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PISTEYOPISTEYOPara formar opiniónPara formar opiniónRevista Semestral Núm. 15Revista Semestral Núm. 15
Diciembre 2020Diciembre 2020
En Portada: Fausto
Libros: Molière
Arte Visuales: Clasicismo
Pisteyando: El anillo de
Polícrates
Salud: COVID
Personaje: Guido Reni
Música: Música del
Clasicismo
Cine: Cine Clásico
RP es una revista literaria, editada y amparada por Ediciones Tecnológicas(ET). Su objetivo es ha-
cer de cada número un objeto de interés cultural, y resulte una experiencia cultivable. La cual esta
apuntalada con notas, observaciones e Imágenes, aumentando el apego y torneando sus temas.
En la revista incluye trabajos literarios distinguidos por sus valores culturales, e inéditos, así como
temas creativos con las más diversas extensiones inverosímiles del ingenio humano.
En su contenido encontraras temas como: Literarios, cine, TV, música, Fotografía, pintura, muralis-
mo, arte urbano, arquitectura, dibujo, crítica, opiniones, salud, política, etc.Valiéndonos de cualquier
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Revista Pisteyo: Es una publicación Semestral
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REVISTA PISTEYO
Año 7, No.15, Dciciembre 2020, es una Publica-
ción semestral editada por C.Alfonso Gómez He-
rrera. Alcaldía Iztapalapa C.P. 09210.
www.https://sites.google.com/site/rpisteyo/,
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AGH
E D I T O R I A L
Elclasicismo es el movimiento
cultural boyante durante la
segunda mitad del siglo XVIII que
fue influenciado por las culturas
clásicas de Roma y Grecia.
Este movimiento expresó el deseo
de imponer la sobriedad a la hu-
manidad para controlar no solo la
emoción, sino también los impulsos
viscerales de las personas, disminu-
yendo todo lo que al ser humano
se refiere a la monotonía y al per-
feccionismo banal.
Se destacó por buscar siempre la
perfección y la armonía intelec-
tual y estética , que posee el ser
humano en todos los ámbitos del
arte , diseñando o, mejor dicho,
rediseñando el comportamiento
humano con sus obras para mo-
dificar la realidad de la sociedad
, transformándola así en un lugar
preciso, correcto. , percepción sim-
ple y sobria del mundo que nos ro-
dea, omitiendo toda excentricidad
y todo lo que va más allá de los
parámetros sociales, como puede
verse la corriente hace honor a su
nombre siendo clásico .
En el arte, el clasicismo se establece
entre el barroco y el romanticismo,
creando una mezcla equilibrada
de ambas tendencias. Algunos his-
toriadores y expertos en la mate-
ria suelen establecer la fecha de
origen alrededor de 1750, año en
el que muere J.S Bach y concluye
en 1827, año en el que muere uno
de los más grandes músicos y com-
positores de la historia, como Bee-
thoven.
El clasicismo impulsó a muchos ar-
tistas, más que cualquier otra cosa
en la música, estos artistas ahora
son muy admirados por la calidad
de sus obras, utilizados no solo en
orquestas, sino también para de-
mostrar que la música clásica tiene
un efecto en la mente, se ha im-
plementado para el estrés. trata-
mientos de reducción entre otros.
Sumado a esto, el arte sofisticado
y perfeccionista que desencadenó
este movimiento aún continúa ins-
pirando a nuevos artistas que de-
sean integrarse en el orbe, por lo
tanto, como todos los demás mo-
vimientos culturales que impactan
a la sociedad de una manera tan
entusiasta, es importante por el
valor que tiene. añadido a la hu-
manidad.
Clasicismo es la denominación historiográfica de un movimiento cultural, estético e intelectual, ins-
pirado en los patrones estéticos y filosóficos de la Antigüedad clásica (simplicidad, unidad, sobriedad
-decorum-, racionalidad, armonía -equilibrio de las proporciones, concordia oppositorum-, mímesis
-imitatio naturae-, “el hombre como medida de todas las cosas” -homo omnium rerum mensura est-
), que se desarrolló de forma simultánea a los distintos estilos artísticos y movimientos literarios4 de
la Edad Moderna.
e expresó en todos los dominios del arte, desde la literatura y la música en sus distintas manifesta-
ciones hasta las artes visuales llamadas “bellas” o “mayores” (arquitectura, pintura y escultura) y las
llamadas “decorativas” o “menores” (mobiliario, moda). Aparece junto con el Manierismo, que a su
vez dio paso al Barroco y este al Rococó; siendo renovado a través del Neoclasicismo y atacado por
el Romanticismo.5 Siguió siendo la tendencia dominante en las artes y el pensamiento occidentales
durante los siglos XVIII y XIX, en su vertiente institucionalizada en las academias (el academicismo),
mientras que durante el siglo XX tanto el mercado del arte como el ámbito institucional acabaron
asumiendo el rupturismo de las vanguardias. Según WikiPedia
ICONOGRAFIA
34Clasicismo
Libros
Molière
30
51
19
61
PISTEYANDO
Citas Célebres 57
Espacio Literario 86
Pisti Carton 56
Salud: 	 COVID 19 46
Música
Wolfgang Amadeus
Mozart
Franz Joseph Haydn74
Espacio Político Partidos políticos 82
En
Portada:
6
Divina
Comedia
EL ANILLO DE
POLÍCRATES
Guido Reni
Historia del término cine clásico
EN PORTADAXsIMBioticO
El séptimo de los Círculos del Infierno de Dante marca una clara división con los círculos de la parte
superior. A partir de aquí los condenados son culpables de haber actuado de forma maliciosa y con in-
tención. Para llegar hay que cruzar los restos de un deslizamiento de tierras causado por el terremoto
que ocurrió en el momento de la muerte de Cristo.
Este lugar es vigilado por el Minotauro, que simboliza la bestialidad y la locura que hace que los seres
humanos se parezcan a las bestias. En el séptimo de los círculos del Infierno los condenados están divi-
didos en tres grupos: en el primero están los homicidas sumergidos en un río de sangre ardiente y son
atormentados por los centauros. En él puedes encontrar a Atila. . […………]
Fuente:
https://learnamo.com/
https://www.cliffsnotes.com/literature
https://es.wikipedia.org/wiki/Dante_Alighieri
En
Portada
La Divina com
edia
El poeta supremo
Dante Alighieri, bautizado
Durante di Alighiero degli
Alighieri, fue un poeta italiano,
conocido por escribir la Di-vina
comedia, una de las obras funda-
mentales de la transición del pen-
samiento medieval al renacentista
y una de las cumbres de la litera-
tura universal.
Dante nació en Florencia en mayo
de 1265. Su familia era de un anti-
guo linaje, de noble cuna, pero ya
no era rica.
Su educación fue sin duda típica
de toda la juventud de esa época
y etapa de la vida.
Cuando solo tenía 12 años, se con-
certó su matrimonio con la hija de
la famosa familia Donati, junto
con el monto de su dote. Estos es-
ponsales y matrimonios eran asun-
tos familiares, y Dante se casó con
ella obedientemente, algunos años
después, en el momento adecuado
y tuvo dos hijos y una hija.
Dante estudió en la Universidad de
Bolonia, una de las universidades
más famosas del mundo medieval.
Allí, estuvo bajo la influencia de
uno de los eruditos más famosos
de la época, Ser Brunetto Latini,
quien nunca enseñó a Dante, pero
lo aconsejó y animó. Latini apare-
ce en el Canto XV del Infierno.
Cuando Dante aún era muy joven,
de 10 a 12 años, conoció a una niña
de 9 años en una función desta-
cada. Llevaba un vestido carmesí
brillante, y para Dante, irradiaba
la belleza celestial de un ángel. La
niña era Beatrice, y no hay duda
de que fue el gran amor de la vida
de Dante y la mayor influencia en
su obra. Dante la amaba a distan-
cia y ella, muy probablemente,
desconocía por completo la devo-
ción de Dante por ella.
Él registró esta devoción en una
obra temprana Vita Nuova (Una
nueva vida). Su nombre aparece
solo una vez en el Infierno, pero
juega un papel importante en
Purgatorio y Paradiso.
La vida pública de Dante comen-
zó cuando luchó valientemente
en una batalla en Campaldino en
1289.
En 1295, estaba completamente
involucrado en causas políticas y
fue elegido para el Ayuntamiento
ese año. Florencia, en ese momen-
to, tenía dos partidos políticos: los
Guelphs, que apoyaban al Papa
como gobernante de la Iglesia Ca-
tólica, pero creían que no debía
involucrarse en asuntos seculares
(esa es una creencia en el concepto
estadounidense de la separación
de la iglesia y estado); y los gibe-
linos, que creían que el papa de-
bería gobernar tanto las facciones
seculares como las religiosas. Como
miembro del partido político Guel-
ph, Dante fue enviado a menudo
en misiones para arreglar la paz
entre las dos partes en conflicto.
Su oposición a la interferencia del
Papa en la unificación de las di-
versas ciudades-estado a menudo
lo llevó a estar en desacuerdo con
el Papa reinante.
Mientras estaba en una misión a
Roma para arreglar una tregua
entre las dos partes, se formularon
acusaciones falsas contra Dante:
fue acusado de corrupción, intriga
contra la paz de la ciudad y hosti-
lidad contra el Papa. Se le impuso
una fuerte multa y se le ordenó
presentarse ante el Consejo para
defenderse.
Con razón, temía por su vida y
no pareció responder a los cargos.
Se impuso una pena más severa.
Toda su propiedad fue confiscada,
fue sentenciado a ser quemado en
la hoguera si lo atrapaban, y sus
dos hijos fueron desterrados con él.
En 1302, fue exiliado de su ciudad
natal para no regresar jamás.
Al principio se unió a otros exi-
liados políticos, pero los encontró
demasiado estúpidos y egoístas.
No se sabe dónde pasó muchos de
sus años en el exilio, pero a menu-
do fue bien recibido. Comenzó su
gran poema, La Divina Comedia,
y atrajo a una audiencia numero-
sa y comprensiva. Los comentarios
fluyeron pronto, y se hizo muy co-
nocido.
Uno de sus anfitriones era el sobri-
no de Francesca, quien aparece en
el Canto V del Infierno.
Murió en Rávena el 13 de septiem-
bre de 1321 y fue enterrado con los
honores que le correspondían. Va-
rias veces durante los años inter-
medios, la ciudad de Florencia ha
intentado que sus restos regresen a
su ciudad natal, pero ni siquiera la
intercesión de varios papas pudo
lograrlo.
Su opinión sobre los ciudadanos de
su ciudad quedó claramente ex-
presada en el título completo de
su obra más importante, La come-
dia de Dante Alighieri, Florentino
por ciudadanía, no por moral.
Su primera obra conocida fue
Vida nueva, que fue escrita
poco tiempo después de que
muriera su esposa, concreta-
mente la realizó entre 1292 y
1293.
La Divina Comedia
El título original fue Commedia. Y
es que en aquel momento era así
como se llamaba a las obras que
tenían un final feliz. El “comple-
mento” de “Divina” se lo otorgó
el humanista Giovanni Boccaccio,
que procedió a comentarla de
manera pública por distintas ciu-
dades de Italia.
La figura de Beatriz es importan-
te porque, entre otras cosas, es la
que pide a Virgilio que acuda en
ayuda de Dante porque no se en-
cuentra en un buen momento. Esa
mujer no es otra que Beatriz Porti-
nari, a la que el autor conoció con
9 años y que le marcó muchísimo
en su vida. Siempre la tuvo en su
mente y más aún cuando esa mu-
rió a los 24 años.
Una de las singularidades es que
todas y cada una de las cánticas
las concluye con la palabra “estre-
llas”.
A lo largo de la historia muchos
son los artistas que no han dudado
en ilustrar la gran obra de Dan-
te. Entre esos podemos destacar
a Salvador Dalí, Sandro Botticelli,
William Blake o Gustave Doré, en-
tre otros.
Una de las principales singularida-
des del libro de Dante es que en
el mismo se “juega” mucho con lo
que es el simbolismo asociado a los
números. Y es que estos se encuen-
tran muy presentes.
Así, se emplean el 3, que repre-
senta la Trinidad; el 4, que viene
a dejar patente la existencia de los
cuatro elementos naturales (fue-
go, tierra, agua y aire); el 7, que
establece los pecados capitales…
El primer Canto es una introduc-
ción y tiene como protagonista a
un Dante de 35 años, perdido en
un bosque:
El bosque oscuro: representa el
desconcierto espiritual de Dante
en el pecado, que se representa
como tres bestias que se interpo-
nen en su camino: un leopardo
que representa la lujuria, un león
que representa el orgullo y una
loba que representa la codicia.
Sin embargo, el alma de Virgilio,
autor de Eneide, muy admirado
por Dante, salva al poeta floren-
tino, advirtiéndole que tendrá que
seguirlo en un viaje por el Infierno
y el Purgatorio, y luego continuar
hacia el Cielo, escoltado por otra
persona, con el fin de para salvar-
se de su pobre condición moral e
intelectual.
Infierno
Vestíbulo: Después de cruzar las
puertas del infierno, Dante y Vir-
gilio se encuentran con los Ignavi,
aquellos que, en su vida, nunca to-
maron una posición definida ni to-
maron una posición. Incluso hubo
ángeles que no se pusieron del lado
de Dios ni de Lucifer cuando este
último se rebeló.
Su castigo, según la ley de repre-
salia, es la eterna persecución, des-
nudos, de un estandarte blanco sin
posibilidad de alcanzarlo, con avis-
pas y moscas picándolos.
Río Acheronte: Dante e Virgilio lle-
gan a las orillas del río Acheronte
donde las almas maldicen a sus an-
tepasados ya Dios, esperando ser
llevados por Caronte, barquero de
las almas, al lugar donde serán cas-
tigados. Caronte advierte a Dante
que no puede cruzar ese río ya que
aún está vivo, sin embargo, Virgilio
dice que su viaje es la voluntad de
Dios, representada por terremotos
y un rayo carmesí que hará que
Dante se desmaye.
Circulo Limbo: Dante despierta al
otro lado del río con Virgilio preo-
cupado por entrar al Infierno, más
precisamente en el Limbo, el lugar
donde sufre. De hecho, en el Limbo,
están todas las almas de los que no
fueron bautizados, como las per-
sonas legítimas que nacieron antes
de Jesucristo o que nunca conocie-
ron su mensaje y los niños nacidos
muertos, que sufren porque nunca
podrán. para encontrarse con Dios.
Avanzando, fuera del sufrimiento,
Dante y Virgilio serán acogidos por
los privilegiados poetas antiguos:
Omero, Orazio, Ovidio y Lucano.
II círculo: Dante y Virgilio se en-
cuentran con el juez Minosse, quien
tiene el poder de hacer que las al-
mas ante él confiesen sus pecados y
luego las sentencie.
El juez invita a Dante a renunciar
a su búsqueda, ya que entrar al
infierno es fácil, pero salir es difícil.
Sin embargo, le advierte que no se
interponga en el camino porque
están ahí por voluntad de Dios.
Los primeros condenados que co-
noce dante son los lujosos, los que
se dejan abrumar por pasiones
amorosas y que son condenados a
ser víctimas de una tormenta sin
fin y entre los que están Paolo y
Francesca que, en vida, fueron sor-
prendidos besándose por Gianciot-
to, hermano de Paolo y esposo de
Francesca, quien los asesinó.
III círculo: En este círculo hay glo-
tones, los que en vida fueron codi-
ciosos de comida y bebida y ahora
están tendidos en un lodazal, ex-
puestos a la lluvia, la nieve y el gra-
nizo mientras Cerbero, un enorme
perro de tres cabezas los desgarra.
y los vuelve locos con sus ladridos.
Dante interroga al alma de Ciacco
sobre el destino de Florencia, debi-
do al conflicto de Guelph y Ghibe-
lline y sobre la existencia de perso-
nas legítimas que son ignoradas.
IV círculo: En este círculo están
aquellos que, en la vida, fueron co-
diciosos, apegados a sus bienes te-
rrenales, y pródigos, los que despil-
farraron sus bienes, descontrolados.
Su castigo consiste en empujar, en
círculo, enormes rocas en la direc-
ción opuesta, chocar e insultar en-
tre sí. Dante usa este círculo para
criticar la corrupción en el mundo
eclesiástico.
Círculo V: En este círculo encontra-
mos a los iracundos y perezosos. 	
Que se encuentran inmersos en el
pantano de Estigia, con los prime-
ros en la superficie, golpeándose
violentamente entre sí y los segun-
dos en el fondo, cuya rabia repri-
mida la hace hervir.
En el cruce, Dante se ve afectado
por ese lugar, mostrando un deseo
de venganza hacia algunas almas
con las que discuten.
VI círculo: Después de cruzar el
pantano, Dante y Virgilio llegan
a la ciudad de Dite, habitada por
demonios y solo pueden atravesar-
la con la ayuda de un ángel. Más
tarde encontrarán el cementerio
de herejes y epicúreos, como la no-
ble gibelina Farinata degli Uberti,
que se alejó de la fe cristiana al no
creer en el más allá.
VII cerchio: Este círculo se divide en
3 rondas, donde las almas de las
personas violentas son castigadas,
más precisamente: las que fueron
violentas con los demás (asesinos,
tiranos, asaltantes), que se sumer-
gen en el río de sangre hirviendo
Flegetonte, mientras son golpea-
das. por flechas disparadas por
centauros, los que fueron violentos
con ellos mismos (suicidas y despil-
farradores), que se convierten en
árboles, los primeros, mientras que
los segundos son perseguidos por
perros negros, y los que fueron vio-
lentos con Dios (blasfemos, sodomi-
tas y usureros), que son golpeados
por una lluvia de fuego.
Círculo VIII: Este círculo está forma-
do por 10 bolgias donde muchas al-
mas sufren los más dispares castigos
como: rufianes, que son perseguidos
por demonios, simonistas (los que
vendieron las cosas de Dios), que
están metidos boca abajo en pozos,
mientras sus pies son asesinos cha-
muscados, hipócritas, fraudulentos,
como Ulises y Diomedes, que están
presos en lenguas de fuego, etc.
IX círculo: este último círculo está
cubierto de hielo, ya que Lucifer
reside en él, y al batir sus alas mien-
tras llora genera un torbellino lo
suficientemente fuerte como para
congelar el lago Cocito. El círculo se
divide en cuatro áreas, donde las
almas de los traidores / traidores se
castiga a:
Caina: el lugar donde los asesinos
de sus parientes están atrapados
en el hielo, con la cara hacia abajo.
Antenora: el lugar donde los trai-
dores a sus países están atrapados
en el hielo con la cara apuntando
hacia arriba.
Tolomea: el lugar donde los trai-
dores a sus invitados son castigados
con lágrimas heladas para no des-
ahogarse.
Giudecca: el lugar donde los trai-
dores de los benefactores están
completamente atrapados en el
hielo.
En la parte más profunda, casti-
gada por el propio Lucifer, se en-
cuentran las almas de Judas, que
traicionó a Jesús, y Bruto y Casio,
que traicionaron a César y están
perpetuamente destrozados.
Además, el cuerpo del ángel caído
representa la única salida del In-
fierno, de hecho, Dante y Virgilio lo
subirán para ver el cielo y las estre-
llas y la montaña del Purgatorio.
Purgatorio
El Purgatorio es una enorme mon-
taña que se formó después de la
caída de Lucifer, en la cima de la
cual está el Edén donde residen las
almas de los Benditos.
Tiene una estructura de 7 rondas
en las que las almas que aún no
están listas para ascender al Cie-
lo se purifican de su pecado rela-
cionado con los 7 vicios capitales,
siempre de acuerdo con la ley de
represalia.
Una vez cumplida la condena,
el alma se sumerge en dos ríos: el
Letè que elimina la memoria del
pecado y el Eunoè que restaura la
memoria de las buenas obras rea-
lizadas. En ese momento, el alma
puede acceder al Edén.
Las siete gradas del Purgatorio.
Desde la puerta del Purgatorio,
Virgilio guía a Dante a través del
peregrino sus siete terrazas. Estos
corresponden a los siete pecados
capitales o “siete raíces del peca-
do.”
La clasificación del pecado aquí es
más psicológica que la del Infierno,
que se basa en motivos, en lugar
de acciones. También es elabora-
do principalmente a partir de La
teología cristiana, y no de las fuen-
tes clásicas.
El núcleo de la clasificación se basa
en el amor, con las primeras tres
terrazas del purgatorio en relación
con el amor pervertido dirigido a
los daños reales de los demás. La
terraza de la cuarta se refiere al
amor deficiente, mientras que las
últimas tres terrazas se relacionan
con el amor excesivo o desordena-
do de las cosas buenas.
Cada terraza purga un pecado en
particular de manera adecuada,
aquellos en el purgatorio pueden
dejar voluntariamente su círculo,
pero sólo lo hará cuando se haya
corregido el defecto dentro de sí
mismos que llevaron a cometer el
pecado.
La estructura de la descripción
poética de estas terrazas es más
sistemática que la del Infierno, y
se asocia con cada terraza son una
oración apropiada, una bienaven-
turanza, y los ejemplos históricos
y mitológicos del pecado mortal
pertinentes y de su virtud opuesta.
Primer Grada (La Soberbia).
Las tres primeras terrazas del Pur-
gatorio están relacionadas con pe-
cados causados por un mal amor
que de alguna forma llega a herir
a la persona amada.
El primero de estos es el Orgullo.
En la terraza hay almas orgullo-
sas purgando sus culpas, Dante y
Virgilio ven hermosas esculturas
expresando humildad, la virtud
opuesta.
El primer ejemplo es la Anuncia-
ción de la Virgen María, donde ella
responde al ángel Gabriel con las
palabras “He aquí la esclava del
Señor,”.
Un ejemplo de humildad de la his-
toria clásica es cuando el empera-
dor Trajano, de acuerdo con una
leyenda medieval, en una ocasión
paró su jornada para hacer justicia
a una pobre viuda (Canto X).
Luego de haber sido introducidos
en la humildad, Dante y Virgilio
conocen las almas de los orgullo-
sos, quienes han sido doblados por
el peso de enormes piedras en sus
espaldas.
Mientras ellos caminan por la te-
rraza, pueden llegar a ver y ana-
lizar los ejemplos de humildad en
las esculturas. La primera de estas
almas es Omberto Aldobrandes-
chi, cuyo orgullo está junto a él en
su descenso, aunque está apren-
diendo a ser más humilde.
Oderisi de Gubbio es un ejemplo
de orgullo a causa de logros – él
era un reconocido artista por sus
manuscritos iluminados. Proven-
zano Salvani, líder de los gibelinos,
es un ejemplo del orgullo a causa
del poder sobre otros (Canto XI).
En el Canto XIII, Dante señala, con
“franca autoconciencia” que el or-
gullo es un defecto en él.
Luego de la conversación con el
orgulloso, Dante ve algunas escul-
turas mucho más alejadas, estas
ilustraban el orgullo mismo.
Estas mostraban a Satanás (Luci-
fer), la Torre de Babel, el rey Saúl,
a Aracne, el rey Roboam, y otros.
Luego los poetas ascienden a la si-
guiente terraza, Un ángel cepilla
con sus alas la frente de Dante, bo-
rrando la letra “P” correspondien-
te al pecado del orgullo, y Dante
oye la beatitud “Benditos son los
pobres en espíritu” (Canto XII).
Segunda Grada (La Envidia)
La envidia era el pecado que
“mira con deseo y repudio la for-
tuna y riquezas de otros, tomando
cualquier oportunidad para qui-
tarles o privarles de su felicidad.
Al entrar a la terraza de los en-
vidiosos, Dante y Virgilio en un
primer momento oyen voces con-
tando historias acerca de la gene-
rosidad, la virtud opuesta. Aquí,
tal como en las otras terrazas, hay
un episodio de la vida de la Virgen
María.
Además, hay una historia clásica,
la amistad de Orestes y Pílades, y
Jesús predicando “Ama a tus ene-
migos.” Las almas de los envidiosos
vestían túnicas grises de peniten-
cia, y tenían sus ojos cosidos, recor-
dando la forma en cómo los cetre-
ros cosían los ojos de sus halcones
para lograr entrenarlos – así se les
hacía más necesario poder oír que
poder ver, como en este ejemplo
(Canto XIII).
Las almas de los envidiosos inclu-
yen a Guido del Duca, quien les
habla amargamente sobre los
principios éticos de las personas
que vivían a lo largo del río Arno.
Las voces en el aire también in-
cluyen ejemplos de envidia. Uno
clásico es el de Aglauros, quien fue
convertido en piedra porque esta-
ba celosa del amor de Hermes por
su hermana, Herse. Un ejemplo bí-
blico es Caín, mencionado aquí no
por su acto de fratricidio, sino por
los celos que lo llevaron a él (Canto
XIV).
