Este documento describe la vida y obra del escultor barroco Francisco Salzillo, especialmente su escultura de "La Dolorosa". Nació en Murcia en 1707 y dedicó su vida al arte religioso, creando numerosas esculturas para iglesias. Su obra más famosa es "La Dolorosa", tallada en 165 cm para expresar un profundo dolor maternal a través de su postura y rostro. Salzillo innovó al utilizar colores vivos en sus esculturas policromadas. Su legado artístico sigue siendo importante para la región de Murcia
Seminario 3. investigaciónn.cristina mª mora gómez
1. FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y DE LA COMUNICACIÓN
GRADO EN EDUCACIÓN PRIMARIA
ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE LA EXPRESIÓN PLÁSTICA Y VISUAL
SEMINARIO 03: TRABAJO DE INVESTIGACIÓN
ACERCAMIENTO A OBRA “LA DOLOROSA” DE FRANCISCO SALZILLO
Autora: Cristina María Mora Gómez DNI 34812013-H
Profesora: Dña. M. Luisa Martínez León
Murcia, enero de 2015
2. Introducción
Resulta prácticamente imposible hablar del arte barroco español sin hacer
alusión a la genuina obra de Francisco Salzillo y Alcaraz, más aún cuando en la
actualidad sus vivísimas y divinas obras continúan dándole vida al panorama
cultural de una región que debe una buena parte de su esplendor a los
legendarios artistas que con sus creaciones en las diferentes manifestaciones del
arte, le han dado un toque magistral desde hace ya algunos siglos. Este es el caso
de Salzillo, cuyas esculturas, que datan del siglo XVIII, conservan en estos
momentos la actualidad, la vigencia y el significado con las que fueron diseñadas
y constituyen un patrimonio de incalculable valor.
Sobre algunos aspectos de su vida y obra se tratará en esta investigación.
1.1 Francisco Salzillo: Una vida dedicada al arte.
El escultor Francisco Salzillo y Alcaraz nació en la ciudad de Murcia, el 12
de mayo de 1707. Su padre, Nicolás Salzillo, era un escultor italiano, que se
estableció en la ciudad de Murcia y allí su hijo inició sus primeros pasos en el arte
(Gómez, 2007).
Cuando Salzillo contaba con la edad de 20 años, muere su padre y por esa
razón debe hacerse cargo del taller escultórico que este poseía. Para ese
entonces el joven ya había iniciado estudios de Letras con los jesuitas.
Fue un gran representante del arte barroco, teniendo una dedicación
exclusiva a la temática religiosa y supo plasmar en su estilo los cambios que se
fueron produciendo durante el siglo XVIII, dando paso al período de transición que
se produjo en el desarrollo de la escultura hacia el rococó y el neoclasicismo.
3. Retrato de Francisco Salzillo.
En 1746 Sazillo contrae matrimonio con Juana Vallejo y Taibilla, de esta unión
nacieron dos hijos, uno de ellos murió a muy temprana edad.
Toda la vida de Francisco Salzillo trascurrió en la ciudad de Murcia, en esta
alcanzó un nombre y un merecido reconocimiento que trascendieron lo meramente
artístico. Se plantea que solo salió una vez de la ciudad y esa salida aparece
documentada y fue una visita que hizo a Cartagena para la entrega de las
imágenes de los Cuatro Santos en 1755. Rechazó la invitación del Conde de
Floridablanca para trasladarse a Madrid, lo que le habría servido para darse a
conocer en la Corte.
Con el paso de los años, su obra fue adquiriendo fama y recibió multitud de
encargos de iglesias y conventos de Murcia y de las provincias limítrofes: Alicante,
Albacete y Almería. En 1755 se le nombró Escultor Oficial del Consejo de Murcia e
inspector de pintura y escultura.
Tras la muerte de su esposa en 1763, las reuniones de Salzillo con otros artistas e
intelectuales murcianos se hicieron más frecuentes. En 1777 fundaron la Real
Sociedad Económica de Amigos del País de Murcia, que sirvió para que en 1779
4. se creara la Escuela Patriótica de Dibujo, que tuvo como primer director a Salzillo.
Falleció en Murcia el 2 de marzo de 1783. Fue enterrado en el desaparecido
Convento de Capuchinas de Murcia, donde había profesado su hermana
Francisca de Paula (Gómez, 2007).
Hoy día esta ciudad rinde un tributo especial a tan ilustre hijo y cuenta con un
museo dedicado a su obra, el Museo Salzillo, que alberga algunas de sus
creaciones tales como: el belén o los ocho pasos que procesionan el Viernes
Santo en la llamada procesión de los Salzillos.
