inicial No hay inicio preciso Fecha precisa de inicio Cambia la concepción del mundo y del yo Afectado el terreno de la pasión Concepciones irradian como una red circular infinita La interpretación crece en sectores Coordinadas en un sistema Ideas no coordinadas, sino subordinadas. El postulado se deduce de la idea-madre
  • 15. 15 enfermedad se instala un sistema que es a la vez producido por un delirio o por una manera especial de interpretarlo todo por medio del delirio. Se instala una manera particular de ver las cosas que el enfermo adapta a cada acontecimiento cuya presión le toca vivir. Su ritmo es esencialmente crónico y lento. Los pacientes comienzan por tener sospechas, las que pronto se tornan en certezas, para dar lugar, finalmente, a una inquebrantable convicción. Las ideas delirantes se injertan en hechos que son sometidos a una interpretación patológica. No se constatan jamás alucinaciones sensitivas, salvo excepcionalmente; pero de tanto en tanto se constatan errores de la memoria. Como estos enfermos no llaman demasiado la atención, su afección puede prolongarse durante largo años sin que se la perciba, y solo raramente se halla en los asilos. Por lo general, al cabo de unos diez años de comenzado el delirio aparece un relajamiento demencial bastante pronunciado. Es difícil que acepten el tratamiento en el asilo debido a la autofilia; luchan por conseguir la libertad. En este escrito Kraepelin da el ejemplo de un sastre que tuvo un problema con un oficial de justicia que lo quiso desalojar de su local. Instantáneamente después de este episodio el enfermo comenzó querellas legales contra distintas personas que relacionaba a lo que el sintió como una injusticia. Terminó en la cárcel por encerrar en la casa a algunos acreedores; los diarios se burlaron repetidamente de su caso, y el hombre, para lograr la rectificación de la difamación, recurrió a todas las instancias posibles. En las largas cartas - que contienen y repiten las mismas incoherencias - que escribe a las autoridades (en creciente jerarquía a medida que lo ignoran) se puede ver la excitación del autor, las interpretaciones absurdas de la ley, su precipitación. El sastre sigue trabajando, y los clientes, fuera de sus peticiones, no notan nada de su afección. Al contar su historia, el paciente se da cuenta de su situación y no confunde los hechos del pasado. Como en sus cartas, oralmente usa siempre los mismos giros gramaticales. Culpa de todos sus males al primer abogado que lo demandó, pese a que hace seis años que ya no está relacionado con la causa. Cree que hay una alianza secreta, una conjura de todos en su contra. Niega todos los argumentos en su contra, no quiere reconocer que se pudo haber equivocado; desconfía de quien lo contradice y lo hace parte de la conjura. Haciendo abstracción de sus peticiones, no se nota nada anormal. Los enfermos se dan cuenta de su situación y no confunde los hechos del pasado. Cuentan sus altercados con la justicia con la mayor volubilidad y encuentran en ello cierta satisfacción. Al enfermo no le resulta embarazoso ninguna observación que se le haga; acumula detalles y detalles. Al cabo de cierto tiempo se agrega cierta tendencia a saltar de una idea a otra y a utilizar siempre los mimos giros gramaticales en sus frases. El sastre que se cita como ejemplo, culpa al abogado que lo había demandado de todas sus desgracias, aunque hacía varios años que no tenía relación: atribuye todos los contratiempos que luego se produjeron a aquella situación primera. A todos los sinsabores judiciales, estos pacientes le atribuyen un único y mismo origen. Poco a poco los pacientes incriminan a varias personas, que agrupan en una asociación que trabaja en su contra. Se trata de fenómenos reales, pero visto e interpretados de manera especial. El enfermo es absolutamente ineducable, es imposible hacerle entender nada de nada. No reconoce que se haya equivocado o que ha exagerado la importancia de los hechos. En cuanto se aborda el tema, el paciente se vuelve desconfiado; y si se lo contradice comienza a pensar que uno forma parte de sus adversarios. Algunas de las líneas que caracterizan el cuadro son: ideas de persecución, que están referidas a un punto bien determinado y que adquiere cada vez mayor extensión; ningún razonamiento sería susceptible de infringirlo. Esto habla de un delirio