A medida que va saliendo de la
terraza, la deslumbrante luz emi-
tida por el ángel de la terraza
hace que Dante revele un poco
de su conocimiento científico, pues
observa que el ángulo de inciden-
cia de la luz es igual al ángulo de
reflexión “tal como la teoría y los
experimentos habían demostra-
do” (Canto XV).
Tercera Grada (La Ira)
En la terraza de los iracundos,
ejemplos de mansedumbre, la
virtud opuesta, son mostrados a
Dante como visiones en su mente.
Como ejemplo clásico tenemos a
la esposa de Pisístrato pidiendo
por la ejecución de un hombre
que había abrazado a su hija, a
esto Pisístrato habría respondido:
“¿Que debiéramos hacer a alguien
que nos hiere / si alguien que nos
ama aprende de nuestra conde-
na?” San Esteban brinda un ejem-
plo bíblico, señalado en Hechos de
los Apóstoles (Canto XV).
Las almas de los llenos de ira ca-
minaban en humarolas de acre,
esto simboliza el cegador efecto
del enojo.
Marco Lombardo discute con
Dante acerca del Libre albedrío –
un tema relevante, ya que no hay
razones para discutir con alguien
que no tiene control sobre sus ac-
ciones (Canto XVI).
Dante también tiene visiones con
ejemplos de ira, tales como Ha-
man y Lavinia. La oración de esta
terraza es el Agnus Dei: “Cordero
de Dios, tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de noso-
tros... danos la paz.” (Canto XVII).
En este punto Virgilio explica a
Dante la organización del purga-
torio y su relación con el amor per-
vertido, deficiente o mal dirigido.
Las terrazas que habían recorrido
hasta el momento habían borrado
la soberbia, la envidia, y la ira. To-
dos ellos, amores mal direcciona-
dos. (Cantos XVII y XVIII).
Cuarta Grada (La Pereza)
En la cuarta terraza se podrían
encontrar las almas de aquellos
que pecaron por descuido lo que
sería la Pereza. Desde el momento
en vida en que se falla al buscar el
amor, aquí son condenados a ince-
santes trabajos.
Los ejemplos de entusiasmo o
energía, las virtudes opuestas, son
clamados por las almas que re-
corren la terraza. Estos ejem-plos
incluyen episodios de la vida de la
Virgen María, Julio Cesar y Eneas.
Esta actividad, además, rempla-
za las oraciones verbales de esta
terraza. Estos perezosos están de-
masiado ocupados siquiera para
conversar durante sus trabajos,
por ello esta es una de las secciones
más cortas del poema.
Alegóricamente, la pereza espiri-
tual y la falta de cuidado llevan
a la tristeza, la buena venturanza
de esta terraza es Benditos sean los
que sufren, pues serán reconforta-
dos (Canto XVIII y XIX).
Al caer la segunda noche, con los
poetas aún en la terraza, Dante
sueña con una Sirena (Canto XIX).
Quinta Grada (La Avaricia)
En las tres últimas terrazas se en-
cuentran los que pecaron por amar
buenas cosas, pero amándolas ex-
cesiva o desordenadamente. En la
quinta terraza, la excesiva preo-
cupación por los bienes terrenales
ya sea codiciosa o extravagante-
mente, es castigada y purificada,
y los avaros y los adinerados yacen
boca abajo al suelo, sin posibilidad
de moverse. Sus oraciones son, “Mi
alma esta adherida al polvo, vivi-
fícame con Tu Palabra,”, una ora-
ción que expresa el deseo de seguir
las Leyes de Dios (Canto XIX).
En esta terraza, Hugo el Grande
se lamenta, en contraste, cómo la
avaricia había motivado las accio-
nes de sus sucesores, y “profetiza”
eventos que sucederían luego de
la época en la que se ubica al poe-
ma, pero antes de la época en que
es escrito el poema:
“Al otro, que hasta salió pre-
so en una nave,
veo vender a su hija pactan-
do precio,
como los corsarios hacen de
otras esclavas.
¡Oh avaricia! ¿Qué más pue-
des hacer,
que así te has apropiado de
mi sangre
que ni te cuidas de tu propia
carne?
Para que menos se vea el mal
futuro y pasado,
veo en Anagni entrar la flor
de lis,
y en su vicario quedar Cristo
encarcelado.
Véolo ser de nuevo burlado;
veo renovar el vinagre y la
hiel,
y entre vivos ladrones ser
occiso.
Veo al nuevo Pilato, una vez
tan cruel,
que ni eso lo sacia, pues sin
decreto
hasta el Temple lleva las co-
diciosas velas.”
Entre estos eventos se incluyen
cómo Carlos II de Nápoles dio a su
hija en matrimonio a un anciano
de mala fama, y cómo Felipe IV
de Francia arrestó al Papa Boni-
facio VIII en 1303. Dante también
comenta acerca de la destrucción
de la Orden de los Templarios por
deseos de Felipe en 1307, lo que
liberó a Felipe de las deudas que
tenía con la orden (Canto XX).
En una escena, que Dante rela-
ciona con el episodio en el que
Jesús se aparece a dos discípulos
en el camino hacia Emaús, Dan-
te y Virgilio son alcanzados por
el poeta Estacio, a quien Dante
presenta como un convertido al
cristianismo. Acababa de finalizar
su purificación en aquel círculo, y,
como cristiano, su guía sería apta
para complementar la de Virgilio.
(Canto XXI).
Sexta Grada (La Gula)
La sexta terraza purifica a los glo-
tones, y en general, a todos aque-
llos que a pesar de estar satisfechos
insistían al comer, beber, saciar su
cuerpo.
En una evocadora escena del cas-
tigo de Tántalo, los glotones mue-
ren de hambre ante árboles llenos
de frutos que nunca estarán a su
alcance. En este círculo los ejem-
plos son dados por voces que se
escuchan entre los árboles. Juan el
Bautista, quien vivía de langostas
y miel, es un ejemplo de las virtu-
des opuestas, templanza o mode-
ración; mientras que un ejemplo
clásico de gula es cuando los Cen-
tauros ebrios se enfrentan a los Lá-
pitas.
El rezo para esta terraza es los la-
bios me dominan Estos son las pa-
labras de apertura de la Liturgia
diaria de las horas. (Canto XXII a
XXIV).
Aquí Dante también encuentra a
su amigo Forese Donati y su pre-
cursor poético Bonagiunta Orbic-
ciani. Bonagiunta tiene palabras
amables para el poema más tem-
prano de Dante, La Vita Nuova,
describiéndolo como el nuevo esti-
lo dulce, y cotizando la línea “ las
Damas que tienen la inteligencia
de amor, “ 51 escrito en la alaban-
za de Beatriz, a quién él encontra-
rá más tarde en el Purgatorio.
Subiendo a la séptima terraza,
Dante se pregunta cómo es posible
para almas incorpóreas tener el
aspecto descarnado de las almas
siendo privadas de comida aquí.
En explicación, Statius Habla de la
naturaleza del alma y su relación
al cuerpo (Canto XXV).
Séptima Grada (La Lujuria)
La terraza de la lujuria tiene una
inmensa pared de llamas a través
del cual todos deben pasar. Almas
arrepintién-dose de deseo mal di-
rigido sexual se ejecutan a través
de las llamas gritando ejemplos de
la lujuria y de la castidad y la fide-
lidad marital. Como una oración,
cantan el himno Dios de la Supre-
ma Clemencia, de la Liturgia de
las Horas (Cantos XXV y XXVI).
A medida que el círculo de la te-
rraza avanza, los dos grupos de
penitentes se saludan de forma
que Dante se com-para con las
hormigas.
Entre las flamas, a las que no se
atreve a entrar, están los poetas
románticos Guido Guinizelli y Ar-
naut Daniel, con quienes Dante
conversa. Le recuerdan a Dante
que a Beatriz puede encontrarla
al otro lado del Paraíso Terrenal,
finalmente Virgilio persuade a
Dante para que pase entre las lla-
mas (Cantos XXVI y XXVII).
En los escalones del paraíso terre-
nal, la noche cae por tercera vez,
y Dante sueña con Lea y Raquel,
quienes simbo-lizan la vida cris-
tiana activa y no monástica, y
también la vida cristiana de con-
templación, ambas importantes
(Canto XXVII).
Cielo
El cielo es un mundo etéreo for-
mado por 9 Cieli, que están todos
contenidos en el Empireo, donde
Virgilio (quien representa la razón)
no puede entrar, por lo que Dante
es escoltado por Beatrice (Faith),
cuya sonrisa se hará cada vez más
brillante a medida que ellos Acér-
cate a la Santísima Trinidad.
Sin embargo, Dante escribe que no
es posible poner en lo que ve cuan-
do llega a la vista de Dios, ya que
lo que ve va más allá de la imagi-
nación humana, pero se da cuenta
de que el amor es el mecanismo
que mueve el mundo y la vida y
está colocado en el prefecto. movi-
miento circular divino.
Paraíso
Las esferas del cielo.
Las nueve esferas del Cielo son
Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte,
Júpiter, Saturno, las Estrellas fijas,
y el Primer móvil. Esos astros están
organizados según la jerarquía de
los ángeles.
Dante también evoca otras aso-
ciaciones, como la existente entre
Venus y el amor romántico. Las
primeras tres esferas están asocia-
das a formas deficientes de Coraje,
Justicia, y Templanza.
Las otras cuatro se vinculan a ejem-
plos positivos de Prudencia, Coraje,
Justicia, y Templanza; por su parte,
la Fe, la Esperanza y la Caridad se
concentran en la octava esfera.
Primera esfera
(la Luna, los inconstantes)
En el Canto II Beatriz explica a
Dante las diferencias de luminosi-
dad de la Luna.
En su visita a la Luna, Beatriz ex-
plica a Dante el porqué de las
marcas en su superficie, describien-
do un sencillo experimento de ópti-
ca. También expresa su estima por
el método experimental en general
(Canto II).
Las fases de la Luna se asocian con
la inconstancia. Su esfera es por
ende la de las almas que abando-
naron los votos monásticos, y por
ende presentaron deficiencias en su
virtud de coraje (Canto II). En esta
los protagonistas conocen a Piccar-
da Donati, la hermana de Forese
Donati, amigo de Dante, quien
murió poco después de ser obliga-
da a abandonar el monasterio.
También conocen a Constanza I de
Sicilia, quien fue arrancada por la
fuerza de un monasterio para que
contraer nupcias con Enrique VI
(canto III). Beatriz habla sobre la
libertad de la voluntad, el carácter
sacro de los votos, y la importancia
de resistir a las presiones (Canto IV).
Beatriz explica que un voto es un
pacto firmado entre el hombre y
Dios en el cual una persona ofre-
ce su libertad a Dios. Estas decisio-
nes no deben tomarse a la ligera,
y deben mantenerse una vez rea-
lizados, a menos que mantenerlo
acarree un mal demasiado grande,
como el sacrificio de las hijas de Jef-
té y de Agamenón (Canto V).
El emperador Justiniano se encuentra en la esfera
de Mercurio, (canto V).
Segunda esfera (Mercurio, los
ambiciosos)
Debido a su proximidad al sol, el
planeta Mercurio suele ser difícil
de ver. Desde un punto de vista
alegórico, el planeta representa a
quienes hicieron el bien por el de-
seo de adquirir fama, pero quienes
debido a su ambición fallaron en la
virtud de la justicia. Su gloria terre-
nal palidece en junto a la de Dios,
del mismo modo que el planeta
Mercurio es casi insignificante junto
al Sol.
Dante conoce en esta esfera el em-
perador Justiniano, quien se pre-
senta con las siguientes palabras:
“Cesar fui y soy Justiniano,” indi-
cando que su personalidad perma-
nece, pero que su cargo terrenal ya
no tiene validez (Canto V).
Justiniano cuenta la historia del Im-
perio romano, mencionando entre
otros a Julio César y Cleopatra; y
lamenta la situación actual de Ita-
lia, debido al conflicto entre güelfos
y gibelinos que así describe en el
(Canto VI).
Por asociación, Beatriz habla sobre
la Encarnación y la Crucifixión de
Jesús, que sucedió en tiempos del
Imperio romano (canto VII).
Fulco de Marsella lamenta la corrupción de la
Iglesia, con la clerecía recibiendo dinero de Satán,
(Canto IX).
Tercera esfera (Venus, los amantes)
Al planeta Venus tradicionalmente
se lo asocia con la diosa del amor,
por lo que el autor lo convierte en
la esfera de los amantes, quienes
fallaron en la virtud de la tem-
planza (Canto VIII).
Dante encuentra a Carlos Martel
de Anjou-Sicilia, a quien ya co-
nocía, y quien expresa que para
funcionar correctamente cualquier
sociedad necesita gente de diferen-
tes tipos. Esas diferencias se ilustran
con Cunizza da Romano, quien se
encuentra en el Cielo, mientras que
su hermano Ezzelino III da Romano
en el Infierno, entre los violentos del
séptimo círculo.
El trovador Fulco de Marsella habla
de la tentación del amor, y recuer-
da que el cono de la sombra de la
Tierra toca la esfera de Venus. Con-
dena la ciudad de Florencia por
producir la “flor maldita” respon-
sable de la corrupción eclesiástica,
y critica la clerecía por dedicarse al
dinero, en vez de consagrarse a las
Escrituras y en los textos de los Pa-
dres de la Iglesia (Canto IX).
Dante y Beatriz encuentran dos grupos compues-
tos por doce sabios cada uno en la esfera del Sol,
(Canto X).
Cuarta esfera (el Sol, los sabios)
Más allá de la sombra de la Tierra,
Dante encuentra ejemplos posi-
tivos de Prudencia, Justicia, Tem-
planza, y Coraje. En el Sol, que es
la fuente de luz de la Tierra, Dante
encuentra los máximos ejemplos
de prudencia: las almas de los sa-
bios, quienes ayudaron a iluminar
el mundo intelectualmente (Canto
X).
Al principio un círculo de doce luces
brillantes baila alrededor de Dante
y Beatriz. Se trata de las almas de
Tomás de Aquino, Alberto Magno,
Graciano, Pedro Lombardo, el rey
Salomón, Dionisio Areopagita, con-
fundido con Pseudo Dionisio, Paulo
Orosio, Boecio, Isidoro de Sevilla,
Bede, Ricardo de San Víctor y Si-
ger de Brabant. Tomás de Aquino
cuenta la vida de San Francisco de
Asís en el Canto XI.
En una segunda etapa doce nue-
vas luces aparecen, una de las
cuales es San Buenaventura, un
franciscano, que cuenta la vida de
santo Domingo de Guzmán, fun-
dador de la orden a la que Santo
Tomás pertenece. Como las dos ór-
denes no siempre fueron amigas en
el mundo terreno, tener miembros
de una homenajeando al funda-
dor de la otra muestra que el amor
reina en el cielo (Canto XII). Las
veinticuatro luces giran en torno a
Dante y Beatriz, cantando la Tri-
nidad. Santo Tomás explica la sor-
prendente presencia de Salomón,
quien se encuentra en el lugar por
sabiduría real, más que filosófica o
matemática (Cantos XIII y XIV).
Las almas en el Canto XIV forman una cruz griega,
que el autor compara con la Vía Láctea.
Quinta esfera
(Marte: los guerreros de la Fe)
Al planeta Marte tradicionalmente
se le asocia con el dios de la gue-
rra, por lo que Dante hace de esta
esfera la de los guerreros de la fe,
quienes dieron su vida por Dios,
mostrando por ende la virtud del
coraje. Los millones de centellas de
luz que son sus almas forman una
cruz griega en el planeta Marte, y
el autor la compara con la Vía Lác-
tea (Canto XIV).
Aunque Dante dice que los sabios
están “perplejos” por la naturaleza
de la Vía Láctea, en su Convivio ya
había descrito su naturaleza con
bastante precisión en los siguientes
términos:
“Lo que Aristóteles dijera no se
puede saber con certeza, porque
su sentencia no es la misma en una
traducción que en otra. (...)
En la Vieja dice que la Galaxia no
es sino una multitud de estrellas
fijas, tan pequeñas que no pode-
mos distinguirlas desde aquí abajo,
pero que de ellas aparece aquel al-
bor, que llamamos Galaxia: y pue-
de ser, que el cielo en aquella par-
te sea más denso, ya que retiene y
refleja aquella luz. Y esta opinión
parecen tener, con Aristóteles, Avi-
cena y Tolomeo.”
Dante conoce a su ancestro Cac-
ciaguida, quien participó en la
Segunda Cruzada, y habla en tér-
minos elogiosos de la República de
Florencia del siglo XII, pero lamen-
ta la decadencia de la ciudad de
los tiempos del autor (Cantos XV y
XVI).
Como el tiempo de la narración de
la obra sucede antes del de la escri-
tura, en 1300, y por ende antes del
exilio del autor, algunos personajes
del poema pueden “predecir” un
porvenir ominoso. De hecho, Cac-
ciaguida responde a una pregunta
de Dante sin el menor ambages,
revelándole que vivirá en el exilio
(Canto XVII).
Las almas que forman la “M” en “TERRAM” se
transforman en el Canto XVIII en un águila imperial.
Sexta esfera (Júpiter, los buenos
gobernantes)
El planeta Júpiter se suele asociar
con el rey de los dioses, por lo que
Dante lo escoge como la esfera en
que figurarán los reyes que se ca-
racterizaron por su justicia. Las al-
mas deletrean la versión latina de
“Justicia del amor, que juzgas”, tras
la cual la “M” final de la frase toma
la forma de un águila imperial gi-
gante. (Canto XVIII).
En esta esfera se encuentran Da-
vid, Ezequías, Trajano, Constantino
I, Guillermo II de Sicilia, y Rifeo el
troyano, quien fue un pagano sal-
vado por la merced de Dios. Las al-
mas que forman el águila imperial
hablan con una sola voz, y hablan
de la justicia de Dios. (Cantos XIX
and XX).
Dante y Beatriz encuentran a Pedro Damián,
quien les cuenta su vida, y les habla sobre la pre-
destinación, (Canto XXI).
Séptima esfera (Saturno, los con-
templativos)
La esfera de Saturno es la de los
contemplativos, que incluye la
templanza.
Dante encuentra a Pedro Damián,
y discute con él sobre el monacato,
la doctrina de la predestinación, y
la triste situación de la Iglesia (Can-
tos XXI and XXII). Beatriz, quien re-
presenta la teología, se hace cada
vez más adorable y llena de gracia,
lo cual es una señal que indica la
cercanía de la percepción del ob-
servador a la de Dios.
Dante y Beatriz en la esfera de las Estrellas fijas.
Octava esfera (las estrellas fijas, fe,
esperanza y amor)
La esfera de las Estrellas fijas es la
de la Iglesia militante. En este pun-
to, Dante vuelve la vista atrás para
contemplar tanto las siete esferas
por las que ha pasado como la Tie-
rra (Canto XXII):
Dante ve asimismo a la Virgen Ma-
ría y otros santos (Canto XXIII). San
Pedro examina a Dante sobre la fe,
preguntándole qué es, y si alberga
o no ese sentimiento.
Tras la respuesta, San Pedro le pre-
gunta al protagonista cómo sabe
que la Biblia es verdadera, y Dan-
te cita el milagro de que la iglesia
haya crecido tan pronto y tan ro-
busta a partir de orígenes tan hu-
mildes (Canto XXIV).
Santiago, examinando a Dante sobre la esperanza,
(Canto XXV).
Santiago examina a Dante sobre
esperanza, y Beatriz da fe de que
el autor alberga ese sentimiento
(Canto XXV).
Por último, San Juan examina a
Dante sobre el amor. En su res-
puesta, el protagonista se refiere al
concepto de “amor torcido” discu-
tido en el Purgatorio (Canto XXVI).
Por último, San Pedro acusa a Bo-
nifacio VIII en términos de gran se-
veridad, y agrega que a sus ojos la
Santa Sede está vacía (Canto XX-
VII).
Dante y Beatriz ven a Dios como un punto de luz
rodeado de ángeles, (Canto XXVIII).
Novena esfera (el Primer Móvil, los
ángeles)
El Primer Móvil es la mayor esfera
del universo físico. Dios la mueve
directamente, haciendo que por
reacción a su vez se muevan todas
las otras esferas que alberga (Can-
to XXVII).
El Primer Móvil es la morada de
los ángeles, y allí ve Dante a Dios
como un intenso punto de luz ro-
deado de nueve anillos de ángeles
(Canto XXVIII). Beatriz explica la
creación del universo, y el papel de
los ángeles, terminando con una
severa crítica a los predicadores de
entonces (Canto XXIX).
El Empíreo
Desde el Primer Móvil, Dante as-
ciende a una región que está más
allá de la existencia física, el Em-
píreo, que es la morada de Dios.
Beatriz, que representa la teología,
se hace en este lugar más bella que
nunca, y Dante se ve en-vuelto por
la luz, de modo que es capaz de
ver a Dios (Canto XXX).
Dante ve una rosa enorme, que
simboliza el amor divino, cuyos
pétalos son las almas entroniza-
das de los fieles. Todas las almas
que ha conocido en el Paraíso, in-
cluyendo a Beatriz, tienen su mo-
rada en esta rosa. A su alrededor
hay ángeles volando como abejas,
distribuyendo paz y amor. Cuando
Beatriz pasa a ocupar su lugar en
la rosa, Dante ya se encuentra más
allá de la teología y a su vez puede
contemplar directamente a Dios,
y San Bernardo, en cuanto místico
contemplativo, será su guía en esta
última etapa (Canto XXXI).
Los tres círculos de la Trinidad, (Canto XXX).
San Bernardo continúa explicando
la predestinación, y reza a María a
favor de Dante. Por último, el pro-
tagonista entra en contacto directo
con Dios (Cantos XXXII y XXXIII),
quien aparece como tres círculos
idénticos que ocupan el mismo es-
pacio, los cuales representan al Pa-
dre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
Dentro de esos círculos el protago-
nista discierne la forma humana de
Cristo. La Divina Comedia termina
con el poeta tratando de entender
cómo los círculos logran encajar, y
cómo la humanidad de Cristo se
refiere a la divinidad del Sol, no
obstante, como Dante lo señala,
para continuar “no bastaban las
propias alas”. Tras un rayo de com-
prensión, que el poeta no puede
explicar, Dante entiende, y su alma
entra en total armonía con el amor
divino:
“A la alta fantasía aquí faltaron
fuerzas;
más ya movía mi deseo y mi velle,
como rueda a su vez movida,
el amor que mueve el Sol y las
demás estrellas”.
Desideré
Jean-Baptiste Poquelin: Molière
Molière fue un reconocido dramaturgo, poeta y actor francés. En sus
obras Tartufo (1664) y El misántropo (1666), demostró especialmente su
dominio de la comedia clásica.
Jean-Baptiste Poquelin, cuyo seu-
dónimo es Molière, nació el 15 de
enero de 1622 en París. Hijo de ta-
picero, Jean-Baptiste Poquelin re-
nuncia a hacerse cargo del negocio
familiar que lo destinaba a la vida
burguesa y se vuelve al teatro.
En 1643 fundó el “Illustre Théâtre” y
se propuso el objetivo de “hacer reír
a la gente honesta”. Ese año cono-
ció a Madeleine Béjart de quien se
enamoró.
La compañía tuvo un comienzo
difícil. Viajó por la provincia de
1646 a 1658. Durante este período,
Jean-Baptiste aprendió la profe-
sión de actor y comenzó a escri-
bir sus primeras comedias como
L’Étourdi y Le Dépit Amoureux
bajo el seudónimo de Molière. y sus
obras son principalmente bromas y
comedias.
En 1658, interpretó al Doctor
Amoureux frente al rey Luis XIV y
ganó su protección. El rey instala
la compañía en el Théâtre du Pe-
tit-Bourbon. Molière escribió Las
burlas de los Précieuses en 1659.
Esta sátira burlesca es el primero
de sus grandes éxitos. En 1662 se
casó con Armande Béjart, algunos
de ellos hermanan de Madeleine y
otros su hija, con quien tuvo un hijo.
Comediante, líder de grupo y au-
tor, Molière escribe papeles per-
sonalizados para los miembros de
su grupo. Incluso si crea partes que
son en parte farsa, en parte críticas
a la sociedad, conserva el apoyo
del rey. Incluso recibe una pensión
del soberano, lo que despierta los
celos de sus enemigos.
La escuela de mujeres (1662), La
crítica de la escuela de mujeres
(1663), Tartufo (1664) que señala la
hipocresía religiosa y a quien se le
prohibió actuar durante 5 años, y
Dom Juan (1665) el asciende al ran-
go del mejor artista de su tiempo.
Su colaboración con Lully resultó
en la aparición de un nuevo géne-
ro, la comedia-ballet. Su tropa fue
nombrada en 1665 “La Troupe du
Roy”. Molière enfermó en 1666.
