Samanta tiene una vida solitaria debido a que su padre trabaja todo el tiempo y su madre falleció. Un día, en la escuela escucha rumores de que su padre es en realidad un narcotraficante buscado, lo que genera que la rechacen y acosan. Más tarde tiene un sueño en el que esto resulta ser cierto y su padre intenta verla, pero es asesinado frente a ella. Al despertar, descubre que todo fue sólo un mal sueño y que su padre le cuenta que ha conseguido un trabajo más cercano para
2. Un final inesperado
Samanta es una estudiante promedio, habla muy poco durante las clases y no tiene
amigos con los cuales platicar, siempre la miran con indiferencia debido a que su padre
nunca está en casa y ella vive sola. Las personas a su alrededor hablan siempre a sus
espaldas sobre el misterioso trabajo de su padre, ya que él trabaja todo el tiempo y solo
la visita cuando el trabajo se lo permite. Su madre había muerto a causa de un accidente
automovilístico cuando ella solo tenía tres años, los recuerdos que tiene de ella son muy
pocos, pero siempre la recuerda con cariño.
Cuando la visita su padre llega siempre con regalos costosos, lo cual a ella no le atrae
mucho, ya que le parece muy exagerado. Una noche recibió una llamada de un número
desconocido, pensó en no contestar, pero también imaginó que a su padre le podría
haber pasado algo.
- Hola Sam soy papá, solo llamo para decirte que no podre ir a verte por ahora,
perdí mi teléfono así que no tengo un número fijo, ya sabes que no nos dejan
hacer llamadas personales desde la oficina, te llamaré cuando pueda.
- Papá ¿todo bien? -preguntó Sam preocupada.
- Sí no te preocupes todo bien, si van a la casa y hacen preguntas sobre mí, solo
ignóralos, he tenido unos problemitas en el trabajo, pero nada grave.
- Está bien papá, te quiero, cuídate.
- Yo también te quiero mi niña, nos vemos después.
A la mañana siguiente antes de salir de su casa, Samanta notó que del otro lado de la
calle estaba un coche negro estacionado el cual no había visto antes, pero pensó que eran
visitas de alguno de sus vecinos, así que lo pasó desapercibido. Salió de su casa y se
dirigió a la escuela. Al entrar a su salón escuchaba murmullos provenientes de sus
compañeros.
- ¿Vieron las noticias? ¡El papá de Samanta es un narcotraficante!
3. - Sí, siempre me preguntaba cómo le hacía para tener una casa así de bonita para
ella sola.
- Ya decía mi mamá que algo raro había en esa familia.
Samanta escuchaba los comentarios que hacían, pero trataba de ignorarlos, buscó
rápidamente su teléfono y encontró una nota encabezada por una foto de su padre, la
cual decía:
“Se da a conocer la identidad de uno de los narcotraficantes más buscados en México.”
Esta noticia la dejo helada y rápidamente salió del salón para tratar de localizar a su
padre, pero esto fue en vano. Uno de los profesores fue a buscarla ya que dos agentes de
la DEA querían platicar con ella para preguntarle por el paradero de su padre.
- Buen día señorita, sabemos que es hija de Juan Carlos Santander y como sabrá
es uno de los narcotraficantes más buscados de México.
- Eso es mentira, mi padre no es así -Contesto Samanta muy alterada- todo esto
no tiene sentido.
- Sabemos que esta noticia puede ser difícil, pero debe cooperar con nosotros,
necesitamos saber cuándo fue la última vez que habló con él, ¿sabe dónde se
encuentra? Preguntaba el agente muy insistente.
- Lo siento, pero no sé dónde está, y aunque lo supiera jamás se los diría.
- Claro que sabes donde esté, eres su hija, no te puede dejar a la deriva, si no
¿Qué clase de padre seria? Pero está bien, no te preocupes -dijo uno de los
agentes con tono burlón- de todos modos, lo atraparemos.
Al regresar a su salón sus compañeros comenzaron a insultarla de manera directa,
tomaron su mochila y comenzaron a tirarle todas sus cosas.
- Debes irte de aquí, eres una delincuente igual que tu padre.
- Con razón siempre te sentías superior a nosotros.
Le decían sus compañeras
4. - ¿Qué les he hecho a ustedes para que me traten así? Nunca me he metido con
ustedes.
- Con el simple hecho de respirar no estas molestando Samanta, ya lárgate.
- Sí, ya lárgate. Le comenzaron a gritar todos los de su salón.
