1. HISTORIA SOCIAL DE LA EDAD MODERNA
TEMA 6. Estancamiento y declive demográfico en la mayor
parte de Europa.
1) Diferencia en la evolución demográfica
2) La mortalidad catastrófica: lasa crisis de subsistencias, las
grandes epidemias, los conflictos bélicos
3) El retroceso de la natalidad: nupcialidad y celibato.
4) Diferencia en la evolución demográfica y La mortalidad
catastrófica: las crisis de subsistencias, las grandes epidemias,
los conflictos bélicos.
Durante el siglo XVII toda Europa sufre una crisis generalizada
que alcanza las esferas económicas, sociales, religiosas y de
pensamiento.
En el siglo anterior había finalizado el ciclo de la revolución de
los precios y en el siglo XVII los precios se estancaron. Este
estancamiento de los precios se produjo antes en los países
mediterráneos. En el centro lo hará más tarde.
A partir de la segunda mitad de siglo y a pesar de que se
empiezan a superar algunas facetas, la crisis será generalizada y
la tendencia económica descendente. Se percibe una bajada
considerable del nivel de vida.
En definitiva, se distinguen tres movimientos demográficos
generales en Europa entre el fin de la Edad Media y el comienzo
de la Contemporánea:
1. Aumento considerable ente fines del siglo XV e inicios del
siglo XVII.
2.- Moderación o estancamiento demográfico claro hasta
2. mediados del XVII.
3.-Alza considerable durante el XVIII.
Lo que claramente se produce en esta centuria es la finalización
de un proceso expansivo.
Al descenso de natalidad se une una caída en la producción
agrícola que no se recupera hasta el siglo XVIII. Afectará a la
fabricación textil italiana y del sur de los Países Bajos lo que
arrastrará el comercio entre 1619 y 1622 de forma catastrófica.
De cualquier modo, la situación desastrosa no afectó por igual a
todos los lugares pues influyen factores distintos como la
posición en el mercado.
En el este de Francia y Escandinavia solo hubo un leve retroceso
mientras que en la Provincias Unidas e Inglaterra las
dificultades fueron episódicas, reconociéndose con cierta
facilidad un aumento de la población y solo se produjo una
reorientación de las actividades económicas de gran
trascendencia posterior. Incluso se realizaron experimentos de
planificación familiar.
La crisis del XVII produjo una redistribución de la economía,
desplazando el eje desde el Mediterráneo a la zona
noroccidental del continente.
Esta región aumentó su tasa demográfica y lideró el proceso
urbano. También modificó las relaciones de trabajo mientras que
el Mediterráneo mantuvo un inmovilismo total. En resumen las
dificultades no fueron las mismas en uno y otro lugar de Europa
y no afectaron de manera idéntica a sus habitantes.
La crisis fue un conglomerado de circunstancias en las que
influyó, en gran manera, la estructura socio económica
imperante.
A pesar de la falta de estadística fiable, varios autores
(Floristán y Domínguez) consideran la población europea
alrededor de 100 millones de habitantes mientras que Ribot la
3. baja hasta 80 millones. Resulta difícil hacer un cálculo
verdadero siquiera del punto de partida demográfico pero lo
cierto es que unas regiones decrecieron (Alemania, Austria y
zonas limítrofes entre 1618 y 1648) y otras aumentaron (Norte)
ligeramente.
2.- Las causas básicas más probables de este balance son las
gravísimas epidemias de peste, pues otros contagios habían
retrocedido en comparación con el siglo anterior, la guerra, las
malas cosechas sucesivas, el hacinamiento en las ciudades, la
mala gestión del agua y la normativa sanitaria a las que las
autoridades fueron incapaces de poner el más mínimo freno.
También hay autores que ven en estas catástrofes factores
maltusianos y sociales (Ribot).
Así, el crecimiento exagerada del siglo anterior y el agotamiento
de los recursos de subsistencia por sobreexplotación y por la
llamada “Pequeña Era Glaciar” arrastró al hambre a una gran
parte de la población lo que hizo más vulnerable a las epidemias
subsiguientes.
Esta secuencia de malas crecimiento, malas cosechas, frío y
enfermedades afectó mucho más a los sectores pobres y/o
marginales (huérfanos, mendigos, enfermos,…)
Las mortandades mayores fueron:
1596-1603 La peste atlántica que asoló la Península Ibérica y
parte de Marruecos.
1630 En Italia pasando a Europa Central a través de Francia
Mediterránea, llegando a Cataluña.