La creación de este gran hombre de las artes es muy amplia por lo que se
detendrá en el estudio en una de sus obras legendarias conocida como la
Dolorosa, con la intención de indagar en sus orígenes y antecedentes.
1.2 La Dolorosa: Una mirada a su creación.
Según se recoge en las memorias del museo Salzillo La Dolorosa fue esculpida
por Salzillo para sustituir a una antigua Soledad. Los blancos y negros hábitos de
las Soledades aludían al luto producido por la muerte de Cristo y la desolada
imagen materna recogía sus manos y rostro en franca actitud de recogimiento y
meditación en torno a un corazón, con siete puñales que declaraba los signos
proféticos del aquel drama. Salzillo, que consideraba unos modos expresivos
propios del siglo anterior como anticuados, intentaba buscar una solución más
declamatoria y teatral, que se adecuara a la secuencia pasionaria y a la intensidad
emocional de un cortejo que, según sus contemporáneos, producía “ternura y
lágrimas”.
Francisco Salzillo, fue pionero en la introducción de vestiduras de color en las
imágenes del cortejo procesional. Es por eso que tanto en sus esculturas de talla
completa, como las de vestir, una de sus principales características sea la
utilización de brillantes colores en las policromías y en sedas y tejidos. Este rasgo
fundamental de su obra se recogía también en la obra original de la Virgen de la
5. Amargura de Lorca, aunque de una manera menos arriesgada, hasta la
elaboración del manto actual que estrenó la imagen salida de la gubia de
Francisco Salzillo.
Según Tudela (1991) en esta imagen de vestir, Francisco Salzillo debía centrarse
en el rostro. Debía expresar un profundo dolor, amargura y sumisión ante el
destino, como se muestra también en los brazos abiertos, en la mirada
desconsolada dirigida hacia el cielo y en el pálido rostro de textura sonrosada con
lágrimas de cristal.
El interés de Salzillo por expresar una solución teatral o más bien declamatoria, lo
llevaron a crear esculturas que rompían con la estética imperante en otras
corrientes escultóricas del momento, de ahí su gran aporte. Así la imagen de la
Dolorosa es una escultura de líneas abiertas, gracias a la posición de los brazos,
que además favorecía una mayor comunicación con el fiel, transmitiendo la
esencia de su creador. La colocación de las palmas de las manos mirando hacia
arriba, refuerzan el sentido de sumisión y resignación que Salzillo aumentó todavía
más con la mirada amarga dirigida hacia el cielo. Casi como si la propia Virgen
María estuviera implorando piedad.
Esa imagen de vestir de 165 cm, es una verdadera obra de arte. Posiblemente sea
la mejor expresión de amor materno de toda la producción de Salzillo, su cabeza y
sus manos son joyas de modelado y delicadeza que son dignas de admirar.
Con la Dolorosa, el escultor muestra a María esplendorosa, bella, con la mirada
perdida en el infinito celeste, los brazos abiertos, implorante, la Dolorosa se
entrega a Dios. Asimismo, con la renovación iconográfica, también los colores de
las ropas cambian. En sus creaciones hace aportes con la mezcla de los colores,
precisamente por el legado y la formación que le dejó su padre, Salzillo empleará
tonos rojos y rosados, por la sangre derramada por Cristo en la túnica y azules
para el manto, por la pureza de María, como se venía haciendo en otras
disciplinas artísticas como la pintura. Él aplicó estas técnicas con novedosa
maestría logrando matices que acercaban a todo el visitante a la realidad de su
6. creación. En todas sus esculturas utiliza los colores de manera excepcional. Lo
realmente novedoso es la combinación de colores y la disposición de los tejidos
empleados en ellas y en todas aquellas réplicas que realizó después. El propio
Salzillo entregaría a la Cofradía de Jesús, junto a la Imagen, unos patrones para
indicar la correcta colocación de los ropajes que vestirían a la Dolorosa.
Así, el genio del Barroco dictaría que la túnica rosada se ceñiría al cuerpo con un
fajín en forma de lazo, mientras que el manto, corto, colocado desde la cabeza,
se dejaría caer por detrás a su caída natural, con las puntas recogidas encima de
los brazos, creando una novedosa y dinámica figura ovalada. Se aplicaría en torno
a la cabeza un tocado blanco y la Virgen iría coronada con una aureola de
estrellas. Esta forma de vestir a las dolorosas ha gozado siempre de gran
popularidad en Murcia y en todo el sureste español. La Dolorosa suele ir
aderezada con trajes confeccionados mediante la técnica del brocado y el
espolinado, si bien no sería justo no hacer mención al excelente manto bordado en
plata sobre terciopelo de seda realizado en 1927, atribuido al gran bordador
sevillano Juan Manuel Rodríguez Ojeda (Gómez, 2007).