profundamente enraizado en el individuo psíquico, donde ha alcanzado a formar un sistema. Además existe en el paciente un indudable empobrecimiento intelectual que se traduce en la monotonía y la pobreza ideativa y sobre todo en la poca influencia que las más sensatas objeciones tienen sobre él. La memoria general de estos pacientes es fiel, pero no está intacta. En lo emocional se puede observar que su opinión de sí mismo es de lo más exagerada: se muestra como pareciendo superior, le gusta darse brillo con sus conocimientos jurídicos y, a pesar de sus continuos fracasos, espera con total confianza que su asunto termine exitosamente. Consideran que su caso es de la mayor importancia. A pesar de todos los infortunios que trae para sus seres queridos su delirio, el paciente acusa de su mala suerte a sus enemigos y a la justicia. Los reclamos se multiplican y son cada vez mayores. Esta odisea muestra el estado de los alienados querulantes, consiste en encarar los hechos a través de una interpretación delirante, está presente el mismo empobrecimiento mental, primero poco notorio, pero que avanza LENTAMENTE. En su conjunto es la misma subordinación de la conducta al delirio, en tanto que la memoria y la actividad psiquica se hallan muy poco modificadas. En el caso de los dos enfermos se trata de casos INCURABLES. El delirio de querulancia representa una variedad ligeramente diferente de la paranoia. La afección comienza normalmente promediando la edad media de la vida, cuando el sujeto viene de ser víctima de una injusticia a veces imaginaria o a veces seria; es en torno a esta que se desarrolla y todo el conjunto complejo y confuso de representaciones mentales y de actos delirantes. Los querulantes no son siempre querellantes: fuera del delirio se comportan como gente suave y tranquila. Representa un fenómeno degenerativo; esta hipótesis se ve confirmada por la lentitud de su desarrollo, por la cronicidad, por la incurabilidad del mal, y la escasa importancia que las influencias objetivas engendran.
  • 16. 16 La locura sistemática o Paranoia: Kraepelin Kraepelin comienza el artículo haciendo un poco de historia. Comenta que un gran número de psiquíatras alemanes designan con el término de paranoia a todas las enfermedades mentales funcionales en el curso de las cuales el trastorno exclusivo concierne a la capacidad de juicio. Es la instalación de ideas delirantes o de ilusiones sensoriales que caracteriza a la enfermedad. Esto lo diferencia de la manía o la melancolía, donde los trastornos son sobre todo de orden afectivo. Kraepelin sostiene que la aparición de trastornos del juicio en el curso de las enfermedades afectivas es una consecuencia de un trastorno primitivo del humor, que puede ser triste o alegre. La paranoia no es cualquier psicosis en la que dominan los trastornos del juicio. No existe la "paranoia aguda": si la paranoia es una enfermedad, sólo puede ser aguda o crónica. Hay casos en que se instalan paralelamente ideas delirantes (extravagantes y ricas o muy pobres desde el principio, para luego modificarse y sucederse hasta pasar a segundo plano) y una declinación de las facultades mentales. Son cuadros hechos sobre el modelo del ataque hebefrénico, catatónico o senil, y se puede prever la significación secundaria del delirio por un lado, y el aspecto de su resultado terminal por el otro. En otros casos hay un desarrollo precoz y progresivo de un sistema delirante permanente e inconmovible, con una total conservación de las facultades mentales. Para estas formas se reserva el término "paranoia": conducen al sujeto a un trastorno total y a una mutación de sus opiniones respecto a las personas y los acontecimientos que lo rodean. Entonces, para el diagnóstico de algunos estados, era más importante saber si los trastornos del humor o del juicio habían aparecido desde el comienzo, o, por el contrario, durante la evolución de la enfermedad. Kraepelin crítica a esta nosografía porque sostiene que solo se basaban en síntomas superficiales. Así, como la evolución de la enfermedad no era determinante, solo persistían como signos característicos los trastornos del juicio, las ideas delirantes, las ilusiones sensoriales. Kraepelin considera errónea toda evolución que haya tenido hasta ese momento el concepto de paranoia. La ve como un trato de los principales errores de la psiquiatría