1647 Procedente de África, aparece en Valencia, Murcia y
Andalucía donde hubo ciudades que perdieron hasta el 50% de
sus habitantes.
1652-1653 Cataluña y Aragón.
1655-1656 Mallorca y Cerdeña pasa a Nápoles y al resto de
Italia.
4. Digamos que el punto de inflexión lo pone el fin de la Guerra de
los 30 Años, por poner una línea pues los brotes puntuales de
malas cosechas y pestes se mantienen en el tiempo pero con
menor intensidad como fue el caso de Londres y Marsella.
Al iniciarse la desaparición de la peste otras enfermedades
tomaron protagonismo sin llegar a tener el impacto que esta tuvo
lo que evitó que la población se incrementara de nuevo hasta los
límites de fines del siglo XVI.
Pero la despoblación de algunas zonas no debe achacarse a las
epidemias en su totalidad.
Hubo causas económicas importantes como por ejemplo, en
Castilla, la decadencia de los centros de manufacturas y
comercio que se trasladarán a Madrid, como norma general,
por lo que apreciamos un crecimiento vertiginoso de esta Villa
durante el XVII.
En definitiva, algunos autores consideran que el fenómeno más
apreciable fue la redistribución de la población en función del
mayor tamaño de las urbes a las que se trasladaron los centros
de menor importancia. En atención a esta premisa, las ciudades
más grandes fueron las del noroeste europeo (Paris, Londres y
las holandesas) lo que dio paso a una nueva realidad: el proceso
urbano moderno.
2) El retroceso de la natalidad: nupcialidad y celibato.
Otro factor que incidió en la reducción de la natalidad europea
fue la modificación de los hábitos sociales en cuanto a
nupcialidad, retrasándose la edad de matrimonio, y celibato que
desbordó incluso el ámbito religioso, reduciendo o
desapareciendo la posibilidad de traer descendencia.
El aumento de congregaciones religiosas, que llegó a ser del 10%
o superior en algunas zonas (Castilla) retrajo una parte
importante de la población fértil de la procreación. En algunas
áreas se dictaron normativas para limitar la práctica de
5. recluirse de forma más o menos libre y voluntaria, en conventos
pero surtió poco efecto, sobre todo entre las poblaciones
católicas más cimentadas en las que, colocar los excedentes
familiares en estas instituciones era un recursos de alto valor
social.
No hay que desdeñar este aspecto.
En Castilla fueron muchas las voces que se levantaron en contra
de esta práctica, sobre todo de Arbitristas, que constituían un
gasto elevado, retrayendo recursos a la economía,
y disminuyendo las poblaciones.
3 En cuanto al retraso en la edad de matrimonio, aunque esta fue
una práctica iniciada ya con anterioridad, en el siglo XVII se
generalizó, llegando a fijarse en 10 años, desde los 20
años de media anterior a los 30 de media lo que disminuía el
número de hijos por pareja.
Puede achacarse a la negativa a aceptar matrimonios en
desventaja o sin posición social pues la falta de recursos
económicos no es aceptable ya que este descenso nupcial se
observa hasta en las zonas industrializadas. Muy al contrario: el
matrimonio era condición imprescindible para emprender una
actividad industrial.
Se trata, una vez más, de un cambio en el sistema de valores.
6. recluirse de forma más o menos libre y voluntaria, en conventos
pero surtió poco efecto, sobre todo entre las poblaciones
católicas más cimentadas en las que, colocar los excedentes
familiares en estas instituciones era un recursos de alto valor
social.
No hay que desdeñar este aspecto.
En Castilla fueron muchas las voces que se levantaron en contra
de esta práctica, sobre todo de Arbitristas, que constituían un
gasto elevado, retrayendo recursos a la economía,
y disminuyendo las poblaciones.
3 En cuanto al retraso en la edad de matrimonio, aunque esta fue
una práctica iniciada ya con anterioridad, en el siglo XVII se
generalizó, llegando a fijarse en 10 años, desde los 20
años de media anterior a los 30 de media lo que disminuía el
número de hijos por pareja.
Puede achacarse a la negativa a aceptar matrimonios en
desventaja o sin posición social pues la falta de recursos
económicos no es aceptable ya que este descenso nupcial se
observa hasta en las zonas industrializadas. Muy al contrario: el
matrimonio era condición imprescindible para emprender una
actividad industrial.
Se trata, una vez más, de un cambio en el sistema de valores.