Puede llamar la atención que Salzillo tallara diecisiete dolorosas, al menos en la
mayoría de los escritos que han realizado diversos investigadores de su obra se
declara que aún se le atribuyen muchas más, pues se habla de un total de 17, que
no son pocas. Sin embargo, este hecho a priori tan llamativo está más que
justificado. Tal y como se narra en la página oficial de iCofrade, se dice que en
1706, en el partido de Monteagudo, se alza un busto de una dolorosa que llora en
el hogar de un campesino, lo que se conoce como el “Milagro de las Lágrimas”.
Por aquél entonces, era obispo de la Diócesis de Cartagena el que luego fuera
cardenal Belluga, ferviente devoto de los Dolores de Nuestra Señora. Desde aquel
momento, consagraría su labor al frente de la diócesis de Cartagena a la difusión
de la devoción a la Dolorosa. Así, se crearía la murciana pedanía de Dolores, el
municipio de Dolores, hoy en la provincia de Alicante, así como numerosas
cofradías con la Virgen de los Dolores o la Dolorosa como titular. Este hecho
allanaría mucho el camino a Francisco Salzillo, quien desde el principio con la
7. citada Dolorosa de Santa Catalina, o la Virgen del Primer Dolor de Cartagena, se
beneficia del clima de fervor hacia tan señera advocación en todo el Reino de
Murcia, al menos es así como reconoce la historia este acontecimiento. Es curioso
como en estas, así como en el busto conservado en la actualidad en la Excma.
Diputación de Albacete, contemporáneo a ellas, Salzillo parte del rostro de una
mujer no tan joven, más bien se trata de una mujer madura, para ir dulcificando
luego sus rasgos a medida que avanza su producción, como se puede apreciar
en los simulacros de Ojós, Huéscar, Hellín o Lorquí.
1.3 La Virgen de la amargura.
No cabe la menor duda: la Virgen de la Amargura, por su cara, por su mirada, por
sus brazos, por toda su expresión, constituye una de las grandes imágenes
salidas de las gubias del inmortal Francisco Salzillo. Era una talla decorada de
1,50 m de alto, con pies.
De aquella, nuestra Virgen de la Amargura, se venía diciendo desde tiempos
remotos que don Francisco Salzillo se había inspirado para ejecutarla en el rostro
de su mujer. En las páginas de Reportajes abuelos de la región de Murcia se
relata que: Una de aquellas leyendas era esta: “un día don Francisco Salzillo llegó
como de costumbre a su domicilio, y cuando fue recibido por su mujer, sin que
mediara motivo ni conversación alguna, se enfrentó abiertamente con ella,
insultándola con palabras que no respondían a la honradez de ella ni a la
admiración que sentía por el maestro. Aturdida, sorprendida de aquel trato tan
injusto e inesperado, su rostro cambió, mostrando una gran amargura, un gran
dolor. Sus ojos se bañaron de lágrimas, que, como perlas, rodaron por sus
mejillas. Su mirada a lo alto, con los brazos abiertos, como implorando la
intervención divina, al buen juicio de su esposo, fue la inspiración de este insigne
imaginero, que le llevó a la ejecución de la Virgen de la Amargura”.
Según el profesor de la Universidad de Murcia don Cristóbal Belda Navarro, la
Virgen de la Amargura es una versión lorquina de la popular Dolorosa Murciana,
que cuenta con sus mejores representaciones en esta obra desaparecida. Su
8. cronología es incierta, no pudiéndose precisar con todo rigor, aunque se le debe
suponer cerca de la creación del "Paso" de Nazarenos del Rosario en 1755. De
ser cierta esta hipótesis, seguimos al Sr. Belda, se integraría dentro de la famosa
serie de vírgenes dolientes, semejante a la Dolorosa Murciana y a la del Primer
Dolor Californio.
Imagen Izda. Amargura de Salzillo, posicionada en un altar improvisado para los
actos de la Salve (Lorca); Imagen Dcha. Dolorosa de Salzillo (Murcia)
http://www.puntofelices.es/p/virgen-de-la-amargura.html
La imagen de la Virgen de la Amargura fue adquirida por la Cofradía del Rosario, y
pagado su importe de los caudales de la fundación de doña María Josefa García
de Alcaraz Castejón, dependiendo de su patronato. Se da el caso curioso que
cuando se nombra sacristán menor a Juan Antonio Ayala Pérez Chuecos, el 1 de
Mayo de 1774, entre las muchas obligaciones que por escrito se le determinan
está la "de que cuando se desnude a la Virgen del Rosario, ponerla en su lugar, y
lo mismo con la imagen de Jesús y Señora de la Amargura".