alemana, que se basa únicamente en los síntomas y que delimita entidades nosográficas a partir de hipótesis sofisticadas. La hipótesis de base que consiste en oponer los trastornos del juicio a los trastornos afectivos, es únicamente de orden psicológico y no de orden clínico. Kraepelin afirma que hasta ese momento todo intento de delimitación del grupo de la paranoia, y de distinción de esta respecto de otro grupo de enfermedades mentales, llegó regularmente a la conclusión que habían numerosas formas mixtas o de transición, lo cual dejaba sin aire a la noción misma de paranoia. Por estas razones Kraepelin descarta la diferencia entre enfermedades del juicio y enfermedades afectivas. Kraepelin no considera que las ilusiones sensoriales y las ideas delirantes no sean útiles para prever la evolución de una enfermedad, ya que estas aparecen en muchas formas de enfermedad distintas. El mejor medio de apreciar las características de una enfermedad, establece Kraepelin, es observar su evolución y desenlace. A través de este planteo Kraepelin reestructura el concepto de paranoia. Este planteo asegura que ante un grupo de casos que tengan el mismo resultado final se esta en condiciones de distinguir particularidades clínicas en el interior de cada caso y se podrá apreciar más finamente el pronóstico de otros casos análogos. Por esta razón el profesional es capaz de distinguir entre manifestaciones parecidas de cuadros muy distintos, de establecer un diagnóstico evolutivo a partir de signos característicos y de apreciar exactamente la significación pronóstica de determinados estados. Kraepelin también reestructura la forma de diagnosticar. Kraepelin combate contra los diagnósticos que solo etiquetan, sin rescatar nada para casos futuros. A estos médicos nunca un diagnóstico los decepcionará, ya que están vacíos, pero tampoco les aportará nada. Los únicos estados patológicos que Kraepelin asemeja a la paranoia son aquellos que evolucionan globalmente del mismo modo que ella. No cree en la noción de paranoia aguda. Kraepelin define a la paranoia como un estado en el curso del cual se desarrolla, precoz y progresivamente, un sistema delirante, de entrada característico permanente e inconmovible, pero con una total conservación de las facultades mentales y del orden de los pensamientos. Son ellas las que conducen al sujeto a un trastorno total de toda la concepción de su existencia y a una mutación de sus opiniones respecto de las personas y los acontecimientos que lo rodean. La progresión de esta enfermedad es de manera muy lenta. Durante la fase inicial, que a menudo se extiende por muchos años, aparecen una cierta depresión y una cierta desconfianza, así como quejas corporales vagas y temores hipocondríacos, El enfermo está insatisfecho de su suerte: se siente dejado de lado. Es así que el enfermo, en secreto y de manera progresiva, va abriéndose un abismo cada vez mayor entre él y su entorno. Se mantiene apartado de su entono y se muestra distante, busca la soledad a fin de no ser molestado. El enfermo conserva en él la terrible nostalgia de algo grande y elevado, la necesidad secreta de un proyecto grandioso. Poco a poco se refuerza en el paciente la idea de haber nacido para una gran causa. Poco a poco sus concepciones y sus pensamientos patológicos comienzan a influenciar sus percepciones. Luego su hipersensibilidad y su desconfianza crecen. Comienza a atribuir significaciones ocultas o una intención deliberada de ofenderlo. Sienten que en todas partes la atención está dirigida a ellos. El enfermo ve demasiado bien que todo está fabricado con refinada malicia y que se trata simplemente de un arreglo artificial de coincidencia detrás del cual se disimula una oscura maquinación y golpes bajos. Toda esta organizado para engañarlo e impedirle defenderse ante los ataques. Habitualmente, en forma paralela al delirio de persecución se desarrollan ideas de grandeza, que pueden ser ubicadas como una estima de sí muy alta.