Gravemente debilitado, logró es-
cribir dos obras de teatro, Le Mé-
decin Without Him (1666) y Le Mi-
santhrope (1666). Trata de revivir
Tartuffebajo otro nombre, pero la
obra está nuevamente prohibida.
No fue hasta 1669 que fue repre-
sentada y aclamada por el público.
Principales obras de Molière
El precioso ridículo (1659)
La escuela de mujeres (1662)
Dom Juan ou le Festin de Pierre (1665)
El misántropo (1666)
El doctor a pesar de sí mismo (1666)
Amphitryon (1668)
George Dandin ou le Mari confuso (1668)
L ‘Miser (1668)
Le Tartuffe ou l’Imposteur (1669)
Les Fourberies de Scapin (1670)
Le Bourgeois gentilhomme (1670)
Les Femmes savantes (1672)
Le Malade imaginaire (1673)
Después de El avaro (1668), la bur-
guesa Gentilhomme (1670), las
mujeres del saber (1672), Molière
firma su última obra, El Enfermo
Imaginario.
Durante su cuarta representación,
el dramaturgo, que padecía tuber-
culosis pulmonar, se cayó al esce-
nario y murió pocas horas después,
el 17 de febrero de 1673, a la edad
de 51 años.
Este episodio está en el origen de
la leyenda de un Molière que mu-
rió en el escenario. No habiendo
renunciado a su profesión de actor
(considerado inmoral por la Igle-
sia Católica), escapó por poco de
la fosa común con la intervención
de Luis XIV. Jean-Baptiste Poquelin
di Molière finalmente es enterra-
do por la noche en el cementerio
de la iglesia de Saint-Eustache sin
ceremonia religiosa. Los cómicos
de Molière fundaron la Comé-
die-Française siete años después de
su muerte.
DATOS
Su padre trabajaba como tapicero
real y durante un tiempo le sustitu-
yó como tal.
Se considera que fueron sus tíos los
que le despertaron la pasión por el
teatro, ya que era frecuente que lo
llevaran a representaciones de di-
versa índole.
Además de autor, también ejerció
como actor durante varios años,
aprendiendo así la profesión y co-
no-ciendo al milímetro qué se po-
día esperar sobre el escenario.
Fue gracias al hermano del rey Luis
XIV, a Felipe I de Orleans, que con-
siguió que el monarca le convirtie-
ra en un dramaturgo de referencia
en la Corte. Y es que a aquel le en-
cantaban las obras más divertidas
creadas por el autor, tanto es así
que llegó un momento en el que
decidió que la compañía de Mo-
lière debía estar especialmente fa-
vorecida y protegida.
A la Iglesia no le gustaban los tra-
bajos de este dramaturgo francés,
porque era bastante irreverente,
contaba con textos muy satíricos y
no dudaba en criticar la corrupción
existente. Tanto es así que las auto-
ridades re-ligiosas llegaron a defi-
nirle como “un demonio en sangre
humana”.
Entre las particularidades de la
personalidad de Molière está el
hecho de que odiaba a los médi-
cos, sentía auténtica aversión. Una
situación que provocó que, un día
que enfermó gravemente, su espo-
sa (Armande Béjart) decidiera que
fuera un doctor el que acudiera a
la casa para examinar a su marido.
Cuando este vio al sanitario no se
le ocurrió otra cosa que decir: “no
dejéis que entre. Decidle que estoy
enfermo y que ya iré yo a visitarle
a su consulta”.
Fue durante la representación
de su obra El enfermo imaginario
cuando empezaría su final. Y es
que se sin-tió indispuesto y murió
poco después. Curiosamente había
dejado escrito su epitafio en el que
se lee así:
	 Seguramente que a la ma-
yoría de los actores no les gusta el
color amarillo, esto es porque el ci-
tado drama-turgo iba vestido de
ese tono cuando sufrió la mencio-
nada indisposición en el teatro.
Cuando falleció, las leyes religiosas
establecían que los actores no po-
dían ser enterrados en el cemen-
terio porque eran “inmorales”. Sin
embargo, su viuda solicitó ayuda
al rey para que sí pudiera serlo y lo
consi-guió. Su tumba se estableció
en la zona de los niños que no eran
bautizados.
HORA
DE
LEER
La escritura de Molière estuvo muy
influenciada por la commedia de-
ll’arte, pero su estilo creció a partir
de esa influencia.
A menudo se le relega al papel de
dramaturgo cómico y frívolo, tal
vez porque sus obras prosperan en
su acción física y su diálogo ágil.
Pero esta interpretación pierde el
nivel de sátira social mordaz que
trajo a su trabajo.
Escribió sobre los defectos de la hu-
manidad, la humanidad que veía
a su alrededor cada día. Creó per-
so-najes llenos de extremos: avaros,
hipócritas, hipocondríacos, misán-
tropos. Estos personajes estaban
tan impulsados por sus extremos
que atravesaron sus historias con
las anteojeras puestas, incapaces
de hacer nada más que exudar su
defecto fatal.
Siempre hay personajes que se
oponen a estos extremos en la obra
de Molière, expresando la voz mo-
derada.
Como se burlaba de las clases altas,
tenía muchos enemi-gos. También
hizo un gran enemigo en la iglesia.
En un momento, el arzobispo ame-
nazó con excomulgar a cualquiera
que viera, interpretara o incluso le-
yera Tartufo.
Molière escribió en una época de
reglas.
El neoclasicismo no solo se fomentó,
se hizo cumplir. Y aunque se pien-
sa que Molière es un dramaturgo
neoclásico, a menudo iba en contra
de las reglas de la forma.
Por ejemplo, la doncella Dorine en
Tartufo habla con sabiduría muy
por encima de su posición, lo que
estaba en contra del principio neo-
clásico del decoro.
Además, el final deus ex machina
de Tartufo donde un dios (o en esta
obra, el rey) se zambulle y salva la
obra en el último minuto no estaba
en consonancia con las reglas neo-
clásicas.
El misántropono fue ni una come-
dia estricta ni una tragedia. En el
mundo neoclásico, se suponía que
los personajes que mostraban un
comportamiento extremo expia-
ban y volvían al redil del compor-
tamiento moderado.
Aunque el personaje principal de
Tartufo es arrestado por su hipo-
cresía reli-giosa al final de la obra,
no hay indicios de que haya cam-
biado sus costumbres.
Las Preciosas Ridículas (1559)
Obra en un solo acto que se convir-
tió en su primer éxito. Es una come-
dia mordaz, basada en el humor y
los juegos de palabras. La repercu-
sión de esta obra atrajo la atención
del monarca Luis XIV, que desde
ese momento ejerció una labor de
patrocinio.
La Escuela de los Maridos (1561)
Comedia que gira en torno a las
relaciones de pareja, aportando
uno de los personajes una visión de
relativa modernidad teniendo en
cuenta la época en la que fue escri-
ta. Se mostró contradictorio sobre
este tema, ya que podemos encon-
trar también referencias de signo
contrario en toda su obra sobre el
papel de la mujer en la sociedad.
Tartufo (1564)
Con esta obra, Molière trato de
lanzar un ataque sobre la falsa de-
voción, utilizada para alcanzar el
poder.
También trata de retratar la rea-
lidad de la Francia de aquel mo-
mento, con una pléyade de corte-
sanos que buscan a través de esta
línea espiritual influir sobre el mo-
narca. Su mensaje hizo que algu-
nas de esas personas consiguieran
prohibir la obra, aunque el rey le-
vantaría dicha censura.
La prohibió de la obra de teatro
Tartufo de Molière.
La comedia Le Tartuffe, escrita en
abril de 1664, se representó por pri-
mera vez ante la Corte de Versalles
el 12 de mayo de 1664. Esta repre-
sentación, muy bien recibida, fue
rápidamente prohibida.
Debido a las críticas de los devotos
que Molière hace en su Tartufo, la
Iglesia se siente ofendida de que
se pueda representar una obra de
este tipo. El clero presionando a
Luis XIV, la obra fue finalmente
prohibida por orden del rey.
Molière es violentamente criticado,
el sacerdote Pierre Roullé incluso lo
describe como “ un demonio vesti-
do de carne y vestido de hombre”.
Molière se defiende con el rey, cre-
yendo que sólo está cumpliendo su
papel de autor de comedia. Per-
maneciendo el rey en sus puestos,
Molière se compromete a modificar
su tartufo para que se pueda re-
presentar la obra.
Molière suavizó la habitación, in-
tentando reducir los elementos que
habían dado lugar a la polémica.
Está rediseñado, llamado L’Impos-
teur, se presenta en el Palais-Royal.
Nada ayuda, la obra también está
prohibida, y el arzobispo de París
Hardouin de Péréfixe de Beau-
mont amenaza con la excomunión
cualquiera que interprete, lea o es-
cuche recitar la obra. No fue hasta
la conclusión de la Paz de la Igle-
sia, cuando el rey Luis XIV encontró
mano libre en materia de política
religiosa, que se autorizó la repre-
sentación de la obra.
El 5 de febrero de 1669, la obra,
ahora titulada Le Tartuffe ou
l’Imposteur, se representa en el es-
cenario del Palais-Royal frente a
una sala abarrotada. La lucha de
Molière por libertad de expresión
dio sus frutos, y el éxito del drama-
turgo fue total: las críticas fueron
unánimes, la obra batió récords de
ingresos y longevidad (72 represen-
taciones seguidas).
Don Juan (1565)
En esta obra dibuja un personaje
protagonista que se mueve en la
ambivalencia, presenta rasgos que
generan un sentimiento de cerca-
nía del espectador, compensándo-
lo con otros que generen rechazo.
Nuevamente, la intención princi-
pal es criticar la hipocresía propia
de la sociedad que le rodea.
El Misántropo (1666)
Moliére en un momento de fracaso
personal, habiendo desarrollado ya
una hipocondría que le acompa-
ñaría hasta el final de su vida refle-
ja en el protagonista una visión pe-
simista, de aislamiento, de rechazo
con el género humano. La acción se
desarrolla a lo largo de un solo día.
El Médico a Palos (1666)
Esta obra refleja una de las grandes
obsesiones del autor: el rechazo a la
Medicina y la caracterización de la
figura del médico como negativa.
Abordará este tema en numerosas
ocasiones: El médico Volante o El
amor médico.
El Señor de Pourceaugnac (1669)
Utiliza esta obra para realizar un
ataque tanto al mundo rural, per-
sonificado en el protagonista, un
noble de provin-cias, como en los
pícaros de la capital que apro-
vechan los defectos de este para
aprovecharse de él. Destila una vi-
sión amarga de ambos mundos.
Las Mujeres Sabias (1672)
Retoma la crítica hacia la burgue-
sía, grupo con numerosos defectos,
sin duda el principal objetivo de su
sarcasmo. En esta ocasión se cen-
tra en la pedantería de esta clase
social. Interpreta que su gusto por
la cultura no se debe a la búsque-
da del conocimiento, sino como un
elemento clasista, diferenciador de
la ignorancia de las clases inferiores.
El Enfermo Imaginario (1673)
Su última obra, una sátira corrosi-
va contra su colectivo favorito: los
médicos. Hay que señalar también
que el autor era un hipocondríaco
convencido, por lo que su visión era
parcial.
Es paradójico que en su cuarta re-
presentación sufrió unos terribles
dolores, a pesar de ello continuó
con la obra y unas horas después
moría en su casa.
Tiene también un valor simbóli-
co especial, ya que aquella noche
Molière vestía de amarillo y desde
entonces se ha asociado este color
a la mala suerte en el mundo del
espectáculo.
“El avaro”
o “La escuela de la mentira” es una
comedia en prosa de Molière en 5
actos. Se estrenó en el teatro del
Pa-lais-Royal, el 9 de septiembre
de 1668, con un gran éxito en Fran-
cia y toda Europa. El tema está
claramente inspirado en “La olla
de Plauto”.
El avaro de Moliere es una de las
grandes obras del teatro francés,
que marcó una etapa dentro del
teatro barroco. Es la historia de un
personaje que muestra el lado más
mezquino y egoísta de las perso-
nas, donde lo material supera am-
plia-mente a todo el resto de sus
sentimientos.
El avaro de Moliere fue escrito por
el poeta francés Jean Baptiste Po-
quelin (Moliere) en el siglo XVII,
transformándose en uno de los clá-
sicos de la literatura universal ba-
rroca.
El personaje principal de la obra
es Harpagón, quien a lo largo de
5 actos escritos en prosa va transi-
tando y mostrando la historia de
un hombre con uno de los defectos
más importantes de la humanidad,
la avaricia.
Harpagón a lo largo de toda la
siempre menciona ahorrar para el
futuro, valorando mucho más al
dinero que a él mismo y sus verda-
deros intereses que nunca llegan a
mostrarse porque nunca lo permi-
te.
El libro es la representación de una
familia adinerada de la ciudad de
París, donde el argumento mues-
tra a un padre que priva a sus hi-
jos tanto de cosas materiales como
afectivas.
RESUMEN DE LA OLLA – Plauto
Euclión es un viejo avaro angustiado
ante la posibilidad de que le roben una
olla llena de monedas de oro que ha
encontrado. Vive en la miseria con su
hija Fedria.
Mientras tanto, Eunomía, hermana
de Megadoro, viejo solterón, pretende
casarlo. Éste dice que, dispuesto a com-
placerla, prefiere una joven sin dote,
pero virtuosa.
Pide la hija de Euclión en matrimonio
y éste se la promete, aunque está con-
vencido de que su futuro yerno está en-
terado del hallazgo del tesoro.
Cuando Euclión comunica la boda a su
sierva Estáfila, ésta se alarma, pensan-
do que se va a descubrir que la novia
está a punto de dar a luz.
Se conciertan las nupcias para ese mis-
mo día y el pobre avaro, ante la ava-
lancha de criados, cocineros y músicos
con que Megadoro le ha llenado la casa
para el banquete nupcial, se dirige al
templo de Buena Fe a enterrar la olla.
Pero Estróbilo, esclavo de Licónides, lo
ha descubierto y acaba sustrayéndole
la olla con el dinero.
Licónides cuenta a Eunomía, su madre,
el amor que siente por la hija de Euclión
y la situación embarazosa en que la ha
puesto; después le ruega que conven-
za a Megadoro para que éste le ceda
como esposa a la joven.
Se oyen los gritos de Fedria, que sufre
los dolores del parto. Aparece con la
olla el esclavo de Licónides, feliz por el
hallazgo del tesoro. Euclión, en cambio,
está al borde de la locura por su pér-
dida.
Licónides oyeses lamentos y los inter-
preta como expresión de disgusto por el
alumbramiento de su hija.
Entablan ambos un diálogo lleno de
malentendidos, ya que Euclión habla
de su olla y Licónides de Fedria.
Al final todo se aclara y Euclión conce-
de su hija en matrimonio a Licónides,
con el consentimiento de su pretendien-
te Megadoro, que además hace que el
esclavo devuelva la olla a su legítimo
dueño.
El Avaro es la historia de un hombre que
adora el dinero más que cualquier cosa.
Sus hijos desean casarse con las parejas
que ellos han elegido, pero el avaro ya
tiene planeada sus vidas. No obstante, la
oposición de sus hijos conduce el destino
de las 3 parejas al desenlace de una histo-
ria familiar que parecía perdida.
Personajes
HARPAGÓN: Personaje principal. El avaro
de la historia. Padre de Cleanto y Elisa. Se
preocupa únicamente por sus ganancias, su
dinero y teme todo el tiempo que alguien se
lo quiera arrebatar. Desconfía de absoluta-
mente to-dos.
CLEANTO: Personaje secundario. Hijo de
Harpagón. Enamorado de Mariana. Rebelde,
desafiante y juzga a su padre por sus terribles
condiciones para otorgar un préstamo.
VALERIO: Personaje secundario. Hijo de Don
Tomás de Alburcy y enamorado de Elisa. Pla-
nea adular a Harpa-gón para conseguir su
confianza y aprobación en sus planes para
desposar a su hija.
ELISA: Personaje secundario. Hija de Har-
pagón y enamorada de Valerio. Rebelde y
desafiante con su padre. Ama a Valerio pero
desconfía de su amor fiel y persevero.
MARIANA: Personaje secundario. Hija de
Don Tomás de Alburcy, hermana de Valerio
y enamorada de Cleanto. Le disgusta Harpa-
gón y descubre una historia secreta cuando
Valerio revela su identidad.
Acto I
Escena 1
Valerio y Elisa están enamorados y bus-
can conseguir la aprobación del padre
de Elisa para unirse en matrimonio. Elisa
recuerda el día en que su amado le sal-
vó la vida de ahogarse y ahora teme que
el amor de Valerio desaparezca con el
tiempo y se torne melancólica, pero Va-
lerio le pide que no la juzgue por pecados
que aún no ha cometido y le reafirma su
amor.
Valerio le pide que trate de convencer
a su hermano, aunque tema por su re-
acción, mientras que él continuará adu-
lando a su padre para conseguir su total
aprobación.
Escena 2
Cleanto está contento porque encuentra
a su hermana sola y así podrá contarle
su secreto. Está enamorado de una mujer
llamada Mariana, de poca fortuna, pero
encantadora.
A pesar de que los padres, por su expe-
riencia y sabidu-ría, son los más indicados
para escogerles pareja a sus hijos, Cleanto
se siente profundamente enamorado de
Ma-riana y está dispuesto a ignorar los
argumentos familiares. Le cuenta este
secreto a Elisa para que le ayude a son-
dear a su padre y si lo encuentra contra-
rio, está dispuesto a marcharse a otro lu-
gar con la mujer que ama.
Elisa aún no se atreve a confesarle su
amor por Valerio.
Escena 3
Mientras La Fleche, criado de Cleanto
espera a su amo, Harpagón, padre de
Clenato y Elisa le ordena que se mar-che,
pero antes sostiene una discusión con él
porque cree que le está robando su di-
nero, así que lo registra, lo cues-tiona, lo
llama ladrón y teme que ande divulgan-
do a la gente la riqueza que posee. Por
su parte La Fleche condena a los avari-
ciosos y los maldice. Harpagón no presta
atención a lo que el criado dice y lo único
que le importa es que nadie le quite ni
un centavo.
Escena 4
Harpagón se queda solo pensando en
los diez mil escudos que piensa enterrar
en el jardín cuando de pronto se acercan
Cleanto y Elisa. Harpagón cree que sus hi-
jos lo han escuchado y por temor a que lo
hayan escuchado, argumenta que sólo le
gustaría tener diez mil escudos.
Clenato se dispone a hablar sobre sus
pretensiones con Mariana, cuando Har-
pagón lo interrumpe para decirle que él
pretende casarse con ella y ha dispuesto
para su hijo casarse con una viuda, mien-
tras que Elisa desposará a don Anselmo,
un hombre mayor de 50 años pero con
buenos negocios, esa misma tarde.
Cleanto se retira y Elisa se niega rotun-
damente a seguir la decisión de su pa-
dre. Harpagón propone a Valerio como
mediador entre esta discordia con su hija:
si éste aprueba el matrimonio con don
Anselmo, ambos acatarán su consejo. Así
pues, Elisa accede a que sea su verdadero
amado el que decida su futuro.
Escena 5
Harpagón le confirma a Valerio sobre la
boda y cree que es una gran oportunidad
para Elisa, pues don Anselmo no tiene
hijos de su primer matrimonio y acepta
el hecho de que Elisa no tenga dote. Esta
última, es la principal razón para Harpa-
gón.
Valerio consciente todo lo que dice el pa-
dre de Elisa y esta no comprende el moti-
vo de su traición. Valerio le dice en secreto
que debe aprobar lo que dice su padre
para ganar su confianza y aprobación,
ya después encontrarán un pretexto para
evadir el matrimonio dispuesto.
Harpagón queda muy satisfecho de que
Valerio apruebe al candidato para mari-
do de su hija
Acto II
Escena 1
Cleanto se encuentra con su criado La
Fleche y le pregunta si ha conseguido del
usurero el préstamo por 15 mil francos. La
Fleche advierte que para recibir el prés-
tamo, el usurero ha dispuesto una serie de
condiciones: conocerlo personalmente, el
pago de intereses y la compra obligatoria
de una serie de artículos que el usurero
vende.
De no cumplir con todas las condiciones,
el usurero no otorgará el préstamo. A
Clenato le parece un abuso, pero la ne-
ce-sidad de huir con Mariana antes de
que su padre se case con ella, es mayor.
Escena 2
Mease Simón, el agente de préstamos de
Harpagón, le dice confirme que el soli-
citante para el préstamo es de con-fiar,
proviene de familia rica, es huérfano de
madre y está dispuesto a cumplir con las
condiciones. Harpagón se sorprende al
ver a su hijo y La Fleche. Clenato juzga a
su padre por los ingratos manejos de ne-
gocios que realiza y Harpagón le reprime
fuertemente en defensa de su avaricia.
Escena 3
Frosina, una mujer intrigante, llama a
Harpagón, pero éste no la atiende por-
que está concentrado contando su dinero.
Escena 4
Frosina demanda ver a Harpagón por-
que tiene asuntos de trabajo que arreglar
con él. La Fleche le advierte que proba-
blemente no recibirá ni un centavo del
avaro, a quien califica de ser inhumano,
duro y cerrado, preocupado únicamente
en sus ganancias económicas.
No obstante, Frosina confía en que recibi-
rá una buena suma por sus servicios.
Escena 5
Frosina le informa a Harpagón que la
madre de Mariana está complacida e in-
teresada en la propuesta de matrimo-nio
y que Mariana estará sumamente con-
tenta en aceptar su oferta porque gusta
de los hombres maduros. Harpagón no
se convence del todo porque Mariana no
tiene dote y no recibirá ninguna hacienda
a cambio.
Frosina inten-ta persuadirlo argumen-
tando que Mariana no le acusará proble-
mas porque no come mucho, viste sencillo
y le será de un ahorro de 12 mil escudos
al mes.
Aún con dichos argumentos, Harpagón
insiste en su deseo por algún bien mate-
rial y hace caso omiso a Frosina, quien fi-
nalmente, le pide dinero para remunerar
sus servicios. Como era de esperarse, Har-
pagón busca la forma de evadir el pago
y le ofrece únicamente el carruaje que
recogerá a Frosina y Mariana con motivo
del almuerzo para Don Anselmo.
Frosina se retira molesta pero confía que
le sacará al avaro algún provecho des-
pués.
Acto III
Escena 1
Harpagón instruye a sus criados para ad-
ministrar bien la comida en honor a Don
Anselmo, y les advierte que si rompen o
roban algo, será descontado de sus suel-
dos.
Maese Santiago, el cocinero y chofer, ad-
vierte que será necesario comprar comi-
da y para ello necesita mucho dine-ro.
Valerio interviene en defensa de los inte-
reses de Harpagón, quien no desea gastar
mucho y sugiere comprar poca comida.
Maese Santiago se molesta porque Vale-
rio sólo está adulando a Harpagón y sus
caballos están a pun-to de morir por falta
de comida.
Escena 2
Valerio se mofa del trato de Harpagón
con Maese Santiago y este se enfada aún
más y amenaza con apalearlo. Valerio
le responde de la misma forma y Maese
Santiago baja la cabeza pero jura ven-
garse.
Escena 3
Frosina y Mariana se dirigen a casa de
Harpagón.
Escena 4
Mariana le confiesa a Frosina que el ser
pretendida por Harpagón le produce
una gran aflicción, pues ella está enamo-
rada de un joven, que a modo de ver de
su celestina es un mal partido porque es
pobre. Frosina le recomienda que haga a
un lado su tristeza y valore las ventajas
de casarse con un hombre rico.
Escena 5
Harpagón saluda a Mariana y enaltece
su belleza y sus virtudes, pero se extra-
ña de su frío comportamiento. Frosina lo
atribuye a su timidez e inocencia.
Escena 6
A Mariana le desagrada Harpagón, pero
Frosina dice que le parece admirable.
Elisa se presenta junto con su hermano. Al
ver a Cleanto, Mariana le confiesa a Fro-
sina que él es su enamorado.
Escena 7
Cleanto le dice a Mariana que su corazón
no desea verla como madrastra. Harpa-
gón interpreta esto como una inso-lencia
de su hijo, pero Mariana lo excusa y se
siente dichosa por lo que su amado dijo.
Celanto le quita a su padre una sortija de
diamante y se la obsequia a Mariana con
el pretexto de que es de parte de Harpa-
gón, pero éste sólo se enfurece porque su
hijo ha insistido en regalarle a Mariana su
sortija de diamantes, quien finalmente la
acepta para frenar los remilgos de padre
e hijo.
Escena 8
Harpagón sale a atender a Brindavoine,
su lacayo, quien le trae un dinero.
Escena 9
Entre tanto, Cleanto propone pasear a
Mariana por el jardín para disponer de la
comida. Harpagón le pide a Valerio que
lo vigile para que no se exceda más en
gastos.