9. 1.4 La academia de Salzillo.
Producto de las frecuentes tertulias que comenzó a tener Salzillo con sus colegas
de profesión en el año 1765, nació la llamada academia de Salzillo en un intento
de superar el modelo ya caduco del escultor solitario encargado de educar a sus
discípulos. Desde la creación de esta academia en el año 1752 fueron
apareciendo diversas academias oficiales que estaban sustituyendo el clásico
modelo empírico y personal por un método según el cual el estudio era la base
fundamental para adquirir nuevos conocimientos (Gómez, 2007).
Francisco recibió de su padre como herencia herramientas, dibujos y obras como
santos eremitas, figuras de mujer o modelos infantiles. Gracias a ellos, el autor se
fue formando como escultor y fue construyendo su propio estilo. En el taller, estas
piezas eran estudiadas con frecuencia para ver novedades iconográficas,
soluciones espaciales, formas anatómicas, giros corporales o expresiones de
rostros antes de ser llevados a la madera.
El trabajo en el taller estaba fuertemente jerarquizado. Salzillo, como
representante legal, se encontraba al frente del mismo y era muy exigente con el
trabajo que allí se desarrollaba. Detrás contaba con la colaboración de diversos
ayudantes que se encargaban de los trabajos previos a la talla de la madera y de
intervenir en diversos aspectos de su proceso de ejecución.
Los miembros del taller quedaban sometidos a la disciplina de Salzillo, cuya
personalidad y calidad como escultor iban trazando el estilo a seguir, con el
resultado de una gran uniformidad en todas las obras que salían del mismo. Su
concepto de la imagen y del color se veía reflejado en todos los pasos a seguir
hasta llegar al resultado final, elemento que fue siempre permanente en todas sus
creaciones. Aspectos como el boceto, la textura quebrada de la talla, la policromía,
los matices o las veladuras reflejaban las señas diferenciales de su estilo. Este
modelo salzillesco, caracterizado por la producción de imágenes en un lenguaje
fácil de comprender, llevó a un aumento en el número de encargos que recibía el
taller hacia la década de 1740.
10. Salzillo continuó como director del taller y principal encargado de la formación de
sus pupilos pero, siguiendo las corrientes de la Ilustración, pasó a preocuparse
más de la educación artística impartida a los mismos.
En la ciudad de Murcia no existía un organismo encargado de la reglamentación
de ese tipo de enseñanzas. Tampoco había óptimos modelos que indicasen lo que
debía hacerse durante las diversas etapas del saber artístico pero, imitando lo que
se hacía en otras ciudades españolas, Salzillo consiguió que empezase a
producirse una completa renovación del sistema de aprendizaje, demostración de
la capacidad del escultor para comprender los cambios que se fueron produciendo
a lo largo del siglo XVIII.
Los bocetos que se conservan en el Museo Salzillo han sido una fuente de gran
valor para comprender la organización del trabajo en el taller y el proceso previo al
trabajo de la madera. Tras recibir un encargo, Salzillo dibujaba en papel la idea
original, con sus rasgos tridimensionales sugeridos con el empleo de tintas y
sombreados. El siguiente paso era modelar el boceto, para lo cual empleaba
materiales como la arcilla, el yeso o la cera. No todos los bocetos se verían
plasmados en la obra definitiva, sino que a veces servirían sólo como
experimentación, razones por las que eran como un libro instructivo para oficiales
y obradores durante su proceso de aprendizaje. De ahí que se destacara como un
gran maestro en su estilo de aprendizaje.
1.5 Impronta de la obra de Salzillo
Muchos han sido los autores que han seguido sus obras, y gracias a esos en la
actualidad se cuenta con gran parte de la historia de su gran creación, en la
enciclopedia Wikipedia se plantea que el historiador y crítico de arte ilustrado Juan
Agustín Ceán Bermúdez, en su Diccionario de los profesores de las bellas artes en
España (1800), nombraba al escultor como Francisco Salzillo y lo hacía autor de
mil setecientas noventa y dos obras. Se trata de una cantidad exagerada, ya que
la cifra estaba basada en una publicación en la que Luis Santiago Bado, periodista
murciano contemporáneo del escultor y primer biógrafo suyo, declaraba:
11. Pudo llegar a contar ochocientas noventa y seis obras, salidas de sus manos: que,
aunque sólo se calculen a dos figuras cada una (pues era rara la que, aunque
fuese a una sola imagen, no llevase un grupo de ángeles, nubes, etc.) ascienden a
mil setecientas noventa y dos.