  • 17. 17 Las ideas de grandeza incluyen que el enfermo se vea a sí mismo como particularmente dotado, después de algunos años de evolución de la enfermedad, puede comenzar a sospechar que no es hijo de sus padres, sino que su origen es mucho más ilustre y glorioso. Todas estas experiencias y concepciones realizan una extensa red de relaciones misteriosas de las cuales el enfermo es el centro. Hay un subtipo, la paranoia erótica, donde el enfermo observa que una persona excepcional por su situación muy elevada, pero del otro sexo, real o imaginaria, le quiere bien y le concede una atención muy particular que no pasa desapercibida. Pero el enfermo solo se entera por una mirada apenas esbozada, de las alusiones disimuladas, del diario o a través de rodeos de su amor. Los signos de persecución se incrementan con el progreso de la enfermedad. Toda la tonalidad de este amor es la de un apasionamiento romántico, platónico, mientras que el enfermo no tiene relaciones sexuales, sino solamente practican el onanismo. Después de todo este período de exaltación aparece una profunda contrición, un sentimiento de imposibilidad frente al ideal aureolado de tantas ventajas, una decepción frente a los rechazos que no comprende, así como un delirio impreciso de decepción y de culpa. La aparición de todas las ideas delirantes se hace sobre la base de interpretaciones patológicas de acontecimientos reales. Un poco más tarde se establecen relaciones de causa a efecto entre dos acontecimientos fortuitos pero sucesivos. Las ilusiones sensoriales son mucho más raras que las interpretaciones delirantes de acontecimientos reales. Solo se encuentran aisladamente ilusiones auditivas. Un trastorno que juega un rol importante en la aparición del delirio son las ilusiones de la memoria. A través de ellas el enfermo desfigura las experiencias del pasado: las ilusiones de la memoria nublan su vista. El carácter común de todos estos enfermos es su inquebrantabilidad: aunque a veces el enfermo reconoce que es incapaz de aportar una prueba formal de la validez de sus concepciones, toda tentativa de mostrarle el aspecto delirante de estas choca contra un muro. No tienen en absoluto conciencia de su enfermedad, y todo reproche lo toman como obra de sus perseguidores. El humor del enfermo está estrechamente ligado a su delirio. Vive sus persecuciones imaginarias como una suerte de tortura psíquica y se siente continuamente inquietado y supliciado; deviene suspicaz, huraño, irritable. Por el contrario, permanece satisfecho de sí mismo, pretencioso de tener siempre la razón. A menudo el humor varía por razones delirantes. Las actividades y el comportamiento del enfermo pueden permanecer durante mucho tiempo casi inalterados. Aunque se considera muy dotado, el enfermo nunca realiza algo positivo y solo tiene sinsabores en todas partes. A fin de evitar todas las persecuciones, el enfermo cambia de trabajo y de vivienda constantemente; pero este método solo le dura un coto lapso, hasta que se da cuenta que vaya donde vaya están sus perseguidores. A veces intenta llamar la atención sobre su persona y su pobre condición por medio de comportamientos extravagantes; pueden existir tentativas de suicidio. Las ideas de grandeza pueden convencer al enfermo de acercarse a sus ilustres padres. Son por lo general los comportamientos peligrosos los que conducen al enfermo al asilo. Cuando ingresan al asilo, los enfermos se resignan creyendo que pronto será descubierto el error. En estos momentos el enfermo oculta sus ideas delirantes. Poco a poco se le vuelve claro que el sistema secreto de las persecuciones tiene prolongaciones en el interior del asilo. En otros casos considera el estadio en el asilo como una prueba que debe soportar antes de llegar a su misión grandiosa; esto no lo deprime, por el contrario, le confirma su misión importante. La evolución posterior de la enfermedad es habitualmente muy lenta: se extiende por muchos años de manera casi inalterada. Solo tras la evolución de varias décadas se manifiesta un debilitamiento psíquico creciente a vivacidad de espíritu mientras todo el sistema delirante no cesa de enriquecerse. La frecuencia de la paranoia no es muy grande: no alcanza el uno por ciento. Los hombres parecen más frecuentemente afectados que las mujeres. Una disposición hereditaria a los trastornos mentales juega un rol importante. Las adversidades del destino, las decepciones, la soledad, la lucha contra la miseria y las privaciones son causas de esta enfermedad. Pero también debe tenerse en cuenta que los sin sabores son consecuencia del comportamiento del enfermo, perturbado tiempo atrás. En general la enfermedad se inicia entre los veinticinco y cuarenta años. Kraepelin sostiene que con