Acto IV
Escena 1
Cleanto, Elisa, Mariana y Frosina planean
hacer que Harpagón pierda el interés
en Mariana, y entre tanto, conven-cer a
la madre de la prometida en aceptar a
Cleanto. El plan propuesto por Frosina
consistía en traer una amiga con el disfraz
de marquesa rica dispuesta a casarse con
Harpagón, para lograr que su atención
avara se centre en otra persona sin tener
que ofenderle.
Escena 2
Harpagón percibe algo oculto cuando
descubre a Cleanto besando la mano de
Mariana.
Las mujeres se marchan y Harpagón le
pide a su hijo que se quede con él.
Escena 3
Harpagón le tiende una trampa a su hijo
al decirle que ha considerado la diferen-
cia de edad con Mariana y por tanto ha
considerado que ella es mejor prometida
para él. Clenato, emocionado, confiesa su
secreto y Harpagón, satisfecho de descu-
brir la verdad, le prohíbe seguir amando
a Mariana y procura apresurar el matri-
monio de su hijo con la viuda.
Clenato se rebela y está dispuesto a todo
por conservar el amor de mariana. Har-
pagón pide a gritos un bastón para darle
de bastonazos a su hijo.
Escena 4
Maese Santiago interviene como media-
dor y testigo entre Cleanto y Harpagón,
pero al pasar los recados que padre e hijo
se enviaban a través de él, Santiago les
da la razón a ambos y los hace creer que
las diferencias entre ellos estaban resuel-
tas y perdonadas, pero ni Cleanto sabe
que debe renunciar a Mariana para Re
obtener el amor de su padre, ni Harpa-
gón sabe que su hijo no está dispuesto a
obedecerle.
Escena 5
Celanto y Harpagón se disculpan mutua-
mente, pero cuando comprenden que
Cleanto no está dispuesto a ceder, vuel-
ven a pelearse. Harpagón decide des-
heredar a su hijo, lo maldice y desea no
volverlo a ver.
Escena 6
La Fleche le dice a Cleanto que ha encon-
trado el tesoro oculto de su padre. Ambos
se van al escuchar próximos los gritos de
Harpagón.
Escena 7
Harpagón descubre que su dinero ha sido
robado. Siente la pérdida de su único
fiel amigo y tiene la sensación de morir-
se. Desconfía de todos y desea colgar al
mundo entero por semejante ofensa y
ultrajo.
Acto V
Escena 1
Harpagón le dice al comisario que des-
confía de todos y debe recuperar su dine-
ro robado. El comisario aconseja proceder
con sigilo para conseguir las pruebas que
los guíen al culpable.
Escena 2
Harpagón y el comisario interrogan a
Maese Santiago, y éste, aprovechando
el momento para su venganza, acusa a
Valerio de haberse robado el cofre con
dinero.
Escena 3
Harpagón le exige a Valerio que le regre-
se su tesoro y advierte que sabe la ver-
dad. Valerio confunde el tesoro ro-bado
con Elisa, y desconociendo las causas por
las que se le acusa, acepta su responsabi-
lidad. Una larga confusión se suscita hasta
que Valerio confiesa que se ha casado con
Elisa a escondidas. Harpagón se lamen-
ta de esta nueva desgracia y le pide al
comisario que lo arreste por ladrón y co-
rruptor.
Escena 4
Harpagón regaña a su hija por haberse
entregado a un ladrón. Ella le ruega que
le perdone la vida a su amado, pues él
le salvó la suya cuando estaba nadando.
No obstante, Harpagón está dispuesto a
enviar a Valerio a la horca.
Escena 5
Cuando Valerio está a punto de ser apre-
hendido, descubre su identidad afirman-
do ser el hijo de Don Tomás de Alburcy.
Don Anselmo, quien acababa de llegar
y de manifestarle su apoyo a Harpagón,
le pide a Valerio que pruebe lo que dice,
pues era sabido que los hijos de Alburcy
habían fallecido en un naufragio.
No obstante, Valerio consiguió salvarse
junto con Pedro, el criado de la familia y
posee las joyas que su madre le colocó y el
sello distintivo de la familia.
Mariana avala la historia al decir ser su
hermana, ya que conocía dicha historia
porque su madre se lo había contado y
juntas llegaron a Nápoles en busca de su
padre, quien creían que había muerto en
el naufragio. Valerio afirma que cuando
llegó a Nápoles, también en busca de su
padre, conoció a Elisa.
Es entonces cuando Anselmo descubre su
identidad como Don Tomás de Alburcy y
abraza con júbilo a sus hijos perdidos por
16 años. Harpagón comprende el paren-
tesco, pero aún preocupado por su dine-
ro, le exige a Don Anselmo que pague la
cantidad de dinero, presuntamente ro-
bada por su hijo.
Valerio comprende, de buena vez, que se
le acusa de robo material y Maese San-
tiago tuvo que negar su culpa frente a
todos.
Escena 6
Cleanto aparece pidiéndole a su padre
que apoye su matrimonio con Mariana o
de lo contrario no volverá a ver su dinero.
Anselmo le pide a Harpagón que reconsi-
dere sus planes y conceda el matrimonio.
Harpagón accede con las condiciones de
que Anselmo le otorgue la dote de Ma-
riana, pague los dos matrimonios, le com-
pre un traje para la ocasión, le pague al
comisario por sus servicios y reciba su co-
fre con todo el dinero.
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Jean Baptiste Racine Facts, Your Dictionary Biography,
(n.d.). Tomado de biography.yourdictionary.com
Citado por Léon Thoorens, Panorama de las literaturas 3.
Inglaterra y América del Norte... Madrid / Barcelona: Edito-
rial Daimon, 1969, pp. 138-139.
En su escrito de 1734 Pope realizó una importante conside-
ración sobre la influencia de los pintores paisajistas en los
proyectos de jardinería cuando escribió lo siguiente: «Todo
el arte de los jardines depende de la pintura de paisajes[...]
como si fuera un paisaje colgado» («All gardening is lands-
cape painting [...] just like landscape hung up»). Marie-Ma-
deleine Martinet, Art el nature en Grande-Bregtagne au
XVIII siècle. Paris, 1980, p. 10.
theatrefolk.com/blog/introduction
La palabra griega “historie” significa “indagación
Por@gh
EL ANILLO DE POLÍCRATES
Polícrates (Polykrátes) (s. VI a C) Tirano en 535? -522 de la isla de Samos, en el mar Egeo. Ejerció una
supremacía sobre diversas ciudades de la Jonia y un despotismo que lo hizo famoso en toda Grecia.
Herodoto, el famoso historiador,
cuenta esta historia:
Polícrates era gobernante de la
isla de Samos. Había levanta-
do una insurrección contra los per-
sas y había tomado el gobierno en
sus propias manos. Para aumentar
su poder, envió regalos a Amasis,
rey de Egipto, e hizo con él un tra-
tado de amistad.
Envió a otros países en busca de los
mejores obreros, a quienes pagó al-
tos salarios, y los puso a trabajar en
la construcción de espléndidos tem-
plos. Su palacio estaba ricamente
amueblado con espléndidos tapi-
ces, y tenía muchas tazas y platos
de plata y oro.
Estos los prestó a cualquiera de sus
ciudadanos que deseara celebrar
una boda o dar una gran fiesta.
Le gustaban mucho los animales y
trajo a Samos las mejores clases de
ovejas, cabras y cerdos.
Se decía que el legendario Argo
tenía asientos para cincuenta re-
meros, y la tradición lo llamaba
el barco más grande del mundo.
Polícrates tenía una flota de ciento
cincuenta galeras de remos, con las
que navegaba de isla en isla, ro-
bando a amigos y enemigos.
La buena fortuna lo siguió a to-
das partes. Parecía como si nadie
pudiera derrotarlo en la batalla o
vencerlo en el comercio.
El rey de Egipto, al saber esto, co-
menzó a temer que su amigo lle-
gara a un final terrible. Envió una
carta a Polícrates, diciéndole que
tan buena fortuna continua era
una señal de que los dioses lo es-
taban reteniendo para un destino
terrible y aconsejándole que tirara
su tesoro más valioso.
“De esa manera”, dijo Amasis,
“puedes escapar del castigo de los
seres que gobiernan el mundo y
que no les gusta ver a ningún hom-
bre demasiado próspero”.
Polícrates decidió que su tesoro
más querido era un anillo de sello
de esmeralda engastado en oro.
Decidió tirar esto y, por lo tan-
to, ordenó que una de sus galeras
de cincuenta remos estuviera lista
para el mar. Subiendo a bordo,
navegó un largo camino desde la
isla y, con dolor, arrojó el anillo a las
aguas profundas.
Unos días después, mientras estaba
sentado en su palacio, un pescador
se acercó a la puerta y pidió ver al
rey. Polícrates le permitió entrar y
vio en sus manos un pez grande y
hermoso.
“¡Oh rey!” dijo el pescador, “Soy un
pobre que vive de su oficio, sin em-
bargo, cuando vi este premio en
mis redes dije que no debía ven-
derse, sino que se lo daría al gran
rey en cuyas aguas estaba toma-
do.”
Polícrates se alegró y respondió:
“Has hecho bien, amigo mío. Ven
a cenar conmigo y ayúdame a co-
mer tu regalo”.
Los sirvientes tomaron el pescado
y empezaron a prepararlo para la
mesa. Cuando la abrieron vieron,
brillando ante ellos, ¡el anillo que
su amo había tirado!
El rey se alegró de tener su anillo
de nuevo, y le escribió una carta a
Amasis, contándole de esta nueva
buena fortuna.
El rey de Egipto envió una respues-
ta diciendo que ya no podían ser
amigos, porque no se atrevía a
mantener un tratado de amistad
con un hombre que siempre fue
afortunado.
Un persa llamado Oroetes era go-
bernador de Sardis. Nunca había
visto a Polícrates, pero al escuchar
mucho de él, decidió enfrentarse a
ese afortunado rey y, si era posible,
destruirlo.
Fue lo suficientemente sabio como
para ver que esto solo podía ha-
cerse mediante la traición. Escri-
bió una carta en la que fingía te-
ner miedo de perder su poder y su
vida, y le rogaba a Polícrates que
acudiera en su ayuda.
A cambio, se ofreció a compartir sus
grandes tesoros con su libertador y
prometió mostrar su dinero y joyas
a cualquiera a quien el rey enviara
con el propósito de comprobar que
eran genuinos.
Polícrates se alegró de estas ofertas
y envió a su secretaria para ase-
gurarse de que todo fuera cierto.
Oroetes casi había llenado ocho
cofres con piedras, sobre las cuales
había depositado oro en dinero y
en barras.
Se las mostró al secretario, quien,
viendo sólo lo que tenía ante sus
ojos, se fue a su casa y le dijo al rey
que había visto grandes tesoros y
que el persa era realmente muy
rico.
Polícrates declaró que él mismo
iría y se llevaría al gobernador y
su dinero. Muchos amigos le roga-
ron que no fuera tan tonto. Su hija
tuvo un sueño, en el que vio a su
padre en lo alto del aire, “lavado
por Zeus y ungido por el sol”. Tra-
tó de tenerlo en casa, porque creía
que este sueño significaba un terri-
ble peligro para su padre.
Pero él no escuchó sus oraciones ni
se preocupó por sus lágrimas. Zar-
pó con una compañía de amigos,
pero sin su ejército, pensando que
su buena suerte no lo abandonaría.
Había caído en una trampa. El
gobernador persa lo mató y lue-
go clavó su cadáver en una cruz.
Mientras estaba suspendido en el
aire, se podría decir que Zeus lo
bañó con lluvia y que el sol lo un-
gió derramando sobre él poderosos
rayos. El sueño de la pobre niña se
cumplió y el afortunado Polícrates
tuvo un final miserable.
Heródoto es considerado ac-
tualmente como el padre de la
disciplina histórica, por el uso de
fuentes históricas orales y escritas.
Incluso hay algunos consideran que
también es el primer antropólogo
por su interés en las costumbres de
los “bárbaros”.
Herodoto de Halicarnaso, porque
justamente nació aproximada-
mente en el año 484 A.C. en aque-
lla ciudad griega, está considerado
como el padre de la historia, preci-
samente por haber sido el primero
que se ocupó de sintetizar por es-
crito todos los conocimientos que
disponía y que eran el producto
de sus viajes a diferentes ciudades
y países, y también lo que sus con-
temporáneos le contaban sobre
aquellos que sucedía o sucedió.
Como decíamos, Herodoto, habría
nacido en Halicarnaso antes de la
expedición de Jerjes contra Grecia;
tiempo después, y como consecuen-
cia de la revuelta que se desató en
su ciudad, tuvo que abandonar su
patria y dirigirse a Samos, en don-
de se conectaría por primera vez y
muy directamente con la cultura.
Más tarde, se cree que regresó a su
tierra natal y hasta participó del
derrocamiento de Lígdamis, hijo de
Artemisa y un fiel exponente de la
tiranía de aquella época.
Entre el 444 y 443 A. C., Herodoto,
habría participado directamente
de la fundación de la colonia de
Turios encabezada por Pericles.
Cabe destacar, que Herodoto fue
un gran protagonista y también
observador del excelente momen-
to político y cultural que vivió en
aquellos tiempos la ciudad de Ate-
nas.
También, en lo que convienen mu-
chos de sus biógrafos es en que He-
rodoto viajó incansablemente por
diferentes lugares, Egipto, Fenicia,
Mesopotamia y en todos supo sa-
car provecho del conocimiento que
le reportaban, ya que una de sus
máximas aspiraciones era constan-
temente saciar sus ansias de saber
y saber más.
Todo ese saber fue recopilado en
nueve libros, cada uno de los cuales
lleva el nombre de una de las nue-
ve musas.
Su principal objetivo era el na-
rrar los sucesos y las hazañas de los
hombres y así lo hizo de una ma-
nera tan sólida y clara, que desde
su muerte fue resaltada y admi-
rada por colegas y por lectores de
su obra que caían rendidos ante
tanta precisión y corrección en el
entrelazado de elementos y situa-
ciones tan diferentes entre sí.
Tanto en vida como luego de su
fallecimiento, que habría sucedió
en el año 425 A.C., Herodoto, re-
sultó ser una fuente para todos los
historiadores; si bien perdió algo de
autoridad durante la Edad Media,
tiempo después, con el surgimiento
del Humanismo sus relatos cobra-
rían de nuevo la importancia que
supieron ostentar.
¿Qué hizo Herodoto? fue el primer
geógrafo que consideró al Caspio
como un mar interior, mientras que
Hecateo y sus contemporáneos, así
como todos los geógrafos de la era
alejandrina, lo consideraron como
un brazo del Océano Norte.
Con respecto al Caspio, es notable
que Herodoto estaba por delante
de casi todos sus sucesores.
Es irónico que con todos los esfuer-
zos de Heródoto por preservar los
recuerdos de los eventos de los de-
más, las circunstancias, incluso el lu-
gar y la fecha, de su propia muerte
han sido olvidadas, no obstante, se
cree que falleció en algún tiempo
del 430 y el 425 a.C.
Heródoto. Historia. Obra completa. Madrid: Edito-
rial Gredos. ISBN 978-84-249-1477-6.
Volumen I: libros I-II. Trad. y notas de C. Schrader.
Intr. de F. Rodríguez Adrados. Rev.: M. Jufresa
Muñoz, 1992. ISBN 978-84-249-3482-8.
Volumen II: libros III-IV. Trad. y notas de C. Schra-
der. Rev.: M.ª E. Martínez-Fresneda, 1987. ISBN
978-84-249-3525-2.
Volumen III: libros V-VI. Trad. y notas de C. Schra-
der. Rev.: M.ª E. Martínez-Fresneda, 1988. ISBN
978-84-249-0086-1.
Volumen IV: libro VII. Trad. y notas de C. Schrader.
Rev.: B. Cabellos Álvarez, 1994. ISBN 978-84-249-
0994-9.
Volumen V: libros VIII-IX. Trad. y notas de C.
Schrader. Rev.: B. Cabellos Álvarez, 1989. ISBN 978-
84-249-1399-1.
— (1999). Historia. Colección Letras Universales.
Madrid: Ediciones Cátedra. ISBN 978-84-376-1711-4.
Bowra, C. M. (2007). Introducción a la literatura
griega. Traducción a cargo de Luis Gil Fernández.
Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-2877-3
x--
- KIM
Clasicismo
El término “clasicismo” designa el estilo de las obras artísticas y literarias inspiradas en la antigüedad grecorro-
mana y, por extensión, el arte académico o tradicional, opuesto fundamentalmente a la estética romántica. Se
trata, por tanto, de un término de carácter estético, debido a su afán imitador de unos modelos artísticos, pero
también histórico, dado que esta estética presenta un desarrollo determinado a lo largo de la historia de occi-
dente.
Clasicismo. Del latín classicus y sufijo –ismo (del latín -ismus y éste del griego - ). (Fr. Classicisme, Ing.
Classicism, It. Classicismo, Al. Klassizismus, Port. Classicismo).
Características
Las características del clasicismo se
pueden percibir con simple vista,
ya que en todas sus obras destacan
las bases del mismo “La perfección
del ser humano”.
Los que más destacan en las obras
son:
La inspiración en modelos y obras
de la antigüedad, basada única-
mente en las obras del apogeo ar-
tístico de Roma y Grecia, por ejem-
plo las obras tomadas de Homero,
Horacio y Teócrito.
Es totalmente racionalista y supri-
me todas las ideas imaginativas, se
exaltan los rasgos físicos del ser hu-
mano, enfatizando así su forma de
ser y de vivir, siendo lo más exacto
posible que el artista pueda plas-
mar.
Se busca apuntar a la sencillez y
mantener la claridad en las obras,
sintiéndose con moderación, esta-
bleciendo un equilibrio armónico,
permitiendo así ver un verdadero
orden.
El clasicismo siempre buscó mante-
ner una actitud pedagógica en sus
obras, ya que captura hechos im-
portantes de la historia, personajes
ilustres, obras literarias y arquitec-
turas de épocas pasadas.
Siempre busca mantener un ca-
rácter distintivo de todos los géne-
ros que le permita destacarse y no
asociarse con otros externos.
Ser lo más realista posible, sin per-
sonajes imaginativos, no merece
un análisis exhaustivo por parte de
quienes admiran las obras, sino que
se traslada directamente al mo-
mento plasmado en la obra.
HISTORIA
Clasicismo medieval (800-1400)
El arte medieval fue testigo de va-
rias oleadas de clasicismo. El prime-
ro se conoce como el “ Renacimien-
to carolingio “ (c. 750-900), que
comenzó durante el reinado del
rey Carlomagno I (gobernó entre
768 y 814).
El clasicismo cultural de la época
carolingia dio origen a la arqui-
tectura de la Capilla Palatina de
Aquisgrán (792-805), que se inspiró
en el estilo octogonal de la iglesia
de San Vitale en Rávena del siglo
VI, así como en numerosos manus-
critos latinos iluminados, incluidos
los Evangelios de Lorsch, el Salterio
de Utrecht y el Evangelistary Go-
descalc.
El segundo renacimiento del cla-
sicismo: la era del arte otoniano
(c.900-1050) - floreció durante el
Imperio Ottoniano bajo Otón el
Grande, quien fue coronado em-
perador del Sacro Imperio Romano
Germánico en Roma en 962.
Fue influenciado en particular por
su herencia carolingia y un renova-
do interés en el arte del norte de
Italia, así como mayor contacto
con el arte bizantino del Imperio
Romano de Oriente.
Hasta 1050, la mayor parte del
arte clasicista se había producido
dentro de los monasterios cristianos.
Durante los siguientes trescientos
años, la Iglesia cristiana dedicó la
mayor parte de su atención a una
serie de programas de construcción
de iglesias y catedrales. Comenzó
adoptando el estilo de la arquitec-
tura románica (c.1000-1150), que
reutilizó los arcos de medio punto,
las masas de muros y las bóvedas
de cañón de los romanos, pero mu-
chos de los elementos arquitectó-
nicos de la antigüedad clásica fue-
ron rápidamente abandonados,
tendencia que se aceleró durante
la siguiente era de la arquitectura
gótica (c.1120-1400).
Clasicismo renacentista (1400-
1600)
No es de extrañar que Italia, co-
razón del Imperio Romano y sede
de muchas colonias griegas con
sus tradiciones de arte helenístico,
haya sido testigo del mayor aviva-
miento clásico de Europa, un pro-
ceso que tuvo lugar por primera
vez en Florencia durante el primer
quattrocento (siglo XV).
Conocido como el Renacimiento
italiano, o quizás más exactamente
como el Renacimiento florentino,
fue dirigido inicialmente por el ar-
quitecto Filippo Brunelleschi (1377-
1446), el teórico del arte León Bat-
tista Alberti (1404-1472), el escultor
Donatello (1386-1466). y el pintor
Masaccio (1401-1428). Brunelleschi
estaba particularmente interesado
en las proporciones matemáticas
de los edificios romanos antiguos,
que veneraba.
Alberti, que pensaba que el clasi-
cismo era sinónimo de belleza, era
famoso por sus tratados De Statua
y Della Pittura (1435) y De Re Ae-
dificatoria (1452), y buscaba hacer
accesibles los principios de la pers-
pectiva a un amplio círculo de ar-
tistas que querían aprender esta
nueva técnica.
Donatello usó los mismos principios
para imitar estatuas griegas, mien-
tras que Masaccio incluyó elemen-
tos clásicos en el contenido de sus
pinturas, incluida su propia técnica
de perspectiva.
El clasicismo continuó dominando
el arte renacentista en Roma, co-
nocido como el Alto Renacimiento,
personificado por la Virgen Sixtina
de proporciones clásicas (1513-14)
de Rafael (1483-1520); y El hombre
de Vitruvio (1492), un estudio de
Leonardo da Vinci de las propor-
ciones del cuerpo humano (mas-
culino) como las describió el arqui-
tecto romano Vitruvio (c. 78-10 a.
C.). Arte renacentista en Venecia
También estuvo muy influenciada
por la antigüedad clásica, debido a
los estrechos vínculos de la ciudad
con Constantinopla (Bizancio), la
antigua sede de los emperadores
romanos orientales y todavía un
centro de la cultura griega antigua.
El arte del mosaico de estilo bizan-
tino era una especialidad particu-
lar. La arquitectura renacentista
veneciana también se inspiró en
ejemplos clásicos; ver, en particu-
lar, el arquitecto clasicista Andrea
Palladio (1508-80), cuyos diseños se
basaron en los valores de la arqui-
tectura clásica, como los delinearon
Vitruvio y otros.
Los principios fundacionales clásicos
del Renacimiento italiano se exten-
dieron hacia el oeste en Francia y
España, y hacia el norte en Alema-
nia y los Países Bajos.
Y con la aparición de libros impre-
sos relativamente baratos, el estu-
dio de la literatura clásica se gene-
ralizó hasta que, a finales del siglo
XVI, se convirtió en la norma en la
mayoría de los planes de estudio
universitarios.
Clasicismo barroco (1600-1700)
La armonía y las proporciones
equilibradas del arte renacentista
clasicista finalmente resultaron in-
suficientes para los impulsos creati-
vos de principios del siglo XVII, y fue
reemplazado por el arte barroco,
un lenguaje mucho más complejo
y dramático, cuyos grandes maes-
tros incluyeron a Caravaggio (1573-
1610) y Andrea.
Pozzo (1642-1709). Pero quedaron
una o dos corrientes de clasicismo.
Annibale Carracci y su escuela bo-
loñesa, por ejemplo, fueron espe-
cialmente influyentes (ver: Clasi-
cismo y naturalismo en la pintura
italiana del siglo XVII), al igual que
Nicolas Poussin (1594-1665) yClau-
de Lorrain (1600-82).
De hecho, fue a fines del siglo XVII
cuando las tradiciones clásicas se
convirtieron en una característica
permanente del arte occidental,
mediante la apertura de una se-
rie de “academias” oficiales, con
planes de estudio diseñados para
educar a los estudiantes en los
principios clásicos promovidos por
el Renacimiento italiano.
Neoclasicismo (hacia 1780-1850)
A principios y mediados del siglo
XVIII, el arte barroco dio paso al
caprichoso y decadente rococó.
Más tarde, alrededor de 1780, este
estilo frívolo fue reemplazado por
el siguiente gran renacimiento del
arte clásico, conocido como neocla-
sicismo.
Defendido por el erudito Johann
Winckelmann (1717-68), este nuevo
estilo está ejemplificado por la pin-
tura neoclásica de Jacques-Louis
David (1748-1825); los cuadros de
su seguidor JAD Ingres (1780-1867);
la escultura neoclásica de Antonio
Canova (1757-1822); y la arquitec-
tura de diseñadores como Jacques
Soufflot (1713-80), Thomas Jefferson
(1743-1826) y otros.