El director de la escuela dio la orden de que enviaran a Samanta a su casa ya que no
querían que se incomodaran los alumnos al tenerla ahí, además habían recibido muchas
llamadas de padres de familia para que la trasladaran a otra escuela. A partir de ese día
frente a su casa se mantenía estacionado día y noche el coche negro, que pertenecía a
los agentes. Samanta no salía de su casa, solo en ciertas ocasiones cuando necesitaba
comprar algo para comer y cuando la veían sus vecinos murmuraban cosas de ellos.
En la mañana del 13 de junio sonó su teléfono y contestó inmediatamente con la
esperanza de tener noticias de su papá. Y efectivamente era él.
-Sam hija ¡Feliz cumpleaños! ¿Cómo has estado?
-Papá ¿Cuándo podré verte?, necesito saber qué es lo que está sucediendo.
-Hija no te preocupes pronto nos veremos, sabes que es peligroso que vaya a
buscarte, ya llegará el momento en que nos encontremos de nuevo.
-No sabes lo difícil que ha sido todo esto para mí -dijo Samanta molesta– ya no
podré volver a la escuela, he estado recibiendo mensajes anónimos en donde me
dicen cosas horribles, a fuera de la casa siempre están dos agentes vigilando cada
vez que entro y salgo, ya estoy cansada de todo esto.
-Sam tranquila, arreglaré todo y nos iremos a vivir lejos, donde nadie sepa
quienes somos, y comenzaremos una nueva vida.
- No papá, eso no sería necesario si en lugar de ser un criminal fueras una persona
con un trabajo normal, es mejor que no regreses a casa, para mí ya no existes.
- Sam todo esto lo hice por ustedes…
Sin terminar de escuchar lo que su padre le iba a decir, Samanta terminó la llamada, se
puso sus audífonos para escuchar música y se quedó completamente dormida. Mientras
5. tanto su padre consternado por lo que le había dicho Samanta, ordenó al chofer que se
bajará del auto y condujo hasta llegar a casa, intento llamar de nuevo a Sam, pero ella
no respondía, pasó a comprar un pastel de cumpleaños y un ramo de flores para ella. Al
acercarse a casa dejó el auto estacionado unas casas antes para no levantar sospechas de
los agentes, quienes estaban dormidos. Abrió el portón de la casa y entró, pero comenzó
a hablarle a Samanta
-Sam soy papá, ábreme por favor.
Golpeaba la puerta para que Samanta lo escuchará. Entre sueños Samanta escucho
ruidos. Juan Carlos intento abrir la puerta con las llaves, pero escucho pasos detrás de
él. Era un hombre vestido de negro, traía gorra, lentes oscuros y un cubrebocas, lo cual
impedía reconocer su rostro. El hombre saco un arma y apuntó al padre de Samanta, el
padre al ver tal cosa, le suplicaba
-Por favor no le hagas daño a mi hija -mientras trataba de que Samanta no abriera
la puerta- podemos arreglar esto, ni siquiera se quién eres.
Él hombre no pronunció palabra alguna, Samanta al escuchar lo que decía su padre
intentó mirar por la mirilla de la puerta y alcanzó a ver al hombre con el arma,
inmediatamente intento abrir la puerta, pero su padre no se lo permitió. El hombre
finalmente disparó el arma, pero en lugar de dispararle a Juan Carlos le dio el disparo a
Samanta, ya que ella salió por una ventana para intentar ayudar a su padre. Los agentes
al escuchar el disparo entraron inmediatamente, llamaron a una ambulancia, los vecinos
comenzaron a llegar para ver que era lo que estaba ocurriendo.
Samanta escuchaba a lo lejos la voz de su padre
- ¡Samanta! Despierta por favor.
- ¡Samanta!
Samanta despertó, abrió lo ojos y se dio cuenta que todo había sido un sueño, estaba en
acostada en el piso de su casa, y su padre a un lado de ella con una gran sonrisa. Miro a
su alrededor y observo las maletas de su padre en la puerta.
-Sam ¿Cómo estás? ¿Qué haces dormida aquí?
6. Samanta lo abrazó muy fuerte
- Lo siento papá, anoche me quedé dormida después de ver una película, y tuve
un sueño horrible, donde tú eras un narcotraficante, me habían corrido de la
escuela, que estuvieron vigilándome dos hombres y al final alguien te quería
matar, pero me puse enfrente de ti.
-Tranquila mi niña, todo fue un mal sueño. Tengo una buena noticia para ti,
conseguí que la compañía me transfiriera una oficina cerca de aquí, y ya no tendré
que irme, estaremos más tiempo juntos.
- Es una gran noticia -contesto Samanta muy contenta- podremos hacer muchas
cosas juntos.
Fin