valoracion hemodinamica y respuesta a fluidorerapia
Teorico 1
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El eje con el que recortamos la elaboración freudiana y
lacaniana es el síntoma. Es el que nos permitirá destacar la
perspectiva de los encadenamientos y desencadenamiento que
entran en juego no solo en las psicosis sino también en las
neurosis que es la recorta nuestro programa de estudios. No solo
la psicosis es una estructura que puede desencadenarse, sino que
la neurosis también se desencadena. Así que vamos a hablar de
neurosis adormecida, no desencadenada también. Esa neurosis
adormecida eventualmente se despierta. Que haya angustia no
quiere decir que no pueda encontrar allí una ganancia. Entre
otras, esa angustia le permite interrogarse por el deseo. Vamos
a describir esa primera fase de la neurosis, adormecida, en
principio egosintónica, porque no es que no tenga síntomas, sino
que son compatibles con el yo. El primer estado del síntoma en
el que el neurótico ama a su síntoma como a sí mismo. No lo
reconoce como tal, no es un padecimiento para él, es parte de su
carácter. El síntoma de él puede ser sintomático para los otros,
pero no es un padecimiento para él. Es un síntoma que no muestra
su cara real. Uno diría que predomina la dimensión imaginaria
del síntoma. Por eso les decía que ama a su síntoma como a sí
mismo. Pero el azar lo lleva a una situación, al punto de
desencadenamiento de la neurosis, que lo vamos a llamar trauma.
Hay un encuentro traumático, que marca un antes y un después.
Las cosas no pueden ser como antes. Algo en el síntoma modificó
su posición. Si destacamos la cara imaginaria, yoica, ahora en
contraposición para el desencadenamiento de las neurosis sitúo
un síntoma que muestra una punta de real. Si el primer síntoma
es homeostático, si sirve al principio de placer, en el segundo
nos encontramos de una dosis de lo que Freud llamó más allá del
principio de placer. Lacan habla de vacilación del fantasma, el
síntoma pierde su sentido. Más, pierde su utilidad. Un término
que vamos a encontrar en el historial de dora. El primer
síntoma, que es parte del carácter de ese sujeto, que no sufre
por él, porque le ha encontrado una ganancia. Freud la llamó:
ganancia secundaria del síntoma. Tiene sentido mantener ese
síntoma. El yo lo ha hecho propio. Queda en las sombrar la
ganancia primaria del síntoma. La ganancia secundaria ha
domesticado esa ganancia primaria que sin embargo esta allí. El
nombre de esa ganancia primaria en el historial de Dora es grano
de arena. Un grano de arena en ese síntoma que ha sido envuelto.
Toda la fase infantil de la enfermedad consiste en alcanzar un
estado que Freud llama de salud aparente, de defensa lograda,
que es el que el sujeto se sirve del síntoma, le encuentra
sentido. El es su síntoma, no lo tiene. Cuando la neurosis se
desencadena, el síntoma muestra una cara de actividad que antes
no tenía, que el aparato psíquico había hecho lo suyo para
volver familiar esa dosis de extra brujería propia del síntoma.
Quiebre de la homeóstasis: trauma. El síntoma se muestra cuán
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ajeno es a la estructura del yo. la neurosis se desencadena.
Cuando ocurre algo que Freud llama el estado neurótico común.
¿Qué es? Es lo que en el seminario 3 habíamos leído como ese
estado de feliz incertidumbre en la neurosis no desencadenada.
Hay una felicidad estúpida que tiene el neurótico cuando no está
adormecido en el principio de placer. Claro que queda lejos de
su deseo, ¿pero qué importa? El desencadenamiento de la neurosis
es un despertar que supone una inyección de angustia. El sujeto
se encuentra con la falla en la función del padre. La
significación fálica nos adormece, por eso el síntoma tiene
sentido, opera en la ganancia secundaria del síntoma. En el
punto del fracaso de la operación metafórica que yo he llamado
hoy trauma. El sujeto se encuentra sin recursos fálicos para
abordar ese encuentro con lo real que el trauma suscita. El
trauma es su-cita, la cita con lo real. El encuentro del
neurótico que esta adormecido con un real del que puede
eventualmente servirse. El azar, la contingencia, la vida le
arropa una oportunidad. ¿Harás algo con tu deseo o seguirás
adormecido? El encuentro con lo real puede ser tratado por
diversos medios, no solamente vía analítica.