Los grupos procesionales habían sido considerados como un grupo homogéneo,
pero las demás obras se habían cuantificado sin medida. A pesar de ello, lo cierto
es que Francisco Salzillo desarrolló una intensa actividad entre 1727 y 1783,
circunstancia que el mismo Luis Santiago Bado calificaba como una labor de
singular agilidad y destreza y plantea que lo hacía de un modo irrefragable su
infatigable y no interrumpida aplicación.
Desgraciadamente, la Guerra Civil española (1936-1939), fue marco de la
destrucción de muchas de sus creaciones. La mayoría de las que lograron
conservarse se distribuyen por toda la Región de Murcia y algunas provincias
limítrofes (Gómez, 2007).
Conclusiones
Si hay un autor que identifique esta ciudad de artistas, especialmente de pintores y
escultores, ese es Francisco Salzillo, que la identifica, por supuesto, con su época
y con su obra. Este genio de la escultura es considerado uno de los exponentes
del arte más renombrado de la ciudad de Murcia, que le ha dedicado numerosos
tributos y homenajes a tan ilustre hijo. El primer reconocimiento le llegó en vida,
cuando fue nombrado escultor de la ciudad en 1755. Actualmente, su nombre
sigue siendo recordado en numerosos puntos de la misma. Una de sus arterias
principales, la Gran Vía, lleva su nombre, mientras que éste aparece también en
comercios y asociaciones de diversa índole.
Por todo lo expuesto a lo largo de esta investigación considero muy valiosa la
posibilidad de haber realizado este seminario, que me ha permitido un mejor
acercamiento a la vida y la obra de Francisco Salzillo, cuya contribución a nuestra
identidad cultural ha de seguir mereciendo una especial atención en mi futura
proyección como docente y como ciudadana.
12. Anexo 1
Del recurso web
http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Salzillo
Anexo 2
Del recurso web
16. Del recurso web
http://www.puntofelices.es/p/virgen-de-la-amargura.html
Anexo 8.
Algunas de las obras esculpidas por Salzillo que representan su dedicación al
abordar la temática religiosa en sus trabajos.
(Imágenes obtenidas de la Enciclopedia Libre Wikipedia)
Sagrada Familia.1735. Iglesia de San Miguel
(Murcia)
La Caída, de 1752, Museo Salzillo en Murcia.
17. La Oración en el Huerto. 1754. Museo Salzillo en Murcia.
Anexo 9
Algunas de las obras esculpidas por Salzillo que representan su dedicación al
abordar la temática religiosa en sus trabajos.
(Imágenes obtenidas de la Enciclopedia Libre Wikipedia)
Sta.Florentina. 1755. Iglesia de Sta.María de Gracia en Cartagena.
18. S.Isidoro. 1755. Iglesia de Sta.María de Gracia en Cartagena.
Anexo 10.
Algunas de las obras esculpidas por Salzillo que representan su dedicación al
abordar la temática religiosa en sus trabajos.
(Imágenes obtenidas de la Enciclopedia Libre Wikipedia)
Cristo amarrado a la columna (1756). Convento de Sta.Ana (Jumilla)
19. San Juan. 1756. Museo Salzillo en Murcia.
Bibliografía
Enciclopedia Wikipedia: Francisco Salzillo. Recuperado el 30 de diciembre
de 2014 en: http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Salzillo
Gómez, F. (2007). Contribución al catálogo y bibliografía de Salzillo. Murcia:
Editorial Espigas.
La Dolorosa: Recuperado el 1 de enero de 2014 en:
http://www.museosalzillo.es/coleccion/iglesia-de-jesus-pasos/la-dolorosa/
El triunfo de una iconografía: La Dolorosa de Francisco Salzillo.
Recuperado el 4 de enero de 2015 en: http://icofrade.com/2014/05/14/el-triunfo-
de-una-iconografia-la-dolorosa-de-francisco-salzillo/
Museo Salzillo: La Dolorosa. Recuperado el 29 de diciembre de 2014 en:
http://www.museosalzillo.es/coleccion/iglesia-de-jesus-pasos/la-dolorosa/
Región de Murcia digital. REPORTAJESABUELO. Recuperado el 2 de
enero de 2015 en:
http://www.regmurcia.com/servlet/s.Sl?sit=c,371,m,2801&r=ReP-21753-DETALLE
Retrato de Francisco Salzillo: Blog de Historia y de Historia del Arte -
CEPA UROLA-KOSTA HHI. Recuperado el 31 de diciembre de 2014 en: