Este documento discute la evolución del envejecimiento de la población y la respuesta socio-sanitaria. El aumento de la esperanza de vida está cambiando las estructuras sociales y sanitarias en los países occidentales. Tradicionalmente, la familia ha cuidado a los mayores, pero ahora más mujeres trabajan y ya no pueden proveer el mismo nivel de cuidado. Esto ha dejado a algunos mayores aislados. El sistema de salud debe responder a las mayores demandas de cuidado de una población que envejece.
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Reseña evolución del envejecimiento poblacional y respuesta sociosanitaria
1. Zuleika M. López Rodríguez 841-06-3735
Evolución del envejecimiento poblacionaly respuesta socio-sanitaria
La creciente población de envegecientes está determinando una importante
modificación en las estructuras sociales y sanitarias de los países occidentales. El
incremento de la esperanza de vida ocasiona elevadas tasas de dependencia que, junto al
menor soporte de la estructura familiar actual, hace necesaria la articulación de distintas
medidas comunitarias e institucionales, sanitarias y sociales que den respuesta a la creciente
demanda asistencial.
Durante milenios, el crecimiento de la población ha sido lento e irregular debido a
que los factores que lo determinan- natalidad, mortalidad, condiciones de vida,
movimientos migratorios, pautas culturales- han sufrido grandes oscilaciones. A partir del
siglo XIX, este crecimiento se aceleró bruscamente a nivel mundial, fundamentalmente
desde la segunda mitad del siglo XX, aumentando la población de 3000 millones de
personas en 1960 a los 6200 millones de personas en el momento actual (España).
La expansión poblacional no ocurre por igual en todos los países ni tampoco en
todos los grupos de edad. Los progresos de la medicina con un importante descenso de la
mortalidad y la disminución de la natalidad contribuyen grandemente a la población de
envejecientes Mientras que en 1950 la proporción de personas mayores de 65 años era del
8%, en la actualidad representa el 10% de la población total y a mediados del siglo XXI
alcanzará una quinta parte de la humanidad. Y España será uno de los países más viejos del
mundo debido a su baja fecundidad y larga expectativa de vida.
2. Repercusión socio-sanitaria
La Familia
Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente resulta cada vez más importante señalar la
creciente notabilidad que está alcanzado el segmento de la población compuesto por
personas de edad avanzada.
Tradicionalmente la familia ha sido la encargada del cuidado de los mayores, ocupándose
de la mayor parte del Apoyo Informal a éstos, sobre todo de las personas de edad
especialmente avanzada, aquejadas con frecuencia de problemas funcionalmente
incapacitantes.
La mayoría de los cuidadores son mujeres, de edades comprendidas entre los 45 y
los 69 años, más de la mitad son hijas y el 20% esposas. El 85% de los mayores que reciben
ayuda lo hacen 7 días a la semana y la mayoría de las cuidadoras declaran que no reciben
ayuda de nadie para la realización de este trabajo. Circunstancias que señalan el precario
equilibrio en el que se encuentra este tipo de apoyo. En este contexto debe incluirse la crisis
que está viviendo la institución familiar. Como consecuencia del desarrollo de la sociedad
post-industrial la familia ha experimentado modificaciones importantes siendo la más
relevante la incorporación al mundo laboral de la mujer, resultando, muchas veces,
incompatible esta actividad y su papel de cuidadora. En este sentido vemos que las mujeres
tienen que trabajar mas también ser cuidadoras de sus padres y familiares envejecientes que
así lo requieran.
El que más ha sufrido las consecuencias de estas modificaciones ha sido la persona
mayor, ya que ha perdido el papel social que desempeñaba dentro de la familia quedando,
en ocasiones, aislado y solo, sin el soporte necesario, con muchas dificultades para
adaptarse a un contexto difícil y complejo. Por tal motivo a veces los cuidadores (hijos) lo
aíslan de ellos llevándolos a un Centro de envejecientes ya que no tienen el tiempo o
también las ganas de cuidarlos.
3. Pero las repercusiones del envejecimiento de la población ocurren no sólo a nivel
familiar y social, sino también a nivel económico y sanitario en relación a la
morbimortalidad más elevada de este segmento de la población. De manera que el
importante incremento experimentado por el grupo de personas mayores, unido a la
frecuente presencia de problemas funcionalmente incapacitantes plantea cada vez más una
serie de demandas que desbordan la limitada capacidad de respuesta familiar, y a la que el
sistema} sociosanitario debe dar respuestas.
Desde el punto de vista sanitario, para la Organización Mundial de la Salud (OMS)
el objetivo fundamental en relación al proceso de envejecimiento es alcanzar lo que se ha
llamado el envejecimiento activo. Para ello resulta primordial mantener la autonomía y la
independencia a medida que se envejece.
Independientemente de los problemas principales de adaptación, los distintos
estudios comparativos realizados sobre personas mayores que viven en la comunidad y
usuarios de instituciones geriátricas, coinciden en la presencia de mayores tasas de
trastornos afectivos en la población institucionalizada. Donde se comprueba que si bien la
sintomatología psíquica es un factor que implica mayor riesgo de institucionalización, ya
que se han podido constatar elevados índices de deterioro cognitivo, trastornos depresivos y
trastornos ligados a la ansiedad entre quienes habían solicitado su ingreso en instituciones
geriátricas, también la institucionalización es un factor de riesgo demostrado para los
trastornos depresivos y de ansiedad.
Ante todo lo expuesto parece importante destacar que el incremento de la
longevidad constituye un desafío con grandes consecuencias o repercusiones en la calidad
de la vida de todas las personas. Estas acontecimientos exigen que además del cambio
socioeconómico necesario se produzca un cambio psicológico, tanto en las generaciones
jóvenes para que acepten la vejez, como una etapa del desarrollo, como en los mayores para
que se sientan satisfechos con su nuevo estado social.