El primer estado del síntoma conforma más bien una
vertiente imaginaria, y el segundo una punta de lo real que es
muestra, el tercer estado es el simbólico. En el nudo
sintomático los tres registros en cada uno de esos tres estados
tienen su lugar. Pero digamos que predomina en el nivel de lo
que llamamos síntoma analítico, tercer estatuto del síntoma, que
el síntoma deviene texto posible de ser leído. El análisis, la
transferencia como tal, fuerza a esa dimensión real del síntoma
a volverse texto. Freud lo llama a eso neurosis de
transferencia. El síntoma es una creación nueva del análisis.
Esos síntomas toman nuevos sentidos, tomados por la
transferencia. Sentidos ligados a la relación con el analista.
El síntoma comienza a encontrar un lugar en la historia
simbólica del sujeto. Indica su relación con un objeto (a), muy
singular. La trama simbólica comienza a ponerse en movimiento,
comienza a reescribir su historia. A eso Freud lo llamaba
asociación libre, permite tramitar simbólicamente lo real del
síntoma que se ha despertado en el desencadenamiento de una
neurosis. No todas las neurosis desencadenadas concluyen con ese
examen del deseo del sujeto que supone el análisis. Y a veces,
neurosis no desencadenadas, llegan al analista.
Lacan decía que no recibía en el análisis sino a aquellos
que venían empujados por algo, sufriendo por algo. Igual si
consultan no es por nada, sino que algo ya no funciona, algo ha
trastabillado en su vida. Entonces, una neurosis se desencadena.
Hay síntomas que encadenan, que atan, que estabilizan, y hay
síntomas que desencadenan, desestabilizan. Pero no hay sujeto
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sin síntoma. Lacan va a decir que el síntoma es vuestra pareja.
Dice, por ejemplo, que para todo hombre una mujer es un síntoma.
Puede ser que no tenga síntomas corporales, sino que lo que haga
síntoma en el sea su mujer, puede que lo desestabilice o que lo
estabilice.
Ya en el primer Freud, en su primera nosología, señalaba
que en todos los casos la etiología del síntoma era sexual. Lo
sexual no es algo homogéneo, sino que tiene dos vertientes
distintas que permite distinguir el grupo de las llamadas
neurosis y neuropsicosis de defensa (histeria, representaciones
obsesivas y fobias, paranoia y confusión alucinatoria. En este
último caso la causa es una representación sexual inconciliable
la que motoriza la defensa. El síntoma es retorno de lo
reprimido de esa representación sexual que cayó bajo la
represión, de la que el aparato se defiende. Lo que Freud llama
neurosis en esa época son la neurastenia y las neurosis de
angustia. Pero lo sexual en este caso no es representacional,
sino que las hace efecto de una mala higiene sexual. Quiere
decir que la satisfacción hoy no se alcanza y eso da como
resultado neurosis de angustia o bien por vías no convenientes
lo que va a dar como resultado la neurastenia.
“Sobre la justificación de separar de la neurastenia un
determinado síndrome en calidad de neurosis de angustia” Freud
inventa un síndrome clínico nuevo que nombra neurosis de
angustia. En este texto de su primera nosología inventa la
entidad, y ubica grupos sintomáticos. Establece 10 grupos
sintomáticos de la neurosis de angustia, que van a ver que a
principio de siglo XX Freud anticipó el ataque de pánico.
Encuentra la irritabilidad general, la expectativa angustiada,
el ataque de angustia, equivalente al ataque de angustia, terror
nocturno, vértigo, fobias (no como formaciones del
inconsciente), actividad digestiva, parestesias diversas y
síntomas crónicos del ataque de angustia. Agrega también grupos
etiológicos. ¿Cuál es la etiología? la ausencia de orgasmo.
Ubica dos grupos: sean mujeres o sean varones quienes padecen
estos síntomas ligados a la neurosis de angustia. En las
mujeres, ubica aquellas que padecen angustia virginal, angustia
virginal de las recién casadas, mujeres con maridos con
eyaculación precoz e impotencia, coitus interruptus o
reservatus, viudas y abstinentes y climaterio. A los hombres:
abstinentes, excitación frustránea (¡le han calentado la pava!),
coitus interruptus y climaterio. Para ambos casos agrega
masturbación excesiva o abandono de la masturbación. Acá hay
ausencia de satisfacción y los síntomas que nombre antes son
sustitutos del orgasmo no acontecido. Puede haber algún orden de
satisfacción, orgasmos alcanzados de manera adecuada y eso da
entonces los síntomas de la neurastenia, a saber: presión
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intracraneal, flatulencias, constipación, fatiga, sensación de
casco, irritación espinal, parestesias espinales, obstrucción
intestinal. En el nivel de la etiología Freud ubica como causa
unívoca la masturbación, poluciones espontaneas, onanismo
inmoderado. En cuanto al trabajo con estas entidades voy a
indicar la pregunta que debe formularse respecto de ellas:
¿habría tratamiento psicoanalítico? Porque en principio si uno
deja al psicoanálisis como un arte de achicamiento, entonces el
síntoma se puede levantar, el síntoma como formación del
inconsciente. QUE de los síntomas que no son formaciones del
inconsciente y que no son causados por la represión? Dos
respuestas. Una de ellas, en 1912, donde Freud dice “lo esencial
de mis doctrinas sobre las neurosis actuales, esas doctrinas que
formule en su momento y que ahora defiendo -15 años después de
“sobre...”- estriba en la tesis formada de que sus síntomas no
se pueden descomponer analíticamente”. El síntoma en términos de
formaciones del inconsciente es un compuesto. Muy prontamente
vamos a hacer hincapié, a destacar, el termino que Freud usa que
es soldadura. En el síntoma entran en juego dos elementos
heterogéneos. hay un grano de arena no interpretable – vamos a
llamarlo con Lacan núcleo no interpretable del síntoma, y en
Freud, nódulo patógeno del síntoma- y ese grano de arena va a
tener envolturas psíquicas en el caso de Dora. El síntoma es un
compuesto, y en análisis puede descomponerlo. En el nivel de las
neurosis actuales eso no se presta a la descomposición
analítica. En las neurosis actuales sus síntomas no se pueden
descomponer analíticamente como los síntomas psiconeuróticos.
Dice que los síntomas neurasténicos no consienten su
reconducción histórica, no se dejan reconducir a un trauma
infantil, no se los puede comprender como compromisos de
mociones pulsionales contrapuestas, como en el caso de los
síntomas psiconeuróticos. Freud plantea que estos síntomas son
de otro orden, y sin embargo, en la página anterior, dice: “sigo
viendo las cosas como se me presentaron al comienzo hace mas de
15 años. Las dos neurosis actuales prestan la solicitación
somática para las psiconeurosis. Les ofrecen el material de
excitación que luego es psíquicamente seleccionado y revestido,
de suerte que expresado en términos generales, el núcleo del
síntoma psiconeurótico está formado por una exteriorización
sexual somática”. Freud ya no propone dos grupos distintos, sino
que en las psiconeurosis existe un núcleo duro, un hueso del
síntoma, un carozo, que no se deja remover por la interpretación
simbólica, resiste a ella y corresponde a lo que Freud ubica
como neurosis actuales.
Vamos a hablar del caso G. es un muchacho que consulta por
una cantidad de síntomas que dice padecer. Varios de ellos
efectivamente podrían encontrarse en esa lista de los 10 grupos
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sintomáticos: terror nocturno, sudoración, agitación,
palpitaciones, temor a morirse. Inicialmente viene por eso, pero
prontamente me comenta sus desventuras con las mujeres. Es un
muchacho de 24-25 años y es virgen. El había recibido una
formación católica muy rigurosa y es parte de los pudos. Los que
entregan esa virginidad el día del matrimonio a la mujer que le
toque en suerte, le hace a ella el regalo de su virginidad. El
problema es que no sale con mujeres. El levanta la bandera de la
virginidad, de la pureza, indica lo hermoso que será el momento
de regalárselo a una mujer, pero con las mujeres tiene
problemas. Comenta en las primeras entrevistas sus problemas.
Cada pelea comienza con el momento en que él las invita al cine.
Antes había empezado a estudiar medicina y le interesaban los
juegos de palabras, y se compromete con lo que conoce del
freudismo y avanza en la asociación libre: cinematografía.
Sinhemato. sin sangre. Me muestra sus intereses por las
películas de vampiros y comienza a relatar sueños donde se
encuentra con mujeres vampiros. Lo invitan a comer a la casa,
pero termina siendo medio comido por ellas, es decir, le chupan
la sangre. Deviene consciente una fantasía muy precisa: si el
llegara a entregarse en brazos de una mujer, por esa vía le
sería extraída toda su sangre. Quiero decir que la virginidad se
sintomatiza, deviene síntoma que es una formación inconsciente.
Inicialmente levantada como una bandera. Vamos a estudiar que
Freud señala que en todos los casos de síntomas neuróticos,
comprometen a una significación de fantasía inconsciente, que se
expresa en esos síntomas. El psicoanálisis, en este caso,
sintomatiza la virginidad revelando la fantasía inconsciente que
mantenía el soporte de ese síntoma.