Clasicismo de los siglos XIX / XX
El clasicismo defendió los logros de
la antigua Grecia y Roma, el ideal
clásico, como un estándar contra el
cual se podía juzgar a la sociedad
contemporánea.
Comenzando como un movimien-
to erudito y monástico elitista, se
aplicó gradualmente a todos los
aspectos de la vida, incluidas las
artes visuales y la arquitectura.
Sin embargo, desde el siglo 18 en
adelante, los descubrimientos de la
ciencia moderna, así como la evo-
lución de la teoría social y política,
poco a poco comenzaron a revelar
hasta qué punto los griegos y ro-
manos no conocido.
Como resultado, con la excepción
del estilo clásico del arte acadé-
mico, aprobado por la Academia
Francesa; y la Hermandad Pre-
rrafaelita (1848-55) - el clasicismo
nunca estuvo tan extendido en el
arte y otras áreas, durante los siglos
XIX y XX, como lo había estado an-
teriormente.
Para conocer el último impulso
clasicista, consulte el Renacimiento
clásico en el arte moderno (c.1900-
30). Este regreso a la imaginería de
estilo clásico incluyó contribuciones
de Picasso (1881-1973) - ver tam-
bién Pinturas de figuras neoclásicas
de Picasso - así como artistas tan
diversos como Andre Derain (1880-
1954), Matisse (1869-1954), Fernand
Léger (1881-1955), Giorgio de Chi-
rico (1888-1978) y Giorgio Morandi
(1890-1964), por nombrar solo al-
gunos.
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  • 1. PISTEYOPISTEYOPara formar opiniónPara formar opiniónRevista Semestral Núm. 15Revista Semestral Núm. 15 Diciembre 2020Diciembre 2020 En Portada: Fausto Libros: Molière Arte Visuales: Clasicismo Pisteyando: El anillo de Polícrates Salud: COVID Personaje: Guido Reni Música: Música del Clasicismo Cine: Cine Clásico
  • 2. RP es una revista literaria, editada y amparada por Ediciones Tecnológicas(ET). Su objetivo es ha- cer de cada número un objeto de interés cultural, y resulte una experiencia cultivable. La cual esta apuntalada con notas, observaciones e Imágenes, aumentando el apego y torneando sus temas. En la revista incluye trabajos literarios distinguidos por sus valores culturales, e inéditos, así como temas creativos con las más diversas extensiones inverosímiles del ingenio humano. En su contenido encontraras temas como: Literarios, cine, TV, música, Fotografía, pintura, muralis- mo, arte urbano, arquitectura, dibujo, crítica, opiniones, salud, política, etc.Valiéndonos de cualquier recurso en busca de una sociedad libre y preparada. Ediciones Tecnológicas Revista Pisteyo: Es una publicación Semestral Editor Jefe: Alfonso Gómez Herrera Redacción: Lic Socióloga E: Mariana G. Míreles. Diseño / Maquetación: Kim. Site: https://sites.google.com/site/rpisteyo Red Social Facebook: https://www.facebook.com/pages/Revista-Piste- yo/575773499160668 Distribución por WWW, Periodicidad Semestral. En la revista se ha descollado algunas marcas Mercantiles de los términos descriptivos, siguiendo el estilo que utiliza el fabricante, sin ninguna Intención de infringir la marca o logo y solo en don del propietario. REVISTA PISTEYO Año 7, No.15, Dciciembre 2020, es una Publica- ción semestral editada por C.Alfonso Gómez He- rrera. Alcaldía Iztapalapa C.P. 09210. www.https://sites.google.com/site/rpisteyo/, rpisteyo@gmail.com. Editor responsable: Lic. Taide M Gómez M. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de la revis- ta. En referencias se expresa su fuente Las opiniones expresadas por los autores son in- dependientes y libres, respaldándose en la libertad de Expresión que enmarca a nuestro país. La libre manifestación de las ideas está consagrada en nuestra Carta Magna en los artículos 6º y 7º; (desde el gobierno del Presidente Miguel Alemán Valdés, estableció el 7 de junio de 1951 como el Día de la Libertad de Expresión en México.) Los contenidos publicados en PISTEYO están sujetos a una licencia Reconocimiento-NoComer- cial-SinObraDerivada 2.5 de Creative Commons. En consecuencia, se permite la copia, distribución y comunicación pública de dichos contenidos siempre que se cite el autor del original y la revista R.PISTEYO, pero están expresamente prohibidos los usos comerciales y la utilización de los conteni- dos para la realización de obras derivadas. Este obra está bajo una Licencia Creative Com- mons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 2.5 México. CONTACTO: rpisteyo@gmail.com
  • 3. AGH E D I T O R I A L Elclasicismo es el movimiento cultural boyante durante la segunda mitad del siglo XVIII que fue influenciado por las culturas clásicas de Roma y Grecia. Este movimiento expresó el deseo de imponer la sobriedad a la hu- manidad para controlar no solo la emoción, sino también los impulsos viscerales de las personas, disminu- yendo todo lo que al ser humano se refiere a la monotonía y al per- feccionismo banal. Se destacó por buscar siempre la perfección y la armonía intelec- tual y estética , que posee el ser humano en todos los ámbitos del arte , diseñando o, mejor dicho, rediseñando el comportamiento humano con sus obras para mo- dificar la realidad de la sociedad , transformándola así en un lugar preciso, correcto. , percepción sim- ple y sobria del mundo que nos ro- dea, omitiendo toda excentricidad y todo lo que va más allá de los parámetros sociales, como puede verse la corriente hace honor a su nombre siendo clásico . En el arte, el clasicismo se establece entre el barroco y el romanticismo, creando una mezcla equilibrada de ambas tendencias. Algunos his- toriadores y expertos en la mate- ria suelen establecer la fecha de origen alrededor de 1750, año en el que muere J.S Bach y concluye en 1827, año en el que muere uno de los más grandes músicos y com- positores de la historia, como Bee- thoven. El clasicismo impulsó a muchos ar- tistas, más que cualquier otra cosa en la música, estos artistas ahora son muy admirados por la calidad de sus obras, utilizados no solo en orquestas, sino también para de- mostrar que la música clásica tiene un efecto en la mente, se ha im- plementado para el estrés. trata- mientos de reducción entre otros. Sumado a esto, el arte sofisticado y perfeccionista que desencadenó este movimiento aún continúa ins- pirando a nuevos artistas que de- sean integrarse en el orbe, por lo tanto, como todos los demás mo- vimientos culturales que impactan a la sociedad de una manera tan entusiasta, es importante por el valor que tiene. añadido a la hu- manidad.
  • 4. Clasicismo es la denominación historiográfica de un movimiento cultural, estético e intelectual, ins- pirado en los patrones estéticos y filosóficos de la Antigüedad clásica (simplicidad, unidad, sobriedad -decorum-, racionalidad, armonía -equilibrio de las proporciones, concordia oppositorum-, mímesis -imitatio naturae-, “el hombre como medida de todas las cosas” -homo omnium rerum mensura est- ), que se desarrolló de forma simultánea a los distintos estilos artísticos y movimientos literarios4 de la Edad Moderna. e expresó en todos los dominios del arte, desde la literatura y la música en sus distintas manifesta- ciones hasta las artes visuales llamadas “bellas” o “mayores” (arquitectura, pintura y escultura) y las llamadas “decorativas” o “menores” (mobiliario, moda). Aparece junto con el Manierismo, que a su vez dio paso al Barroco y este al Rococó; siendo renovado a través del Neoclasicismo y atacado por el Romanticismo.5 Siguió siendo la tendencia dominante en las artes y el pensamiento occidentales durante los siglos XVIII y XIX, en su vertiente institucionalizada en las academias (el academicismo), mientras que durante el siglo XX tanto el mercado del arte como el ámbito institucional acabaron asumiendo el rupturismo de las vanguardias. Según WikiPedia ICONOGRAFIA 34Clasicismo
  • 5. Libros Molière 30 51 19 61 PISTEYANDO Citas Célebres 57 Espacio Literario 86 Pisti Carton 56 Salud: COVID 19 46 Música Wolfgang Amadeus Mozart Franz Joseph Haydn74 Espacio Político Partidos políticos 82 En Portada: 6 Divina Comedia EL ANILLO DE POLÍCRATES Guido Reni Historia del término cine clásico
  • 6. EN PORTADAXsIMBioticO El séptimo de los Círculos del Infierno de Dante marca una clara división con los círculos de la parte superior. A partir de aquí los condenados son culpables de haber actuado de forma maliciosa y con in- tención. Para llegar hay que cruzar los restos de un deslizamiento de tierras causado por el terremoto que ocurrió en el momento de la muerte de Cristo. Este lugar es vigilado por el Minotauro, que simboliza la bestialidad y la locura que hace que los seres humanos se parezcan a las bestias. En el séptimo de los círculos del Infierno los condenados están divi- didos en tres grupos: en el primero están los homicidas sumergidos en un río de sangre ardiente y son atormentados por los centauros. En él puedes encontrar a Atila. . […………] Fuente: https://learnamo.com/ https://www.cliffsnotes.com/literature https://es.wikipedia.org/wiki/Dante_Alighieri En Portada La Divina com edia
  • 7. El poeta supremo Dante Alighieri, bautizado Durante di Alighiero degli Alighieri, fue un poeta italiano, conocido por escribir la Di-vina comedia, una de las obras funda- mentales de la transición del pen- samiento medieval al renacentista y una de las cumbres de la litera- tura universal. Dante nació en Florencia en mayo de 1265. Su familia era de un anti- guo linaje, de noble cuna, pero ya no era rica. Su educación fue sin duda típica de toda la juventud de esa época y etapa de la vida. Cuando solo tenía 12 años, se con- certó su matrimonio con la hija de la famosa familia Donati, junto con el monto de su dote. Estos es- ponsales y matrimonios eran asun- tos familiares, y Dante se casó con ella obedientemente, algunos años después, en el momento adecuado y tuvo dos hijos y una hija. Dante estudió en la Universidad de Bolonia, una de las universidades más famosas del mundo medieval. Allí, estuvo bajo la influencia de uno de los eruditos más famosos de la época, Ser Brunetto Latini, quien nunca enseñó a Dante, pero lo aconsejó y animó. Latini apare- ce en el Canto XV del Infierno. Cuando Dante aún era muy joven, de 10 a 12 años, conoció a una niña de 9 años en una función desta- cada. Llevaba un vestido carmesí brillante, y para Dante, irradiaba la belleza celestial de un ángel. La niña era Beatrice, y no hay duda de que fue el gran amor de la vida de Dante y la mayor influencia en su obra. Dante la amaba a distan- cia y ella, muy probablemente, desconocía por completo la devo- ción de Dante por ella. Él registró esta devoción en una obra temprana Vita Nuova (Una nueva vida). Su nombre aparece solo una vez en el Infierno, pero juega un papel importante en Purgatorio y Paradiso. La vida pública de Dante comen- zó cuando luchó valientemente en una batalla en Campaldino en 1289. En 1295, estaba completamente involucrado en causas políticas y fue elegido para el Ayuntamiento ese año. Florencia, en ese momen- to, tenía dos partidos políticos: los Guelphs, que apoyaban al Papa como gobernante de la Iglesia Ca- tólica, pero creían que no debía involucrarse en asuntos seculares (esa es una creencia en el concepto estadounidense de la separación de la iglesia y estado); y los gibe- linos, que creían que el papa de- bería gobernar tanto las facciones seculares como las religiosas. Como miembro del partido político Guel- ph, Dante fue enviado a menudo en misiones para arreglar la paz entre las dos partes en conflicto. Su oposición a la interferencia del Papa en la unificación de las di- versas ciudades-estado a menudo lo llevó a estar en desacuerdo con el Papa reinante. Mientras estaba en una misión a Roma para arreglar una tregua entre las dos partes, se formularon acusaciones falsas contra Dante: fue acusado de corrupción, intriga contra la paz de la ciudad y hosti- lidad contra el Papa. Se le impuso una fuerte multa y se le ordenó presentarse ante el Consejo para defenderse. Con razón, temía por su vida y no pareció responder a los cargos. Se impuso una pena más severa. Toda su propiedad fue confiscada, fue sentenciado a ser quemado en la hoguera si lo atrapaban, y sus dos hijos fueron desterrados con él. En 1302, fue exiliado de su ciudad natal para no regresar jamás. Al principio se unió a otros exi- liados políticos, pero los encontró demasiado estúpidos y egoístas. No se sabe dónde pasó muchos de sus años en el exilio, pero a menu- do fue bien recibido. Comenzó su gran poema, La Divina Comedia, y atrajo a una audiencia numero- sa y comprensiva. Los comentarios fluyeron pronto, y se hizo muy co- nocido. Uno de sus anfitriones era el sobri- no de Francesca, quien aparece en el Canto V del Infierno.
  • 8. Murió en Rávena el 13 de septiem- bre de 1321 y fue enterrado con los honores que le correspondían. Va- rias veces durante los años inter- medios, la ciudad de Florencia ha intentado que sus restos regresen a su ciudad natal, pero ni siquiera la intercesión de varios papas pudo lograrlo. Su opinión sobre los ciudadanos de su ciudad quedó claramente ex- presada en el título completo de su obra más importante, La come- dia de Dante Alighieri, Florentino por ciudadanía, no por moral. Su primera obra conocida fue Vida nueva, que fue escrita poco tiempo después de que muriera su esposa, concreta- mente la realizó entre 1292 y 1293. La Divina Comedia El título original fue Commedia. Y es que en aquel momento era así como se llamaba a las obras que tenían un final feliz. El “comple- mento” de “Divina” se lo otorgó el humanista Giovanni Boccaccio, que procedió a comentarla de manera pública por distintas ciu- dades de Italia. La figura de Beatriz es importan- te porque, entre otras cosas, es la que pide a Virgilio que acuda en ayuda de Dante porque no se en- cuentra en un buen momento. Esa mujer no es otra que Beatriz Porti- nari, a la que el autor conoció con 9 años y que le marcó muchísimo en su vida. Siempre la tuvo en su mente y más aún cuando esa mu- rió a los 24 años. Una de las singularidades es que todas y cada una de las cánticas las concluye con la palabra “estre- llas”. A lo largo de la historia muchos son los artistas que no han dudado en ilustrar la gran obra de Dan- te. Entre esos podemos destacar a Salvador Dalí, Sandro Botticelli, William Blake o Gustave Doré, en- tre otros. Una de las principales singularida- des del libro de Dante es que en el mismo se “juega” mucho con lo que es el simbolismo asociado a los números. Y es que estos se encuen- tran muy presentes. Así, se emplean el 3, que repre- senta la Trinidad; el 4, que viene a dejar patente la existencia de los cuatro elementos naturales (fue- go, tierra, agua y aire); el 7, que establece los pecados capitales… El primer Canto es una introduc- ción y tiene como protagonista a un Dante de 35 años, perdido en un bosque: El bosque oscuro: representa el desconcierto espiritual de Dante en el pecado, que se representa como tres bestias que se interpo- nen en su camino: un leopardo que representa la lujuria, un león que representa el orgullo y una loba que representa la codicia. Sin embargo, el alma de Virgilio, autor de Eneide, muy admirado por Dante, salva al poeta floren- tino, advirtiéndole que tendrá que seguirlo en un viaje por el Infierno y el Purgatorio, y luego continuar hacia el Cielo, escoltado por otra persona, con el fin de para salvar- se de su pobre condición moral e intelectual. Infierno Vestíbulo: Después de cruzar las puertas del infierno, Dante y Vir- gilio se encuentran con los Ignavi, aquellos que, en su vida, nunca to- maron una posición definida ni to- maron una posición. Incluso hubo ángeles que no se pusieron del lado de Dios ni de Lucifer cuando este último se rebeló. Su castigo, según la ley de repre- salia, es la eterna persecución, des- nudos, de un estandarte blanco sin posibilidad de alcanzarlo, con avis- pas y moscas picándolos. Río Acheronte: Dante e Virgilio lle- gan a las orillas del río Acheronte
  • 9. donde las almas maldicen a sus an- tepasados ya Dios, esperando ser llevados por Caronte, barquero de las almas, al lugar donde serán cas- tigados. Caronte advierte a Dante que no puede cruzar ese río ya que aún está vivo, sin embargo, Virgilio dice que su viaje es la voluntad de Dios, representada por terremotos y un rayo carmesí que hará que Dante se desmaye. Circulo Limbo: Dante despierta al otro lado del río con Virgilio preo- cupado por entrar al Infierno, más precisamente en el Limbo, el lugar donde sufre. De hecho, en el Limbo, están todas las almas de los que no fueron bautizados, como las per- sonas legítimas que nacieron antes de Jesucristo o que nunca conocie- ron su mensaje y los niños nacidos muertos, que sufren porque nunca podrán. para encontrarse con Dios. Avanzando, fuera del sufrimiento, Dante y Virgilio serán acogidos por los privilegiados poetas antiguos: Omero, Orazio, Ovidio y Lucano. II círculo: Dante y Virgilio se en- cuentran con el juez Minosse, quien tiene el poder de hacer que las al- mas ante él confiesen sus pecados y luego las sentencie. El juez invita a Dante a renunciar a su búsqueda, ya que entrar al infierno es fácil, pero salir es difícil. Sin embargo, le advierte que no se interponga en el camino porque están ahí por voluntad de Dios. Los primeros condenados que co- noce dante son los lujosos, los que se dejan abrumar por pasiones amorosas y que son condenados a ser víctimas de una tormenta sin fin y entre los que están Paolo y Francesca que, en vida, fueron sor- prendidos besándose por Gianciot- to, hermano de Paolo y esposo de Francesca, quien los asesinó. III círculo: En este círculo hay glo- tones, los que en vida fueron codi- ciosos de comida y bebida y ahora están tendidos en un lodazal, ex- puestos a la lluvia, la nieve y el gra- nizo mientras Cerbero, un enorme perro de tres cabezas los desgarra. y los vuelve locos con sus ladridos. Dante interroga al alma de Ciacco sobre el destino de Florencia, debi- do al conflicto de Guelph y Ghibe- lline y sobre la existencia de perso- nas legítimas que son ignoradas. IV círculo: En este círculo están aquellos que, en la vida, fueron co- diciosos, apegados a sus bienes te- rrenales, y pródigos, los que despil- farraron sus bienes, descontrolados. Su castigo consiste en empujar, en círculo, enormes rocas en la direc- ción opuesta, chocar e insultar en- tre sí. Dante usa este círculo para criticar la corrupción en el mundo eclesiástico. Círculo V: En este círculo encontra- mos a los iracundos y perezosos. Que se encuentran inmersos en el pantano de Estigia, con los prime- ros en la superficie, golpeándose violentamente entre sí y los segun- dos en el fondo, cuya rabia repri- mida la hace hervir. En el cruce, Dante se ve afectado por ese lugar, mostrando un deseo de venganza hacia algunas almas con las que discuten. VI círculo: Después de cruzar el pantano, Dante y Virgilio llegan a la ciudad de Dite, habitada por demonios y solo pueden atravesar- la con la ayuda de un ángel. Más tarde encontrarán el cementerio de herejes y epicúreos, como la no- ble gibelina Farinata degli Uberti, que se alejó de la fe cristiana al no creer en el más allá. VII cerchio: Este círculo se divide en 3 rondas, donde las almas de las personas violentas son castigadas, más precisamente: las que fueron violentas con los demás (asesinos, tiranos, asaltantes), que se sumer- gen en el río de sangre hirviendo Flegetonte, mientras son golpea- das. por flechas disparadas por centauros, los que fueron violentos con ellos mismos (suicidas y despil- farradores), que se convierten en árboles, los primeros, mientras que los segundos son perseguidos por perros negros, y los que fueron vio- lentos con Dios (blasfemos, sodomi- tas y usureros), que son golpeados por una lluvia de fuego. Círculo VIII: Este círculo está forma- do por 10 bolgias donde muchas al- mas sufren los más dispares castigos como: rufianes, que son perseguidos por demonios, simonistas (los que vendieron las cosas de Dios), que están metidos boca abajo en pozos, mientras sus pies son asesinos cha- muscados, hipócritas, fraudulentos, como Ulises y Diomedes, que están presos en lenguas de fuego, etc. IX círculo: este último círculo está cubierto de hielo, ya que Lucifer reside en él, y al batir sus alas mien- tras llora genera un torbellino lo suficientemente fuerte como para congelar el lago Cocito. El círculo se divide en cuatro áreas, donde las almas de los traidores / traidores se castiga a:
  • 10. Caina: el lugar donde los asesinos de sus parientes están atrapados en el hielo, con la cara hacia abajo. Antenora: el lugar donde los trai- dores a sus países están atrapados en el hielo con la cara apuntando hacia arriba. Tolomea: el lugar donde los trai- dores a sus invitados son castigados con lágrimas heladas para no des- ahogarse. Giudecca: el lugar donde los trai- dores de los benefactores están completamente atrapados en el hielo. En la parte más profunda, casti- gada por el propio Lucifer, se en- cuentran las almas de Judas, que traicionó a Jesús, y Bruto y Casio, que traicionaron a César y están perpetuamente destrozados. Además, el cuerpo del ángel caído representa la única salida del In- fierno, de hecho, Dante y Virgilio lo subirán para ver el cielo y las estre- llas y la montaña del Purgatorio.