una observación atenta no es difícil el diagnóstico de esta enfermedad. Se debe prestar atención a la lentitud de la evolución, el carácter particular de las ideas delirantes que se enlazan unas a otras, la conservación de la inteligencia, los pensamientos y el comportamiento. La paranoia existe desde muchos años antes de ser reconocida. Ulteriormente, todos los pensamientos y todas las acciones del enfermo están totalmente bajo la influencia del delirio, donde no escuchará razones y defenderá sus ideas obstinadamente. El tratamiento de estos enfermos no tiene más que un fin: evitar, merced de ocupaciones y distracciones, que se hundan en sus ideas delirantes. En algunos casos los enfermos son capaces de vivir en libertad sin dificultades graves, a pesar de la enormidad de su delirio. Hay otros casos (demencia precoz, parálisis general, demencia senil o locura maníaco depresiva) que pueden presentar transitoriamente un cuadro análogo. El delirio de querulancia representa una forma evolutiva bien particular de los delirios sistematizados. El postulado de base en este cuadro clínico está representado por la convicción de un perjuicio real y de la necesidad imperiosa para el enfermo de pelear hasta el fin por la reparación de esta injusticia que está persuadido de haber sufrido. Esta convicción se injerta sobre una desventaja cualquiera de la que el enfermo fue víctima de muy buena fe, en el curso de un proceso. Es incapaz de reconocer sus errores, de evaluar la situación objetivamente, de tener en cuenta el punto de vista opuesto, y busca únicamente que se tomen en cuenta sus concepciones y sus deseos personales de manera total. Lo que caracteriza al querulante es su incapacidad de comprender la verdadera justicia, por una parte, y el acento que pone sobre sus propios intereses por otra. El punto de partida del delirio está constituido por un desarrollo de una concepción errónea que arranca en el momento en que tiene lugar el juicio, que es siempre insuficiente. Aún las pruebas más convincentes no tienen efecto sobre ellos, pues no reconocen el valor de la investigación de los hechos. Es decir, El punto de partida del delirio es un juicio ―insuficiente‖: aún las pruebas más flagrantes no tienen efecto sobre ellos.
  • 18. 18 La naturaleza patológica del curso de pensamiento deviene evidente poco a poco: ante las derrotas, los testigos pasan a ser perjuros, los abogados y magistrados, malhechores. Cree que las declaraciones se deforman, se falsifican las actas e informes, llegan a creer que se tiene algo contra su propia vida (envenenamiento). Por su inquebrantabilidad, esta convicción absoluta de un prejuicio judicial, se revela delirante desde el inicio. Todas las proposiciones que van al encuentro de sus concepciones son concebidas por el enfermo como mentiras: todos los demás son locos o mentirosos. La inteligencia y la memoria de los querulantes parecen, al comienzo, intactas. Un examen profundo permite, sin embargo, demostrar que el enfermo no comprendió por completo el sentido de su exposición, y que deforma las frases más simples. Su relato se deforma en el sentido de su delirio cada vez que lo repite. Todo el interés y charla del querulante se reduce a su asunto. Todo pensamiento y diálogo es conducido a su único tema de interés. Una muy alta estima de sí es un signo que acompaña constantemente al delirio del querulante. Se encuentra también en los querulantes una irascibilidad netamente superior a la media, y la incapacidad para reflexionar con tranquilidad. Con el paso del tiempo, la obstinación y la exaltación apasionada no hacen más que acrecentarse. Suelen escribir interminables cartas y declaraciones. Todo lo demás es sacrificado en beneficio del andar patológico, y todas sus relaciones se perturban. La inteligencia está intacta a lo largo de toda la evolución y el orden del pensamiento está conservado. Se descubre siempre una completa coherencia de los contenidos del delirio. Cualquiera sea el punto de partida de una conversación, sus pensamientos lo llevan a su delirio, retornando sin cesar un su discurso, repetido e irreprimible. Por más que pase el tiempo, nunca toma conciencia del estado mórbido. Después de un cierto tiempo de evolución de la enfermedad, se instala constantemente un debilitamiento psíquico. Los discursos y declaraciones del enfermo devienen cada vez más