  • 11. Purgatorio El Purgatorio es una enorme mon- taña que se formó después de la caída de Lucifer, en la cima de la cual está el Edén donde residen las almas de los Benditos. Tiene una estructura de 7 rondas en las que las almas que aún no están listas para ascender al Cie- lo se purifican de su pecado rela- cionado con los 7 vicios capitales, siempre de acuerdo con la ley de represalia. Una vez cumplida la condena, el alma se sumerge en dos ríos: el Letè que elimina la memoria del pecado y el Eunoè que restaura la memoria de las buenas obras rea- lizadas. En ese momento, el alma puede acceder al Edén. Las siete gradas del Purgatorio. Desde la puerta del Purgatorio, Virgilio guía a Dante a través del peregrino sus siete terrazas. Estos corresponden a los siete pecados capitales o “siete raíces del peca- do.” La clasificación del pecado aquí es más psicológica que la del Infierno, que se basa en motivos, en lugar de acciones. También es elabora- do principalmente a partir de La teología cristiana, y no de las fuen- tes clásicas. El núcleo de la clasificación se basa en el amor, con las primeras tres terrazas del purgatorio en relación con el amor pervertido dirigido a los daños reales de los demás. La terraza de la cuarta se refiere al amor deficiente, mientras que las últimas tres terrazas se relacionan con el amor excesivo o desordena- do de las cosas buenas. Cada terraza purga un pecado en particular de manera adecuada, aquellos en el purgatorio pueden dejar voluntariamente su círculo, pero sólo lo hará cuando se haya corregido el defecto dentro de sí mismos que llevaron a cometer el pecado. La estructura de la descripción poética de estas terrazas es más sistemática que la del Infierno, y se asocia con cada terraza son una oración apropiada, una bienaven- turanza, y los ejemplos históricos y mitológicos del pecado mortal pertinentes y de su virtud opuesta. Primer Grada (La Soberbia). Las tres primeras terrazas del Pur- gatorio están relacionadas con pe- cados causados por un mal amor que de alguna forma llega a herir a la persona amada. El primero de estos es el Orgullo. En la terraza hay almas orgullo- sas purgando sus culpas, Dante y Virgilio ven hermosas esculturas expresando humildad, la virtud opuesta. El primer ejemplo es la Anuncia- ción de la Virgen María, donde ella responde al ángel Gabriel con las palabras “He aquí la esclava del Señor,”. Un ejemplo de humildad de la his- toria clásica es cuando el empera- dor Trajano, de acuerdo con una leyenda medieval, en una ocasión paró su jornada para hacer justicia a una pobre viuda (Canto X). Luego de haber sido introducidos en la humildad, Dante y Virgilio conocen las almas de los orgullo- sos, quienes han sido doblados por el peso de enormes piedras en sus espaldas. Mientras ellos caminan por la te- rraza, pueden llegar a ver y ana- lizar los ejemplos de humildad en las esculturas. La primera de estas almas es Omberto Aldobrandes- chi, cuyo orgullo está junto a él en su descenso, aunque está apren- diendo a ser más humilde. Oderisi de Gubbio es un ejemplo de orgullo a causa de logros – él era un reconocido artista por sus manuscritos iluminados. Proven- zano Salvani, líder de los gibelinos, es un ejemplo del orgullo a causa del poder sobre otros (Canto XI). En el Canto XIII, Dante señala, con “franca autoconciencia” que el or- gullo es un defecto en él. Luego de la conversación con el orgulloso, Dante ve algunas escul- turas mucho más alejadas, estas ilustraban el orgullo mismo. Estas mostraban a Satanás (Luci- fer), la Torre de Babel, el rey Saúl,
  • 12. a Aracne, el rey Roboam, y otros. Luego los poetas ascienden a la si- guiente terraza, Un ángel cepilla con sus alas la frente de Dante, bo- rrando la letra “P” correspondien- te al pecado del orgullo, y Dante oye la beatitud “Benditos son los pobres en espíritu” (Canto XII). Segunda Grada (La Envidia) La envidia era el pecado que “mira con deseo y repudio la for- tuna y riquezas de otros, tomando cualquier oportunidad para qui- tarles o privarles de su felicidad. Al entrar a la terraza de los en- vidiosos, Dante y Virgilio en un primer momento oyen voces con- tando historias acerca de la gene- rosidad, la virtud opuesta. Aquí, tal como en las otras terrazas, hay un episodio de la vida de la Virgen María. Además, hay una historia clásica, la amistad de Orestes y Pílades, y Jesús predicando “Ama a tus ene- migos.” Las almas de los envidiosos vestían túnicas grises de peniten- cia, y tenían sus ojos cosidos, recor- dando la forma en cómo los cetre- ros cosían los ojos de sus halcones para lograr entrenarlos – así se les hacía más necesario poder oír que poder ver, como en este ejemplo (Canto XIII). Las almas de los envidiosos inclu- yen a Guido del Duca, quien les habla amargamente sobre los principios éticos de las personas que vivían a lo largo del río Arno. Las voces en el aire también in- cluyen ejemplos de envidia. Uno clásico es el de Aglauros, quien fue convertido en piedra porque esta- ba celosa del amor de Hermes por su hermana, Herse. Un ejemplo bí- blico es Caín, mencionado aquí no por su acto de fratricidio, sino por los celos que lo llevaron a él (Canto XIV). A medida que va saliendo de la terraza, la deslumbrante luz emi- tida por el ángel de la terraza hace que Dante revele un poco de su conocimiento científico, pues observa que el ángulo de inciden- cia de la luz es igual al ángulo de reflexión “tal como la teoría y los experimentos habían demostra- do” (Canto XV). Tercera Grada (La Ira) En la terraza de los iracundos, ejemplos de mansedumbre, la virtud opuesta, son mostrados a Dante como visiones en su mente. Como ejemplo clásico tenemos a la esposa de Pisístrato pidiendo por la ejecución de un hombre que había abrazado a su hija, a esto Pisístrato habría respondido: “¿Que debiéramos hacer a alguien que nos hiere / si alguien que nos ama aprende de nuestra conde- na?” San Esteban brinda un ejem- plo bíblico, señalado en Hechos de los Apóstoles (Canto XV). Las almas de los llenos de ira ca- minaban en humarolas de acre, esto simboliza el cegador efecto del enojo. Marco Lombardo discute con Dante acerca del Libre albedrío – un tema relevante, ya que no hay razones para discutir con alguien que no tiene control sobre sus ac- ciones (Canto XVI). Dante también tiene visiones con ejemplos de ira, tales como Ha- man y Lavinia. La oración de esta terraza es el Agnus Dei: “Cordero de Dios, tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de noso- tros... danos la paz.” (Canto XVII). En este punto Virgilio explica a Dante la organización del purga- torio y su relación con el amor per- vertido, deficiente o mal dirigido. Las terrazas que habían recorrido hasta el momento habían borrado la soberbia, la envidia, y la ira. To- dos ellos, amores mal direcciona- dos. (Cantos XVII y XVIII). Cuarta Grada (La Pereza) En la cuarta terraza se podrían encontrar las almas de aquellos que pecaron por descuido lo que sería la Pereza. Desde el momento
  • 13. en vida en que se falla al buscar el amor, aquí son condenados a ince- santes trabajos. Los ejemplos de entusiasmo o energía, las virtudes opuestas, son clamados por las almas que re- corren la terraza. Estos ejem-plos incluyen episodios de la vida de la Virgen María, Julio Cesar y Eneas. Esta actividad, además, rempla- za las oraciones verbales de esta terraza. Estos perezosos están de- masiado ocupados siquiera para conversar durante sus trabajos, por ello esta es una de las secciones más cortas del poema. Alegóricamente, la pereza espiri- tual y la falta de cuidado llevan a la tristeza, la buena venturanza de esta terraza es Benditos sean los que sufren, pues serán reconforta- dos (Canto XVIII y XIX). Al caer la segunda noche, con los poetas aún en la terraza, Dante sueña con una Sirena (Canto XIX). Quinta Grada (La Avaricia) En las tres últimas terrazas se en- cuentran los que pecaron por amar buenas cosas, pero amándolas ex- cesiva o desordenadamente. En la quinta terraza, la excesiva preo- cupación por los bienes terrenales ya sea codiciosa o extravagante- mente, es castigada y purificada, y los avaros y los adinerados yacen boca abajo al suelo, sin posibilidad de moverse. Sus oraciones son, “Mi alma esta adherida al polvo, vivi- fícame con Tu Palabra,”, una ora- ción que expresa el deseo de seguir las Leyes de Dios (Canto XIX). En esta terraza, Hugo el Grande se lamenta, en contraste, cómo la avaricia había motivado las accio- nes de sus sucesores, y “profetiza” eventos que sucederían luego de la época en la que se ubica al poe- ma, pero antes de la época en que es escrito el poema: “Al otro, que hasta salió pre- so en una nave, veo vender a su hija pactan- do precio, como los corsarios hacen de otras esclavas. ¡Oh avaricia! ¿Qué más pue- des hacer, que así te has apropiado de mi sangre que ni te cuidas de tu propia carne? Para que menos se vea el mal futuro y pasado, veo en Anagni entrar la flor de lis, y en su vicario quedar Cristo encarcelado. Véolo ser de nuevo burlado; veo renovar el vinagre y la hiel, y entre vivos ladrones ser occiso. Veo al nuevo Pilato, una vez tan cruel, que ni eso lo sacia, pues sin decreto hasta el Temple lleva las co- diciosas velas.” Entre estos eventos se incluyen cómo Carlos II de Nápoles dio a su hija en matrimonio a un anciano de mala fama, y cómo Felipe IV de Francia arrestó al Papa Boni- facio VIII en 1303. Dante también comenta acerca de la destrucción de la Orden de los Templarios por deseos de Felipe en 1307, lo que liberó a Felipe de las deudas que tenía con la orden (Canto XX). En una escena, que Dante rela- ciona con el episodio en el que Jesús se aparece a dos discípulos en el camino hacia Emaús, Dan- te y Virgilio son alcanzados por el poeta Estacio, a quien Dante presenta como un convertido al cristianismo. Acababa de finalizar su purificación en aquel círculo, y, como cristiano, su guía sería apta para complementar la de Virgilio. (Canto XXI). Sexta Grada (La Gula) La sexta terraza purifica a los glo- tones, y en general, a todos aque- llos que a pesar de estar satisfechos insistían al comer, beber, saciar su cuerpo. En una evocadora escena del cas- tigo de Tántalo, los glotones mue- ren de hambre ante árboles llenos de frutos que nunca estarán a su alcance. En este círculo los ejem- plos son dados por voces que se escuchan entre los árboles. Juan el Bautista, quien vivía de langostas y miel, es un ejemplo de las virtu-
  • 14. des opuestas, templanza o mode- ración; mientras que un ejemplo clásico de gula es cuando los Cen- tauros ebrios se enfrentan a los Lá- pitas. El rezo para esta terraza es los la- bios me dominan Estos son las pa- labras de apertura de la Liturgia diaria de las horas. (Canto XXII a XXIV). Aquí Dante también encuentra a su amigo Forese Donati y su pre- cursor poético Bonagiunta Orbic- ciani. Bonagiunta tiene palabras amables para el poema más tem- prano de Dante, La Vita Nuova, describiéndolo como el nuevo esti- lo dulce, y cotizando la línea “ las Damas que tienen la inteligencia de amor, “ 51 escrito en la alaban- za de Beatriz, a quién él encontra- rá más tarde en el Purgatorio. Subiendo a la séptima terraza, Dante se pregunta cómo es posible para almas incorpóreas tener el aspecto descarnado de las almas siendo privadas de comida aquí. En explicación, Statius Habla de la naturaleza del alma y su relación al cuerpo (Canto XXV). Séptima Grada (La Lujuria) La terraza de la lujuria tiene una inmensa pared de llamas a través del cual todos deben pasar. Almas arrepintién-dose de deseo mal di- rigido sexual se ejecutan a través de las llamas gritando ejemplos de la lujuria y de la castidad y la fide- lidad marital. Como una oración, cantan el himno Dios de la Supre- ma Clemencia, de la Liturgia de las Horas (Cantos XXV y XXVI). A medida que el círculo de la te- rraza avanza, los dos grupos de penitentes se saludan de forma que Dante se com-para con las hormigas. Entre las flamas, a las que no se atreve a entrar, están los poetas románticos Guido Guinizelli y Ar- naut Daniel, con quienes Dante conversa. Le recuerdan a Dante que a Beatriz puede encontrarla al otro lado del Paraíso Terrenal, finalmente Virgilio persuade a Dante para que pase entre las lla- mas (Cantos XXVI y XXVII). En los escalones del paraíso terre- nal, la noche cae por tercera vez, y Dante sueña con Lea y Raquel, quienes simbo-lizan la vida cris- tiana activa y no monástica, y también la vida cristiana de con- templación, ambas importantes (Canto XXVII).
  • 15. Cielo El cielo es un mundo etéreo for- mado por 9 Cieli, que están todos contenidos en el Empireo, donde Virgilio (quien representa la razón) no puede entrar, por lo que Dante es escoltado por Beatrice (Faith), cuya sonrisa se hará cada vez más brillante a medida que ellos Acér- cate a la Santísima Trinidad. Sin embargo, Dante escribe que no es posible poner en lo que ve cuan- do llega a la vista de Dios, ya que lo que ve va más allá de la imagi- nación humana, pero se da cuenta de que el amor es el mecanismo que mueve el mundo y la vida y está colocado en el prefecto. movi- miento circular divino. Paraíso Las esferas del cielo. Las nueve esferas del Cielo son Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter, Saturno, las Estrellas fijas, y el Primer móvil. Esos astros están organizados según la jerarquía de los ángeles. Dante también evoca otras aso- ciaciones, como la existente entre Venus y el amor romántico. Las primeras tres esferas están asocia- das a formas deficientes de Coraje, Justicia, y Templanza. Las otras cuatro se vinculan a ejem- plos positivos de Prudencia, Coraje, Justicia, y Templanza; por su parte, la Fe, la Esperanza y la Caridad se concentran en la octava esfera. Primera esfera (la Luna, los inconstantes) En el Canto II Beatriz explica a Dante las diferencias de luminosi- dad de la Luna. En su visita a la Luna, Beatriz ex- plica a Dante el porqué de las marcas en su superficie, describien- do un sencillo experimento de ópti- ca. También expresa su estima por el método experimental en general (Canto II). Las fases de la Luna se asocian con la inconstancia. Su esfera es por ende la de las almas que abando- naron los votos monásticos, y por ende presentaron deficiencias en su virtud de coraje (Canto II). En esta los protagonistas conocen a Piccar- da Donati, la hermana de Forese Donati, amigo de Dante, quien murió poco después de ser obliga- da a abandonar el monasterio. También conocen a Constanza I de Sicilia, quien fue arrancada por la fuerza de un monasterio para que contraer nupcias con Enrique VI (canto III). Beatriz habla sobre la libertad de la voluntad, el carácter sacro de los votos, y la importancia de resistir a las presiones (Canto IV). Beatriz explica que un voto es un pacto firmado entre el hombre y Dios en el cual una persona ofre- ce su libertad a Dios. Estas decisio- nes no deben tomarse a la ligera, y deben mantenerse una vez rea- lizados, a menos que mantenerlo acarree un mal demasiado grande, como el sacrificio de las hijas de Jef- té y de Agamenón (Canto V). El emperador Justiniano se encuentra en la esfera de Mercurio, (canto V). Segunda esfera (Mercurio, los ambiciosos) Debido a su proximidad al sol, el planeta Mercurio suele ser difícil de ver. Desde un punto de vista alegórico, el planeta representa a quienes hicieron el bien por el de- seo de adquirir fama, pero quienes debido a su ambición fallaron en la virtud de la justicia. Su gloria terre- nal palidece en junto a la de Dios, del mismo modo que el planeta Mercurio es casi insignificante junto al Sol. Dante conoce en esta esfera el em- perador Justiniano, quien se pre- senta con las siguientes palabras: “Cesar fui y soy Justiniano,” indi- cando que su personalidad perma- nece, pero que su cargo terrenal ya no tiene validez (Canto V). Justiniano cuenta la historia del Im- perio romano, mencionando entre otros a Julio César y Cleopatra; y lamenta la situación actual de Ita- lia, debido al conflicto entre güelfos y gibelinos que así describe en el (Canto VI). Por asociación, Beatriz habla sobre
  • 16. la Encarnación y la Crucifixión de Jesús, que sucedió en tiempos del Imperio romano (canto VII). Fulco de Marsella lamenta la corrupción de la Iglesia, con la clerecía recibiendo dinero de Satán, (Canto IX). Tercera esfera (Venus, los amantes) Al planeta Venus tradicionalmente se lo asocia con la diosa del amor, por lo que el autor lo convierte en la esfera de los amantes, quienes fallaron en la virtud de la tem- planza (Canto VIII). Dante encuentra a Carlos Martel de Anjou-Sicilia, a quien ya co- nocía, y quien expresa que para funcionar correctamente cualquier sociedad necesita gente de diferen- tes tipos. Esas diferencias se ilustran con Cunizza da Romano, quien se encuentra en el Cielo, mientras que su hermano Ezzelino III da Romano en el Infierno, entre los violentos del séptimo círculo. El trovador Fulco de Marsella habla de la tentación del amor, y recuer- da que el cono de la sombra de la Tierra toca la esfera de Venus. Con- dena la ciudad de Florencia por producir la “flor maldita” respon- sable de la corrupción eclesiástica, y critica la clerecía por dedicarse al dinero, en vez de consagrarse a las Escrituras y en los textos de los Pa- dres de la Iglesia (Canto IX). Dante y Beatriz encuentran dos grupos compues- tos por doce sabios cada uno en la esfera del Sol, (Canto X). Cuarta esfera (el Sol, los sabios) Más allá de la sombra de la Tierra, Dante encuentra ejemplos posi- tivos de Prudencia, Justicia, Tem- planza, y Coraje. En el Sol, que es la fuente de luz de la Tierra, Dante encuentra los máximos ejemplos de prudencia: las almas de los sa- bios, quienes ayudaron a iluminar el mundo intelectualmente (Canto X). Al principio un círculo de doce luces brillantes baila alrededor de Dante y Beatriz. Se trata de las almas de Tomás de Aquino, Alberto Magno, Graciano, Pedro Lombardo, el rey Salomón, Dionisio Areopagita, con- fundido con Pseudo Dionisio, Paulo Orosio, Boecio, Isidoro de Sevilla, Bede, Ricardo de San Víctor y Si- ger de Brabant. Tomás de Aquino cuenta la vida de San Francisco de Asís en el Canto XI. En una segunda etapa doce nue- vas luces aparecen, una de las cuales es San Buenaventura, un franciscano, que cuenta la vida de santo Domingo de Guzmán, fun- dador de la orden a la que Santo Tomás pertenece. Como las dos ór- denes no siempre fueron amigas en el mundo terreno, tener miembros de una homenajeando al funda- dor de la otra muestra que el amor reina en el cielo (Canto XII). Las veinticuatro luces giran en torno a Dante y Beatriz, cantando la Tri- nidad. Santo Tomás explica la sor- prendente presencia de Salomón, quien se encuentra en el lugar por sabiduría real, más que filosófica o matemática (Cantos XIII y XIV). Las almas en el Canto XIV forman una cruz griega, que el autor compara con la Vía Láctea. Quinta esfera (Marte: los guerreros de la Fe) Al planeta Marte tradicionalmente se le asocia con el dios de la gue- rra, por lo que Dante hace de esta esfera la de los guerreros de la fe, quienes dieron su vida por Dios, mostrando por ende la virtud del coraje. Los millones de centellas de luz que son sus almas forman una cruz griega en el planeta Marte, y el autor la compara con la Vía Lác- tea (Canto XIV). Aunque Dante dice que los sabios están “perplejos” por la naturaleza de la Vía Láctea, en su Convivio ya había descrito su naturaleza con bastante precisión en los siguientes términos: “Lo que Aristóteles dijera no se puede saber con certeza, porque su sentencia no es la misma en una traducción que en otra. (...) En la Vieja dice que la Galaxia no es sino una multitud de estrellas fijas, tan pequeñas que no pode- mos distinguirlas desde aquí abajo, pero que de ellas aparece aquel al-
  • 17. bor, que llamamos Galaxia: y pue- de ser, que el cielo en aquella par- te sea más denso, ya que retiene y refleja aquella luz. Y esta opinión parecen tener, con Aristóteles, Avi- cena y Tolomeo.” Dante conoce a su ancestro Cac- ciaguida, quien participó en la Segunda Cruzada, y habla en tér- minos elogiosos de la República de Florencia del siglo XII, pero lamen- ta la decadencia de la ciudad de los tiempos del autor (Cantos XV y XVI). Como el tiempo de la narración de la obra sucede antes del de la escri- tura, en 1300, y por ende antes del exilio del autor, algunos personajes del poema pueden “predecir” un porvenir ominoso. De hecho, Cac- ciaguida responde a una pregunta de Dante sin el menor ambages, revelándole que vivirá en el exilio (Canto XVII). Las almas que forman la “M” en “TERRAM” se transforman en el Canto XVIII en un águila imperial. Sexta esfera (Júpiter, los buenos gobernantes) El planeta Júpiter se suele asociar con el rey de los dioses, por lo que Dante lo escoge como la esfera en que figurarán los reyes que se ca- racterizaron por su justicia. Las al- mas deletrean la versión latina de “Justicia del amor, que juzgas”, tras la cual la “M” final de la frase toma la forma de un águila imperial gi- gante. (Canto XVIII). En esta esfera se encuentran Da- vid, Ezequías, Trajano, Constantino I, Guillermo II de Sicilia, y Rifeo el troyano, quien fue un pagano sal- vado por la merced de Dios. Las al- mas que forman el águila imperial hablan con una sola voz, y hablan de la justicia de Dios. (Cantos XIX and XX). Dante y Beatriz encuentran a Pedro Damián, quien les cuenta su vida, y les habla sobre la pre- destinación, (Canto XXI). Séptima esfera (Saturno, los con- templativos) La esfera de Saturno es la de los contemplativos, que incluye la templanza. Dante encuentra a Pedro Damián, y discute con él sobre el monacato, la doctrina de la predestinación, y la triste situación de la Iglesia (Can- tos XXI and XXII). Beatriz, quien re- presenta la teología, se hace cada vez más adorable y llena de gracia, lo cual es una señal que indica la cercanía de la percepción del ob- servador a la de Dios. Dante y Beatriz en la esfera de las Estrellas fijas. Octava esfera (las estrellas fijas, fe, esperanza y amor) La esfera de las Estrellas fijas es la de la Iglesia militante. En este pun- to, Dante vuelve la vista atrás para contemplar tanto las siete esferas por las que ha pasado como la Tie- rra (Canto XXII): Dante ve asimismo a la Virgen Ma- ría y otros santos (Canto XXIII). San Pedro examina a Dante sobre la fe, preguntándole qué es, y si alberga o no ese sentimiento. Tras la respuesta, San Pedro le pre- gunta al protagonista cómo sabe que la Biblia es verdadera, y Dan- te cita el milagro de que la iglesia haya crecido tan pronto y tan ro- busta a partir de orígenes tan hu- mildes (Canto XXIV). Santiago, examinando a Dante sobre la esperanza, (Canto XXV). Santiago examina a Dante sobre esperanza, y Beatriz da fe de que el autor alberga ese sentimiento (Canto XXV). Por último, San Juan examina a Dante sobre el amor. En su res- puesta, el protagonista se refiere al concepto de “amor torcido” discu- tido en el Purgatorio (Canto XXVI). Por último, San Pedro acusa a Bo- nifacio VIII en términos de gran se- veridad, y agrega que a sus ojos la Santa Sede está vacía (Canto XX- VII).
  • 18. Dante y Beatriz ven a Dios como un punto de luz rodeado de ángeles, (Canto XXVIII). Novena esfera (el Primer Móvil, los ángeles) El Primer Móvil es la mayor esfera del universo físico. Dios la mueve directamente, haciendo que por reacción a su vez se muevan todas las otras esferas que alberga (Can- to XXVII). El Primer Móvil es la morada de los ángeles, y allí ve Dante a Dios como un intenso punto de luz ro- deado de nueve anillos de ángeles (Canto XXVIII). Beatriz explica la creación del universo, y el papel de los ángeles, terminando con una severa crítica a los predicadores de entonces (Canto XXIX). El Empíreo Desde el Primer Móvil, Dante as- ciende a una región que está más allá de la existencia física, el Em- píreo, que es la morada de Dios. Beatriz, que representa la teología, se hace en este lugar más bella que nunca, y Dante se ve en-vuelto por la luz, de modo que es capaz de ver a Dios (Canto XXX). Dante ve una rosa enorme, que simboliza el amor divino, cuyos pétalos son las almas entroniza- das de los fieles. Todas las almas que ha conocido en el Paraíso, in- cluyendo a Beatriz, tienen su mo- rada en esta rosa. A su alrededor hay ángeles volando como abejas, distribuyendo paz y amor. Cuando Beatriz pasa a ocupar su lugar en la rosa, Dante ya se encuentra más allá de la teología y a su vez puede contemplar directamente a Dios, y San Bernardo, en cuanto místico contemplativo, será su guía en esta última etapa (Canto XXXI). Los tres círculos de la Trinidad, (Canto XXX). San Bernardo continúa explicando la predestinación, y reza a María a favor de Dante. Por último, el pro- tagonista entra en contacto directo con Dios (Cantos XXXII y XXXIII), quien aparece como tres círculos idénticos que ocupan el mismo es- pacio, los cuales representan al Pa- dre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Dentro de esos círculos el protago- nista discierne la forma humana de Cristo. La Divina Comedia termina con el poeta tratando de entender cómo los círculos logran encajar, y cómo la humanidad de Cristo se refiere a la divinidad del Sol, no obstante, como Dante lo señala, para continuar “no bastaban las propias alas”. Tras un rayo de com- prensión, que el poeta no puede explicar, Dante entiende, y su alma entra en total armonía con el amor divino: “A la alta fantasía aquí faltaron fuerzas; más ya movía mi deseo y mi velle, como rueda a su vez movida, el amor que mueve el Sol y las demás estrellas”.
  • 19.
  • 20. Desideré Jean-Baptiste Poquelin: Molière Molière fue un reconocido dramaturgo, poeta y actor francés. En sus obras Tartufo (1664) y El misántropo (1666), demostró especialmente su dominio de la comedia clásica. Jean-Baptiste Poquelin, cuyo seu- dónimo es Molière, nació el 15 de enero de 1622 en París. Hijo de ta- picero, Jean-Baptiste Poquelin re- nuncia a hacerse cargo del negocio familiar que lo destinaba a la vida burguesa y se vuelve al teatro. En 1643 fundó el “Illustre Théâtre” y se propuso el objetivo de “hacer reír a la gente honesta”. Ese año cono- ció a Madeleine Béjart de quien se enamoró. La compañía tuvo un comienzo difícil. Viajó por la provincia de 1646 a 1658. Durante este período, Jean-Baptiste aprendió la profe- sión de actor y comenzó a escri- bir sus primeras comedias como L’Étourdi y Le Dépit Amoureux bajo el seudónimo de Molière. y sus obras son principalmente bromas y comedias. En 1658, interpretó al Doctor Amoureux frente al rey Luis XIV y ganó su protección. El rey instala la compañía en el Théâtre du Pe- tit-Bourbon. Molière escribió Las burlas de los Précieuses en 1659. Esta sátira burlesca es el primero de sus grandes éxitos. En 1662 se casó con Armande Béjart, algunos de ellos hermanan de Madeleine y otros su hija, con quien tuvo un hijo. Comediante, líder de grupo y au- tor, Molière escribe papeles per- sonalizados para los miembros de su grupo. Incluso si crea partes que son en parte farsa, en parte críticas a la sociedad, conserva el apoyo del rey. Incluso recibe una pensión del soberano, lo que despierta los celos de sus enemigos. La escuela de mujeres (1662), La crítica de la escuela de mujeres (1663), Tartufo (1664) que señala la hipocresía religiosa y a quien se le prohibió actuar durante 5 años, y Dom Juan (1665) el asciende al ran- go del mejor artista de su tiempo. Su colaboración con Lully resultó en la aparición de un nuevo géne- ro, la comedia-ballet. Su tropa fue nombrada en 1665 “La Troupe du Roy”. Molière enfermó en 1666. Gravemente debilitado, logró es- cribir dos obras de teatro, Le Mé- decin Without Him (1666) y Le Mi- santhrope (1666). Trata de revivir Tartuffebajo otro nombre, pero la obra está nuevamente prohibida. No fue hasta 1669 que fue repre- sentada y aclamada por el público.
  • 21. Principales obras de Molière El precioso ridículo (1659) La escuela de mujeres (1662) Dom Juan ou le Festin de Pierre (1665) El misántropo (1666) El doctor a pesar de sí mismo (1666) Amphitryon (1668) George Dandin ou le Mari confuso (1668) L ‘Miser (1668) Le Tartuffe ou l’Imposteur (1669) Les Fourberies de Scapin (1670) Le Bourgeois gentilhomme (1670) Les Femmes savantes (1672) Le Malade imaginaire (1673) Después de El avaro (1668), la bur- guesa Gentilhomme (1670), las mujeres del saber (1672), Molière firma su última obra, El Enfermo Imaginario. Durante su cuarta representación, el dramaturgo, que padecía tuber- culosis pulmonar, se cayó al esce- nario y murió pocas horas después, el 17 de febrero de 1673, a la edad de 51 años. Este episodio está en el origen de la leyenda de un Molière que mu- rió en el escenario. No habiendo renunciado a su profesión de actor (considerado inmoral por la Igle- sia Católica), escapó por poco de la fosa común con la intervención de Luis XIV. Jean-Baptiste Poquelin di Molière finalmente es enterra- do por la noche en el cementerio de la iglesia de Saint-Eustache sin ceremonia religiosa. Los cómicos de Molière fundaron la Comé- die-Française siete años después de su muerte. DATOS Su padre trabajaba como tapicero real y durante un tiempo le sustitu- yó como tal. Se considera que fueron sus tíos los que le despertaron la pasión por el teatro, ya que era frecuente que lo llevaran a representaciones de di- versa índole. Además de autor, también ejerció como actor durante varios años, aprendiendo así la profesión y co- no-ciendo al milímetro qué se po- día esperar sobre el escenario. Fue gracias al hermano del rey Luis XIV, a Felipe I de Orleans, que con- siguió que el monarca le convirtie- ra en un dramaturgo de referencia en la Corte. Y es que a aquel le en- cantaban las obras más divertidas creadas por el autor, tanto es así que llegó un momento en el que decidió que la compañía de Mo- lière debía estar especialmente fa- vorecida y protegida. A la Iglesia no le gustaban los tra- bajos de este dramaturgo francés, porque era bastante irreverente, contaba con textos muy satíricos y no dudaba en criticar la corrupción existente. Tanto es así que las auto- ridades re-ligiosas llegaron a defi- nirle como “un demonio en sangre humana”. Entre las particularidades de la personalidad de Molière está el hecho de que odiaba a los médi- cos, sentía auténtica aversión. Una situación que provocó que, un día que enfermó gravemente, su espo- sa (Armande Béjart) decidiera que fuera un doctor el que acudiera a la casa para examinar a su marido. Cuando este vio al sanitario no se le ocurrió otra cosa que decir: “no dejéis que entre. Decidle que estoy enfermo y que ya iré yo a visitarle a su consulta”. Fue durante la representación de su obra El enfermo imaginario cuando empezaría su final. Y es que se sin-tió indispuesto y murió poco después. Curiosamente había dejado escrito su epitafio en el que se lee así: Seguramente que a la ma- yoría de los actores no les gusta el color amarillo, esto es porque el ci- tado drama-turgo iba vestido de ese tono cuando sufrió la mencio- nada indisposición en el teatro. Cuando falleció, las leyes religiosas establecían que los actores no po- dían ser enterrados en el cemen- terio porque eran “inmorales”. Sin embargo, su viuda solicitó ayuda al rey para que sí pudiera serlo y lo consi-guió. Su tumba se estableció en la zona de los niños que no eran bautizados.
  • 22.
  • 23. HORA DE LEER La escritura de Molière estuvo muy influenciada por la commedia de- ll’arte, pero su estilo creció a partir de esa influencia. A menudo se le relega al papel de dramaturgo cómico y frívolo, tal vez porque sus obras prosperan en su acción física y su diálogo ágil. Pero esta interpretación pierde el nivel de sátira social mordaz que trajo a su trabajo. Escribió sobre los defectos de la hu- manidad, la humanidad que veía a su alrededor cada día. Creó per- so-najes llenos de extremos: avaros, hipócritas, hipocondríacos, misán- tropos. Estos personajes estaban tan impulsados por sus extremos que atravesaron sus historias con las anteojeras puestas, incapaces de hacer nada más que exudar su defecto fatal. Siempre hay personajes que se oponen a estos extremos en la obra de Molière, expresando la voz mo- derada. Como se burlaba de las clases altas, tenía muchos enemi-gos. También hizo un gran enemigo en la iglesia. En un momento, el arzobispo ame- nazó con excomulgar a cualquiera que viera, interpretara o incluso le- yera Tartufo. Molière escribió en una época de reglas. El neoclasicismo no solo se fomentó, se hizo cumplir. Y aunque se pien- sa que Molière es un dramaturgo neoclásico, a menudo iba en contra de las reglas de la forma. Por ejemplo, la doncella Dorine en Tartufo habla con sabiduría muy por encima de su posición, lo que estaba en contra del principio neo- clásico del decoro.
  • 24. Además, el final deus ex machina de Tartufo donde un dios (o en esta obra, el rey) se zambulle y salva la obra en el último minuto no estaba en consonancia con las reglas neo- clásicas. El misántropono fue ni una come- dia estricta ni una tragedia. En el mundo neoclásico, se suponía que los personajes que mostraban un comportamiento extremo expia- ban y volvían al redil del compor- tamiento moderado. Aunque el personaje principal de Tartufo es arrestado por su hipo- cresía reli-giosa al final de la obra, no hay indicios de que haya cam- biado sus costumbres. Las Preciosas Ridículas (1559) Obra en un solo acto que se convir- tió en su primer éxito. Es una come- dia mordaz, basada en el humor y los juegos de palabras. La repercu- sión de esta obra atrajo la atención del monarca Luis XIV, que desde ese momento ejerció una labor de patrocinio. La Escuela de los Maridos (1561) Comedia que gira en torno a las relaciones de pareja, aportando uno de los personajes una visión de relativa modernidad teniendo en cuenta la época en la que fue escri- ta. Se mostró contradictorio sobre este tema, ya que podemos encon- trar también referencias de signo contrario en toda su obra sobre el papel de la mujer en la sociedad. Tartufo (1564) Con esta obra, Molière trato de lanzar un ataque sobre la falsa de- voción, utilizada para alcanzar el poder. También trata de retratar la rea- lidad de la Francia de aquel mo- mento, con una pléyade de corte- sanos que buscan a través de esta línea espiritual influir sobre el mo- narca. Su mensaje hizo que algu- nas de esas personas consiguieran prohibir la obra, aunque el rey le- vantaría dicha censura. La prohibió de la obra de teatro Tartufo de Molière. La comedia Le Tartuffe, escrita en abril de 1664, se representó por pri- mera vez ante la Corte de Versalles el 12 de mayo de 1664. Esta repre- sentación, muy bien recibida, fue rápidamente prohibida. Debido a las críticas de los devotos que Molière hace en su Tartufo, la Iglesia se siente ofendida de que se pueda representar una obra de este tipo. El clero presionando a Luis XIV, la obra fue finalmente prohibida por orden del rey. Molière es violentamente criticado, el sacerdote Pierre Roullé incluso lo describe como “ un demonio vesti- do de carne y vestido de hombre”. Molière se defiende con el rey, cre- yendo que sólo está cumpliendo su papel de autor de comedia. Per- maneciendo el rey en sus puestos, Molière se compromete a modificar su tartufo para que se pueda re- presentar la obra. Molière suavizó la habitación, in- tentando reducir los elementos que habían dado lugar a la polémica. Está rediseñado, llamado L’Impos- teur, se presenta en el Palais-Royal. Nada ayuda, la obra también está prohibida, y el arzobispo de París
  • 25. Hardouin de Péréfixe de Beau- mont amenaza con la excomunión cualquiera que interprete, lea o es- cuche recitar la obra. No fue hasta la conclusión de la Paz de la Igle- sia, cuando el rey Luis XIV encontró mano libre en materia de política religiosa, que se autorizó la repre- sentación de la obra. El 5 de febrero de 1669, la obra, ahora titulada Le Tartuffe ou l’Imposteur, se representa en el es- cenario del Palais-Royal frente a una sala abarrotada. La lucha de Molière por libertad de expresión dio sus frutos, y el éxito del drama- turgo fue total: las críticas fueron unánimes, la obra batió récords de ingresos y longevidad (72 represen- taciones seguidas). Don Juan (1565) En esta obra dibuja un personaje protagonista que se mueve en la ambivalencia, presenta rasgos que generan un sentimiento de cerca- nía del espectador, compensándo- lo con otros que generen rechazo. Nuevamente, la intención princi- pal es criticar la hipocresía propia de la sociedad que le rodea. El Misántropo (1666) Moliére en un momento de fracaso personal, habiendo desarrollado ya una hipocondría que le acompa- ñaría hasta el final de su vida refle- ja en el protagonista una visión pe- simista, de aislamiento, de rechazo con el género humano. La acción se desarrolla a lo largo de un solo día. El Médico a Palos (1666) Esta obra refleja una de las grandes obsesiones del autor: el rechazo a la Medicina y la caracterización de la figura del médico como negativa. Abordará este tema en numerosas ocasiones: El médico Volante o El amor médico. El Señor de Pourceaugnac (1669) Utiliza esta obra para realizar un ataque tanto al mundo rural, per- sonificado en el protagonista, un noble de provin-cias, como en los pícaros de la capital que apro- vechan los defectos de este para aprovecharse de él. Destila una vi- sión amarga de ambos mundos. Las Mujeres Sabias (1672)
  • 26. Retoma la crítica hacia la burgue- sía, grupo con numerosos defectos, sin duda el principal objetivo de su sarcasmo. En esta ocasión se cen- tra en la pedantería de esta clase social. Interpreta que su gusto por la cultura no se debe a la búsque- da del conocimiento, sino como un elemento clasista, diferenciador de la ignorancia de las clases inferiores. El Enfermo Imaginario (1673) Su última obra, una sátira corrosi- va contra su colectivo favorito: los médicos. Hay que señalar también que el autor era un hipocondríaco convencido, por lo que su visión era parcial. Es paradójico que en su cuarta re- presentación sufrió unos terribles dolores, a pesar de ello continuó con la obra y unas horas después moría en su casa. Tiene también un valor simbóli- co especial, ya que aquella noche Molière vestía de amarillo y desde entonces se ha asociado este color a la mala suerte en el mundo del espectáculo. “El avaro” o “La escuela de la mentira” es una comedia en prosa de Molière en 5 actos. Se estrenó en el teatro del Pa-lais-Royal, el 9 de septiembre de 1668, con un gran éxito en Fran- cia y toda Europa. El tema está claramente inspirado en “La olla de Plauto”. El avaro de Moliere es una de las grandes obras del teatro francés, que marcó una etapa dentro del teatro barroco. Es la historia de un personaje que muestra el lado más mezquino y egoísta de las perso- nas, donde lo material supera am- plia-mente a todo el resto de sus sentimientos. El avaro de Moliere fue escrito por el poeta francés Jean Baptiste Po- quelin (Moliere) en el siglo XVII, transformándose en uno de los clá- sicos de la literatura universal ba- rroca. El personaje principal de la obra es Harpagón, quien a lo largo de 5 actos escritos en prosa va transi- tando y mostrando la historia de un hombre con uno de los defectos más importantes de la humanidad, la avaricia. Harpagón a lo largo de toda la siempre menciona ahorrar para el futuro, valorando mucho más al dinero que a él mismo y sus verda- deros intereses que nunca llegan a mostrarse porque nunca lo permi- te. El libro es la representación de una familia adinerada de la ciudad de París, donde el argumento mues- tra a un padre que priva a sus hi- jos tanto de cosas materiales como afectivas. RESUMEN DE LA OLLA – Plauto Euclión es un viejo avaro angustiado ante la posibilidad de que le roben una olla llena de monedas de oro que ha encontrado. Vive en la miseria con su hija Fedria. Mientras tanto, Eunomía, hermana de Megadoro, viejo solterón, pretende casarlo. Éste dice que, dispuesto a com- placerla, prefiere una joven sin dote, pero virtuosa. Pide la hija de Euclión en matrimonio y éste se la promete, aunque está con- vencido de que su futuro yerno está en- terado del hallazgo del tesoro. Cuando Euclión comunica la boda a su sierva Estáfila, ésta se alarma, pensan- do que se va a descubrir que la novia está a punto de dar a luz. Se conciertan las nupcias para ese mis- mo día y el pobre avaro, ante la ava- lancha de criados, cocineros y músicos con que Megadoro le ha llenado la casa para el banquete nupcial, se dirige al templo de Buena Fe a enterrar la olla. Pero Estróbilo, esclavo de Licónides, lo ha descubierto y acaba sustrayéndole la olla con el dinero. Licónides cuenta a Eunomía, su madre, el amor que siente por la hija de Euclión y la situación embarazosa en que la ha puesto; después le ruega que conven- za a Megadoro para que éste le ceda como esposa a la joven. Se oyen los gritos de Fedria, que sufre los dolores del parto. Aparece con la olla el esclavo de Licónides, feliz por el hallazgo del tesoro. Euclión, en cambio, está al borde de la locura por su pér- dida. Licónides oyeses lamentos y los inter- preta como expresión de disgusto por el alumbramiento de su hija. Entablan ambos un diálogo lleno de malentendidos, ya que Euclión habla de su olla y Licónides de Fedria. Al final todo se aclara y Euclión conce- de su hija en matrimonio a Licónides, con el consentimiento de su pretendien- te Megadoro, que además hace que el esclavo devuelva la olla a su legítimo dueño.
  • 27. El Avaro es la historia de un hombre que adora el dinero más que cualquier cosa. Sus hijos desean casarse con las parejas que ellos han elegido, pero el avaro ya tiene planeada sus vidas. No obstante, la oposición de sus hijos conduce el destino de las 3 parejas al desenlace de una histo- ria familiar que parecía perdida. Personajes HARPAGÓN: Personaje principal. El avaro de la historia. Padre de Cleanto y Elisa. Se preocupa únicamente por sus ganancias, su dinero y teme todo el tiempo que alguien se lo quiera arrebatar. Desconfía de absoluta- mente to-dos. CLEANTO: Personaje secundario. Hijo de Harpagón. Enamorado de Mariana. Rebelde, desafiante y juzga a su padre por sus terribles condiciones para otorgar un préstamo. VALERIO: Personaje secundario. Hijo de Don Tomás de Alburcy y enamorado de Elisa. Pla- nea adular a Harpa-gón para conseguir su confianza y aprobación en sus planes para desposar a su hija. ELISA: Personaje secundario. Hija de Har- pagón y enamorada de Valerio. Rebelde y desafiante con su padre. Ama a Valerio pero desconfía de su amor fiel y persevero. MARIANA: Personaje secundario. Hija de Don Tomás de Alburcy, hermana de Valerio y enamorada de Cleanto. Le disgusta Harpa- gón y descubre una historia secreta cuando Valerio revela su identidad. Acto I Escena 1 Valerio y Elisa están enamorados y bus- can conseguir la aprobación del padre de Elisa para unirse en matrimonio. Elisa recuerda el día en que su amado le sal- vó la vida de ahogarse y ahora teme que el amor de Valerio desaparezca con el tiempo y se torne melancólica, pero Va- lerio le pide que no la juzgue por pecados que aún no ha cometido y le reafirma su amor. Valerio le pide que trate de convencer a su hermano, aunque tema por su re- acción, mientras que él continuará adu- lando a su padre para conseguir su total aprobación. Escena 2 Cleanto está contento porque encuentra a su hermana sola y así podrá contarle su secreto. Está enamorado de una mujer llamada Mariana, de poca fortuna, pero encantadora. A pesar de que los padres, por su expe- riencia y sabidu-ría, son los más indicados para escogerles pareja a sus hijos, Cleanto se siente profundamente enamorado de Ma-riana y está dispuesto a ignorar los argumentos familiares. Le cuenta este secreto a Elisa para que le ayude a son- dear a su padre y si lo encuentra contra- rio, está dispuesto a marcharse a otro lu- gar con la mujer que ama. Elisa aún no se atreve a confesarle su amor por Valerio. Escena 3 Mientras La Fleche, criado de Cleanto espera a su amo, Harpagón, padre de Clenato y Elisa le ordena que se mar-che, pero antes sostiene una discusión con él porque cree que le está robando su di- nero, así que lo registra, lo cues-tiona, lo llama ladrón y teme que ande divulgan- do a la gente la riqueza que posee. Por su parte La Fleche condena a los avari- ciosos y los maldice. Harpagón no presta atención a lo que el criado dice y lo único que le importa es que nadie le quite ni un centavo. Escena 4 Harpagón se queda solo pensando en los diez mil escudos que piensa enterrar en el jardín cuando de pronto se acercan Cleanto y Elisa. Harpagón cree que sus hi- jos lo han escuchado y por temor a que lo hayan escuchado, argumenta que sólo le gustaría tener diez mil escudos. Clenato se dispone a hablar sobre sus pretensiones con Mariana, cuando Har- pagón lo interrumpe para decirle que él pretende casarse con ella y ha dispuesto para su hijo casarse con una viuda, mien- tras que Elisa desposará a don Anselmo, un hombre mayor de 50 años pero con buenos negocios, esa misma tarde. Cleanto se retira y Elisa se niega rotun- damente a seguir la decisión de su pa- dre. Harpagón propone a Valerio como mediador entre esta discordia con su hija: si éste aprueba el matrimonio con don Anselmo, ambos acatarán su consejo. Así pues, Elisa accede a que sea su verdadero amado el que decida su futuro. Escena 5 Harpagón le confirma a Valerio sobre la boda y cree que es una gran oportunidad para Elisa, pues don Anselmo no tiene hijos de su primer matrimonio y acepta el hecho de que Elisa no tenga dote. Esta última, es la principal razón para Harpa- gón. Valerio consciente todo lo que dice el pa- dre de Elisa y esta no comprende el moti- vo de su traición. Valerio le dice en secreto que debe aprobar lo que dice su padre para ganar su confianza y aprobación, ya después encontrarán un pretexto para evadir el matrimonio dispuesto. Harpagón queda muy satisfecho de que Valerio apruebe al candidato para mari- do de su hija Acto II Escena 1 Cleanto se encuentra con su criado La Fleche y le pregunta si ha conseguido del usurero el préstamo por 15 mil francos. La Fleche advierte que para recibir el prés- tamo, el usurero ha dispuesto una serie de condiciones: conocerlo personalmente, el pago de intereses y la compra obligatoria de una serie de artículos que el usurero vende. De no cumplir con todas las condiciones, el usurero no otorgará el préstamo. A Clenato le parece un abuso, pero la ne- ce-sidad de huir con Mariana antes de que su padre se case con ella, es mayor. Escena 2 Mease Simón, el agente de préstamos de Harpagón, le dice confirme que el soli- citante para el préstamo es de con-fiar, proviene de familia rica, es huérfano de madre y está dispuesto a cumplir con las condiciones. Harpagón se sorprende al ver a su hijo y La Fleche. Clenato juzga a su padre por los ingratos manejos de ne- gocios que realiza y Harpagón le reprime fuertemente en defensa de su avaricia.