pobres, monótonos e incoherentes. La irascibilidad se disminuye, el enfermo deviene apático, inofensivo e indiferente; comienza a dejar de esperar respuestas. Pero no modifica en absoluto sus convicciones delirantes. Kraepelin sostiene que este diagnóstico presenta dificultades al comienzo, por confundirse con otros cuadros clínicos. Para el diagnóstico del delirio de querulancia es preciso retener en particular: ante todo la constitución de un sistema de ideas delirantes, la total incapacidad de aprender de la experiencia, la continua extensión de las ideas de persecución que conciernen a un número cada vez mayor de personas, el desarrollo del todo el sistema delirante a partir de un punto único que permanece siempre en primer plano y que viene de intrincarse siempre con todos los pensamientos del enfermo. El conflicto primitivo nunca encuentra fin: no c esa de amplificarse desmesuradamente y solo halla la salida aparentemente por la fuerza. Las verdaderas causas del delirio de querulancia se ubican en una predisposición mórbida, en general hereditaria. La enfermedad se desencadena entre los treinta y cinco y cuarenta y cinco años, o más tarde. La evolución de la enfermedad comporta un debilitamiento psíquico más o menos pronunciado así como ideas delirantes persistentes. Pueden observarse períodos de mejoramiento notable, donde los enfermos esconden bien sus puntos de vista. El tratamiento de estos enfermos tiene por fin sustraerlos de su entorno durante lago tiempo, puesto que este los excita. El asilo puede transitoriamente modificar las cosas, como una mudanza puede modificarlas de manera durable, siempre que el enfermo no sea un peligro público. Síntomas del Delirio de interpretación: Serieux y Capgras - Síntomas positivos: A- Concepciones delirantes: variedades, grados de verosimilitud y sistematización, disimulación. B- Interpretaciones delirantes: 1 exógenas o tomadas del mundo exterior. 2 endógenas tomadas: a) del estado orgánico; b) del estado mental; interpretación de los recuerdos: delirio retrospectivos. Transformación del mundo exterior: falsos reconocimientos. - Síntomas negativos: A- Estado mental: persistencia de la integridad de las facultades intelectuales y de los sistemas afectivos. Lenguaje, escritos, conducta. B- Ausencia de trastornos sensoriales: a veces alucinaciones episódicas (síntoma accesorio y transitorio). El delirio de interpretación se caracteriza por la existencia de dos órdenes de fenómenos en apariencia contradictorios: por un lado los trastornos delirantes manifiestos, por el otro una conservación increíble de la actividad mental. Síntomas positivos: Las manifestaciones mórbidas del delirio de interpretación residen en las concepciones e interpretaciones delirantes. 1. Concepciones delirantes: aparece como el síntoma principal y llama la atención el tema novelesco. Se encuentran ideas de persecución y de grandeza, aisladas, combinadas o sucesivas. Las ideas de celos, místicas o eróticas son frecuentes. A veces se observan ideas hipocondríacas. Nunca hay ideas de negación. Saben defender sus ficciones a través de argumentos tomados de la realidad. Por lo general se mantienen dentro del dominio de lo posible, lo verosímil. La coordinación de estas concepciones en un sistema se realiza de un modo muy variable. La falta de sistematización proviene tanto de la abundancia de las interpretaciones que desorientan al enfermo, como el carácter dubitativo de este último. En algunos casos surgen, en vez de convicciones, dudas delirantes: el hecho delirante es considerado no como seguro, sino como posible. Estas concepciones delirantes permanecen de manera secreta. La disimulación es tan frecuente que casi podría considerarse un síntoma. Como la conducta permanece correcta, esta disimulación se convierte para el médico en una fuente de enormes dificultades, ya que puede durar mucho tiempo. La disimulación de ideas de grandeza es particularmente frecuente. A veces el paciente se calla, no por disimular, sino porque tiene conciencia de lo inverosímil de su delirio. 2. Interpretaciones delirantes: Los interpretadores no inventan completamente los hechos imaginarios; no se trata de ficciones sin fundamento o ensueños de una fantasía enfermiza. Se conforman con desvirtuar, disfrazar o amplificar hechos reales: su delirio se apoya más o menos exclusivamente en los