  • 28. Escena 3 Frosina, una mujer intrigante, llama a Harpagón, pero éste no la atiende por- que está concentrado contando su dinero. Escena 4 Frosina demanda ver a Harpagón por- que tiene asuntos de trabajo que arreglar con él. La Fleche le advierte que proba- blemente no recibirá ni un centavo del avaro, a quien califica de ser inhumano, duro y cerrado, preocupado únicamente en sus ganancias económicas. No obstante, Frosina confía en que recibi- rá una buena suma por sus servicios. Escena 5 Frosina le informa a Harpagón que la madre de Mariana está complacida e in- teresada en la propuesta de matrimo-nio y que Mariana estará sumamente con- tenta en aceptar su oferta porque gusta de los hombres maduros. Harpagón no se convence del todo porque Mariana no tiene dote y no recibirá ninguna hacienda a cambio. Frosina inten-ta persuadirlo argumen- tando que Mariana no le acusará proble- mas porque no come mucho, viste sencillo y le será de un ahorro de 12 mil escudos al mes. Aún con dichos argumentos, Harpagón insiste en su deseo por algún bien mate- rial y hace caso omiso a Frosina, quien fi- nalmente, le pide dinero para remunerar sus servicios. Como era de esperarse, Har- pagón busca la forma de evadir el pago y le ofrece únicamente el carruaje que recogerá a Frosina y Mariana con motivo del almuerzo para Don Anselmo. Frosina se retira molesta pero confía que le sacará al avaro algún provecho des- pués. Acto III Escena 1 Harpagón instruye a sus criados para ad- ministrar bien la comida en honor a Don Anselmo, y les advierte que si rompen o roban algo, será descontado de sus suel- dos. Maese Santiago, el cocinero y chofer, ad- vierte que será necesario comprar comi- da y para ello necesita mucho dine-ro. Valerio interviene en defensa de los inte- reses de Harpagón, quien no desea gastar mucho y sugiere comprar poca comida. Maese Santiago se molesta porque Vale- rio sólo está adulando a Harpagón y sus caballos están a pun-to de morir por falta de comida. Escena 2 Valerio se mofa del trato de Harpagón con Maese Santiago y este se enfada aún más y amenaza con apalearlo. Valerio le responde de la misma forma y Maese Santiago baja la cabeza pero jura ven- garse. Escena 3 Frosina y Mariana se dirigen a casa de Harpagón. Escena 4 Mariana le confiesa a Frosina que el ser pretendida por Harpagón le produce una gran aflicción, pues ella está enamo- rada de un joven, que a modo de ver de su celestina es un mal partido porque es pobre. Frosina le recomienda que haga a un lado su tristeza y valore las ventajas de casarse con un hombre rico. Escena 5 Harpagón saluda a Mariana y enaltece su belleza y sus virtudes, pero se extra- ña de su frío comportamiento. Frosina lo atribuye a su timidez e inocencia. Escena 6 A Mariana le desagrada Harpagón, pero Frosina dice que le parece admirable. Elisa se presenta junto con su hermano. Al ver a Cleanto, Mariana le confiesa a Fro- sina que él es su enamorado. Escena 7 Cleanto le dice a Mariana que su corazón no desea verla como madrastra. Harpa- gón interpreta esto como una inso-lencia de su hijo, pero Mariana lo excusa y se siente dichosa por lo que su amado dijo. Celanto le quita a su padre una sortija de diamante y se la obsequia a Mariana con el pretexto de que es de parte de Harpa- gón, pero éste sólo se enfurece porque su hijo ha insistido en regalarle a Mariana su sortija de diamantes, quien finalmente la acepta para frenar los remilgos de padre e hijo. Escena 8 Harpagón sale a atender a Brindavoine, su lacayo, quien le trae un dinero. Escena 9 Entre tanto, Cleanto propone pasear a Mariana por el jardín para disponer de la comida. Harpagón le pide a Valerio que lo vigile para que no se exceda más en gastos. Acto IV Escena 1 Cleanto, Elisa, Mariana y Frosina planean hacer que Harpagón pierda el interés en Mariana, y entre tanto, conven-cer a la madre de la prometida en aceptar a Cleanto. El plan propuesto por Frosina consistía en traer una amiga con el disfraz de marquesa rica dispuesta a casarse con Harpagón, para lograr que su atención avara se centre en otra persona sin tener que ofenderle. Escena 2 Harpagón percibe algo oculto cuando descubre a Cleanto besando la mano de Mariana. Las mujeres se marchan y Harpagón le pide a su hijo que se quede con él. Escena 3 Harpagón le tiende una trampa a su hijo al decirle que ha considerado la diferen- cia de edad con Mariana y por tanto ha considerado que ella es mejor prometida para él. Clenato, emocionado, confiesa su secreto y Harpagón, satisfecho de descu- brir la verdad, le prohíbe seguir amando a Mariana y procura apresurar el matri- monio de su hijo con la viuda. Clenato se rebela y está dispuesto a todo por conservar el amor de mariana. Har- pagón pide a gritos un bastón para darle
  • 29. de bastonazos a su hijo. Escena 4 Maese Santiago interviene como media- dor y testigo entre Cleanto y Harpagón, pero al pasar los recados que padre e hijo se enviaban a través de él, Santiago les da la razón a ambos y los hace creer que las diferencias entre ellos estaban resuel- tas y perdonadas, pero ni Cleanto sabe que debe renunciar a Mariana para Re obtener el amor de su padre, ni Harpa- gón sabe que su hijo no está dispuesto a obedecerle. Escena 5 Celanto y Harpagón se disculpan mutua- mente, pero cuando comprenden que Cleanto no está dispuesto a ceder, vuel- ven a pelearse. Harpagón decide des- heredar a su hijo, lo maldice y desea no volverlo a ver. Escena 6 La Fleche le dice a Cleanto que ha encon- trado el tesoro oculto de su padre. Ambos se van al escuchar próximos los gritos de Harpagón. Escena 7 Harpagón descubre que su dinero ha sido robado. Siente la pérdida de su único fiel amigo y tiene la sensación de morir- se. Desconfía de todos y desea colgar al mundo entero por semejante ofensa y ultrajo. Acto V Escena 1 Harpagón le dice al comisario que des- confía de todos y debe recuperar su dine- ro robado. El comisario aconseja proceder con sigilo para conseguir las pruebas que los guíen al culpable. Escena 2 Harpagón y el comisario interrogan a Maese Santiago, y éste, aprovechando el momento para su venganza, acusa a Valerio de haberse robado el cofre con dinero. Escena 3 Harpagón le exige a Valerio que le regre- se su tesoro y advierte que sabe la ver- dad. Valerio confunde el tesoro ro-bado con Elisa, y desconociendo las causas por las que se le acusa, acepta su responsabi- lidad. Una larga confusión se suscita hasta que Valerio confiesa que se ha casado con Elisa a escondidas. Harpagón se lamen- ta de esta nueva desgracia y le pide al comisario que lo arreste por ladrón y co- rruptor. Escena 4 Harpagón regaña a su hija por haberse entregado a un ladrón. Ella le ruega que le perdone la vida a su amado, pues él le salvó la suya cuando estaba nadando. No obstante, Harpagón está dispuesto a enviar a Valerio a la horca. Escena 5 Cuando Valerio está a punto de ser apre- hendido, descubre su identidad afirman- do ser el hijo de Don Tomás de Alburcy. Don Anselmo, quien acababa de llegar y de manifestarle su apoyo a Harpagón, le pide a Valerio que pruebe lo que dice, pues era sabido que los hijos de Alburcy habían fallecido en un naufragio. No obstante, Valerio consiguió salvarse junto con Pedro, el criado de la familia y posee las joyas que su madre le colocó y el sello distintivo de la familia. Mariana avala la historia al decir ser su hermana, ya que conocía dicha historia porque su madre se lo había contado y juntas llegaron a Nápoles en busca de su padre, quien creían que había muerto en el naufragio. Valerio afirma que cuando llegó a Nápoles, también en busca de su padre, conoció a Elisa. Es entonces cuando Anselmo descubre su identidad como Don Tomás de Alburcy y abraza con júbilo a sus hijos perdidos por 16 años. Harpagón comprende el paren- tesco, pero aún preocupado por su dine- ro, le exige a Don Anselmo que pague la cantidad de dinero, presuntamente ro- bada por su hijo. Valerio comprende, de buena vez, que se le acusa de robo material y Maese San- tiago tuvo que negar su culpa frente a todos. Escena 6 Cleanto aparece pidiéndole a su padre que apoye su matrimonio con Mariana o de lo contrario no volverá a ver su dinero. Anselmo le pide a Harpagón que reconsi- dere sus planes y conceda el matrimonio. Harpagón accede con las condiciones de que Anselmo le otorgue la dote de Ma- riana, pague los dos matrimonios, le com- pre un traje para la ocasión, le pague al comisario por sus servicios y reciba su co- fre con todo el dinero. Referencias Matus, D. (2017, june 13). Examples of Literary Classicism, Tomado de penandthepad.com. Hagger, N. (2012). A New Philosophy of Literature: The Fundamental Theme and Unity of World Literatu-re. Al- resford: John Hunt Publishing. Baldick, C. (2008). The Oxford Dictionary of Literary Terms. Nueva York: Oxford University Press. Sweet, K. (s/f). Examples of Literary Classicism. Tomado de education.seattlepi.com. Abrams, M. H. y Harpham, G. (2014). A Glossary of Literary Terms. Stamford: Cengage Learning. Ayuso de Vicente, M. V.; García Gallarín, C. y Solano Santos, (1990). Diccionario Akal de Términos Li-terarios. Madrid: Ediciones AKAL. Encyclopedia.com. (s/f). Classicism. Tomado de encyclope- dia.com. Sweet, K. (s/f). Examples of Literary Classicism. Tomado de education.seattlepi.com. Butt, J. E. (2017, noviembre 15). Alexander Pope. Tomado de britannica.com. https://www.epdlp.com https://diarioinca.com/resumen-la-olla-plauto Jean Racine: French Dramatist, Encyclopedia Britannica, (n.d.). Jean Racine, Wikipedia en inglés, (n.d.). Tomado de en.wi- kipedia.org Jean Racine, Biografías y Vidas, (n.d.). Tomado de biogra- fiasyvidas.com Jean Racine, Imagination, (n.d.). Tomado de imagi-nation.com Jean Baptiste Racine Facts, Your Dictionary Biography, (n.d.). Tomado de biography.yourdictionary.com Citado por Léon Thoorens, Panorama de las literaturas 3. Inglaterra y América del Norte... Madrid / Barcelona: Edito- rial Daimon, 1969, pp. 138-139. En su escrito de 1734 Pope realizó una importante conside- ración sobre la influencia de los pintores paisajistas en los proyectos de jardinería cuando escribió lo siguiente: «Todo el arte de los jardines depende de la pintura de paisajes[...] como si fuera un paisaje colgado» («All gardening is lands- cape painting [...] just like landscape hung up»). Marie-Ma- deleine Martinet, Art el nature en Grande-Bregtagne au XVIII siècle. Paris, 1980, p. 10. theatrefolk.com/blog/introduction
  • 30. La palabra griega “historie” significa “indagación
  • 31. Por@gh EL ANILLO DE POLÍCRATES Polícrates (Polykrátes) (s. VI a C) Tirano en 535? -522 de la isla de Samos, en el mar Egeo. Ejerció una supremacía sobre diversas ciudades de la Jonia y un despotismo que lo hizo famoso en toda Grecia. Herodoto, el famoso historiador, cuenta esta historia: Polícrates era gobernante de la isla de Samos. Había levanta- do una insurrección contra los per- sas y había tomado el gobierno en sus propias manos. Para aumentar su poder, envió regalos a Amasis, rey de Egipto, e hizo con él un tra- tado de amistad. Envió a otros países en busca de los mejores obreros, a quienes pagó al- tos salarios, y los puso a trabajar en la construcción de espléndidos tem- plos. Su palacio estaba ricamente amueblado con espléndidos tapi- ces, y tenía muchas tazas y platos de plata y oro. Estos los prestó a cualquiera de sus ciudadanos que deseara celebrar una boda o dar una gran fiesta. Le gustaban mucho los animales y trajo a Samos las mejores clases de ovejas, cabras y cerdos. Se decía que el legendario Argo tenía asientos para cincuenta re- meros, y la tradición lo llamaba el barco más grande del mundo. Polícrates tenía una flota de ciento cincuenta galeras de remos, con las que navegaba de isla en isla, ro- bando a amigos y enemigos. La buena fortuna lo siguió a to- das partes. Parecía como si nadie pudiera derrotarlo en la batalla o vencerlo en el comercio. El rey de Egipto, al saber esto, co- menzó a temer que su amigo lle- gara a un final terrible. Envió una carta a Polícrates, diciéndole que tan buena fortuna continua era una señal de que los dioses lo es- taban reteniendo para un destino terrible y aconsejándole que tirara su tesoro más valioso. “De esa manera”, dijo Amasis, “puedes escapar del castigo de los seres que gobiernan el mundo y que no les gusta ver a ningún hom- bre demasiado próspero”. Polícrates decidió que su tesoro más querido era un anillo de sello de esmeralda engastado en oro. Decidió tirar esto y, por lo tan- to, ordenó que una de sus galeras
  • 32. de cincuenta remos estuviera lista para el mar. Subiendo a bordo, navegó un largo camino desde la isla y, con dolor, arrojó el anillo a las aguas profundas. Unos días después, mientras estaba sentado en su palacio, un pescador se acercó a la puerta y pidió ver al rey. Polícrates le permitió entrar y vio en sus manos un pez grande y hermoso. “¡Oh rey!” dijo el pescador, “Soy un pobre que vive de su oficio, sin em- bargo, cuando vi este premio en mis redes dije que no debía ven- derse, sino que se lo daría al gran rey en cuyas aguas estaba toma- do.” Polícrates se alegró y respondió: “Has hecho bien, amigo mío. Ven a cenar conmigo y ayúdame a co- mer tu regalo”. Los sirvientes tomaron el pescado y empezaron a prepararlo para la mesa. Cuando la abrieron vieron, brillando ante ellos, ¡el anillo que su amo había tirado! El rey se alegró de tener su anillo de nuevo, y le escribió una carta a Amasis, contándole de esta nueva buena fortuna. El rey de Egipto envió una respues- ta diciendo que ya no podían ser amigos, porque no se atrevía a mantener un tratado de amistad con un hombre que siempre fue afortunado. Un persa llamado Oroetes era go- bernador de Sardis. Nunca había visto a Polícrates, pero al escuchar mucho de él, decidió enfrentarse a ese afortunado rey y, si era posible, destruirlo. Fue lo suficientemente sabio como para ver que esto solo podía ha- cerse mediante la traición. Escri- bió una carta en la que fingía te- ner miedo de perder su poder y su vida, y le rogaba a Polícrates que acudiera en su ayuda. A cambio, se ofreció a compartir sus grandes tesoros con su libertador y prometió mostrar su dinero y joyas a cualquiera a quien el rey enviara con el propósito de comprobar que eran genuinos. Polícrates se alegró de estas ofertas y envió a su secretaria para ase- gurarse de que todo fuera cierto. Oroetes casi había llenado ocho cofres con piedras, sobre las cuales había depositado oro en dinero y en barras. Se las mostró al secretario, quien, viendo sólo lo que tenía ante sus ojos, se fue a su casa y le dijo al rey que había visto grandes tesoros y que el persa era realmente muy rico. Polícrates declaró que él mismo iría y se llevaría al gobernador y su dinero. Muchos amigos le roga- ron que no fuera tan tonto. Su hija tuvo un sueño, en el que vio a su padre en lo alto del aire, “lavado por Zeus y ungido por el sol”. Tra- tó de tenerlo en casa, porque creía que este sueño significaba un terri- ble peligro para su padre. Pero él no escuchó sus oraciones ni se preocupó por sus lágrimas. Zar- pó con una compañía de amigos, pero sin su ejército, pensando que su buena suerte no lo abandonaría. Había caído en una trampa. El gobernador persa lo mató y lue- go clavó su cadáver en una cruz. Mientras estaba suspendido en el aire, se podría decir que Zeus lo bañó con lluvia y que el sol lo un- gió derramando sobre él poderosos rayos. El sueño de la pobre niña se cumplió y el afortunado Polícrates tuvo un final miserable.
  • 33. Heródoto es considerado ac- tualmente como el padre de la disciplina histórica, por el uso de fuentes históricas orales y escritas. Incluso hay algunos consideran que también es el primer antropólogo por su interés en las costumbres de los “bárbaros”. Herodoto de Halicarnaso, porque justamente nació aproximada- mente en el año 484 A.C. en aque- lla ciudad griega, está considerado como el padre de la historia, preci- samente por haber sido el primero que se ocupó de sintetizar por es- crito todos los conocimientos que disponía y que eran el producto de sus viajes a diferentes ciudades y países, y también lo que sus con- temporáneos le contaban sobre aquellos que sucedía o sucedió. Como decíamos, Herodoto, habría nacido en Halicarnaso antes de la expedición de Jerjes contra Grecia; tiempo después, y como consecuen- cia de la revuelta que se desató en su ciudad, tuvo que abandonar su patria y dirigirse a Samos, en don- de se conectaría por primera vez y muy directamente con la cultura. Más tarde, se cree que regresó a su tierra natal y hasta participó del derrocamiento de Lígdamis, hijo de Artemisa y un fiel exponente de la tiranía de aquella época. Entre el 444 y 443 A. C., Herodoto, habría participado directamente de la fundación de la colonia de Turios encabezada por Pericles. Cabe destacar, que Herodoto fue un gran protagonista y también observador del excelente momen- to político y cultural que vivió en aquellos tiempos la ciudad de Ate- nas. También, en lo que convienen mu- chos de sus biógrafos es en que He- rodoto viajó incansablemente por diferentes lugares, Egipto, Fenicia, Mesopotamia y en todos supo sa- car provecho del conocimiento que le reportaban, ya que una de sus máximas aspiraciones era constan- temente saciar sus ansias de saber y saber más. Todo ese saber fue recopilado en nueve libros, cada uno de los cuales lleva el nombre de una de las nue- ve musas. Su principal objetivo era el na- rrar los sucesos y las hazañas de los hombres y así lo hizo de una ma- nera tan sólida y clara, que desde su muerte fue resaltada y admi- rada por colegas y por lectores de su obra que caían rendidos ante tanta precisión y corrección en el entrelazado de elementos y situa- ciones tan diferentes entre sí. Tanto en vida como luego de su fallecimiento, que habría sucedió en el año 425 A.C., Herodoto, re- sultó ser una fuente para todos los historiadores; si bien perdió algo de autoridad durante la Edad Media, tiempo después, con el surgimiento del Humanismo sus relatos cobra- rían de nuevo la importancia que supieron ostentar. ¿Qué hizo Herodoto? fue el primer geógrafo que consideró al Caspio como un mar interior, mientras que Hecateo y sus contemporáneos, así como todos los geógrafos de la era alejandrina, lo consideraron como un brazo del Océano Norte. Con respecto al Caspio, es notable que Herodoto estaba por delante de casi todos sus sucesores. Es irónico que con todos los esfuer- zos de Heródoto por preservar los recuerdos de los eventos de los de- más, las circunstancias, incluso el lu- gar y la fecha, de su propia muerte han sido olvidadas, no obstante, se cree que falleció en algún tiempo del 430 y el 425 a.C. Heródoto. Historia. Obra completa. Madrid: Edito- rial Gredos. ISBN 978-84-249-1477-6. Volumen I: libros I-II. Trad. y notas de C. Schrader. Intr. de F. Rodríguez Adrados. Rev.: M. Jufresa Muñoz, 1992. ISBN 978-84-249-3482-8. Volumen II: libros III-IV. Trad. y notas de C. Schra- der. Rev.: M.ª E. Martínez-Fresneda, 1987. ISBN 978-84-249-3525-2. Volumen III: libros V-VI. Trad. y notas de C. Schra- der. Rev.: M.ª E. Martínez-Fresneda, 1988. ISBN 978-84-249-0086-1. Volumen IV: libro VII. Trad. y notas de C. Schrader. Rev.: B. Cabellos Álvarez, 1994. ISBN 978-84-249- 0994-9. Volumen V: libros VIII-IX. Trad. y notas de C. Schrader. Rev.: B. Cabellos Álvarez, 1989. ISBN 978- 84-249-1399-1. — (1999). Historia. Colección Letras Universales. Madrid: Ediciones Cátedra. ISBN 978-84-376-1711-4. Bowra, C. M. (2007). Introducción a la literatura griega. Traducción a cargo de Luis Gil Fernández. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-2877-3
  • 34.
  • 35. x-- - KIM Clasicismo El término “clasicismo” designa el estilo de las obras artísticas y literarias inspiradas en la antigüedad grecorro- mana y, por extensión, el arte académico o tradicional, opuesto fundamentalmente a la estética romántica. Se trata, por tanto, de un término de carácter estético, debido a su afán imitador de unos modelos artísticos, pero también histórico, dado que esta estética presenta un desarrollo determinado a lo largo de la historia de occi- dente. Clasicismo. Del latín classicus y sufijo –ismo (del latín -ismus y éste del griego - ). (Fr. Classicisme, Ing. Classicism, It. Classicismo, Al. Klassizismus, Port. Classicismo). Características Las características del clasicismo se pueden percibir con simple vista, ya que en todas sus obras destacan las bases del mismo “La perfección del ser humano”. Los que más destacan en las obras son: La inspiración en modelos y obras de la antigüedad, basada única- mente en las obras del apogeo ar- tístico de Roma y Grecia, por ejem- plo las obras tomadas de Homero, Horacio y Teócrito. Es totalmente racionalista y supri- me todas las ideas imaginativas, se exaltan los rasgos físicos del ser hu- mano, enfatizando así su forma de ser y de vivir, siendo lo más exacto posible que el artista pueda plas- mar. Se busca apuntar a la sencillez y mantener la claridad en las obras, sintiéndose con moderación, esta- bleciendo un equilibrio armónico, permitiendo así ver un verdadero orden. El clasicismo siempre buscó mante- ner una actitud pedagógica en sus obras, ya que captura hechos im- portantes de la historia, personajes ilustres, obras literarias y arquitec- turas de épocas pasadas. Siempre busca mantener un ca- rácter distintivo de todos los géne- ros que le permita destacarse y no asociarse con otros externos. Ser lo más realista posible, sin per- sonajes imaginativos, no merece un análisis exhaustivo por parte de quienes admiran las obras, sino que se traslada directamente al mo- mento plasmado en la obra.
  • 36. HISTORIA Clasicismo medieval (800-1400) El arte medieval fue testigo de va- rias oleadas de clasicismo. El prime- ro se conoce como el “ Renacimien- to carolingio “ (c. 750-900), que comenzó durante el reinado del rey Carlomagno I (gobernó entre 768 y 814). El clasicismo cultural de la época carolingia dio origen a la arqui- tectura de la Capilla Palatina de Aquisgrán (792-805), que se inspiró en el estilo octogonal de la iglesia de San Vitale en Rávena del siglo VI, así como en numerosos manus- critos latinos iluminados, incluidos los Evangelios de Lorsch, el Salterio de Utrecht y el Evangelistary Go- descalc. El segundo renacimiento del cla- sicismo: la era del arte otoniano (c.900-1050) - floreció durante el Imperio Ottoniano bajo Otón el Grande, quien fue coronado em- perador del Sacro Imperio Romano Germánico en Roma en 962. Fue influenciado en particular por su herencia carolingia y un renova- do interés en el arte del norte de Italia, así como mayor contacto con el arte bizantino del Imperio Romano de Oriente. Hasta 1050, la mayor parte del arte clasicista se había producido dentro de los monasterios cristianos. Durante los siguientes trescientos años, la Iglesia cristiana dedicó la mayor parte de su atención a una serie de programas de construcción de iglesias y catedrales. Comenzó adoptando el estilo de la arquitec- tura románica (c.1000-1150), que reutilizó los arcos de medio punto, las masas de muros y las bóvedas de cañón de los romanos, pero mu- chos de los elementos arquitectó- nicos de la antigüedad clásica fue- ron rápidamente abandonados, tendencia que se aceleró durante la siguiente era de la arquitectura gótica (c.1120-1400). Clasicismo renacentista (1400- 1600) No es de extrañar que Italia, co- razón del Imperio Romano y sede de muchas colonias griegas con sus tradiciones de arte helenístico, haya sido testigo del mayor aviva- miento clásico de Europa, un pro- ceso que tuvo lugar por primera vez en Florencia durante el primer quattrocento (siglo XV). Conocido como el Renacimiento italiano, o quizás más exactamente como el Renacimiento florentino, fue dirigido inicialmente por el ar- quitecto Filippo Brunelleschi (1377- 1446), el teórico del arte León Bat- tista Alberti (1404-1472), el escultor Donatello (1386-1466). y el pintor Masaccio (1401-1428). Brunelleschi estaba particularmente interesado en las proporciones matemáticas de los edificios romanos antiguos, que veneraba. Alberti, que pensaba que el clasi- cismo era sinónimo de belleza, era famoso por sus tratados De Statua y Della Pittura (1435) y De Re Ae- dificatoria (1452), y buscaba hacer accesibles los principios de la pers- pectiva a un amplio círculo de ar- tistas que querían aprender esta nueva técnica. Donatello usó los mismos principios para imitar estatuas griegas, mien- tras que Masaccio incluyó elemen- tos clásicos en el contenido de sus pinturas, incluida su propia técnica de perspectiva. El clasicismo continuó dominando el arte renacentista en Roma, co- nocido como el Alto Renacimiento, personificado por la Virgen Sixtina de proporciones clásicas (1513-14) de Rafael (1483-1520); y El hombre de Vitruvio (1492), un estudio de Leonardo da Vinci de las propor- ciones del cuerpo humano (mas- culino) como las describió el arqui- tecto romano Vitruvio (c. 78-10 a. C.). Arte renacentista en Venecia También estuvo muy influenciada por la antigüedad clásica, debido a los estrechos vínculos de la ciudad con Constantinopla (Bizancio), la antigua sede de los emperadores romanos orientales y todavía un centro de la cultura griega antigua. El arte del mosaico de estilo bizan- tino era una especialidad particu- lar. La arquitectura renacentista veneciana también se inspiró en ejemplos clásicos; ver, en particu- lar, el arquitecto clasicista Andrea Palladio (1508-80), cuyos diseños se basaron en los valores de la arqui- tectura clásica, como los delinearon Vitruvio y otros. Los principios fundacionales clásicos del Renacimiento italiano se exten- dieron hacia el oeste en Francia y España, y hacia el norte en Alema- nia y los Países Bajos. Y con la aparición de libros impre- sos relativamente baratos, el estu- dio de la literatura clásica se gene- ralizó hasta que, a finales del siglo XVI, se convirtió en la norma en la mayoría de los planes de estudio universitarios.
  • 37. Clasicismo barroco (1600-1700) La armonía y las proporciones equilibradas del arte renacentista clasicista finalmente resultaron in- suficientes para los impulsos creati- vos de principios del siglo XVII, y fue reemplazado por el arte barroco, un lenguaje mucho más complejo y dramático, cuyos grandes maes- tros incluyeron a Caravaggio (1573- 1610) y Andrea. Pozzo (1642-1709). Pero quedaron una o dos corrientes de clasicismo. Annibale Carracci y su escuela bo- loñesa, por ejemplo, fueron espe- cialmente influyentes (ver: Clasi- cismo y naturalismo en la pintura italiana del siglo XVII), al igual que Nicolas Poussin (1594-1665) yClau- de Lorrain (1600-82). De hecho, fue a fines del siglo XVII cuando las tradiciones clásicas se convirtieron en una característica permanente del arte occidental, mediante la apertura de una se- rie de “academias” oficiales, con planes de estudio diseñados para educar a los estudiantes en los principios clásicos promovidos por el Renacimiento italiano. Neoclasicismo (hacia 1780-1850) A principios y mediados del siglo XVIII, el arte barroco dio paso al caprichoso y decadente rococó. Más tarde, alrededor de 1780, este estilo frívolo fue reemplazado por el siguiente gran renacimiento del arte clásico, conocido como neocla- sicismo. Defendido por el erudito Johann Winckelmann (1717-68), este nuevo estilo está ejemplificado por la pin- tura neoclásica de Jacques-Louis David (1748-1825); los cuadros de su seguidor JAD Ingres (1780-1867); la escultura neoclásica de Antonio Canova (1757-1822); y la arquitec- tura de diseñadores como Jacques Soufflot (1713-80), Thomas Jefferson (1743-1826) y otros. Clasicismo de los siglos XIX / XX El clasicismo defendió los logros de la antigua Grecia y Roma, el ideal clásico, como un estándar contra el cual se podía juzgar a la sociedad contemporánea. Comenzando como un movimien- to erudito y monástico elitista, se aplicó gradualmente a todos los aspectos de la vida, incluidas las artes visuales y la arquitectura. Sin embargo, desde el siglo 18 en adelante, los descubrimientos de la ciencia moderna, así como la evo- lución de la teoría social y política, poco a poco comenzaron a revelar hasta qué punto los griegos y ro- manos no conocido. Como resultado, con la excepción del estilo clásico del arte acadé- mico, aprobado por la Academia Francesa; y la Hermandad Pre- rrafaelita (1848-55) - el clasicismo nunca estuvo tan extendido en el arte y otras áreas, durante los siglos XIX y XX, como lo había estado an- teriormente. Para conocer el último impulso clasicista, consulte el Renacimiento clásico en el arte moderno (c.1900- 30). Este regreso a la imaginería de estilo clásico incluyó contribuciones de Picasso (1881-1973) - ver tam- bién Pinturas de figuras neoclásicas de Picasso - así como artistas tan diversos como Andre Derain (1880- 1954), Matisse (1869-1954), Fernand Léger (1881-1955), Giorgio de Chi- rico (1888-1978) y Giorgio Morandi (1890-1964), por nombrar solo al- gunos.